Capitulo 1°: Tú eres mi esclavo
-ah¡¡ pa-padre mmgh du-duele sniff, duele mu-mucho ngh –gemía entre gritos y sollozos un pequeño rubio, que había sido amarrado de sus muñecas hacia la cama y estaba siendo penetrado de manera brusca mientras que de su entrada salía sangre y hilos se semen.
- ya cállate pequeña perra mgh, no te hagas el inocente que se que ngh ngh te gusta, además no quieres mgh que tu madre se entere y se mmh ponga triste verdad mgh- decía entre gemidos un hombre de edad, muy apuesto, de cabellos rubios y una mirada lasciva y a la vez tan fría que congelaría al mismo infierno.
-s-si pa-padre, ah¡¡- grito el niño cuando sintió que su padre aumentaba la velocidad, el sentía que en cada embestida la fuerza aumentaba- Ah¡¡ pa-para por-por favor pa-padre Ahh
Alois empezó a llorar, pero a él mayor no le importo y siguió, cuando sintió que no podía mas,se vino dentro de Alois, causando que el otro soltara un gemido de dolor. El padre del rubio se acostó al lado del rubio que seguía llorando a causa del dolor, el rubio mayor se comenzó a exasperar, así que no aguanto más, en aquella habitación resonó un ruido, el padre de Alois lo había golpeado haciendo que su nariz sangrara.
-padre, porque no me quieres?-pregunto en un susurro, que para desgracia de el, Kira lo escucho y se molesto
-ya cállate de una puta vez- decía mientras se paraba y cambiaba- recuerda esto y espero que te quede bien claro, tu nunca serás mi hijo, solo eres mi maldita perra personal y más vale que no le cuentes de esto a nadie, tú ya sabes las consecuencias ¿verdad?
El hombre mayor, ya vestido dio una última mirada a Alois y se fue a despedirse de su ‘‘amada’’ esposa para ir a trabajar.
-si padre – dijo el rubio cuando escucho la puerta cerrarse, con la cabeza aun gacha el intentaba ocultar sus lágrimas.
Algunos dirían que era un idiota, un masoquista, una perra por dejarse hacer esto, pero él no era nada de eso, el no era idiota, a él no le gustaba ser golpeado o sentir el dolor, el no era de los que se regalaba, pero hacia todo eso por su padre, aquel ser que desde chico admiro y puso como meta a alcanzar, aquel que ama con todo su ser, pero se sentía tan mal al saber de que ese cariño y aprecio que le tenia no era correspondido, desde que tenía memoria su padre lo miraba con odio, desde que tenía 9 años su padre entraba a su habitación para abusar de él mientras que su madre dormía, se odiaba a sí mismo por querer el aprecio y cariño de alguien como el, pero que podía hacer, lo hecho esta hecho, ya nada podía hacer, ya nada puede quitarle ese amor que le tiene a su padre por ser el único familiar que tenia junto con su madre que estaba muy delicada de salud, el tampoco quería ver a su madre triste por su culpa y que empeorara su situación, así que decidió callar, callar y llorar en silencio, el ya se había resignado a su vida.
MIENTRAS TANTO EN LA EMPRESA TRANCY
-señor, disculpe por interrumpirlo, pero alguien lo busca- dijo la secretaria mientras trataba de no mostrar su nerviosismo por estar cerca de su jefe
-¿quién es?-Pregunto el rubio sin tomar importancia, cuando la puerta se volvió a abrir, él iba a empezar a gritarle a quien había osado entrar sin su permiso, pero se callo cuando vio quien era
-vengo a cobrar y espero que lo tengas todo mi dinero Kira-san – dijo un peli azul que miraba fijamente al mayor y entraba a la oficina de manera despreocupada y su mayordomo lo seguía.
-muy buenas tardes Kira-san- dijo un hombre alto, de piel blanca y ojos rojos.
-oh, ci-ciel-san que sorpresa verlo por aquí, porque no toma asiento –dijo el rubio mayor que se regaño mentalmente por mostrar debilidad ante un niño.
-no tengo tiempo para sus estupideces, quiero mi dinero en este momento –dijo mientras miraba al mayor de manera autoritaria.
-no lo tengo en este momento, pero podemos hacer un trato –dijo Kira tratando de convencer al menor, el había
escuchado de que el niño es muy impaciente y que la consecuencia de hacerle esperar era la muerte y más si se trataba de su dinero.
-qué tipo de trato, se pude saber?- pregunto el caballero oscuro con un deje de curiosidad.
-mientras yo consigo el dinero usted se puede quedar con cualquier cosa mía, como garantía de que le voy a pagar, pero solo deme tiempo por favor-dijo el mayor viendo cada expresión del peli azul, no quería terminar como todos esos que le pidieron prestado sus servicios al menor y terminaron 100 metros bajo tierra.
-bien, acepto su propuesta, pero solo será una garantía de dos meses, pasado este límite y aun no me has entregado mi dinero te matare a ti y a toda tu familia- dijo el peli azul con un aura peligrosa
-si señor- dijo el mayor con algo de temor
-y respecto a la garantía, ya sé lo que quiero
-así?, y que es lo que desea –pregunto Kira
-deseo a su hijo –dijo con una sonrisa triunfadora
Lo que el menor no sabía, es que al rubio no le importaba lo que le pasara a su hijo o a su esposa, para el mayor los dos eran estorbos, cosas insignificantes, sin valor; pero debía parecer que le importaba para que el peli azul creyera que ganó y así tendría tiempo y el niño no se llevaría nada de valor.
- !!MI HIJO NO, TODO MENOS ESO¡¡- grito y lloro de la manera más creíble posible para lograr su cometido , y lo logro el niño pensó que gano.
-entonces más vale valla consiguiendo el dinero, si quiere conservar su vida y volver a ver a su hijo – dijo Ciel mientras se retiraba con aires de grandeza y su mayordomo detrás de él.
-ja, parece que esta vez gane yo caballero oscuro-dijo Kira mientras sonreía y miraba por la ventana
EN LA CASA TRANCY
-mamá voy a salir a comprar, ya regreso- dijo Alois mientras corría hacia la puerta
-ve con cuidado hijo- dijo Kikyo mientras bajaba las escaleras, era una mujer hermosa pero en sus ojos se notaba el dolor que ha tenido durante toda su vida.
Cuando Alois abrió la puerta vio aún hombre que nunca había visto antes.
-Buenas Tardes, soy Sebastian Michaelis, ¿usted es Alois Trancy?-pregunto Sebastian con una sonrisa
-Alois, quien es hijo?-pregunto anonada la mujer caminando hacia su hijo
-a ya veo, entonces si eres tú, por favor acompáñeme-dijo el mayordomo mientras arrastraba al rubio hacia un auto del cual bajaba un chico que para Alois era el ser más hermoso que había visto.
-espera, adonde me llevas- dijo alois mientras se retorcía en el agarre del mayor
-Suelten a mi hijo-dijo la madre de Alois al ver como lo arrastraban
-lo lamento señora, pero su esposo me dio a su hijo como garantía – dijo Ciel de manera aburrida, esperando a que todo está tontería acabara ya
-COMO¡¡¡-grito la mujer mientras caía de rodillas al suelo por la impresión, el maldito no solo tenía suficiente con malograrle la vida, también quería ver a su hijo sufriendo, pero ella no lo permitiría, claro que no.
-mi papá no me quiere?-pregunto el rubio en voz baja mientras una pequeña lagrima caía por su rostro.
-a partir de ahora, tu eres mi esclavo –dijo Ciel caminando hacia donde Alois y secarle esa lagrima.
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