Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Paciente Complicado por yaonita

[Reviews - 175]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola ^^

Ha llegado el momento de que Erick se enfrente a Rody ¿Qué pasará?

Espero que os guste el capitulo ^^

Un beso

Yaonita

31. Confesión.

(Rody)

Estuve dando vueltas en la moto sin un rumbo fijo, hasta que decidí buscar a Erick, no podía seguir en esta situación, necesitaba hablar con él y dejar las cosas claras. Por desgracia no había manera de encontrarle.

No estaba en casa, tampoco en los sitios a los que solíamos ir, ni en casa de sus padres, no me cogía el teléfono, estaba empezando a desesperarme sin saber qué hacer.

Cómo último recurso decidí llamar a Maite, quizás había quedado con ella y no me cogía el teléfono porque estaban muy liados hablando. Cruce los dedos para esta vez conseguir saber algo de Erick y la llamé.

- Hola Rody – Me saludó nada más descolgar, aunque podía notarla algo preocupada.

- Hola Maite, te llamaba porque llevo rato intentando localizar a Erick pero no hay manera ¿Sabes tú donde está? – Fui directo al grano, no podía esperar para saber algo de Erick.

- Rody no debería decírtelo – Murmuró apenada – Erick es mi amigo y él no quería que te dijera nada, pero sé que estás preocupado por él y yo también, Erick está en mi casa – Al escucharla solté el aire que había estado reteniendo, saber que estaba con Maite me había tranquilizado mucho.

- ¿Qué le pasa? ¿Por qué no quiere que sepa dónde está? – Las preocupaciones volvieron a mí.

- Eso deberías hablarlo con él Rody – Aseguró – Sabes que te quiero, os quiero a los dos y no quiero veros sufrir, deberías hablar con él y solucionar las cosas. Pero ya sabes cómo es Erick, es tan cabezota…

- Voy para allá de inmediato – la corté, no podía esperar más – Por favor Maite, no dejes que se vaya, yo también quiero hablar con él, no puedo seguir así, me estoy volviendo loco.

- Lo sé Rody, tranquilo no dejaré que evada la situación – Aseguró – Ahora está descansando, cuando llegues le avisaré de que has venido.

- Gracias Maite – Y sin decir más colgué.

Había llegado el momento de hablar con Erick y dejar las cosas claras, tenía que saber que había pasado, si Erick había dejado de amarme porque se había enamorado de otro chico. Necesitara saberlo aunque eso me rompiera el corazón.

(Maite)

No habían pasado ni diez minutos desde que había hablado con Rody cuando ya lo tenía aporreando la puerta. Fui rápidamente a abrirle, no quería hacerle esperar estaba convencida de que estaba tan nervioso que sería capaz de tirar la puerta abajo si no le dejaba entrar.

Estaba preocupada por lo que podía pasar con mis dos amigos, le había cogido mucho cariño a Rody desde que estaba con Erick. Era un buen chico, había ayudado mucho a Erick y desde que estaban juntos mi amigo era feliz, era otra persona y daba gusto verlo.

Lo que le había pasado a Erick era una desgracia.

- ¿Dónde está Erick? – En cuanto abrí la puerta Rody entró y fue directo al grano.

- Está en la habitación descansando, pero déjame que le avise de que estás aquí antes de ir a buscarle – Sabía que a Rody le iba a ser difícil esperar, pero tenía que entender que debía avisar a Erick antes de lanzarle a Rody sin preaviso. Bastante culpable me sentía ya de haberle dicho que estaba en casa.

- Por favor no tardes, necesito hablar con él lo antes posible, esto me está matando – Comentó apenado.

- Tranquilo, en un ratito será todo para ti – Le sonreí intentando tranquilizarle – Ya verás como todo saldrá bien.

Rody se sentó en el sofá a esperar mientras yo me dirigía a la habitación donde estaba Erick descansando. Al llegar a la puerta, llamé despacito para avisar a Erick de mi presencia.

- ¿Erick, estás despierto? – Pregunté asomando la cabeza.

- Si Maite, no he podido dormir mucho – Su voz sonaba apenada, seguramente había estado todo el rato dándole vueltas al asunto.

- ¿Puedo pasar? – Pregunté. No quería incomodarle.

- Es tu casa Maite – Me soltó. Aún apenado Erick tenía su carácter, nunca cambiaria.

- Tienes razón, no sé para qué pregunto – Entré decidida y me dirigí a la cama para sentarme a su lado. Erick tenía los ojos enrojecidos por haber llorado y no tenía muy buen aspecto, solo verle así me dolía muchísimo – Rody está aquí – Le informé.

- ¡¿Qué?! – Se sobresaltó, sentándose de inmediato en la cama – Aún no estoy preparado para hablar con él Maite, no puedo hacerlo.

- Pero está aquí y está preocupado por ti, tienes que hablar con él Erick, estés o no estés preparado – Tenía que ser dura con él si quería que solucionara sus problemas, si no lo hacía se iba a quedar toda la vida lamentándose.

- ¿Y si no quiere perdonarme? – Preguntó entristecido – No lo soportaría Maite.

- Pase lo que pase debes afrontarlo, tal y como está la situación no puedes simplemente dejar que pase el tiempo – Si seguían así se iban a hacer mucho daño el uno al otro.

- Está bien, dile que pase – Aceptó al fin.

- Ahora mismo – Me levanté con una tierna sonrisa, mi amigo podía llegar a ser muy cabezota a veces pero le quería con locura y quería que solucionara sus problemas con Rody. Juntos hacían una pareja estupenda y no quería que eso se acabara.

Salí de la habitación y al salir me encontré a Rody con Germán, mi chico me miraba con una clara demanda de explicaciones, se notaba que no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Pobrecito, incluso me daba lástima verle tan inseguro junto a un Rody nervioso y poco comunicativo.

- Rody puedes pasar, Erick te está esperando – Rody se levantó del sofá de inmediato, como si tuviera un resorte en el culo y se dirigió directo a la habitación.

- Gracias Maite – Consiguió decir justo antes de entrar, no llamó ni espero a que Erick le diera permiso para entrar, directamente entró sin más, con ganas de salir de dudas y solucionar sus problemas.

- ¿Me puedes decir que está pasando? – Preguntó Germán nada más quedarnos solos.

- Pareces sorprendido – Sonreí para después acercarme a él y darle un beso.

- ¿Sorprendido? – Me miró fijamente – Como quieres que esté, no todos los días te encuentras al llegar a tu casa, donde se supone que vives con tu novia, a un hombre de casi dos metros, con tatuajes por todos lados y cara de pocos amigos sentado al sofá.

- Por suerte conoces de sobras a ese hombre tan aterrador – Empecé a reírme a carcajadas – Y sabes que no solo está completamente enamorado de otro chico, con lo cual no hay peligro de que haya pasado nada entre él y yo, sino que además es un trozo de pan que sería incapaz de hacerle daño a nadie – Me acerqué de nuevo a él ronroneándole y volví a besarle, adoraba cuando Germán bromeaba, lo que no solía ser normal con lo serio que era muchas veces.

- Ahora dime que está pasando – Preguntó ahora ya serio y preocupado – Rody parecía hundido y por lo que he podido entender Erick ha colonizado nuestra habitación.

- Tienen problemas – Confesé al fin – Erick me llamó para que habláramos y se derrumbó, le ha pasado algo terrible Germán y el pobre está asustado porque creé que Rody no le perdonara.

- ¿Qué le ha pasado? – Preguntó preocupado. Para Germán, Erick era muy importante, le quería mucho y siempre le había apoyado y defendido, se comportaba como un hermano mayor con él. Cuando pasó todo lo del accidente y el grupo se puso en contra de Erick para nosotros fue muy duro, no queríamos perder a nuestro amigo pero él se distanció y encima teníamos que aguantar como el resto del grupo se metía con él. Al final estoy orgullosa de la decisión que tomamos, perdimos a muchos amigos, pero mantuvimos a uno que valía la pena e hicimos nuevas amistades, con el tiempo me he dado cuenta de que fue lo mejor que pudimos hacer.

- Debería decírtelo él pero sé que no lo hará, es demasiado cabezota, y sé que tú no pararas hasta que te lo diga – Comenté resignada – Un chico de la Universidad que era amigo de Erick intentó abusar de él.

- ¡¿Qué me estás contando?! – Exclamó completamente sorprendido – ¿Intentaron abusar de Erick?

- Eso parece – Agaché la cabeza apenada – Erick se siente tan avergonzado que no quería contárselo a nadie, ni si quiera a Rody. Rody sospechaba que algo le pasaba y por eso ambos estaban algo distanciados.

- Ese chico… no llego a… – Sabía perfectamente lo que Germán quería decir, no quise que siguiera sufriendo.

- Por suerte Erick consiguió deshacerse de él – Suspiré aliviada – No quiero ni llegar a pensar lo que habría pasado si Erick no hubiera conseguido escapar.

- Erick no lo hubiera superado y Rody se habría vuelto loco – Germán terminó mis pensamientos.

- Mejor no pensar en lo que habría pasado – Murmuré.

- ¡Voy a matar a ese hijo de puta! – Ambos nos sobresaltamos al escuchar a Rody mientras salía de la habitación – Te juro que lo mato.

- Un trozo de pan incapaz de hacerle daño a nadie ¿No? – Germán me parafraseó sorprendido por la reacción de Rody – ¿Estás segura?

- Eso pensaba, pero parece ser que si alguien toca a su chico deja de ser inofensivo – Comenté mientras miraba a un Rody completamente furioso buscando sus cosas y renegando.

- ¡Pedazo de mastodonte, te he dicho que vengas aquí! – Salió Erick detrás de Rody intentando contenerle – No pienso dejar que cometas una estupidez.

- No voy a dejar que ese desgraciado salga impune – Gritó un Rody completamente furioso, nunca lo había visto así.

- Por favor Rody – Erick se acercó a él completamente apenado – No quiero que te metas en líos por mi culpa – Le abrazó con fuerza con lágrimas en los ojos – Volvamos a la habitación y hablemos de lo que pasó, estamos incomodando a Maite y Germán.

- Pero no puedo dejar que esto se quede así – Rody también estaba llorando - Alguien quiso hacerte daño y yo no estuve allí contigo.

- No fue tu culpa Rody, por favor – Suplicó Erick.

- Vamos – Accedió Rody. Ambos se dirigieron de nuevo a la habitación sin apenas mirarnos, me sentía una intrusa viendo un momento tan delicado para ellos.

- Espero que lo arreglen – Susurro Germán igual de impactado que yo.

Yo también deseaba que lo arreglaran, eran una pareja perfecta y no quería que por una tontería se rompiera su relación. A veces la vida te pone a prueba, pero si realmente amas a una persona, nada ni nadie te podrá separar de ella.

(Rody)

Fui directo a la habitación en cuanto Maite me dijo que podía entrar, no podía más, necesitaba hablar con Erick ya que la incertidumbre de lo que estaba pasando me estaba matando.

Nada más entrar pude ver a un Erick tumbado en la cama, un Erick que ni siquiera me miró cuando entré.

- ¿Vas a decirme que está pasando? – Soné un poco duro pero es que no podía soportar su impasividad.

- No sé cómo empezar – Murmuró aún sin mirarme.

- Puedes empezar por mirarme – Volví a sonar rudo – Si ya no me amas al menos dímelo a la cara.

- ¿Quién ha dicho que no te amo? – Erick se sentó en la cama de un brinco, completamente sorprendido. Al menos conseguí que reaccionara.

- Es la sensación que tengo – Me senté lentamente a su lado – Ya no quieres pasar tiempo conmigo, me evitas, prácticamente no hablamos y… ¿Quieres que te diga cuanto tiempo llevamos sin sexo?

- Sé que he estado algo distante – Reconoció apenado – Pero sigo amándote Rody, es solo que…

- ¿Dime? – Le animé a seguir hablando ya que se había quedado mudo.

- ¿Tú aún me amas a mí? – Preguntó al fin.

- ¡Por dios Erick! – Me levanté de la cama molesto – ¿Si no te amara estaría así de preocupado? Claro que aún te amo, sigo amándote con locura.

- Yo he tenido dudas – Reconoció apenado – A veces parecía que no te importaba que no pudiera pasar tiempo contigo, cuando tenía que quedarme a estudiar no ponías pegas, cuando cancelaba nuestros planes no te importaba, era como si ya no quisieras pasar tiempo conmigo.

- ¿Y por todo eso pensaste que había dejado de amarte? – Pregunté completamente atónito.

- Sé que puedo llegar a ser desesperante, pensé que quizás ya te habías cansado de mí – Murmuró con tristeza.

- Erick – Me acerqué a él para sentarme de nuevo a su lado y acariciarle el brazo para darle tranquilidad – Yo lo único que quería era que no te sintieras agobiado, sé lo dura que puede llegar a ser la Universidad, no quería que encima de estar presionado en los estudios me tuvieras a mí encima todos los días.

- ¿Lo hacías para no agobiarme? – Preguntó con lágrimas en los ojos.

- Claro mi niño – Aseguré – Yo te amo con locura, estoy muy orgulloso de todo lo que estás haciendo y sé que no es fácil para ti, solo quería quitarte un poco de presión. Puedo asegurarte que te he echado de menos cada minuto del día que no hemos podido pasar juntos, he pensado en ti en todo momento y en más de una ocasión me han dado ganas de ir a buscarte y secuestrarte para que estuvieras conmigo.

- Tú siempre piensas en mí y yo soy un desgraciado – Se echó sobre mis brazos y se puso a llorar – Pensé que ya no querías pasar tiempo conmigo, por eso cada vez pasaba más tiempo fuera para ver si conseguía que me reclamaras algo, soy tan tonto.

- ¿Erick, a caso no te dabas cuenta de lo celoso que me ponía cuando quedabas con tus amigos de la Universidad? – Le estreché contra mi cuerpo para que sintiera mi calor – Te quería solo para mí, no quería compartirte con nadie, pero te veía tan feliz con tu nueva vida que no quise meterme demasiado, quise darte tu espacio para que disfrutaras de algo que yo también disfruté.

- Es cierto que al principio me dejé llevar por la vida de Universitario, descubrí un mundo completamente nuevo para mí y quería vivirlo al máximo – Confesó entre mis brazos – Pero no tardé en darme cuenta de que lo que realmente quería era estar contigo y con los chicos, me gusta la Universidad pero lo que realmente me hace feliz es mi gente.

- Lo que no entiendo Erick es porque no has venido a hablar conmigo, porque estos últimos días has estado más distante de mí de lo que nunca te he sentido – Murmuré para mí mismo. Al momento sentí a Erick tensarse entre mis brazos – ¿Erick que ha pasado? – Le aparté de mí para poder mirarle a la cara y descubrir que había empezado a llorar de nuevo.

- He hecho algo estúpido Rody – Sollozó.

- Cuéntame lo que sea mi niño, sabes que estoy aquí para escucharte sea lo que sea tendrá solución – Le animé a hablar.

- Pero me da tanta vergüenza, no quiero que sientas asco de mí – Giró su rostro para que no pudiera verle, yo le cogí por los hombros para hacerle mirarme.

- Jamás sentiría asco de ti – Aseguré.

- No puedo decírtelo, no puedo – Se abrazó a mí y escondió su cara en mi pecho.

- Mi niño, por favor – Susurré mientras acariciaba su espalda intentando calmarle – Me estás matando, dime que es lo que te pasa si no me siento completamente impotente.

- Yo… dejé que otro hombre me pusiera las manos encima – Pude notar cómo se rompía mi corazón, no podía creer lo que estaba escuchando.

- ¿Me engañaste? – Pregunté a duras penas, me había quedado completamente paralizado.

- ¡No, por dios, no! – Exclamó.

- ¿Entonces? – No entendía lo que me quería decir.

- Fue Edu… Edu me… me engañó – Comentó dubitativo.

- ¿Te engañó, como? – Edu, sabía que ese chico nos traería problemas.

- En realidad todo fue culpa mía – Empezó a sollozar de nuevo – Sabía que Edu se sentía atraído por mí pero no me distancié de él, todo lo contrarío me acerqué más a él para ponerte a ti celoso, quería ver si aún me amabas.

- ¿Intentabas ponerme celoso con Edu? – Pregunté con incredulidad.

- Si – Reconoció entre sollozos – Lo siento tanto Rody, ya sabes que con temas de amor soy muy inseguro, pensé que ya te habías cansado de mí, pensé que ya no querías estar conmigo, estaba asustado y confundido y solo se me ocurrió ponerte a prueba.

- ¡Utilizaste al chico! – Exclamé furioso – Eso no está bien Erick.

- Ya lo sé y créeme que he pagado las consecuencias – Estaba empezando a preocuparme.

- ¿Qué pasó? – Pregunté con firmeza para que hablara de una vez.

- …l… intentó abusar de mí – Confesó al fin. Al mismo tiempo que entendía lo que me estaba diciendo estaba empezando a recorrerme una rabia interna por todo mi cuerpo.

- ¡Cabrón! ¿Dime que no te puso la mano encima? – Me levanté de la cama furioso y empecé a dar vueltas por la habitación como un animal salvaje enjaulado.

- Yo…

- ¡Erick, por favor! – Me lancé sobre él de forma impulsiva y le agarré por los hombros nervioso – Dime que no te tocó.

- No llegó a… a penetrarme pero me obligó a besarle y me tocó – Me quedé completamente impactado, mirando como el hombre al que amaba me confesaba que habían intentado abusar de él y yo no había estado allí para protegerlo.

Sin decir una palabra solté a Erick, y me dispuse a salir de la habitación, tenía una cosa clara en mente y nadie iba a impedir que lo hiciera, nadie.

- ¿Qué haces Rody? – Preguntó un asustado Erick – Ven aquí, no te vayas.

- ¡Voy a matar a ese hijo de puta! – Grité nada más salí de la habitación, no podía dejar de pensar en lo que ese desgraciado le había hecho a mi chico – Te juro que lo mato.

- Un trozo de pan incapaz de hacerle daño a nadie ¿No? – Me pareció oír murmurar a Germán, entonces recordé que no estábamos solos – ¿Estás segura?

- Eso pensaba, pero parece ser que si alguien toca a su chico deja de ser inofensivo – Maite me miraba completamente sorprendida, no entendía muy bien de que hablaban pero en esos momentos solo tenía una cosa en mente mientras recogía mis cosas. Matar a un desgraciado.

- ¡Pedazo de mastodonte, te he dicho que vengas aquí! – Salió Erick de la habitación intentando contenerme – No pienso dejar que cometas un estupidez.

- No voy a dejar que ese desgraciado salga impune – Seguí gritando.

- Por favor Rody – Erick dejó a un lado su carácter y se acercó a mí apenado – No quiero que te metas en líos por mi culpa – Me abrazó con lágrimas en los ojos – Volvamos a la habitación y hablemos de lo que pasó, estamos incomodando a Maite y Germán.

- Pero no puedo dejar que esto se quede así – No pude evitar empezar a llorar de la impotencia que sentía – Alguien quiso hacerte daño y yo no estuve allí contigo.

- No fue tu culpa Rody, por favor – Me suplicó acariciando mi espalda.

- Vamos – Me tranquilicé y guié a Erick de nuevo a la habitación, teníamos que hablar de todo sin molestar a Maite y Germán.

Una vez de nuevo encerrados en la habitación no sabía cómo empezar, aún sentía rabia por dentro pero no quería pagarlo con Erick, él era el menos culpable de la situación.

- ¿Te doy asco? – Preguntó de repente Erick sin mirarme. Yo no pude evitar mirarle a él completamente sorprendido.

- ¿Asco, de ti? – Pregunté con incredulidad – Por dios Erick tú no me das asco, Edu me da asco. Me da asco que alguien sea capaz de hacer algo así, que tú hayas tenido que pasar por algo así y que yo no haya podido estar contigo para ayudarte – Reconocí.

- Pero en parte fue culpa mía – Murmuró – Yo sabía que Edu se sentía atraído por mí y no hice nada por dejarle las cosas claras, siempre me ha gustado sentirme deseado y… al pensar que tú ya no me deseabas…

- Yo nunca he dejado de desearte – Le interrumpí – Nunca.

- Ahora lo sé pero a veces soy tan inseguro – Comentó apenado – Me sentía bien al saberme deseado por otro hombre.

- Eres un chico muy guapo Erick, seguramente que hay cientos de hombres que te desean y no lo sabes – Y no me gustaba pensar en ello – A veces me pregunto cómo puede ser que seas tan inseguro con el carácter que tienes.

- Creo que a veces me gusta presumir y parecer un chico seguro por fuera porque sé que por dentro no lo soy – Reconoció.

- Ahora dime que pasó exactamente… por favor Erick – Aunque no quería saberlo necesitaba hacerlo, necesitaba saber hasta qué punto había llegado ese desgraciado.

- ¿Te acuerdas de aquella noche que me quedé a estudiar con los chicos y llegué muy tarde a casa? – Me preguntó.

- Si, la recuerdo – Como iba a olvidarla – A raíz de esa noche empezaste a distanciarte todavía más – Ambos estábamos sentados en la cama, uno al lado del otro, pero apenas podíamos mirarnos.

- Al principio estábamos todos pero las chicas se fueron a casa antes de cenar – Empezó a explicarme – Edu me dijo que si quería podíamos quedarnos un rato más, pediríamos algo de comida rápida para cenar y luego continuaríamos con los estudios. Yo estaba molesto contigo porque no te habías enfadado por cancelar nuestros planes, y pensé que si llegaba tarde a casa lograría hacerte reaccionar, así que acepté quedarme – No quise interrumpirle aunque me moría de ganas de intervenir – Al principio todo fue bien, pero luego la cosa se fue poniendo extraña, Edu empezó a coquetear conmigo y yo no sabía qué hacer, cuando quise reaccionar y marcharme de casa él… Edu me empujó sobre el sofá y se puso sobre mí, intenté quitármelo de encima Rody te lo juro lo intenté, pero soy un flacucho de mierda y no podía – Erick empezó de nuevo a llorar, yo quería consolarlo pero necesita que lo sacara todo así que me mantuve firme – No paraba de decirme obscenidades, decía que lo que me iba a hacer me iba a gustar y otras estupideces, yo solo intentaba quitarle de encima como fuera.

- ¿Pudiste quitártelo de encima? – Pregunté temeroso.

- No en un principio – Confesó – Llegó a tocarme y besarme hasta que en un momento de distracción suyo le di una patada en los huevos, me lo quité de encima y salí corriendo.

- Erick – Le acerqué a mi cuerpo para abrazarle – ¿Por qué no me dijiste nada?

- Me sentía sucio y avergonzado, sabía que me habías advertido de Edu y no te había hecho caso, no quería que me dejaras Rody – Sollozó sobre mi pecho.

- No voy a dejarte por algo así, no es culpa tuya mi niño – Intentaba tranquilizarle – Ese desgraciado intentó aprovecharse de ti, no es tu culpa.

- Pero no debí darle falsas esperanzas, no debí acercarme tanto a él sabiendo lo que sentía por mí – Se reprochó – Fui un estúpido.

- Todos cometemos errores Erick pero eso no justifica el que alguien intente abusar de ti – Con Erick entre mis brazos sollozando me di cuenta de que nunca antes lo había sentido tan frágil, ni si quiera cuando iba en silla de ruedas, podía haberle perdido y eso me espantaba.

- Lo siento mucho Rody, yo no quería que pasara algo así – Seguía llorando.

- Mírame Erick – Con mucha pena me separé de él para mirarle a los ojos – No tienes que pedirme perdón, no fue culpa tuya, tenemos que dar gracias de que no fuera a más. Te podía haber perdido mi niño – Volví a abrazarle de nuevo.

- Te amo Rody – Susurró.

- Y yo te amo a ti mi niño – Lo amaba con locura.

Estuvimos abrazados hasta tranquilizarnos, yo solo podía pensar en el desgraciado que había intentado abusar de mi chico. No iba a dejar que esto acabara así.

Ahora entendía porque Erick había estado tan raro estos últimos días, y seguramente ahora ni si quiera se sentía a gusto yendo a la Universidad y topándose con ese desgraciado, por eso se pasaba los días en casa.

Las relaciones de pareja siempre tienen baches, nosotros habíamos pasado nuestro bache personal. Pero estaba seguro de que lo superaríamos, porque lo importante era el amor que sentíamos el uno por el otro.

- Rody – Erick se puso cariñoso y empezó a acariciar mi espalda por debajo de la camiseta – Quiero que me hagas el amor, quiero que quites de mi cuerpo las sensaciones que me dejó Edu.

- Erick – No había nada que deseara ahora mismo más que hacerle el amor a mi chico, pero no era el momento – No podemos, no estamos en casa.

- No importa – Empezó a mordisquear mi oreja – Podemos ser silenciosos, Maite y Germán no tienen porque enterarse.

- Mi niño, tú no eres precisamente silencioso – Sonreí – Y no creo que les haga mucha gracia a los chicos que hagamos el amor en su cama.

- Eres un aguafiestas – Se enfurruñó, separándose de mí y poniendo morritos. Yo sonreí al ver que Erick seguía siendo el mismo, por suerte la desagradable experiencia no le había afectado.

- Si quieres que hagamos el amor – Empecé acariciándole el cuello aunque él me giraba el rostro de forma infantil – Lo que tenemos que hacer es coger nuestras cosas y volver a casa lo antes posible.

- Pues vamos, ya estamos tardando – Se levantó de la cama de inmediato, me cogió de la mano para que le siguiera y salimos de la habitación.

- Muchas gracias por todo chicos, ahora tenemos que irnos – Comentó Erick mientras recogía sus cosas – Ya os contaremos después.

- ¿Y nos vais a dejar así? – Preguntó una estupefacta Maite.

- Tenemos algo importante que hacer – Aseguró Erick – Luego os llámanos – Volvió a cogerme de la mano y me empujó hacia la salida.

- Ten cuidado y no dejes secó a Rody – Bromeó Germán.

- Ahhh… ya – Entendió Maite.

- Hasta luego chicos – Apenas llegué a despedirme de ellos.

Nada más salir Erick me preguntó dónde estaba aparcada la moto, subimos a ella y, por primera vez desde que estábamos juntos, me pidió que corriera. Evidentemente no me negué, yo también tenía muchas ganas de hacer el amor con Erick.

Quería demostrarle lo mucho que lo amaba, lo mucho que lo deseaba, para que no volviera a dudar de mis sentimientos. Y si para eso tenía que hacer el amor con él todos los días, gustosamente me sacrificaría.

***
Notas finales:

A veces le damos demasiadas vueltas a las cosas, Erick habría sufrido mucho menos si hubiera hablado con Rody desde un principio :(

Pero lo han arreglado y eso es lo importante ^^ Y ahora llega el sexo de reconciliación XD

El próximo capítulo será el último, llegó el momento de decir adiós a esta historia :( Solo queda un capítulo y el epilogo. Espero que me acompañéis hasta el final ^^

Agradecer sus reviews a Ana y sophiemx ^^

Un beso

Yaonita


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).