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Las luces de la vida por Kina Ni Juu

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Dos nuevas luces resplandecieron en su vida, no tan brillantes que las luces de sus padres o la de Kazunari pero era feliz con ellas. Le daban seguridad y estabilidad en su vida.

Ese día que ambos fueron adoptados por los Takao, se fueron a la casa de ellos. La casa tenia un estilo moderno, de dos pisos, espaciosa y un gran patio donde jugar. Esa noche mientras Kazunari dormía en su propio cuarto hablo con la pareja, solo los podía ver como sus tíos.

A pesar de que había sido adoptado por ellos no serian sus padres y no los llamaría como tal porque los suyos habían muerto y nadie ocuparía sus lugares, quería conservar su apellido y se los hizo saber. Ellos comprendieron y aceptaron su decisión.

Su Kazu se volvió Takao Kazunari y el niño era feliz teniendo un apellido.

Tenía que admitirlo, las cosas comenzaron a mejorar pasando el tiempo y Aomine era feliz viendo que su pequeña luz lo era. Akima y Yoriko  eran buenas personas y rápidamente les tomo cariño, los trataban muy bien y les consideraban parte de su familia. Kazu a los pocos días ya los llamaba papá y mamá y no tenía ningún problema con ello. Conocieron a la familia de Akima y Yoriko, ambas los recibieron en la familia con los brazos abiertos.

Aomine disfrutaba las tardes cuando comían y platicaban los cuatro de como les fue en el día, los fines de semana que salían de paseo, cuando Yoriko les daba su bento y un beso en una mejilla antes de que Akima los llevara a la escuela, cuando se quedaban mirando películas en la sala o cuando los cuatro jugaban basket.

Pronto Aomine entro a la secundaria Teikon donde conoció a Momoi Satsuki y Kuroko Tetsuya quienes se volvieron grandes amigos para el, aunque la mayor parte lo regañaban y decían que hacer o no, y dos nuevas luces en su vida que le iluminaron aunque Tetsu prefería nombrarse a si mismo como su sombra y Satsuki como su consciencia. Entro al equipo de basket de la secundaria y desarrollo unas increíbles habilidades, cada día se volvía un jugador imparable y difícil de derrotar. Rápidamente se volvió titular y junto a sus compañeros ganaron muchos juegos y posicionaron en alto a su escuela.

Una luz que también tuvo mucha importancia en su vida fue la de Zakuro, la mamá de Akima, a quien Kazu y el llamaban abuela, ella no lo permitía de otra manera. A ambos les gustaba ir a su casa, ayudarle con su jardín y comer de sus galletas, todo lo que esa mujer cocinaba era una delicia. Estaba en su segundo año de secundaria y Kazu en su ultimo de primaria cuando esa luz que Zakuro representaba, se extinguió.

Ese día había llegado tarde a su casa porque se quedo mas tiempo practicando para perfeccionar sus tiros sin forma y cuando llego encontró a Yoriko llorando y el se asusto. Ella le dio la noticia, Zakuro había muerto y lo abrazo con fuerza. Fue un gran shock para Aomine y temió como fuera a tomarlo Kazu, el niño le tenía mucho cariño a la mujer. A el le dolió su muerte pero tampoco se permitió llorar, tenia que ser fuerte por su Kazu, Yoriko y Akima.

Unos minutos después escucho un carro y supo que ya habían llegado. La puerta se abrió de golpe y Kazu corrió directo a sus brazos rompiendo en sollozos. Aomine lo estrecho con fuerza y deseo que el dolor que sentía su luz desapareciera y en su lugar el prefería sufrirlo con tan de no verlo llorar de esa manera que le desgarraba el alma. Solo pudo acariciar su cabello y susurrarle palabras consoladoras.

Los siguientes días fueron de luto, lleno de tristeza, dolor y nostalgia. Fue desconcertante para el la actitud de Akima. El se mantenía tranquilo y con sonrisas amables, dando palabras reconfortantes a los demás e intentando hacer reír a Kazu, su esposa y a su hermana quien parecía derrumbarse cada vez que lloraba. Nunca lo miro derramar ni una sola lagrimas y cambiar su expresión.

No lo entendió hasta que una noche se levanto al tener hambre y bajo a la cocina donde miro a Akima sentado mirando por la ventana. Su expresión era vacía y no notaba su presencia hasta que abrió el refrigerador. Akima volteo sorprendido pero luego sonrió.

-¿Qué haces despierto Daiki? ¿No puedes dormir?

Aomine se encogió de hombros. –Me dio hambre

Akima rio suavemente y miro de nuevo por la ventana.

-¿Sabes?-Aomine lo miro-Cuando nos pediste conservar tu apellido, me enoje porque no pude comprender pero ahora entiendo tu sentir y lo siento Daiki, de vistes sufrir mucho…

Ver llorar a Akima fue extraño y no le agrado, le hizo sentir mal y sobretodo consigo mismo por haber juzgado a Akima. El también sufría pero se estaba haciendo el fuerte por los demás. Aomine se sentó a su lado y solo lo escucho hablar. Nunca fue bueno consolando ni con las palabras, solo le palmeo la espalda. Cuando Akima se sereno, se limpio el rostro y le sonrió.

-Eres buen chico Daiki. Tus padres deben estar orgullosos de ti

Aomine se estremeció por sus palabras, sonrojo levemente pero sonrió.

El tiempo continúo, Kazu se graduó de la primaria y entro a Teikon y el ingreso a su tercer y ultimo año de secundaria. En ese entonces comenzó a desenvolverse cada vez mejor en el basket y menos personas le podían seguir el ritmo. Kazu también se integro al club de basket y al principio muchos no creyeron que eran hermanos.

Daiki y sus tíos (Yoriko y Akima) comenzaron a notar extraño a su luz, como desanimado y distraído pero aunque le preguntaran que tenia, el solo sonreía y decía que nada malo, solo cansancio por los estrictos entrenamientos a los que era sometido. Un día Tetsu se le acerco inexpresivo como siempre pero noto que el chico estaba enojado.

-Aomine-kun, deberías esperar a Takao-kun

Daiki frunció el ceño al no comprender. A veces no iba a los entrenamientos por quedarse durmiendo en la azotea o se iba temprano y muy rara vez se iba con Kazu además de que tenían diferentes horarios. Ese día decidió hacer lo que le dijo Tetsu y entendió sus palabras. Unos chicos molestaban a su Kazu. Se escondió para escuchar.

-¡No! ¡Dai-chan es mi onii-chan!

“Así que era eso”.  Muy pocos, resumiéndose solo en Satsuki y Tetsu sabían que ambos eran adoptados. No tenían el mismo apellido y en lo físico no se parecían en nada aunque ambos tenían los ojos azules eran de diferentes tonos. Apretó las manos en puño, se acerco colocándose enfrente de Kazu y miro a los que lo molestaban.

-Dejen de molestar a mi ototo, si se meten con el se meten conmigo también

Era la primera vez que lo llamaba de esa manera en voz alta y no en sus pensamientos. Los chicos lo observaron asustados y salieron corriendo sin mirar atrás. Giro para ver a Kazu y se asusto al ver lágrimas recorriendo por sus mejillas pero sonriendo de ojera a oreja mostrando sus hoyuelos desconcertando a Aomine. De pronto Kazu salto sobre el abrazándolo.

-¡¡Te quiero onii-chan!!

Aomine sonrió y luego se fueron juntos a su casa después de pasar por una paleta de hielo a la tienda. Su Kazu volvió a ser el mismo y con eso era suficiente para Daiki. Semanas después fue cuando las cosas cambiaron para el.

Ninguna persona podía seguirle el ritmo y menos alguien ganarle en el basket. Su carácter empeoro con todos menos con Kazu, no iba a lastimarlo otra vez. Se aisló, se volvió más perezoso y cruel con las palabras, dejo de ir a los entrenamientos y llegaba tarde a los juegos, su pasión por el basket no era la misma, ya no sonreía al jugar, ya nada era como antes. Su estilo de juego era imparable, como una pantera salvaje. No había contrincante digno de el y eso fue su detonante.

Lastimo a muchas personas con su egoísmo, sobre todo a Tetsu y un amigo de este, Ogiwara si no se equivocaba. Se graduó de la secundaria e ingreso a la Academia Too, Satsuki había ido detrás de el y Tetsu a Seirin. Conoció a grandes oponentes que le hicieron estremecerse pero ninguno cumplió con sus expectativas. Solo disfrutaba del basket cuando jugaba al lado de su luz que cada día crecía pero sin llegar a su altura, seguía siendo una pulga.

El tiempo continuo y muchas veces estuvo a punto de dejar el basket pero por la insistencia de su Kazu seguía, Daiki solo esperaba que Kazu terminara la secundaria para que entrara a su escuela y estar en el mismo club, su luz había mejorado y desarrollado su ojo de halcón. Sin embargo se llevo una gran desilusión. Su Kazu, su luz lo había abandonado. Había mandado solicitud a Shutoku. Se enejo mucho con el y durante semanas lo estuvo evitando. Aomine solo quería una cosa, jugar contra el y destrozarlo en la cancha.

Un día Kazu los encerró en su cuarto para hablar y le pidió perdón pero no le dio explicaciones por su decisión. Aomine lo perdono pero esa espina seguía ahí y fue creciendo conforme pasaban los días. La causa era simple, celos. Un chico se había vuelto el centro de atención de su luz y no dejaba de parlotear de el. Que Shin-chan esto, que Shin-chan lo otro. Lo tenía arto y pudo desquitarse contra el equipo de Tetsu y su nueva luz, un chico de segundo año con el nombre de Kagami.

Y su oportunidad llego. En las semifinales de la InterHigh le toco jugar contra Shutoku. Y su oportunidad llego. En las semifinales de la InterHigh le toco jugar contra Shutoku.  Unos días antes había escuchado un rumor, ese Shin-chan era conocido como el As de Shutoku y que nunca fallaba una canasta, Daiki quería destronarlo por acaparar la atención de su Kazu. Ese día del juego se fue temprano de su casa y a la hora del juego llego temprano lo cual sorprendió a su equipo. Satsuki lo miro de manera extraña, como preocupada pero el no le tomo importancia, el solo quería jugar y ganar.

Fue ahí que conoció a Shin-chan. Midorima Shintaro era ligeramente más alto y delgado que el, de cabello y ojos verdes, parecía una zanahoria con el traje naranja.

El juego  inicio y Aomine soltó su instinto animal. Los destrozo, los destruyo por completo. El partido quedo 131-102. Ni todas las canastas de 3 puntos de la zanahoria pudieron contra el. El momento más crucial del juego fue cuando Aomine no pudo controlarse al escuchar como llamaban a su luz. Midorima y Takao, la luz y sombra de Shutoku. Ese fue su detonante que lo llevo a la zona. Miro como los ojos de Kazu se llenaron de lágrimas ante la devastadora derrota pero mantenía una sonrisa mientras animaba con palabras a la zanahoria y a un rubio, ni una sola mirada le dirigió a el.

Aomine finalizando todo, tomo sus cosas y salió ignorando a todo mundo. El juego no había sido suficiente para desquitar todo lo que sentía. Su Kazu solo lo podía iluminar a el. Fue a su casa ya en la noche, Akima lo esperaba en la sala pero solo se miraron a los ojos por unos minutos sin decir nada y lo dejo ir para que descansara. Durante unos días Kazu y el no se dirigieron la palabra y evitaban verse lo cual lo hacia sentir extraño y tenia miedo que eso afectara su relación, no quería perderlo.

Cuando decidió intentar arreglar las cosas, tuvo que irse por unos días a un campamento, ahí se encontró con el equipo de Tetsu y descubrió que le tocaba jugar contra ellos iniciando la Winter Cup. El tiempo continúo y cuando regreso a su casa, tiempo es lo que menos tenía. Siendo de tercero tenia muchas cosas que hacer, unos meses después entraría a la universidad y tenia que escoger su carrera. Ya no miraba a Kazu, Yoriko le dijo que se la pasaba en la escuela y que cuando llegaba iba directo a su cuarto para dormir.

El juego contra Seirin llego y con el, la derrota. Jamás había experimentado ese sentimiento y termino en una crisis al imaginarse el daño que le había ocasionado a su luz. Otra vez había roto sus promesas y ahora si no tenia ni una sola idea de como arreglar las cosas. Su visión de todo cambio y se arrepintió por todo lo que había hecho en los últimos años. Había sido un completo bastardo. Tetsu se le acerco cuando se sentó en el piso de la cancha del parque.

-Solo tienes que pedir perdón Aomine-kun, el lo entenderá

Daiki lo miro pero no dijo nada y el chico sombra se fue. Cerró los ojos y luego se levanto para irse a su casa, tenía muchas llamadas perdidas y mensajes. Al llegar a su casa lo recibió Kazu quien parecía preocupado y al verlo se lanzo a sus brazos. Se sorprendió profundamente cuando el azabache comenzó a sollozar.

-¡Lo siento onii-chan!  Y-yo…yo quería ser quien te devolviera la sonrisa y la pasión al basket pero no fui lo suficiente bueno para hacerlo y perdí. Lo siento…yo he entrando duro pero ¡me ganaron! Kuroko me gano y …yo, yo no te ayude cuando mas me necesitabas y tu siempre me as ayudado

Daiki entendió a lo que se refería y sintió su pecho hincharse. Así que había sido eso. No estaba triste por perder sino por no ganarle y no por la trofeo sino para ser el contrincante que el tanto a buscado. Como siempre, era un idiota. Estrecho con fuerza a su luz y el pidió, por primera vez, perdón con palabras. Duraron así unos largos minutos.

Las cosas volvieron a ser como antes y Daiki comenzó a sonreír más y disfrutaba el jugar basket. Había encontrado en Midorima y Kagami buenos amigos aunque no fuera admitirlo jamás. Era feliz al ver que su amigo Tetsu lo era al lado de Bakagami, eran novios. Todos a su alrededor tenían una relación hasta su luz aunque Daiki no estuviera para nada contento con eso, Kazu era aun muy joven para andar de novio y mas si su pareja era el idiota tsundere de Midorima pero la aceptaba ya que el azabache era feliz con el y la zanahoria realmente lo quería.

Se graduó de la preparatoria e ingreso a la Academia policiaca*. Su vida era perfecta como estaba y el deseo con fuerza que siguiera así por el resto de su vida.

Pero nada es para siempre.

A sus 24 años era un policía modelo y en todos sus aspectos de su vida estaba bien aunque no tuviera una pareja. Tetsu era profesor de preescolar y Kagami bombero, y ambos eran ya padres de una bebe de casi un año, Akima y Yoriko seguían bien y los visitaba en sus días libres, Satsuki trabajaba con el en la policía y tenia una relación estable con Imayoshi para su sorpresa, Midorima estudiaba medicina y hasta ahora seguía manteniendo la promesa que le hizo.

Su Kazu era feliz, y su sonrisa y sus ojos lo mostraban todos los días, a cada instante. Su luz tenía 22 años y en un año mas se graduaba de fotógrafo, era muy bueno con la cámara y tomaba fotos realmente hermosas. Un día terminando su servicio, fue al departamento de Kazu, lo compartía con Midorima, ya que este le había llamado porque necesitaba hablar con el. Decir que no estaba preocupado, seria una mentira.

Al llegar se sorprendió al ver los ojos rojos de su Kazu, había llorado y se enojo. Lo primero que pensó es que Midorima lo había lastimado y sintió deseos de ir por el y golpearlo pero Kazu lo detuvo y le extendió una hoja. Su sorpresa fue aun mayor al ver lo que era.

Kazunari estaba embarazado. Su Kazu esperaba un hijo.

Daiki se puso feliz porque seria tío y emocionado de conocerlo porque si de algo estaba seguro, es que esa criatura que crecía en su Kazu, seria una nueva luz que el iba a cuidar. Aomine fue el primero en saber la noticia, ni siquiera Midorima lo sabía. Cuando Kazu y Midorima lo comunicaron a los demás, avisaron que se iban a casar, no querían que su hijo naciera fuera del matrimonio. Akima y Yoriko eran sumamente felices con la idea de ser abuelos.

Semanas después su Kazu ya no era Takao, sino Midorima. Aomine hablo con Shintaro como hombres y se sintió tranquilo de saber que lo único que quería Midorima era lo mismo que el, cuidar y hacer feliz a Kazunari y ahora también al niño que esperaban.

Estaba asustado. En el cuarto mes de embarazo, Kazu tuvo una amenaza de aborto y el doctor les dijo que el embarazo era de alto riesgo. Le recomendaron tomar reposo absoluto e vitar situaciones de alto riesgo que ponga en juego sus vidas. Como Midorima aun estudiaba y no podía estar mucho tiempo con el, los demás se tornaban para cuidarlo. Daiki se fue a vivir con ellos por petición de Shintaro para estar mas al pendiente de su Kazu.

Le gustaba sentarse aun lado de el y acariciarle el vientre, sentir a su sobrino que crecía y le emocionaba mucho conocerlo, ya sabían que era un niño y Daiki esperaba que creciera para enseñarle jugar basket. Kazu y Shintaro ya tenían el nombre de su hijo pero nadie aparte de ellos lo sabia y Daiki tenia una gran curiosidad. La primera vez que lo sintió patear, miro en shock el vientre y luego rio. Cada día se hacia mas grande y Aomine disfrutaba cada día mas que el pasado.

Y ese día llego y con el fin de los suyos.

Aomine había tenido que salir por una emergencia en el trabajo y Kazu se había quedado solo en su departamento cuando este le llamo asustado porque había entrado en trabajo de labor. El niño ya iba a nacer. Llego en una patrulla y subió por el, Kazu estaba llorando por las contracciones. Tomo la maleta con las cosas y lo ayudo a subir a la patrulla. En el camino le llamo a los demás para decirles la noticia y que se comunicaran con Shintaro ya que el no lo contactaba.

Llegando al hospital ya los estaba esperando y le permitieron entrar mientras llegara Midorima ya que Kazu no quería estar solo. Aomine no supo que hacer al ver el dolor reflejado en el rostro del menor y luego recordó los ejercicios que le recomendaron para cuando llegara el parto. Después de un rato Midorima entro a la sala y Daiki dudo en salir pero Kazu le agarro de una mano y le sonrió.

-Estaremos bien Dai-chan, lo prometo

Daiki jamás había odiado tanto una promesa como esa. Salió y fue a la sala de espera donde estaban sus tíos y sus amigos. El miedo se apodero de el cuando pasaron unas horas y no tenían respuesta de nada. Se tuvo que sentar al ver entrar enfermeras a la sala y muchos gritos que no pudo entender. ¿Kazu estaba bien? ¿Qué es lo que estaba mal?

Daiki se estaba desesperando y cuando se levanto para exigir respuestas, Midorima salió en medio de un transe y eso asusto a todos. Sus ojos estaban idos y llenos de lágrimas que recorrieron por sus mejillas al ver a Aomine.

-Lo siento. Kazunari murió

No existían palabras que describieran lo que Daiki sintió en esos momentos. El dolor lo desgarro por completo y no pudo sostenerse y cayó al piso. Era incluso peor que lo de sus padres. No lloro pero si tuvo un ataque de ira y no dejo de gritar reclamos. Culpo a todos, sobre a todo a los doctores y cuando Kagami lo detuvo cuando quiso golpear a uno, se deshizo del agarre y huyó del hospital.

Su Kazu había roto su única promesa y el también lo hizo. Ahora si lo habían arrebatado de su lado y no había manera de recuperarlo.

Se alejo de todos, no quiso conocer a su sobrino y tampoco fue al funeral. Se encerró en su departamento consumiéndose en su dolor. El sufrimiento era la única prueba de que seguía con vida.

Kazu había sido la luz que iluminaba su vida y cuando el murió, esa luz se apago y se sumergió en la oscuridad. El había muerto con Kazu.

Notas finales:

Lo siento, la historia tiene que hacer así. A mi dolió horrores escribir esto porque Takao es mi personaje favorito y lo amo.

Gracias a todos por leer!!!

Dos partes más y se acaba, perdón si al final del capítulo todo paso muy rápido pero se estaba haciendo más largo de lo que deseaba.


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