Completamente saciado después de un plato de pollo y ensalada de patata, Sehun se echó en
la manta de campaña, cerró los ojos y suspiró de felicidad. Atrás había quedado Nueva York, el
tráfico, los martillos neumáticos y los aeroplanos. Sólo el murmullo del río, el trino de los pájaros y el susurro de la brisa entre los árboles.
Había visitado muchos ríos y playas durante el año anterior, pero reconocería aquella arena caliente y el aroma a musgo de su rincón secreto con los ojos cerrados. La brisa lo envolvía como una caricia. ¡Cómo adoraba las noches de verano en Arizona!Algo le picó en la nariz y se movió. Como el picor prosiguió, abrió un ojo.
Luhan estaba inclinado sobre él con una pluma en la mano. Al inclinarse, la playera se le subio era tan tentador. Quitándole la pluma de las manos, la deslizó por dentro de su playera antes de acariciarle la panza.
r08;Ya parece mas grande.
r08;Será tu imaginación. Apenas estoy de tres meses.
r08;Nunca olvidaré la cara de nuestros padres cuando se lo contamos.
Según ya podía ver el deseo brillar en sus ojos mientras continuaba jugueteando con la pluma en su cadera.
r08;Creo que les hizo más felices lo del bebé que el que les contáramos que volvíamos para quedarnos a vivir aquí.
r08;Yo también estoy muy contento con lo del bebé. ¿Algún arrepentimiento por haber dejado
la gran ciudad?
r08;Sólo que nunca lo hicimos en lo alto del Empire State.
r08;Tendremos que volver para hacerlo entonces.
El rubio sacudió la cabeza.
r08;No, no hace falta. Hacer el amor contigo durante el resto de mi vida es toda la aventura
que yo necesito.
r08;¿Lo dices en serio?
r08;Absolutamente.
r08;Entonces, quítate esa playera r08;murmuró él pelinegro.
La imagen de Luhan desabrochándose los botones era una de las mejores alegrías de su vida.
El rubio obedeció y tiró la prenda a un lado antes de mirarlo con gesto interrogante.
Su voz se hizo más ronca.
r08;Échate.
Luhan se movió sobre él y Sehun se llenó las manos con el peso de su trasero.
Mientras se abandonaba al festín, el rubio consiguió quitarse los pantalones cortos, abrirle el
vaquero y liberar su miembro. Sehun gimió de placer cuando el rubio se deslizó sobre su rígida virilidad.
¡Qué milagroso hacer el amor de aquella manera, sin barreras! Soltando sus nalgas, lo hizo bajar la cabeza para un largo y satisfactorio beso.
Luhan se apartó y lo miró a los ojos antes de empezar un lento ritmo sensual.
r08;Te quiero, Según.
r08;Y yo también te quiero r08;sobre ellos, las hojas dejaban filtrara la luz del atardecer. El paraísono podía ser mejor que aquellor08;. Te quiero más que a mi vida.
Sehun estaba a punto del límite y, por la respiración laboriosa de Luhan, el rubio no estaba muy lejos tampoco.
r08;Espera r08;dijo el ambario jadeanter08;. Acabo de acordarme.
A Sehun no le funcionaba el cerebro.
r08;¿Acordarte de qué?
r08;Espera un segundo.
Luhan estiró la mano hacia la pequeña nevera al borde de la manta.
Sehun cerró los ojos a punto del límite.
r08;No sé si podré. No, Luhan, creo que no puedo aguantar...
Algo frío rozó una parte crítica de su anatomía y explotó en un torrente de sensaciones que
lo hizo bramar y gritar de éxtasis desde lo más hondo de la garganta.
Por fin se quedó inmóvil, saciado y tembloroso, mientras que Luhan derramaba un reguero de
besos por su cara.
r08;¿Qué fue eso?
El rubio contestó con picardía:
r08;Hielo...