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El amor NO tiene remedio [Corazón de melón] por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

¡Hola! 

LO SIENTO, no, no estoy perdida. Lo que pasa es que he estado enferma y muy ocupada. No había tenido tiempo para actualizar :[ 

¡A propósito! Feliz Halloween a todas ♥ 

En este capítulo faltan Kentin y Alexy pero pronto cogeran bastante protagonismo, al igual que Lys y Armin. 

DISFRUTEN DE LA LECTURA ♥

Era sábado, al fin. Lysandro se encontraba tranquilamente en el parque con su -recién encontrada- libreta. Estaba escribiendo una nueva canción cuando de pronto alguien se puso justo en frente de él. Levantó la mirada.

—Lysandro—era Armin.

—¿A-Armin?—se sonrojó levemente.

—Esto… ¿Puedo sentarme?

—Por supuesto—cerró su libreta y guardó el bolígrafo—¿Qué te ocurre?

—Es Alexy, está muy deprimido últimamente y no sé que puedo hacer—suspiró.

—Creo que lo mejor es que lo dejes pensar, dale a entender que si necesita ayuda puede contar contigo. Eso es todo, no te preocupes en exceso.

—Sí, supongo que tienes razón…

Se quedaron en silencio unos minutos.

—Armin, yo… discúlpame por lo del otro día. Siento no haberte explicado nada… La primera vez que te besé fue porque solo quería… agradecerte lo que has hecho por mí, pero esta vez… me estaba matando estar contigo y no...—él lo interrumpió.

—No te preocupes por eso, yo… a mí no me desagradas.

—¿No te importó que te besara?

—No me molestó, si es a lo que te refieres—musitó algo ruborizado.

—Ya veo—rió, se acercó a él y le dio un beso en la mejilla.

Estaban tan ensimismados con el otro que no se dieron cuenta de que había una chica cerca de ellos y había oído toda la conversación.

—¡Lysandro!—lo abrazó con una sonrisa.

—¿Nina? ¿Qué-qué haces aquí?

—Venir a visitarte, ¿a qué más va a ser?—sonrió, Lysandro la empujó levemente para que dejara de abrazarlo—¿Quién es este chico?—dijo refiriéndose al gamer.

—Soy Armin, amigo de Lysandro—contestó.

— Oh, está bien. ¿Cuándo harás el siguiente concierto, Lysandro?

—No lo sé, Castiel ha estado líado y no hemos ensayado.

—Jo, es una pena. Yo quería escucharte cantar de nuevo—dijo con una sonrisa risueña—Prométeme que me avisarás cuando tengas la fecha para el concierto, ¿vale?

—Claro—contestó—Me tengo que ir, Leight se enfadará si no voy a ayudarle con la tienda esta tarde.

—¡Vale! ¡Vendré a verte más a menudo!—Lysandro ya se había girado para marcharse. Armin trató de levantarse pero la chica lo detuvo.

—¿Qué hacías con Lysandro? ¿De qué estabais hablando?—dijo en tono amenazante.

—De nada importante.

—Más te vale, porque Lysandro es solo mío. Y él me quiere mucho.

Armin se quedó en silencio, ¿por qué se sentía tan molesto con aquella chica? Mierda, estaba celoso.

—No quiero verte cerca de Lysandro y no puedes dejar que te bese en la mejilla como antes, ¿¡vale!?

Él no contestó.

—No me hagas enfadar, yo...—alguien la interrumpió.

—Nina, será mejor que te marches ya. No molestes más a Armin.

—¡Rosa!

—Ya te dije, Lysandro acaba de irse así que ya no tienes nada que hacer aquí.

—Bueno, me iré, pero solo porque tengo que hacer algunas cosas con el club—dijo antes de salir.

Rosa se quedó allí, esperando a que ella se marchara.

—¿Es la novia de Lysandro?—preguntó el chico.

—Que va, es solo una fan de Lys. ¿Por qué? ¿Te acaba de amenazar?

—Sí. Decía que Lysandro era suyo y cosas así.

—No le hagas caso, siempre es así. Voy a ir a la tienda con Lysandro y Leight, ¿te apetece acompañarme? Puedes traer a tu hermano también—sonrió—. Además, así podrás ver a Lysandrito—rió.

—Pero…—lo interrumpió.

—Últimamente estáis muy juntos, ¿crees que no me había dado cuenta?—soltó otra risita.

 

Había pasado dos horas desde que la madre de Castiel se había marchado. En todo aquel tiempo comenzaron a limpiar y ordenar la casa como es debido. Finalmente, cuando acabaron, ambos se sentaron en el sofá para ver la televisión.

—La próxima vez, no metas los envoltorios de la comida debajo de la cama. Es increíble que no haya cucarachas—lo regañó el rubio.

—Que sí, no seas pesado—musitó apoyando su cabeza en el hombro de Nathaniel.

—¿Aún quieres dormir?

—No, pero estoy un poco cansado—suspiró y volvió a sentarse en el sofá—Quítate la camiseta, voy a ponerte la crema para todos esos moretones.

Se levantó del sofá para dirigirse al baño y tomar la pomada, cuando volvió encontró a Nathaniel semi-desnudo con un leve sonrojo en las mejillas. Se sentó a su lado.

—Puedo hacerlo solo.

—Déjame hacerlo a mí.

—No soy ningún crío, puedo ponerme la crema solo—refunfuñó arrebatándole el tubo de crema. Ya había casi terminado, solo le faltaba la espalda.

—Déjame, yo te la pondré.

Nathaniel acabó aceptando, a decir verdad, era agradable sentir las cálidas manos de Castiel sobre su piel. No decían nada, ambos estaban pensando. De pronto, el delegado comenzó a notar las manos del pelirrojo sobre su abdomen y sus labios en el cuello.

—Castiel…—musitó apartando las manos y girándose.

—Vamos, seré cuidadoso—respondió plantándole un beso en los labios mientras llevaba sus manos al cuello del delegado. Pero, para colmo, sonó el timbre. Se separaron lentamente.

—Mierda—dijo Castiel molesto. Nathaniel tomó su camisa y se la puso a la vez que el pelirrojo se dirigía a la puerta para abrir, creía que era Lysandro y por ello no miró por la rendija. Abrió encontrándose a la persona que menos deseaba ver.

—¡Gatito!—exclamó tirándose a sus brazos. Él la empujó.

—¿Debrah? ¿Qué diablos haces aquí?—gruñó.

—¡He venido a visitarte, gatito! Fui al instituto y al ver que no estabas vine a verte a casa. ¡Qué grata sorpresa! ¿No crees?—trató de entrar pero Castiel no la dejó.

—No eres bienvenida aquí así que marchate.

—¿Me ocultas algo, gatito? ¿Estás con otra chica?

—No me llames ''gatito''. Y no, no estoy con otra chica—quiso continuar pero ella no lo dejo,

—¡Ah! ¡Qué alivio!

—Haz el favor de largarte.

—¿No me invitarás a pasar?—dijo posando sus brazos por alrededor del cuello de Castiel y se acercó a él.

—No—contestó secamente, empujándola—No me toques.

—¿Y cómo has estado? ¿No tienes novia, gatito?

—Tengo novio, así que déjame vivir en paz, no me fijaré en ti nunca más, lárgate de una maldita vez—dijo tratando de cerrar la puerta pero ella puso el pie de por medio, impidiéndoselo.

—¿Cómo? ¿Entendí bien? ¿Ya no te gustan las chicas, gatito?

—Deja de llamarme ''gatito''.

—¡Respóndeme! ¿No es una broma?

—No, no es ninguna broma.

—¿Y se puede saber quién es?

Castiel bufó.

—No necesitas saberlo—gruñó intentando cerrar la puerta. Nathaniel escuchaba todo desde la cocina. Ella no lo dejó.

—Castiel, lo siento, yo… te quiero tanto que no podía estar más sin ti.

Trató de acercarse pero él no la dejó.

—Por favor, gatito. Te quiero, no seas malo, deja a ese idiota con el que estés saliendo y vuelve conmigo. No te dejaré más, te lo prometo—pidió agarrando las manos de Castiel.

Él la miró levantando una ceja.

—Cállate. Ya te lo he dicho, no voy a volver contigo. Tengo a alguien, y es mucho mejor que tú.

—Pero, tú no eres gay, gatito.

—¿Qué sabrás tú? Mentiste, dijiste que había sido él cuando fuiste tú quien lo sedujo. Además, te largaste con la banda y me dejaste solo. Nunca, en mi puta vida volveré a fijarme en una tipa como tú.

—Pero, gatito...—la interrumpió.

—Cállate—la empujó pero ella volvió a tirarse a sus brazos y logró posar sus labios sobre los de Castiel. Esta vez no fue Castiel quien la empujó para que se separase, si no el delegado de Sweet Amoris.

—¿Nathaniel?—exclamó sorprendida.

—Ya te ha dicho que te largues, así que hazlo antes de que llame a la policía—la amenazó.

—¿Qué? ¡Pero no entiendo! ¿Qué haces tú en la casa de Castiel?

—Ahora vivo con él y...—Castiel continuó.

—Él es mi novio, así que ya puedes ir marchándote. Estoy harto de repetirlo: no eres bienvenida aquí.

—¿Tu novio? ¡Ja! ¿En serio tratáis de vengaros de ese modo? ¡Podíais buscar una excusa más creíble!

—¿Crees que nos rebajaríamos tanto a tu nivel? Nosotros estamos juntos porque queremos no por ti.

Ella reía sarcásticamente.

—Todo esto es una venganza por lo que hice, ¿cierto? De haber sido yo… me lo hubiera currado más.

—No es ninguna venganza.

—¿En serio?—dijo con sarcasmo—¿Y por qué no os dais un besito de paso?

Castiel levantó una ceja, agarró a Nathaniel por la cintura y tiró de él de modo que sus labios se juntaran con los del rubio en un apasionado beso frente a la chica. Unos segundos después se separaron.

—Ahora que ya lo sabes y lo has comprobado por ti misma, lárgate.

Ella los miró con rabia.

—¡JA! Estáis locos si pensáis que esto se va a quedar así. Porque voy a haceros la vida imposible, par de ilusos.

Castiel consiguió empujarla fuera de la casa y cerró la puerta.

 

Notas finales:

:O ¡Y llegó Debrah! XD

¡Trataré de no retrasarme en el próximo capítulo! Muchas gracias a todas las que dejaron review en el capítulo anterior, ¡todas sois geniales! ♥

Muchas gracias por leer ♥

PD: ¿Qué creéis que hará Debrah? ¡Podéis decirme vuestras ideas mediante un review! TODOS son bienvenidos :D


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