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Summer ( HunHan ) por Mikhiel

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Notas del capitulo:

Si, se que dije el lunes :C pero me puse a leer un libro y se me fue el  tiempo y despues vinieron los deberes a si que lo siento.

¿An leido o visto, Entrevista con el vampiro? Si no los han visto pues haganlo y lean la segunda entrega de esa saga. Lestat, el vampiro. 

Es hermoso leanlo, es muy bueno tiene sus toques Homoeroticos  *-*

Luhan dio un respingo y se llevó la mano a los labios. Se sentía como si le hubieran echado un jarro de agua hirviendo por encima. Oh, Dios. Sehun. ¿Cómo podía hacerlo? La imaginación se le desbordó con la idea incapaz de asimilarla todavía. El corazón le latía tan aprisa que creyó que él podría oírlo. Sehun. ¡Qué delicioso! ¡Qué imposible! ¡Qué atemorizante y adorable a la vez!

-A menos que tú no me quieras.

Luhan ya tenía problemas para respirar cuanto más para hablar.

-Yo... yo...

-No me parecerá mal si no quieres. Puede que yo no sea lo que... deseas.

-Yo... tengo que pensarlo.

-Claro.

Aunque estaba aturdido, sintió la vulnerabilidad de él.

-Me siento honrado.

-¿Honrado?

-De que siquiera hayas considerado... que estés dispuesto...

-Mejor yo que nadie que se me ocurra.

-¿Es... -se frotó los ojos-. ¿Es tanto sacrificio entonces?

Ante su carcajada, Luhan abrió los ojos.

-¿Estás de broma? -lo miró asombrado-. Si corro la palabra de que estás dispuesto, la cola de hombres fuera de tu casa llegaría hasta el Nugget.

-¿Eso crees?

Sehun nunca le había hecho un cumplido tan extravagante acerca de su atractivo sexual. Ahora que lo pensaba, ni siquiera le había dicho nunca ningún cumplido.

-Puedes escoger tú mismo. No tienes por que cargar conmigo. Sólo pensaba...

-Que me sentiría más cómodo contigo. Gracias, Sehun. Y probablemente sea verdad. En cuanto me recupere del sobresalto...

-Tómate tu tiempo.

-¿No cambiarás de idea?

Él sacudió la cabeza.

-¿Y qué hay de mis hermanos?

-No voy a decir que no vaya a ser difícil, pero hemos guardado secretos antes. Supongo que podremos hacerlo de nuevo.

Luhan nunca había estado tan impresionado con nadie en su vida.

-No me merezco un amigo tan bueno.

Sehun esbozó una sonrisa de soslayo.

-No me valores tanto. No creas que va a ser el peor trabajo que he hecho en mi vida.

-O sea que... ¿crees que podríamos divertirnos?

-Al menos yo podría conseguirlo.

Luhan se reclinó hacia atrás y se abanicó con la mano.

-¡Uau! Eso me ha desequilibrado -lo miró recién afeitado-. ¿Lo habías decidido antes de cambiarte y ducharte?

-No, la verdad es que no tenía ni idea de lo que iba a decir cuando llegué. Fue mientras estábamos hablando cuando pensé que era la única solución posible.

-La razón por la que te lo he preguntado es que, considerando que estás recién duchado, quizá hayas pensado que pudiéramos... eh... -se sentía increíblemente tímido-, encargarnos de ello.

Sehun tosió para aclararse la garganta.

-¿Es eso lo que quieres?

Luhan no podía controlar su pulso desbocado.

-No lo sé. Comprendo que esto es mi plan, pero no me siento dispuesto ahora mismo.

-Tengo una sugerencia.

Luhan tragó saliva. Era el hombre más sexy que había visto en toda su vida. ¿Cómo no se habría fijado en todos aquellos años?

-De acuerdo.

Mac bajó la voz y se inclinó hacia adelante mirándola con sus ojos grises nublados ahora.

-Quizá necesitemos practicar. Podríamos dar un paseo en coche, aparcar en algún lado y ver cómo sale. Y para quitarle tensión, podríamos acordar no llegar hasta el final la primera vez.

Estaba tan cerca de el, que su aliento le acariciaba la cara y, cuando lo miró a los ojos, el corazón se le desbocó de tal manera, que creyó que podría darle un ataque. Aquel era un Sehun al que nunca había visto antes.

-Supongo que podríamos hacerlo, pero...

-¿Pero? ¿Cómo te imaginabas tú el proceso?

El rubio se puso de color escarlata.

-¿Sinceramente?

-Sí.

-Si me hubieras acordado una cita con alguien, me imaginaba una aventura de una noche para acabar cuanto antes con el asunto.

Sehun parpadeó.

-Eso es una idea horrible.

-¿Sí?

-Pensaba que querías pasar un buen rato.

-Y quiero -inspiró tembloroso-. ¿Pero no podría pasarlo bien con una aventura de una noche?

-Tú no. Algunas personas sí, pero tú necesitas tiempo.

-Por eso he estado leyendo esos libros. Y soy un aprendiz muy rápido -él guiñó y esbozó una sonrisa-. ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?

-Por que es muy propio de ti ponerte a aprender un tema en serio antes de lanzarte a por él.

Lo tenía totalmente desequilibrado, y Luhan no estaba acostumbrado a sentirse así con Sehun.

-¡Puede que yo también pueda enseñarte algunas cosas, señor Sabelotodo! -susurró un poco más alto de lo que había pretendido.

Miró a su alrededor aprisa, pero nadie los estaba mirando, lo que no era de sorprender. Verlos juntos en el Nugget era muy habitual.

Sehun se inclinó hacia adelante.

-No dudo que puedas -mientras se siguieron mirando en silencio, la expresión de él se hizo más cautelosa-. La cuestión es: ¿quieres? Todavía no has respondido.

-No lo sé, Sehun. Esto es muy... personal.

-Desde luego.

-Me conoces tan bien...

-Tan bien como cualquiera.

-Las cosas no volverían a ser nunca lo mismo entre nosotros.

Sehun posó la cuchara.

-Ya son diferentes -lo miró con intensidad-. ¿Me equivoco?

Oh, sí. Aquellos ojos negros que siempre había visto con inocencia, ahora estaban cargados de secretos y ya se estaba preguntando cómo serian aquellos ojos cargados de pasión. De pasión por el. La idea le tensó el cuerpo y sintió una palpitación que no tenía nada que ver con la amistad.

-Tienes razón -dijo.

-Vamos a salir de aquí.

-¿Y qué pasa con tu cena?

-La verdad es que no tenía hambre, pero si quieres, podemos pedirle a Jess que nos lo guarde en un recipiente.

-No te molestes. No durará con este calor.

Sehun sacó la cartera del bolsillo trasero al mismo tiempo que Luhan abría su mochila.

-Guarda el dinero, Han

-Pero si siempre hemos pagado a medias.

-Nuevo juego, nuevas reglas. Eres mi cita y la cena corre de mi cuenta.

El gesto le gustó más de lo que se atrevía a admitir.

-¿No te estás tomando esto un poco literalmente?

-Para nada. Esperaría que cualquier hombre en mi posición tuviera la cortesía de invitarte a cenar. Como expresión de gratitud.

Luhan se quedó sin aliento ante aquella galantería. No le extrañaba que los demás cayeran rendidas a sus pies. El nunca lo había entendido, pero también era cierto que nunca había desplegado todo su encanto con el. Jessica se acercó a ellos.

-¿Se van tan pronto? -entonces miró los platos con sorpresa-. ¿Algo malo con el rollo de carne?

-No -dijo Luhan -. Nosotros...

-Dios mío, estás toda sofocado -Jessica le tocó la mejilla-. Niño, estás febril. Seguro que vas pillar la gripe.

-Eso creo yo -intervino Sehun-. Por eso decidimos irnos.

-Mi Max la pilló la semana pasada. Cualquiera pensaría que un microbio no puede sobrevivir con este calor, pero hay una buena epidemia. Lo mejor será que te meta en la cama.

Luhan sintió más ardor en la cara y no se atrevió a mirar a Sehun.

-¡Míralo! -exclamó Jessica-. ¡Está ardiendo! Será mejor que la lleves a casa. Venga, marchense ya.

Aunque Luhan hubiera querido salir corriendo, se obligó a caminar como un enfermo al seguir a Sehun hacia la entrada. Salieron entre un coro de buenos deseos de los demás comensales.

Sehun lo ayudó a subir a la furgoneta.

-Bueno, al menos no han sospechado nada. No podemos seguir con esto. Muy pronto, todo el mundo en el pueblo sabrá que me llevaste a casa desde el Nugget y...

-¿Y qué? -arrancó y conectó el aire acondicionado-. No sospechan lo más mínimo. Es tu conciencia de culpabilidad.

-¿Estás seguro?

-Por completo.

 

Mantén la frialdad, se dijo Sehun a sí mismo. Se suponía que él era el experto. Si apretaba el volante con bastante fuerza, Luhan no notaría que le estaban temblando las manos. Y si notaba que estaba sudando le echaría la culpa a la temperatura. ¿Pero en qué se había metido? Todo su mundo esta trastocado. Si Luhan aceptaba, se harían amantes ese verano y ya había descubierto que era más posesivo con el rubio de lo que nunca hubiera soñado. Si el hacía el amor ese verano, aquella posesión podría descontrolarse. Y eso no podía permitirlo, porque Luhan se iría a Nueva York y conocería a otros hombres. Y eso llevaría a... ni siquiera quería pensar adónde llevaría. Se estaba volviendo loco, eso era lo que le estaba pasando.

Pero no encontraba otra forma de solucionar el problema.

-¿De verdad que me vas a llevar a mi casa? -preguntó Luhan.

Sehun lo miró. El rubio todavía no se había comprometido a nada.

-¿Quieres que lo haga?

-La verdad es que no.

Luhan estaba mirando al frente agarrado a su mochila como si le fuera en ello a vida. Las gafas de sol le ocultaban los ojos pero las mejillas lo delataban. Eran más rosas que el color de la puesta de sol. Tenía el pecho agitado haciendo que la lágrima temblara en su pecho..

El aire de la cabina se volvió dulce y espeso de deseo, hasta que Sehun creyó que podría masticarse.

-¿Entonces quieres dar ese paseo?

-Sí, pero he pensado lo que debemos hacer. Vamos a mi casa y nos quedamos un rato allí parados en la puerta. Después, me agacho en el suelo de la cabina y podemos ir donde... bueno, donde tengas pensado.

Él se excitó al instante.

-De acuerdo.

Luhan siguió sin mirarlo.

-¿Sabes? Puede que no pase nada. Puede que nos dé la risa o algo así.

-La risa está bien. Reírse significa que normalmente estás pasando un buen rato.

-Quiero decir porque nos sintamos ridículos.

A Sehun no se le había pasado ni por la imaginación aquella idea.

-¿Crees que nos pasará?

-No lo sé. Quizá sea mejor que imagine que eres otra persona diferente.

-No lo hagas -la idea le ofendió más de lo que debería-. Eso sería insultante.

-Como quieras. Pero algunos hombres se excitan con las fantasías sexuales de su compañero.

-No creo que yo entre en esa categoría.

-Si tú lo dices... Pero si nunca lo intentas, nunca lo sabrás.

Luhan parecía ir relajándose a juzgar por su sonrisa de superioridad. Era el tipo de sonrisa que le decía que no tenía ni idea de lo que estaba diciendo. Quizá debería echar un vistazo a aquellos libros, después de todo. Desde luego, Luhan estaba en ventaja porque aunque él había visto su buena ración de revistas pornográficas cuando era adolescente, sólo se había concentrado en las fotografías, no en el texto. Él había supuesto que sería él el maestro y el rubio el aprendiz igual que habían hecho toda la vida, pero la idea de que Luhan pudiera saber más del sexo que él le hacía sentirse muy incómodo.

Luhan se desabrochó el cinturón de seguridad.

-Supongo que será mejor que me esconda en el suelo de la cabina ahora.

-Espera un minuto. Eso está muy sucio. Te mancharás la ropa -abrió su puerta y salió afuera a sacar una manta que siempre guardaba tras el asiento-. Pon esto primero.

-¡Me acuerdo de esta manta! Era la que usábamos para hacer la tienda en tu jardín!

-Sí, es la misma.

Luhan la extendió a sus pies.

-Es como encontrar a un viejo amigo. Y sigue tan azul y suave, aunque el borde está un poco desgastado. ¿Para qué la usas ahora?

-Hum... para cosas diferentes.

De repente no quería contarle que había hecho el amor a varias personas sobre aquella manta. La guardaba siempre en la furgoneta por si el tiempo era bueno y la persona estaba deseosa. Y ahora, por muy tonto que pareciera, le parecía una traición hacia Luhan haberla usado de aquella manera.

Luhan lo miró con intensidad.

-No te preocupes, Hun. Ya sé que has estado con muchas personas.

Él se agitó en el asiento.

-Yo no diría tanto.

-Pues entonces mis hermanos deben estar mintiendo. Según ellos, te has acostado con más de la mitad del pueblo...

-¿Importa eso?

A Sehun no le estaba gustando el derrotero de aquella conversación.

-Supongo que no. En cierto modo, es una ventaja. Así tendrás mucha experiencia, o sea que supongo que sabrás lo que hay que hacer.

-Y si no lo sé, tú podrás enseñarme.

El rubio lo miró con los ojos entrecerrados.

-No te gusta mucho la idea, ¿verdad, Sehun?.

Maldición, Luhan podía leer en su mente como en un libro abierto. Era el único que había podido hacer aquello en toda su vida.

-¡Eh, siempre estoy abierto a las cosas nuevas!

-Yo te conozco bien. Sé que eres de los que les gusta tener todas las respuestas..

-Eso no es verdad. Puedo aceptar una sugerencia tan bien como cualquiera.

-Todos los expertos aseguran que el sexo es un tema muy sensible, sobre todo para los hombres. Quizá sea mejor que no mencione algunas de las cosas que he aprendido. No querría acomplejarte.

Aquello le tocó la fibra sensible.

-¿Acomplejarme? Maldición, puedes hacer todas las sugerencias que quieras. ¡Mi ego podrá aceptarlo!

-¿Lo ves? Ya estás enfadado.

-No estoy enfadado.

Luhan siempre parecía saber cuándo dejar de discutir y sólo lo miró en silencio.

Por fin, él pelinegro esbozó una tímida sonrisa.

-De acuerdo, me siento un poco intimidado.

-¿No te gustaría aprender más si pudieras?

-Sí. Sólo un tonto no querría.

-Bien -Luhan parecía extremadamente satisfecho de sí mismo-. Entonces, yo podré contribuir a algo, después de todo.

Aquello le hizo sonreír.

-¿Crees que la mejor contribución que vas a hacer va a ser la de un libro?

El se sonrojó como un tomate.

-Bueno, supongo que no.

-Yo tampoco lo creo.

Luhan lo miró un momento antes de desviar la vista turbado.

-Estoy asustado a muerte, Sehun.

-¿Incluso conmigo?

El asintió.

-Especialmente contigo. Sé que tienes un nivel muy alto. ¿Y si te defraudo?

Él se estiró y le agarró la mano. Pero fue diferente que cualquier otra vez que le hubiera tomado la mano. Esperó hasta que el ambario lo volvió a mirar.

-No te hubiera ofrecido esto si no hubiera querido, Luhan. No hay posibilidad de que me defraudes.

La inseguridad asomó a los ojos mieles del rubio.

-Gracias.

Sehun le apretó la mano y se la soltó.

-Nos estamos poniendo nerviosos aquí sentados hablando de ello. Será mejor que nos vayamos antes de que empecemos aquí mismo.

-Puede que tengas razón. Allá voy -se dio la vuelta y empezó a agacharse para poder encajar en el suelo-. Echa un vistazo y asegúrate de que no nos ha visto nadie.

Sehun miró a su alrededor.

-No veo a nadie. La mayoría de la gente debe de estar cenando.

Luhan se acomodó en la manta azul.

-Adelante, vaquero.

Y así empezó. Sehun inspiró con fuerza y metió la marcha atrás. Había hecho muchas cosas salvajes en su vida, pero esa vez esperaba no haber mordido más de lo que podría tragar.

Notas finales:

Siempre me equivocó con el lemon :C haora si en el próximo Cap di va. aver Lemon moderado pero en fin lemon.

Es decepcionante no ver comentarios pero no importa lo hago para que conozcan tan buenas historias a si que si no comentan ni modo pero se les gusta por el número de leídas :3

Nos leemos un beso Ü


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