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Summer ( HunHan ) por Mikhiel

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Notas del capitulo:

XD este cap me costo un poco mucho hacerlo xD espero que salga mas o menos pasable bueno

Nos lemos un beso Ü

Luhan se sentó con las piernas cruzadas en la manta y esperó a que Sehun subiera a su lado. La noche era cálida, pero el rubio sentía estremecimientos de delicia. Estaban solos, como cuando eran pequeños, apartados del mundo y listos, en cierto sentido, para jugar.

-El cielo está tan limpio -susurró el ojinegro al saltar a su lado. Vamos a echarnos de espaldas para mirar las estrellas como solíamos hacer.

-¿Y no hacer nada más?

Luhan lo deseaba intensamente. Sehun le dio un beso en plena boca.

-Te contaré mi sueño.

-¡Estupendo! -estiró la camiseta y se echó en la manta para mirar al firmamento-. Estrella Polar, la Osa Mayor, la Osa Menor...

Sehun estaba echado a su lado con el brazo y el muslo rozando los de el.

-Orion, las Siete Hermanas.

-¿Y?

-Y nada. Ésas son todas las que sé.

-Pues yo creía que habías dado clases de astronomía.

-Aprendí algunas cosas para el examen, pero ya las he olvidado.

-Cuéntame tu sueño.

Sehun se quedó en silencio por un momento. Entonces, con un leve suspiro de rendición empezó.

-A ti te habían invitado a una fiesta de Halloween y me pediste que te prestara a la yegua porque querías aparecer como lady Godiva.

-¿Y tenía el pelo largo como ella?

-Hasta la cintura. Querías practicar sin el disfraz para ver cómo te sentías antes de ir a la fiesta, así que me pediste que te acompañara al camino del río. Montaste a pelo con una playera larga e ibas de comando. A mitad de camino, te quitaste la playera y la tiraste a los arbustos.

Luhan se estremeció. Era una imagen muy sexual.

-Pero el pelo me tapaba, ¿verdad?

-No del todo. Y ya sabes cómo es el viento en el sendero, así que cuando iba detrás de ti, vi varias imágenes de lado. Estabas... estabas precioso. Y montado, así, balanceándote sobre el lomo del caballo, empezaste a excitarte.

-¿Y cómo podías saberlo?

-Tenías la piel sonrojada, la respiración más agitada y... Tu ereccion era notable - Sehun lo agarró de la mano y se aclaró la garganta.

Aquello describía lo que Luhan estaba sintiendo en ese mismo momento. Como Sehun no seguía, preguntó:

-¿Y te despertaste entonces?

-No.

-¿Qué pasó?

-Que tuviste un orgasmo.

-¿Qué?

-Lo que me excitó tanto que te desmonté del caballo y te hice el amor allí mismo en el suelo.

Luhan no estaba seguro de quién estaba apretando más, si el a Sehun o Sehun a el.

-¿Fue bonito?

-Ésa no es la palabra. Fue salvaje y primitivo, sin barreras. Te mordí en el cuello y tú me clavaste las uñas en la espalda. Fue... fantástico.

-¡Uau!

Luhan se preguntó qué pensaría si supiera que tenía todo el cuerpo palpitante en ese mismo instante.

Sehun le soltó la mano y se volvió de medio lado para mirarlo.

-No quiero que te asustes por ese sueño, Lulú. Nunca sería así en la vida real.

El rubio se volvió de medio lado apoyando la cabeza en el brazo.

-Pues es una pena.

Sehun contuvo el aliento.

-¿Te gustaría eso?

-¿Que si me gustaría producirte tanto deseo como para arrancarme del lomo de un caballo y hacerme el amor en el suelo? Por supuesto que sí. Pero como tú has dicho, sólo era un sueño. En la vida real...

-En la vida real te deseo más que eso.

El rubio dio un respingo.

-¿De verdad?

Sehun alzó una mano temblorosa hasta su mejilla y lo acarició.

-En la vida real, deseo arrancarte esta ropa ahora mismo. Pero no lo haré. No sería justo para ti.

-¡Pues claro que seria justo!

Sehun lanzó una carcajada nerviosa.

-No, no lo sería.

-Pero reprimirte no sería justo para ti.

Sehun deslizó la mano por la parte trasera de su cuello con una suave caricia.

-La justicia no tiene nada que ver con todo esto. Nunca imaginé poder estar así echado a tu lado. Es como conseguir un regalo que no has tenido el sentido de saber que deseabas - le rozó el pecho-. ¿Qué te ha hecho ponerte esto esta anoche?

-Me pareció adecuado.

-Lo es -murmuró él antes de buscar sus labios y besarlo hasta llevarlo al límite.

Luhan no se había dado cuenta de que Sehun había empezado a levantarle la camiseta hasta que sintió una vestisca de aire y él pelinegro se retiró un poco acabando el beso. Entonces, abrió los ojos. La cara de Sehun estaba en sombras, pero podía notar su pecho agitado mientras le bajaba la cremallera del todo.

-Párame cuando quieras.

-No quiero pararte.

El corazón le palpitaba como si se le fuera a salir del pecho.

-Quiero que sepas que puedes - levantó poco a poco la camiseta, descubriendo la piel lechosa del rubio hasta que vio su pecho y sus rosados pezones. Entonces se quedó sin aliento-. ¡Oh, Luhan!

Lo tendió de espaldas con suavidad y le quitó la camiseta Entonces lanzó un gemido y sacudió la cabeza.

-¿En qué estás pensando?

-En que eres más bonito que en mi sueño. Y has estado ahí todo el tiempo...

A el ambario se le secó la boca de deseo.

-Toda tapado.

-Sí. Maldición. Todos estos años...

-¿No vas a... tocarme?

-Estoy fascinado sólo con mirarte.

Pero por fin dibujó la aureola de su pezón haciendo que se erizara aún más antes de chuparlo con tanta ternura y cuidado como si fuera una porcelana preciosa. A Luhan le encantó que lo tratara así, pero deseaba más. Quizá necesitara demostrárselo. Se arqueó hacia delante para que sintiera su ereccion.

-¡Ah, Luhan!

Inspirando jadeante, Sehun bajó la cabeza y se metió el pezón en la boca.

Sí. Luhan le atrajo la cabeza y se alzó hacia su caricia. Oh, sí. Aquella era la caricia por la que había estado esperando, el movimiento de su lengua, la punta de su lengua, la suave presión al chupar que le encendía aquella sensible ereccion entre las piernas. Sin ninguna vergüenza, le acarició sus pectorales y él pelinegro continuó chupando y mordiendo sus pezones.

Cuando Luhan se retorció sobre la manta, la bermuda se deslizó hacia abajo. O quizá Sehun la hubiera bajado con aquella manera tan sutil que tenía de despojarle de la ropa. Entonces, deslizó la mano entre sus muslos apretándola contra la tela mojada de su bóxer. El dorso de su mano encontró la hendidura de su pene y apreto. Luhan se estremeció y Sehun volvió a besarlo en la boca antes de apartarse un poco de sus labios.

-¿Quieres que pare?

-No -susurró el jadeante-. Pero yo no... nunca...

-¿Ningún hombre te había puesto la mano ahí antes?

-No se habían atrevido.

Sehun frotó la frente contra la de Luhan.

-Pero debes haber hecho esto... tú mismo

-No, lo he leído.

-No es lo mismo.

-Ya lo sé, pero... Prométeme que no te reiras, pero no quería estar solo cuando sucediera.

-¡Oh, cariño! -lo besó con ternura en la frente, la nariz, los párpados y por fin en los labios-. No estás solo ahora.

Y entonces, en medio de aquellos besos hechizantes, deslizó la mano por la cinturilla de su bóxer. Cuando el sintió sus dedos deslizarse por su ereccion, dio un respingo.

-¿Es eso un «no»?

El rubio empezó a temblar para contener la necesidad de apretar los muslos. Su mano allí era maravillosa, pero lo asustaba también.

-Ha sido sólo una reacción.

-¿Debo parar?

-No, pero esto es tan personal... Mac.

-Sí señorito. Lo más personal del mundo.

Deslizó la mano hacia abajo y empezó un lento masaje.

A Luhan le costaba respirar cada vez más por el efecto de su caricia.

-Al menos... está completamente oscuro.

-Eso puede ayudar. Al menos a primera vez.

Luhan se sentía como si lo estuviera transformando en una masa líquida y caliente.

-¡Oh, dios Sehun!

Se apretó a sus hombros cuando la tensión aumentó.

-No tardará mucho ahora -dijo él inclinándose para darle un suave beso en los labios-. Déjate ir, Luhan.

-No sé cómo se hace.

-Tu cuerpo lo sabe. Abandónate y siente -lo apretó un poco más-. Justo ahí.

El ambario gimió cuando la presión se hizo insoportable y el cuerpo se le arqueó y tembló bajo su mano.

Sehun se acercó a su oído para susurrarle:

-¿Te acuerdas de mi sueño? Tú montabas desnudo hacia el río tan excitado que tuviste un orgasmo y entonces yo te arranqué del caballo, te tiré al suelo, te abrí las piernas y...

Luhan gritó cuando las convulsiones lo asaltaron oleada a oleada hasta el delicioso alivio. Y todo el tiempo, sin dejar de apretarse contra Sehun, el hombre que le había llevado a aquella tierra de magia y había conseguido que pasara aquel milagro. Y él pelinegro lo apretó con la misma fuerza cubriéndole la cara de besos y riéndose con suavidad triunfante.

Sehun mantuvo abrazado a Luhan y escuchó con orgullo sus suspiros de satisfacción mientras descansaba en sus brazos. Él estaba tenso, pero podía aguantar la presión.

-Así que te ha gustado.

Me ha encantado -su voz era perezosa, sensual y muy diferente de el Luhan que él conocía-. Sehun, has usado la fantasía, después de todo.

-Tenía que conseguir que pasaras esa barrera.

-¿Lo ves? La fantasía puede funcionar.

-Me has convertido en un fiel creyente.

Luhan suspiró de nuevo.

-Me alegro tanto de que hayas sido tú, Sehun.

-Yo también.

Saber que había conseguido que tuviera el primer orgasmo le hacía sentirse como un rey. De todos los logros de su vida, aquel debía ser del que estaba más orgulloso.

Por otra parte, se sentía en una auténtica agonía. Luhan había tenido razón cuando había dicho que, si no terminaba, podía quedar frustrado, pero había otras formas de conseguir satisfacción mutua y su cuerpo se las estaba exigiendo. Pero no podía esperar que el rubio hiciera aquello por él considerando su falta de experiencia. Ni siquiera se lo pediría.

Entonces, sintió sus dedos en la hebilla del cinturón.

-¿Qué estás haciendo?

-Si te echas un poco hacia atrás, podría hacerlo mejor.

Estaba intentando desabrocharle la bragueta y era evidente que no había desvestido a un hombre nunca antes.

De repente, él se sintió protector ante su inocencia.

-Mira, eres nuevo en esto, así que no creas que espero que...

-¿Quieres que pare? Es que, aquí en la oscuridad, me siento más valiente. Y quiero hacerlo, Sehun. De verdad que quiero.

Ya casi le había liberado del confinamiento de los vaqueros, lo que dejaba sólo el algodón de sus calzoncillos entre él y el paraíso. Sólo la consideración contenía su urgente necesidad.

-¡Oh!

-Confieso que soy una novato en darle placer a un hombre, pero he leído ampliamente.

Aunque sus palabras eran académicas, su tono era sensual como el infierno..

Luhan lo frotó por encima del algodón.

-¿Y bien?

Con un suspiro, él pelinegro lo besó con fiereza.

-Considerando que está oscuro y todo eso, me encantaría -murmuró contra sus labios.

-Entonces, alza las caderas para que te pueda quitar la ropa. Soy demasiado novato como para superar encima impedimentos.

Él se sonrojó de anticipación. Nunca en su vida se le habían acercado de aquella manera y le parecía tremendamente excitante.

-De acuerdo.

Alzó las caderas y el ambario le quitó los pantalones y calzoncillos de un solo movimiento.

-¡Dios bendito!

Parecía intimidado. Bueno, al menos no la había decepcionado y eso le produjo satisfacción.

-¿Has cambiado de idea?

-No, sólo estoy impresionado. Quédate echado y déjame acostumbrarme a la idea.

Sehun lo hizo y comprendió que estaba temblando como un primerizo. Cuando por fin le rodeó el miembro con una sola mano, cerró ojos y apretó los dientes. Podría explotar en cualquier momento, pero no lo haría. Se preguntó cómo había sobrevivido tanto tiempo sin las atenciones de Luhan.

-Tu piel es tan suave aquí...

-Hum...

-Déjame humedecerla.

Antes de que se diera cuenta de lo que iba a hacer, Luhan ya se había inclinado y había empezado a usar la lengua.

-¡Luhan!

El alzó la cabeza.

-¿Te estoy sorprendiendo?

-¡Desde luego! No estás preparado para ese paso todavía.

-¿Seguro? -deslizó la mano por su dura virilidad-. ¿O no lo estás tú? Tienes la cara tensa.

-Estoy intentando controlarme. Y cuando haces esas cosas... inesperadas, me resulta muy difícil. 

-¡Ah! No quieres que esto acabe tan rápido.

-Exacto.

Sehun gimió cuando el se lanzó a un ritmo increíble para alguien que no había practicado aquella actividad antes. Debía de tener muy buenos libros.

-Porque si sufres de eyaculación pre...

-¡No!

-Porque hay técnicas para eso.

- Luhan, normalmente... funciono bien.

Apretó la mandíbula para luchar contra la explosión cuando el ambario exploró la punta de su pene con dedos aleteantes. Sehun tuvo la certeza de que estaba reaccionando así porque eran los dedos de Luhan los que estaban explorando.

-Quizá sea porque te haya deseado mucho tiempo sin saberlo...

-Eso es una bonita idea.

Luhan se agachó y pasó la lengua por donde antes habían acariciado los dedos.

Sehun estaba haciendo tal esfuerzo por contener el clímax, que pensó que se desmayaría. --¿Dónde... has aprendido esto?

-En un libro -entonces sopló en la piel mojada-. ¿Te gusta esto?

El estrujó la manta con las dos manos y se quedó mirando en blanco al cielo estrellado. Nunca había experimentado algo igual a aquello.

-Sí, me gusta.

-Una pena que no tengamos un poco de hielo.

-¿Hielo? ¿Para... qué?

-Se supone que produce una sensación fantástica si lo pones ahí mismo durante el orgasmo -dijo, apretándole un punto sensible bajó sus testículos.

El no sabía nada de hielo, pero lo que le estaba haciendo con los dedos le estaba produciendo un efecto fantástico. Gimió con suavidad.

-¿Te está costando contenerte?

-Se podría decir que sí.

-Entonces, vamos a probar esto.

Le apretó en la base del pene con una mano tirando hacia abajo ligeramente y tomó la punta en su boca.

El efecto fue increíble. La acción de su boca le produjo un intenso placer mientras que su sujeción en la base mantenía el clímax a raya. Sehun gimió, bramó y agitó la cabeza de lado a lado.

Entonces, Luhan aflojó la mano, lo tomó por completo en su boca y todo el control de Sehun se hizo añicos. Intentó apartarse de su boca, seguro de que no era lo que el rubio pretendía, pero Luhan no se lo permitió. Su mundo explotó al abandonarse al orgasmo más cataclísmico de su vida. Cuando la espiral de su universo empezó a descender, lo levantó, lo abrazó y besó aquellos labios con sabor a pasión.

Se sentía como si le hubieran cambiado el eje. Aquella tarde había empezado como una sesión educativa en la que él debía ser el maestro y el rubio el pupilo. Y de alguna manera, en los minutos anteriores, Luhan había invertido los papeles por completo. Y en el camino, lo había convertido en su esclavo.

-Podemos probar el hielo en otra ocasión -susurró el.

-Seguro -dijo abrazándolo sin energía más que para respirar.

Luhan nunca había visto a Sehun tan rígido salvo cuando le había dado un golpe de calor después de haber montado todo un día a caballo sin sombrero. Normalmente estaba cargado de energía y ahora permanecía inerte en sus brazos. Por otra parte, la experiencia de amar a Sehun lo había excitado de nuevo. Por fin había experimentado cosas que hasta el momento sólo había leído y sentía que se había abierto un nuevo mundo ante el. Estaba listo... para más.

Miró entonces su cara relajada.

-Sehun, ¿te he hecho daño?

Él esbozó una débil sonrisa. 

-En absoluto.

Luhan le acarició el pelo de la frente.

-Estás muy quieto.

-Tus libros deberían explicarte por qué.

-¿Ha sido tan bueno?

-Sí, Luhan, lo ha sido.

-Me alegro -sonrió en la oscuridad--. Me estaba preguntando si lo había hecho bien.

-Extremadamente bien.

-Estupendo -se cambió de postura-. ¿Te molesta si te beso de nuevo?

-¿Dónde?

Sehun abrió los ojos de golpe.

-En la boca. ¿Dónde pensabas?

-No estaba seguro. Para ser virgen, tienes unas ideas sorprendentes.

El rubio frotó los labios contra los de él.

-Me lo tomaré como un cumplido.

-Lo era.

Luhan posó sus labios sobre los de él jugando con su lengua. Al principio, la respuesta de Sehun fue perezosa, pero gradualmente el ritmo de su respiración aumentó. Mientras la temperatura del beso pasaba de cálida a ardiente, él le tomó una nalga frotándola con fuerza. A Luhan le palpitó el cuerpo y gimió apretándose contra su virilidad.

    Sehun apartó la boca un poco.

-¡Oh, Luhan! Me estoy poniendo duro de nuevo.

El rubio bajó la mano.

-Déjame...

-No -le atrapó la mano para detenerlo-. Tenemos que parar. Pensé que estaba tan saciado que podía juguetear sin excitarme demasiado, pero me he equivocado. No confío en mí mismo si empezamos de nuevo.

A Luhan se le tensó el cuerpo de anticipación.

-¿Me poseerías?

-Hay muchas posibilidades -alcanzó la camiseta-. Vamos a poner esto en su sitio.

Luhan apenas podía creer que fuera el quien hiciera una sugerencia tan descarada, pero no quería que aquella noche terminara nunca.

-Estoy seguro de que tendrás preservativos en casa. ¿Por qué no me llevas a casa, vas a buscarlos y vuelves?

Él se detuvo en el acto de ponerle la camiseta.

-Verás, yo también te deseo -murmuró el rubio. Sehun se estremeció y estrujó la tela en la mano-. Y queda mucho tiempo antes de que amanezca.

Él lanzó un largo suspiro y buscó la camiseta.

-Probablemente sea una estupidez, pero prefiero ajustarme a lo que habíamos quedado. Sólo tendrás la experiencia de perder la virginidad una vez en la vida y quiero que sea muy especial.

-Podríamos hacerlo especial esta noche.

-No lo suficiente. Dame la oportunidad de cortejarte un toco. Déjame comprarte flores y quizá una botella de buen vino.

-¿Debería comprar lencería o algo?

-La lencería estaría bien -le colocó el dije de lagrima en el pecho-. Y ponte esto. Me gusta la forma en que descansa ahí.

-Supongo que cuando la compraste, nunca imaginaste una escena como ésta.

-Conscientemente no, pero en cuanto la vi quise regalártela. Supongo que quería que algo mío te tocara donde yo no podía hacerlo.

-Hemos superado las restricciones sin demasiado problema.

-Sí, pero ahora tenemos que enfrentarnos al mundo real con la culpabilidad y esas cosas. Y todavía tenemos que dar el gran salto -lo miró intensamente-. Quizá cuando llegue el momento, no sea capaz de hacerlo.

Luhan sonrió con superioridad.

-Estoy seguro de que sí, a juzgar por lo de esta noche.

-Supongo que tienes razón.

-Entonces, ¿cuándo?

-¿Mañana por la noche? Ah, no, espera. Maldición. Le prometí a mi madre que la llevaría a Flagstaff a una feria de antigüedades. Mi padre también irá y aprovecharemos para comprar unos caballos.

-¿Y cuánto tiempo estarás fuera?

-Tres días. Hasta el domingo. Maldita sea. No creo que pueda cancelarlo. Lleva meses planeado.

-Tres días se me harán una eternidad.

-Dímelo a mí.

Luhan dibujó la línea de su mandíbula.

-Podríamos volver a mi plan original y acabar en mi casa esta noche.

Sehun lo miró un largo momento y por fin sacudió la cabeza.

-No. De verdad que quiero que sea una ocasión que recuerdes para siempre.

-No creo que la olvide, sea cuando sea. Para decirte la verdad... me da miedo de que cambies de idea en tres días.

-¿Después de lo de esta noche? ¿Estás de broma?

-¿Lo has pasado bien esta noche?

Sehun le agarró la cara entre las manos.

-Lo he pasado mejor que en toda mi vida. Y te prometo que no cambiaré de idea.

El corazón se le inflamó de una emoción que no podía nombrar y las lágrimas le afloraron a los ojos.

-Gracias, Sehun. Eres un verdadero amigo.

-Hago lo que puedo.

-¿A qué hora volverás el domingo?

-Cerca del mediodía.

-Entonces podrías venir a mi casa esa noche.

-Lo haré.

El corazón le dio un vuelco en el pecho.

-Te esperaré hacia las ocho.

Dejar a Luhan en la puerta de su casa fue lo más difícil que Sehun había hecho en su vida.

Probablemente fuera un tonto por no haber aceptado su invitación y pasarse toda la noche haciéndole el amor. Ahora tendría que esperar tres días. Después de haber estado esperando toda su vida.

Un momento. ¿De dónde había sacado aquella idea? No podía ser verdad. Seguramente Luhan no habría tenido nada que ver con su infructuosa búsqueda de esposo. Era sólo que no había encontrado a la persona adecuada todavía. Oh, Dios. Quizá sí.

Por impulso, se detuvo en el bar Ore Cart a tomar una cerveza. Todavía era un hombre soltero y sin obligaciones y eso era lo que hacían los solteros y a él le gustaba disfrutar de su libertad.

El bar estaba casi desierto entre semana, pero había un cliente que le hizo a Sehun desear darse la vuelta. Por desgracia, Kim Chanyeol lo vio antes de que tuviera la oportunidad de hacerlo.

-¡Eh, Gran Oh! -lo llamó desde su taburete-. Ven y déjame invitarte a una fría.

Sehun se acercó y miró a su alrededor.

-¿Dónde está Baekhyun?

-En casa - Chanyeol se pasó la mano por el pelo pelirrojo-. Esperando a que me calme.

Sehun se sentó junto a Chanyeol deseando poder tener más espacio. Tenía la ropa impregnada del perfume de Luhan y sólo esperaba que su hermano no lo reconociera.

-¿No deberías estar con el si habéis peleado?.

Chanyeol sonrió.

-Cuando peleamos, soy yo el único que se disgusta. Baekhyun es más frío que un pepino - los ojos cafe le destellaron-. ¿Una cita ardiente esta noche?

-¿Por qué lo dices?

-Pareces satisfecho. Como si hubieras ido a aparcar por ahí.

-Pudiera ser.

Chanyeol sonrió y dio un sorbo a su cerveza.

-¿Así que decidiste seguir mi sugerencia y has salido con Krystal?

-No.

Sehun dio un largo trago para evitar explicar más.

-¿Kibum?

-Para nada.

-¿Alguna nueva?

-Podría decirse que sí.

-Pero no piensas hablar, ¿eh Sehun?

-No, Yeol. No pienso hacerlo. No quiero que me des la lata acerca de cuando voy a sentar cabeza y esas cosas.

-La verdad es que aparte de todas las bromas del otro día acerca de Krystal y Kibum, entiendo por qué no has acabado con ninguno de ellos. Y eso que Krystal tiene unos pechos...

Sehun no quería pensar en el cuerpo de nadie.

-¿Adónde quieres llegar?

-Que tú eres un hombre inteligente. Necesitas a una persona con cerebro y nunca hubieras durado con Kibum o con Krystal. Al cabo de un mes te hubieran aburrido.

-Eso mismo creo yo.

-¿Entonces, este nuevo chico es inteligente?

-Sí, lo es.

Chanyeol asintió.

-¿Y ya has marcado gol?

Sehun parpadeó. La tarde que había pasado con Luhan no tenía nada que ver con aquella expresión. Intentó imaginarse la respuesta de Chanyeol si supiera que estaba hablando de su hermano.

-Supongo que no -prosiguió Chanyeol-. Si no, ya hubieras sonreído cuando te lo he preguntado -dejó el dinero en la barra y le dio una palmada a Sehun en el hombro-. Buena suerte con él no ella , amigo. Te mereces encontrar a una persona encantadora. Quizá sea ésta.

-Quizá.

Mientras Chanyeol se dirigía a su casa con Baekhyun, Sehun terminó la cerveza, dejó otro billete sobre los de Chanyeol y salió al cálido aire de la noche pensando en lo estupendo que era ser un hombre libre. Condujo al rancho con las ventanillas abiertas, una canción en la radio... y con Luhan en su mente.

El ventilador había reducido bastante el calor en la pequeña casa de Luhan, pero seguía bastante caliente. Luhan cerró la puerta con profundo pesar y oyó alejarse la furgoneta de Sehun. Y para poner las cosas peor, no lo había besado al despedirse, aunque lo entendía. Sólo un beso y al día siguiente lo sabría todo el pueblo. Tenían que mantener aquel asunto en privado. Apenas podía creer que se hubiera ofrecido él mismo con el riesgo que corría de perder la amistad con sus hermanos.

Pero en cuanto el sonido se alejó, Luhan se apoyó contra la puerta por dentro, deslizó las manos por su pecho y cerró los ojos perdido en los recuerdos. Entonces, alzó las manos y empezó a bailar ejecutando una ritual danza de celebración. Al tocarlo y excitarlo como lo había hecho, Sehun le había dado un sentido completamente nuevo a su cuerpo.

Sintiéndose embriagado, entró en su habitación, se quitó las sandalias y se desnudó para meterse en la ducha.

Cuando el chorro le acarició la piel como las manos de un amante, alzó de nuevo las manos hacia sus pezones y se los acarició perdido en los recuerdos.

Entonces, deslizó las dos manos hacia su entrepierna, donde el cuerpo todavía le palpitaba de deseo por él. Los libros eróticos eran muy explícitos y no necesitaba a Sehun ni a nadie para el tipo de milagroso alivio que había experimentado en la furgoneta, pero volvió a subirlas. Esa noche quería saborear la sensación de las manosnde Sehun y su lengua acariciando su cuerpo. Quizá fuera una tontería, pero le parecía que, si lo hacía el solo de nuevo, los preciosos recuerdos se diluirían.

Apagó la ducha y se secó. Su cuerpo ya no era exclusivamente dominio suyo y eso le produjo un escalofrío de placer. Se puso crema por todas las partes del cuerpo que él pudiera acariciar, enojándose cuando comprendió que parecía estar esperando a Sehun.

Pero quizá fuera mejor que no volviera, pensó mientras se extendía la crema aromática. Quizá deberían crear algún ceremonial para lo que iban a hacer. Así tendría tres días para prepararse. Tres días para comprar un conjunto erotico y convertir su habitación en un nido de amor. Dejó la crema y volvió a la habitación para examinarla con atención. Tendría que cambiar muchas cosas.

Agarró un cuaderno de notas amarillo, se tiró desnudo en la cama y empezó a hacer una lista.

Notas finales:

Oh si  lime sexy 7u7


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