kyungsoo lanza una mirada indiferente al teléfono sobre la mesa, la luz parpadeando por la llegada de un nuevo mensaje, ni siquiera se molesta por leer el remitente, son la cinco y media y él solo toma una chaqueta, sus llaves y se dispone a salir.
kim jongin lo espera con una sonrisa encantadora, no lo saluda, solo se limita a abrir paso para que entre. la mansión es sorprendente, candelabros colgando del techo y escaleras a ambos lados, tan sorprendente como el ambiente decaído que siempre lo recibe.
-estamos solos- habla por primera vez jongin una vez dentro, no es necesaria esa aclaración, kyungsoo sabe que ha enviado a sus amigos a casa, antes que llegase él.
-lo estamos - afirma kyungsoo, sus ojos moviéndose por la estancia desordenada. quitándose su chaqueta y dejándola en algún lugar del sillón.
-te he extrañado - dice jongin, y esas palabras nunca se han escuchado más falsas, y kyungsoo se obliga asimismo a responder
-yo tambien - ambos caminan hacia él contrario, reencontrandose y su labios no se hacen esperar al igual que sus manos, que se dedican a tocar todo a su paso.
La falta de aire los hace separarse ligeramente y la mirada de ambos es de
reconocimiento, la han visto antes, saben lo que significa y están de acuerdo.
“vamos arriba” se escucha,no se sabe quién lo dice y realmente no importa.
Suben gradas de forma desordenada con dedos rápidos que casi arrancan botones.
se detienen solo un momento para abrir la puerta y la tan ansiada cama los espera. Ahí no hay olor a sexo en el aire, kyungsoo sabe que no hace mucho han pasado una o dos personas por la casa, que se han dedicado a ofrecer ese olor, una pequeña sonrisa se asoma en su rostro porque ese lugar es especial, es de ellos.
Jongin se entretiene en besar su cuello y la ropa pasa a segundo plano, como por arte de magia. Kyungsoo detiene a Jongin alzandolo de los mechones castaños solo para mirarlo a los ojos, tiene esa mirada que muestra lo destrozado que está, muestra al jongin real, y la razón del porque lo llama a diario, a la misma hora, cinco y media resonando como un recordatorio.
Ese momento es él más preciado, cuando realmente sienten algo, cuando se pertenecen.
Se besan buscando algo más que el calor de ambos cuerpos, y se dedican a explorar al contrario.
Cuando esa relación sin titulo comenzo, solo era un número y una dirección en la palma de un desconocido, con un par de tragos en su sistema y una leve contusión sangrante justo sobre su ceja izquierda. Ahora no son más un par de desconocidos y aunque su relación siga sin título lo que tienen no lo necesita.
Kyungsoo reconoce que es más un intento de sacar a jongin del pozo en el que se encuentra, sin importarle que él pueda hundirse.
Jongin abraza a Kyungsoo, sus brazos rodeando su cadera y su cabeza sobre su abdomen.
Ambos respiran descompasados, hay sudor recorriendo sus cuerpos. Son un desastre entre sábanas revueltas.
-me gustas - admite de repente jongin, suena más a un susurro y su voz sigue afectada por su respiración jadeante. Kyungsoo no se sorprende, tampoco dice algo, solo se dedica a acariciar la cabeza de jongin- me gustas cuando me tocas -insiste- y que sigas mi ritmo, tan...tan exacto.
-me gustas cuando no hueles a alcohol- responde kyungsoo con los ojos cerrados- y cuando no tienes drogas que te hacen actuar brusco-se queja haciendo una mueca. Pero Jongin ríe, una risa floja por lo cansado que está.
La habitación está en penumbras, y solo el sonido de respiraciones se escucha de fondo.
-a descafeinado- dice Jongin luego de unos minutos , y desconcierta a Kyungsoo que responde con ¿Mm?-descafeinado -repite con voz burlona- a eso saben- y kyungsoo comprende que se refiere a las drogas- yo odio el descafeinado, su sabor es repulsivo, pero no puedo dejarlo. Siempre me pides que las deje pero... no puedo - termina diciendo, con la voz furiosa y al mismo tiempo triste. Kyungsoo tampoco puede juzgarle, no tiene él derecho para hacerlo. Solo besa su frente y suspira.
-es tarde -aclara y el silencio se apodera del lugar, porque ambos saben que significa eso- debo irme.
Lo peor de todo es que Jongin no lo detiene y no es como si Kyungsoo pudiera quedarse por más tiempo. Kyungsoo se viste sin prisas, baja la escalera con Jongin tras él, toma su chaqueta y voltea. Ambos se observan y es Jongin el primero en dar un paso para acercarse y abrazarlo. Nunca un abrazo se había sentido tan falso, pero kyungsoo lo corresponde.
-te veo mañana- susurra contra su oído jongin y él solo puede asentir, porque ya no son las cinco y media, y a quien tiene enfrente no es él jongin hecho polvo, este no lo necesita.
Se separa y camina hacia la puerta, no mira atrás, no se despide y sigue negando que ha fallado en sacar a Jongin del abismo, porque el descafeinado ya nada en su sistema y él se está hundiendo cada vez más profundo.