Ya cuatro días habían pasado desde que el pequeño rubio dejó su casa. Mikoto hacía todo lo posible por hacer que se sintiera cómodo y querido, pero no era ayudada por su hijo menor, Sasuke.
El pequeño azabache seguía insistiendo sobre la familia de Naruto, siempre alegando porqué los había dejado, y claro, su madre no quería que se enterara.
En cuanto a la real 'familia' del chico... Ya habían tratado de volver con él a toda costa, siendo evitado todas las veces por Kuro y 'Una simple ama de casa', así es como se llamaba a sí misma la Uchiha.
Incluso los amenazaron con Anbus, pero Kuro siempre los mataba sin piedad, al igual que la mujer.
De verdad no querían que se llevaran a Naruto para sufrir nuevamente.
Simplemente él ya no podría soportarlo.
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-Kuro-san, ¿cuándo podré volver a buscar mis cosas? Hay muchas cosas que quiero tener de vuelta... Mi ropa, por ejemplo.
-Hoy, pero tú no irás. Pueden aprovecharse y hacer alguna trampa. Aún no sabes cómo usar el chakra.
-¡Entonces quiero que me entrene! Usted es muy fuerte...
-¿De verdad quieres que lo haga? -Ambos se miraron a los ojos.- No te puedes arrepentir después.
-No lo haría -Sonrió y el adulto le devolvió el gesto,- sabe Kuro-san... Usted es como mi padre, no Yondaime, sino que... B-Bueno, lo estimo mucho.
Kuro no se esperaba esas palabras del joven, solo sonrió y le colocó su mano en la cabeza, pasando sus dedos entre los dorados cabellos.
-Padre es el que cría, Naruto. No el que te trae a la vida. Yo también te veo como un hijo, después de todo me recuerdas al menor de mis crías.
Volvieron a sonreír para después mirar el oscuro cielo, no había ni una sola estrella y era luna nueva.
-Me encantan las lunas llenas... -Murmuró,- Y no tengo la más mínima idea del porque.
Naruto le sonrió, disfrutando ese breve momento de privacidad.
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Mikoto estaba sentada en la cocina, sonriendo a las dos figuras sentadas en el césped.
Naruto era como un hijo más, no negaría eso nunca. Pero la relación con su hijo menor era cada vez peor.
Sasuke estaba celoso de Naruto. Quizás creía que le podría quitar a su madre, ganar la aprobación de su padre o algo.
-Estos niños... -Sonrió levemente y comenzó a hacer la cena.
Hoy irían a buscar las cosas de Naruto, muy pocas según él.
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-Bueno Naruto, creo que Mikoto-san ya tiene la cena lista, huele exquisito.
-¿Cómo puede olerlo? Estamos bastante lejos...
-Soy un lobo, ¿no? -Naruto asintió.- Pues mi olfato por ende es de uno, lo mismo pasa con mis otros sentidos. Están bastante desarrollados en comparación con los tuyos o los de Mikoto-san.
-¿La vista también...?
El hombre se extrañó ante la pregunta, el chico no era ciego, solo le faltaba uno.
-La vista también.
Naruto miró el cielo.
-¿Por qué preguntas?
-Bueno... Desde que Mito me arrojó el kunai mi otro ojo no ha funcionado bien... -Kuro abrió los ojos de par en par. No quería escuchar, ni imaginar lo que diría.- No puedo ver por mi otro ojo, quedé c-ciego...
-¡¿Cómo sabes dónde estoy entonces?! Siempre me estás mirando a los ojos.
-Kurama-san me ha ayudado un poco... ¡Pero quiero aprender más! No quiero defender de él por siempre. Sin ofender Kurama-san.
-'No te culpo cachorro, yo tampoco querría depender de alguien.'
-Mañana a primera hora te quiero ver aquí, te entrenaré todo lo que pueda. ¿Escuchaste?
-¡Sí!, ¡gracias Kuro-san! -El niño abrazó al adulto repentinamente.- ¡Lo siento Kuro-san!
-¿Por qué?
-Y-Yondaime me golpeaba cuando lo abrazaba... Uzumaki-san también.
-Esos malditos hijos de p--
-Sin insultos Kuro-san. -Mikoto estaba detrás de ellos. Había escuchado toda la conversación y ahora tenía los ojos llenos de lágrimas.- ¿Es verdad eso, Naruto-kun?, ¿has quedado ciego?
Naruto asintió lentamente, mirando el suelo.
La azabache corrió y lo abrazó. Abrazó a ambos y luego sonrió.
-Lo siento tanto chicos, ambos han sufrido bastante.
Kuro abrazó de vuelta a la mujer, unas cuantas lágrimas cayendo libremente.
-Mikoto-san, ¿qué hay de cenar? -Preguntó Naruto para aliviar un poco el ambiente, no era estúpido.
-Te diré cuando estemos sentados en la mesa, hoy estará Fugaku.
Naruto sonrió ampliamente, el hombre era bastante serio, pero tenía un lado amable. Ambos se llevaban bien a pesar de todo.
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-¡Fugaku-san! -El hombre volteó para ver al pequeño correr hacía él.
-Hola Naruto, ¿cómo has estado?
-Mejor que antes, ¿y usted?
Sasuke estaba mirando desde el otro lado de la habitación. Su padre no era así de cariñoso con él, ni con Itachi. ¿Por qué con Naruto si?
Chasqueó la lengua y se fue a sentar en la larga mesa.
Itachi ya estaba ahí, esperando pacientemente a que todos se sentaran.
Kuro estaba ayudando a Mikoto a servir la cena y a colocar la mesa.
-Huele delicioso, madre. -Sasuke sonrió, levemente a su progenitora. Ésta le devolvió la sonrisa mientras colocaba algunos vasos.
-¡Lo mismo digo Mikoto-san!
La sonrisa del azabache menor se esfumó de un momento a otro.
-"Otra vez él... ¡¿Por qué no se puede ir con sus padres?!"
La cena fue tranquila, incluso se presentaron risas de vez en cuando. Realmente había un ambiente de cariño y alegría, excepto por Sasuke, que varias veces había mandado indirectas a Naruto, pensando que éste no las notaría.
-Que bueno es estar con la familia. Mi familia. -Sus familiares sonrieron, Naruto dejó de comer.
Kuro lo observó detenidamente, seguramente Sasuke si le había hecho daño ahora.
-¿No, Naruto? -Sasuke miró al susodicho pacientemente, esperando que alzara la cabeza.
-Sí.
El pequeño Uchiha sintió temor al ver los ojos sin vida del menor; estaban totalmente vacíos. Llenos de sufrimiento y dolor.
-D-Disculpe Mikoto-san, debo ir a-a otra parte...
Se retiró lentamente bajo la mirada de todos.
Kuro estaba por levantarse, pero Naruto negó con la cabeza.
-Lamento haberme involucrado en su familia, Sasuke-san.
Sasuke sintió una opresión en el pecho al ver como se alejaba por los oscuros pasillos de la mansión.
-"¿P-Por qué me siento así...?"