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El amor NO tiene remedio [Corazón de melón] por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

¡Hola! Sé que debéis odiarme, he tardado mucho en actualizar y la razón es que he estado con MUCHOS exámenes y no he tenido tiempo. 

Debo anunciar que se acerca un lemon y no es precisamente de Cast y Nath ;S (que también) 

DISFRUTEN

—No le hables a Castiel sobre esto, por favor…

—No hay problema.

—¿Hablar sobre qué?—intervino el pelirrojo.

—Ups—musitó Kentin.

—Hablemos en privado—agarró a Castiel del brazo y entraron al sótano.

El pelirrojo lo miró confundido.

—¿Qué pasa?

—Que… bueno, estaba en la sala de delegados ordenando papeles y entró Melody, se disculpó por lo del otro día y me preguntó que si era verdad lo nuestro…

—Nath, al grano.

—Me pidió un beso—Castiel levantó la ceja—Y le dije que me dejara en paz, pero entonces fue ella la que me besó.

—¿Te besó?—la mirada atónita de Castiel lo asustó.

—Sí.

—¿Y qué hiciste?

—Empujarla y dejarle claro que...—se sonrojó y dirigió su mirada a otro lado.

—¿Qué?

—Que estoy contigo.

Castiel lo agarró por la cintura.

—Más te vale—le advirtió antes de agarrarle la cara con rudeza y acercarse—porque es una chica, sino es que…—Nathaniel lo interrumpió.

—No. No puedes hacerlo.

—¿Por qué la defiendes?

—No estoy defendiéndola, es que si le haces algo te denunciará y…—se mordió el labio.

—¿Y?

—No quiero que te arresten ni nada por el estilo, además, me dijiste que ibas a estar conmigo.

—Y lo estaré—musitó.

La puerta del sótano se abrió de golpe, miraron hacia allí, encontrando a quién menos deseaban ver.

—Nathaniel—era su padre, junto a la directora y Farres. El delegado obligó a Castiel a soltarlo y miraron en dirección a la puerta.

—¿Qué hacían aquí?—vociferó la señora.

—S-solo hablar.

—Nathaniel, estoy muy decepcionada contigo, no creí que serías capaz de hacer lo que hiciste—los dos chicos se miraron confundidos.

—Por favor, Nathaniel, a mi despacho.

Ambos subieron hacia el pasillo.

—Yo también voy—dijo Castiel, en tono más de obligación que de pedir permiso.

—Hablaré con usted después, señorito Castiel. No se meta—su padre agarró el brazo del rubio con un fuerte apretón y lo empujó hacia la sala de profesores, Nathaniel hizo una mueca de dolor.

Se sentaron en uno de los sofás.

—Nathaniel, tu padre me ha contado todo lo ocurrido, ¿tienes algo que decir al respecto?—el rubio tragó saliva nervioso, miró a su padre y se puso más nervioso.

—N-no...—mintió.

—¿Puede dar una explicación de por qué se ha ido de casa para vivir con el señorito Castiel, de quien, por cierto, no sabemos si sus padres saben que usted está quedándose en su casa?

Nathaniel se quedó en silencio unos segundos antes de contestar.

—Claro que puedo darla—dijo intentando que su voz no se quebrase—. Primero, la madre de Castiel sabe que me estoy quedando en su casa. La razón por la que… me fui es que...—su padre lo miró con un gesto duro—me echaron.

—¿Cómo se te ocurre decir semejante mentira?

—Espere—dijo la directora refiriéndose a Francis—¿por qué le han, supuestamente, echado?

El rubio bajó la cabeza.

—Porque no aceptan mi...mi relación con Castiel.

—¿Cuál es su relación con el señorito Castiel?

—Es mi...—tragó saliva y evitó la mirada de su padre—Novio.

La directora hizo un gesto de asombro.

—¿Su novio?

Él asintió.

—¿Es esa toda su versión?

Nathaniel no contestó. Simplemente contemplaba el suelo avergonzado.

—¿Puedo volver a escuchar su versión?—se refirió a Francis.

—Por supuesto, como le dije, este tal ''Castiel'' ha pervertido a mi hijo y no solo eso, también lo ha vuelto problemático, el no era gay y ahora sí, pero de un día para otro. Creo que ese chico tiene muchos problemas y necesita ayuda, no es normal.

—¿Tiene usted homofobia?

—Claro que no. Lo que digo es la pura verdad, el día que se fue me dijo cosas terribles, no sé cómo puedes hacerme esto...—dijo fingiendo dolor.

—¿Entonces cree que el culpable de todo esto es el señorito Castiel?

—Sí.

—Nathaniel, haga el favor de ir a buscarlo—él se levantó y se dirigió a la puerta, la abrió y vio de inmediato al pelirrojo, lo miró y se acercó a él.

—La directora quiere que vengas—musitó en voz baja.

—Nath...—no contestó—Nath, ¿qué pasa?

—No quiero volver a esa casa…—dijo a punto de llorar.

—No volverás, no podrán hacerlo.

—Pero…—lo interrumpió.

—Será mejor que entremos y aclaremos esto de una vez por todas—Castiel colocó su mano sobre el pelo del rubio y lo acarició suavemente—vamos.

Entraron en la sala, llevándose miradas despectivas de parte del padre de Nathaniel. Se sentaron uno junto al otro, en el sofá de enfrente.

—Señorito Castiel, según Francis, usted ha estado con su hijo y lo ha ''pervertido'' y enseñado malos modales, ¿qué quiere decir al respecto?

—Si dijera todo lo que tengo en la mente, explotaría, pero tengo varias cosas que decir. Nathaniel se fue de casa porque su propio padre lo echó y yo lo acogí en mi casa. Esa noche, Nathaniel llegó con moretones en la cara y el cuerpo, yo lo único que he hecho ha sido hacer todo lo que esté en mi mano para que esté bien.

—¿De qué estás hablando, mocoso inutil?—gruñó Francis.

—De que Nathaniel era maltratado en su casa.

La directora miraba atónita.

—Nathaniel tiene moretones y marcas por todo el cuerpo.

—¿Es eso verdad?

—Sí—Nathaniel contestó.

—¿Tienen pruebas?

—¡Estáis locos! ¿Cómo puede creerlos? Son idiotas.

Nathaniel comenzó a remangarse una manga de la camisa.

—¿¡Pero, qué haces!?

El brazo amoratado de Nathaniel salió a la luz.

—¡Eso ha sido el pelirrojo!

—¿Quién le hizo eso, Nathaniel?

Él bajó la cabeza.

—Mi padre.

 

Armin andaba tranquilamente por el instituto, cuando de repente escuchó una voz detrás de él.

—¡Eh! ¡Tú!—se giró. Oh, mierda. Otra vez ella.

—¿Nina?

—Te he dicho que te alejes de mi Lysandrito y aún así sigues junto a él, ¿es que quieres problemas?

—Uy, sí, con una niña de 14 años—dijo con sarcasmo.

—¿Me has llamado niña?

—Sí, te he llamado niña y ahora, si me disculpas tengo cosas que hacer—entró en el instituto, pero la chica lo siguió.

—Eres un idiota, no sabes con quien te estás metiendo—dijo cruzando el pasillo.

—Nina—escuchó la voz de Lysandro.

—¿Ly-Lysandrito?

—Deja de acosar a Armin, él no te ha hecho nada.

—¡Sí! ¡No voy a dejar que me quite lo que es mío!—dijo la chica enfadada.

—Yo nunca te he pertenecido, déjalo en paz. No puedo estar vigilándote las 24 horas del día, no soy ni tu padre ni tu novio, así que por favor, vive tu vida feliz, pero no nos molestes, por favor.

—Pero, tú me gustas mucho, Lysandrito.

—Nina, eres menor que yo, no quiero que tengas esperanzas conmigo, ¿vale?

—¿Es por él?

—Él no tiene que ver en esto.

—Os escuché, sé que os habéis besado—contestó en tono acusador—¿Acaso queréis que todo el instituto lo sepa?

Armin miró a Lysandro confundido.

—Esas amenazas no van a funcionar, te lo estoy pidiendo por favor.

—Lysandrito, yo te quiero.

—Sí, Nina, pero no puedo corresponderte, estoy enamorado de...—se quedó en silencio unos segundos—A-alguien más…

—¿De él?

Lysandro no respondió de inmediato, si no que lo meditó previamente.

—No tengo por qué responder a eso.

—Sé que es de él—musitó.

—¿Y si es él, qué?

Nina se sorprendió un poco.

—Lo siento, pero no me gustas, Nina. Eres una chica buena, pero, será mejor que me dejes por un tiempo, no quiero ocupar todo el tuyo. Es tu vida, así que vívela—le dijo acercándose a ella y dio dos leves palmaditas en su cabeza, ella rompió a llorar y salió corriendo. 

Notas finales:

Ok, espero que os haya gustado. Lo he escrito rápido porque ya estoy agotada pero no quería dejaros más días sin capítulo. 

Haré lo que pueda próximamente. ♥

GRACIAS POR LEER ♥ 

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