Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Paciente Complicado por yaonita

[Reviews - 175]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola ^^

Un nuevo capítulo y seguimos conociendo a nuestros protagonistas ^^

Espero que os guste el capítulo ^^

Un beso

Yaonita

3. Una propuesta indecente.

(Rody)

Iba camino a la casa de Erick y su familia, quizás no debería haber aceptado la comida a la que me invitaron pero por alguna razón no pude rechazar la oferta.

Siempre he sido muy sociable y amigable con mis pacientes, pero fuera de mi trabajo siempre he intentado mantener las distancias, no quiero involucrarme demasiado con ellos, aunque siempre hay excepciones. Por norma general habría rechazado una propuesta como esta, pero no sé si fue por Noelia o por fastidiar a Erick al que se le notaba que no quería verme en su casa ni en pintura, que al final acepté.

Reconozco que estoy algo nervioso ¿Cómo me recibirán? ¿El resto de su familia serán tan amables como Noelia, o serán el demonio en persona como Erick?

Pronto lo iba a descubrir.

Cuando creí haber llegado a mi destino aparqué mi moto justo frente a la puerta de entrada, me quedé embobado mirando la enorme casa que se encontraba delante de mí. Tal y como había imaginado, la familia de Erick era rica, no me equivocaba cuando pensaba que era un niño rico malcriado.

Sin titubear, me acerqué a la verja y llamé al interruptor, a los pocos segundo un sirviente me abrió la verja y después la puerta y me hizo pasar al salón, donde toda la familia me esperaba.

- Usted debe de ser Rodrigo, el fisioterapeuta de Erick – Una mujer de unos cuarenta y cinco años se acercó a mí esbozando una enorme sonrisa – Tenía muchas ganas de conocerte.

- Llámeme Rody por favor – Le devolví el saludo con igual sonrisa – Yo también tenía muchas ganas de conocerla.

- Por favor, puedes tutearme, me llamo Ariadna y soy la madre de Erick – Se presentó. Debo decir que Erick se parecía mucho a su madre salvo en el color del pelo, ya que su madre era completamente rubia. Lo que si compartían eran las finas facciones y los hermosos ojos verdes que en ella brillaban de una forma diferente, con la alegría que le faltaba a Erick.

- Un placer conocerte Ariadna – Sonreí – Y usted debe ser el padre de Erick ¿Verdad?

- Exacto, soy Enrico y puedes tutearme también – Se presentó su padre. Quizás era el que menos se parecía a toda la familia, era un hombre de unos cincuenta años, alto, de complexión fuerte y rostro serio, ojos marrones, y el mismo color castaño claro de Erick.

- Un placer también – Le di la mano – Os agradezco mucho la invitación, es un placer para mí compartir hoy una comida con vosotros.

- El placer es nuestro, Noelia hablaba tanto de ti que ya teníamos ganas de conocerte – Comentó Ariadna mirando a su otra hija. A Erick y a Noelia los había saludado al entrar y ahora se mantenían en silencio escuchando la conversación – Además tenemos que agradecerte todo lo que haces por nuestro Erick, sin duda le estas ayudando mucho – Erick resopló.

- Créeme que me gustaría ayudarle aún más – Si el crio malcriado me dejara claro – Pero no siempre se puede.

- Lo importante es que vaya mejorando poco a poco y que algún día pueda recuperar su vida normal – Intervino su padre.

Estuvimos un rato más hablando mientras los sirvientes preparaban la comida, Erick y Noelia intervinieron más aunque se mantenían en segundo plano dejándoles a sus padres y a mí el peso de la conversación. Al poco rato nos sentamos a la mesa y nos dispusimos a comer manteniendo la amigable conversación.

- Eres muy joven, no tienes más de treinta años ¿No? – Preguntó Ariadna – Es admirable que un chico tan joven ya sea fisioterapeuta en un hospital tan importante.

- Tengo veinticinco años y la verdad es que me gusta mucho mi trabajo, por eso me esforcé al máximo para llegar a donde estoy – Sonreí – Siempre me ha gustado ayudar a la gente.

- Deberías aprender de él Erick – Le recriminó Enrico – Tú ya tienes diecinueve años y aún no sabes qué hacer con tu vida.

- Papa de momento me estoy preparando para pasar las pruebas para entrar a la Universidad, si consigo pasarlas ya pensaré que carrera estudiaré – Protestó un molesto Erick – No todos tenemos la suerte de tener una vocación – Me miró mal.

- Si quisieras y no hubieras estado haciendo el vago el último año ya estarías en la Universidad – Parecía que había cierta tensión entre Erick y su padre, me sentía bastante incomodo en medio de esta situación.

- No he estado haciendo el vago, me he estado recuperando de un accidente – Protestó aún más enérgicamente Erick.

- Por favor chicos no incomodemos a nuestro invitado – Cortó la discusión Ariadna – Rody ¿Sabías que Noelia acabó los estudios antes de tiempo y que ahora trabaja para la empresa familiar? – Comentó orgullosa Ariadna, parecía querer venderme a Noelia, cosa que no hacía falta pues ya me gustaba bastante – Siempre ha sido una chica muy inteligente.

- Además de ser encantadora – Apuntillé.

- Vais a conseguir sonrojarme – Se avergonzó Noelia.

- Y a mí vais a conseguir que me den ganas de vomitar – Intervino Erick.

- Erick, no seas tan maleducado – Le reprendió su madre.

- Si esta comida era para hacer de casamenteros no hacía falta que me invitarais a mí también – Protestó de nuevo.

- Erick, por favor no nos avergüences – Pidió su madre angustiada.

- Ya has escuchado a tu madre, compórtate aunque sea solo una vez en tu vida – Intervino el padre completamente serio – Eres incapaz de respetar a un invitado.

- No tengo porque soportar esto, me voy a mi habitación – Dejó de comer y se fue con su silla de ruedas.

- Disculpa a mi hijo Rody, desde que pasó el accidente está intratable – Comentó apenada Ariadna – Le quiero mucho, pero reconozco que está fuera de control.

- Es normal en gente que sufre un trauma, no te preocupes Ariadna, Erick lo superara – Intenté consolarla. En realidad no sabía cómo era Erick antes del accidente pero estaba convencido de que había cambiado.

- Nosotros intentamos que recupere su vida, que salga con sus amigos, que vaya al cine, en definitiva que haga vida fuera de esta casa – Comenzó a hablar Enrico – Pero él se niega. Solo no puede salir, con nosotros tampoco porque siente que le protegemos demasiado, no sabemos qué hacer.

- ¿Y sus amigos? – Pregunté.

- Sus amigos se distanciaron de él, solo hay dos amigos que le visitan de vez en cuando pero Erick tampoco quiere salir con ellos – Comentó ahora Noelia – Creo que piensa que le tienen lastima y por eso no quiere salir con ellos.

- Entiendo – Era muy normal en gente que se quedaba en silla de ruedas pensar que la gente que estaba a su alrededor sentía lastima de ellos, solía pasar que se alejaban de la gente conocida y se aislaban en su mundo.

- De hecho Rody – Comenzó a hablar Ariadna – Habíamos pensado que quizás con alguien como tú Erick se animaría a salir. Tú puedes ayudarle a que aprenda a defenderse solo con la silla de ruedas, si saliera contigo nosotros estaríamos más tranquilos y quizás Erick se animara a salir solo.

- Ohhh no sé si yo podría hacer eso – No me parecía una buena idea – Yo solo estoy para ayudarle a recuperar la fuerza de sus piernas y que algún día pueda volver a caminar sin necesidad de su silla.

- Pero hasta entonces tú podrías ayudarle a salir de esta espiral en la que está metido – Siguió hablando ahora Noelia.

- Evidentemente sería a horas fuera de tu trabajo y te pagaríamos algo – Apuntilló Enrico.

- No creo que la idea le guste mucho a Erick – Intenté quitarles la idea de la cabeza, Erick odiaría algo así.

- Erick desea salir de casa, pero no lo hace porque no se atreve solo, si le damos un empujoncito estoy segura de que estará contento – Sonrió Noelia.

- No creo que yo sea el más adecuado para ello – No soportaría mucho tiempo a ese crio malcriado.

- Si aceptaras algún día podríamos salir los tres juntos – Me sonrió con coquetería Noelia. Estaba jugando sucio, no podía negarme a esa mirada de corderito que me dirigía.

- Si aceptara ¿Qué seria exactamente lo que tendría que hacer? – Me interesé aunque no estaba seguro del todo de que fuera una buena idea.

- Simplemente tendrías que venir en tus ratos libres para llevar a Erick al centro comercial, al cine, a cenar fuera, no sé, hacer cosas con él que haría con sus amigos – Comentó Ariadna.

- ¿Y si él no quiere? – Que era lo más probable.

- Nosotros le convenceremos, pero tú también tendrás que poner de tu parte – Aseguró Noelia.

- Está bien acepto – Pero que estoy diciendo, debo haberme vuelto loco – Lo intentaré pero no aseguro poder llevarlo a cabo, Erick puede llegar a ser muy cabezota.

- Perfecto – Celebró la madre de Erick – Pero estaría bien que Erick no supiera que te estamos pagando, que crea que todo sale de ti.

- No hay problema – Me sentía un poco sucio haciendo algo así, pero sí de esta forma podía ayudar a Erick y su familia, lo haría.

- Sé que puede parecerte que hacemos algo horrible – Comentó Ariadna apenada – Pero quiero mucho a mi hijo y ya no sé qué hacer para que vuelva a ser el de antes.

- No te preocupes te entiendo – Una madre hace cualquier cosa para que su hijo sea feliz.

Acabamos la comida perfilando los últimos puntos a tratar. Al final quedamos en que yo animaría a Erick a salir fuera en mis ratos libres y que le animaría a hacer cosas y recuperar una vida social. Sería como un nuevo amigo para él. Yo no tenía muy claro que Erick aceptara ser mi amigo pero tenía que intentarlo, su familia lo estaba pasando mal y necesitaban mi ayuda.

Aunque no sería una ayuda desinteresada, Enrico se empeñó en pagarme por mis horas extra y, sinceramente, no pude negarme, el dinero extra me vendría muy bien.

Una vez acabada la comida decidí empezar con mi plan, me indicaron donde se encontraba la habitación de Erick y subí las escaleras para ir a hablar con él. Una vez ante su puerta la golpeé dos veces para hacerme notar, con la esperanza de que Erick me abriera y no me dejara plantado ante la puerta.

(Erick)

¿Pero quién se ha creído ese gigantón?

Viene a comer a mi casa y se convierte en el centro de atención. Si lo que querían era emparejarlo con mi hermana se podían haber evitado toda esa pantomima, no hacía falta que me invitaran a mí.

No pude soportar tanta hipocresía y tuve que abandonar la mesa, si escuchaba más tonterías acabaría vomitando.

Que si eres un chico estupendo, que si tienes las cosas claras, que si has llegado muy lejos tan joven, que si eres muy amable, bla, bla, bla… me daba asco.

Nada más subir a mi habitación, me tumbé a la cama con mucho esfuerzo y me puse a escuchar música para no tener que escuchar las risitas que llegaban desde el comedor. Tanta felicidad y amabilidad me ponían enfermo.

Después de unas cuantas canciones deprimentes comencé a escuchar golpes de fondo, bajé el sonido de la música para comprobar que alguien estaba llamando a la puerta. Seguramente serían mi madre o mi padre para recriminarme mi comportamiento, o quizás Lucila para obligarme a bajar de nuevo y despedirme de nuestro invitado. No tenía ganas de escuchar sermones.

- Ahora no quiero hablar con nadie, quien seas márchate – Dije para después volver a poner el volumen de mi reproductor a tope. Pero los golpes volvieron a sonar, que molesto – He dicho que no quiero hablar con nadie.

- Es de mala educación dejar solo a un invitado – No podía ser, ese mastodonte debía ser tonto ¿A caso no se daba cuenta de que no quería saber nada de él? Me levanté, me subí a la silla con dificultad y me dirigí a la puerta para encararme con él.

- Yo no te invité así que no eres mi invitado – Espeté a su cara nada más abrir la puerta, bueno en realidad tuve que levantar el rostro para enfrentarme a su cara ¿Por qué demonios tenía que ser tan alto?

- Al menos he conseguido que me abras la puerta – Me empujó para poder entrar a la habitación – Bonita habitación, no sabía que eras fan del cine – Me gustaba mucho el cine y tenía muchos posters colgados en mi habitación, era lógico que se diera cuenta – Y más me sorprende que seas fan de las películas románticas – Se rió.

- Soy fan del cine en general – Giré el rostro para que no viera el sonrojo que me había provocado – Los posters de pelis románticas están ahí porque me gusta el protagonista, nada más.

- “El diario de Noa” – Comentó observando uno de mis posters favoritos – No tienes mal gusto, el chico es mono.

- Que sabrás tú de chicos – Espeté molesto por sentirme expuesto.

- Para tu información, aunque no tengo por qué decirte nada, soy bisexual – Vale, eso sí que no me lo esperaba.

- Supongo que cuando uno es tan feo como tú, mejor ser bisexual para tener más posibilidades – Le piqué, en realidad no me parecía feo aunque no era mi tipo.

- Y ni aún así consigo pareja – Comenzó a reírse – Te preguntaras porque he subido.

- En realidad tengo claro que ha sido para fastidiarme ¿Que otro motivo tendrías si no? – Pregunté con recochineó.

- No seas malo – Sonrió – Creo que tú y yo deberíamos conocernos más, al fin y al cabo pasamos mucho tiempo juntos y el trabajo de rehabilitación sería mucho más agradable si nos lleváramos bien.

- ¿Y qué te hace pensar que yo quiero llevarme bien contigo? – Me burlé – En realidad no paro de pensar en la forma de deshacerme de ti.

- En el fondo sé que te caigo bien, a mí no me engañas – Sonrió de nuevo – Si quisieras deshacerte de mí ya lo habrías hecho hace mucho tiempo ¿O me equivoco? Cuánto te duraron los fisioterapeutas anteriores ¿Una semana?

- El problema es que tú tienes demasiado aguante, sino ya me habría librado de ti hace tiempo – No entendía que pretendía ¿A caso quería ser mi amigo? No, seguro que lo que quería era llevarse bien conmigo para acercarse a mi hermana.

- Como veo que no llegamos a ningún sitio iré directamente al grano – Sus palabras llamaron mi atención – Sé que te cuesta salir de casa con la silla de ruedas y que no quieres ser una carga para nadie, he pensado que tú y yo podríamos ir juntos a algún sitio, quizás a dar una vuelta por el centro comercial o al cine a ver una película, no sé.

- No quiero tu lástima – Espeté molesto, solo me faltaba que mi propio fisioterapeuta sintiera lástima por mí.

- No es lástima – Aseguró – Aunque no lo parezca me caes bien, me lo paso bien discutiendo contigo, con este tira y afloja que nos traemos. Simplemente quiero ayudarte a recuperar tu vida social, a que veas que a pesar de ir en silla de ruedas puedes divertirte de igual manera. Y también pienso que acompañándote puedo ayudarte a que cojas confianza y vuelvas a andar muy pronto.

- No te creo – Sus palabras decían algo que jamás habría creído, era imposible que le cayera bien con todo lo que le había hecho – Aunque si tanto te empeñas… podemos hacer algo juntos – De todas maneras, y sin saber porque, acepté, quizás para ver qué era lo que se proponía.

- Perfecto – Sonrió con orgullo – Aún tenemos tiempo de ir al cine hoy ¿Qué te parece si voy a mi casa a buscar un coche y vuelvo a buscarte en media hora?

- ¿No has venido en coche? – Mi casa quedaba a las afueras de la ciudad era imposible que hubiera venido andando o en transporte público.

- No tengo coche – Confesó – He venido en moto, pero como comprenderás la moto no es adecuada para los dos, pero creo que una amiga puede dejarme su coche.

- Comprendo – No me imaginaba a un gigantón como él en moto – Pues te espero en media hora, así me dará tiempo de arreglarme un poco.

- Nos vemos en un rato renacuajo – Y tras decir esas palabras, antes de dejarme replicar, salió de la habitación riéndose.

¿Dónde me había metido?

Tenía claro que algo ocultaba Rody ¿Sino porque iba a querer pasar más tiempo conmigo del que ya pasábamos durante la rehabilitación?

Quizás por eso me sentí empujado a aceptar, para saber que tramaba.

- ¿Se puede? – Mi hermana Noelia asomó la cabeza por la puerta de mi habitación pidiendo permiso para entrar.

- Ya estas dentro ¿Para qué preguntas? – Repliqué con molestia.

- Mira que eres malo, vengo a hacerte una visita y así me tratas – Acabó de entrar con una sonrisa en la cara – Nos ha dicho Rody que vas a ir con él al cine, es estupendo quizás puedas hacer un nuevo amigo.

- No lo creo, estoy seguro de que algo esconde – Y posiblemente tenía ante mí el motivo por el que Rody quería hacerse mi amigo ¿Qué mejor forma de acercarse a Noelia que acercarse a mí?

- ¿Por qué piensas eso? – Preguntó con sorpresa – Siempre has tenido muchos amigos, es normal que el chico quiera ser amigo tuyo, le habrás caído bien.

- ¿De verdad piensas lo que dices? – Levanté una ceja con incredulidad – Le he hecho la vida imposible en su trabajo ¿Por qué iba a querer verme en sus horas libres?

- Y si piensas eso ¿Por qué has aceptado? – Preguntó ahora apenada.

- Porque quiero descubrir sus motivos, y porque sinceramente me aburro en casa – Me sinceré.

- Entonces ¿Por qué nunca has querido que te lleve yo? – Se molestó – Siempre he querido ir contigo a algún sitio y siempre te has negado, soy tu hermana.

- Hermanita ¿De verdad te ves capaz de arrastrar mi silla de ruedas por mucho tiempo? – Me reí – ¿Te ves capaz de subirme por escaleras o ayudarme a superar obstáculos? – Pregunté sin esperar respuesta – A duras penas puedes llevarme todos los días al hospital y eso que no hay escalones ni obstáculos difíciles de superar, pedirte que me llevaras a algún centro comercial o a algún otro sitio, sería pedirte demasiado.

- Que desagradecido que eres – Resopló.

- ¿Sabes que le gustas a Rody? – Pregunté a bocajarro.

- Algo he notado – Se sonrojó.

- ¿Y a ti te gusta él? – No sé porque estaba tan interesado en saberlo, nunca me había importado mucho con quien saliera o dejara de salir mi hermana.

- Me parece un chico muy amable y es bastante atractivo – Comentó evitando mirarme para no sonrojarse – Pero su aspecto es demasiado rudo para mí, tantos tatuajes me tiran para atrás. Creo que haríamos una pareja un poco rara.

- Haríais una pareja muy rara – Me reí.

- Y a ti ¿Te gusta? – Dejé de reír de golpe ante su pregunta.

- ¡Estás loca! – Me alteré – Es un mastodonte.

- Te he visto mirarle cuando crees que nadie te ve – Sonrió – Reconoce que te atrae un poco.

- Reconozco que es atractivo, pero es demasiado alto para mí y demasiado amable – Torcí el gesto asqueado.

- Pues yo creo que te gusta – Sonrió de nuevo – Por eso intentas negarlo.

- ¿Sabes que es bisexual? – Aún estaba sorprendido por la noticia.

- No tenía ni idea pero mejor para ti – Comenzó a reír.

- Anda lárgate – Le tiré el primer cojín que pillé –Tengo que arreglarme, vendrá a recogerme en un rato.

- Ponte guapo – Fueron sus últimas palabras entre risas antes de abandonar la habitación

¿Me gustaba Rody?

Debía reconocer que lo encontraba atractivo, quizás demasiado alto para mí, pero cualquiera reconocería que era un chico imponente.

¿Me interesaba más allá de una simple curiosidad?

Quizás sí, pero no debía caer de nuevo, él solo se acercaba a mí por interés, porque quería hacer bien su trabajo y yo se lo estaba poniendo difícil. No sentía ningún interés más allá del que siente un fisioterapeuta por su paciente.

Debía mantenerme frío y distante como hasta ahora ¿No era así cómo mejor me protegía a mí mismo?

Mejor dejaba de darle vueltas al asunto, aprovecharía que habíamos quedado para ir al cine para conocerle mejor y así descubrir sus intenciones ocultas. Tenía bastante claro que algo me ocultaba ¿El qué? Eso no lo sabía pero tarde o temprano lo descubriría.

Rody descubriré lo que te propones, no dejaré que me engañen de nuevo.

***
Notas finales:

¿Qué tipo de propuesta indecente os pensabais que era? XD

Ahora nuestros chicos van a salir como “Amigos” ¿Qué pasará?

¿Qué os ha parecido la familia de Erick?

Ya sabéis que me encanta conocer vuestra opinión ^^

Como siempre agradecer sus estupendos reviews a Yuko, ItouMiyu y Ana ^^

Un beso

Yaonita


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).