Como había dicho su estúpido jefe, tardo aproximadamente cuatro horas en llegar al escondite y pronto serían las tres de la tarde debía darse prisa en cumplir con su misión. Con esa idea en mente se infiltro de manera sigilosa entre las filas enemigas acabando de manera rápida y precisa con sus oponentes, de una sola estocada de su bella y peligrosa espada.
Rápidamente no quedo ni un solo guardia fuera del escondite, pero gracias al sistema de seguridad de los rusos, cuando ingreso a la cueva que era el escondite enemigo, su presencia fue fácilmente detectada haciendo que tanto hombres armados como sujetos con batas que suponía eran de científicos se abalanzaran en su contra para evitar que siguiera adelante.
Bastaron un par de horas para deshacerse de todos aquellos que estaban entrenados, que más bien parecía que eran pelotones de algún ejército, solo quedaban los científicos y cuando los encontró empezó nuevamente a proseguir con su mayor habilidad, el asesinato.
Asesinaba a todos sin detenerse, aunque eso no significaba que los tipos no se defendieran, al contrario usaban cualquier cosa que tenían a su alcance con tal de acabar con ese peli plateado que parecía alguna especie de demonio con el cabello plata, vestido por lo poco que se podía distinguir de negro y lo más sobresaliente con todo el cuerpo y sus ropas cubiertas de la sangre de los hombres que había matado, sin duda ese hombre no era humano. En poco tiempo estaba por acabar con todos los ahí presentes, aunque no conto con que estos se unieran para poder someterlo en un ligero descuido, se terminó de dar cuenta de su situación en el instante que uno de aquellos sujetos en un momento de ira le inyecto una sustancia a su cuerpo con la intención de dañarlo; al momento que su cerebro proceso las señales de dolor del área donde la aguja entro fue que Squalo uso sus habilidades con la espada y acabo con cuatro hombres, dejando al que se atrevió a inyectarle algo para el final.
-VOIIII, ¡¿qué demonios fue lo que me inyectaste?!- pregunto encolerizado Squalo mas por su descuido que por otra cosa.
Pero el hombre sabiendo que ya solo la muerte le esperaba no dudo en actuar arrogante hasta el final - solo una droga experimental, todos los sujetos de pruebas han muerto días después de su aplicación y será lo mismo contigo jajaj- no termino su risa porque la espada de Squalo le había cortado la garganta con un corte perfecto; muriendo aquel sujeto al instante.
Cuando comprobó que no había ser viviente en aquel lugar tomo todas las bitácoras de experimentación que pudo encontrar guardándolas en un portafolio especial que solo se podría abrir con su huella dactilar o la de su jefe, así como una nueva muda de ropa para cambiarse las que estaban sucias y emprendió camino de regreso a la mansión varia, ya era tarde y si tardaba más su jefe lo molestaría por llegar tan tarde. Cuando comprobó que estaba lo suficientemente lejos de la cueva saco de uno de sus bolsillos un control remoto y presiono un botón en él, dando así la señal para que se activarán las bombas que dejo en la cueva. Sin duda el trabajo de un profesional; en el dichoso escondite no quedo más que los escombros de una cueva colapsada que enterró alrededor de cien cuerpos inertes, varios metros bajo tierra.
Pronto serían las diez de la noche, en la mansión varia se podía apreciar a un Xanxus completamente cabreado, pronto seria la hora de cenar y su estúpido tiburón aún no se dignaba a aparecer, tuvo que soportar comer dos veces la comida insípida de sus cocineros y estaba seguro de que si lo hacía de nuevo alguien terminaría por morir. El reloj que se encontraba en la sala principal de la mansión dio las nueve y media y se pudo escuchar desde ahí como las puertas principales de la mansión eran abiertas, Xanxus dejo su cómodo asiento y se dirigió a la entrada, pudo ver a Squalo que extrañamente no venía gritando como usualmente hacia cada que volvía de una misión. Al estar frente a su jefe, Squalo le entrego el portafolio así como el reporte de la misión y se encamino a la cocina sin decir una sola palabra y Xanxus ante este comportamiento no supo cómo reaccionar, usualmente el capitán llegaba renegando sobre cómo le hubiese ido en su misión, pero no había dicho palabra alguna ni siquiera su común grito, “VOI”, salió de sus labios, cuando se dio cuenta oyó el ruido de alguien que cocinaba, sin duda era Squalo.
Dejando a un lado su comportamiento, atribuyéndolo al cansancio de la misión fue que Xanxus dejo pasar lo sucedido, después de todo se trataba de Squalo; con el portafolio y el reporte en manos se dirigió a su oficina donde llamo al noveno informándole del éxito de la misión y después de escuchar que este enviaría a alguien para recoger los documentos fue que decidió dirigirse al comedor sin leer el reporte dado por su capitán, después de todo ya casi eran las diez, hora de cenar, después revisaría los reportes de las misiones ordenadas y cumplidas.
Cuando llego al comedor observo como todos ya estaban en sus asientos listos para comer pero esperándolo por ser el jefe, cuando se sentó fue que todos empezaron a cenar y como todos los días empezaron con sus charlas tontas y sin sentido; la cena había transcurrido casi como todos los días y en un intento de molestar a su capitán, puesto que se notaba bastante callado, Bel comento.
-Entonces capitán, no dijo que llegaría antes de que anocheciera shishishi, acaso la misión era mucho para el espadachín - dijo riendo irónico esperando la serie de gritos e insultos de su capitán, pero su reacción extraño a todos, ya que contrario a lo que comúnmente hacía, Squalo dejo su plato a medio comer y se dirigió a la salida del comedor como si hubiese ignorado al príncipe creído de Varia cuando siempre respondía a sus comentarios por muy estúpidos que estos fuesen. Pero cuando estaba por llegar a la salida su cuerpo no pudo soportar más presión y se desplomo ante la mirada incrédula de todos los presentes que antes solo lo observaban marcharse, el primero en reaccionar fue Lussuria yendo a auxiliar a quien consideraba su amigo.
-Ei, Squ-chan ¿qué sucede?- le preguntaba mientras se acercaba, pero no fue sino hasta que lo vio de cerca que inmediatamente lo tomo en brazos cargándolo estilo princesa y salió corriendo con rumbo a la enfermería de Varia, Squalo no estaba bien y lo noto cuando observo como su cuerpo daba ligeros pero constantes espasmos, y su rostro sonrojado por la fuerte fiebre empezaba a emanar sudor frio constantemente. Estaba mal y podía asegurar por sus expresiones que estaba sufriendo como nunca en su vida había sufrido, pero como el tiburón soberbio y orgulloso que era, se negaba a dejar salir siquiera un alarido de dolor.