En la mansión Vongola se suponía que ese día era de fiesta al ser el cumpleaños del Décimo, sin embargo el castaño se encontraba en una pequeña depresión en el cuarto que compartía con su esposo Hibari, la razón por la que estaba así era porque… bueno…
-No puedo creerlo Kyoya- dijo deprimido mientras se tapaba con las sabanas, no quería que su esposo viera las lágrimas que salían por aquellos hermosos ojos cafés.
-Tsunayoshi no te pongas así, debes entender que él no lo dijo enserio- trato de consolarlo provocando lo contrario.
-Claro- dijo entre hipidos- como a ti no te dijo eso- aumento su llanto mientras enterraba su rostro en la almohada.
-Tsunayoshi- dijo suavemente mientras se sentaba en la cama para después acariciar suavemente los cabellos del castaño- entiende que para él es nuevo todo esto, digamos que solo está en la edad de la punzada- dijo mientras seguía tratando de consolar a su esposo.
-Pero, pero él nunca me había dicho algo así, sabes lo feo que se sintió que mi niñito me dijera esas palabras Kyoya- se abrazó a la cintura de su esposo, nadie podía consolar al castaño, ni siquiera Kyoya.
-Él te ama y mucho, no dejes que te afecten palabras que no siente en realidad, trato de disculparse momentos después de que lo dijo pero…- dijo viendo ahora a los ojos a su esposo- tu saliste corriendo y no pudo seguirte por la impresión, después de eso simplemente te fuiste a la junta y ahora que regresaste un día después de aquello te encierras en nuestra habitación- dijo mirándole fijamente.
-Me odia Kyoya, no puedo verlo, me duele cada vez que lo recuerdo y sé que llorare si esta frente de mi- dijo el castaño.
-No lo hace- Beso las mejillas de su esposo.
-Sí, lo hace- aquel castaño no escuchaba nada, realmente necesitaba que su hijo, Haruka, le dijera personalmente que aquellas palabras solo salieron por enojo y no porque realmente lo sintiera.
¿Y bien…? Se han de preguntar aún a que se debe todo esto, Haruka, el hijo de Tsunayoshi y Hibari, Que ahora tenía la edad de 12 años estaba cómodamente platicando con su hermano mayor Reborn, este le había comentado que ese día, 13 de Octubre, iría a una pequeña fiesta organizada por sus demás conocidos y amigos de este Hitman, Haruka se emocionó y le pidió permiso a Reborn-Niisan que si podía ir con él, este le contesto que iría si Tsunayoshi aceptaba, así fue como Haruka se dirigió al despacho de su querido papá para pedirle permiso, estaba demasiado emocionado y ya pensaba en que se pondría para ir con su Niisan, sin embargo los resultados no fueron los que espero.
-Lo siento amor, pero no iras- fue la respuesta de su querido papá, el cual estaba revisando algunos documentos en ese momento.
Algo desorientado del porque su papá no le dejaba ir a una fiesta con su Reborn-Niisan decidió interrogar el porqué.
-¿Por qué razón? Ira Reborn-niisan y los demás, hasta Lambo-niisan irá- dijo comenzando a molestarse un poco.
-Haruka, he dicho que no puedes ir- miro a su hijo poniendo en su mirada que no cambiaría de opinión.
Sabía que aquella fiesta era organizada por los arcobalenos y sus parejas, por lo que quería decir que era fiesta de bebidas y demás, harían cosas que se irían al cuarto de cada una de las parejas y no tan parejas, su hijo tenía solamente 12 años y no podía ir a ese tipo de fiestas, en que estaba pensando Reborn al decirle que le preguntara si podía ir.
-“Decidió escapar de esto”- vio la mirada de su hijo, aquella que ponía para que no pudieran decirle que no, pero esta vez Tsunayoshi no caería en ella- Es enserio Haruka- fue lo último que dijo.
Entonces todo paso en cámara lenta, Tsunayoshi vio la cara enojada de su hijo mientras este hacia sus manos puños por el enojo contenido, miro a su padre seriamente, esas miradas que el mismo Kyoya le había dado en años atrás cuando aún no estaban del todo en la mafia, Tsunayoshi sabía que diría algo así como que no era justo lo que había decidido pero, nunca pensó que su hijo dijera lo siguiente.
-¡¡Te odio!!- justo en ese momento entraban precisamente el causante del porque Haruka estaba ahí y el padre del niño, escuchando algo atónitos aquellas palabras tan hirientes para cierto castaño.
Haruka miro a su papá que seguía de pie atrás de su escritorio, después vio como dejaba los papeles en este y como su mirada se mantenía gacha mientras sus cabellos castaños ya un poco largos le cubrían su rostro, verlo así hizo que se le removiera el corazón y entonces tomo cuenta de las palabras que le había dicho a aquel que siempre le había estado protegiendo de niño, aquel que siempre le estaba brindando amor, el que lo trataba como un niño pequeño aun cuando ya estaba por salir de la secundaria e ingresar a un bachiller, quiso disculparse inmediatamente pero las palabras se quedaron atoradas y Tsunayoshi había pasado corriendo por un lado de él saliendo del despacho.
-¿Por qué le has dicho aquello a Tsunayoshi, Haruka?- pregunto molesto su padre, se merecía esa cara de enojo de su padre, igualmente la de Reborn-niisan.
-Yo… yo no quise- se le quebró la voz al mirar a aquellos dos hombres pelinegros, al recordar la imagen lastimada de su papá al decir lo que dijo, las lágrimas comenzaron a salir, había dicho algo muy feo y no estaba seguro de como disculparse.
-Haruka- suspiro el pelinegro- cálmate y explícame ¿Qué paso?- pregunto su padre mientras hacía que se sentara el menor en un sillón del despacho, sabían que debían darle espacio a Tsunayoshi, después de todo escuchar aquellas palabras de su primogénito debió ser duro para él.
-Pedí permiso para asistir con Reborn-niisan a una fiesta, pero papá no me dejo- comento- le pregunte porque pero no me quiso decir, solamente me dijo que no podía, me enoje y dije eso sin pensar- dijo llorando aún- Yo no quise decirle eso, yo solo… - el llanto inundo el despacho.
-Estuvo mal que le dijeras eso a Tsunayoshi, debes disculparte apropiadamente con él, debes entender que todo lo hace por tu bien- dijo acariciando los cabellos de su hijo.
-Y yo estuve mal al decirte que vinieras a pedir permiso- comento Reborn.
De pronto una pequeña niña de cabellos azabaches y ojos color caramelo entro al despacho, al ver la imagen del castaño llorando inmediatamente fue a abrazarlo.
-Haru-Nii ¿Qué pasa? ¿Te duele tu pancita?- pregunto la niña de 7 años de edad, la segunda hija de Hibari y Tsunayoshi, Ellie.
-No, le dije algo cruel a papá- dijo mientras se dejaba abrazar por la menor.
-Ahh- comento la niña recordando a lo que venía- Papi- miro a Hibari mientras sus ojitos se humedecían un poquito- Mami está llorando… ¿es por lo que paso con HaruNii?- pregunto la pequeña.
-Iré a hablar con él- comento el hitman mientras salía del despacho y dejaba a la familia sola.
-Sí, le dolió mucho las palabras que le dijo Haruka- su hijo agacho la mirada deprimido- sin embargo, Haruka se disculpara y Tsunayoshi estará mejor ¿de acuerdo?- miro a su hijo quien asintió.
¿Cómo le haría para ver a su querido papá después de eso? No podía, se sentía realmente mal por decirle esas feas palabras, pero tenía que ser valiente y disculparse.
-Ahora vamos, no se pongan tristes ambos- dijo secando las lágrimas de sus dos retoños- Tsunayoshi estará bien- sin más salieron del despacho, Ellie siendo cargada por su padre.
Cuando llegaron a la habitación de sus padres, para sorpresa de los tres no se encontraba nadie vieron como Reborn de pronto salió por un pasillo hacia ellos.
-Tsunayoshi fue llamado de urgencia para una reunión, al parecer fue solo- dijo informando de aquello a su esposo.
-De acuerdo ¿A qué hora regresara?- pregunto, su hijo mayor quería disculparse y el que no esté ahí podría afectarle más a Haruka.
-No lo sé, al parecer no es un asunto ligero- comento mientras fruncía el ceño- puede que no regrese hoy- dijo en un leve suspiro.
-¿Qué?- comento impresionado, sintiendo como su hijo a su lado le agarraba del traje mientras se recargaba un poco en él- “Rayos, Tsunayoshi”- pensó el mayor mientras decidía que hacer para distraer a su hijo.
Las horas pasaron y el castaño no regresaba de la reunión, al parecer tomaría mucho y para desgracia no podían comunicarse con él. Kyoya veía que a pesar de que Haruka estaba en ese momento platicando con Kyosuke, Hiyori y Yuu este en si no prestaba atención y se le veía lo deprimido que estaba, quería ir por el castaño pero al parecer nadie sabía dónde demonios era la dichosa reunión, golpeo un poco la mesa al ver lo poco que había pensado Tsunayoshi, después de todo a quien se le ocurría ir solo a una reunión que encima no saben nadie más en donde exactamente será, se estaba exponiendo mucho y el no estaría a su lado para protegerlo.
-Esta me las cobrare- susurro pero fue escuchado por Gokudera.
-Entiende también el punto de vista de Jyuudaime, está deprimido y no quiere a nadie cerca, era obvio que no pensaría bien las cosas- comento el peli plateado mientras se sentaba- Sé que no es justificación para que no lleve a alguien a la reunión, pero le entiendo- dijo mirando a sus dos hijos- También me paso cuando Yuu me lo grito, estuve semanas alejado de él, le veía dormir y todo pero… me fue muy difícil presentarme ante él después de aquello, sentía que… mi mundo se caía, Jyuudaime se ha de sentir igual- miro al pelinegro que solamente le veía serio- Dale tiempo, regresara y ahí oblígalo a que hablen si es necesario, que todo estará bien, por lo menos al friki de béisbol de mi esposo le funciono eso- y sin más se paró para salir de la sala despidiéndose de sus hijos y diciéndoles donde estaría.
Hibari pensó que en cierta forma tenía razón el peli plateado, a él si le hubiera dolido aquellas palabras, sin embargo no lo demostraría y lo enfrentaría, pero Tsunayoshi no era igual, a él le afectaba un poco más todas esas cosas y sería difícil para el todo esto, sin embargo tenían que solucionarlo rápido, no quería ver a su familia deprimida.
Por eso cuando escucho que Tsunayoshi había regresado al día siguiente no espero ni un segundo para ir a verlo, estaba entrenando cuando Tsunayoshi llego de aquella reunión y se refugió de nuevo en su habitación. Aún recuerda como brincaron las sabanas al él abrir las puertas, al parecer Tsunayoshi pensó que era Haruka pero cuando vio que se trataba de él simplemente se escondió mas entre ellas y no lo volteo a verlo hasta que él decidió lanzarse a abrazarlo.
Y regresamos a donde nos quedamos.
-Quiere verte, quiere disculparse ¿acaso no quieres eso?- dijo agarrando de las mejillas a Tsunayoshi para que lo viera, secando en el proceso algunas lágrimas que corrían aun.
-Sí, sí quiero- dijo con los ojos rojos.
Se escuchó como alguien tocaba la puerta para después por ella asomarse una cabellera castaña, al fin su hijo y su esposo podrían platicar.
-¿Puedo pasar?- pregunto con un timbre de voz triste el menor mientras aun permanecía en la puerta.
-Pasa- dijo sin más el pelinegro- Estaré afuera- beso a Tsunayoshi que comenzó a salir de la cama donde se refugiaba para escuchar las palabras de su hijo.
Ambos castaños se vieron a los ojos y Haruka decidió acercarse a su padre, Tsunayoshi le hizo la seña de que se sentara en la cama y este lo hijo dejando un espacio razonable para poder ver a su papá a la cara, el silencio que adornaba la habitación era pesado, ambos no sabían que decir o como empezar, sin embargo Haruka se armó de valor y comenzó a hablar.
-¿Papá?- dijo suavemente logrando que el castaño lo viera- Yo…- No pudo con sus emociones y comenzó a llorar- Lo siento tanto por decir que te odiaba, no es cierto, no te odio… Yo solo lo dije porque en ese momento me sentía muy molesto, por favor perdóname- las lágrimas no dejaban de caer de los ojos del pequeño mientras que aquel castaño comenzaba a limpiarlas.
-No vuelvas a decirme algo así Haruka- dijo abrazando a su pequeño- mi corazón no podría resistirlo de nuevo- ambos comenzaron a llorar en aquel abrazo.
Haruka no dejaba de decir un lo siento cada vez que escuchaba el llanto de su papá y Tsunayoshi solo acariciaba sus cabellos castaños o su espalda para tratar de calmarlo, cuando ambos estaban más calmados decidieron salir de la habitación, después de tanto llorar a Tsunayoshi le dio hambre haciendo reír un poco a su primogénito.
Cuando salieron vieron a la pequeña Ellie en brazos de Kyoya quien le estaba haciendo cosquillas. Al parecer la pequeña había escuchado los llantos de ambos castaños y por poco se pone a llorar de no ser porque Kyoya le distrajo y le dijo que todo estaba bien.
-Mami- dijo la pequeña mientras era bajada por su padre, este le recibió con los brazos abiertos y la cargo sin ningún problema- Porque no volviste ayer, Haru-Nii estaba triste y tú no estabas- dijo decaída mientras veía a su hermano con los ojos rojos.
-Bueno, ya estoy aquí y tu hermano ya hablo conmigo, ahora todos estamos bien- dijo sonriéndole a la menor- ¿Qué les parece si comemos algo?- dijo queriendo ir a la cocina, siendo interceptado por el pelinegro.
-Sobre eso, les tengo una propuesta- dijo mirando a su esposo- Comer fuera- aquello impresiono a los dos castaños, Kyoya no era mucho de querer salir a comer a algún lugar.
-¿Eh? ¿Estás seguro?- dijo mirando a su esposo, aun no se le quitaba el hecho de que odiara las multitudes.
-Claro, vamos a un restaurante- dijo viendo a sus hijos- ¿Qué les parece?- sus hijos asintieron felices.
-De acuerdo, entonces deja me baño y me cambio, había olvidado el insignificante detalle que traigo aun el traje de ayer- dijo mirándose.
-Está bien Tsunayoshi, te estaremos esperando en la sala- beso a su castaño para caminar con sus hijos.
Cuando Tsunayoshi entro al cuarto nuevamente y estos caminaban hacia la sala, Kyoya decidió preguntarles algo a sus hijos.
-Traen los obsequios de su papá- ambos asintieron- Bien, fue difícil convencer a sus tíos para que esta vez no hubiera fiesta al estilo Vongola y festejarle solamente nosotros el cumpleaños a su padre, por lo que debemos llenarlo de mucho amor ¿de acuerdo?- les dijo a ambos que asintieron.
Era después de todo 14 de Octubre, el día en que el castaño había nacido, Reborn y Gokudera les habían explicado a los demás los planes que el pelinegro tenía, nuevamente su esposo había olvidado su cumpleaños por lo que los demás no tenían permitido hablarles hasta que ellos comieran con Tsunayoshi y se solucionaran las cosas con Haruka.
Tsunayoshi salió bañado y muy bien cambiado, su familia lo esperaba en la sala como le habían dicho y cuando salieron todos subieron al carro de Hibari. Llegaron al restaurante, Tsunayoshi recordaba aquel restaurante, era el de la primera cita que tuvo con Kyoya, nunca olvidaría lo nervioso que estaba [Por cierto, se encuentran en Japón, Nanimori] tan nervioso estaba que había chocado con un mesero haciendo que este derrumbara comida sobre otros comensales, Hibari había reído un poco ante la torpeza de su castaño y lo ocurrido. Ambos tomaron de nueva cuenta asiento donde años atrás lo habían hecho, desde aquella cita no habían regresado, pues después de todo estaban demasiado ocupados, después nacieron los niños y sus salidas no eran tan frecuentes a ese tipo de lugares, generalmente el castaño cocinaba para su familia y se iban de picnic. Vio como el dueño se acercaba a ellos, saludo a Hibari para después saludarlo cordialmente a él, el dueño abrió los ojos impresionados al ver a sus hijos y los felicito.
Muchos comensales los observaron cuando pasaron hacia su mesa y hasta cuando llegaron y se sentaron en esta, vio que unas cuantas jovencitas veían a su querido hijo, sin embargo este no les prestaba la mínima atención, su hijo estaba creciendo demasiado pronto, aún recuerda la fiesta sorpresa que a los 5 años de edad el mismo le había organizado con sus guardianes y sus familias ¿Hace cuánto había sido de eso? Pensó mientras trataba de recordar que día era, volteo a ver a todas partes para ver si algo tenía la fecha puesta, sin embargo no encontró nada, pero no hubo que sacar el celular y revisar, pues antes de que lo hiciera un gran pastel con unas velitas se dirigieron hacia él, Kyoya, Haruka y su pequeña Ellie comenzaron a cantarle las mañanitas junto con algunos comensales que grababan con sus celulares el pequeño espectáculo, Tsunayoshi confundido al principio pero después dándose cuenta, comenzó nuevamente a derramar unas cuantas lagrimas pero esta vez eran de felicidad.
De nuevo lo había olvidado, era su cumpleaños, sus dotes de Dame-Tsuna a veces aparecían. Feliz mientras secaba las lágrimas de felicidad, miraba a su familia, aquella que creció precisamente aquel cumpleaños donde su pequeño había organizado la fiesta sorpresa, eran 7 años donde compartió tanto con sus pequeños retoños, con Kyoya, con sus amigos.
Cuando le dijeron que soplara las velitas y pidiera un deseo, pensó en el deseo correcto.
-“Quiero permanecer más años a lado de mi Familia”- pensó recordando a todos los que eran importantes para él, a su querida familia que cada vez se hacía mayor y mayor, sin más soplo las velitas y sus hijos y esposo le abrazaron.
-Feliz Cumpleaños papá- dijeron al mismo tiempo sus hijos mientras cada uno besaba unas de sus mejillas.
-Feliz Cumpleaños, Tsunayoshi- ahora fue el turno de su esposo, quien beso tiernamente al castaño.
-Muchas gracias, mis amores- dijo viéndoles mientras por último correspondía el beso de su esposo.
Entre obsequios dados por sus pequeños y su esposo, el día paso entre alegrías y demás, no fue el único sitio en el que estuvieron pues al parecer el pelinegro había planeado aquella salida desde antes, para sorpresa de sus hijos y su esposo. Aquel día era especial, pues para ellos tres había nacido aquella persona que amaban con todo su corazón.
~Fin~
~OMAKE~
Después de unas cuantas semanas de su cumpleaños, Tsunayoshi no se había estado sintiendo muy bien, había estado también muy sentimental con ciertas cosas y había tenido mucha temperatura algunos días, preocupados decidieron que era momento de que llamaran al doctor particular de la Familia Vongola, quien inmediatamente se presentó y reviso al menor, sacándole sangre entre otras cosas para los estudios.
Días después el doctor regreso a la mansión y fue directamente al despacho del castaño donde se encontraba en una pequeña reunión con sus Guardianes. Mukuro, Ryohei y Yamamoto al fin habían regresado de su misión en Grecia por lo que tenían que darle los informes y poner al tanto a los demás para ver si iba a ver un atentado contra Vongola.
-Doctor ¿se le ofrece algo?- dijo cálidamente el castaño mientras le hacia una seña de que pasara y se sentara en alguna de las sillas que se mantenía desocupada.
-De hecho, me gustaría hablar con usted de los resultados de los análisis- dijo mientras se sentaba y miraba a los demás interesados.
-¿Sucede algo malo con Tsunayoshi-kun?- pregunto con esa sonrisa que siempre ponía el de pelo índigo mientras trataba de disimular su preocupación.
-Bosu ¿Está enfermo?- pregunto ahora Chrome que le vio preocupada.
-Espero que no- dijo mientras veía al doctor- Dígame entonces lo que pasa doctor con mis análisis- dijo sin más Tsunayoshi, si algo pasaba sus guardianes lo averiguarían a pesar de que él quisiera mantenerlo en secreto por lo que decidió que una vez escucharan.
-Sí, bueno…- comenzó a decir mientras carraspeaba un poco la garganta el doctor- Usted está muy saludable, Tsunayoshi-san, sin embargo le pediré que se cuide mucho durante estos meses- dijo mirando fijamente al castaño.
-¿Por qué razón?- pregunto ahora el esposo de este.
-La razón es muy simple- guardo un poco de silencio mientras los demás guardianes ponían completa atención a lo que diría el doctor- Felicidades, será nuevamente padre tiene aproximadamente un mes y medio de embarazo- comento sonriendo el doctor.
Todos los guardianes comenzaron a festejar aquellos, el bullicio de júbilo en el despacho se escuchó hasta otras partes de la mansión por lo que los niños que se encontraban cercas fueron a ver qué pasaba, se asomaron y al ver como Kyoya estaba abrazando con cuidado a Tsunayoshi y sus tíos festejando quien sabe que cosas, decidieron entrar.
-Te lo dije, ahora págame cabeza de pulpo- comento Ryohei feliz.
-Tsk tuviste suerte, cabeza de césped- comento algo molesto el peliplateado mientras le daba un billete al guardián del sol.
-La casa se inundara de más niños, primero Gokudera, luego Kozato y ahora Tsunayoshi- dijo Mukuro, aunque estaba feliz por el castaño.
-Maa, Maa, era de esperarse- dijo el de ojos almendrados mientras sonreía al ver la felicidad de Hibari y Tsunayoshi, como olvidar que hace unos meses atrás recibió la misma noticia.
-¿Qué pasa?- pregunto Kyosuke al ver a todos los adultos hablando, Tsunayoshi dirigió su mirada hacia la entrada y vio a sus pequeños, estos se acercaron a él.
-¿Por qué todos están felices papi?- pregunto Ellie quien miraba sin entender del todo.
-Sí, todos parecen que recibieron una buena noticia- comento ahora su hijo.
-Es porque la recibimos- dijo mirando a Kyoya.
-¿Y cuál es?- pregunto emocionada mientras veía a su padre y a su papi.
-Espero que la tomen bien chicos- dijo Kyoya acariciando los cabellos de ambos- al parecer la familia crece, tendrán un hermanito- dijo sonriendo levemente a sus hijos, los cuales abrieron sus ojos de la impresión.
-O hermanita- aclaro también Tsunayoshi posando una de sus manos sobre su vientre.
-Seré de nuevo hermano mayor- dijo abrazando a su papá con cariño mientras cuidaba de no lastimarlo.
-Seré hermana mayor, si~- grito feliz igualmente Ellie.
Y así, la Familia Vongola crecía cada vez más y más.
~Fin de OMAKE~