Después de asegurarse que su tiburón se encontraba bien Xanxus regreso nuevamente a su oficina para hablar con aquel que era su padre y si todo iba bien conseguiría la cura a la droga que atacaba el cuerpo de su peli plata.
-¿Quién es la persona a la que pediste ayuda viejo? -, cuestiono impaciente el moreno.
-Tranquilo tranquilo, estará aquí pronto, de hecho no debe tardar mucho en llegar, después de todo le he pedido a Reborn que le convenza de venir -, dijo con su habitual sonrisa sabiendo de antemano que aquella persona sin duda asistiría.
Pocos minutos después tocaron la puerta de la oficina y con el permiso del líder de Varia y del Noveno entraron dos personas al lugar.
-Ciaossu, como me lo ha pedido Noveno he traído al idiota este hasta acá -, dijo el pequeño arcobaleno pelinegro que en ese momento tenía la apariencia de un niño de seis años de edad.
Debido al rompimiento de la maldición arcobaleno, estos habían empezado a llevar a cabo el proceso de crecimiento de manera normal por lo que seguirían siendo niños aunque aún conservaban sus habilidades y conocimientos.
-Oye, no soy ningún idiota al contrario soy el arcobaleno más inteligente de todas las generaciones, además tu no me trajiste a ningún lado, yo vine por mi cuenta para saber lo que el Noveno desea de mi -, termino de decir el pequeño de también seis años en apariencia completamente vestido de blanco y con los cabellos alborotados color verdes.
- Me alegra mucho que hayas asistido Verde -, dijo Timoteo – supongo que recibiste el mensaje que envié con Reborn -, observo como el más pequeño de estatura asentía así que prosiguió a dar los detalles – bien veras en una misión reciente el capitán de Varia fue infectado por un virus bioquímico, que al parecer trataba de cambiar el ADN de su huésped, según los reportes que hemos conseguido los infectados no soportan la droga en su cuerpo y mueren, además de que aún no han creado una cura para que no se pierda su vida. Verde sé que eres el mejor científico y el más inteligente de los arcobalenos por lo que confió plenamente en que conseguirás algo -, termino tratando de que sus palabras le llegasen al peliverde para que les ayudara, y claramente al ser su ego grande este acepto sin mayor complicación.
- No se preocupe Noveno no existe algo que sea incapaz de hacer -, dijo completamente seguro de sí mismo, mientras un subordinado de Varia le entregaba al arcobaleno los reportes obtenidos, los leyó con gran destreza y cuando termino con una sonrisa autosuficiente dijo, - deme un día y yo le daré la cura a la droga mientras me gustaría ver los informes médicos del… capitán -, por un momento estuvo tentado a decir “sujeto de laboratorio” pero su sobrevivencia estaba primero y sabía que sería peligroso decirlo enfrente del líder de Varia.
- Por supuesto, Reborn podrías llevarlo a la enfermería yo iré en un momento -, dijo Timoteo a su mejor hitman, este solo le reverencio y salió de la oficina cerrando tras el la puerta.
- Como has escuchado Xanxus es posible obtener la cura a más tardar para el día de mañana así que, porque no vas a tu habitación y descansas un poco -, dijo Timoteo a su hijo mientras le observaba fijamente por lo cual podía notar las ojeras que adornaban el rostro de su amado hijo, cuando noto que este iba a reclamar continuo diciendo, - no has dormido nada desde que todo esto empezó así que ve a descansar, yo me quedare en Varia y si sucede algo te avisare además supongo que cuando tu capitán despierte querrás estar el mayor tiempo posible con el ¿no es así? -, solo eso basto para hacer asentir al ojirojo, con una sonrisa satisfecha el mayor se levantó para salir de la oficina y dirigirse al área de enfermería para terminar de conversar con el científico verde.
Una vez que el Noveno salió de su oficina Xanxus dejo escapar un suspiro de alivio al saber que pronto su tiburón regresaría de la inconciencia, estaba por salir de su oficina hasta que recordó que aún tenía un asunto pendiente por resolver, a través de sus subordinados mando llamar a sus guardianes los cuales sin duda serian castigados por su osadía al intentar manipularle y engañarle.
Antes el Noveno, que conocía bastante bien a su hijo, le había pedido que fuera indulgente con sus subordinados y después de pensarlo un poco decidió que lo seria, después de todo si mataba a todos los miembros de Varia tendría que hacer mucho papeleo para los nuevos reclutas y lo que él deseaba era estar el mayor tiempo posible con su tiburón. Por esa razón además de sus guardianes también llamo a los siguientes en la lista de los más fuertes los cuales estarían presentes para comunicar al resto de Varia cuál sería su castigo por no decirle lo que había sucedido con el peli plateado.
Los guardianes sin más alternativa ni escapatoria se dirigieron al encuentro de su jefe el cual les esperaba en su oficina junto con otros hombres de la sede.
-Se puede saber escorias ¿Por qué no me dijeron sobre lo sucedido con Squalo? -, dijo el líder con relativa calma algo que extraño un poco a los presentes.
- Bu…bueno Boss, pues vera… lo que sucede es que yo… dijo nosotros no queríamos preocuparle -, dijo con un claro tartamudeo el guardián del sol, mientras que el resto de presentes solo asentían fervientemente tratando que su líder se compadeciera un poquito por sus almas.
- Eso no es excusa -, dijo creando un ambiente bastante tenso, después de unos momentos volvió a hablar, - pero en vista de que el viejo me pidió ser indulgente y como no quiero hacer papeleo innecesario solo les daré un castigo que deberán cumplir si no quieren morir -.
- Boss en vista de mi gran error por favor acepte este humilde obsequio de su servidor como disculpa formal por mi actitud -, dijo de manera exageradamente formal un peliverde que con voz inexpresiva más su rostro, hacía pensar a los demás que era una especie de broma lo que estaba haciendo, sin embargo el oji rojo tomo lo que le ofrecía con curiosidad y noto que era como un libro con portada plateada el cual al abrirlo y darle un rápido vistazo lo cerró con una rapidez exagerada creando en el lugar un eco que sobresalto a casi todos los presentes.
- Fran tu… -hizo un pausa de unos cuantos segundos, - quedas exento de este castigo, puedes retirarte -.
El pequeño peliverde reverencio por última vez a su jefe y se dirigió a la salida, aunque antes de cerrar por completo les hizo la señal de la victoria a los demás presentes que aún no quitaban sus caras de WHAT??? , y es que en cierta manera era ilógico lo que había sucedido.
Su jefe el líder más sanguinario y letal de Varia había aceptado lo que parecía ser un soborno, que en realidad no demostraba tener valor alguno, pero esto último lo pensaron nuevamente al volver a observar a su jefe y notar como con sumo cuidado guardaba el extraño libro dentro de su chaqueta, en ese momento todos desearon saber que era lo que contenía, pero claro ellos sabían que no estaban en la mejor de las condiciones como para averiguarlo.
-Bien, como les estaba diciendo, me da mucha flojera acabar con sus patéticas vidas así que su castigo será el siguiente, deben limpiar por completo la mansión Varia de pies a cabeza, esta debe estar reluciente para mañana en la mañana -, dijo dejando a la mayoría confundidos ya que no les parecía un castigo tan cruel así que respiraron un poco aliviados, - a cierto, lo olvidaba, deben limpiar toda la mansión y con toda me refiero a jardín, habitaciones, comedores, la enfermería pero sin molestar al tiburón, cocheras, autos, césped, el bosque de la propiedad, los helicópteros, los jates, las caballerizas, la jaula de Bester, los baños, las termas bueno en fin; todo lo que constituye la mansión Varia, y deben hacerlo con cepillos dentales si descubro que no fue así pueden despedirse de este mundo, ahora yo me retiro -.
Cuando salió de su oficina el líder el resto finalmente capto la orden y de inmediato empezaron a trabajar, esa sería una noche larga quizás la más larga en toda la historia del escuadrón de asesinatos Varia.
Por otro lado en la habitación del oji rojo, este había tomado un baño rápido y una vez con el pijama puesto se metió debajo de las sabanas de seda de su cama y abrió nuevamente las portadas plateadas de ese libro, que en realidad era un álbum con fotos de su peliplata en diferentes posees y en diversos momentos de su vida cotidiana. Cuando termino de verlo cerro nuevamente el álbum y tomándolo con ambas manos sobre su pecho quedo profundamente dormido.