Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Paciente Complicado por yaonita

[Reviews - 175]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola ^^

En este capítulo Erick reflexionará mucho, sabremos sus motivos para rechazar a Rody después del beso y tomará una decisión ^^

Espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

9. Frente a su puerta.

(Erick)

Cuando llegó la hora de levantarme para desayunar, arreglarme e ir al hospital para la rehabilitación, yo ya estaba despierto. No había dormido nada en toda la noche pensando en el beso de Rody, lo que sentí y como reaccioné.

Por un lado, recordaba una y otra vez la sensación de sus labios sobre los míos, su tacto, su suavidad, el placer que me hacían sentir. Por otro lado, recordaba la reacción de mi cuerpo ante ese beso, los temblores, los escalofríos, el dejarme arrastrar por una corriente de placer que hacía mucho tiempo que no sentía.

Sin embargo había reaccionado de la peor forma posible, no quise hablar con Rody del tema, quise irme lo antes posible, e incluso, las pocas palabras que le dirigí fueron excesivamente duras.

¿Qué era lo que sentía exactamente por Rody?

Por mucho que intentara negarlo, siempre me había atraído, aunque era demasiado alto para mí, tenía un cuerpazo, y a pesar de su altura no era nada torpe. Su aspecto rudo desentonaba por completo con su forma de ser tan amable, y aunque una y otra vez me burlara de esa forma de ser, la verdad era que me gustaba cuando Rody se centraba en mí y hacía lo imposible por ayudarme.

Después de todo lo que me había pasado, de tanto desprecio de gente querida por mí, de la perdida, del dolor, de la culpa, que alguien casi desconocido se preocupara por mí de esa manera, hacía que mi corazón poco a poco se fuera descongelando.

Ni siquiera mi actitud fría y distante, destinada a alejar a la gente, había podido distanciar a Rody que una y otra vez había intentado acercarse y ayudarme en todo lo posible. Incluso cuando yo le ponía la zancadilla una y otra vez.

Y ahora esto.

¿Qué significaría aquél beso?

¿Estaría Rody enamorado de mí?

¿Podía ser que un chico tan guapo y deseado por muchos, se hubiera fijado en un chico tan insignificante como yo?

Todas estas preguntas tendrían respuesta si en lugar de salir corriendo como un cobarde, me hubiera quedado para preguntarle y pedirle una explicación.

Pero tenía otra oportunidad, podía preguntarle cuando le viera en la rehabilitación, no podía pasar un día más sin saber porque me había besado. Decidido a recibir respuestas a mis preguntas, me levanté con la ayuda de Lucila y me dispuse a arreglarme y desayunar para ir a la rehabilitación como todos los días.

Como siempre mi hermana me acompañó hasta la puerta, quizás tenía miedo de que si me dejaba antes me daría la vuelta y me iría a otro sitio, pero algo no fue como siempre. No me encontré a Rody recibiéndonos con una sonrisa, de hecho, mirando a mí alrededor no pude ver a Rody por ninguna parte.

El muy mastodonte seguro que llegaba tarde.

Vi a Jessica, y ella al vernos se acercó a nosotros con una sonrisa algo entristecida.

- Buenos días Erick – Me saludó. Yo no le hice mucho caso y seguí buscando a Rody con la mirada – Y tú debes ser Noelia, su hermana ¿Verdad? – Se dirigió ahora a mi hermana. Ahora si la miré con incertidumbre, algo se tramaba.

- Yo misma – Sonrió mi hermana.

- Es un placer conocerte, te había visto con Erick pero hasta ahora no me había acercado a saludarte – Se acercó y le dio dos besos – Soy Jessica compañera de Rody y a partir de ahora la fisioterapeuta de Erick – La miré con la boca abierta por la sorpresa.

- ¿Qué le ha pasado al mastodonte? – Pregunté aún sorprendido y algo preocupado.

- Lamentándolo mucho, Rody no podrá seguir siendo tu fisioterapeuta – ¿Qué? – Le han salido unos asuntos personales y no podrá seguir atendiéndote, pero me ha dejado a mí al cargo, y puedo asegurarte que me esforzaré igual que él lo hacía.

- Pero Rody no nos dijo nada – Habló mi hermana, y menos mal porque yo me había quedado sin palabras.

- No ha sido algo planeado, ha surgido de improvisto – Comentó Jessica – Sé que a estas alturas de la rehabilitación es un inconveniente, y de verás que lo lamento, pero haré todo lo posible porque Erick no sufra las consecuencias.

- Supongo que si no hay más remedio, habrá que aceptarlo – Apuntó mi hermana pensativa – Es una lástima, Rody estaba haciendo un gran trabajo con Erick.

- Intentaré seguir con el buen trabajo – Sonrió Jessica.

Mi hermana se fue no muy convencida con el asunto, yo no dejaba de pensar en el motivo por el cual Rody no quería seguir siendo mi fisioterapeuta.

A mí Jessica no me engañaba, no le había salido nada, simplemente no quería seguir trabajando conmigo.

- Ahora que estamos tú y yo solos – Comencé a hablar mientras Jessica me llevaba a una de las máquinas para hacer ejercicio – ¿Por qué Rody no quiere seguir trabajando conmigo?

- Ya lo he dicho…

- No – La corté – No me creo ni una palabra, no creo que haya tenido un inconveniente, tú igual que yo sabes que ayer estaba perfectamente.

- Pueden cambiar muchas cosas en una noche – Murmuró.

- Y tú sabes que es lo que ha cambiado, así que dímelo – Casi le ordené.

- Yo no soy quien para hablar del tema, yo solo sé que no quiere seguir siendo tu fisioterapeuta, tú sabrás lo que le has hecho – Me reprochó – A veces nuestros actos hacen más daño del que pensamos.

- ¿Te ha dicho lo que pasó anoche? – Más que una pregunta era casi una afirmación.

- Si – Afirmó – Cuando me informaron de que no vendría y me dijeron que algunos de sus pacientes pasaban a ser los míos me preocupé y le llamé – Me explicó – Rody no quería hablar conmigo, no me cogía el móvil así que le llamé a su casa. Laura, su compañera de piso, me cogió el teléfono y me dijo que llevaba sin salir de su habitación desde que había llegado la noche anterior, y que estaba muy preocupada. Al final pude hablar con él y me explicó muy por encima lo que había pasado. No sé nada más.

- Mierda, ese mastodonte tiene que tomárselo todo tan a pecho – Murmuré enfadado conmigo mismo.

- A ti te gusta Rody ¿Verdad? – La miré impactado por sus palabras – No me mires así, hace tiempo que lo sé – Sonrió – Lo que no entiendo es que si te gusta ¿Por qué rechazaste su beso?

- No lo rechacé – Aclaré.

- Claro, perdón ¿Por qué saliste corriendo después del beso? – Se corrigió con chulería.

- No es tan fácil – Comenté apenado.

- Pues deberías aclarar tus ideas – Espetó – Rody es el chico más bueno y estupendo que conozco, y ahora está sufriendo por tu culpa y eso no me gusta. Así que por favor, si te interesa díselo claramente y no dejes que se martirice como seguro que estará haciendo. Si no te interesa, también díselo, pero díselo claramente, para que al menos pueda sufrir un poco y pasar página.

No dije nada, no sabía que decir.

Estuve durante toda la sesión de rehabilitación pensativo, dándole vueltas a la cabeza. Jessica me llevaba de una máquina a otra como si yo fuera un muñeco sin vida, sin rechistar, sin quejarme, sin hacer el tonto como siempre hacía.

Se notaba que ella estaba molesta conmigo, seguramente me echaba la culpa de que su compañero y amigo no estuviera allí.

Tan metido en mis pensamientos estaba que cuando llegó mi hermana para recogerme pensé que aún no era la hora, que había venido antes de tiempo.

Ya en casa, seguía dándole vueltas una y otra vez a lo ocurrido el día anterior.

Cierto era que no reaccioné bien, en mi defensa diré que me pilló completamente desprevenido, lo último que me esperaba era que me besara. Pero el beso me había gustado, si bien al principio por la sorpresa intenté resistirme pronto me dejé llevar, y es que las sensaciones que me hizo sentir hacía mucho tiempo que no las sentía.

Lo que seguramente Rody no sabía ni se imagina, era que no me alejé de él porque no me gustara, sino porque dudaba de sus propios sentimientos.

Ya podía asegurar sin miedo a equivocarme que Rody me gustaba desde hacía tiempo, por mucho que me hubiera costado admitirlo. Quizás por eso quise alejarle, ser borde con él para que me diera de lado. Pero con su terca y obstinada personalidad, se mantuvo cerca de mí a pesar de todo. Y mis sentimientos por él crecieron al igual que mis celos.

Y es que tampoco puedo negar que me moría de celos cuando lo veía coquetear con mi hermana, o con cualquier otra chica que pasaba por delante de él. El muy empalagoso es amable y encantador hasta con las piedras, y aunque él no se diera cuenta, todas las chicas lo miraban con un brillo de adoración en los ojos que tiraba para atrás.

Y ahora resulta que está supuestamente enamorado de mí ¿No es difícil de creer?

Con tantas chicas lindas y guapas a su alrededor dispuestas a estar con él, algún que otro chico que también lo mira con ganas, y seguro montones de pretendientes cuando salía de fiesta ¿Realmente se había fijado en mí?

¿Por qué me cuesta tanto aceptar sus sentimientos?

Posiblemente sepa la razón, ese peso que sigue clavado en mi corazón y que consiguió hundirme todavía más de lo que ya estaba después del accidente.

Nunca he tenido suerte con los chicos, por un motivo o por otro, siempre han acabado haciéndome daño. No sé si quiero volver a pasar por eso.

En un arrebato de valentía decidí llamar a Rody, teníamos que hablar, no podíamos dejar las cosas así. Desgraciadamente no me cogía el teléfono, no sabía si era casualidad o me estaba evitando, así que decidí dejarle un mensaje de Whatsapp diciéndole que teníamos que hablar. Pude ver como el mensaje era leído pero no me contestaba, ahora sí que lo tenía claro, me estaba evitando.

Mi orgullo me impedía seguir llamando o seguir enviando mensajes, mi orgullo me pedía que dejara que fuera él quien diera el siguiente paso, mi orgullo consiguió que estuviera una semana sin saber absolutamente nada de él.

Había pasado una semana y yo seguía sumido en mis pensamientos, pero ahora se había apoderado de mi alma una extraña sensación. Intuía que había echado a perder algo bueno, algo que podía haber cambiado mi vida.

Después de una semana sin saber nada de Rody, decidí tomar cartas en el asunto, eché a un lado mi orgullo y me dispuse a conseguir hablar con él fuera como fuera.

Tenía el teléfono de Laura, pero sabía que ella no me ayudaría, era demasiado fiel a Rody y si él no quería saber nada de mí, ella no haría nada para que ocurriera lo contrario. Mi única opción es Jessica, ella también era amiga de Rody pero pensaba que ella si me ayudaría.

- ¿Jessica puedo hablar contigo? – Estábamos en medio de la rehabilitación, y me miró sorprendida.

- Y ¿Ahora qué quieres niño del demonio? – Vale si, reconozco que se lo había hecho pasar mal esta última semana, pero que podía hacer, me gustaba demasiado atosigar a la gente. Ahora bien pensado, no tenía tan claro que me quisiera ayudar.

- Verás – Me puse serio – Necesito hablar con Rody, pero no consigo que me coja el teléfono, no sé donde vive, ni dónde encontrarlo, he pensado que tú podrías ayudarme.

- Podría ¿Pero porque tendría que hacerlo? – Ni siquiera me miraba, seguía enfrascada en los ejercicios para fortalecer mis piernas. A veces pensaba que no servía para nada tanta rehabilitación, lo más que había conseguido era dar un par de pasos en las barras, cada vez tenía más la claro de que la operación fue un autentico fracaso.

- Porque sé que quieres a Rody y sé que me aprecias aunque sea un poco, y necesito aclarar las cosas con él – Intenté convencerla – He tenido mucho tiempo para pensar y creo que me equivoqué al rechazar los sentimientos de Rody, pero créeme para mí no resulta nada fácil todo esto.

- ¿Y cómo puedo estar segura de que si te ayudo no volverás a dañar a Rody? – Ahora sí, me miraba con incertidumbre, al menos se lo estaba pensando.

- No sé lo que pasara, no puedo predecir el futuro – Me sinceré – Solo sé que quiero que sepa que me arrepiento de lo que hice, que no debí rechazar sus sentimientos porque me he dado cuenta de que son iguales a los míos, no quiero que siga sintiéndose culpable por lo que pasó. Le conozco bien y sé que no habrá parado de reprocharse el haberme besado.

- ¿Le volverías a besar? – Me preguntó con una sonrisa.

- Si – Reconocí sin titubear – Sé que haríamos una pareja extraña, que no nos parecemos en nada ni físicamente ni en la forma de ser, pero también sé que entre nosotros hay algo especial. No sabría decir exactamente que, es solo una sensación, una necesidad de estar juntos, un estremecimiento por todo el cuerpo cuando nos tocamos. No puedo prometer no volver a hacerle daño, porque nadie puede leer el futuro, pero puedo prometer que esa no es mi intención.

- Parece que al fin reconoces tus sentimientos – Volvió a sonreírme – Mira que a veces podéis llegar a ser cabezotas los chicos – Me recriminó – A Rody también le costó darse cuenta.

- ¿De verdad le gusto? – Pregunté apenado. Seguía sin creer que Rody estuviera interesado en mí.

- Puede que a veces seas peor que un dolor en el culo, pero eres un chico mono – La miré impaciente porque no respondía mi pregunta – Y si, de alguna forma Rody se fijó en ti, solo hay que darse cuenta de cómo te mira.

- Pero Rody es amable con todo el mundo y mira a todo el mundo con una sonrisa – Divagué más para mi mismo que para ella – ¿Cómo sabes que me mira diferente?

- Te diré una cosa que no le he dicho ni al mismísimo Rody – Escuché con atención – A Rody siempre se le ve feliz, como tú dices es amable con todo el mundo y va por todas partes con una sonrisa. Pero si le conoces de verdad, si compartes tiempo con él, te das cuenta de que todo es fachada. No digo que no sea feliz, que no se levante todos los días con una sonrisa, que no le guste ser amable con la gente, pero si le miras a los ojos te das cuenta de que le falta algo.

- ¿A qué te refieres? – Pregunté completamente interesado en sus palabras.

- Sus ojos no engañan Erick, se siente solo, Rody es un chico que necesita amar y ser amado y, hasta ahora, no ha conocido a nadie que le llene – Me sonrió – No me mal interpretes, siempre ha tenido un montón de chicas y de chicos detrás de él, no es precisamente que le cueste ligar, pero nunca ha encontrado a alguien con quien se sienta realmente a gusto. Muchos le ven y piensan que es demasiado alto, o que su aspecto no les gustaría a su familia, o que no pueden salir con un chico con tantos tatuajes. Se lo pasan bien con él, disfrutan del sexo con él, pero no llegan a conocer su alma. Porque si la conocieran de verdad, no querrían separarse nunca de él. Yo cuando le conocí ya estaba con el tonto de mi novio porque sino…

- ¿Ya sabe Rody que estás secretamente enamorada de él? – Comencé a reírme a carcajadas.

- No se lo digas a nadie, es un secreto entre nosotros – Me acompañó en las risas.


Cuando conseguimos controlar las risas, Jessica se fue sin decirme nada, pensé que no la había convencido y comencé a entristecerme, hasta que me di cuenta de que volvía con un bolígrafo y un papel en las manos.

- Espero que no desaproveches esta oportunidad – Comentó al tiempo que escribía algo en el papel – Si me defraudas, no te lo perdonaré – Y me dio el papel en el que había apuntado la dirección de Rody.

Su piso no quedaba lejos del hospital así que decidí actuar lo antes posible. Llamé a mi hermana para que no me viniera a buscar cuando acabara la rehabilitación, debo confesar que le mentí, le dije que había quedado con Maite y Germán y que ellos me acompañarían a casa más tarde. Me costó mucho convencerla, sobre todo teniendo en cuenta que era día de clases, y que yo también tenía clases en casa. Pero creo que entendió que era algo importante, porque al final me dijo que no me preocupara que ella se encargaría de todo.

No fue fácil el camino hasta la casa de Rody, era la primera vez que me movía solo por las calles de la ciudad y me había encontrado algún que otro obstáculo. Pero con mi fingida cara de niño bueno, conseguí que me ayudaran los buenos samaritanos. Reí pensando en Rody, seguramente el también era de los que ayudaban a los desvalidos que se iba encontrando por la calle.

Cuando estaba frente a su bloque de pisos me di cuenta del gran error que había cometido, no sabía si Rody tenía ascensor o no y vivía en un cuarto piso, crucé los dedos para que no tuviera problemas en subir.

Cuando entré el cielo se abrió ante mis ojos, por suerte había ascensor, y era uno lo suficientemente amplio para que cupiera mi silla de ruedas. Pero como siempre, había festejado antes de tiempo.

Una vez dentro pude comprobar que la botonera estaba demasiado alta para mí, no había forma de llegar al botón que indicaba el cuarto piso sentado en mi silla de ruedas ¿A caso todos los que vivían allí eran gigantones como Rody?

Molesto con mi mala suerte, intenté ponerme en pié recordando los ánimos que siempre me daba Rody “Animo Erick tú puedes”, “Ya casi está, sigue así” eran, entre otras, las frases que escuchaba en mi cabeza.

Y funcionó, no sé muy bien como, pero logré alcanzar el botón deseado y me dejé caer en la silla una vez conseguido. Después de eso, no tuve que afrontar más obstáculos, o quizás uno más.

Estaba frente a su puerta, solo necesitaba levantar la mano y llamar al timbre, pero mi cuerpo no reaccionaba, me había quedado completamente paralizado.

¿Qué le iba a decir cuando lo tuviera delante de mí?

¿Y si no estaba solo?

¿Y si me cerraba la puerta en las narices?

Esas, y muchas otras preguntas, se repetían una y otra vez en mi cabeza. Una vez más me anime a mí mismo pensando en Rody, “Vamos Erick ya has llegado hasta aquí, no puedes quedarte a medias”, si, sin duda esa era una de las frases que me hubiera dicho Rody en ese momento para animarme.

Y volvió a funcionar, levanté el brazo y llamé al timbre. Mientras esperaba a que alguien me abriera, comencé a pensar que Rody tenía una influencia en mí mayor de lo que pensaba, y eso no me gustaba.

No tardó mucho en abrirse la puerta y encontrarme frente a mí a un Rody sorprendido y vistiendo solo unos bóxers, evidentemente la vista se me fue hacia su entrepierna. No me culpéis, soy humano y estoy muy necesitado.

***
Notas finales:

Uy. Uy, uy, uy ¿Qué pasará ahora que Erick ha ido a hablar con Rody?^^

¿Qué os gustaría que pasara?

Gracias por sus reviews a Angelo, Ari, Grace, ItouMiyu y Ana ^^

Un saludo

Yaonita


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).