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¿Te encuentras bien Onodera? por AriXRUSK

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Notas del capitulo:

¡Hoy Doña Ari les trae doble actu...! ¿Porque? Porque si >:v

Así que aguanten mis acosos bien intencionados(?)

Capítulo 16.

Con ayuda de Takano, Ritsu se sentaba en la camilla.

-Doctor–Inquirió Takano–Ritsu me comentó que no podemos tener sexo por orden de ustedes ¿Es eso cierto? ¿Cuándo podremos hacerlo otra vez?–Preguntó sin ningún pudor.

-¡Takano-San!– Ritsu estaba alterado y sonrojado.

-Ritsu, no tiene nada de malo preguntar–Intervino el Dr. Madarame–Y me parecía raro que no lo hubieses preguntado, ya ha pasado un tiempo–Dirigiéndose a Onodera que no podía de vergüenza.

-Me-Me iré a vestir–Mencionó ya saliendo del lugar.

-Retomando el tema–Mencionó el Dr. Madarame–Entiendo que ambos tienen necesidades, así que daremos la aprobación para que puedan hacerlo pero eso si tienes que tener mucho cuidado: no hacerlo en una posición que moleste a tu pareja y que pueda dañar el vientre–Explicó el profesional.

-Entiendo–Acotó Takano.

-Con la debida preparación no debería haber problemas, sólo ten en cuenta que primero está la comodidad de Ritsu y el bebé antes de tus deseos–Agregó el Dr. Hatoyama.

-Y tampoco pueden tener maratones sexuales, puede provocar muchas contracciones a Ritsu lo que no sería bueno en sus condiciones-Intervino el Dr. Kiyoshi.

-Entiendo perfectamente, tengan de seguro que será así y que cuidaré de Ritsu–Comprendió Takano–Pero lo que en si me gustaría saber, y me preocupa, es como lo van a hacer cuando llegue la hora del parto–El rostro de Masamune notaba preocupación en ese momento.

-Eso ya lo tenemos bastante planeado–Respondió el Dr. Kiyoshi.

-Creemos que lo mejor para el bienestar de Ritsu y el bebé es que programemos una cesárea apenas llegue a término. No esperaremos que tenga contracciones ni nada, sólo sacaremos al bebé apenas este en completo desarrollo–Explicó el Dr. Madarame.

-Eso me calma–Dijo Takano pero su rostro aun mostraba preocupación.

-Sólo ten en cuenta que velamos por el bien de Ritsu y del bebé–Añadió el Dr. Hatoyama.

La conversación se vio interrumpida cuando Ritsu volvió a la sala y tomó asiento al lado de Takano, teniendo el ceño fruncido como prueba de su enfado por la pregunta antes mencionada.

-Bueno Ritsu, con respecto al sexo, puedes tenerlo pero sólo con tu consentimiento y viendo la forma que sea más seguro y cómodo para tu vientre–Las palabras del Dr. Madarame hicieron sonrojar a Ritsu, que simplemente asintió–Y queremos que el próximo control sea en dos semanas ya que has estado en buen estado, no hay necesidad de hacerlo tan pronto. Pero durante ese tiempo tienes que descansar, guardar mucho reposo; tu vientre es cada vez más grande, lo que te irá cansando cada vez más así que tienes que descansar lo que sea necesario. Y eso sería todo por hoy–Indicó el médico.

Todos se pusieron de pie para despedirse y retirarse.

-Doctor, las imágenes y el video de la ecografía de hoy por favor–Mencionó Ritsu al ginecólogo.

-Lo olvidaba–Dijo el médico mientras entregaba lo pedido.

Se despidieron de los médicos y volvieron por la misma dirección en la que habían ido, pero en eso se encontraron con alguien conocido.

-¿Mamá? ¿Papá?–Se preguntó Ritsu, extrañado debido a lo raro del encuentro.

-¡Oh! Ricchan, hasta que te encuentro–Decía la mujer que venía a su dirección, acompañado también del padre.

-¡¿Qué hacen acá?!–Preguntaba Ritsu, notando su molestia. Todo esto era observado por Takano que ansioso observaba el inusual encuentro.

-¡¿Qué, que hago acá?! Por supuesto que vine a acompañarte para tu ecografía ¿O querías que te dejara solo y no supiera como esta mi nieta?–Dijo algo despechada la mujer.

-Nieto–Acotó el padre de Ritsu, callado luego por la mirada de la mujer.

-Les dije que no era necesario, vine con Takano-San y…- La madre de Ritsu dirigió su mirada a aquel tipo alto, un tanto intimidante, lo que hizo temer a Takano por su reacción ahora que se los encontraba en una circunstancia tan extraña.

-¡Oh Takano-Kun, muchas gracias por cuidar de mi hijo todo este tiempo y muchas más gracias por haberme dado una nieta!–Decía la mujer mientras sostenía la mano de Masamune y hacia una reverencia en agradecimiento.

-¡Takano-Kun muchas gracias por aguantar el tsunderismo de Ritsu por tanto tiempo, y gracias por ahora darme un nieto con el que tanto soñé!–Decía el padre de Ritsu de la misma forma que la madre.

-¡Ahre! Pueden cortar eso, la gente está mirando–Ritsu separo a ambas personas de Takano, quien estaba totalmente impresionado por los agradecimientos de los padre de Ritsu.

-No tienen que agradecer nada, yo amo a Onodera  y eso es todo lo que necesito y un hijo de él me hace aun más feliz–Conmovido dijo Takano.

-¿Onodera? ¡Ahre! Que formal–Dijo en un puchero totalmente infantil por el titulo en el que le llamaba.

-Mamá… Podemos dejar de hablar de esto en público– Ritsu interrumpió abruptamente, dándose cuenta a que se refería su madre–Lo mejor será que nos vayamos–Ritsu ya emprendía el paso pero fue detenido por su madre.

-¡Espera, espera, espera! Antes que nada tienes que decirme que salió en la ecografía ¿Es niña, cierto?- Preguntó expectante la mujer.

-¿Es un niño, no es así?–Preguntó ansioso el padre de Ritsu.

-Lamento tanto decirlo de esta forma señor y señora Onodera, pero no sabrán nada hasta que el bebe nazca–Explicó Ritsu, con algo de burla por la expectación de sus padres se veía frustrada.

-¡¿QUÉ?! –gritaron ambos.

-¡Shh! Tranquilos… Asustan a las personas–Les regañó Ritsu.

-¿Pero por qué eres tan malo de dejarnos con la duda hasta el nacimiento?–Preguntó angustiada la futura abuela.

-Le pedí a Takano-San que lo decidiera si quería saber o no, y él decidió mantenerlo como sorpresa –explicó Ritsu, todo calmado.

-¡QUÉ! ¿Por qué lo hiciste? Ahora no sabremos nada hasta que nazca–Su voz notaba decepción.

-Bueno, eso lo podríamos arreglar…- Takano quería excusarse de alguna manera para así no arruinar la relación con sus suegros, que había tenido un buen comienzo pero fue interrumpido por Ritsu.

-Él es el padre y tiene todo el derecho a decidir sobre su hijo, así que no hagan más escándalo–Las palabras que había mencionado Onodera, así como nada, habían llenado de orgullo a Takano. Con esto mismo se dio por finalizada la discusión.

-Vamos al auto y los dejamos en su casa–Ofreció el padre de Ritsu.

-Estaremos bien, tomaremos un taxi- Denegó Ritsu.

-Ritsu, no debes esforzarte en tus condiciones lo mejor sería que regresaras a tu casa y descansaras–Mencionó con preocupación la madre de Onodera.

-Madre, he estado encerrado prácticamente todo un mes–Dijo con frustración–No creo que por salir sólo una vez pueda ocurrirme algo malo–Argumentó –Además la chaqueta que traigo puesta, me queda bastante suelta, mi vientre ni se nota–Convenció.

Takano observaba con preocupación la escena, no quería que a su Ritsu le ocurriera algo mientras se encontraban fuera de casa.

-Ritsu… -No tuvo tiempo de continuar.

-Y no tienes de que preocuparte, estaré con Takano-San así que no hay nada más que seguir conversando–Las palabras serias y cortantes de Ritsu, dieron por finalizada toda conversación.

Mientras caminaban para salir del hospital, la madre de Ritsu tiró del brazo de Takano haciéndole quedar a ambos atrás.

-Dígame que necesita Onodera-San–Mencionó de manera cordial e impresionada, por la repentina petición de la mujer.

-Llámame Kazuyo, solamente–Indicó la mujer.

-Como usted diga Kazuyo-san–Aceptó el editor.

-Sólo quería agradecerte correctamente por cuidar de mi hijo todo este tiempo, por aguantar su mal carácter y su incorregible tsunderismo–Dijo con sinceridad la mujer-Y también te estoy aún más agradecida por hacerte cargo de mi hijo y de mi futura nieta, tengo claro que no cualquier persona apostaría todo en un situación tan compleja como la que Ritsu se encuentra viviendo– Añadió.

-Usted no tiene nada que agradecer Kazuyo-san. Todo lo que he hecho, hago y haré por Ritsu, es nada más porque le amo más que nada en el mundo o mas bien todo lo que hago es únicamente por Ritsu y ahora que él me de un hijo, a pesar de ser una noticia tan inusual y sorprendente, no podría sentir una mayor felicidad que esta–Las palabras de Takano hicieron que Kazuyo se conmoviera casi al punto de las lágrimas.

-Gracias Takano-Kun, sinceramente gracias. Me hace inmensamente feliz saber que mi hijo y mi nieta serán tan amados. Ahora estoy más que segura que no puedo dejarlos en mejores manos que las tuyas–Agradeció nuevamente.

-Cuidaré de Ritsu y a nuestro bebe más que a mi propia vida, se lo puedo asegurar–Reafirmó Takano.

-¡Hey!-Interrumpió Ritsu-Lo lamento mucho pero es mejor darnos prisa-Dijo con cierto grado de vergüenza en su voz.

 -¿Quieres que llame un taxi para marcharnos a casa?–Preguntó Takano luego de separarse de los padres de Ritsu.

-Quiero caminar un poco, aun no quiero volver a casa ¿Por qué no buscamos un restaurant familiar y comemos? Ya es hora de almorzar y tengo hambre–Pidió Ritsu–Hace mucho que no salimos juntos–Murmuró lo último por lo bajo, sonrojado, pero aun así Takano le escuchó.

-¡Si tu siendo tan Tsundere quieres que salgamos en una cita! ¿Por qué he de negarme?–Una gran sonrisa burlona se formó en el rostro de Takano, aquella que deslumbraba a Ritsu, por lo que éste último se sintió avergonzado.

-Yo no dije eso…-Dije en un susurro avergonzado…-So-Solamente no quiero estar todo el tiempo encerrado y además tengo hambre–Su orgullo no le dejaría reconocer la verdad.

Mientras caminaba buscando un sitio donde comer, a paso lento por el cuidado de Ritsu, Takano inquirió con curiosidad.

-Tus padres están bastante emocionados con lo de tener un nieto–Mencionó más en pregunta.

-Pelean todo el tiempo con ello, cada uno tiene una serie de cosas en caso del sexo del bebé– Afirmó.

-¿No crees que para evitar mal entendidos deberíamos averiguar el sexo del bebé?–Preguntó.

-No hay porque complacerles, los padres somos nosotros y ya tomamos una resolución. En ves de preocuparse que sea, lo mejor es que se alegren que se encuentra sano y salvo–Una mano, inconsciente, acarició su vientre de manera sutil mientras sonreía con la cabeza gacha.

Masamune no quiso decir más, aquella sonrisa era suficiente para despejar toda duda o curiosidad.

Encontraron un restaurant donde comieron calmadamente, luego pasaron a una librería a petición de Ritsu para comprar algún libro nuevo. El corto paseo cansó a Ritsu por lo que mientras esperaba a que Takano volviese de un supermercado, donde había ido a comprar algunos víveres, esperó en una de las bancas cercanas del local para descansar.

-¿Onodera?–Se preguntó Takano al no encontrar a Ritsu donde debía de estar. Con preocupación miró a los alrededores encontrando solo multitud de gente pero no a Ritsu. Su angustia acrecentaba y comenzaba a pensar lo peor; no lo veía por ningún lado mientras avanzaba, su Ritsu no estaba en ningún lugar “¡Ritsu donde te metiste!” Se preguntaba con desesperación mientras comenzaba a creer que la idea de pasear había sido muy mala.

Al caminar unas dos cuadras, de vuelta de donde venía, por fin le encontró. Corrió con desesperación hacia su encuentro mientras se daba cuenta que Ritsu miraba concentrado e ido una tienda frente de él.

Masamune descendió su paso mientras se acercaba, dándose cuenta de que aquella tienda era una de bebés donde fuera en la vitrina se encontraban peluches, juguetes, ropas, y diferentes artefactos para los pequeños. No pudo evitar darse cuenta de que Ritsu miraba la cuna que allí se encontraba: de madera, muy sencilla pero muy bella, solamente barnizada dejando ver el esplendor de la madera; también junto con ella, acompañaba un ropero y un mudador todo combinado con el mismo detalle artesanal.

Masamune supuso lo que Ritsu pensaba, así que con cuidado se acercó a él por la espalda susurrándole a un oído.

-Deberíamos comprar todo el juego–Mencionó.

-¡Aaah! ¡Baka, me asustaste!–Gritó Ritsu–No se de qué hablas, mejor vámonos a casa – eludía avergonzado lo que Takano acaba de decir, pero este último no se quedaría así.

Takano tomó por el brazo a Ritsu en dirección a la tienda.

-¡Para Takano-San, no ves que todos nos están observando!–Ritsu se liberó del brazo de Takano- ¿Qué pretendes?–Exigió enfadado.

-Quiero comprar una cuna y varias cosas para mi hijo–Respondió de manera simple el pelinegro de forma autoritaria.

-¡No hables de eso en la calle!–Dijo Ritsu apenado–No podemos comprar este tipo de cosas si apenas y vivimos en un pequeño departamento, no tenemos una habitación, quizá tengamos que mudarnos de la casa o quien sabe que cosas; aun no hay nada decidido–Argumentó mientras agachaba la cabeza.

-Ahora que lo pienso tienes razón, venderemos los dos departamentos y compraremos una casa tenemos que ver ello primero– Takano se convenció – pero no  quita el hecho de que podemos ver algunas cosas por el momento–Afirmó entusiasmado mientras entraba a la tienda.

-¡Takano-San, espera no entres!–Ya era tarde, ambos se encontraban dentro de la tienda.

No era una tienda muy grande pero tampoco pequeña, pero si estaba llena de montón de cosas para niños.

Takano, perdido en todo aquello siguió su propio rumbo dentro de la tienda, con algo de intención, dejando solo a Ritsu quien miraba nervioso dentro de ella. Se adentró en el establecimiento, mientras observaba diferentes artículos: ropa, zapatos, cascabeles, una sección de artículos de baño, otra de juguetes para aprendizaje por etapas y un montón de cosas. Su vista quedó puesta sobre la sección de peluches, donde habían de diferentes tipos y tamaños, estiró sus brazos para alcanzar una en particular: un peluche de un conejo de unos cuarenta centímetros de largo, con orejas largas y una cola esponjosa, era de un color blanco, tenía una expresión tierna y en si el muñeco era adorable. Lo miró con ternura, imaginando a su bebé en compañía de aquel peluche.

-Deberías comprárselo Ritsu–Apareció Masamune, sorprendiendo a Ritsu–Sería su primer muñeco –sonrió.

-No debería, yo… No lo se además…-Sus palabras se vieron interrumpidas.

-Hagamos algo, tu compra algo y yo compro otra cosa, sólo algo pequeño ¿Si, Ritsu?–Eso sonó mas que una pregunta, una orden, así que no podía negarse.

-… -Suspiró–Está bien, pero no te excedas–Condicionó.

Takano sonrió con suficiencia y tomó otra dirección para poder buscar lo que al parecer ya tenía escogido. Ritsu por su parte, se quedó observando el muñeco que terminó por convencerle. Mientras se dirigía a pagar se topó con una sección de cuentos infantiles, donde no pudo evitar pasar. Quedó hojeando varios libros por un momento, para luego al fin decidirse por uno bastante grueso pero que recopilaba diferentes cuentos infantiles, estaba decidido a inculcarle a su hijo desde pequeño el hábito de lectura. Cuando al fin se decidió a pagar encontró a Masamune que venia con un cascabel en forma de osito y una juego de ropa blanco que en el pecho tenía bordado tres gatitos de color naranja, también acompañaba un pequeño gorro del mismo color y unos calcetines y zapatos que completaban el juego: era ropa para recién nacido.

-Elegí este color porque no sabremos que será–Justifico Takano, sin obtener palabra de Ritsu.

Pagaron la compra, mientras la cajera les miraba algo incrédula debido a la inusual situación de ambos hombres en una tienda que es mayormente visitada por mujeres, Ritsu se percató de ello pero prefirió no omitir comentario. Una vez fuera de la tienda retomó la conversación.

-Todo el mundo nos mirará de mala manera–Mencionó avergonzado.

-No me importa–Acoto Takano.

-¿En serio?–Dijo de manera sarcástica– ¿Crees que es muy normal ver a dos hombres criando un bebé? La gente nos mirará cada vez que estemos en la calle, seremos el foco de la atención y quien sabe que más cosas nos harán por ello–Takano notó la preocupación de Ritsu, aprovechó que por donde caminaban no circulaban personas, así que le tomó el rostro mirándole fijamente y acariciando una de sus mejillas.

-¿Estas sordo o eres tonto? Dije que no me importa. Por eso estaremos juntos, a mi no me importa lo que la gente diga o juzgue, seremos una familia diferente pero al serlo seremos especiales y eso nos entregará más amor–Sus palabras expresaban confianza. Le besó dulce y cariñosamente haciéndole ver el amor des us palabras.

-Ma-Ma-Masamune–Murmuró Ritsu entre el beso, dejándole Takano libre pudo hablar–Vamos a casa, estos viajes ya me cansan–Dijo con una voz notoriamente cansada.

-Como tú quieras Ritsu–Le dio un beso pequeño pero tierno.

Tomaron un taxi, Ritsu lentamente se apoyó del hombro de Takano dejándose vencer por el cansancio. Masamune por su parte, sonreía al ver a Ritsu de esa manera, en verdad el embarazo le había cambiado; con cuidado para no despertarle y sin que el taxista lo notase, le besó tiernamente en su frente.

-“Ritsu, solamente apóyate en mi y confía, no dejaré que nada te ocurra a ti o nuestro hijo, si los tengo a ambos podré mantenerlos a salvo de cualquier cosa”–Sus pensamientos estaban llenos de amor, protección y seguridad hacia su familia.


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