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Summer ( HunHan ) por Mikhiel

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Notas del capitulo:

Ya casi llegamos a el final </3 .

 

Llegamos a el punto de quiebre OMG.

 

 

 

Una música exótica con una pulsante percusión llegaba desde la habitación de Luhan y Sehun se excitó al instante pensando en lo que le tendría preparado. Pero, fuera lo que fuera, resistiría. Aunque tal y como era Luhan no iba a ser fácil.

Ahora que lo pensaba, la aventura sexual le pegaba a la perfección. Cuando eran pequeños también lo había tentado con ideas excitantes. La lancha que habían construido y en la cual casi se habían ahogado, la expedición para cazar caballos salvajes, el viaje para explorar una caverna... todo habían sido ideas de el rubio. Dios, no sería fácil salir de allí y olvidar la excitación de amarlo, pero a largo plazo tendría que aprender a vivir sin la suave boca de Luhan, su calor, su húmedo cuerpo, su...

Se quedó en el umbral de la puerta y sintió debilitarse su resolución.

Luhan estaba bailando. Y no era precisamente una danza ordinaria. Llevaba pantalones transparentes que se ajustaban a sus caderas un chaleco de brocado con monedas prendidas, un ancho brazalete de color oro en el antebrazo y un velo cubriéndole la nariz y la boca. Era la viva imagen de un principe de harén completo con unos diminutos cimbales metidos por los dedos. Mantenía el compás con ellos mientras giraba las caderas con el ritmo pausado pero fuerte, era lo mas seductor que Sehun había visto en su vida.

-¡Sorpresa! -su sonrisa era apenas visible tras el velo-. Llevo semanas practicando -siguió bailando mientras le incitaba a sentarse en la silla que había colocado en una esquina-. Y ahora voy a bailar hasta que te vuelva loco. Disfrútalo.

El ligero velo producía el efecto más increíble, resaltando la sensual mirada de sus ojos y haciéndole desear con locura su boca simplemente porque no la podía ver muy bien.

Pero no podía besarlo. Tenía algo que decir aunque no podía hacer el anuncio en el acto. Después de todo, el ambario había estado practicando aquel baile durante semanas para sorprenderlo. Al menos, le debía la cortesía de contemplarlo.

Y además, no podía apartar los ojos de los movimientos rotatorios de sus caderas. Se preguntó lo que sentiría si... No, no pensaba hacerle el amor esa noche, así que se iría en cuanto terminara la danza.

Se desplomó en la silla e intentó aparentar un leve aburrimiento mientras Luhan danzaba a su alrededor con movimientos cada vez más rápidos. Sehun tragó saliva. Entonces, Luhan empezó a añadir una nueva dimensión al baile con un suave balanceo de su pecho que hacía bailar todas las monedas. Sehun se humedeció los labios resecos.

Luhan se acercó más rozándolo con la cadera al bailar. Su vientre aumentó de velocidad y entonces se inclinó hacia adelante pasando las manos por su cara que hasta pudo ver las pequeñas gotas de sudor y el dije que llevo puesto todo el verano.

-Desabróchate los vaqueros -susurró el. Sehun lo miró a los ojos. Aquello no estaba saliendo como lo había planeado.

-No, Luhan. Yo...

-Hazlo -susurró el con más urgencia bailando alrededor de él con aquel enloquecedor ritmo erótico de las caderas-. Te deseo, Sehun y sé que tú también me deseas.

-Pero...

-Ahora.

Sin dejar de bailar, se sacó los cimbales y se metió la mano en la banda ancha de los pantalones para sacar un envoltorio que había guardado antes. Se ondulo más hacia él y le metió el preservativo en el bolsillo de la camisa.

Sehun estaba perdido. La excitación que sentía era tan grande, que le hacía hasta daño. No podría salir en ese momento de aquella habitación aunque su vida dependiera de ello. Tanteó con dedos torpes los botones de la bragueta con el corazón desbocado ante la fascinante agitación de su pecho y la rotación de sus caderas. Se sacó el preservativo del bolsillo de la camisa y casi se le cayó al suelo cuando el rubio se metió las manos entre las piernas y de alguna manera, desabrochó los pantalones sin perder el ritmo.

-¿Estás impresionado? -preguntó con suavidad.

-¡No lo dudes!

Y temblado de necesidad consiguió ponerse el preservativo mientras Luhan bailaba más cerca con las monedas flotando ante el tembloroso ritmo de su pecho.

-Tú quédate completamente quieto. Voy a hacértelo yo todo.

Por muy increíbles que fueran los movimientos de su cuerpo, él estaba totalmente cautivado por sus ojos y no podía apartar la vista de ellos.

Sin perder el compás de la música con las caderas, Luhan apoyo las dos manos en sus hombros y montó a horcajadas en la silla. Entonces empezó a descender lentamente con un movimiento tan sensual que le hizo gemir de placer. Y mientras usaba todos los sensuales movimientos aprendidos para hacerle el amor de forma increíble, Sehun no podía apartar la mirada de sus ojos ardientes buscando la profunda emoción que lo asaltaba siempre que estaban juntos de aquella manera.

Y la encontró. Mientras su ritmo aumentaba, sus ojos le dijeron que sí, que sentía lo mismo que él y que su corazón estaba tan atrapado como el de él.

-Te quiero -dijo Sehun.

Por primera vez en su vida aquellas palabras significaron algo especial, algo tan real que casi podía tocarlo.

Los ojos de Luhan eran una pura brasa.

-Te quiero -murmuró el rubio también.

Lo asaltó una alegría tan intensa que cerró los ojos por miedo a soltar lágrimas de alivio. Luhan lo amaba y todo saldría bien. Mientras sus movimientos se hacían más desinhibidos y su grito de alivio llenaba la habitación, él se abandonó a un clímax en que dejó el alma.

Se quedaron pegados unos minutos con la cara de Luhan sobre el hombro de Sehun. Él le frotaba la espalda con suavidad sin saber qué decir. Deseaba que las primeras palabras salieran de el ambario, escuchar que ya no iría a Nueva York.

-¡Eh, gran Sehun! ¿Dónde te has metido, compañero? -les llegó la inconfundible voz de Jongdae desde el salón.

Luhan saltó del regazo de Sehun y corrió hasta la puerta para pegarse a ella con los ojos muy abiertos.

-¡Oh, Dios!

Sehun lo miró. Se había olvidado por completo de que había quedado con Jongdae y Chanyeol en el Ore Cart.

-¡Eh, Sehun! -gritó Jongdae de nuevo esta vez ya desde el pasillo-. ¿Qué es lo que pasa?

Sehun se puso en acción levantándose de la silla.

-Bueno... Salgo en un minuto. Cierra -le murmuró a Luhan

-¿Por qué no puedes salir ahora?

La voz de Jongdae sonó sospechosa. Cuando oyó el pestillo, Sehun se dirigió al cuarto de baño.

-Sólo dame un minuto, ¿de acuerdo?

-¿Qué pasa? -la voz de Jongdae sonaba ya enfadada-. ¿Está Luhan contigo?

-Sí, estoy aquí, Jongdae. Ve al salón. Enseguida iremos.

Sehun terminó con rapidez en el cuarto de baño.

-¡Dios, lo siento, Luhan!

-No es culpa tuya.

Luhan ya se había quitado el chaleco de brocado y se había puesto una camisa

-Sí es culpa mía. Me encontré con ellos cuando venía para acá y quedé en jugar una partida de dardos.

El se dio la vuelta mientras se abotonaba la camisa.

-¿Y por qué? No pensabas quedarte, ¿verdad?

-No.

Luhan se puso pálido.

-Ibas a romper, ¿verdad?

-Bueno, sí iba a hacerlo, pero... 

-No hace falta que me expliques más -le tembló la voz y se apartó de él.

-¡Luhan, maldita sea. Yo...!

-¡Vete! ¡Lo digo en serio, Sehun!

Sehun sintió un nudo en la boca del estómago.

-¿Qué quieres que les diga?

-Podrías empezar por la verdad. Ya no podemos inventarnos una historia a estas alturas. Nos han pillado, Sehun. No hay forma de que podamos salir de esto.

-¡Si la hay, maldita sea! Podríamos decir que estamos enamorados.

Luhan se puso un pantalón deportivo.

-Gracias por la idea, pero preferiría que no lo hicieras.

O sea que le acaba de decir que lo amaba pero no quería que nadie más lo supiera. Y por la forma en que estaba actuando, estaba seguro de que se iría.

Sin decir una palabra más, Sehun salió de la habitación para enfrentarse con sus inquisidores.

 

 

Había estado a punto de romper con el. Luhan contuvo las lágrimas mientras terminaba de vestirse. Sí, podía amarlo, como había dicho en un momento de pasión. Probablemente, se lo habría dicho a otras muchas personas mientras le daban placer sexual, pero sin deseos de casarse con ninguna de ellas. El era sólo otra de sus conquistas.

Sólo había una cosa que Sehun podría decir para aplacar a sus hermanos, y era que estaban comprometidos, pero no iba a hacerlo. Metiendo el traje de harén en un cajón, se pasó un cepillo por el pelo y salió descalzo al pasillo.

Jongdae sonaba furioso.

-¿O sea que me estás diciendo tan tranquilo que te aprovechaste de la inocencia de nuestro hermano?

En absoluto, pensó Luhan preguntándose qué habría dicho Sehun.

-Eso es exactamente lo que estoy diciendo -dijo Sehun con tono más bajo y controlado-. Y si no lo hubiera hecho yo, lo habría hecho cualquier bastardo de Nueva York. No podía ser virgen para siempre, maldita sea. Lo convencí de que debía prepararse antes de salir para la gran ciudad.

-¡Que lo convenciste? -gritó Chanyeol-. ¡Lo sedujiste, querrás decir! Ese pobre chico no tenía una sola oportunidad.

Luhan entró apresurado en la habitación.

-Sí que tenía una oportunidad. Yo...

-Luhan- Sehun se dio la vuelta hacia el-. No puedes asumir la responsabilidad de esto. Yo me aproveché de tu falta de experiencia. Tan simple como eso.

 

-¡Desde luego que no! -comprendió que estaba intentando protegerlo, pero no podía dejar que lo hiciera. Si quería una oportunidad de salvar la relación con sus hermanos, la verdad tenía que salir a la luz-. No sé lo que les ha contado, pero todo este proyecto de verano fue idea mía. Decidí en junio que quería perder la virginidad antes de irme a Nueva York.

Jongdae y Chanyeol lo miraron anonadados.

-¿Pro... proyecto de verano?

Sehun lanzó un bufido.

-No lo escuchen. Ya conocen a Luhan. Siempre se inventa las historias más increíbles para protegerme. Lo está haciendo de nuevo.

-¡No lo estoy haciendo! Yo hice mi plan y le pedí a Sehun que me buscara a alguien para llevarlo a cabo y se ofreció él mismo.

-¡Ya me lo imagino! -Jongdae avanzó hacia Sehun-. ¿Y cómo se le ocurrió esa idea para empezar? A Luhan nunca le han preocupado cosas como ésa, así que, ¿quién le metió esa idea en la cabeza, Casanova?

-¡Llevo pensando en cosas como ésa desde que tenía catorce años, Jongdae! ¡Y no fue idea de Sehun, fue mía!

-Puede que te haya hecho creer que la idea fue tuya -dijo Chanyeol uniéndose a su hermano con los puños apretados-. Siempre hemos sabido lo mujeriego que es. Simplemente no pensábamos que iría a nuestras espaldas a seducir a nuestro hermano pequeño, ¿verdad, Jongdae?

-Exacto. Supongo que tendremos que salir fuera y arreglar esto, Sehun.

-iDe ninguna manera! -dijo Luhan apoyando cada una de sus manos en el voluminoso pecho de sus hermanos.

-Puedo cuidar de mí mismo, Luhan -dijo Sehun encogiéndose de hombros-. No tienes que protegerme de tus hermanos.

-De todas formas, el no puede detenernos -dijo Jongdae, empujando a Luhan con suavidad.

-¡Claro que puedo! -Luhan se metió entre los hombres de nuevo-. Si le tocan un solo pelo de la cabeza, le contaré a mamá y papá la vez que cruzaron la frontera, y se emborracharon de tequila y pasaron la noche en una comisaría de México.

-No me importa -dijo Chanyeol-. No es para tanto.

-¿Y la vez que encontré marihuana en tu habitación, Chanyeol? -preguntó el rubio con dulzura.

-¿Tenías hierba en tu habitación? -intervino Sehun asombrado-. Nunca me lo contaste. Dios a tu padre le habría dado un infarto. 

Chanyeol se sonrojó.

-Sólo di unas caladas y me mareó.

-Eso es lo que le contaré a nuestros padres -dijo Luhan-. Estoy seguro de que lo entenderán. Aunque podrían preguntarse qué pasó con el resto de los cigarrillos de marihuana, ya que encontré seis.

Chayeol se sonrojó aún más.

-Los vendí en el colegio.

Jongdae se dio la vuelta hacia él con los ojos como platos.

-¿Que traficaste con marihuana? ¡Me dijiste que los habías arrojado al retrete!

-¿Quién arrojó al retrete qué? -preguntó Jongin entrando en ese momento por la puerta-. ¡Y qué pasa con la partida de dardos? Kyungsoo me dijo que habías llamado, así que fui a buscar a Yifan y, cuando llegamos al Ore Can, nos dijeron que estabais aquí.

-Sí -Yifan entró tras su hermano-. ¿Vamos a jugar o no?

-Parece que aquí ya ha estado jugando alguien -dijo Jongdae mirando a Sehun con furia-. Este amigo nuestro ha estado jugando a los médicos con nuestro hermanito todo el verano.

-¿Qué? -Yifan miró a Luhan antes de mirar a Sehun-. Lulú, ¿es eso verdad? ¿Te ha hecho este chico...?

-Fue una decisión mutua, así que no vayas a...

-Ya está -Yifan empezó a cruzar la habitación-. Está perdido.

-Espera, Yifan -Jongdae agarró a su hermano por el brazo-. No es tan simple.

-Es muy simple -intervino Luhan-. Soy yo el único culpable aquí, no Sehun. ¡Yo le pedí que lo hiciera!

-¿Y él no sabía pronunciar la palabra no?

-¡Yo no quería que dijera que no! ¡Quería experimentar el sexo por fin!

Jongin se puso rojo.

-¡Dios,Luhan! ¿Y para qué tenías que hacer eso? Tendrás mucho tiempo para hacerlo cuando estés casado.

-¿Ah, sí? -Luhan alzó la barbilla y miró a sus cuatro hermanos-. Y supongo que ustedes esperaron todos a estar casados, ¿verdad?

-Eso es diferente -dijo Jongdae. Nosotros somos mayores que tu.

Luhan los miró furioso.

-¡Eh! Menuda mierda Jongdae date cuenta soy mayor no soy un niño.

-¡Eh, ya sabemos todo ese discurso! -dijo Chayeol.

- Eres mayor e independiente. Pero, maldita sea, Luhan. Tú eres nuestro hermano -dijo Jongin-. No queríamos que te hicieran daño. Muchos chicos sólo quieren sexo y no están por el matrimonio.

-Lo que me recuerda un punto muy crítico -Jongdae entrecerré los ojos para mirar a Sehun.

-¿Cuáles son tus planes ahora que te has pasado el verano jugando con un jovencito inocente?

-¡Tengo veintiséis años, Jongdae!

-¡Eso es ser muy joven! -gritó Jongdae.

-No tan joven -intervino Jongin-. Yo tengo veintisiete.

-Ya nos estamos saliendo del tema -Jongdae volvió a mirar a Sehun-. ¿Cuáles son tus intenciones, Sehun?.

Luhan sintió una oleada de pánico. No quería escuchar a Sehun balbucear. Era mucho mejor sospechar que no lo quería como pareja que oírselo decir.

-¡No hay planes, chicos! Nada. ¿Han olvidado de que me voy a Nueva York dentro de un par de semanas? No estoy en situación de comprometerme en este momento. De hecho, Sehun y yo teníamos un acuerdo desde el principio, ¿verdad, Sehun?

Si Luhan esperaba que lo hubiera mirado con alivio o gratitud, sintió una decepción.

Los ojos negros que habían estado cargados de tanta pasión poco antes, ahora estaban vacíos de toda expresión.

-Sí, lo hicimos.

-Eso le iría muy bien al Casanova, seguro -murmuró Chanyeol antes de mirar a Luhan-. Y todavía digo que tú lo estás defendiendo aunque la idea fue de él. Probablemente pensara que este plan era demasiado goloso como para dejarlo escapar. Un chico que se va del pueblo a finales del verano, ¿Perfecto, verdad gran Sehun?

El encogimiento de hombros de Sehun le rompió el corazón a Luhan. O sea que sólo pensaba en su historia como un romance de verano. Divertido mientras durara.

-Bueno, eso fue lo bueno para mí también -se obligó a decir con la garganta seca-. No podía permitirme una relación que me comprometiera cuando estaba a punto de irme.

Jongdae lo miró con intensidad.

-No me lo creo, Luhan.

El se cuadró de hombros.

-Me da igual que lo creas o no. Es la verdad.

-Déjame aclarar esto -intervino Yifan-. Por una parte, tenemos a un tipo que ha estado haciendo de Romeo por toda la comarca desde que tenía quince años y por otra a un chico que ha vivido como un monje hasta los veintiséis años. ¿Qué...?

-¡Yo no he vivido como un monje por gusto! ¡Ustedes han espantado a todos mis pretendientes!

-¡Eran todos terribles! -aseguró Jongdae.

-La historia aquí es que, considerando que Luhan no tenía ninguna experiencia en esto, ¿quién se supone que controlaba la situación?

-¡Yo la controlaba!

-Muy improbable -Yifan avanzó de nuevo hacia Sehun-. Y me muero de ganas de dar un par de puñetazos.

-Me parece un buen plan -lo secundó Chanyeol.

-Podríamos acabar con esto de una vez! -intervino Jongdae.

Luhan empezó a desesperarse. No podía dejar que sus hermanos pegaran al hombre que amaba. Bajó la voz para lanzar su ultimátum.

-Si hacen eso, habran acabado conmigo para siempre.

Todos se volvieron con expresión de incredulidad.

-Lo digo en serio. Ningún hermano mío va a colgar a un hombre inocente. Y Sehun es inocente.

-¡Ja! -exclamó Yifan.

Jongdae se frotó la mandíbula y la miró.

-¿Significa tanto él para ti, Luhan?

Atrapado. No había respuesta salvo la verdad. Lágrimas de frustración le empañaron los ojos.

-¡Sí, maldita sea!

Jongdae asintió.

-Entonces quizá deberías quedarte en casa y casarte con él en vez de irte a Nueva York.

«Pero él no quiere», se moría el rubio por decir. Pero en vez de hacerlo, se tragó el nudo que tenía en la garganta y mintió.

-El hecho de que alguien te importe y no quieras que le hagan daño no quiere decir que estés dispuesto a abandonar tu sueño.

Jongdae lo estudió un poco más.

-Bueno, supongo que eso lo deja todo aclarado. No podemos pegarle a Sehun y hacer llorar a nuestro hermano, ¿verdad?

-No pienso llorar. Simplemente no volvería a hablarles en la vida.

Jongin frunció el ceño y se acercó a apoyar una mano sobre su hombro.

-Pues pareces a punto de llorar.

Luhan lo miró con los ojos empañados.

-Pues no lo haré.

-Tenemos otra cosa en qué pensar -dijo Chanyeol-. ¿Va a salir esta información de esta habitación?

-No - Jongdae clavó la mirada en cada uno de sus hermanos con mirada intensa-. Nadie va a contar nada. Ni siquiera a nuestras parejas, ¿entendido?

Todo el mundo asintió.

Luhan los miró con el pecho oprimido. Quería que aquella escena acabara de una vez.

-¿No tenéis una partida de dardos pendiente?

Hubo un momento de silencio. Por fin, Jongdae lo rompió.

-Supongo que sí. Vamos, Sehun.

-Creo que pasaré, gracias.

-¡Y un cuerno que vas a pasar! Chanyeol lo agarró del brazo.

-No pensarás que vamos a dejarte aquí, ¿verdad? -intervino Yifan, agarrándolo del otro.

-Lo dejaré más claro -dijo Jongdae-. A menos que Luhan cambie de idea y decida casarse contigo, no quiero verte por esta casa de nuevo. Puede que nos hayas engañado todo el verano, pero los hermanos Kim están de vuelta a su trabajo. Ahora vamos a jugar a los dardos.

Luhan contempló con pesadumbre cómo escoltaban a Sehun fuera de la casa.

-Lo que he dicho lo he dicho en serio -dijo Luhan cuando Yifan le pidió las llaves a Sehun para conducir su furgoneta-. Si le ponen una mano encima y lo averiguo, lo pagaran

-No le haremos daño, Luhan prometió Chanyeol antes de subir a su furgoneta-. Simplemente, no le dejaremos poner los pies en tu casa de nuevo.

Notas finales:

Si ven algun horror me dicen

 

 

Nos leemos un beso.


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