El grito que escapo a continuación de su garganta se enmudeció al terminar de ver al sujeto aparecer por completo, su armadura oscura y la máscara que no dejaba ver su rostro, el pánico que paralizaba su cuerpo por completo con la canción “I need a Hero” escuchándose de la radio, el timbre de su puerta lo hizo volver al mundo y forcejeando entre el fuerte brazo, cayó al suelo asustado corriendo algo perturbado hacia la puerta esperado que fuera la alucinación más vivida que había tenido en su vida y abriendo la puerta salió corriendo hacia el corredor, chocando contra la persona que antes toco la puerta y al mirar hacia adentro nervioso, no vio nada por lo que se sentó de repente en el pasillo, su vecina lo miraba confundida.
¿Pasa algo, Lex? – Pregunto la mujer al verlo tan perturbado – Pareces aterrado.
N-no es nada – Contesto el mencionado resoplando para luego reírse en voz alta – Creí ver algo dentro de mi apartamento pero creo que el exceso de trabajo me esta afectando, en verdad necesito este descanso.
Si quieres puedo hacerte compañía, solo toque para ver si estabas en casa – Espeto la chica tranquilizándose – Te mereces una siesta, trabajas demasiado.
Sí, creo que tienes razón, Leslie – Acepto de buena manera la oferta volviendo a entrar a su hogar – Creo que tomare esa siesta.
Luego de ese pequeño encuentro al que llamo “alucinación por exceso de trabajo”, desnudándose en camino a una ducha fría para limpiar todo rastro de tus anteriores actividades, volvió a sentirse observado pero lo ignoro con miedo de que su mente le ganara nuevamente. Bajo el agua fría de la regadera, tuvo un breve sobresalto al ver la puerta que entrecerró abrirse lentamente, el aire volvió a faltarle y estuvo a punto de resbalarse pero se sostuvo de la mampara y apago la regadera para darse cuenta de una leve distorsión en la nada, un grito agudo escapo de su garganta y luego una mano haciendo cesar el sonido, no pudo soportar la falta de aire por asfixia, lo último que vio antes de desmayarse fue la máscara del intruso que antes aprecio quizás no había una alucinación después de todo.
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Abrió los ojos lentamente y sobresaltado apretó la sabana bajo sus dedos dándose cuenta de que estaba en su cama ¿Todo había sido un sueño? Al parecer su día libre no había comenzando, aunque busco su despertador y no logro encontrarlo, siguiendo con la mirada en el piso los fragmentos y piezas de metal que conducían fuera de su habitación. Con miedo se levanto, siguiendo las piezas hasta llegar a la cocina y ver las galletas encima de la encimera, con un pre infarto casi manifestándose continuo buscando el lugar al cual se dirigían las piecitas faltantes de su despertador, con sorpresa en su mirada, lo faltante del objeto se encontraba en el suelo por lo que se agacho para recogerlo confuso.
¿Qué diablos esta pasando? – Se pregunto a sí mismo creyendo que quizás el mismo estaba haciendo todo eso – Debo ir a un psiquiatra.
En el momento en que iba a levantarse una figura se manifestó delante haciendo que cayera al piso sorprendido, el miedo parecía desvanecerse y levantándose rápidamente acerco su mano a su pecho confiando en que se trata de una alucinación o un sueño vivido que no quería acabar, un gruñido leve lo hizo sobresaltar pero continuar tocando la piel caliente en el abdomen.
¿Estoy enloqueciendo? – Cuestiono mirando al ser por debajo – ¿Quién eres? ¿Qué eres?
El alienígena ladeo la cabeza observando al humano con mayor atención, el silencio parecía de exploración, ambos se miraban intentando descubrirse, la mano más grande se acerco para acariciar la marca en su mejilla, la interrogación se formo en las facciones delicadas al sentir los dedos cálidos acariciar su marca de nacimiento, pronto la mano se retiro y lo vio acercar sus manos ahora a su máscara, la curiosidad era bastante al escuchar el sonido de tubos de aire desplegarse y la máscara siendo retirada. Un gruñido fuerte por parte del Yautja lo asusto un poco aunque no retrocedió y acercando su mano sin temor a la cicatriz en su frente aunque al final no pudiera alcanzarla por la diferencia en sus alturas.
¿Eso qué significa? – Pregunto todavía mirando la cicatriz – Toda mi vida viví con la duda de porque nací así.
La duda fue resuelta al darse cuenta de la historia que su abuela acostumbraba a contarle cuando cuestionaba sobre el tema, un alienígena se la dio como símbolo de su respeto e iniciación y todos los recuerdos de los cuentos que antes escucho llegaron a su mente, todo era verdad.
¿Scar? – Murmuro en la confusión alejándose, quería saber lo extraño que era aunque la historia no estuviera totalmente clara en su cabeza recordaba lo clave y lo suficiente – ¿Esto es real?
Sus miradas parecían conectadas, la curiosidad mutua continuaba brillando en sus ojos pero la interrupción se dio cuando el timbre de la puerta los obligo a prestar atención a algo más, algo avergonzado Lex se dirigió a abrir entre el total silencio de la habitación, con la mirada que le dedico fue suficiente para que el otro se camuflara.
¿Si? – Cuestiono con la mirada aun confusa dándose cuenta de que estaba totalmente desnudo y cerrando la puerta de golpe – ¿¡PORQUE ESTOY DESNUDO!?
Su mirada se dirigió hacia donde antes estuvo el alíen dándole una mirada enfurecida al espacio vacío, ahora que lo notaba, ya lo había estado observando desde antes, así que seguramente lo había visto desnudo con anterioridad y sabrá cuantas veces ya, fue él quien lo llevo a la cama luego de casi asfixiarlo en el baño, así que no podía estar seguro de que paso en ese tiempo exacto, rápidamente fue a su cuarto donde lo encontró inspeccionando en su armario y empujándolo sin siquiera lograr moverlo, tomo una bata de seda y volvió a la puerta para abrirla, ya cubierto mirando a su compañero de trabajo, Marcus, todavía conmocionado con una gran sonrisa boba en el rostro y dándose cuenta de que no sería buena idea tener a un pervertido entrometido en un apartamento con un alíen al cual había aceptado por razones aparentes de que necesitaba respuestas sin dejar de lado que la emoción de lo desconocido lo llamaba a gritos.
Marcus, enserio que ahora no tengo tiempo para esto, cuando vuelva al trabajo pero por favor vete – La sorpresa se mostraba en el rostro del hombre al ver su desesperación por que se fuera – Te lo suplico.
Un gruñido calo en los oídos de Alexander cuando el otro intento asomarse para ver que había adentro, pues la curiosidad de saber porque abrió la puerta desnudo y quería que se fuera rápido era demasiada, un empujón por parte del dueño del apartamento lo hizo ir hacia atrás.
¿A quién ocultas, pequeño travieso? – Cuestiono el rubio con curiosidad intento ver de nuevo si veía algo – ¿O estás jugando tu solito? Si quieres puedo hacerte compañía.
¡No! – Grito el moreno sorprendiendo al otro – T-tengo compañía ¿P-podrías irte ya?
No – Respondió secamente el intruso – Me encantaría ver a ese afortunado que tiene todo esto para él y decirle que la guerra todavía no acaba, aun luchare por ti, panquesito.
Otro leve gruñido se escucho llamando la atención de ambos.
¿Qué fue eso? – Le pregunto el entrometido sonriéndole – Eso fue raro.
Es el gato de la vecina que entro a mi apartamento – Dijo empezando a cerrar la puerta – Solo lárgate ¡Hasta mañana!
Sin dejar al individuo hablar de nuevo, cerró la puerta con rapidez y miró a Scar reaparecer delante de él nuevamente con su máscara puesta. Lo miro algo enojado, deberían aclarar algunas cosas si seguirían en esa “convivencia” que parecía más que nada acoso. Aunque los siguientes dos días fueron una tardía de silencio y miedo, no fue hasta que se había acostumbrado a su presencia que pudo hablar con él tranquilamente, fueron los dos días más incómodos de su vida.
Continuara…