Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un café simple. por YukinaGSagara

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Vuelvo con mi crack :'D será un fic corto, el primer capítulo estaba abandonado en mi pc y decidí terminarlo también. Espero les guste.

La lluvia caía como lo había estado haciendo las últimas tres horas de esa noche de verano. Satoshi se preguntaba qué se suponía que debería estar haciendo. Eran vacaciones, las primeras vacaciones largas desde que había entrado a la universidad, y ahí estaba, solo y aburrido en ese pequeño apartamento en el que vivía desde que había decidido independizarse.

 

Últimamente no había socializado mucho, la mayoría de sus compañeros de universidad habían aprovechado para irse de viaje a otras ciudades y él, con medio año viviendo en esa ciudad, no había logrado hacer amigos fuera de la escuela.

 

Decidió que quizás era el momento de salir a conocer gente. “¿Salir en medio de la lluvia? Qué va, es mejor que estar sin hacer nada” pensó para sí mismo cuando por un momento dudo si sería una buena idea. Tomó su paraguas negro, se puso unas botas y una chaqueta. Aunque era verano los vientos fuertes que se desataban durante la lluvia estaban algo fríos. Comenzó a caminar sin rumbo fijo y se dio cuenta de que prácticamente no había nadie en la calle. “Claro, quién va a salir a la calle en la noche en medio de la lluvia…”

 

Después de unos quince minutos caminando encontró una cafetería. Al entrar se percató al instante de que estaba vacía y pensó que de esa manera su plan de socializar nunca funcionaría. “Mala idea…”. Dejó su paraguas en un perchero que estaba en la entrada, se quitó la chaqueta y caminó con ella en mano a una de las mesas con sillones que se encontraban en el lugar; rápidamente una chica se acercó a él para preguntarle qué deseaba beber.

 

— Un café simple —mencionó solamente y la mesera se retiró.

 

Mientras esperaba su bebida se quedó viendo por la ventana como la lluvia comenzaba a caer con más fuerza y agradeció mentalmente su decisión de entrar en esa cafetería justo en ese momento. De repente, entre la lluvia, observó a un hombre correr por la banqueta tratando de taparse la cabeza inútilmente en un intento para no mojarse. A los pocos segundos ese hombre entró por la puerta de la cafetería empapado y con un claro aspecto de cansancio por haber corrido.

 

Se le quedó viendo sin saber por qué exactamente, era un hombre más alto que él, de cabello castaño y vestía con una chaqueta similar a la que él usaba solo que de otro color. Le llamó la atención su complexión ya que parecía un hombre que se ejercitaba. Satoshi era bastante delgado y por eso le pareció curioso.

 

El hombre alto levantó la vista y se encontró con la de Satoshi. Se dio cuenta que le estaba mirando y le regaló una sonrisa. Satoshi se sintió apenado por un momento pero le devolvió una sonrisa un tanto nerviosa. En ese momento la mesera llegó con el café del muchacho y lo dejó sobre la mesa.

 

—Hola, ¿puedo sentarme contigo? —se acercó el hombre tomando por sorpresa a Satoshi, quien con una voz nerviosa le dijo que no había problema.

 

—Me llamo Gackt —se presentó rápidamente— ¿y tú?

 

A Satoshi le pareció que el hombre debía ser muy extrovertido para llegar a la mesa de un desconocido e iniciar una plática así de fácil, pero creyó que estaba bien ya que eso le facilitaría la conversación.

 

—Satoshi —respondió con algo de seriedad. Le costaba ser simpático con las personas, esa era una de las razones por las que tenía pocos amigos. — ¿Te agarró la lluvia de sorpresa? —preguntó ya que el hombre había estado bajo la lluvia sin nada con que protegerse. Tomó su taza de café para darle un sorbo.

 

—No, en realidad tenía ganas de salir a socializar un poco. —Rio.— Suena tonto, lo sé, pero tenía ganas de platicar con alguien, pensé que quizás habría alguien aquí con quien hacerlo y mira, te encontré —finalizó su frase con una sonrisa que hizo que Satoshi dejara de beber su café. No supo por qué pero esa sonrisa le hizo sentir algo peculiar en su estómago.

 

—Pues entonces creo que debes pedir algo para beber, ¿no? —respondió Satoshi con una pequeña sonrisa y con un evidente cambio en su tono de voz.

 

Gackt se quedó observando los ojos negros de su compañero. Algunos de sus cabellos negros colgaban sobre su rostro y esa sonrisa que le regaló le hizo saber que había encontrado a un buen compañero con quien compartir esa noche de lluvia.

 

Estuvieron platicando durante más de una hora sobre toda clase de temas: libros, música, películas, universidad, trabajo… Se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común y les sorprendía no haberse conocido antes.

 

—Chicos son las once, es hora de cerrar. —Después de unas cuantas tazas de café la mesera que los había estado atendiendo les anunció que era hora de que partieran. Satoshi no tenía nada de sueño aún y realmente quería seguir hablando con su nuevo amigo, así que muy en contra de su natural forma de ser se atrevió a invitarlo a su apartamento, algo que ni siquiera había hecho con sus compañeros de la universidad.

 

—Claro, me encantaría, pero… ¿crees que esta lluvia nos deje ir? —Gackt observó el ambiente justo antes de salir del local, aunque la lluvia ya no estaba tan fuerte como cuando él llegó parecía que volvería a mojarse.

 

—Tal vez no sirva del todo pero nos ayudará —mencionó Satoshi después de ponerse su chaqueta al tiempo que abría su paraguas con la intención de que ambos se cubrieran con él. Al instante Gackt se dio cuenta que de esa manera los dos se estaban mojando de todas formas, así que abrazó a Gackt con uno de sus brazos acercándolo a su cuerpo; de esa manera ambos eran cubiertos por la sombra del paraguas.

 

—¿Qué… qué haces? —alegó Satoshi un poco sonrojado por la cercanía con el hombre.

 

—Así no nos mojamos —respondió Gackt como si nada y continúo mirando al frente. Satoshi agradeció que en ese momento no hubiera nadie transitando esas calles, tenía que admitir que esa escena podía malinterpretarse.

 

Gackt sólo sonreía caminando con gran calma, sin prisa por llegar.

 

*

 

Después de llegar al apartamento de Satoshi éste le dio ropa seca a Gackt, unas pijamas que le quedaban algo grandes y le pareció que al hombre le quedarían bien. Él había pensado en darse un baño pero no le pareció apropiado dejar a Gackt solo así que solamente se cambió de ropa igualmente con una pijama para estar más cómodo.

 

Se sentaron en la pequeña estancia a la entrada del apartamento de Satoshi. La lluvia resonaba sobre el techo.

 

—Bonito lugar, bastante acogedor —mencionó Gackt mientras se acomodaba en el sillón para dos personas que tenía Satoshi en la estancia.

 

—¿Te parece? A veces creo que es muy pequeño… luego recuerdo que vivo solo y nunca tengo visitas y creo que es perfecto —dijo en un evidente tono de buen humor; pese a que casi no le gustaba establecer contacto con las personas se sentía muy cómodo hablando con el hombre que había conocido hoy. —No creo que la lluvia pare en toda la noche… ¿alguien te espera en casa?

 

Gackt se quedó viendo a Satoshi antes de responder, le parecía que esa pregunta era una antesala antes de invitarlo a quedarse a dormir en su casa.

 

—En realidad también vivo solo… ¿puedo tomar esto como una invitación a dormir? —expresó con una media sonrisa en el rostro. Gackt era un hombre directo y pocas cosas le daban vergüenza.

 

Satoshi, sin embargo, era alguien que se apenaba con facilidad y aunque en realidad esa era la intención de su pregunta le incomodó bastante que Gackt se lo dijera de esa forma. ¿Cómo lo habría interpretado él? Eran dos hombres que se acababan de conocer, en realidad no sabían mucho el uno del otro a pesar de que habían tenido un par de horas de buena conversación. Satoshi estaba consciente de que siempre había sentido cierta atracción hacia los hombres pero… ¿y Gackt? No tenía ni idea. Claro que ese no había sido un tema que entrara en su conversación en la cafetería pero ahora se lo preguntaba  al pensar cómo Gackt pudo interpretar su indirecta de invitación a dormir.

 

Después de pensarlo unos segundos Satoshi respondió:

 

—Así es, precisamente iba a eso —contestó fingiendo tranquilidad— a dormir, tú sabes, uno en la cama y el otro aquí en el sofá… tú eres el invitado, si prefieres puedes quedarte en mi cama y yo dormiré aquí —agregó hablando bastante rápido tratando con eso de especificar a qué se refería con dormir.

 

Al escuchar su respuesta Gackt empezó a reír. Por supuesto que él no había malinterpretado las cosas, tenía apenas unas horas de conocer a Satoshi pero pudo darse cuenta desde un principio qué clase de personalidad tenía, por eso le causó mucha gracia su nerviosismo.

 

—¡¿De qué te ríes?! —alzó la voz avergonzado sintiéndose tonto.

 

—Nada —trató de dejar de reír.— Eres muy tierno —dijo al momento en que le acarició la cabeza revolviéndole un poco el cabello de manera cariñosa. Esto sólo provocó que Satoshi se sonrojara aún más pero al mismo tiempo estaba más tranquilo al saber que Gackt no había malinterpretado las cosas.

 

Conversaron cerca de una hora más y a pesar de que ambos estaban realmente cómodos hablando de todo tipo de cosas el sueño comenzaba a hacer mella en ellos. Ya pasaba de la media noche.

 

—¿Tan rápido te rindes? —se burló Gackt al ver como Satoshi daba un gran bostezo. —Tal vez ya deberíamos ir a dormir —continuó ahora hablando en serio— ¿aún está en pie la propuesta de que yo duerma en tu cama? —le recordó con una leve sonrisa.

 

—Oh, sí, claro que sí. Te mostraré mi habitación y de paso voy a traer unas cobijas para mí —respondió Satoshi al tiempo que se levantaba y le invitaba a seguirlo. Internamente se sorprendía de sí mismo por toda la confianza que le estaba dando a un desconocido: contarle tantas cosas de él, invitarlo a su casa e incluso permitirle que se quedara a dormir en su habitación. No sabía por qué pero realmente Gackt le transmitía la confianza para hacer todo aquello.

 

Una vez que estuvieron en su habitación Gackt observó por unos segundos la cama; no era muy grande pero le parecía que podían caber fácilmente dos personas.

 

—¿Y si dormimos juntos? —Rápidamente notó la expresión en la cara de Satoshi así que se apresuró a agregar: — tu cama es de un buen tamaño para dos personas, los dos podríamos dormir aquí, ¿no crees? Digo, para no causarte molestias mandándote a dormir al sofá… —expresó en un tono que denotaba que por primera vez sentía un poco de vergüenza por estar metido en la casa de un casi desconocido.

 

Satoshi lo pensó por un momento. No tenía nada de malo, ¿o sí? Después de todo los dos eran adultos y después de hablar de tantas cosas con él podía ya considerarlo como un amigo… Quizás estaba avergonzándose de cosas que no tenían sentido.

 

—Está bien, creo que tienes razón —se acercó a la cama para quitar la cobija y acomodar las almohadas de manera que cada quien tuviera una. — ¿Qué lado prefieres? —volteó a verlo para escuchar su respuesta y se encontró con un Gackt a medio vestir pues ya se había quitado la playera de la pijama. Los ojos de Satoshi se dirigieron al cuerpo desnudo de Gackt. No podía quitarle la mirada a su pecho y abdomen y recordó el momento en que lo vio entrar en la cafetería unas horas antes y en cómo su cuerpo fue lo primero que llamó su atención.

 

Se percató de que llevaba algunos segundos viéndolo y trago saliva tratando de parecer tranquilo. Por supuesto que no era el primer hombre sin camiseta que veía, había visto cientos en toda su vida, pero no comprendía por qué ese hombre le hacía sentir de esa manera tan extraña.

 

Gackt pareció no notar el nerviosismo de Satoshi así que tan solo se estiró un poco y se dispuso a acostarse.

 

—Preferiría que tú durmieras en el lado de la pared, ¿te parece bien? Sino creo que me sentiré un poco claustrofóbico —respondió el broma a la pregunta que Satoshi le había hecho. El dueño del apartamento simplemente asintió en señal de aprobación, apagó la luz y se dispuso a acostarse.

 

Ambos se acostaron boca arriba, Gackt en una posición bastante relajada mientras que Satoshi se notaba algo tenso. Estaban compartiendo la misma sabana y el hombre más pequeño apretaba los bordes con sus puños. Gackt pareció no percatarse de ello y, aunque no había demostrado cansancio durante la noche, rápidamente cayó en un profundo sueño. Satoshi, en cambio, no podía dormir.

 

Ya no llovía y la habitación estaba casi en completo silencio; sólo las respiraciones de ambos causaban un ruido que pasaba casi inadvertido. Satoshi se percató que Gackt ya estaba dormido por el sonido regular de su respiración. Volteó a verlo. La oscuridad de la noche apenas le permitía diferenciar sus rasgos fáciles pero ello no impidió que se quedara viendo en esa dirección por varios minutos. No supo en qué momento comenzó a relajarse hasta quedarse dormido.

 

*

 

Los rayos del sol entraban por la ventana y comenzaron a molestar el sueño de Satoshi. Abrió apenas un poco los ojos para darse cuenta que ya era de día y que el cielo estaba despejado. No había señales de que volvería a llover como la noche anterior.

 

Unos segundos después el joven abrió por completo sus ojos y vio a Gackt sentado al borde de la cama. Se quedó viendo su espalda sin hacer ningún ruido. Le gustaba su cuerpo, por fin se lo admitía a sí mismo.

 

—Oh, lo siento si te desperté —se disculpó Gackt al darse cuenta que Satoshi ya estaba despierto. Él había despertado unos veinte minutos antes y había tratado de no hacer ruido para no despertar al más pequeño. — Pasé a tu baño, espero no te moleste.

 

Satoshi lo observó antes de responder. Gackt ya se veía muy despierto y se percató de que incluso ya se había lavado.

 

—Me hubieras levantado —expresó mientras se reincorporaba— ¿quieres algo de desayunar? En realidad no tengo muchas cosas —rio— pero algo debe haber para los dos.

 

—Disculpa, ya me tengo que ir.

 

Satoshi se sintió algo entristecido al escuchar eso. Al despertar tuvo la sensación de que podría estar más tiempo con él; no quería que se fuera.

 

—Oh… —expresó tan solo al no saber qué decir.

 

—Pero no te preocupes —sonrió mientras le tocaba un hombro— la próxima vez yo te invito a algún lugar a desayunar, ¿te parece?

 

Satoshi sonrió al escuchar aquello, le gustaba esa idea de poder volver a verlo.

 

Gackt buscó su ropa y se cambió en la sala mientras Satoshi ordenaba la cama. Después de unos minutos intercambiaron teléfonos, Gackt le agradeció por todas sus atenciones y se despidieron al marco de la puerta.

 

Cuando el más alto salió Satoshi se quedó observando hasta que dio la vuelta en las escaleras del edificio y se perdió de su mirada. Se preguntaba cuando lo volvería a ver. Tenía ansias de pasar un poco más de tiempo a su lado.

 

*

 

Las semanas pasaron, las vacaciones se terminaban y Satoshi se despertó esa mañana alistando sus cosas para ir a la universidad. No tenía especial emoción por ir; aunque era un nuevo año no era algo que realmente le entusiasmara. Al subirse al camión que lo llevaría a su escuela tomó un asiento que se encontraba libre y sacó su celular para ver la hora, al hacerlo se preguntó porque Gackt no había contestado ninguna de sus llamadas ni devuelto alguno de sus mensajes.

 

La primera y última vez que se vieron había sido hace casi un mes. Al tercer día después de que Gackt fue a su casa Satoshi intentó llamarle para ver si podían salir a tomar algo. No le contestó. Insistió un par de veces pero no recibía respuesta. Dos días más tarde intentó llamarle nuevamente pero lo mismo sucedió. Le escribió mensajes para saber cómo estaba y de igual manera no obtenía respuesta. “¿Se habrá equivocado al darme su número?” se preguntaba. “De todas formas él tiene el mío… si quisiera podría llamar.” Se sentía un poco molesto por la situación y con ese estado de ánimo llegó a sus clases.

 

No habló con nadie durante la mañana, apenas y respondía con monosílabos cuando alguien le hablaba. No tenía ganas de ser amable el día de hoy.

 

Al finalizar las clases tomó sus cosas y se dirigió a la salida del campus. Antes de llegar pudo ver en la entrada a un sujeto que le parecía muy familiar. “¿Gackt?” se preguntó algo asombrado conforme se iba acercando cada vez más seguro de que sí era él. “¿Le dije dónde estudiaba? ¿Habrá venido a buscarme?” pensó emocionado tratando de disimular la sonrisa que se le quería dibujar en el rostro.

 

Pero antes de que él lograra llegar a la salida se detuvo en seco. Pudo ver, todavía a la distancia, que una chica corrió hasta donde estaba Gackt y se le abalanzó para abrazarlo mientras ambos sonreían. Se sintió súbitamente molesto al observar esa escena.

 

—¿Pero qué le pasa? —exclamó en voz alta mientras seguía observando. La chica tomó la mano de Gackt y ambos caminaron hacia el auto de la mujer, Gackt se subió en el copiloto y se fueron.

 

No podía creer lo que acababa de ver pero aún más no podía creer lo que estaba sintiendo. “¿Acaso era su novia?” No había manera de saberlo, no tocaron ese tema el día que se conocieron en la cafetería. Tenía tantas ganas de ver a Gackt, de hablar con él, todos esos días esperando aunque fuera un mensaje de su parte y verlo ahí, con una mujer tan cariñosamente, le hizo sentir celos.

 

Eso era. Celos. ¿Cómo un hombre podía hacerle sentir eso? ¿Cómo alguien con el que sólo había convivido unas horas podía hacerle sentir de esa manera? No lo sabía, pero en ese momento estaba muy molesto como para ponerse a reflexionar sobre eso, sólo quería llegar a su casa y tratar de no pensar más en eso.

 

Tardó aproximadamente treinta minutos en llegar a su casa. Ya estaba un poco más relajado ya que había tratado en no pensar sobre el tema. Se acostó en el sofá y prendió la televisión disponiéndose a buscar algo interesante que ver, algo que le distrajera. Después de unos minutos de estar cambiando canales sin encontrar nada bueno para ver escuchó que tocaron la puerta. Le pareció extraño ya que nunca nadie lo visitaba, sólo a veces la casera cuando venía a entregar el correo o a cobrarle la renta. Apagó la televisión y se levantó para abrir la puerta.

 

Le tomó completamente por sorpresa ver a Gackt parado en la entrada de su casa. No supo cómo reaccionar o qué pensar.

 

—Hola… ¿puedo pasar? —su voz no sonaba tan animada como la que tenía el día que se conocieron, parecía un poco apenado.

 

—¿Qué haces aquí? —preguntó directamente sin tratar de fingir cortesía. Estaba molesto y triste a la vez.

 

—Te vi en la universidad cuando fui a recoger a Miyuki y… —antes de poder terminar su frase Satoshi le interrumpió.

 

—¿Miyuki? ¿Tu novia? —Expresó en un tono que poco disimulaba los celos que sentía. Gackt se sorprendió al escucharlo.

 

—Satoshi… Discúlpame, no es lo que tú piensas. —Sabía que le debía una disculpa por no haberse contactado con él todo este tiempo y ahora no estaba muy seguro de cómo arreglar las cosas.

 

Por su parte Satoshi se sorprendió al escuchar eso, no esperaba esa respuesta de Gackt pues realmente no tenía por qué darle alguna explicación… ¿o sí?

 

—¿Y qué se supone que pienso? ¿Y por qué te disculpas? —Estaba a la completa defensiva, tratando de controlar lo que sentía pues sabía que no tenía ningún derecho para comportarse así.

 

—Siento no devolver tus llamadas… si me dejas pasar puedo explicarte todo.

 

Satoshi dejó salir un suspiro y abrió un poco más la puerta en señal para que Gackt pasara. Una vez dentro cerró la puerta tras ellos y se cruzó de brazos. Gackt se sentó en el sofá sin esperar que Satoshi se lo ofreciera y le observó señalándole con la mirada que se sentara a su lado. El más joven volvió a emitir otro suspiro y caminó hacia el sofá aún cruzado de brazos para sentarse junto a él.

 

—¿Por qué estás tan enojado? —le preguntó al ver su actitud.

 

—¿Qué por qué estoy tan enojado? No respondías el teléfono y no devolvías las llamadas, tampoco me respondías ningún mensaje… ya hace casi un mes que no sabía nada de ti. Sé que sólo nos hemos visto una vez pero ¿acaso después de tanto hablar no me consideraste un amigo? Vamos, hasta te quedaste a dormir conmigo. —Hablaba con un evidente tono de resentimiento.— Si no fuera porque casualmente me viste hoy en la universidad no estarías aquí, ¿verdad? Porque evidentemente tenías cosas más importantes que hacer con tu novia, por eso se veían tan felices… —terminó su frase en un tono más bajo, como si no quisiera expresar lo que acababa de decir.

 

Gackt lo escuchó atentamente y no lo interrumpió hasta que terminó de hablar. Sabía que Satoshi tenía razón en todo lo que le había dicho pero hasta ahora no había imaginado que su ausencia le hubiera pesado tanto a su amigo.

 

—Otra vez te pido disculpas… —calló por unos segundos, como si estuviera pensando qué palabras utilizar. — Es que… la verdad es que… no quería volver a verte.

 

En el momento en que esas palabras salieron de su boca Satoshi sintió como si algo se apretara en su pecho. Le dolió, pero trató de no expresarlo.

 

—Yo… —Gackt continuó— no sé cómo decírtelo… desde que te vi sentado en la cafetería llamaste mi atención, después la conexión que tuvimos para conversar por horas y finalmente tu amabilidad al dejarme dormir en tu casa… no sé… vamos, ni siquiera sé si a ti… bueno… si te atraigan los hombres… pero a mí me gustaste tú, me gustaste mucho y antes de conocerte más, pasar más tiempo contigo y volverme loco por estar a tu lado preferí alejarme. Sé que tal vez esto no está bien, ya sé que los dos somos hombres y quizás tú sólo estabas siendo amable conmigo y yo… bueno… mi situación no es fácil… pero cuando te volví a ver, aunque fuera a lo lejos, aunque fuera sólo unos segundos, con eso tuve suficiente para darme cuenta que aunque no te viera no iba a poder escapar de esto que siento por ti…

 

Gackt no tenía ni idea de cómo iba a reaccionar Satoshi al escuchar todo eso, por eso no le dejaba ningún espacio para que él pudiera responder, quería terminar de decirle todo lo que tenía guardado y que escuchara todo lo que sentía antes de que le dijera lo que pensaba; sin embargo, el comportamiento que Satoshi había tenido desde que llegó a su casa le hacía sentir una leve esperanza de que el muchacho sintiera algo parecido hacia él.

 

El dolor que Satoshi había sentido al escuchar que Gackt no quería verlo más se fue transformando en una especie de confusión al escuchar como avanzaba su discurso. Cuando escuchó su confesión sintió una emoción que le recorrió todo su cuerpo, las típicas “mariposas en el estómago” que jamás había identificado en su vida. No podía creer lo que estaba escuchando.

 

“¿Yo le gusto? ¿Y por eso se alejó de mí?”

 

No lograba comprender del todo lo que sucedía pero de algo sí estaba seguro. A él también le gustaba Gackt y quería tener la oportunidad de permanecer más tiempo a su lado.

 

—Eres un idiota.

 

La pequeña sonrisa de Satoshi lo expresó todo. Gackt estaba perdonado.

Notas finales:

No sé cuál fic estaré actualizando primero, pero esperen pronto el siguiente capítulo. Gracias por leer~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).