Minki, aún adormilado, solo atino a sonreírle a la persona que estaba a su lado. Aún no podía creerlo, ¡su sueño se había vuelto realidad! (en parte), había logrado tener sexo con su amor platónico, aunque a juzgar por la cara de la otra persona, este no se encontraba tan feliz como el.
—Hola—. Fue lo primero y único que se le ocurrió a Minki.
—Tengo que irme—. Dijo Jonghyun mientras se levantaba de la cama y comenzaba a recoger su ropa para ponérsela.
— ¡Te llevo! —. Minki salto de la cama y comenzó a vestirse.
A Jonghyun le era inevitable no voltear a verlo, tenía unas piernas delgadas pero un poco estilizadas como las de una chica, sin embargo, era más delgado de lo que esperaba, aunque eso le favorecía con una cintura pequeña pero equilibrada en proporciones con el resto de su cuerpo.
Bien, no podía negar que le parecía atractivo. Como odiaba el encanto andrógino de ese niño.
—No, puedo irme solo.
—No creo que sepas como llegar a tu casa desde aquí.
— ¿Y tu si sabes?
—Bueno, no, pero será más fácil que te lleve en mi auto y guiarme con tus instrucciones, a que tomes alguna de las enredadas rutas de autobús que hay por aquí.
—Creo que me las arreglare yo solo.
—Déjame llevarte por favor—. Fue lo último que dijo Minki antes de terminar de vestirse y jalarlo a la salida del complejo de departamentos. Bueno, el chico rubio tenía razón.
Estaban en una zona en la que él nunca había estado desde que vivía en Seul, así que si corría el riesgo de perderse, ya que no identificaba nada de lo que había en los alrededores.
Debía hacerle caso a sus amigos y salir más seguido.
—Pensé que no ibas a ir a la fiesta—. Dijo de pronto el chico rubio.
—Parece que casi no te gustan esas cosas.
— ¿Sabes quién soy? —. Le pregunto Jonghyun extrañado.
— Sip, eres Kim Jonghyun de ingeniería mecánica—. De pronto Minki se dio cuenta de lo que estaba diciendo.
— He escuchado tu nombre cuando tus amigos te llaman y te he visto cuando entras al edificio de la facultad.
—Vaya, si que estas pendiente de todo.
—No exactamente, solo de las cosas que me interesan.
— ¿Perdón?
—Nada. Sobre lo de anoche… me la pase bien, espero que a ti también te haya gustado.
—No recuerdo nada de lo que paso.
—Ya veo… bueno, era de esperarse.
—Aunque me puedo imaginar que fue bueno.
— ¿Te gustaría repetirlo?
—No, lo siento pero no soy gay, será mejor que te busques a otra persona.
—Bueno, mi casa esta a una cuadra. Me bajo aquí para caminar un poco y concederla un poco más de tiempo de vida a tu carcacha para que te regrese vivo a tu casa.
—Ok.
Jonghyun pensó que todo con respecto a su pequeño encuentro con Minki se había acabado en ese momento, pero se equivocaba.
Todo ese fin de semana se la había pasado pensando en el chico rubio y lo que había hecho con él. Era falso que no recordaba nada. Si bien, no recordaba la totalidad de los eventos, si debía admitir que su memoria había guardado una gran parte.
El lunes fue algo distinto a los demás. Durante el almuerzo, mientras jugaba con su video juego como siempre, una persona se le acerco por detrás ofreciéndole una manzana.
—Toma—. Jonghyun estaba sorprendido, pero no podía huir, sería muy raro de su parte.
—Gracias.
—Una de mis amigas te invita a una fiesta este viernes, puedes llevar a tus amigos.
—No me gustan las fiestas.
—Lo sé, pero a tus amigos si.
Y así se repitió el ciclo, terminando en una casa diferente a la de la semana pasada, pero esta vez evitando tomar de más. Ni de broma iba a tener sexo con otro hombre.
O al menos eso pensaba, hasta que se vio envuelto en las sabanas de Minki por segunda semana consecutiva. Lo peor era que seguía estando consciente.
Al terminar, se vistió y se sentó en la cama, bajo la mirada atenta de Minki.
—No soy gay, pero admito que me gusto tener sexo contigo. Sin embargo, no tengo sentimientos por ti como para tener una relación contigo. Solo quiero sexo y ya.
—Me parece bien.
—Tengo inclinación por las chicas, pero tú me atraes más, así que supongo que soy heteroflexible.
—Vaya títulos que se inventan ahora—. Minki suspiro.
—Entonces, ¿Vas a quedarte a dormir, o ya te vas? Podríamos volver a hacerlo si tu quieres.
—No. Será otro día.
—De acuerdo—. Dijo Minki suspirando.
Jognhyun había pasado una semana evitando a su demonio hasta que irremediablemente lo volvió a ver.
—Este es mi número—. Minki le entrego un papel rosa, perfumado con una esencia dulce, muy probablemente la misma que el usaba.
— ¿Cómo piensas repetir algo si ni siquiera tienes como contactar a la persona? Llámame cuando quieras verme.
Minki se dio la vuelta y se fue. Jonghyun escribió el número en su celular y guardo el papel en un lugar donde fuera seguro que nadie más lo vería, porque de lo contrario, seria la burla de sus amigos.
Gay, sí, eso era lo que iban a pensar, aunque no fuera así.
Y así fue como poco a poco Minki fue introduciéndose a su vida, hablándole de forma esporádica en la universidad, teniendo sexo los fines de semana en casa de Minki, pero nada mas allá de una conexión carnal, al menos, hasta que Jonghyun decidió quedarse un día completo en la casa de Minki.
Descubriendo que no sabía cocinar cuando olio que algo se quemaba en la cocina, lo que los había obligado a comer fuera, ese mismo día descubrió que era de Busan, vivía solo y que en realidad no era exactamente como todos lo imaginaban.
No, en realidad su ropa rosa era escasa. Sí, se maquillaba, pero era diferente en su casa.
Allí andaba con el rostro al descubierto y con ropa más sencilla. Le gustaba el futbol y lo entendía más que Jonghyun, aunque en realidad prefería natación por sobre todos los deportes.
Además de eso, tenía mucha más fuerza de la que aparentaba, sin mencionar que pesaba bastante aunque luciera ligero.
Con el tiempo también fue aprendiendo que su cuerpo no era tan femenino como pensaba y que odiaba su cabello largo y rubio, pero debía mantenerlo así por honor, ya que había perdido una apuesta que lo condenaba a llevarlo un año más así, era un hombre de palabra. Sin embargo seguía luciendo tan indefenso, al menos hasta que empezaba a hablar con un lenguaje muy florido, que Jonghyun simplemente había decidido protegerlo.
Al mismo tiempo, Minki había descubierto que Jonghyun era de Kangreung, un lugar en medio de la nada y que llevaba menos tiempo que el en Seul. Que a diferencia de él, que tenía un hermano mayor con quien solía jugar a las luchas, Jonghyun tenía dos hermanas mayores que lo habían usado como accesorio para sus juegos de té y princesas, creciendo en un ambiente muy rosa, al menos hasta la adolescencia de sus hermanas, cuando una de ellas empezó con el vicio del anime, volviéndose un tanto tomboy y volviéndolo a él un adicto al anime y los videojuegos.
De ahí salía su yo actual, tímido e introvertido hasta que agarraba confianza, convirtiéndose en un chico muy hablador y bromista, pero nada de lo que esperaba Minki.
Aunque así lo quería porque ese era el.
Ese era Jonghyun.
Lástima que no podía aspirar a más de lo que había obtenido hasta el momento: una relación de amigos y una relación de amantes.
En la universidad actuaban como desconocidos a excepción de la entrada y la salida. Jonghyun pasaba por él en las mañanas para llevarlo en su auto, ya que decía que tenía miedo de que su cacharro algún día se quedara a medio camino, como ya le había pasado otras veces.
Aunque Minki quería pensar que había un interés oculto dentro de esa preocupación ya que era ilógico que Jonghyun, quien vivía más cerca de la universidad, condujera para ir por él y recogerlo, y luego en las tardes, después de que cada uno terminaba sus actividades, lo llevara a su casa.
Pero lo último era más lógico y era lo único que tumbaba la teoría de que Jonghyun se preocupaba por él, porque al llegar a casa de Minki, lo primero que hacían era desnudarse y tener sexo, para después ponerse a ver películas o platicar. Y a veces Jonghyun se quedaba a dormir, cuando no tenía tanta tarea.
Esa se había vuelto su vida y era algo extraña, sobre todo porque, mas allá de lo que las personas pudieran imaginar, la relación de amigos era la que resaltaba más.
Sin embargo, Minki no había podido olvidar los sentimientos románticos hacia Jonghyun. Lo amaba, de eso estaba seguro desde la primera vez que los había visto, pero al parecer Jonghyun no sentía lo mismo y eso le había quedado más que claro en una ocasión.
Estaba esperando a Jonghyun afuera de la facultad de ingeniería como todos los días, sin embargo, a diferencia de los días anteriores, esta vez no estaba solo. Un grupo de chicos que identificaba como compañeros de grupo de Jonghyun lo observaban a lo lejos mientras murmuraban algo que él no lograba descifrar, hasta que uno de ellos se acerco.
— ¿Estas esperando a Jonghyun? Es algo extraño, deberías ser más discreto. ¿Y si te ve la nueva pretendiente de Jonghyun?, ¿Se imaginan? La futura novia y el amante en el mismo lugar, Jonghyun no tiene vergüenza y pensar que pareciera ser…
En su vida se había sentido tan insultado como en ese momento… su madre le había enseñado que nunca en su vida debía dejarse humillar por alguien… porque el simplemente no lo merecía. Y como su madre siempre tenía la razón, se levanto de la forma más educada que pudo, con la cabeza en alto y camino hacia su carcacha, la cual había llevado ese día, por que el estúpido Jonghyun no había pasado por él.
Mientras avanzaba hacia la salida, pudo divisar a Jonghyun hablar con una chica de su clase, alta, con pechos prominente, cabello largo y castaño, además de delgada, si esa era la pretendiente que mencionaban sus amigos, entonces eran tal para cual. Miro la caja que tenía en el asiento de al lado y se sintió la persona más estúpida del mundo.
FLASHBACK
00:00 feliz cumpleaños Jonghyunnie feliz cumpleaños a ti… nos vemos al rato, te amo, y recuerda que no debes pasar por mí, hoy entro tarde, descansa, ten un hermoso día.
Mentira
Choi Minki no entraba ni muy tarde ni muy temprano. En realidad tenía otros planes para ese día. Debía comprar el pastel ideal para el cumpleaños de Jonghyun con lo que había ahorrado ese mes de lo que sus padres le enviaban y debía darse prisa para llegar a sus clases, después de dejar el pastel en el refrigerador de la cafetería (nadie se resistía a sus encantos, ni siquiera la cocinera jefe.)
Y así, justo como lo había planeado, espero afuera de la pastelería a las 7 am para ser el primer cliente y darse su tiempo para elegir, salir corriendo y llegar a la escuela, todo en solo tres horas. Para llegar a las clases que empezaban a las 10 y entrando a su salón como si no hubiera corrido toda la mañana.
FIN FLASHBACK
Era un estúpido que se estaba entregando de más a una persona que ni siquiera lo consideraba con la misma prioridad con la que él lo hacía. Después de todo estaba entretenido con la chica linda.
¿Cómo se llamaba? Debía averiguarlo para ponerla en su lista negra. Espera, eso también era estúpido.
Era un estúpido enamorado.
Pasó la mano sobre la caja que contenía el pastel de cumpleaños y pensó en bajar y aventársela en la cara a ese imbécil, pero el pastel era caro, así que no valía la pena. Era mejor llegar a su departamento y comérsela solo.
De pronto, el motor de su carcacha había empezado a hacer ruidos extraños para después detenerse por completo. Ese no era su día de mejor suerte y lo sabía.
—Tengo que arreglar esto antes de que te mates mientras lo conduces—. Jonghyun abrió la puerta del piloto para que Minki bajara.
—Discúlpame, estaba arreglando los detalles de un proyecto, vamos a mi auto.
—No quiero—. Dijo Minki, tomando el pastel para después salir del auto y aventárselo a Jonghyun en la cara…