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El Justiciero. por LeonSmith

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Notas del capitulo:

Hola, muchas gracias a las personas que leen el fic. Sé que no es tan popular como el de Deadpool o Spiderman, pero debo aceptar que es mi favorito., es un poco más maduro. Además, es el primero con contenido sexual . . . Así es, hoy toca lemon. Espero y les guste.

Un saludo muy especial y afectuoso para bayala y Anani, por sus reviews. Y uno igual de importante para los y las lectoras anónimas, no duden en dejar un review.

 

El Mercenario. (Deadpool)

El Héroe (Spiderman) 

Matt continuaba su entrenamiento en el gimnasio, cada vez infligía más daño a su costal de box. Mantenía un semblante bastante serio, mientras por su mente continuaba aquel maldito recuerdo que no lo dejaba dormir por las noches.

 — ¡¿Una vez al mes?! – de nuevo los clientes los observaron.

 — ¿Te puedes callar? – recriminó en voz baja pero con molesta.

 — Es que, no puedo creerlo. ¿Cómo sobrevives con tan poco? – la plática continúo en secreto.

 — Tú lo dijiste, no tengo mucha motivación para hacerlo – su voz parecía un tanto decaída.

 — No quise decir eso, Matt – tomó la mano de su amigo, quien no esperó ese gesto.

 — Olvídalo, aún así, ¿de qué me serviría practicar? Nadie saldría con un ciego.

 — No seas tan dramático, Murdock. ¿Quién no querría salir contigo? – preguntó con más alegría.

 — No lo sé, ¿todas? – se recargó en su asiento y cruzó los brazos.

 — No tienes remedio.

Después de su vergonzosa plática, continuaron platicando tonterías, deportes, música, política, cosas de hombres. En todo el tiempo que siguieron en su conversación, no pararon de terminarse los tarros de cerveza. No tardaron mucho en emborracharse, y en terminar su dinero.

Era bastante tarde, dos chicos ebrios caminando por las calles de Nueva York. Hacían su mejor esfuerzo para no llamar la atención. Afortunadamente, el departamento de Will se encontraba a unas cuantas calles del bar.

El único inconveniente era poder subir los cuatro pisos y sus respectivas escaleras para poder llegar. A Matt no le hubiera costado ningún trabajo en condiciones normales pero, esa noche descubrió un efecto totalmente desastroso en sus poderes, al parecer, la bebida afectaba en mayor medida su percepción, más que a un humano promedio.

 — ¿Estás bien? – el chico de cabello negro (Will) ayudaba a su nuevo amigo a subir el último grupo de escaleras.

 — Eso creo – pronunció con bastante dificultad.

Llegaron al departamento del universitario, era un lugar sencillo pero bastante ordenado para ser de un estudiante. Lo más extraño era que vivía sólo, generalmente se comparten los departamentos en época de estudio.

Will recostó a su amigo en un cómodo sillón de su sala mientras, de la cocina, traía un café bien caliente. Cuando se disponía a entregárselo, se encontró con algo bastante inesperado. Al parecer, el castaño había sucumbido al alcohol y al cansancio, se encontraba plácidamente dormido. Incluso, la habitación se llenaba con un suave ronquido, más parecido al ronronear de un felino.

El mayor se quedó parado a su lado por un momento, lo observó con un poco de ternura, le sorprendía lo inocente que se veía en ese momento. Al principió no supo qué hacer, le pareció grosero dejarlo en el sillón, mucho peor pedirle que se fuera.

Después de un rato de meditarlo, decidió que lo mejor sería llevarlo a su cama para que descansara, por hoy, el dormiría en el sillón. Con bastante facilidad, debido a sus fuertes brazos, cargó al futuro abogado por el departamento hasta llegar a una pequeña habitación, adornada con fotografías de plantas y animales. Con bastante ingenio, alcanzó a recorrer las cobijas de su cama, y recostó a Matt sobre ella.

 — Matt – susurró como un padre que despierta a su hijo, pero no obtuvo respuesta alguna.

Pensaba despertar al castaño para que se pudiera poner cómodo pero, parecía que no despertaría en un buen rato. Con algo de resignación, comenzó a preparar al chico para su descanso. Con bastante cuidado, desató y quitó sus zapatos, recogió su gabardina negra; al llegar a su camisa, se detuvo por unos segundos, en verdad le apenaba ser quien desvistiera a su amigo. Se armó de valor y desabotonó la prenda, pudo ver su blanco y definido torso, adornado por un recientemente desarrollado y masculino vello, no pudo evitar ruborizarse al verlo.

Nunca había sentido alguna clase de vergüenza al ver semidesnudo a un hombre, años atrás, era común estar en esa circunstancia, practicaba con regularidad futbol americano. Pero, con Matt eso había cambiado. Después de controlar su agitado corazón, retiró definitivamente la camisa, prosiguió con su elegante cinturón (para ser joven y pobre tenía buen gusto). Lo único que faltaba era su negro pantalón de vestir, “debe ser una broma” pensó al desabrochar la última prenda. Con timidez, comenzó a bajar la tela del pantalón, su sonrojo aumentó al notar que Matt vestía unos bóxers negros bastante ajustados, “contrólate Will, es sólo tú amigo, no hay nada que temer . . .”; al final los retiró con bastante facilidad.

Al terminar su bochornosa labor, tomó la ropa de su amigo, la dobló y acomodó sobre una silla pegada a su escritorio. Al voltear la vista hacia la cama, pudo ver al chico ciego en toda su gloria. Su varonil barba que bajaba por su elegante cuello, su aterciopelado pecho, sus definidos brazos, su musculoso abdomen; una sutil línea de vello que comenzaba en su ombligo y terminaba donde Will evitaba posar su mirada, incluso sus piernas eran un acontecimiento natural, digno del estudio de un estudiante de biología.

Negó repetidas veces con la cabeza, “¡Ya basta, Will”. Decidió tomar unas sábanas y una almohada para dormir en el sillón, seguramente con un poco de descanso su mente, y otras partes de su cuerpo, se calmarían. No contó con el caprichoso destino.

 — ¿A dónde vas? – Will frenó en seco, estaba casi fuera de la habitación. Cuando volteó a ver al emisor de ese adormilado mensaje, encontró al castaño recostado con poca pulcritud, como buen hombre, acomodaba, con naturalidad, su relajado miembro.

 — ¿Cómo sabes que me voy? – estaba intrigado y avergonzado por mirar con tanto ahínco el jugueteo de su amigo.

 — Tengo buen oído – sonrió seductor, o por lo menos así lo entendió Will.

 — Voy a dormir, me tomé la libertad de recostarte y acomodarte.

 — Gracias, compañero. Pero, no puedo dejar que duermas en un sillón, yo dormiré allá – comenzaba a levantarse.

 — No, cómo crees – casi empuja al castaño de vuelta a la cama - ¿Qué clase de anfitrión crees que soy?

 — Oye, no podré descansar sí sé que estás allá. Hace mucho frío – se sentó al borde del colchón.

 — Ni yo, sí tu pasas la noche ahí – disimuladamente, tomó el desnudo hombro del castaño.

 — ¿Por qué no dormimos aquí?, la cama se siente bastante grande – mientras hablaba, sentía el colchón bajo su cuerpo, miraba hacia el horizonte.

 — ¿Qué? – replicó con evidente nerviosismo.

 — A mí no me molesta.

 — Está bien – trató de sonar resignado, pero en el fondo se alegraba.

Will se desvistió con rapidez, su cuerpo era un poco más desarrollado que el de su amigo, sus años en el americano habían hecho maravillas con su musculatura. Apagó las luces y con cuidado se recostó a la orilla de la cama (la cual estaba pegada a la pared, con Matt aprisionado entre ella y su amigo), Matt pudo notar el gran espacio que había entre ellos, no se le hizo justo que estuviera tan esquinado en su propia cama.

 — Will . . .

 — ¿Mande?

 — No seas exagerado, acuéstate bien – regañó entre risas.

 — Voy . . . – no tardó en ocupar el espacio faltante, se volteó para no ver a su amigo. Aún en esa posición, sentía el calor que desprendía su cuerpo semidesnudo. 

 — Hasta mañana.

 — Descansa.

Casi de inmediato, Matt volvió a dormir. Por su parte, Will se encontraba de lo más nervioso, no podía sacarse de la cabeza el cuerpo de su amigo. Se sentía bastante apenado y confundido, aunque pronto, comenzó a sentirse de otra forma. Al no poder sacar su imagen de su mente, la confusión se transformó en excitación, sintió como su ropa interior le apretaba cada vez más y más, bajó su mano hasta esa zona, notó lo firme que estaba su erección. Hacía mucho que no tenía una erección tan potente.

Trató de ignorar a su cuerpo, pero le resultó inútil. Se recostó boca arriba y masajeó con lentitud sus genitales, tratando de aminorar su excitación. Sus ojos trataban de mirar al techo, pero el mismo impulso sexual lo obligó a voltear a ver al responsable de su penosa situación.

Al mirar, se arrepintió de hacerlo, Matt estaba descaradamente destapado desde las rodillas, dormía profundamente boca arriba. A Will casi se le va el aliento, para suerte de él, la luna iluminaba la apetecible piel de su compañero. Trató de contener su deseo pero, no dejaría pasar una oportunidad tan buena como ésta.

Con cuidado de no despertarlo, posó su mano izquierda sobra el pecho del menor, sintió esa fina capa de vello, la cual se sentía tan aterciopelada al tacto. Su respiración fue acelerando mientras lentamente bajaba sus mano por su firme abdomen, sentía como subía y bajaba a causa de la respiración del castaño.

Se detuvo a pensar lo que haría, estaba muy asustado de sus acciones, pero le parecía un desperdicio detenerse en ese momento. Tomó valor y bajó aún más por ese deleitante cuerpo, tocó la excitante línea de vello, un camino que temía pero quería seguir. Pronto sintió la tela de su bóxer, acarició su entrepierna con las yemas de sus dedos, notando la silueta del miembro de su amigo, ene ese momento un escalofrío subió por su espalda, su propio pene comenzaba a lubricar con bastante necesidad de ser atendido.

Para su sorpresa, con las suaves caricias que daba por encima de la estorbosa tela, la virilidad de Matt comenzó a engrosarse, poco a poco sintió el aumento de tamaño de su caliente órgano. Matt, aún dormido, inconscientemente comenzó a gemir por lo bajo, la respiración de ambos se hacía más profunda.

No soportó más, con mucho temor y lentitud, retiró el bóxer de su amigo. Con la poca luz que había, pudo notar su imponente hombría, inmediatamente se relamió los labios por tan espectacular vista. Lo tomó con cuidado y comenzó a subir y bajar su piel, potenciando aún más la excitación de ambos. Con su mano libre, comenzó a atender su propio pene, el cual se encontraba bastante húmedo y palpitante. Subía y bajaba sus manos a un mismo ritmo, el cual fue acelerando poco a poco. El cuerpo de Matt reaccionaba con naturalidad, sus caderas comenzaban a moverse por ese placentero estímulo, pronto la mano de Will no tuvo que hacer movimiento alguno, el mismo castaño penetraba un surco hecho por los dedos de su amigo. Will se sentía tan caliente, aún con el frío del otoño, sudaba peor que cuando entrenaba. Su mano aumentó el ritmo de caricias, la respiración del mayor se entrecortó, no pudo contener más toda esa excitación y deseo.

Entre sus manos derramó una abundante cantidad de tibio semen, y con él, un audible grito de placer. Quedó pálido al terminar, seguro Matt habría escuchado eso. ¿Qué pensaría de él? ¿Qué le haría? Se quedó inmóvil, aún con el miembro del menor en su mano, espero a que las cosas se calmaran, pero de pronto, tuvo la sorpresa más grande de su vida.

 — No te detengas – pronunció Matt de manera seria pero suplicante.

Will tardó en comprender sus palabras, cuando por fin lo hizo, reinició su labor. Subía y bajaba su mano con mucha más confianza, Matt llevó sus brazos detrás de su cabeza, se dejó llevar por el placer que le regalaban.

 — Will . . . – susurró excitado.

El mayor aceleró el movimiento de su mano, sintió como palpitaba el grueso miembro de su amigo. Matt movía cada vez más sus caderas, sus gemidos aumentaron, su sudor recorría todo su cuerpo, su respiración se agitaba más y más.

 — ¡Ah! – dio un ronco grito de placer, mientras toda su esencia resbalaba por su caliente miembro, y sobre la cansada mano de su amigo.

[continuará] 

Notas finales:

Bueno, el siguiente capítulo continuará con la siguiente parte de la diversión de Matt, aún no han visto nada. Espero y les haya sacado uno que otro suspiro, u otra cosa. No duden en dejar sus reviews, me pueden felicitar, criticar, sugerir, preguntar, etc.

Yo soy León Smith, les deseo muchas cosas que no me atrevo a decir, alcohol y, sobre todo, muy buenas lecturas. 

 

El Mercenario. (Deadpool)

El Héroe (Spiderman) 


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