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Un Paciente Complicado por yaonita

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Notas del capitulo:

Hola ^^

He estado un poco pachuchilla pero por suerte ya tenía el capítulo escrito, así que aquí está aunque con un poco de retraso ^^

Primera “cita” de nuestros chicos, aunque tendrán una invitada inesperada XD Veremos cómo les va ^^

Espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

4. Una sesión de cine.

(Rody)

En cuanto abandoné la casa de la familia de Erick cogí la moto que había aparcado en la puerta para volver a mi piso, esperaba encontrarme allí con Laura, de no estar se me complicarían mis planes.

Necesitaba un coche para poder llevar a Erick al cine, aún estaba sorprendido de que hubiera aceptado quedar conmigo, debo reconocer que pensé que me lo pondría mucho más difícil.

Aún no estaba seguro de que fuera buena idea, o incluso fuera ético, aceptar el trato con su familia, pero de alguna manera me había visto empujado a hacerlo.

No sé si por la mirada esperanzada de Noelia, las suplicas de Ariadna o porque realmente le estaba empezando a coger cariño al renacuajo, pero a pesar de lo que mi moral me remarcaba, acabé aceptando algo a todas luces y, como mínimo, indecente.

Siempre había querido ayudar a las personas y esta era una oportunidad como otra cualquiera de hacerlo, me pagaban sí, pero no deja de ser un trabajo ¿No?

Quizás el problema estaba en ocultárselo a Erick, pero de habérselo dicho jamás habría aceptado, eso justificaba de alguna manera mis actos.

Llegué al apartamento y afortunadamente Laura estaba en el sofá viendo la tele.

- Laura cariño, necesito que me dejes el coche esta tarde/noche ¿Te va bien? – Fui directo al grano, no tenía mucho tiempo.

- Hola guapa que tal estas, no te he visto en todo el día, hoy estas muy guapa – Comenzó a burlarse – ¿No crees que podrías haber comenzado por saludar?

- Estas guapísima, ese peinado te sienta genial – Le di un beso en la mejilla – ¿Me dejas el coche?

- Y se puede saber a qué se debe tanta urgencia – Preguntó entre risas.

- Voy a ir al cine y lo necesito – Informé.

- ¿Y no puedes ir al cine con tu moto? – Preguntó con curiosidad.

- No, voy con alguien – No quería darle mucha información pero conociendo a Laura no pararía hasta saberlo todo.

- ¿Y desde cuando te ha molestado llevar a alguien de paquete en la moto? – Volvió a preguntar. La odiaba cuando se ponía en plan Sherlock Holmes.

- Voy con Erick, va en silla de ruedas así que no puedo llevarlo en la moto – Comenté sin mirarla, mientras me adecentaba un poco.

- ¡Espera ¿Qué?! – Se sorprendió – ¿Me estás diciendo que has quedado con ese paciente que te vuelve loco?

- Si, verás… es largo de explicar – Intenté evitar una explicación.

- ¿No será que el chico, al que consideras mono, te gusta? – Preguntó con picardía.

- Nada de eso – Protesté – Su familia me invitó hoy a comer a su casa para conocerme y agradecerme que este ayudando a su hijo, me han contratado para que saque al chico de casa.

- ¿Y el chico ha aceptado? – Preguntó incrédula – Tal y como hablas de él no parece ser el típico chico que hace lo que le piden.

- Lo mío me ha costado – Resoplé – Aunque él no sabe que me están pagando, he intentado convencerlo de que lo hago por su bien.

- Le estás engañando Rody, eso no está bien – Me recriminó.

- Créeme que lo sé – Dije apenado – Pero el chico no me cae del todo mal, aunque es un dolor de muelas no creo que sea mala persona, y el pobre se ha encerrado en casa por no molestar a nadie. No quiere dar lástima ni molestar a su familia y prefiere encerrarse en casa, ha perdido amigos y está completamente apático ante la vida, su familia está preocupada por él y yo voy a intentar ayudarlos.

- Que buen samaritano ¿Y no te has parado a pensar en lo que sentirá el chico cuando sepa que su familia te paga para que salgas con él? – Cuando Laura me regañaba siempre conseguía hacerme sentir mal.

- No hace falta que me sermonees Laura, sé que no es del todo correcto lo que estoy haciendo, pero créeme que lo hago para ayudarle, de alguna manera me siento mal por él – Intenté defenderme.

- Solo te pido que vayas con cuidado, puedes hacerle más daño que bien – Me aconsejó –Y en el fondo sigo pensando que el chico te gusta – Se rió.

- No es para tanto – Le quite importancia.

- Me gustaría conocerlo – Comentó pensativa – Creo que voy a ir con vosotros al cine.

- ¡¿Qué?! – Pregunté sorprendido – No puedes venir, le he dicho que iríamos los dos solos.

- Pues dile que los planes han cambiado, que tu querida amiga Laura no tenía nada que hacer y se ha apuntado para no quedarse sola y aburrida en casa – Antes de poder debatir el asunto Laura ya estaba arreglándose para salir – O voy con vosotros o no tienes coche – Sonrió con chulería.

- Aún no sé porque eres mi amiga – Dije resignado.

Después de arreglarnos un poco salimos los dos de casa en dirección a la casa de Erick, la cosa no había resultado como yo planeaba, pero la presencia de Laura también podía ayudarme a que Erick se sintiera más relajado.

Nada más llegar hice que Laura me esperara en el coche y me dispuse a recoger a Erick. Llamé a la puerta de la verja y me hicieron pasar, tras hacerme esperar unos cinco minutos en el salón Erick apareció bajando por el ascensor habilitado para él en la escalera.

- Te haces esperar como una damisela – Bromeé nada más verle – Llevo cinco minutos esperando.

- Aún estás a tiempo de marcharte si quieres – Espetó molesto – No creas que es fácil arreglarse en silla de ruedas y tampoco me has dado mucho tiempo – Se medio disculpó.

- Bien, si ya estamos listos, vámonos – Hice el amago de ayudarle a empujar su silla pero se negó y comenzó a moverse solo – Espero que no te moleste pero vamos a tener compañía – Dije nada más salir, cuando ya se veía el coche con Laura sentada en el puesto del copiloto.

- ¿Tu novia se ha puesto celosa porque ibas a salir con un chico gay? – Preguntó con sarcasmo.

- No es mi novia, es mi amiga Laura, compañera de piso y dueña del coche – Me expliqué – Se aburría en casa y no pude negarle que nos acompañara.

- En realidad le chantajeé, si quería el coche tenía que dejarme venir – Comentó Laura sonriendo, ya habíamos llegado al coche y ella había salido del coche escuchando la conversación – Soy Laura, encantada de conocerte – Se presentó.

- Erick – Dijo sin más. Laura le dio un beso en la mejilla como saludo.

- Espero que no te importe que haya venido – Sonrió como mejor sabía Laura.

- Para nada. Así no me aburro mucho, que Rody no tiene mucha conversación – Comentó, aprovechando para meterse conmigo, Erick.

- Tú y yo vamos a llevarnos bien – Comenzó a reírse Laura.


Entre Laura y yo ayudamos a Erick a entrar al coche, una vez que estuvo en su asiento plegamos su silla para guardarla en el maletero. Por suerte el coche de Laura tenía un maletero grande y no hubo problemas para guardar la silla.

Nos dirigimos al centro comercial, Erick estaba a mi lado de copiloto y Laura se había sentado detrás, en el medio para poder hablar con los dos.

- ¿Qué película veremos? – Preguntó Laura inquieta.

- Ni idea, no sé qué películas están ahora en cartelera – Comentó Erick – Estoy bastante desinformado.

- Será mejor que esperemos a llegar y veamos que películas están proyectando, entonces decidiremos – Dije como si fuera lo más obvio.

- Espero que no elijas tú, seguro que tienes un gusto pésimo – Se burló de mí Erick.

- Parece que te conoce bastante bien – Comenzó a reírse Laura.

- Yo no tengo mal gusto para el cine – Protesté.

- Con lo amable y servicial que eres seguro que te gustan las películas royo sentimental, aburrido hasta decir basta – Resopló Erick.

- Me gustan las películas con contenido, no las que simplemente se pasan el rato entre carreras de coches, disparos, matanzas y otras barbaridades – Volví a protestar – Además, creo que no soy el único al que le gustan las películas sensibleras, recuerda que he visto tu habitación – Le piqué – “El diario de Noa” no es precisamente una película de acción.

- ¿Te gusta “El diario de Noa”? – Le preguntó Laura sorprendida.

- Bueno, tengo mis debilidades – Se sonrojó – En realidad me gusta el protagonista.

- Es un chico muy guapo – Sonrió Laura – Normal que te guste.

- En realidad no es el tipo de chico que me gusta – Confesó – Pero a él, no sé, le encuentro algo especial. Pero a mí me gustan los chicos más fuertes y con más cuerpo.

- ¿Cómo Rody? – Iba a matar a Laura, cruel y violentamente.

- ¡No, ni hablar! – Exclamó ofendido – Rody es demasiado grande, seguro que es un torpe en la cama.

- Perdona pero nunca nadie se ha quejado de mis artes amatorias – Intervine ahora yo ofendido – Y porque sea grande no quiere decir que sea torpe.

- Pues yo creo que haríais muy buena pareja – Sonrió con picardía Laura.

- Ni muerto – Protestó Erick.

- Antes me hago monje – Dejé claro yo también.

- Como digáis – Se rió Laura.

Continuamos hasta llegar y aparcar en el centro comercial. Al ser domingo y estar las tiendas cerradas no había mucha gente, estaba seguro de que eso ayudaría a Erick a sentirse más cómodo y menos observado.

Bajamos del coche y fuimos hacia el cine para ver la cartelera, Erick iba solo pero de vez en cuando nos encontrábamos algún obstáculo difícil de superar para él, entonces, y sin esperar a que Erick me pidiera ayuda, me ponía detrás de su silla y le ayudaba. Para ser un centro comercial al que iba mucha gente, no estaba nada habilitado para gente con discapacidad, era una vergüenza.

Nos costó ponernos de acuerdo en una película, a los tres nos apetecía una diferente, al final decidimos ver una que ninguno había elegido para estar los tres en iguales condiciones. Para mi mala suerte fue una de miedo, odiaba las películas de miedo, siempre acababa asustándome más de la cuenta en alguna escena y mis gritos de miedo eran bastante ridículos. Crucé los dedos para que no me asustara en esta película o Erick iba a estar riéndose de mí por mucho tiempo.

Compramos unas palomitas gigantes para los tres y refrescos y nos dispusimos a esperar, ya sentados en nuestro sitio, a que comenzara la película.

- ¿Cuánto tiempo hace que vas en silla de ruedas? – Le preguntó Laura a Erick mientras hacíamos tiempo.

- Desde que tuve el accidente de coche, un año y medio – Me sorprendió que Erick le respondiera, por lo que tenía entendido no le gustaba hablar del accidente – Sufrí un pinzamiento en la parte media de la columna, no sentía absolutamente nada de cintura para abajo.

- Tuvo que ser duro – Comentó apenada Laura.

- Todo el mundo dice que podía haber sido peor, así que supongo que debo sentirme afortunado – Siguió explicando – Hace unos meses me operaron y ya empiezo a sentir algo, pero mis piernas no tienen fuerza y aún soy incapaz de volver a caminar.

- Y ahí es donde se explica mi trabajo – Intervine.

- En el que no debes de ser muy bueno si no has conseguido nada de nada todavía – Me recriminó Erick.

- Quizás avanzaríamos más si la persona interesada en volver a andar pusiera más de su parte – Dejé caer.

- Claro, ahora échale la culpa de tu incompetencia a los demás – Argggghhhh me sacaba de quicio.

- ¿Has visto lo que tengo que aguantar todos los días Laura? – La miré y la sorprendí aguantándose la risa – ¡Laura!

- Lo siento, lo siento – Se disculpó aún aguantando la risa – Es que sois tan graciosos.

Por suerte la película comenzó, así que dejamos nuestra charla para más tarde y nos concentramos en la pantalla.

Estaba haciendo el mayor esfuerzo posible para no demostrar mi miedo, aunque no estaba seguro de conseguirlo. De vez en cuando brincaba en mi asiento o me tapaba los ojos en alguna escena altamente peligrosa, era algo que no podía evitar, superior a mí. Estaba en medio de los dos, a mi derecha Erick que parecía incluso divertirse con las escenas de miedo, y a mi izquierda Laura súper concentrada para no perderse ni un segundo.

Ahora mismo en la pantalla se veía a la típica chica, joven y guapa, que sabías que acabaría muerta. Era de noche y caminaba, buscando a su novio, por un bosque en el que habían acampado, la música comenzó a volverse más tétrica, zooms en la imagen acompañaban a la música, solo había que esperar el momento en el que el asesino apareciera y…

- ¡Ahhhhhhhhhh! – Grité tan alto que todo el cine me miró con molestia – ¡¿Qué haces, a caso quieres que me de un infarto?! – Erick me había asustado, pellizcando mi cintura justo en el momento en que apareció el asesino en la pantalla, me llevé un susto de muerte.

- No he podido evitarlo, eres tan miedica – Se estaba riendo a carcajadas el muy maldito – ¿Cómo puede ser que un tío de casi dos metros tenga tanto miedo de una simple película?

- Yo no tengo miedo de la película, simplemente soy muy aprensivo – No me lo creía ni yo, pero tenía que intentarlo.

- Esta noche no dormirá, siempre le pasa lo mismo – Apuntilló ahora Laura también entre risas.

- Ahora os confabuláis contra mí, vaya par – Los dos se lo estaban pasando en grande burlándose de mí.

- Venga Rody, reconoce que es curioso que alguien como tú sea tan miedica – Laura comenzó a hacerme cosquillas en el brazo mientras me decía esas palabras.

- No soy un miedica, es solo una película – Puse pucheros.

- Por eso mismo ¿Por qué tener miedo de una película? – Preguntó Erick – No es como si al salir del cine nos vayamos a encontrar con un asesino en el aparcamiento donde tenemos el coche – Perfecto, ahora iría con miedo a buscar el coche al parking.

- Nunca se sabe lo que puede pasar – Resoplé.

- Con lo fuerte que eres y lo que te gusta hacerte el bueno, seguro que si un asesino nos atacara nos defenderías con tu propia vida – Se burló Erick.

- A Laura la defendería, a ti… posiblemente te dejaría como carnada para distraer al asesino – Me burle yo ahora.

- Que cruel – Protestó Erick – Te quedarías sin paciente.

Ante las insistentes quejas a nuestras charlas de los demás espectadores, dejamos de hablar y continuamos viendo la película. Yo me pase el resto del film intentando recuperar el ritmo normal de mi corazón después del susto.

Cuando acabó la película Erick y Laura comentaban emocionados las partes que más les habían gustado, yo solo podía agradecer el que ya se hubiera acabado el sufrimiento.

- ¿Os apetece cenar algo rápido? – Preguntó Laura una vez fuera del cine – Erick ¿Tienes que volver a casa o puedes quedarte un rato más?

- Ya soy mayor de edad no tengo que dar explicaciones a nadie – Protestó Erick.

- De todas maneras deberías llamar a tu casa para que sepan que estás bien y que llegaras un poco más tarde – Era la primera vez que salía solo desde que iba en silla de ruedas, no estaba de más que avisara a su casa.

- Si mami – Protestó con burla.

Erick llamó a su casa para avisar de que llegaría más tarde y fuimos a cenar a un sitio de comida rápida del centro comercial. Era increíble como habían congeniado Erick y Laura, no paraban de hablar en ningún momento.

Escuchando su verborrea sin sentido pude conocer un poco más a Erick, por algún motivo pensé que solo se portaba como un niño malcriado con su familia y conmigo ¿Qué había hecho yo para merecer eso?

- Y dime Erick ¿Cómo es que un chico tan mono como tú no tiene novio? – De verdad, iba a matar a Laura ¿Tenía que preguntarle eso cuando apenas le conocía de hoy mismo?

- Eso me preguntó yo, creo que los asusto con mi belleza – Bromeó – O puede que simplemente no me vean a mí sino a la silla de ruedas – Ahora se había puesto serio, posiblemente ese era el problema, la gente suele ver la silla, y el problema que ella supone, y no ve a la persona que se sienta en ella.

- Pues todos los tíos son unos estúpidos – Comenzó a gritar Laura – Estúpidos, estúpidos.

- Ya vale Laura, creo que te hemos entendido – Intenté que se callará al ver como la gente alrededor la miraba como si estuviera loca.

- Estoy de acuerdo contigo – Comenzó a reír Erick. Yo me quedé como hipnotizado viéndole reír. En todo este tiempo en que había sido mi paciente no le había visto reír nunca, a no ser que se riera de mí, y apenas le había visto sonreír. Sin embargo ahora que lo veía reír… tenía algo… tenía…

- ¿Que desean para cenar? – Por suerte la camarera que vino a atendernos interrumpió mis pensamientos.

Cenamos entre charlas agradables, risas y bromas, Erick y Laura habían conectado a la perfección y a mí me resultaba fácil estar entre esos dos.

¿Por qué cuando estaba a solas con Erick me costaba tanto conectar con él?

La respuesta era evidente para mí, Erick cuando estaba conmigo se auto protegía, no mostraba al verdadero Erick sino al lastimado y minusválido. Ahora bromeando, riendo y hablando con Laura podría jurar incluso que se había olvidado de su silla.

Cuando acabamos de cenar volvimos al coche y nos dispusimos a acompañar a Erick a su casa, no sin antes prometerle a Laura que volveríamos a quedar los tres. Al llegar a la puerta de su casa, le ayudé a montarse de nuevo a la silla de ruedas y le acompañé a la puerta mientras Laura esperaba en el coche.

- Ha sido mejor de lo que esperaba salir contigo – Fueron sus palabras antes de despedirse.

- Creo que Laura ha ayudado a eso – Sonreí.

- Aún me pregunto como una chica como ella es amiga tuya – Aprovechó para meterse conmigo.

- Misterios de la vida – Seguí la broma – Tengo tu número te llamaré para quedar otro día.

- Puedes enviarme mensajes si quieres – Parecía haberle costado un mundo decir eso – De todas formas nos vemos todos los días en la rehabilitación, y no te creas que por esto que ha pasado hoy, va a cambiar mi actitud en las sesiones.

- Lo imaginaba – Resoplé – Nos vemos entonces – Me despedí finalmente.

- Adiós – Me sonrió, y por alguna razón no pude apartar mi mirada de su sonrisa.

Cuando llegué al coche Laura me miraba aguantándose la risa, subí sin decirle nada y comencé a conducir, hasta que no pude más.

- Suéltalo ya, me estás poniendo nervioso – Siempre me hacía lo mismo, me conocía demasiado bien.

- No he visto al hijo del demonio por ninguna parte, ese chico es un encanto – Comentó al fin – Y está claro que te gusta.

- Será un encanto contigo porque no ha parado de meterse conmigo todo el día – Resoplé – Y no, no me gusta, ya te dije que no me gustan los niños malcriados.

- Pues tu cara dice otra cosa, cuando os habéis despedido solo te ha faltado babear – Se rió – Vamos Rody, ese chico es muy mono y sé que a ti no te importa la silla de ruedas ¿De verdad no has pensado ni por un momento en ligar con él?

- Como dices no me importa la silla de ruedas, además sé que pronto volverá a andar, pero ese chico me vuelve loco, no creo que pudiera pasar mucho tiempo con él a solas – Suspiré – Hoy la cosa ha funcionado más o menos bien porque estabas tú, pero créeme cuando está conmigo a solas es inaguantable.

- Quizás es porque le gustas y por eso se porta así – Sonrió – Creo que deberías intentar conocerlo un poco mejor, no pierdes nada, y quien sabe.

- Te aseguro que antes de acabar liado con él me quedo soltero para toda la vida – Comenté indignado.

- Lo que tú digas – Volvió a reírse.

Y su risa nos acompañó durante todo el trayecto.

Había sido un día bastante raro, la comida con los padres de Erick, la petición de su familia para que lo sacara de casa, salir con él y Laura al cine, conocer a un Erick diferente, habían pasado muchas cosas en un solo día.

Pero no, por muy mono que fuera el chico no caería en sus redes, sabía que Erick es de esos que cuando se saben deseados se aprovechan al máximo, y no iba a caer de nuevo.

Ya me pasó una vez y no acabó bien, no quiero enamorarme de la persona equivocada, no de nuevo.

***
Notas finales:

¿Qué os parece Laura?

A mí me encanta, ella ya ha captado que entre esos dos hay algo aunque quieran negarlo ^^

Las mujeres somos muy intuitivas para esas cosas XD

Como siempre agradecer sus reviews a Psychoneko, LUCI, Yuko, ItouMiyu y Ana ^^ Estoy muy contenta con tanto mensaje, espero seguir con este ritmo que me anima mucho ^^

Un beso

Yaonita


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