PROPUESTA DE CUMPLEAÑOS
Tener un novio como Uzumaki Menma llevaba sus pros y contras: tenías la certeza de que jamás te sería infiel, pero cuando lo hicieras enojar no dudaría en lanzarte alguna de sus técnicas especiales; aunque fuera de pocas palabras estaría a tu lado brindándote su compañía como gesto de apoyo, pero si estaba de mal humor mejor que no invadieras su espacio personal o te asesinaría con la mirada; sabías que realmente le importas por el simple hecho de que te permita abrazarlo, aunque si se te va la mano e intentas toquetearlo probablemente te golpee; en realidad es un compañero sumamente apasionado en la cama, sin embargo era muy difícil que algún regalo o detalle le gustara.
Esto último era lo que tenía en un dilema a Uchiha Sasuke, quien precisamente (desde tiempo atrás) era el novio del antes mencionado Menma. Sasuke tenía una larguísima lista de conquistas a cuestas, pero todas eran chicas y, la verdad sea dicha, sólo se fijaban en su aspecto y los comentarios aduladores pero vacíos que empleaba con ellas; sumándose al hecho de que a su novio tampoco le hacía gracia el que todavía de vez en cuando alguna de sus anteriores conquistas se le acerca para “recordar viejos tiempos”. Desde que se habían vuelto pareja trató de ser detallista con su reservado novio, pero éste siempre rechazaba sus regalos, salvo uno: un girasol que le regaló cuando recién empezaron a salir.
Sin embargo era el primer cumpleaños que celebrarían juntos como pareja, por eso quería darle algo diferente y sumamente especial. Tampoco quería caer en lo cursi; no, señor, Uchiha Sasuke podía ser un conquistador empedernido, pero jamás cursi. Además si hiciera algo así no dudaba que Menma le arrojaría el regalo a la cara (no sería la primera vez). Necesitaba algo que le mostrara al Uzumaki que sus sentimientos e intenciones hacia él eran realmente sinceros. Entonces una fabulosa idea cruzó por su mente y sonrió, triunfante. ¡Aquello era perfecto! No se le ocurría otra manera de que Menma entendiera que, a pesar de todas las chicas de las que se rodeó antes, era él a quien consideraba el verdadero amor de su vida.
Una semana después finalmente llegó el diez de Octubre, fecha del cumpleaños de Menma. Justamente ese día el de ojos celestes regresó de una misión, de modo que en la entrada fue recibido por Sasuke quien traía esa sonrisa conquistadora que tanto lo exasperaba en ocasiones.
-Bienvenido a casa, Menma.
-… Sí.
Bien, aquello fue desconcertante. En anteriores ocasiones el Uchiha se le abalanzaba intentando besarlo y hasta meterle mano, además de llamarlo con ese molesto “kitsune-chan”. No es que lo estuviera esperando, sin embargo la verdad es que se había mentalizado para una reacción exagerada en el otro chico cuando lo viera llegar. Menma tal vez no le daba mucha importancia, pero seguía recordando que ese día era su cumpleaños diecinueve.
-¿Sucede algo, cariño? –preguntó el ojinegro una vez empezaron a caminar
-Nada… No me llames así –lo miró con enfado, haciendo que la sonrisa del otro se ampliara
Tal vez las cosas estaban igual y sólo era Menma quien estaba algo paranoico por todos los posibles escenarios cursis que se imaginó. Mejor así, la misión sí lo había fatigado y lo único que deseaba en esos momentos era comer algo y dormir durante el resto del día.
Ambos caminaban por el centro de la aldea cuando de pronto Menma sintió que su mano era sujetada por la de su acompañante. Se desconcertó porque ellos habían acordado que no habría muestras de cariño públicas, ya no deseaba volver a ser rodeado de una muchedumbre de chicas histéricas reclamando que les regresara la atención de su Sasuke-kun. Entonces sin previo aviso el Uchiha puso una rodilla en el suelo, sin soltarle la mano y mirándolo fijamente. Aquello era una broma… ¿verdad?
-Menma –llamó Sasuke-, realmente eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Nos conocemos de toda la vida y aunque hemos tenido nuestros momentos difíciles, quiero que sigas a mi lado el resto de ella.
Todos los que los rodeaban miraban la escena con sorpresa, murmurando y señalándolos. Por más que intentó evitarlo, el Uzumaki se sintió avergonzado y hasta algo intimidado; trató de soltarse del agarre, pero el otro chico no se lo permitió y en su lugar sacó una cajita de su bolsillo. De acuerdo, Sasuke no era cursi, pero siendo sinceros no se le ocurrió un mejor plan que ese. Frente a toda Konoha Menma no podría rechazarlo y tendría que darle el sí. Desde su punto de vista era una excelente idea.
-Uzumaki Menma –dijo al tiempo que abría la cajita y le mostraba no una, sino dos sencillas argollas de plata-, ¿me concederías el honor de ser mi…?
Antes de que pudiera terminar la pregunta, el mismo grupo de ex admiradoras, pero acompañadas de Haruno Sakura y Hyuuga Hinata, llegaron corriendo y de inmediato se les fueron encima.
-¡¿Qué rayos crees que haces, Charasuke?! –esa era su compañera de equipo
-¡Estás loco! ¡Menma es mío, sólo te lo he prestado un poco! –y sin duda esa era la loca acosadora de Hinata
Las demás chicas también comenzaron a alegar, provocando que los hombres se separaran. Menma bufó con fastidio ante toda la atención que estaban llamando y se frotó la sien. Ahí iba su tarde tranquila y de descanso, pero todo era culpa de ese idiota que tenía como pareja por hacer algo tan… drástico, en un lugar donde todo el mundo pudiera mirarlos. Ahora que saliera él solito de aquella situación.
Un rato después, y luego de que Menma sí tuviera que intervenir o realmente quedaría soltero, él y Sasuke se encontraban en el parque que solían frecuentar cuando niños. Por fortuna a esa hora (ya estaba anocheciendo) se encontraba totalmente vacío y gracias a las amenazas del Uzumaki, dudaba que esas chicas siguieran molestándolos, al menos por ese día.
-Explícate –habló el de ojos azules mientras terminaba de colocarle una venda en la cabeza-, ¿qué rayos fue eso?
-… Tu regalo de cumpleaños –respondió, sonriendo al ser curado por su serio novio, hasta que éste mismo le dio un golpe en la cabeza
-Realmente eres suicida. Además, ¿qué clase de regalo fue ese?
-Quería darte algo especial –terminó confesando-. Tú no eres muy expresivo que digamos, así que quería un regalo que te sorprendiera e hiciera tan feliz que me darías esa sonrisa tan preciosa que te queda de maravilla y que pocas veces muestras. Como la que pones después de que hacemos el amor. Esa expresión es tan… Auch –se interrumpió porque Menma había vuelto a golpearlo-. Estoy herido, trátame con más cariño, kitsune-chan.
-Te lo mereces –suspiró y le dio la espalda-. Ramen.
-¿Eh?
-Invítame a comer ramen, me estoy muriendo de hambre. Con eso será suficiente regalo.
El Uchiha sonrió con sincera alegría y se puso de pie inmediatamente, apresurándose para alcanzar a su novio quien ya estaba caminando rumbo a Ichiraku. De reojo Menma lo observaba, sintiendo un ligero cosquilleo al contemplar lo feliz que el otro lucía por el simple hecho de poder regalarle algo que le gustara. Desvió la cara con vergüenza al recordar la cajita que llevaba en su abrigo y la cual Sasuke creía que perdió en el ataque femenino. Tal vez los cumpleaños nos estaban tan mal, sobre todo si tenías a alguien que estaba dispuesto a ser apaleado por unas acosadoras molestas con tal de hacerte feliz.
FIN
THE END
OWARI