“¿Qué tan mal podían estar las cosas?” Se había preguntado mientras recostaba su cuerpo en aquella camilla de piedra, esperando a que Kitty enviara su mente al pasado. Grave error.
Mientras manejaba en dirección a la mansión Xavier se preparaba psicológicamente; no sabía quiénes estarían, cómo reaccionarían o si acaso seguirían en ese lugar, rezaba a todas las deidades (las cuales ninguna creía) para que no tuviera que buscarlos en otro lado.
Cuando vio el anuncio de la escuela Xavier apoyada en el piso temió lo peor, sin embargo el letrero de “propiedad privada” le dio esperanzas. Aun así estacionó su auto cerca de la entrada y bajó a toda prisa, sintiendo los nervios comerle por dentro. Ahora se preguntaba “¿qué tan difícil podía ser?” y por momentos creía que sería demasiado complicado, tal vez no era la persona indicada para darle un empujón al pasado y arreglar las cosas.
Después de unos minutos de haber tocado la puerta esta se abrió, dejando ver a un chico pálido, bastante alto y con ojos azules.
-¿Puedo ayudarle? –Preguntó detrás de la puerta, al parecer sin querer abrirla mucho.
-Eh, sí, ¿qué pasó con la escuela?
La cara del chico se mostró confundida ante aquella pregunta. –Lleva años cerrada. ¿Es padre de familia?
-Diablos, espero que no. ¿Tú quién eres?
-Hank, Hank McCoy. Yo me encargo de la casa ahora.
¡Bingo! Había encontrado a alguien conocido. Se quitó los lentes de sol, ampliando su sonrisa cada vez más.
-¿Eres Bestia? Mira nada más, supongo que tardaste en madurar.
Hank se mostró incómodo, casi podía jurar que molesto. –No sé de qué habla pero le voy a pedir que se vaya.
Tras decir eso, Bestia intentó cerrar la puerta, pero claro que no lo iba a permitir, ahora sabía que había alguien ahí, debía continuar con su misión. Metió las manos, impidiendo que la puerta se cerrara y forcejeó contra Hank.
-¿Dónde está el profesor?
-No hay ningún profesor.
-Eres muy fuerte paras estar tan flaco –Le provocó. -¿Seguro que no hay un pequeño bestia ahí adentro? Anda, Bestia.
-No está aquí.
-Anda Bestiecita.
-No.
Finalmente, Logan logró empujarlo, haciendo retroceder al más joven y pasando a la mansión. Hank no tardó mucho en reponerse y seguirlo de inmediato, quería detenerlo, no podía dejar que viera al ex telépata.
-Le dije que la escuela está cerrada. Debe irse.
Oh no, claro que no se iba a ir, estaba ahí por una única razón y la iba a cumplir.
-No sin ver al profesor.
Apresuró el paso y logró detener a Logan por el hombro, haciendo que este se girara de inmediato. –No hay ningún profesor aquí, ya se lo dije.
Casi suelta un bufido molesto, ¿realmente ese era el hombre azul, peludo y serio que había conocido? Pues esa versión joven le estaba comenzando a fastidiar.
-Mira chico, tú y yo vamos a ser buenos amigos –Inmediatamente su puño voló al rostro ajeno, estampándose directamente en la nariz y logrando que el más joven se desequilibrara, cayendo al piso. –Solo que aún no lo sabes.
Hank se había quitado los lentes al caer; su respiración comenzó a agitarse mientras Logan se daba la vuelta y subía por las escaleras. Sentía cómo su mutación se desestabilizaba y quería volver a darse a conocer. La metamorfosis iba a ser algo dolorosa sin duda, pero el suero que había creado comenzaba a dejar de hacer efecto y no podría soportar los factores emocionales como la ira que en ese momento sentía crecer en su estómago.
Casi canta victoria por haberse librado de Bestia, ahora solo quedaba buscar al profesor, lo cual sería un poco complicado puesto que una mansión no era pequeña. Agradecía haber estado bastante tiempo en aquel lugar, pues seguramente se perdería entre los pasillos de no conocerla.
-¡Profesor! –Quizá si lo llamaba lo encontraría más rápido.
Un ruido hizo que se desconcentrara, y seguido de este se oyó un rugido, alertando sus sentidos. Cuando giró ya era demasiado tarde para esquivar una posible tacleada.
Cayó al suelo con el peso de aquel hombre azul encima, y tan solo pudo soltar un quejido por eso. Había sido lanzado por las paredes y no supo en qué momento terminó volando al otro lado de la mansión, recorriendo en el aire las escaleras, estampando su espalda en unos de los escalones. Joder, que eso había dolido.
Nuevamente un rugido le alertó, y nuevamente había sido demasiado tarde, Hank ya lo tomaba por las solapas y lo volvía a lanzar esta vez tirándolo en el lobby. Terminó boca arriba, observando como Bestia se columpiaba en el candelabro del techo.
-¿Hank? ¿Qué sucede aquí? –Tras escuchar aquella voz volteó de inmediato a las escaleras.
Un hombre, de estatura baja, cabellos largos y descuidados bajaba por las escaleras como si tuviera todo el tiempo del mundo. No alcanzaba a ver realmente su rostro, la luz llegaba a sus espaldas y lograba oscurecer sus rasgos, mas su instinto le dijo que era a quien buscaba.
-¿Profesor?
-Por favor, no me llames así.
Hank, que aún colgaba a centímetros de su rostro lo observó confundido. -¿Conoces a este tipo?
Charles pareció dudar.
-Sí, me parece familiar. Baja del maldito candelabro Hank –Respondió sumamente hastiado, probablemente por el ruido que habían causado.
El cerebro de Logan trabajaba a mil por segundo. Esos ojos azules realmente eran los del profesor, sin embargo lucían apagados, agotados, heridos… devastados y con un inmenso frío que casi le hiela la sangre. Otra cosa importante:
-Puedes caminar…
Charles continuó bajando las escaleras, provocando un movimiento en aquella bata que le hacía lucir como vagabundo, aunque claro, la barba y la camiseta no le ayudaban en nada.
-Eres perspicaz –Respondió sarcástico.
-Pero creí que Erik… -Ni siquiera se había levantado del suelo. No estaba entendiendo nada, ¿por qué caminaba? ¿por qué lucía tan mal? ¿por qué tenía un mal presentimiento? Y lo más grave de todo, ¿por qué su corazón había comenzado a latir tan rápido con tan solo haberlo visto?
-Por eso me extraña que no hayas visto el letrero de la entrada. Es propiedad privada, amigo –Continuó el más bajo.
Logró reaccionar, levantándose con dificultad y un dolor horrible en la espalda, seguro se le pasaría rápido.
-Tendré que pedirle que te pida que te vayas –Finalizó, refiriéndose a Hank.
Se estiró un poco, aquella actitud comenzaba a desesperarle, sin embargo había aprendido a calmarse.
-Temo que no puedo hacer eso porque… -Hizo una pausa. –Me enviaron a buscarte a ti.
Charles en esos momentos ya se encontraba sentado en uno de los escalones, apoyando sus brazos en sus rodillas y observándole atentamente.
-Dile a quien te haya enviado que estoy… ocupado –Dijo como si fuera la solución más simple del mundo.
-Eso va a ser difícil… porque la persona que me envió fuiste tú.
El ex telépata le miró confundido, y tan solo atinó a responder con un “¿qué?”.
-Dentro de unos 50 años.
-¿En el futuro, dentro de 50 años? –Ahora su expresión había cambiado, comenzó a sonreír de forma burlesca y hasta un poco cínica.
-Sí.
-¿Yo te envié del futuro?
-Sí.
Después de eso volteó a ver a Hank nuevamente confundido, aunque este tan solo negó con la cabeza, pues claro, aquella era una idea demasiado descabellada.
-No juegues.
-Si tuvieras tus poderes sabrías que digo la verdad.
-¿Cómo sabes que no tengo mis…? -En ese momento Charles realmente comenzó a creer en la pequeña posibilidad de que estuviera diciendo la verdad. -¿Quién eres?
-Ya te lo dije.
-¿Eres de la CIA?
-No.
-¿Me has estado vigilando?
-Te conozco, Charles. Hace años que somos amigos. Sé que obtuviste tus poderes a los 9 años, sé que creíste que habías enloquecido cuando oíste las voces en tu cabeza… -Había comenzado a caminar hacia él, mientras la expresión del contrario comenzaba a deformarse, realmente estaba confundido. –Y a los 12 años descubriste que las voces estaban en las cabezas de los demás. ¿Quieres que continúe?
Negó con la cabeza, completamente incrédulo. –No le he contado eso a nadie.
-Aún no, pero lo harás.
-Bien, ya despertaste mi interés, ¿qué quieres? –Dijo aún sin poder ocultar su confusión.
-Debemos detener a Raven… -Aquello hizo que su expresión cambiara de confusión a dolor, Charles aún sentía que le hacía falta esa parte de sí, su pequeña hermana. –Necesito tu ayuda… necesitamos tu ayuda.
Por un momento Logan pensó que el ex telépata rompería en llanto, por aquella cara que ponía en esos momentos: el ceño ligeramente fruncido, el dolor notable en sus ojos, la ligera curvatura de sus labios como si quisiera evitar un gemido de dolor.
-Creo que ya quiero despertar…
Se levantó de las escaleras, cosa que hizo suspirar a Logan, esto sería más difícil de lo que pensaba. Mientras Charles desaparecía por la puerta que se dirigía a la que había sido su oficina, Hank nuevamente tomaba control sobre su mutación, disminuyendo ligeramente de tamaño, haciendo desaparecer el pelaje azul de su cuerpo para dejar tan solo su apariencia normal, de un chico joven.
-¿Qué tiene que ver ella con esto? –Dijo con cierto tono de tristeza.
Suspiró, ¿acaso todos ahí se comportaban de esa manera tan depresiva? Tuvo que hacer un sobre esfuerzo para no mandar todo al carajo y largarse de ahí antes de tener que seguir soportando ese ambiente emo e inmaduro a su parecer.
Siguió los pasos de Charles, entrando a su oficina para que también escuchara. Entonces comenzó a relatar todo lo que había visto y había vivido. Como los robots fueron evolucionando hasta llegar al punto en que era imposible vencerlos. Como al principio solo perseguían mutantes y todo eso desencadenaba a una masacre de personas, mutantes y no mutantes.
-Dices que tomaron los poderes de Raven y… ¿qué? –Habló Charles de espaldas a ellos mientras se servía un vaso de alcohol, bebida que se había hecho indispensable en su vida. -¿Lo convirtieron en un arma?
-Sí –Respondió Logan, viendo como el “profesor” se giraba para verlo y de cierta forma se sentía nervioso, expuesto.
-Ella es única –Dijo Hank con una sonrisa ladina y algo melancólico.
-Sí, lo es, Hank.
-Al principio los centinelas solo atacaban a los mutantes –Nuevamente comenzó a relatar, mientras Charles tomaba asiento en su amplio sillón. –Luego identificaron la genética de los no mutantes que en algún momento tendrían hijos o nietos mutantes. Muchos humanos intentaron ayudarnos. Fue una masacre… y lo peor de la humanidad quedó a cargo. He estado en muchas guerras y jamás había visto algo como esto. Y todo comienza con ella.
-Digamos, solo por… porque sí, decido creerte… que decido ayudarte –Interrumpió. –Raven no me hará caso –Sonrió sarcástico, como muchas de sus anteriores sonrisas. –Su corazón y su alma le pertenecen a alguien más.
Quizá, solo quizá por un momento creyó haber escuchado cierto dolor mezclado con ira en esa última frase, y se sintió confundido. Sí, sabía que era como su hermana, pero ¿qué había pasado? Ni siquiera sabía cómo Raven y Charles se habían separado. Quiso pensar que había sido Magneto quien se la había llevado, eso tendría mucho más sentido. De cualquier forma no quiso ahondar mucho en el tema, debía concentrarse en su misión.
-Lo sé –Y claro, utilizaría esa suposición para meter a Erik en la conversación. –Por eso también vamos a necesitar a Magneto.
Charles volvió a sonreír, desparramado en el sofá dándole un aspecto más vago aún.
-¿Erik? –Rió burlesco.
-¿Sí sabes dónde está? –Preguntó Hank.
-Sí.
Charles seguía riendo, mientras se levantaba del sofá afirmando su vaso. Había comenzado a sentir una tensión indescriptible, como si hubiera mencionado a un ser innombrable. Aun así permanecía serio, es más, comenzaba a sentirse hastiado. Ese no era el profesor, no el que había conocido.
-Está donde debe estar –Dijo por fin Charles con un odio profundo.
-¿Te vas a rendir así?
-Felicidades –Se giró de inmediato sin dejar de caminar, dando pasos más cortos. –Como dije, eres perspicaz.
-Jamás le darías la espalda a alguien que tomó el camino equivocado -Logan comenzaba a sentir la ira correr por sus venas, esa actitud tan infantil, tan rencorosa, tan inmadura y tan mediocre le sacaba de quicio, pero lo que más le sacaba de sus casillas era que de cierta forma, le parecía atractivo. –Y menos a alguien a quien amabas.
Nuevamente, otro grave error. Charles estaba a punto de subir las escaleras cuando escuchó eso, haciendo que retrocediera pasos. Oh no, él no tenía por qué venir y decirle esas cosas cuando por fin tenía un poco, la mínima cantidad de calma que no había tenido en meses. Y mucho menos venir a recordarle a Erik y lo mucho que lo lastimó. Él no sabía lo que había pasado ¿cómo se atrevía a hablarle de esa manera?
Extrañamente quiso golpearle, él no era agresivo, pero el simple hecho de que le recordaran a Erik le hacía rabiar.
-¿Sabes? Creo que ya te recuerdo –Dijo ahora viéndolo nuevamente. –Sí, acudimos a ti hace mucho tiempo a pedirte ayuda.
Cada vez Charles se acercaba más pasos a Logan, aumentando la ira en sus palabras.
-Y te voy a decir lo que nos dijiste entonces… vete al diablo.
No aguanto más, le tomó de la bata con fuerza y lo atrajo hacia él, aún contiendose milagrosamente la necesidad de golpearle.
-Escúchame, desgraciado. Vengo desde muy lejos, he visto morir a muchas personas. Buenas personas, amigos. Si te autocompadeces y no haces nada verás lo mismo que yo, ¿entiendes? –La sonrisa burlona de Charles se hizo presente una vez más.
Para cuando lo soltó nuevamente estaba serio, pero no solo era seriedad, sus ojos mostraban un frío que le heló el alma. –Todos tenemos que morir algún día.