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Summer ( HunHan ) por Mikhiel

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Notas del capitulo:

Jajajaja San Sehun que hace milagros *-*.

 

Lo siento por tardar he tenido días de mierda y a si pero ya me pondré bien subiendo los Cap los viernes y martes *-*.

Luhan estaba buscando cualquier distracción para pasar el tiempo hasta el jueves por la noche. Cuando el esposo de Jongdae, Minseok lo llamó el martes por la mañana para sugerirle ir con todos los niños a la piscina, se apuntó encantado.

Minseok, un chico pecoso que había sido una de los mejores amigos de Luhan en secundaria, trabajaba de maestro. Tenía los veranos libres, situación que pensaba mantener hasta que sus hijos, Hoshi de cinco años y Amber, de cuatro, fueran algo mayores. Tao llevó a Minha y a Ren y Baekhyun encontró a una sustituta para que le cambiara el turno en la tienda de recambios donde trabajaba. El único que no pudo organizarlo fue el recién casado Kyungsoo.

-¿Y sabéis que es la que está mejor en traje baño? -comentó Minseok cuando los chicos se instalaron en una esquina del área de césped con las mecedoras y una nevera con sándwiches y zumos.

-Bueno, no sé si Kyungsoo ganaría la competición en traje de baño, pero Luhan está impresionante con ese traje de baño rojo.

Luhan se miró a sí mismo un poco avergonzado.

-¡Pero si soy el mismo de siempre!

-Quizá -dijo Minseok mientras le ponía crema a Hoshi-. Pero tienes un aspecto estupendo. ¿Estás haciendo ejercicio?

-No.

Luhan sólo esperaba no estar sonrojándose. Seguramente no podía notársele el haber dejado de ser virgen. Por dentro, se sentía diferente, pero debía estar exactamente igual. Sehun tampoco podía hacer milagros.

-Tienen razón -apoyó Baekhyun-. Tienes como un cierto brillo -se rió-. La gente dice que les pasa a los embarazados y yo sigo esperándolo. Lo único que yo me siento es más gordo.

-Creo que son sólo imaginaciones suyas -dijo Luhan deseando cambiar de tema-. ¡Vamos, niños! ¿Quién está listo para bañarse?

Un coro de gritos la contestó.

Luhan había ayudado a todos a aprender a nadar y al mirarlos ahora con las caritas sonrientes sintió una punzada de pesar. Crecerían tan aprisa mientras el estuviera fuera. Debía recordar y atesorar días como aquél en vez de considerarlos un tiempo muerto mientras esperaba a Sehun.

-¡El último es un huevo podrido! -gritó antes de lanzarse al agua.

Al cabo de tres horas, los chicos decidieron que el final perfecto sería ir a tomar un helado al Creamy Cone. Luhan se puso los pantalones cortos y las sandalias, se pasó los dedos por el pelo y decidió no ponerse la camisa, sólo llevaba su vidivi rojo. En verano, la mayoría de los clientes del Creamy Cone iban vestidos así.

-Llévame, tío Luhan-dijo Amber al llegar.

- Luhan la ayudó a bajar de la furgoneta de Tao y se la apoyó en la cadera.

-¡Eh, mira! -gritó Ren, el hijo de Tao de seis años-. ¡Es tío Sehun!

Tío Sehun. Por supuesto, los niños siempre lo habían considerado de la familia, pero ese día, después de oírse llamar tío Luhan durante horas, le pareció que sonaba diferente. Tío Luhan y tío Sehun.

La idea lo sacudió con fuerza. No podía tener aquella fantasía, aunque fuera inconsciente. Y si era así, tendría que olvidarla en el acto. Sehun sólo lo estaba ayudando a solucionar un problema y, aunque lo estuvieran pasando muy bien en el proceso, no creía que a él pelinegro se le hubiera ocurrido una relación de aquel tipo con el o ya se lo habría dicho antes. No, definitivamente, Sehun no podía tener sueños de felices para siempre con el, pensó al verlo bajar de la furgoneta.

-¡Eh, tío Sehun! -lo llamó Minha mientras se lanzaba a la carrera hacia el aparcamiento.

-¡Minha! -gritó Tao al ver un coche entrar con rapidez sin haber visto a la niña.

Pero Minha ya estaba a un cuerpo por delante de su padre.

Sin soltar a Amber, Luhan se lanzó a correr también aunque sabía que ni el ni Tao llegarían a tiempo

En el último minuto, cuando Luhan estaba demasiado horrorizado hasta para gritar, Sehun se interpuso en el camino del coche, agarró a la niña y la apartó.

El conductor, un adolescente, apretó los frenos y saltó del coche.

-¡Oh, Dios mío! No la había visto.

Sehun apretó a la sollozante Minha en sus brazos. Tenía la respiración jadeante.

-Eso me pareció -miró a la niña-. ¿Estás bien, cariño?

La voz de la niña salió ahogada contra su camisa.

-Creo... que si...

-iMinha! -Tao llegó hasta ellos y pasó un brazo por los hombros de su hija-. ¿Te has hecho daño? ¿Te duele algo?

-No... no.

La niña estaba al borde de las lágrimas.

Tao suspiró de alivio justo cuando Baekhyun y Minseok llegaron a su lado y lo abrazaron. Todo el mundo empezó a hablar a la vez mientras que Tao inspiraba para calmarse y recuperar el color.

Por fin, Tao alzó la mano para pedir silencio.

-Bájala por favor, Sehun. Minha y yo vamos a ir hasta ese árbol a tener una pequeña conversación acerca de salir corriendo en los aparcamientos.

-Yo no corro -anunció Ren.

-Yo tampoco -coreó Hoshi

-Ni yo -gritó Amber desde los brazos de Luhan.

-Y eso es lo que tenéis que seguir haciendo -dijo Sehun mirándolos con cariño.

El adolescente se acercó a Tao.

-Lo siento, señor Kim. No debería haber venido conduciendo tan aprisa. Me han regalado el coche hoy y quería enseñárselo a mis amigos. No sé lo que habría hecho si le hubiera pasado algo a la niña.

Tao agarró a su hija de la mano.

-Por suerte no ha pasado nada. Te llamas Aron, ¿verdad?

-Sí, señor. Choi Aron

-Bueno, has tenido suerte, Aron. Por suerte, todos hemos aprendido algo sin haber sufrido una tragedia. Minha no debería haber salido corriendo sin mirar y tú deberías recordar lo peligrosos que pueden ser los aparcamientos, sobre todo éste en verano.

-Sí señor -Aron miró a Sehun-. Gracias, señor Oh. Muchas gracias.

-Me alegro de que todavía me queden algunos reflejos. Bueno, ¿estamos todos listos para tomar un helado? Yo invito.

-En ese caso me tomaré el de banana split gigante -dijo Minseok con una sonrisa-. Iba a pedir el pequeño, pero si invita el caballero...

-De acuerdo, pero pienso contarle a Jongdae que te has aprovechado de mí.

Minseok lanzó una carcajada.

-Has tenido suerte de que no esté aquí él, porque hubiera pedido el Terremoto.

-Si hubiera estado él, no habría invitado.

-Minha y yo iremos enseguida -dijo Tao-. Ren vete tú con los demás para poder hablar con Minha en privado.

-Vamos, Ren -dijo Baekhyun estirando la mano.

A Luhan siempre le había gustado la forma en que los miembros de su familia aceptaban la responsabilidad de todos los niños, no sólo de los propios. Un nieto de los Kim tenía una buena cantidad de modelos adultos, y todos bastante buenos.

-Vamos, pequeña -dijo Luhan ajustándose a Amber contra la cadera-. Me apetece uno de vainilla con gotas de chocolate.

-Ése es mi favorito -dijo Sehun acercándose a su lado para inclinarse y revolverle los rizos castaños a la niña-. ¿Cómo está Amber hoy?

-¡Tío a Sehun! Me estás despeinando.

-Pero si ya tienes el pelo despeinado de la piscina.

La niña se rió.

-Sí.

Luhan se preguntó si Sehun habría notado que le había rozado el pezon al tocar a la niña y, de repente, le dio vergüenza llevar el pelo despeinado y los pantalones arrugados. Hasta unos días atrás, nunca se había preocupado de su aspecto delante de Oh Sehun. Ahora hubiera deseado al menos haberse peinado.

-Todos estamos un poco despeinados hoy.

-Está bien -dijo Sehun acercándose a pellizcar a Amber en la nariz-. Me gusta que mis personas favoritas estén despeinadas.

Esa vez, sí estuvo seguro de que él pelinegro también había notado que lo había rozado. Sehun mantuvo abierta la puerta abierta para el y su aroma masculino se le subió a la cabeza. Sehun llevaba puesta una camiseta y vaqueros y estaba más sexy de lo que cualquier hombre tenía derecho a estar. Luhan hizo un esfuerzo por que sus cuñados no notaran su reacción a él.

-¿O sea que te has tomado un descanso y te has escabullido del rancho para tomar un helado? ¡Vaya trabajo serio debes tener, Oh Sehun!

-No tanto como el tuyo -dijo él-. Dedicándote todo el día a bañarte mientras yo me he partido el trasero arreglando una valla.

Amber asomó por detrás de la espalda de Luhan para mirar a Sehun y se rió.

-No tienes el trasero roto, tío Hun.

Eso seguro, pensó Luhan al recordar los magníficos músculos y la forma en que se tensaban cuando... Territorio peligroso, pensó. Acabaría sonrojándose y eso era algo que nunca hacía en presencia de Sehun. Se puso a la fila del mostrador detrás de Baekhyun y Tao, y Sehun se acercó detrás de el, su presencia tan evidente como si lo estuviera tocando.

Amber miró a Sehun por detrás de Luhan.

-Cuando sea mayor, voy a casarme contigo.

-Eso me convierte en un hombre afortunado.

Luhan se estremeció al imaginarse aquellas palabras en otro contexto diferente al de una niña pequeña.

-Eso si no me caso con Henry, de mi escuela del domingo -añadió la niña con solemnidad- Siempre está intentando besarme.

Luhan se rió y bromeó con seriedad.

-¡Eh, pequeña rompecorazones! No puedes declararte a un chico y al minuto siguiente anunciarle que vas a casarte con otro. Tienes que tomar una decisión.

-Entonces prefiero al tío Sehun.

-Gracias, Amber. ¿Puedo darte un beso?

-Claro. Tú no babeas como Henry.

-Eso intento -Sehun se inclinó hacia adelante y la besó-. Ya está, ya es oficial.

Estaban de broma, se dijo Luhan, así que no tenía sentido aquella opresión que sentía en el pecho ante la idea de que, algún día, Sehun se prometería de verdad. Y sin duda, lo invitaría a la boda, porque después de todo, eran amigos íntimos.

Luhan posó a Amber en el suelo y le pasó su helado de chocolate antes de agarrar el suyo.

-Gracias, Evie.

Cuando la niña se fue a la mesa donde estaban todos los demás, Luhan se dio la vuelta hacia Sehun, que estaba más tentador que cualquier helado de chocolate. Sus cuñados estaban muy ocupados en charlar y evitar que los niños cometieran algún desastre, así que no les prestarían ninguna atención.

Luhan sintió unas repentinas ganas de hacer una diablura y le dirigió una mirada lánguida a Sehun.

-Aunque me encantaría aprovecharme de ti, éste es mi favorito.

Entonces pasó la lengua por el borde del cucurucho.

   Sehun lo miró con sorpresa.

-Así, si lames la parte de arriba, puedes sorber todo el helado -dijo, demostrando su técnica sin dejar de mirar a Sehun.

Él pelinegro siguió mirándolo, agarrado al mostrador con tanta fuerza, que los nudillos se le pusieron blancos.

-¿Señor Sehun? ¿Sabe ya lo que va a tomar?

Sehun no apartó la mirada de Luhan.

-Ah, sí. Lo mismo que el.

-Ya va.

-No puedo creer que estés haciendo esto -susurró.

-¿Comer un helado? -sonrió con inocencia-. Eso es lo que hace todo el mundo en el Creamy Cone.

-Pero no de esa manera.

-Exactamente de esta manera. He comido millones de helados así.

-Pero no justo después de...

Luhan bajó la mirada a la altura de su cintura y se sintió halagado por el ligero bulto.

-No sé de qué estás hablando.

-Oh, claro que lo sabes. Tienes suficiente imaginación -dijo Sehun en voz baja-. Te encanta torturarme, ¿verdad?

-Estamos empatados. Tú disfrutaste jugando cuando entramos, aparentando hacer el tonto con Amber.

-Eso era .......

-Señor Oh. Aquí tiene su helado. Ah, los otros señores dijeron que pagaría usted toda la cuenta.

-Sí, sí.

Le costó un gran esfuerzo apartar la mirada de Luhan y concentrarse en sacar los billetes para pagar y guardar la cartera.

-Si hubiera sabido lo que ibas a hacer con él, no te habría invitado.

-Lo justo es lo justo.

Mucho más contento que cuando había pensado en su posible matrimonio, Luhan se alejó hacia la mesa.

 

 

Sehun jugó de forma pésima al póquer al día siguiente y los hermanos Kim le tomaron el pelo acerca de su última conquista e insistieron en saber su nombre

Su última conquista. Se rió ante la ironía mientras metía una manta y dos toallas en la silla de montar el jueves por la noche para su paseo con Luhan. Más bien, era Luhan el que lo había conquistado a él. Le daba miedo poner nombre a lo que estaba sintiendo por el rubio, pero no se lo podía quitar de la cabeza ni un solo minuto y aquello no era buena señal.

Ninguna persona le había enganchado con tanta rapidez. Quizá fuera todo lo que había leído o quizá tuviera talento natural para excitar a un hombre. En cualquier caso, sus instintos no tenían nada que envidiar a una conejita del Play Boy y eso que no tenía experiencia nada más que con él. Eso le gustaba. Y le gustaba demasiado teniendo en cuenta que la situación cambiaría. En Nueva York vivían más hombres que en todo Arizona y Luhan tendría muchas oportunidades de encontrar al menos a uno que le gustara.

Apartó aquella idea para no arruinar la noche, que era preciosa. La luna descansaba justo tras las montañas creando un brillo alrededor de la familiar silueta. En cualquier momento, emergería tras las montañas. Sehun esperaba que Luhan llegara antes de que sucediera para poder verlo con el.

A Sehun siempre le había gustado compartir cosas como aquélla con Luhan porque era muy apasionado ante la belleza que lo rodeaba. Debería haberse imaginado que pondría pasión en cualquier cosa que hiciera, sobre todo en hacer el amor. La pasión y la curiosidad eran una combinación potente. Se preguntó si llevaría alguno de sus libros.

El sonido del coche aparcando tras el establo le aceleró el pulso. Luhan apareció por la esquina justo cuando la luna asomaba su perímetro.

-Ven a ver la luna -dijo Sehun. Ell rubio aceleró el paso.

-Esperaba llegar a tiempo -llegó a su lado y apoyó las manos en el poste de la valla para contemplar el cielo-. ¡Uau!

El aire se inundó de su aroma y a Sehun se le aceleró el corazón ante la idea de abrazar su suave cuerpo de nuevo. Se moría por paladear aquellos labios aunque no se atrevía a besarlo allí porque sus padres podrían aparecer en cualquier momento.

-¿Qué tal la partida de póquer?

-Perdí todas las manos.

-¡Sehun! -se dio la vuelta para mirarlo-. Eso es muy raro. Si sueles ganar siempre...

-Pues tus hermanos se pusieron muy contentos. Querían saber el nombre de la persona que me tenía tan distraído para poder darle las gracias. Se imaginaron que era lo único que podía volverme tan inútil con el juego.

-Pero no era yo el problema, ¿verdad? Era tener que enfrentarte a mis hermanos después de haber hecho el amor conmigo.

-Supongo -dijo, aunque no muy seguro.

-¿Y qué les dijiste?

-Nada. Sólo los dejé especular.

-¿Crees que descubrirán lo nuestro?

-Preguntarán por ahí, pero no creo que nadie piense en ti. Creo que hasta si nos vieran besarnos en el parque a plena luz del día, pensarían que era un beso fraternal.

-¿Tienes ganas de besarme ahora?

Sehun miró a la luna.

-Sí.

-¿Y de más que besarme?

A Sehun se le contrajeron las entrañas.

-Sí.

-Te lo preguntaba porque pareces muy frío y contenido. ¿No eras tú el que me decía que reconociera que te deseaba tanto que no podía ni pensar con claridad?

El pelinegro lo miró y al ver la preciosa cara plateada por la luz de la luna y los ojos brillantes como ascuas, se volvió loco por saborearlo de nuevo.

-Te deseo tanto, que no puedo pensar con claridad.

-Entonces, ¿qué estamos haciendo aquí mirando a la luna?

- Eso mismo pensaba yo -se apartó de la valla-. Vamos.

Notas finales:

Me salio lo Shipper de Amber y Henry amo a esa pareja *-*

 

Un beso nos lemos Ü.


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