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¿Te encuentras bien Onodera? por AriXRUSK

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Notas del capitulo:

¡Volví!Siento que me he tardado mucho para solo tener que editarlo uvu

Pero en fin, aquí les dejo el cap.

¡Besitos!

Capítulo 2.

Después de salir de la cafetería los dos empleados caminaban tranquilamente por Marukawa.

-Oye Ricchan… ¿No crees que comiste demasiado hoy? Puedes engordar si sigues de esa manera…

-A ti no me importa Shouta…

-Ricchan, hablando en serio- Señalo Kisa- ¿no estarás enfermo? Me he dado cuenta que todas las mañanas después de la junta o cuando estamos en la oficina, te diriges corriendo al baño a vomitar, además te noto algo pálido sin mencionar también lo mucho que estas comiendo – Menciono algo preocupado.

-Estoy perfectamente – contestó frío Onodera- Tiene que ser gripe o algo así.

-Mmm…deberías ir al médico- Luego dijo con una voz algo pícara- O deberías decirle a Takano-San que te cuide por el momento…

-¡DEJA DE DECIR ESTUPIDECES, SI ASI FUERAS PARA EL TRABAJO!

-Ricchan, ya hablando en serio- Indicó Kisa sin tomarle importancia al escándalo de Onodera- Deberías ir al doctor. Veamos: Tienes nauseas matutinas, tienes mucho apetito, has estado distraído ¿tienes mareos?-Preguntó.

-S-Si- Contestó Onodera con el ceño fruncido. Kisa se paró en seco, colocó su mano sobre su barbilla con una expresión pensativa y se acercó a Onodera.

-Ricchan ¿No estarás embarazado?- Ritsu se paró rápidamente mientras gritaba.

-GAAAAH!!! DEJA DE DECIR ESTUPIDECES O LE DIGO A LA IMPRENTA QUE DEJE DE ACEPTAR TUS TRABAJOS- Kisa le miro asustado, y hecho a correr a la oficina- Shouta estúpido si así fuera para el trabajo.-

Volvió a retomar su camino a la oficina y continuo comiendo mientras recortaba algunos fondos, pero después de comer le entro algo de sueño y cuando se fueron todos se quedó dormido ahí mismo, despertando casi una hora después. Siguió su día encontrándose algo somnoliento, como últimamente le ocurría, pero no le tomo importancia por lo que se limitó a levantarse y dirigirse a la estación de tren.

****

Esperaba el tren impaciente, en realidad, esperaba a Takano-San para poder irse, era una costumbre tomada desde hace unos años, eran vecinos, no era porque a Ritsu le importara o... ¿Si?

-¡Onodera!- Ritsu voltea la mirada con calma, su jefe iba agotado por el maratón que recién había realizado, se veía exhausto, y aun así se apresuró en llegar, por el… ¿Por él?

-Llegas tarde…- Bajo su mirada cubriendo aquel notable sonrojo con su bufanda, la temperatura de su cuerpo iba en aumento, maldición…

-¿¡Ah!? ¿Y quién fue el que me dejo solo en la junta y dejo que me encargara yo de todo?- Se avergonzó más por el comentario de su superior, no es que no quisiera quedarse a ayudarle, pero tampoco quería vomitar en la sala de juntas, no fue su culpa.

-Lo lamento, tenía trabajo que hacer…-

-¿Estás seguro?

-¿Por qué lo preguntas?

-Por nada, solo he notado que sales más seguido de la oficina, raro en ti… Casi no comes, y te he notado extraño…Me preocupas Ritsu.- ¡Maldito Takano Masamune! ¿Por qué le llamaba por su nombre en momentos como esos? Los colores y la temperatura iban en aumento a su cara.

-¡Ah! No te preocupes por eso Takano-San, normalmente como chocolates o algo parecido de la cafetería.- Rio nervioso, no quería que Takano-San se enterara de su situación.

-¿Ah, sí? Que yo recuerde a ti no te gustaban los dulces…- Claro, Takano no era tonto, y le conocía muy bien.

-Bu-Bueno, los gustos pueden cambiar ¿Sabes?- Y allí estaba el gran Onodera Ritsu, la pesadilla de los de la imprenta, sonrojado y nervioso como un niño de secundaria, solo el azabache provocaba esas reacciones en el.-Deja de preguntar cosas absurdas, deberías ser así de persuasivo con los de la imprenta, yo no te cubriré por siempre.- Se sobresaltó al ver al ojiavellana acercándose a el.- ¿Pe-Pero que haces? Esto es un lugar público…- Le ignoro y coloco una mano en su frente.

-¡Aja! Onodera, tienes fiebre.- Takano alzo la voz con preocupación, Ritsu rápidamente desvió la mirada.

-¡No es nada! Solo… Cuando llegue a casa dormiré y listo, se me pasara…-

-¡Ritsu! ¿Por qué no me dices lo que te sucede? ¿No entiendes lo mucho que me preocupa?- Le había tomado de los hombros algo brusco, Onodera solo cabía a mirarlo sorprendido, hasta que aquel conocido ruido le distrajo.

-¡A-Ah! Mi-Mira, el tren llego.- Se separó con brusquedad y se dirigió a las puertas recién abiertas, el azabache solo se limitó a seguirle.

Inconscientemente, en el tren se tomaron de las manos, eran los únicos allí así que no les preocupaba.

No soltaron el agarre hasta que llegaron a los departamentos, Ritsu se soltó bruscamente y se dirigió a su departamento, sorpresa fue que Takano le jalo del brazo.

-¿Ah? ¿Qué es lo que te pasa?

-¿Crees que te voy a dejar solo si estas enfermo?-

-¡Ah! Takano-San estoy bien! Solo es un maldito resfriado!

-Pues gracias a ese maldito resfriado dormirás hoy en mi departamento.- Ritsu no sabía cómo, pero ahora estaba allí, adentro del departamento de su “novio”

-Etto, Takano-San… Al menos préstame la ducha…-

-¡Ah! Claro…-

Se adentró en el baño y miro a Takano-San de reojo.

-No te atrevas a seguirme…-

-¿Ah? No soy capaz…

-Si lo eres, voy a ponerle pestillo a la puerta ¿Entendido?…- Y tal como lo dijo coloco el pestillo en la puerta, capaz y ese pervertido le seguía y no imaginaba lo que le haría.

Abrió la regadera primero para que el agua se calentara mientras se desvestía, se sacó la camisa pero cuando comenzó a desabrochar sus pantalones, noto algo; su vientre se notaba algo inflamado. Pasó sus manos, notando aún más la hinchazón; se comenzó a apretar notando que al hacerlo su abdomen estaba muy duro. Extrañado por notar eso en su cuerpo, entro a la ducha mirando su vientre, frotándolo y presionándolo de vez en cuando. Le preocupó ver esta extraña reacción de su cuerpo.

-“Pensándolo bien, debería visitar al doctor. No es normal como me encuentro además que ya van a ser casi dos semanas que me siento mal. Mejor será que llame para pedir una cita con el  Dr. Kiyoshi. Le diré a Takano-San que iré a ver a uno de los mangakas que asesoro y así no se preocupara”- Decidiendo eso, siguió duchándose mirando de reojo la extraña forma que tenía su abdomen.

El despertador sonaba llamándole para que se despertara, con total flojera le tiró una mano encima para apagarlo. No se había percatado de que alguien estaba sobre él. Entonces recordó que estaba en la casa de Takano-San. Con cuidado, para no despertar a el ojiavellana, se comenzó a retirar de la cama, se sentó en el borde de la misma observando a su “novio” y la expresión tan dulce que tenía al dormir, relajada, se sentía mal por Takano, porque, a pesar de que tenían la misma cantidad de trabajo, el azabache era obligado a hacer todo más rápido. Se centró en los labios de Masamune, que se encontraban levemente abiertos, muy relajados y naturales pero también muy deseables a la visión del editor.

 “Hace cuanto no estoy contigo” pensaba, sentimientos absurdos y muy reales, se suponía que Onodera “le odiaba”, pero en realidad, deseaba demasiado tenerlo cerca.

Era casi una semana, desde que Masamune estaba envuelto en asuntos de trabajo que ni siquiera le correspondían, muchas veces ni siquiera regresaba a casa, era raro verle de nuevo en la zona Esmerald, aunque ese era su verdadero puesto. No tenían mucho tiempo para verse desde que hace seis meses Onodera había subido a un rango más alto que Takano-San en la edición de manga, lo que acarreaba mucho más trabajo, las llamadas de los de la imprenta, el tener que negociar con los mangakas, también porque estaban pensando en llevar a Masamune a otra editorial, lo cual le beneficiaria mucho,  por lo que ahora se encontraba con mucha presión entre el manga del que estaba a cargo, las juntas y el cambio de editorial, por esto Ritsu no quería preocuparle ni interponerse en sus asuntos. Así es que no tenían mucho tiempo para encontrarse.

Onodera comenzó a acercarse lentamente hacia el rostro de Takano hasta quedar frente a él, frente a sus labios.

-“¿¡Qué estoy haciendo!? Tenemos que ir a trabajar además… Yo no haría esto con Takano-San”- Tenia pensamientos encontrados.- “Pero… no lo siento hace tanto tiempo”- Se mordió el labio inferior pensando todavía que decisión tomar- “¡Que estoy pensando! Yo no provocaría esto, por mucho que lo desee, tengo un orgullo que alimentar, Takano no se debe de dar cuenta”- No tenía intención en hacerlo-“¡No lo haría, no, no lo haría!” – lentamente fue posando sus labios en los de Takano, quien al parecer no se percataba de la situación muy conveniente para él. Ritsu levantó su rostro para mirarle; quería que despertara ya que se había rendido a perder el poco orgullo que le quedaba, el deseo que sentía en ese momento podía más que cualquier cosa, pero Takano no despertaba, en sueños sonreía.

Ritsu no tenía la intención de abandonar, así que como nunca lo hacía, ni lo pensaba hacer tomo la iniciativa. Su mano bajo furtivamente por el pecho de Takano hasta toparse con lo que estaba buscando; bajó su mano por él pantalón del azabache, quien solo sonreía creyendo tal vez aquello que sentía era solo un muy, muy, muy buen sueño. Se acercó al oído de Masamune para susurrarle provocativamente.

-Takano, despierta- Diciendo esto tomo el miembro de Takano con su mano, frotándolo lentamente mientras mordía levemente el lóbulo de su oreja.

Masamune despertó confundido, asustado y excitado. Al parecer lo que creía un sueño no era más que la mejor forma de ser despertado.

-¡Ah!...- Despertó y abrió los ojos de sopetón- ¡ONODERA! –gritó totalmente sorprendido por la actitud muy poco habitual de su “amante”.

-Despierta, no tenemos mucho tiempo- Señalo Onodera con una actitud deseosa mientras levantaba la polera de Takano para quitársela, quien solo atinó a alzar los brazos aun aturdido por el sueño-¡Vamos Takano-San despierta!- Dijo nuevamente Onodera mientras tiraba la polera de Takano, luego para la total sorpresa de este, Ritsu le besó totalmente deseoso, buscando contacto con su lengua, provocándole. Esto último hizo reaccionar a Masamune que solo se limitó a tomar su rostro de manera ruda pero a la vez dulce, atrayéndole cerca suyo mientras que sus lenguas liberaban una batalla para determinar quién estaba más deseoso del otro. Todo quedo en un empate.

Se separaron solo por culpa del oxígeno, lo que aprovechó Takano para recostar a Ritsu sobre su espalda. Con su lengua bajó por él cuello de su amante saboreándolo con delicadeza mientras que sus manos levantaban la polera de este, acariciándole mientras lo hacía. Para suerte de Ritsu, Masamune estaba solo enfocado en el pensamiento de hacerle suyo por lo que no notó la hinchazón de su vientre. Takano comento a bajar con su lengua a los pezones de Ritsu que pedían una caricia, saboreándolos con lujuria, mientras Ritsu acariciaba su espalda desnuda.

Takano dejó los botones de Ritsu para seguir con su lengua recorriendo el torso de su amante que se notaba más deseoso que nunca ya que cada caricia de Takano le dejaba cada vez más jadeante, aprovechándose de esta rara conducta, Takano decidió “torturarle” un poco más.

Comenzó a acariciarle delicadamente con sus manos, dejando al contacto desesperación por parte de Ritsu que jadeaba entre el deseo y reproche, pero el azabache no estaba en la labor de obedecerle así que continúo su recorrido paseando sus manos por el cuerpo de su castaño, mientras que con su lengua intensificaba la sensación que dejaban sus manos. Comenzó lentamente a descender por su vientre, alarmando a Onodera ya que tenía una excesiva sensibilidad en aquel lugar, detuvo rápidamente las manos de Takano para decirle jadeante:

-…Takano-San…Para el juego…Y solo hazlo…- Takano lo miró con una expresión dura, para acercarse a su oído y susurrarle provocativamente:

-Sí que me estas sorprendiendo Onodera- Dijo mordiendo el lóbulo de su oreja, mientras que una mano furtiva entraba bajo el pantalón de Ritsu, haciendo acto de presencia la notable erección para sorpresa de Takano- Pero si apenas de te he tocado – dijo sorprendido y divertido.

-¡CALLATE!-

Takano se dirigió al sitio que clamaba por atención, desprendiendo rápidamente el pantalón que traía Onodera. Tomó el miembro con sus manos provocando que Onodera profiriera un gran gemido por lo que Takano no dudó en llevarse el órgano a su boca, primero lamiendo para saborearle en su longitud y luego jugando con su lengua con la punta y por fin llevarlo a su boca comenzando el vaivén que tanto enloquecía, el problema era ahora aquellas caricias previas que le hizo Takano, lo tenían a punto por lo que no podía aguantar.

-…Aaah… T-Ta-Takano-San…para… me vengo…-Takano no le hizo caso, por lo que continuó además de introducir un dedo en el orificio de Onodera pero más su impresión al ver que esta se encontraba ya húmedo por lo que su dedos entraban con facilidad, provocando que Ritsu gimiera con más fuerzas por lo que terminó de derramarse pronto en la boca de           Takano, que por supuesto bebió todo

-Onodera, te viniste muy rápido- Dijo Takano mientras limpiaba sus labios, haciendo que Ritsu se avergonzara tanto que el rojo de su rostro variaba en tonos. Takano tomo su rostro para besarle, sintiendo la nueva sensación del aliento de este.

Sin desprenderse del beso, Takano separó las piernas de Onodera con delicadeza, para luego acomodar su miembro en la entrada que pedía por él. Se introdujo con algo de fuerza haciendo que Ritsu gritara entre placer-dolor mientras seguía introduciéndose con de ímpetu, la conducta de tomar la iniciativa por parte de Onodera lo encendía con pasión, queriendo adentrarse más a aquel cuerpo que le pertenecía por completo.

A pesar de que disfrutaba de la manera que Takano se adentraba con fuerza, queriendo pedirle más aun, inconscientemente algo le decía que no debería ser así. En ese momento Takano tomó su miembro y comenzó a masajearlo al ritmo de las cada vez más fuertes envestidas, Ritsu disfrutaba a no poder más pero todavía tenía un pensamiento que no debía ser así.

-… ¡Aaah!... T-Takano-San… ve ma-más lento- Pronunciaba entre jadeos.

-… ¿Por qué cuando lo estas disfrutando tanto?- Contestó Takano comenzando a embestir con más fuerza, Ritsu solo gritaba cada vez más fuerte.

-…T-T-Takano… - En ese momento sintió un dolor o más bien un movimiento en su abdomen, cerca de su ombligo, algo que nunca había sentido - ¡Aaah!...ve…ve más lento…nnn… hablo en serio… - Takano no obedecía, solo se enfocaba en seguir embistiéndole y masajeado su miembro, mientras besaba su cuello, Ritsu solo sentía gran placer y también una cierta incomodidad en su abdomen pero ya no le prestaba atención.

-Ha… Onodera eres tan adorable…- Decía Takano mientras con su lengua recorría el cuello de su amante.

Continuaron así hasta que cada uno llego a su clímax, abrazándose fuertemente, Takano dentro de Onodera y este entre ambos. Takano se dejó caer sobre él pecho de su amante aun abrazado a él, pero como nunca ocurría, Onodera se sintió incomodo por el peso de Takano contra el suyo, por lo que rápidamente se apartó, sentándose en el borde de la cama, recuperándose, cuando Masamune le abrazó.

-Onodera ¿Qué te sucede?-

-¿A mí?- Preguntó algo nervioso evitando la pregunta- Nada, si lo dices por que anoche tenía fiebre, ya estoy bien- Apartó los brazos de Takano con dificultad- Takano-San se nos va a hacer muy tarde déjame ir- Se paró de la cama con algo de brusquedad, viniéndole un mareo repentino que lo volvió a tirar a la cama cayendo sentado. La preocupación de Takano creció.

-¡Onodera! ¿Estás bien, qué te sucede?- Decía en voz más alta de lo común.

-¡Nada!- No quería darle importancia en ese momento solo me pare muy rápido, así que suéltame que ya es muy tarde- Volvió a pararse con cuidado, ignorando a Takano por completo, para ir a darse una ducha.

Entró al baño, colocándole seguro primero, se encontraba algo turbado por sus extraños comportamientos y reacciones “esto no está bien, tengo que ir al doctor”. 

Encendió la regadera rápidamente y mientras se duchaba se percato nuevamente de la hinchazón de su vientre, recordado la extraña sensación que había tenido antes. No quiso prestarle más atención por lo que se apuró para no llegar nuevamente tarde al trabajo.

Como siempre llegó tarde a la oficina, se separó de Takano ya que ambos tomarían rumbos diferentes, estaba en la oficina ignorando llamadas de los de la imprenta, cuando recordó que tenía que pedir una cita con el médico. Buscó una pequeña agenda en su bolso, encontró el número para llamar. El médico al cual iría era el que había asistido toda su vida, por lo que está vez no sería la excepción. Nunca lo cambiaba, una razón era por costumbre y otro porque sus padres siempre le insistían que no le cambiase ya que cuando él había nacido había tenido una rara enfermedad, de la cual nunca especifican, por lo que el  Dr. Kiyoshi sabía todo su historial y cómo actuar si esto le volvía a atacar. Onodera pidió una cita con el médico, pero la secretaria le comunicó que no tendría una hora libre en una semana por la tarde, pero para Ritsu estaba bien puesto que ese día se le acomodaba con su horario además de que no tenía apuró por visitarle, solo lo haría por precaución.

Notas finales:

¡Gracias por leer!

Espero les este gustando, por que ahora las cosas empezaran a ponerse interesantes.

¡Besos!

Este capítulo fue publicado en Mundo Yaoi el: 23 de Junio de 2015


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