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Una Semana. por Wermai

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Notas del capitulo:

¡Hola! ¿Como estan? Espero que bien.

He vuelto; y tengan por seguro que de ahora en adelante de aquí no me saca nadie (?) 

Antes que nada, quisiera agradecerles muchísimo a todos por leer, comentar y seguir el fic. Siento que ha tenido un linda acogida y eso me pone al borde del llanto :') Bueno tal vez exagero un poco, pero solo un poco. Realmente me hace muy feliz.

Bien, espero que disfruten.

Eren.

Ayer le pareció bastante genial el haber pasado momentos tan agradables con el capitán.

Hoy era otra cosa.

A pesar de haberse divertido un poco, Levi no levanto su castigo, Eren tendría que levantarse todas las mañanas de aquí en adelante casi una hora antes para limpiar los establos.

Y al notar Levi que el leve sonrojo, gracias al golpazo de Eren, permaneció aun después de terminado el día y que la cuatro ojos de mierda lo hubiera notado, se cabreo en exceso. Como resultado el castigo de Eren se hubo aumentado a por lo menos todo el mes. Levi tendía a exagerar en algunas cosas. Entre ellas también se encontraba la hermosa y peculiar particularidad de tener un bello trastorno obsesivo y compulsivo con la limpieza. Gracias a eso Eren debía de dejar esa chiquero como nuevo, hurra. En definitiva eso no ayudaría mucho en la casi inexistente vida social que tenía.

Apenas eran las cuatro de la mañana cuando sintió que la puerta de su cuarto –si así le podía llamar a ese frio sótano- se abrió con fuerza. Unos pasos sigilosos pero, por el silencio de la hora, se escuchaban con total perfección, seguido un simple: “Levante, mocoso” por parte de Levi. El capitán había hablado con total monotonía, que hablara del clima o de la orden que acababa de dar, no presentaba ninguna diferencia. Levi estaba cabreado por lo del día anterior, por lo cual se empeñó en hacerle un poco más difícil la vida al joven Eren. Que para Levi “un poco más” significara “Voy a hacerle la vida un infierno, hasta el punto de que ruegue por su muerte”, era algo que se le hacía de lo más común.

No tenían intenciones de vengarse de Eren. Era un maldito mocoso y ni que Levi fuera uno.

La verdad se sintió levemente cabreado por la soltura con la que el mismo se comportó. Él no se dejaba llevar por un buen rato, nunca. Mucho menos fuera del muro. Desde hace unos días Levi empezaba a perder la cordura, y eso lo irritaba.

Sumado a eso, llegaba que Eren había empezado a tomar privilegios que no le correspondían. Por muy titán que fuera o por muy carta del triunfo y toda esa mierda sin demasiada importancia para Levi, no le daba el derecho a tratarse entre ellos de una forma ni medianamente impersonal. Podía el mismísimo rey y Levi seguiría cegándose en sus opiniones.

Esas dos fueron las razones las cuales le encaminaron a hacer todo aquello. Eren debía aprender su posición, a respetarle con total sumisión. Al fin y al cabo él era el capitán, no podía tolerar alguna falta de respeto como la del día anterior. No era nada personal, solo era trabajo.

Por eso también llamo al joven en una voz tan baja que ni un jodido murciélago le hubiera oído, menos a esas horas.

Eren en medio de sueños logro escuchar la puerta abrirse de golpe, por lo cual se acurruco más con las cobijas, los pasos solo le incomodaron. La voz era baja y a esas horas lo irritaron; por lo cual ante el llamado, frunció el ceño y entre sueños intento quejarse en un berrinche.

Levi no era un hombre de paciencia, era cauteloso y sus decisiones se basaban en razonamientos. La paciencia era algo que debía de acumularse para situaciones extremas (como evitar matar a Eren) no en esperar a que el niño le diera la gana de levantarse.

No dudo en tomar el borde del colchón y lanzarlo al suelo con las cobijas y el propio colchón aplastándolo. Eren se levantó asustado, o hizo el intento ya que el peso no lo dejaba.

-Tienes 20 minutos para comenzar a limpiar. –De nuevo la monotonita voz. –Oh, pero como te tardaste tienes solo 15. –Luego recorrió el cuarto con la mirada. –Y arregla este chiquero.

Luego salió.    

Tal vez Levi dormiría unas cuantas horas más, el día anterior llegaron tardísimo y hoy le esperaba un largo día entrenando al mocoso. Gracias al penoso espectáculo del día anterior en que casi muere, Erwin le comento lo mucho que debía trabajar con Eren. Si, iba a ser un largo día. Dormiría a lo mínimo hasta las 7 y tomaría una ducha hasta las ocho. Enarco una ceja sumido en sus pensamientos, tal vez solo dormiría hasta las 6:00 am eso le daría el tiempo de limpiar unas cuantas cosas…

A Eren el sueño no le dejo ni gesticular una respuesta. No fue hasta que hubo asimilado completamente las palabras de Levi que noto que ya iba tarde. Sabía que el capitán odiaba a impuntualidad, y sinceramente no quiso más castigos. 

En tiempo record el joven se alisto y salió casi corriendo rumbo a los establos. Su cuarto seguía siendo un desastre. El ver a los equinos, no hizo más que frustrarlo. Sería una mañana muy larga.

Tomando un balde con agua Eren hizo el amago de arrepentirse por toda la escena del día anterior. Pero recordar la gloriosa sonrisa torcida de Levi fue suficiente para continuar. Además, de algo tendría que servirle todo aquello ¿no? Eso quiso creer Eren.

Se sentía como un idiota y el frio quemaba los huesos de sus brazos, a esa hora ni Hanji estaba acosando a los titanes en cautiverio. Se tomó un tiempo para pensar, a defecto de no tener ninguna otra actividad.

Viajo en su mente por todos sus días junto a Mikasa y Armin, desde su niñez hasta la reclusión como cadete y finalmente al escuadrón de reconocimiento. En parte el cumplir su sueño había hecho sentir a Eren eufórico, conoció personas maravillosas y pudo sentir más cerca su ambición de destruir a esas repugnantes criaturas. Que ahora fuera una no quitaba el hecho de que seguiría odiando esas cosas.

Entre esas personas maravillosas estaban su nuevo escuadrón, tan bizarro y loco, eso fascinaba a Eren. Tenía una extraña sensación de familiaridad con ellos. Pero sobre todo con Levi.

Al principio, para Eren Levi era un ídolo, una especie de Michael Jackson o John Lennon, alguien en el cual vio la máxima esperanza de la humanidad. Poder aprender de él llego, simplemente, como un grato milagro.

Luego, conoció a Levi.

Noto que podía ser el mayor hijo de perra de la historia, frio, desalmado y hasta desinteresado. Eso parecía. Pero después, Eren conoció verdaderamente al pelinegro.

Levi era una persona por todos los aspectos extraña. Lo primero que notó Eren, verdaderamente, fue que Levi se preocupaba por los resultados, por sus compañeros, por mantener bajo control la situación; e hizo para Eren a Levi humano. Luego noto su inteligencia, como siempre era consciente  de muchas cosas que se pasaban por alto, su capacidad para examinar minuciosamente… y el humano comenzó a tener cerebro.

Y así, sucesivamente, hasta terminar completamente el croquis mental de Levi. Sus piernas significaron la agilidad; sus manos: la firmeza; sus ojos su capacidad analítica; y sus ojeras, la dedicación. Llegado a ese punto Eren comenzó a notar solo las fortalezas del más bajo. Levi era fuete, Levi era inteligente, Levi era un gran líder, Levi podía imponer respeto y temor… Eren lo adoraba como si se tratase de alguna deidad.

Para ese punto Eren lo veía como su gran maestro, del cual aprendería sobre la lucha y por ende a alcanzar su sueño. Y la figura humana evoluciono e imito a los dioses.

Pero a media que pasaba más tiempo con Levi, notó más cosas. Él era una persona sorprendentemente madura. Notó que no solo podía enseñarle sobre la lucha sino que también sobre la propia vida. Eren despertó una figura paterna en Levi.

Y, luego, notó mucho más. Empezó con el simple “mocoso” y “escoria” para notar lo mal hablado que podía a llegar a ser Levi. Luego la mierda de paciencia que tenía y las leves tendencias psicópatas. Poco después ese extraño trastorno sobre la limpieza y su peculiar estatura. La figura volvió a ser humana.

Al verse como en un principio Eren empezó a fijarse en otros aspectos. En esa etapa el físico de Levi le envolvió. Era guapo, muy guapo; sus colores naturales le encantaron la blancura de su tez, el grisáceo de sus ojos, el negro obscuro de su cabello… también noto que Levi era muy sexi, su cuerpo era para aparecer en algún tipo de revista o calendario. Al notar eso, Eren tuvo su primer sonrojo.

Para verse como ahora, Eren tuvo que reparar en otros pequeños puntos. Puntos que ya eran típicamente psicológicos. Cuando Levi limpiaba le parecía de gran utilidad y le gustaba verlo tan entregado a un tema. Su altura le pareció una clara referencia a que las apariencias engañan, y le gusto. Su aparente frialdad, era para mantenerse firme ante los demás y de esa forma darles seguridad y… eso también le gusto.

Lo errores de un principio aprendió a apreciarlos en la distancia. Y una que otra cosa que hacía Levi le pareció entretenida y, algunas, graciosas.

Ahora la figura de Levi tenía color y estaba a su altura, la vio más hermosa que nunca. Porque ahora aquella figura poseía personalidad. Eren se había enamorado de su capitán. 

Suspiro, terminando con el último caballo, cerca de las ocho treinta de la mañana. Tampoco es que hubiera hecho un trabajo perfecto.

Mientras se limpiaba el sudor en su frente, noto alguien mirarle.

Volteo, topándose con los fríos ojos de Levi.

-¿Acabaste? –Eren asintió. –Bien, ahora come algo mocoso. Tienes entrenamiento a las diez.

Levi se volvió a ir. Y Eren volvió a resoplar con completa frustración. Genial, sería un largo día.

 

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-Vamos niño; si no quieres morir en tu primera expedición más te vale que te esfuerzas mucho más. –Le grito Gunter quien obligaba a Eren a golpear un pesado saco de arena. Llevaban más de tres horas en eso, sin siquiera darle un pequeño descanso al joven novato quien ya tenía la frente perlada en sudor.

Ante el regaño de Gunter, Petra rió.

-¡Vamos, Eren! ¡Tú puedes! –Le animo la muchacha.

-Ja, cuando yo tenía su edad ya podía hacer mucho más que eso. Yo era el chico más fuerte y rápido de todos. Además… -Antes de que Auruo continuara, mordió su propia lengua. Petra suspiro aliviada.

Más alejados de la escena se encontraban el capitán susurrándole algunas cosas a Erd.  

Gunter resoplo. Eren aún era un novato. Sí, todos debían de aceptar que era fuerte, capaz y se esforzaba muchísimo. Pero el nivel del escuadrón de reconocimiento, era mucho más alto del que poseía Eren. Era muy arriesgado la responsabilidad que habían tomado, debían hacer a Eren un cadete mucho más fuerte sino… era posible que no sobreviviera a su primera expedición.

Gunter miro a Erd y al capitán, los tres pensaban exactamente lo mismo.

El hombre resoplo. A punto de dar la siguiente instrucción.

-Bien, Eren, continuemos con algo más. –Y ante la aparente replica, continuo. –Petra, -Llamó –No te dejes ganar de Eren. Eren golpea a Petra. -Ambos asintieron.- Tienes hasta el final del día, solo tienes que asentarle un golpe, una vez.

El muchacho hizo mala cara. No quería pelear con Petra, mucho menos golpearla. No sería para nada educado de su parte. La muchacha le dio una sonrisita burlesca.

-Que no te de miedo golpearme, Eren. Estas en la milicia, aquí dentro las reglas son muy diferentes. –Asintió, dándole la completa razón.

Eren se levantó, aun con sudor perlando su frente. Petra, dio un lindo brinquito, del cercado a la tierra, donde anteriormente estuvo sentada. A ambos se les fueron entregadas dos espadas de bambú.

-No hace falta mencionarte que tienes prohibido utilizar cualquier tipo de habilidad de titán ¿no? –El chico asintió. –Bien, empiecen.

Eren apretó con fuerza la empuñadura de la espada, separando un poco la piernas, se posiciono para atacar. Sus ojos cambiaron de forma radical; se estaba tomando bastante enserió el entrenamiento, cosa que llamo la atención de todos los presentes.

Levi reconoció al instante la misma mirada determinada que vio la primera vez, en las catacumbas. Sonrió, seguía apostando todo por el mocoso.

Petra opto por tomar una posición más defensiva, sus gestos se relajaron y su mirada únicamente se clavó en el cuerpo de Eren, analizando y esperando cautelosamente el siguiente movimiento del joven cadete.

Eren lo notó, era su momento de atacar a Petra mientras estaba con la guardia baja; le ganaría con facilidad.

Nadie le explico a Eren que Petra en ningún momento tenía la guardia baja.

Tomo impulso, apretó aún más fuerte el arma y corrió, decidido, aplicando la mayor fuerza posible a sus manos. Hasta se pudo escuchar un gruñido saliendo de su garganta. Todos debieron admitir que la velocidad de Eren era sorprendente. Y aunque mantenía la espada de una forma bastante extraña, la fuerza aplicada también era sorprendente.

El niño iba dispuesto a todo, en el primer golpe.

A pesar de eso, ya todos sabían el resultado de aquel primer encuentro.

Para Petra no fue demasiado difícil adivinar el ataque de Eren, su cuerpo lo delataba. Con lo desequilibrado que iba, solo le tomo unos cuantos segundos esquivar su ataque y hacerle zancadilla. Al instante Eren callo dándose de lleno en la cara con el piso. Petra con lentitud y hasta delicadeza puso su espada en la espalda de Eren, había ganado.

Levi resoplo lleno de frustración, este sería un día jodidamente largo y lo peor era que no podía largarse. 

 

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Por algo sería el capitán, tal vez tenía poderes de adivinación. O era una inteligencia fuera del promedio.

Ya estaba obscureciendo, el solo no era más que un leve matiz anaranjado y rojo; y Eren, volvía a estar en el piso.

Exactamente 108 combates. Exactamente 108 victorias de Petra y 108 derrotas de Eren.

Aun en el piso, el capitán dio la orden.

-Bien, es suficiente por hoy. Son casi las 19:00 es hora que vallamos a comer.

-Uh, ya era hora. Creí que se iba a aplanar el trasero de tanto estar sentado aquí sentado. –Comento Auruo, suspirando con alivio.

Lo demás rieron un poco, también estaban agotados. Y eso que en general, no estaba haciendo absolutamente nada y esa inactividad aumentaba sus nervios. Exceptuando, por supuesto, a Levi y Eren.

Petra se estiro, un poco casada.

-Buen entrenamiento, Eren. –Dijo sin malicia. Seguidamente se comenzaron a alejar hacia el comedor.

A pesar de todo el niño seguía tirado en el suelo. Le dolía todo el cuerpo, estaba exhausto y no solo físicamente. Se sentía un maldito inútil, él y sus 18 derrotas por hora. La frustración lo envolvió, no fue capaz de siquiera darle un pequeño golpe a Petra. Admitía que la muchacha era bastante fuerte pero… se sentía como un inútil.

-¿Qué, mocoso? ¿Piensas quedarte a pasar la noche ahí? Levántate, inútil.

Eren reacciono ante las palabras del mayor, la orden y el insulto del capitán lo alteraron, haciéndolo sentir peor.

Pero su sorpresa fue grande al levantar la vista y ver una mano extendida frente a él.

Levi le extendía la mano.  

Un sentimiento de confort le inundo el pecho al ver como ese hombre le brindaba ayuda, como su rostro inexpresivo no mostraba dureza, como los rayos del ocaso pintaban el blanco con rojo, como el relieve de su nariz ensombrecía parte de su mejilla.

Eren sonrío. Tan grande y tan hermoso que por un momento Levi pensó que el niño lloraría.

Se incorporó un poco tomando con decisión la mano de aquel hombre, sintiendo como un corrientazo sacudía su cuerpo.

Se sonrojo, al sentir el leve tacto de la piel.

Levi también apretó la mano del cadete, sin importar las heridas que tenía por el entrenamiento o lo suciedad de la tierra.  Solo le jalo, ayudándole; apartando levemente la mirada incomodo ante el tierno sonrojo del castaño, un bonito sonrojo mezclado con una gran sonrisa. El capitán no pudo evitar pensar lo sencillo que era ese niño, solo con una mano que le apoyara, cambiaba tan radicalmente. Levi ignoraba lo especial de ese gesto.

Ya de pie, Eren le miro de una forma profunda, intentándole decir las millones de cosas que callaba cada día. No hizo nada más, en lugar de eso se inclinó para recoger la espada de madera.

-Mira, mocoso. –Menciono el capitán mientras empezaba a caminar rumbo a los demás. Eren corrió tras él. –Aun eres un inútil, un bueno para nada. Es más, estoy casi seguro que si no fuera por esa mierda de ser un titán y la otra mocosa ya hubieras muerto. De no ser yo tu tutor, no durarías ni 5 km fuera del muro. –Hizo un silencio. -¿No te molesta que te diga esto?

Eren negó, Levi tenía razón. Eso más bien le frustraba; sintió una horrible sensación instalarse en su estómago.

El hombre detuvo su marcha, el muchacho imito a su superior.

-Pues entonces eres más idiota de lo que creí. –De nuevo reanudo su camino. Eren estaba cada vez más desconcertado, cada vez más furioso consigo mismo. –Si crees eso, entonces no sirves para esto. –Ahora fue el muchacho quien se detuvo.

Así fuera el mismo Levi, Eren no iba a permitir que dijeran eso. Él tenía un sueño, él tenía un objetivo y jamás se detendría hasta lograrlo. El día que su obsesión con los titanes acabara sería porque que los había exterminado o estaría muerto.

Tomo fuerza de donde más pudo.  

-No es cierto. Yo puedo hacerlo. Les demostrare a todos a usted, a Mikasa, a Armin y, y a todos que soy capaz de matar a cada uno de esos malditos titanes, a cada uno.

Ante esas palabras Levi detuvo su caminar y volteo encarando a Eren, cerrando el espacio entre los dos. Con fuerza lo halo del cuello de la camisa, poniéndolo a su altura, lastimándolo un poco.

-Pues demuéstralo, escoria. –Le gruño Levi, amenazante. –Porque yo confió en ti, Eren.

Seguidamente lo soto y siguió su rumbo.

Jaeger se quedó mirando la espalda del hombre, tratando de asimilar lo que acababa de pasar. ¿Acaso Levi intentaba subirle los ánimos? Eren sonrío, de nuevo. Pues lo había logrado.

-¿Otra vez, mocoso? Apresúrate, escuche que habría té para la cena.

Esa noche solo Levi sonrió a la hora de la cena, a él era el único que le gustaba el té.  

Esa misma noche Eren se durmió con una sonrisa en el rostro, independiente de su derrota. Mañana lo volvería a intentar, mañana lo haría mejor.

El sótano ya le parecía tan frio como la primera vez. Ni el sótano ni Levi. 

Notas finales:

Y bien. Quiero decir dos cosas (que menciono aquí y no al principio por obvias razones):

Primero: En el fic es Eren quien esta enamorado del capitán, al iniciar el primer capitulo él ya lo estaba. La idea es que Levi se enamore (cosa bastante complicada).

Segundo: El fic es exactamente una semana antes de salir de expedición. Es decir al finalizar la semana, el miercoles de la siguiente es la exploración.

Quise mencionarla ya que el resumen, en si, es muy vago.

Me alegra muchisimo si te tomas el tiempo de leer esto y no admitiré que espero ansiosa reviews. No, no lo admitiré.

Bien lo admito ¿reviews? 


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