Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Paciente Complicado por yaonita

[Reviews - 175]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola ^^

Como siempre me ha gustado que se vean los puntos de vista de los dos protagonistas, en este capítulo sabremos porque Rody acabó besando a Erick ^^ También sabremos lo que sintió por su rechazo :(

Lo que está escrito es cursiva son conversaciones del pasado que Rody está recordando.

Espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

 

8. El beso.

(Rody)

Estaba en la cocina, apoyado en la barra americana y tomándome la segunda taza de café de la mañana antes de ir al trabajo. No había dormido nada en toda la noche, así que iba a necesitar mucho café en vena para poder rendir en condiciones en mi jornada laboral.

Aún no podía creerme que hubiera besado a Erick, y mucho menos podía creer que me hubiera correspondido. Aunque su buena actitud se acabó al mismo tiempo que el beso. Su reacción de después del beso me dejó completamente paralizado, no sabía muy bien que había sentido Erick, incluso me sentí culpable por haber seguido mis instintos, por eso no dije nada, me quedé helado y mudo.

Todo empezó por la mañana, cuando Erick rechazó quedar conmigo y me dijo que lo mejor era que nuestra relación se quedara en lo estrictamente profesional.

No dejé de pensar en ello durante el resto del día, ni siquiera pude concentrarme en mi trabajo ocasionando que varios pacientes me llamaran la atención por mi despiste.

Por algún motivo su rechazo me había dolido más de lo que hubiera pensado, apenas nos conocíamos y tenía los suficientes amigos como para tener que lamentarme por la pérdida de una posible nueva amistad ¿Entonces porque estaba tan molesto?

Empecé a pensar en las palabras de Laura, diciéndome una y otra vez, que el chico me interesaba más de lo que yo reconocía ¿Y si tenía razón?

Tuve que reconocer que el chico era bien mono, guapo diría yo. Tenía unos ojos verdes que cada vez que los veía me gustaban más, eran enormes y todo su carácter y fuerza se podían ver reflejados en ellos. Sus facciones eran delicadas, pero sin llegar a ser femeninas, y a pesar de su delicadeza podían llegar a mostrar mucha fuerza y dureza cuando se enfadaba. Sus labios eran finos, pero rojos y carnosos, daban unas ganas locas de besarlo. Su pelo castaño claro, tirando a rubio, lo tenía algo largo, le llegaba a la nuca, y lo tenía liso con ligeras ondulaciones. Se veía suave y te daban ganas de enredar tus dedos en el.

Quizás era demasiado delgado para mí, la estatura no era un problema, a pesar de lo alto que soy yo, nunca me importó salir con chicas o chicos mucho más bajos, pero su delgadez si me preocupaba.

No es que no me gustara, se le intuía un cuerpo delicioso, pero me preocupaba que se estuviera descuidando, se veía débil.

Y su carácter… vale si, su carácter me sacaba de quicio, pero me gustaba hablar con él, incluso me gustaba discutir con él, era como si eso le diera vida a mi día a día. Era una motivación más, un reto, una inyección de adrenalina que conseguía que mis días pasaran de ser monótonos y aburridos a electrizantes y divertidos.

Y jamás se lo confesaría, pero hacía unos días había descubierto la ternura que Erick guardaba debajo de esa faceta de chico malhumorado y destructor.

¿Podía ser que me hubiera enamorado de Erick sin darme cuenta?

En eso estuve pensando todo el día, incluso Jessica se dio cuenta de que algo me pasaba.

- Rody andas en las nubes ¿Te ha pasado algo? – Me preguntó en un momento de la mañana cuando se acercó a mí.

- ¿Tanto se me nota? – Pregunté incrédulo.

- La Sra. Gonzalez te ha pellizcado el culo y ni te has dado cuenta – Se rió.

- Esa mujer se creé que soy un trozo de carne, ya me vengaré de ella – Murmuré.

- Pero ahora en serio ¿Qué te pasa? – Se puso seria.

- ¿Crees que puedes enamorarte de alguien sin darte cuenta? – Decidí preguntarle – Incluso aunque pienses que esa persona no tiene nada que ver con tu forma de ser.

- Un momento – Se giró dejándome con la palabra en la boca – Chicos gané la apuesta, es un mal de amores – Volvió a girarse hacia mí.

- ¿Habéis apostado dinero? – Pregunté furioso.

- No te lo tomes a mal Rody, pero llevas toda la mañana muy raro y hemos estado divagando sobre que te pasaba – Me explicó – Yo les dije que me apostaba lo que fuera a que era mal de amores, una cosa llevó a la otra y…

- Acabasteis apostando – La interrumpí – Vaya compañeros tengo – Resoplé.

- Tú habrías hecho lo mismo y lo sabes – Bromeó.

- Puede – Acepté con una sonrisa.

- En cuanto a tu pregunta – Recuperó el tema – Hay quien se enamora a primera vista y en cuanto ve a la persona se da cuenta de ello, pero creo que esos casos son los menos comunes. Para mí, lo más normal es enamorarse poco a poco y sin darse cuenta, es como que vas conociendo a esa persona, y alguien que pensabas que jamás encajaría contigo acaba convirtiéndose en parte importante de tu mundo.

- ¿Y cómo sabes si eso que sientes es amor o simple amistad? – Estaba realmente confundido, no quería confundir una amistad con algo más.

- Porque si fuera solo amistad ni siquiera te estarías planteando estas preguntas – Me sonrió.

- Digamos que acepto que me he enamorado de esa persona ¿Cómo sé si para él soy solo un amigo o algo más? – Seguí escarbando en mis sentimientos.

- ¿Él? – Me miró con picardía – Si estamos hablando de quien creo que estamos hablando, te diría que no lo dudes, que te lances a por todas.

- ¿Sabes de quien hablo? – ¿Era posible que ella se hubiera dado cuenta de mis sentimientos antes que yo?

- Rody, solo hay que fijarse un poco para darse cuenta – Se rió – Y creo que él siente lo mismo, pero no va a ser fácil, intuyo que algo le pasó y que no aceptará fácilmente sus sentimientos.

- ¿A qué te refieres? –Yo no veía nada de raro en Erick.

- Esa actitud que tiene de estar siempre a la defensiva, de negarse a todo y darle la espalda a la vida creo que se debe a algo que le pasó en el pasado – La estaba escuchando muy atentamente – Me gusta observar a la gente y suelo leer muy bien entre líneas, y créeme Rody ese niño está muerto de miedo e intenta protegerse con frialdad y pasotismo.

- No lo sé Jessica, a veces veo a un Erick diferente, puede que tengas razón, pero no sé si soy el indicado para ayudarle a afrontar sus miedos – Dije pensativo – Además, hoy me ha dejado muy claro que quiere que nuestra relación sea estrictamente profesional.

- Piensa un poco, seguro que has hecho algo para molestarlo – Lo pensé, no sabía que podía haber hecho de malo para que Erick se molestara.

- No se me ocurre nada – Murmuré – Incluso le pedí para quedar hoy y hacer algo juntos, pero se negó, ahora no tengo planes.

- Pues yo tengo que ir al centro comercial a comprar un regalo para mi chico, me vendría bien que me acompañaras – Me ofreció – Así matamos dos pájaros de un tiro, tú ya tienes planes y yo consigo a un chico para que me ayude a elegir el regalo. No tengo ni idea de que comprarle.

- Trato hecho – Sonreí – Me vendrá bien despejarme, a ver si así dejo de darle vueltas a la cabeza.

- También podrías comprarle algo a Erick para que te perdonara – Bromeó.

- No le he hecho nada malo, no tiene nada que perdonarme – Protesté. Ella simplemente comenzó a reírse y se fue para continuar con su trabajo al igual que yo debía hacer.


Seguí con mi trabajo y seguí pensando en todo momento en Erick. Puede que efectivamente me hubiera enamorado de él, que por alguna extraña razón, un chico como él, malcriado y egoísta, hubiera conseguido un pedacito de mi corazón. Pero no podía ser, Erick era algo más, como decía Jessica había algo que intentaba ocultar y que era lo que me había enamorado.

Ahora solo tenía que descubrir que era, porque por más que lo pensaba no conseguía adivinarlo.

Había quedado con Jessica a la salida, pero antes de irme decidí hacerle una visita a la señora Rodríguez. Seguía ingresada y hacía un par de días que no la visitaba.

Nada más llegar al pasillo me sorprendió no verla en la puerta, como a ella le gusta, aún así decidí entrar en la habitación y allí la encontré.

- Buenas tardes señora Rodríguez ¿Puedo entrar? – Pregunté asomando la cabeza por la puerta.

- ¡¡¡Ohhh Rody, cariño!!! Por supuesto pasa – Se alegró de verme – Hacía un par de días que no te veía, ya pensaba que te habías olvidado de esta vieja solitaria.

- De eso nada señora Rodríguez, lo que pasa es que llevo unos días bastante liados – Me disculpé – Pero en cuanto he tenido un poco de tiempo me he escapado a verla.

- Cuánto me alegro, no estoy en mis mejores días cariño – Se apenó – Tuve un achaque que casi me lleva al otro barrio.

- No lo sabía – Me entristecí – Pero me alegra que siga aquí, en el otro barrio pueden esperar un poco más.

- Tarde o temprano tendré que irme pero voy a presentar batalla – Me sonrió. Se la veía algo debilitada pero con ganas, eso era importante. Nunca entendí como su familia se desatendía tanto de ella, era una mujer encantadora y tenía hijos y nietos, pero muy pocas veces venían a visitarla. Ella decía que no le importaba, que entendía que ya tenían su vida montada y que ella solo era una carga, yo solo podía pensar que si fuera mi abuela sacaría tiempo de donde fuera para visitarla a todas horas – Y dime cariño, hay algo que te preocupa ¿Verdad?

- ¿Cómo lo sabe? – Me sorprendí.

- Se nota que estás pensativo, eres un chico muy transparente – Aseguró.

- Supongo que no puedo ocultarle nada – Sonreí tristemente – ¿Alguna vez en su juventud se enamoró de alguien sin saber por qué?

- Ay cariño, aún hoy en día, después de sesenta años de haber conocido a mi marido, me pregunto que vi en él – Sonrió nostálgica – Pero pienso en los buenos momentos que vivimos juntos y no me arrepiento de nada. Creo que el amor es más inteligente que nosotros mismos y detecta, aunque nosotros no nos demos cuenta, a la persona que nos hará felices.

- Es usted muy sabia – Le agradecí sus palabras.

- ¿Así que al fin alguien ha removido tu corazón? – Me preguntó con una sonrisa.

- Puede ser, pero aún es pronto para saberlo – Aún no sabía exactamente qué me pasaba, que sentía por Erick o si había alguna posibilidad de que él sintiera lo mismo por mí.

- No pienses mucho con la cabeza querido, piensa con el alma, con tu corazón, y seguro que no te equivocaras – Me aconsejó.

- Eso haré señora Rodríguez – Me levanté y le di un par de besos en las mejillas para despedirme – Prometo volver pronto a verla.

- Espero que lo hagas, quiero saber cómo avanza tu historia – Nos despedimos y yo seguí mi camino.

Después de hablar con la señora Rodríguez tuve las cosas un poco más claras, no sabía porque, ni cómo, ni exactamente cuándo, pero me había enamorado de Erick. Por eso me habían afectado tanto sus palabras, por eso cada mañana me levantaba pensando que él sería mi primer cliente, por eso me pasaba el día pensando en ejercicios para poder ayudarlo mejor y por eso me importaba tanto lo que le pasara.

Haber ido con Jessica al centro comercial me estaba sentando de maravilla, aunque solo fuera por unas horas, iba a poder dejar de pensar en Erick. Entramos a varias tiendas, buscamos por todos lados el regalo perfecto para su chico y, una vez que lo encontramos, seguimos paseando simplemente para pasar el rato.

Lo que no esperaba era encontrarme precisamente con el chico del que quería dejar de pensar, el chico que me estaba quitando la tranquilidad y que estaba volviendo mi rutinario día a día en una autentica locura.

Cuando lo vi en una de las terrazas sentado con lo que imaginaba que eran dos amigos, tuve dos sentimientos muy diferenciado. Por un lado, el primero y más fuerte, me sentí defraudado, reemplazado y engañado. Por otro lado, otro sentimiento menos fuerte pero igual de importante, me sentí contento por él, por ver que estaba recuperando su vida e intentaba llevar la vida de un chico normal y corriente.

Intenté evitar que Jessica se diera cuenta de que Erick estaba allí, pero por desgracia no lo conseguí.

- ¿Ese de allí no es Erick? – Señaló hacia donde estaba – Si que es él, vamos a verle.

- Jessica está con sus amigos, no podemos ir a molestarlo – Intenté evitarlo.

- Vamos, solo será un saludo – Me agarró del brazo y me llevó hasta allí.

A lo lejos vi como Erick nos había visto pero intentaba hacerse el tonto, el muy maldito no quería que nos acercáramos. Seguramente se avergonzaba de nosotros, pero no iba a conseguir que pasáramos de él, Jessica estaba demasiado animada.

- Erick que alegría verte por aquí – Fue el alegre saludo de Jessica.

- Hola Jessica, perdona que no me levante para saludarte pero ya sabes que no puedo – Como siempre Erick con su sarcasmo.

- No puedes porque no quieres, porque a estas alturas ya deberías de poder ponerte en pie como mínimo – Le reclamé con enfado. Si él quería ser sarcástico yo también podía serlo.

- Perdóneme por no ser el perfecto paciente que usted deseara – Refunfuñó de mala manera.

- ¿Estás con unos amigos? – Jessica le hizo darse cuenta de que no nos había presentado a sus amigos.

- Ohhh si, perdonad – Se disculpó – Ellos son Maite y Germán, unos amigos míos. Chicos ellos son Jessica y Rody, fisioterapeutas del hospital.

- Ohh el mastodonte – Miré a la chica con malas pulgas, sabía que Erick me llamaba así ¿Pero lo hacía con todo el mundo? – Perdón, tu fisioterapeuta ¿No? – Intentó rectificar la chica.

- El mismo, yo soy quien tiene que aguantar el mal humor de este renacuajo todos los días – Me presenté, aprovechando para meterme con Erick. Si para él yo era un mastodonte, para mí él era un renacuajo. Si, vale, un renacuajo muy mono, pero al fin y al cabo un renacuajo – Pero no me llamo mastodonte, soy Rody – Le di dos besos a su amiga, ante todo estaban los buenos modales.

- Es un placer, Erick nos ha hablado mucho de ti – La chica me caía bien ¿Cómo podía ser amiga de Erick?

- No esperaba verte aquí – Siempre tan simpático, yo tampoco había esperado encontrármelo, si lo que quería era dejar de pensar en él.

- Bueno, tenía otros planes, pero me dejaron plantado, así que Jessica y yo decidimos dar una vuelta por el centro comercial después del trabajo – Le miré de forma en que quedara claro de quien era la culpa de que hubiera tenido que cancelar mis planes.


- ¿Quién sería capaz de dejar plantado a un chico tan guapo como tú? – Maite era un encanto, la miré con una sonrisa para agradecerle el cumplido.

- Alguien con poca inteligencia sin ninguna duda – Aproveché para meterme con Erick, por alguna razón me gustaba provocarle.

- Estábamos tomando algo ¿Os apetece sentaros con nosotros? – Maite nos invitó a sentarnos con ellos, pero yo no tenía muy claro que fuera buena idea.

- En realidad será mejor que nos vayamos…

- A mí me apetece tomar algo, podríamos sentarnos un rato – Jessica me interrumpió cuando estaba intentando buscar una escusa para marcharnos, así que no tuve más remedio que sentarme con ellos.

- Así que sois amigos de Erick – Comenté para entablar una conversación una vez sentados – Con el mal carácter que tiene pensé que no tenía amigos.

- A veces yo también me pregunto cómo lo aguantamos – El chico no había hablado hasta ahora, pero consiguió sacarme unas risas.

- ¡Germán! – Protestó Erick al ver mi reacción.

- Si, vale, en realidad es un encanto y le sobran los amigos allá por donde va – Sonrió a la fuerza – ¿Así te gusta más Erick? – No podía parar de reír. La cara de Erick estaba roja de furia mal contenida y todos en la mesa nos reíamos.

- Que he hecho yo para merecer a estos amigos – Se lamentó, provocando más risas en todos nosotros.

Dejamos de atosigar a Erick y comenzamos a hablar de otros temas, tonterías varias para pasar el rato. Yo por dentro estaba cavilando, pensando en el motivo de Erick para rechazarme, estaba molesto con él. Si lo que quería era salir con sus amigos que me lo hubiera dicho y ya está, yo lo hubiera entendido, no hacía falta toda la charla que me soltó en la mañana.

Intenté evitarlo durante toda la charla, no quería mirarle y que él me notara el disgusto. Pero por mucho que intentara evitarlo, no podía dejar de observarle.

Con sus amigos se comportaba de una manera diferente, reía, bromeaba, si, también tenía algo de mal genio, pero siempre le duraba poco. No era lo mismo que conmigo que siempre estaba a la defensiva, siempre tratando de ofenderme o dañarme con sus palabras, no entendía porque ese cambio.

El Erick que veía ahora me gustaba, era el Erick que me había enamorado y que tan pocas veces había mostrado ante mí.

Cuando llegó la hora de irse me ofrecí a llevarles a su casa, Jessica se podía ir con su coche y yo no iba a dejar que los chicos se fueran en transporte público con lo dificultoso que era con la silla de ruedas de Erick.

Primero dejé en sus casas a Maite y Germán, los cuales me enteré de que eran novios después de su afectuosa despedida. Pero entonces nos quedamos a solas Erick y yo, y la situación se volvió algo tensa.

Erick y yo no nos dijimos absolutamente nada durante todo el camino, aparqué frente a su casa e intenté suavizar el ambiente, pero como siempre tuvo que saltar el bocazas de Erick.

- No entiendo porque estás enfadado conmigo, debería ser yo el que estuviera enfadado contigo – Bufó con molestia y yo le miré sorprendido.

- ¿Lo dices en serio? – Mi sorpresa se transformó en enfado y salté, dije todo lo que había estado dando vueltas en mi cabeza durante las últimas dos horas – Si no querías quedar conmigo porque habías quedado con tus amigos podrías habérmelo dicho directamente, no tenías porque decir todo lo que dijiste. Entiendo que prefieras estar antes con tus amigos que conmigo ¿Y se puede saber porque tendrías que estar tú cabreado?

- No había quedado con mis amigos, eso surgió después – Erick también estaba enfadado y no entendía porque – Si no quería quedar contigo era porque estaba harto de que me utilizaras, nunca más me vas a utilizar – Espera ¿Estaba diciéndome que yo lo utilizaba?

- ¿Y por qué crees que te estoy utilizando? – Pregunté entre sorprendido y enfadado.

- Ahora me dirás que no es verdad que me estas utilizando para acercarte a mi hermana, si eso es lo que quieres ten un par de huevos y díselo, déjame a mí tranquilo – Así que eso era, Erick estaba celoso, era algo que me había pillado completamente por sorpresa

- ¿Eso es lo que piensas? – Creo que Erick está más ciego que yo, yo he tardado en darme cuenta de que me había enamorado de Erick pero él ni siquiera se ha dado cuenta de mis sentimientos – Eres más tonto de lo que pensaba – Comencé a negar con la cabeza – Reconozco que tú hermana me parece una chica muy guapa y muy linda, es el perfil de mujer que me gusta, pero jamás te utilizaría para acercarme a ella, no me hace falta. Si quisiera acercarme a ella lo haría directamente.

- ¿Y si te parece tan guapa y es tu ideal de chica, porque no lo haces? – Erick no me miraba, seguramente estaba sonrojado.

- Porque yo me muevo por sensaciones Erick, emociones que van más allá del físico o el carácter. Para que una persona me atraiga más allá de un simple interés sexual, ya sea hombre o mujer, debe provocar en mí sensaciones inexplicables – Decidí sincerarme, era ahora o nunca, Erick me miraba con interés y todo mi cuerpo se estremecía – Esa persona debe conseguir que mi cuerpo se estremezca con su sola presencia, que mi mente no pueda dejar de pensar en esa persona ¿Lo entiendes?

- Y no sientes eso por mi hermana – Al fin lo comprendió, tenía que decírselo.

- No, yo… hoy me he dado cuenta de que hay otra persona que despierta esas sensaciones en mí – Murmuré flojito, me costaba mucho confesarme, no sabía que sentía Erick por mí y tenía miedo.

- ¿Estás enamorado? – Ya que me estaba sincerando, tenía que decírselo todo.

- No sé qué es exactamente lo que siento Erick, pero hay una persona que ha entrado en mi vida de una manera brutal, lo ha puesto todo patas arriba y consigue que no pueda parar de pensar en él – Le miré intensamente.

- ¿Es un chico? – Preguntó algo asustado, quizás se estaba dando cuenta de a quien me refería. No dejé de mirarlo intensamente, era el momento, la hora de la verdad, necesitaba saber si tenía alguna oportunidad con Erick, y además, no podía controlarme más, me fui acercando poco a poco… – ¿Qué haces? – No dejé que siguiera hablando, mis labios se posaron en los suyos. En un principio quiso alejarse, pero no le dejé, lo acerqué más a mí y noté como su cuerpo se rendía ante mí.

Sus labios se rindieron a los míos, era una sensación que no sabría explicar, todo mí cuerpo vibraba, todo mi ser proclamaba a gritos que quería más. No quería ser brusco con él, pero tampoco quería dejar que se alejara de mí. De una vez por todas iba a dejarle claros mis sentimientos, unos sentimientos que yo mismo acababa de aceptar.

Quise profundizar y con mi lengua pedí permiso para adentrarme en su boca, tampoco quería forzarlo, me hizo sufrir haciéndose el duro al principio, pero al final cedió y me permitió el acceso. El beso se intensificó y por fin me mostró su entrega rodeándome el cuello con sus brazos, no puedo explicar el placer que sentí en ese momento, consciente de que había conseguido que fuera mío.

Estiramos al máximo el beso, no sabría decir cuánto tiempo pude disfrutar del tacto de sus labios, de su lengua, pero cuando la necesidad pudo más que el deseo, rompimos el beso para recuperar la respiración.

Una sonrisa tonta no abandonaba mi cara mientras nos mirábamos fijamente, no sabía que pasaba por la mente de Erick, pero deseaba con toda mi alma que le hubiera gustado.

Esperé que dijera algo, que me preguntara porque lo había hecho, que me dijera que le había gustado, pero nada de eso llegó.

Comencé a notar que Erick se sentía incomodo, y en ese instante, me di cuenta de que quizás me había equivocado.

- Erick yo…

- Sácame de aquí – Me interrumpió con enfado y algo de agresividad – No tenías que haber hecho eso pedazo de mastodonte.

En ese momento me di cuenta de lo que había pasado, me había creado falsas expectativas cuando en realidad Erick solo había respondido a mi beso por la sorpresa del acto en sí.

Agaché la cabeza apenado, avergonzado por lo que había hecho, y sin decir palabra alguna salí del coche para ayudar a Erick a subirse a su silla e irse. Noté un ligero temblor en Erick cuando lo cogí, me tenía miedo ¿Dios como había podido hacer algo así? ¿Porque me había dejado llevar de esa manera sin saber lo que quería Erick?

Le dejé sentado a la silla y se fue, sin decirme absolutamente nada ni despedirse de mí, me sentía tan sucio que no fui capaz de abrir la boca para decirle nada.

Cuando Erick desapareció por la puerta volví a subir a mi coche sin sentimiento alguno, como un robot que sin corazón, volvía a casa sintiéndome la persona más despreciable del mundo.

Al llegar a casa Laura estaba allí, no le dije nada y me dirigí directamente a mi habitación, no tenía ganas de hablar con nadie, necesitaba desahogarme dejando salir mis lágrimas en la almohada.

Me había aprovechado de la confianza que Erick había depositado en mí para satisfacer mis instintos más primitivos, no me había parado en pensar si Erick sentía lo mismo que yo o si él disfrutaba del beso.

Es cierto que se dejó llevar, que fue él quien me dio permiso para entrar en su boca y profundizar el beso, pero al principio se había resistido, y yo simplemente no le dejé alejarse.

Quizás solo continuó el beso porque pensó que de esa manera le dejaría ir, quizás nunca deseó que le besara y ni siquiera le gustó el beso. Se había cansado de decirme una y mil veces que yo no era su tipo de chico, seguramente no le gustaba ni siquiera físicamente, pero me dejé convencer por las palabras de Jessica y Laura y llegué a estar convencido de que él sentía lo mismo que yo.

Pero su reacción me dejó claro que no era así.

A Erick no le había gustado mi beso, y de haber podido, seguramente habría salido corriendo. Ahora me tendría miedo, había perdido por completo la confianza que me había ganado poco a poco, y esa confianza no iba a poder recuperarla nunca más.

Pero lo peor de todo era darse cuenta de que no tenía ninguna oportunidad con él, ahora que me había dado cuenta de mis sentimientos eso iba a ser muy duro. No iba a poder verle todos los días recordando lo que había pasado, sabiendo que me tenía miedo, sabiendo que jamás podría tenerlo.

Tenía que tomar una decisión por el bien de Erick y por mi propio bien, y mientras degustaba mi segundo café de la mañana recordando lo acontecido el día anterior, supe lo que tenía que hacer.

Cogí el teléfono y me dispuse a realizar una llamada, había decidido alejarme de Erick lo más posible y eso no lo podría hacer si seguía siendo su fisioterapeuta.

***






Notas finales:

Pobre Rody :( Es tan bueno que creé que ha abusado de la confianza que Erick le tiene :(

Y ese temblor de Erick piensa que es que le tiene miedo, cuando en realidad todos sabemos que es otra cosa XD

Espero haber conseguido que se entienda un poco la situación, me cuesta un poco transmitir lo que quiero ^^

Como siempre agradecer sus estupendos reviews a Amayablop, Grace, Ana, Mero, Yuko, Lee Sheep y ItouMiyu ^^

Un beso

Yaonita


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).