Extra 2.0
La bipolaridad en el embarazo es algo común
Despúes de aquella noche juntos, del hecho de volverse uno de nuevo, las cosas mejoraron considerablemente, al menos… Unas cuantas cosas, el humor de Takano, así como la relación entre ellos dos, había mejorado bastante.
Más los cambios de humor de Ritsu aumentaron el triple, Ritsu le seguía hechando la culpa a sus hormonas, pero la verdad, esas emociones ya estaban antes de enterarse de su embarazo, ahora a dos días de cumplir 7 meses, ya sabia la razón de esos cambios de humor, pero sus sentimientos las contuvo para si mismo, y ahora que Takano estaba a su lado, era como si su hijo quisiera que su padre no se alejara de ellos en ningún momento.
¡Y joder, vaya que le encantaba tenerlo a su lado!
El hecho de sentir su presencia hacia que recuperara toda felicidad.
Era mejor para la salud del bebe y para su sanidad mental misma, pero no dejaba de ser vergonzoso, y a veces (siempre en realidad), se sentía culpable de que Masamune tuviera que soportar ese tipo de situaciones comprometedoras.
Esta era una de ellas, pero en realidad, estaba solo, y por alguna razón no paraba de llorar, ese nudo en su garganta no le abandonaba.
-Bebé ¿Por qué no puedes ser un poco más lindo conmigo? ¿No puedes subir mis estados de animos?- Acariciaba su vientre con amor, mientras intentaba retener sus lagrimas.
La puerta del departamento se abrió. Claro, Ritsu no presto la mas minima atención, hasta que puerta de la habitación, que ahora compartia con Takano, se abrió.
-Ritsu ¿Qué pasa?- El le miro, y sus ojos chocaron, haciendo que Ritsu bajara su mirada sollozando.
-No lo… Se.- Sus hipidos aumentaban de ritmo; por el otro lado Masamune sonrió, ver a su Ritsu en ese estado tan vulnerable era demasiado incluso para el.
Unos brazos rodearon a Ritsu, para rápidamente unir una de sus manos junto con la del ojos verdes, en su ya crecido vientre.
-Embarazado o no, tu nunca lloras sin ninguna razón, dime ¿Qué sucede, mi amor?- Los sollozos del menor aumentaron en número, por lo cuál, Masamune reforzó su agarre, mientras se contenía por no reir.
-Es que… ¡Masamune, no puedes obligarme a decir tales cosas!- La costumbre de llamarse por su nombre había aumentado, y claro, el de ojos chocolate estaba bastante feliz, ya que su Ritsu tsundere nunca le hubiera llamado por su nombre de pila.
-Puedes decirme Ritsu, no me burlaré…- Hubo silencio en la habitación por un rato, nada mas, que dos corazones latiendo como locos, acelerados por el amor, y las respiraciones entrecortadas y lentas.
-Solo… Estoy feliz, ¿Qué mas puedo decir? Estoy contento de tenerte a mi lado, de que nunca te alejes de mi ni de nuestro hijo, me procures, me ames, y solo… Solo, te amo, y ya, ¿Me entiendes?- Lo que Takano estaba viviendo en esos momentos, se le conocía como sobredosis de ternura, infinidad de amor y demás.
-Yo te amo mucho más Ritsu, y que quede claro, jamás en la vida voy a dejarte solo, te perdí por 10 años, tu confesión tardo otros 2, ahora me daras un hijo ¿Crees que sería tan tonto como para dejarte solo? Y siempre voy a estar dispuesto a cumplir con todos tus caprichos, antojos, y por supuesto, aguantar tus odiosos berrinches.-
-¡Takano-San!- Sin responder nada más, Masamune reforzó el abrazo con ambos brazos, permitiéndole asi a Ritsu apoyar su cabeza en su pecho, mientras el daba tiernas y castas caricias al crecido vientre.
Así Takano se recostó sin soltar a Ritsu, mientras compartían un dulce silencio.
-¿Sabes, Masamune? Creo que deberíamos agradecer a los de Esmeralda por todo lo que hicieron por mi, por nuestro hijo, mas que nada…-
-¿Por qué lo dices?-
-Pues…-
Flash Back.
Y de nuevo allí estaba la pesadilla de la imprenta, Onodera Ritsu, jefe de la sección Emerald, siendo consentido por sus compañeros.
Asi era su rutina.
Hatori se encargaba de su trabajo, Mino conseguía todo tipo de antojo que Ritsu tuviera (Lo cual sucedia cada hora), y Kisa, que desempeñaba el papel mas importante, estar al lado de Ritsu, podría decirse que en realidad no hacía nada, pero soportarlo con cada cambio drástico de humor que tenia, era una tarea para felicitar.
Ese, era uno de esos momentos, “Los días hormonales” según el equipo.
Ritsu lloraba, siendo abrazado por Kisa, que acariciaba su cabello con naturalidad, como si ya estuviera acostumbrado a ese llanto, que bien se parecía al de un niño.
-Dime Ricchan, ¿Cuál es el problema?-
-El problema es ese puto de Masamune… Nunca nos vemos… Y… Y siempre ese mocoso Rui esta pegado a el como la maldita mugre…- Decía entre hipidos mientras comia una bolsa de frituras que Mino había sido tan lindo de traer.
Kisa sonrio divertido, y a la vez comprensivo, ya que entendia por lo que Ritsu pasaba, el lo había vivido, y no podía ni imaginarse como sería sentirse engañado, con las hormonas femeninas hasta el tope, probablemente ya tuviera toda una historia en su cabeza.
-Tranquilo Ricchan, todo va estar bien, el te ama, y lo sabes, este bebe.- Dijo poniendo una mano en su vientre.-Es la prueba de eso.- Aquel pequeño comentario, calmo la tormenta de Ritsu, para dejar las frituras a un lado, reacomodarse, respirar, y volver a hacer su trabajo como si nada.
La rutina.
Fin del Flash Back.
-Eres un bipolar.- Dijo entre risas.
-¡Prometiste no reírte!- Pronto, las risas se callaron, para convertirse en caricias y besos; aquel tacto que los consumía, hacía que se perdieran, su tacto se volviera suave y se convirtieran en un sentimiento.
-Ritsu… Vamos a una cita mañana…-
-¿Q-Que cosas dices?- Dijo entre risas, por las caricias de Masamune a su cuello.
-¡Anda! Ya falta poco para que nazca el bebe, y ya casi no hemos salido, solo quiero pasar tiempo contigo.-
-Mmmmm~ Esta bien, pero…- Ni Ritsu ni Takano hablaron, puesto que ambos lo sintieron; una fuerte patadita que sintieron las manos entrelazadas.- Nuestro hijo dice que si…- Ambos rieron ante tal comentario, seguido de un calido beso, y las suaves o fuertes patadas que propinaba su hijo de vez en cuando, algo, que podía sentirse como alegría, alegría de que se acabara el sufrimiento para su madre, y al fin, después de tanto, pudiera gozar de la compañía y el amor de Papá y Mamá juntos.