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Summer ( HunHan ) por Mikhiel

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Notas del capitulo:

Termine *0* esta lloviendo y hace frío Dx

La mayoría de los capítulos siempre serán de esta manera un poco largos y a si.

Estoy viendo resident evil 3 *-* amo a Mila Jovovich *-*

-¿Estas loco? Sehun se puso de pie con tal brusquedad, que empujó sin querer a Luhan. Lo único peor que imaginarse a sí mismo involucrado en aquella sucia idea era imaginarse a Luhan con otro tipo-. Lo siento.

Se inclinó para darle la mano y ayudarlo. En cuanto estuvo de pie, le soltó la mano aprisa y el rubio se sacudió la parte trasera de los pantalones.

-Sehun , por favor. No puedo ser virgen toda la vida.

-¿Por qué no?

Sabía que no estaba siendo razonable, pero no podía evitarlo. Y maldita fuera, ahora se había sorprendido mirándolo sacudirse el trasero y pensando en que era muy bonito. Maldición.

Luhan suspiró y bajó la cabeza.

-¡Confiaba tanto en tu ayuda!

-Oh, Dios -no sólo estaba teniendo pensamientos inapropiados acerca de ella, sino que ahora sentía que la estaba abandonando-. Luhan, sabes que haría cualquier cosa del mundo por ti, pero no creo que esto funcione.

El alzó la cabeza con la esperanza brillando en sus ojos y Sehun dio un paso atrás.

-No me mires de esa manera.

-Así es como lo haremos. Nos estrujaremos el cerebro con las posibilidades y sacaremos una lista reducida. Entonces tú podrás enterarte si los chicos están saliendo con alguien porque no quiero romper ningún... 

-¡Uau! -el pánico le asaltó-. Nunca he dicho que lo haría.

-Has dicho que harías cualquier cosa por mí.

-¡Cualquier cosa menos buscarte un amante!-sólo pronunciarlo le daba escalofríos. Había hecho tantos esfuerzos por no pensar en Luhan nunca de forma sexual... Y ahora habían caído todas las barreras. Por primera vez, se fijó en cómo la camiseta se tensaba contra su pecho y en la incitante curva de sus caderas-. Creo que eso es un poco más de lo que una persona razonable podría esperar, ¿no te parece?

-¡Es perfectamente razonable! ¿Por qué iba a buscar por mi cuenta para acabar con algún torpe lerdo que haga que mi primera experiencia sea una pesadilla cuando puedo confiar en tu consejo y pasar una buen momento?

Sehun no podía pensar mientras tenía la imagen de Luhan pasando «un buen momento.

-¿Lo ves? -esbozó la sonrisa de superioridad que siempre ponía cuando ganaba algún juego-. Tienes que admitir que tiene sentido.

-No tengo que admitir nada. ¿Por qué no te ayuda uno de tus amigos? Pensé que ustedes hablaban de los chicos todo el tiempo.

-Sí, pero tú eres mejor fuente de información -se metió las manos en los bolsillos-. Tú has salido con más chicos que nadie a quien yo conozca. Sabes lo que los amigos dicen de un chico y has tenido la oportunidad de conocerlos en persona y saber cómo son. Y además, no confío en nadie tanto como en ti.

Sehun tragó saliva. No sabía cómo negarse. Y le gustaría que no siguiera así de pie, con las manos en las caderas y el pecho alzado hacia adelante. No le gustaba. De acuerdo, le gustaba demasiado.

- Hun.

Luhan se adelantó y posó la mano en su brazo.

Él intentó no dar un respingo. El rubio le había tocado un millón de veces y nunca había signinicado nada. Hasta ese momento.

-Escucha, Sehun. Tú me sacaste el primer diente, ¿recuerdas?

-Es un caso diferente.

-Y me enseñaste a conducir. Y me diste mi primer trago de whisky.

-Me lo suplicaste y después vomitaste.

-Y tú me sujetaste la cabeza. Verás en todos esos momentos importantes de mi vida, tú estabas allí para guiarme.

-Esto es diferente.

-No, si dejas de ser tan puritano.

-Yo no soy...

-¿Qué te parece Choi Minho?

-¿Choi Minho? -lanzó un bufido desdeñoso-. No puedes hablar en serio.

-¿Por qué? ¿Qué tiene de malo Minho?

Sehun no podía explicarlo exactamente, sólo que cuando pensaba en Minho en un abrazo íntimo con Luhan, la piel se le erizaba. Miró hacia el sicómoro antes de mirarlo.

-Él no... te cuidaría.

-¡Oh! -se sonrojó-. ¿Te refieres sexualmente?

-De cualquier manera.

-¿Ves? Eso es exactamente lo que yo necesito saber. ¿Y qué hay de Onew?

-¡Oh, Dios! Ese peor.

-¿Yunho?

-De ninguna manera.

-Ya sé quién. Siwon.

-¡Desde luego que no! Es un buitre. Probablemente te... Bueno, no importa. Siwon para nada.

-De acuerdo. Entonces haz una sugerencia.

Él lo miró en el silencio interrumpido sólo por el sonido del agua y el eco de los cascos de los dos caballos, que se estaban inquietando cada vez más con el calor. Sintió sudor en la espalda, pero no, no creía que fuera sólo del calor.

-No se me ocurre nadie.

La verdad era que no quería pensar en nadie.

-Quizá necesites más tiempo. Te he pillado por sorpresa.

-Desde luego.

-Te diré una cosa. Vamos la posponer la discusión. Quizá podamos quedar para cenar esta noche.

-Es la noche de póquer.

-Tienes razón. Yo tampoco puedo. Juego al pinocle en casa de Tao. Bueno, mañana por la noche.

Sehun decidió que el retraso era lo mejor que podía esperar. No podía imaginar cómo saldría de aquel embrollo en treinta y seis horas, pero quizá ocurriera un milagro.

-Te veré en el café Nugget.

-Bien. ¿A la seis?

-Me parece bien -alzó la vista hacia el sol-. Es tarde. Será mejor que volvamos. Tengo un montón de cosas que hacer hoy.

--Sí, yo también.

-¿Cómo qué?

-Investigar. He comprado algunos libros en Phoenix.

El ojinegro tenía la sensación de que no debía preguntarlo, pero lo hizo de todas formas.

-¿De qué?

-De técnicas sexuales. Cuando llegue el momento, quiero saber lo más posible.

Sehun se sintió como si alguien le hubiera dado un puñetazo en la boca del estómago.

-¿Es ese tu proyecto de verano?

-Pues la verdad es que sí.

Sehun gimió para sus adentros. Aquello era peor de lo que había imaginado. Cuando Luhan se lanzaba a uno de sus proyectos de verano, no lo detenía ni un camión cargado de dinamita. Y si lo conocía bien, dejaría de ser virgen antes de terminar el verano.

Luhan reconoció la suerte que tenía de que le cayeran bien todos los esposos que sus hermanos habían escogido y que el sentimiento fuera mutuo. Cuando los chicos se reunían para su partida de póquer los miércoles por la noche, ellos buscaban canguros y se reunían en casa de alguno de ellos para jugar al pinocle. Luhan siempre estaba invitado.

Esa noche se reunían en casa de Yifan y Tao. Yifan era el hermano mayor de Luhan y el líder de sus cinco hermanos. Había sido el primero en casarse, en comprar una casa y en tener niños.

Desde el momento en que su, sobrina, Victoria, había llegado al mundo, Luhan había decidido que ser tío era lo mejor del mundo, aunque estaba un poco cansado de ser un tío soltero. Llegó pronto a casa de Tao para poder ver a Victoria, que tenía ahora ocho años y a Kimbum, de seis años, antes de que los acostaran.

Después de dar a cada niño el juego que les había comprado en Phoenix, siguió a el pelirrojo de su cuñado a la cocina a ayudar a preparar las bebidas y canapés para la partida.

-Gracias por los juegos. La verdad es que van a echarte de menos cuando te vayas a Nueva York.

-Yo también a ellos.

Luhan vació unas patatas en un cuenco y abrió el frigorífico para sacar la salsa casera de Tao

-¡No lo sé! Llevarás una vida tan excitante, que no creo que eches de menos nada de aquí.

-Claro que sí. Adoro este pueblo, a mi familia y mis amigos.

-Yo también, pero daría lo que fuera por estar en tu piel.

-¿De verdad?

Luhan miró a su cuñado. Con sus antepasados chinos y su orientación vital hacia la familia y los niños, parecía haber cumplido su sueño.

-Pensaba que eras un padre vocacional.

-No me interpretes mal. Soy muy feliz. Pero el reto ha desaparecido. Cuando me casé, todo era nuevo. El sexo era nuevo, tener niños era nuevo y comprar esta casa y arreglarla era nuevo. Pero ahora todo sigue una cómoda rutina. Y yo deseo... más mundos que conquistar, supongo.

-Lo entiendo muy bien. Ése es el motivo por el que me voy a Nueva York. Es mi monte Everest -vaciló antes de hacer una sugerencia-. ¿Has pensado en volver a estudiar?

-Ya he conseguido los folletos. Estoy pensando... no te rías, en convertirme en consejera matrimonial.

-¿No bromeas? Tao, eso sería maravilloso. Desde luego, tú debes saber los ingredientes para conseguir un buen matrimonio..

Tao la miró de soslayo.

-No me llamaría experto, pero entiendo lo que pasa cuando en una pareja uno pierde el interés por, el otro.

Luhan se quedó con la boca abierta.

-¿Quieres decir...?

-Quiero decir que las cosas se están haciendo verdaderamente aburridas en la cama. He pensado en ir a Phoenix a comprar algunos libros sobre la materia. No me atrevería a hacerlo en Copperville porque todo el pueblo pensaría que soy un ninfómano.

-Desde luego. ¿Sabes, yo ...? - Luhan se detuvo antes de ofrecerle un par de libros-. Creo que es una buena idea.

-Imaginaba que lo entenderías. Escucha, no estoy diciendo nada en contra de tu hermano. Es un tipo estupendo. Es sólo que a los dos nos sentaría bien seguir algunas indicaciones.

-Seguro. La mayoría de la gente lo hace. Ya sabes cómo es. Te acostumbras a cierta forma de hacer las cosas y entonces todo se vuelve mecánico.

-Absolutamente.

Luhan se sentía como un impostor por dejar que su cuñado imaginara que tenía alguna experiencia.

Tao le dio un abrazo.

-Gracias por escucharme y animarme. Incluso aunque seas más joven que yo, siempre te he considerado más sofisticado por algún motivo. Quizá sea por el título universitario.

Luhan le devolvió el abrazo.

-La teoría no lo es todo.

-No. Lo ideal sería tener las dos cosas.

-No podría estar más de acuerdo.

Y si Sehun lo ayudaba, tendría las dos cosas por fin.

 

La partida de póquer se celebraba en casa de Jongin, el más joven del clan de los Kim. Jongin estaba recién casado y orgulloso de presumir de las cosas que compartía con Kyungsoo en su apartamento en las afueras del pueblo.

Sehun llevaba todo el día preocupado por el asunto de la virginidad de Luhan. Y lo peor era que tenía que darle la razón en sus razonamientos, tanto con respecto a su alumnado como con algún buitre de ciudad que quisiera aprovecharse de un chico inexperto.

-Eh, gran Sehun, ¿sigues la apuesta o no?

Sehun alzó la cabeza de golpe. Desde luego Luhan le había arruinado la partida de póquer de esa noche. Lo que más le gustaba de aquellas sesiones era su simpleza. Pero esa noche no había nada simple.

-No, paso.

-Veamos que tienes tú, Yifan -dijo Chayeol.

Los hermanos eran los mejores amigos de Sehun aparte de Luhan. Su madre y la de ellos eran amigas íntimas, así que sus hijos se habían criado juntos. En la secundaria, el clan Kim le había cubierto las espaldas literalmente en el equipo de los Mineros de Copperville. Pero esa noche los veía con ojos diferentes cuando pensaba cómo reaccionaría cada uno si se enterara de la conversación que había mantenido con Luhan esa mañana.

-Míralas y llora, Yeol -dijo Yifan enseñando dos damas y tres sietes.

A la temprana edad de treinta años, Yifan estaba perdiendo ya el pelo, así que llevaba casi siempre una gorra de béisbol incluso dentro de la casa. Esa noche llevaba una negra del café Nugget.

Yifan no perdía detallé, por lo que era un gran jugador de póquer y sería el primero en enterarse de que él había buscado a un tipo para iniciar a Luhan y también el que organizaría la represalia contra Sehun y contra el pobre individuo.

-¡Maldición! -murmuró Chanyeol, un pelirrojo con la misma fogosidad que su cabello. Era de los que actuaba antes de pensar.

-Ha sido pura suerte -intervino Jongin apartando su silla-. ¿Quién quiere una cerveza?

Jongin no tenía ni un pelo de malo en toda su cabeza y ni siquiera podía cazar debido a su tierno corazón. Haría lo que fuera por cualquiera y casi nunca se ofendía. Excepto cuando se trataba de alguien que molestara a su hermanito. Entonces toda su ternura se evaporaba. Sehun ya lo había visto en una ocasión.

-Yo quiero una. Y no traigas una de esas horribles cervezas light.

-No las he comprado yo. Ha sido Kyungsoo. Dice que necesito vigilar mi cintura.

-Sí, Minseok ha estado soltándome la misma monserga -dijo Jongdae, el tercero y más bajo de los hermanos.

Jongdae era de la edad de Sehun y habían estado en muchas clases juntos en la escuela. Por lógica, debería ser el mejor amigo entre los cuatro hermanos, pero Jongdae no era un pensador y a Sehun siempre le había gustado mas hablar con Luhan y había sospechado a menudo que se sentía un poco celoso de la relación tan especial que tenía él con su hermano. Jongdae miró a Sehun.

-No sabes lo que tienes sin un esposo que te dé la lata con tu dieta.

-Eso es verdad -le secundó Chanyeolr-. La cosa se está poniendo tan mal, que Baekhyun hasta me quita la bolsa de patatas cuando veo el partido del lunes por la noche.

-¿Y se lo consientes? -intervino Yifan-. Eso no pasaría en mi casa. Soy yo el que le pone las normas a Tao.

Sehun dejó que el coro de carcajadas se apagara.

-¿Estás de broma? Tao te tiene en un puño.

Yifan sonrió.

-De hecho -continuó Sehun-. No he visto tipos tan locos por el matrimonio como ustedes cuatro. Casi no podían esperar a llegar al altar. No me vengán ahora con esas monsergas de que les dan la lata sus chicos. Les encanta que lo hagan.

Y él los envidiaba, comprendió. Todos habían encontrado la felicidad.

Yifan aceptó la cerveza que Jongin le había llevado y la abrió.

-Entonces, ¿cuando te vas a unir a este feo grupo para hacer cinco?

-Cuando encuentre a la persona adecuada.

-¡Diablos, si has tenido un ejército de adecuados! - Chayeol se apartó un mechón rojo de la frente-. Krystal era estupenda. Yo salí con Krystal y no había nada malo en ella.

-Entonces, ¿por que acabaste con Baekhyun?

- Baekhyun sabe cómo manejar mi temperamento, pero tú no tienes demasiado carácter, Sehun. Krystal estaría bien para ti.

-Sí -asintió Jongdae -. Y tiene un bonito cuerpo.

-Y Key -intervino Yifan-. A mí me gusta Key.

Sehun tragó su cerveza.

-A mí también, pero no tanto como para siempre.

-Eres muy selectivo, Sehun -dijo Jongin-. Ése es tu problema. Nadie va a ser perfecto -sonrió-. Aunque Soo está cerca.

-El novato puede tener razón -dijo Yifan-. Quizás seas demasiado selectivo. ¿Qué tipo de criterios usas si has eliminado a personas tan estupendas como Krystal y Key?

Sehun se metió un puñado de cacahuetes en la boca.

-¿Saben? Estoy realmente conmovido de que se preocupen tanto por mi matrimonio. Quizá deberíamos agarrarnos de las manos y rezar. Puede que, si nos concentramos de verdad, veré la luz y agarraré a la primera persoba que se cruce en mi camino.

Yifan enarcó las cejas y miró a Jongin.

-¿Dijiste que este edificio de apartamentos tenía piscina?

-Desde luego.

Todos apartaron las sillas. Sehun vio el brillo burlón en los ojos de los hermanos.

-¡Eh, no tanta prisa! Sólo estaba bromeando.

-Y nosotros también -dijo Jongdae -. ¿Verdad, Chanyeol?

-Sí -Chanyeol rió-. Me encantan las bromas.

Y mientras lo arrastraban sin ceremonia a la piscina y lo tiraban vestido, Sehun pensó que quizá se merecía aquel chapuzón, aunque no por la razón que creían los chicos.

Notas finales:

Un beso nos leemos Ü


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