Siempre en mi niñez me imagine diciéndole a alguien “te amo” como esos cuentos de hadas o películas, mientras fui creciendo y me enfrente con la realidad de la vida me resigne a decir alguna vez esas dos palabras. Pero tú te las arreglaste para hacer que me olvidara todo y te amara. Tan simple y complicado como eso.
La mudanza fue un completo caos, si nuestros amigos no nos hubieran ayudado probablemente nos hubiera tomado años con lo desastroso que eras. Jamás me di cuenta de todas las cosas que tenía, la nostalgia salía y entraba con cada caja, hasta que finalmente logramos convertir el lugar en algo de los dos.
El tiempo paso y lograste tu primer contrato con una disquera de renombre, yo sabía que tarde o temprano sucedería, creía absolutamente en tu talento y secretamente también envié algunos demos a las disqueras. Como todo en nuestra vida la fama llego rápido, pasaron de ser una banda Indie a los numero uno en todas las carteleras de música. Salidas, autógrafos, limosinas, e incluso helicópteros, lo tuvimos todo.
Pasamos de ser un caos organizado a un hermoso desastre. Las giras empezaron a llegar, todo el país aclamaba por ustedes y no los podían dejar esperando. En menos de lo que supe estábamos tomando más aviones que agua. No siempre te pude acompañar, mi carrera estaba en su etapa final lo que me impedía viajar de un estado a otro, ambos entendíamos, tu sabias lo importante que era esto para mí.
Estuvimos cerca de un mes sin vernos, jamás habíamos estado tanto tiempo separados desde que nos conocimos. Apareciste en mi defensa de tesis con un ramo de flores tan grandes que apenas tus manos podían con ellas, las coloque en un lugar donde estuvieran lo suficientemente estables antes de correr y besarte por todos los minutos que no lo hice. Después me entere que corriste del aeropuerto, escapándote de una conferencia de prensa solo para llegar conmigo, lo cual me hizo amarte aún más, si es que era posible.
Pero tu pequeña aventura trajo a los periodistas, sin saber cómo o cuando estuve en las portadas de diferentes revistas de farándula, la mayoría se refería a mi como “El misterioso acompañante” o “Amigo no identificado”, al principio nos reímos de los chismes y seguimos con nuestras vidas. Pero cuando no pude ir a un lugar de comida rápida sin que mis ojos estuvieran cegados por el flash empezamos a tomar las cosas más enserio.
Tuvimos que mudarnos cuando empezaron a salir fotos de nuestro departamento, odie con todas mis fuerzas a los camarógrafos que nos obligaron a abandonar nuestro hogar.
Al igual que cuando te conocí, no escuche la música de fondo, aunque quizás fue lo mejor, porque estoy segura que no me hubiera gustado el tono.
Nuestro nuevo hogar era más grande y lujoso, pero yo extrañaba el olor a madera vieja de los estantes y las diferentes historias que contaban las manchas en el suelo. El lugar lucia tan limpio e inmaculado que inevitablemente se sentía mal, era como una habitación de hotel, sabes que estarás ahí por un tiempo pero que después llegaras a tu hogar, la diferencia es que ese era nuestro hogar.
Me alentaste y desempacamos todo. Nuestras cosas quedaron pequeñas para el lugar, pero tu te encargaste de eso trayendo un nuevo tipo de decoración con cada gira a la que ibas, poco a poco fuimos intentando hacerlo lucir más como nuestro hogar. y en cierto punto lo logramos. En cierto punto.
La disquera se reunió con ambos y nos mostró las quejas de tus fans por mi persona, el productor nos pidió amablemente si podíamos ocultar lo nuestro ya que no era conveniente para la banda y menos cuando aún estaban en la etapa “crucial”. Te negaste inmediatamente, mientras que yo no dije nada, sabía que si hablaba solo saldrían insultos de mi boca, si un par de niñas prepubertas tenían problemas con la felicidad ajena, tranquilamente podían suicidarse ¿Es lo que hacen los adolescentes? ¿no?
Los problemas empezaron a llegar, tus amigos dijeron que más bien habían tardado y una parte de mi les dio la razón. Te tomaban fotografías con cualquier mujer u hombre con el que estuvieras a menos de tres metros de distancia, aunque en la mayoría seguía saliendo yo, comencé a evitar comprar el periódico y ver la televisión para no encontrarme con estas cosas.
Un día estaba realizando un par de compras cuando sentí un horrible dolor en mi espalda, cuando me voltee una chica me veía asustada con un cuchillo en sus manos, las mancha carmesí se aferraba al filo del cuchillo como si estuviera abrazándolo, no fue hasta que callo la primera gota que baje la mirada. Una chica de no más de dieciséis años me había apuñalado. El dolor y el miedo empezaron a llegar en oleadas, grite pero el cuchillo se enterró nuevamente en mí. Cuando en las películas dicen que no sientes el dolor de la puñalada, es mentira, sentí por completo el filo romper cada folículo de mi piel como si estuviera en cámara lenta, abriéndose paso ahora por un costado y quedándose allí. Caí al suelo y escuche otro grito, una señora gritaba y la chica salió corriendo. No supe como pero estire mi pierna lo suficiente para que la chica callera al suelo. Solo sabia que no la dejaría irse.
Lo único real de las películas era la adrenalina, su poder de inhibición del dolor era impresionante, ya que aunque tenía un cuchillo clavado en un costado me las arregle para no dejar huir a la joven. Me negaba a ser la damisela en peligro que no hace nada, nadie me apuñala y sale corriendo. Más gente se fue juntando, los recuerdos son algo borrosos, solo sé que tenía en mente no soltar los tobillos de la chica por mas que me golpeara o intentara huir. Alcance a ver como un par de hombres la sostuvieron y sonreí satisfecho conmigo mismo conteniendo un “perra” en mi garganta.
Mi próximo recuerdo es estar en una cama bastante incomoda, mire a un lado y sonreí cuando te encontré dormido sosteniendo mi mano, tu cabello rubio cubría nuevamente tu rostro como la primera vez que nos vimos. Intente moverme pero una fuerte oleada de dolor me hizo gritar y entonces los recuerdos vinieron a mí, había sido apuñalado por una prepuberta. Te despertaste cuando me escuchaste, corriste a mi rostro depositando besos por todos lados y llorando. Ahora era la primera vez que yo te vi llorar.
El doctor dijo que tuve suerte de que no perforo ningún órgano vital, pero el dolor que sentía me hacía dudar un poco de sus palabras. Estuve cerca de un mes sin poderme mover sin soltar algún quejido, jamás te separaste de mí en ese tiempo.
A veces te escuchaba sollozar entre sueños susurrando suaves “no me dejes” y solo te abrazaba más fuerte para que me sintieras a tu lado.
Estuviste reacio a dejar que saliera a cualquier lugar solo, incluso cancelaste varios conciertos por mí, lo que me hacía sentir ligeramente culpable como uno de tus fans, pero increíblemente feliz como un cerdo egoísta que soy.
Más tiempo y la paranoia se hacía cada vez mas parte de ti, intente soportarlo porque entendía tu situación, pero cuando comenzaste a aparecer en mi trabajo y en casa de mis amigos no pude más, ni tú ni yo éramos felices con eso.
Nos separamos, ambos necesitábamos espacio.
Ahora viene el soundtrack que te hace llorar.
Me había acostumbrado tanto a tu presencia que incluso me hacían falta las vueltas que dabas en la cama. Sin darme cuenta me volví un llorón. Una película, las flores, la música e incluso los trastes sucios me recordaban a ti y terminaba aferrándome a un estuche de clennex.
Nos enviábamos mensajes casuales, pero de alguna manera se sentía extraño, no habíamos terminado, pero nuevamente recordaba que jamás habíamos empezado.
Los mensajes empezaron a dejar de llegar y cada vez me enteraba más de ti por la televisión. Es gracioso pero no recuerdo algo que pueda llamar “rutina” antes de ti. Es gracioso como siempre dije que no dependería de nadie y ahora dependo de tus recuerdos para levantarme cada día.
Si dijera que se cuánto tiempo pase sin verte sería una mentira, si lo contaba estaría al borde de la locura. Salía con mis amigos, veía películas, escuchaba música, bebía, reía, lloraba, pero algo seguía faltando. El espacio que dejaste fue demasiado.
Volvimos a encontrarnos inesperadamente, yo salía del trabajo y tú de una grabación, chocamos y yo tire mi celular, me disponía a insultar hasta que te vi. Justo como la primera vez, solo que ahora cubrías tu rostro con una gorra y lentes oscuros y no como tu cabello.
Reímos. Reímos hasta que nos dolieron las costillas, tomaste mi celular del suelo mientras yo seguía ocupada intentando dejar de reír.
“Esta es tu zapatilla de cristal” me dijiste con esa sonrisa que me deslumbro por un segundo, te di un golpe en el abdomen y tome el celular, esta vez no estaba roto.
Nos quedamos sin decir nada por un tiempo, iba a decir algo cuando una mujer apareció colgándose de tu brazo, el ambiente cambio inmediatamente.
Sonreí “Supongo, debo volver con mis hermanastras” abriste la boca para decir algo pero me di vuelta antes de escucharlo. Sabía que era un cobarde, y que podía ser un malentendido pero no estaba listo. No sabía de qué exactamente pero simplemente no lo estaba.
Mi siguiente recuerdo es el suelo frio. Sin darme cuenta me perseguiste, y me tiraste al suelo cayendo conmigo en el proceso. Ambos teníamos la respiración agitada por la carrera, esta vez tú hablaste primero.
“Incluso si soy un sombra en tu luz, aun quiero seguir a tu lado”
No dije nada, esas palabras eran de una de las canciones que te ayude a componer, fue cuando había decidido mudarme con él. Era increíble como las palabras habían tenido un significado completamente diferente aquella vez y ahora volvían a ser tan acertadas. Reí por lo cliché de la situación y por como no podía luchar contra la felicidad que florecía en mi pecho como un campo en primavera. Lo abrase y era todo lo que los dos habíamos necesitado.
Volvimos a encajar como antes, el tiempo volvió a correr incluso mucho mejor que antes. Ellos se hicieron más famosos y yo me volví la manager del grupo. Siempre a pesar de nuestro ajetreado trabajo buscábamos un tiempo solo para nosotros, alejados del espectáculo. Pese a mis quejas hicimos nuestra relación publica después de que el me había hecho entrega de un anillo en una ceremonia bastante planeada y bastante pública. De un modo y otro seguimos adelante, aunque aún creo que encontrar la cura contra el cáncer es un trabajo más sencillo, pero esto es algo que no cambiaría por nada.
Jamas estare lo suficientemente agradecido de conocerlo y compartir este pequeño amor.