Era un día aparentemente normal en la vida de Kim Jongin, o como le decían sus amigos ‘‘Kai’’.Como todo fin de semana había decidido ir a la casa de su amigo Tao, por su mente nunca paso la idea de que terminaría lamentándolo.
Desde que conoció a Lay, supo que se llevarían bien y que serían los mejores amigos, después de todo tenían muchas cosas en común, y una de ellas era la pasión por el baile…Kai siempre se consideró bueno en ello, nunca pensó encontrar a una persona que lo superara…hasta que vio una de las coreografías Yixing había creado con mucho esfuerzo. Decir que quedó impresionado sería poco, desde ese día dedicaba más horas al día a aprender nuevos pasos para poder algún día –que esperaba no fuera tan lejano- superar a Yixing.
En la actualidad, era maestro en la academia de baile que Lay había logrado obtener y se sentía orgulloso por ello. Pero no era a lo único a lo que se dedicaba, trabajaba en la misma empresa que Yixing, aunque en un área diferente…no hubiera soportado ser contador, demasiados números hacían que le doliera la cabeza.
Aún no sabía cómo es que había logrado adaptarse tan rápido a vivir en China, totalmente alejado de su familia y amigos. Todo inicio con algo que vio en la televisión un domingo por la tarde ‘’Ofrecemos becas de estudio y puestos de trabajo junto con todas las facilidades para obtener un apartamento…a estudiantes de transferencia de Corea del Sur y otros países con los que tengamos un convenio’’.No creyendo que sería aceptado y ya que no tenía nada que perder, se había inscrito en aquel programa que estaban ofreciendo…a las 3 semanas, a su casa había llegado una carta de aprobación, diciendo que cumplía con todos los requerimientos y que se preparara para su nueva vida en China…incluso estaban los pasajes de avión y su visa estaba lista, en otras palabras le daban una semana para que alistara todo y estudiara allá. Todavía recordaba como su madre se había reído en su cara, cuando le había dicho que gano una beca de estudio en otro país…obviamente lo había tomado como una broma, más cuando le enseño el documento…le dio un fuerte abrazo y le dijo que estaba orgullosa de él. Incluso recordaba como logro aprender chino en 1 semana, tras pasar muchas noches sin dormir.
Lo que más extrañaba de Corea –además de su familia y amigos- era la comida…había intentado ir a puestos de comida en China, pero ninguno le había gustado lo suficiente, por eso siempre prefería cocinar su propia comida, claro que cuando el tiempo le ganaba…tenía que conformarse con la comida de la cafetería de la empresa en la que trabajaba o la de algún restaurant de por allí. Aunque agradecía el hecho de que si hubiera soju allí, si no…probablemente hubiera hecho que su familia se lo enviara por encomienda de vez en cuando.
Pero como toda buena bebida, siempre era mejor si la tomabas en compañía de alguien más, esa era la razón por la que se dirigía a casa de Lay.
Toco el timbre una, dos, tres, cuatro, cinco veces y nada… ¿Estaría durmiendo? ¿O quizás estaba interrumpiendo algo? - El siquiera haberlo pensado, hizo que le diera un ataque de risa- No, eso era imposible. Lay no salía con nadie, le había presentado a muchas personas, pero ninguna parecía agradarle, por ello ya no le veía el caso a insistir en el asunto…Lay sería uno de esos solterones de 50 años que viven con 6 o más gatos, eso era casi seguro.
Tenía paciencia, pero no tanta ¿Qué diablos estaba haciendo para que no escuchara el timbre?
Si el timbre no funcionaba…
-¡Lay! ¡Sé que estás allí, abre la maldita puerta, llevo tocando desde hace media hora y nada!
¿Los gritos si los escucharía no?
Pero nada…aún no abría la puerta, aunque claramente estaba allí, había escuchado ruido.
Ya lo escucharía…él sabía perfectamente que Lay tenía una llave de repuesto, era un despistado total, así que no debía estar tan oculta. Busco...y en menos de un minuto, la encontró. ¿Debajo de una maceta? ¿En serio? Bueno, eso no importaba ahora.
Ahora, entraría a la casa y vería por qué no le abría la puerta…
-¡Olvídalo! Ya encontré las llaves de repuesto, voy a entrar.
Ya que entraría ¿Al menos debía anunciarse no?
Tras decir aquello, abrió la puerta y dio unos pasos dentro de la casa, buscando a Yixing con la mirada.
-¡Lay! ¿Por qué demonios no abrías la puerta? ¿Y por qu-
Oh…Lay no estaba solo, y por la expresión que tenía en el rostro…era muy obvio lo que estaba haciendo hace solo unos minutos, pero… ¿Quién era ese sujeto? No lo había visto antes.
Y, aunque era evidente que había interrumpido la intimidad –que en realidad no sabía que tenía- de su amigo con aquel sujeto…
-Oh. . .Lay ¿Interrumpo algo?
Lo que sucedió después…no quería volver a recordarlo. Aún le sorprendía el hecho de que los vampiros si existieran, y que uno de ellos fuera el novio de su mejor amigo. Buen susto se llevó cuando a ‘’Suho’’ se le dio por jugarle una broma…estuvo una semana sin hablarle a Lay y 2 fines de semana sin ir a su casa. No era como que dejaría de ser su amigo por algo así, pero…le tomo tiempo aceptarlo.
Ya habiéndolo aceptado, se dio cuenta de que no era la gran cosa realmente, pero esperaba no volver a saber nada sobre seres sobre-naturales.
Desde hace unas semanas el clima estaba muy extraño, a veces llovía y a los minutos salía el sol, parecía sacado de una mala película de comedia. Y este, era uno de esos días, se maldijo internamente por haber olvidado traer un paraguas y realmente no tenía el tiempo suficiente como para regresar a casa por uno. Pero la culpa era de su estúpida alarma que decidió fallarle justo ese día y malograrse –en realidad no se había malogrado, de un manotazo la había lanzado al piso y siendo que era bastante frágil, se rompió- .
Miro la hora en su celular, ya era demasiado tarde para llegar a trabajar. Su jefe lo mataría si lo veía entrar 1 hora después de la que se suponía debía. Lo mejor sería llamar para avisar que estaba enfermo y buscar algún hospital o clínica que pudiera darle un certificado de consulta médica…ya lo entregaría el lunes, después de todo era viernes, y tenía tiempo de buscar con calma.
Ah…tenía ganas de tomar algo. Pero Lay aún debía estar en la empresa y no saldría en un buen rato, solo le quedaba buscar algún lugar en el que pudiera beber un buen trago y al mismo tiempo encontrar compañía, pues como ya había dicho antes, no le gustaba beber solo.
Después de caminar varias calles y buscar en su celular nombres de bares cercanos, encontró uno que llamo su atención ‘‘Vampire temptation’’…aunque el nombre le pareció algo raro, de seguro sería una técnica para atraer más clientes, junto a su extraña decoración de interiores…la cual era bastante tétrica.
Al entrar al lugar sintió un escalofrió recorrerle todo el cuerpo, pero decidió ignorarlo pensando que quizás se debía a que había estado tanto tiempo bajo la lluvia y a que su ropa estaba completamente empapada. No es que fuera presumido ni nada de eso, pero no sería exagerado decir que absolutamente todos allí, tenían los ojos puestos en él…se sentía como si fuera una presa entre muchos depredadores, y eso que él no era de las personas que se acomplejaban fácilmente. A pesar de todo, mantuvo la cabeza en alto y se dirigió a la barra para pedir una bebida, inmediatamente le pasaron la carta para escoger de entre todas las que tenían…ninguna de las bebidas le sonaba familiar, él creía conocer los nombres de la mayoría de las bebidas que solían ser servidas en ese tipo de lugares, pero al parecer está vez era la excepción. Eligió una al azar y tomo asiento, esperando que se la sirvieran.
-Cliente si gusta puede ir a la puerta que está a su izquierda y cambiarse de ropa, se sentirá más cómodo.
-No traje un cambio de ropa, pero no se preocupe, estoy bien.
-Allí hay un cambio de ropa, no tiene que pagar por eso, es cortesía de la casa.
-No gracias…
Ok, eso era aún más raro ¿Qué clase de bar te regala un cambio de ropa? Definitivamente no iba a aceptarlo, ese lugar no le inspiraba confianza ¿Y si le hacían algo raro mientras se cambiaba? O peor ¿Y si nunca más salía de allí? O incluso… Podía salir, pero no vivo.
Por el susto, hasta había perdido el deseo de buscar a alguien con quien pasar el rato y de hecho…nadie llamaba realmente su atención. Terminaría la copa que le acababan de servir y se iría de allí lo más rápido posible.
Sus pensamientos fueron interrumpidos de golpe cuando sintió una mano sobre una de sus piernas, no se atrevió a mirar, al ignorarlo de seguro terminaría yéndose. Pero contrario a lo que pensó que pasaría, aquella mano fue retirada, por el contrario…prosiguió con suaves caricias y fue subiendo hasta llegar a su entrepierna. Empezó con masajes, para después en un rápido movimiento abrir el cierre de su pantalón. Y ahí si volteo a enfrentar al pervertido que lo estaba manoseando. Grande fue su sorpresa; al ver que no era un viejo el que lo tocaba, sino un chico joven, de cabello entre rojizo y negro, de grandes y bellos ojos, cejas finas, labios gruesos y carnosos, piernas bien formadas y hombros ni tan grandes ni tan pequeños. Quedo más que encantado al verlo y ver que este también lo estaba mirando, verse reflejado en aquellos hermosos ojos era más que perfecto.
No supo ni como pero aquel lindo chico de ojos grandes, ya tenía su miembro entre sus manos…seguía un vaivén lento y tortuoso, pero no podía dejarse llevar, al menos no en un lugar así y con la falta de privacidad que había. No era exhibicionista ni nada de eso, y el ser observado por todos en aquel lugar mientras era tocado de esa manera no le agradaba para nada, así que decidió que convencería a aquel chico de continuar con lo que hacía en un lugar más privado.
-H-Hey, espera un m-momento.
Estaba a punto de venirse, pero aquello hubiera sido muy vergonzoso así que intentaba con todas sus fuerzas no hacerlo, por eso la voz le salió de esa manera.
El chico ni se inmuto y prosiguió con lo que hacía ¿Es que no le había escuchado? Tenía que encontrar otra forma de obtener su atención ¿Pero cómo? Si lo detenía bruscamente, solo lograría que más personas miraran en dirección a donde estaba, y definitivamente no quería eso. Intentaría llamarlo de nuevo, y si seguía ignorándolo…ya tenía algo en mente.
-Escucha, no es que no me guste lo que estás haciendo…
-Entonces cállate y deja que siga.
Ah entonces si lo había escuchado la primera vez…
-¿No podemos ir a un lugar más privado? En este momento…por si no lo habías notado, somos el centro de atención.
-¿Y? ¿Importa? Ya lo había notado, no soy tan despistado.
-….
No sabía cómo responder a eso, no sabía cómo definir a aquel chico, solo podía decir que era seguro que no había conocido a nadie así antes, era único en todo el sentido de la palabra.
-Soy Jongin, Kim Jongin. Aunque supongo que es algo extraño presentarme en este momento.
No se le ocurrió nada más que decir ¿Podían culparlo por ello?
-Kyungsoo.
-Kyungsoo…?
-Do Kyungsoo.
O era una persona de pocas palabras…o simplemente no quería hablar con él. Esperaba que fuera lo primero…
Aquello ya le estaba molestando, realmente quería obtener su atención y no lo estaba logrando.
Aunque se molestara, ya no le importaba. Detuvo todo movimiento del contrario, con un leve empujón, tomo su rostro entre sus manos, lo acerco de nuevo hacia él y lo besó. Fue un beso lento y suave al principio, pero rápidamente Soo tomó el control, volviéndolo apasionado y demandante. No quiso quedarse atrás, en medio del beso mordió el labio inferior de Soo, logrando que este abriera la boca en un suave jadeo. Aprovecho el momento para meter su lengua en la boca del contrario, recorriéndola por completo e invitándolo a hacer lo mismo. Podía volverse adicto a besar aquellos carnosos y deliciosos labios.
Su miembro comenzaba a doler por falta de atención, así que corto el beso, pero al parecer el chico quería continuar, pues le volvió a besar y sus manos fueron a parar en su camisa, desabotonando los primeros botones. Reunió todo el auto-control que tenía para no saltar encima del chico ahí mismo y lo detuvo nuevamente. Abrocho como pudo su camisa y aprisiono su miembro entre la tela de sus boxers y su pantalón, subiendo el cierre. Controlo su respiración por unos minutos y tomo al chico de la mano, jalándolo fuera de aquel lugar.
-¿Pero qué crees que haces? ¿Por qué me arrastraste aquí afuera? Creo haberte dicho que no me importaba que nos estuvieran mirando.
-Quizás a ti no te importaba, pero a mí sí.
-Bueno, ya salimos, qué más da. ¿Tu casa o la mía? ¿O prefieres un hotel?
-Oye, tranquilo.
-¿Tú también lo quieres no?
-Ok…mi casa.
Entre empujones, besos y caricias en el elevador, llegaron a su apartamento. Ese chico lo volvía loco, no podía dejar de admirar y acariciar su perfecto cuerpo, y que decir de sus besos eran el jodido paraíso. Nuevamente inicio otra ronda de besos, en el proceso la camisa de Soo termino tirada en algún lugar y la suya de igual manera. Estrecho entre sus manos, las redondas nalgas de Kyungsoo y este soltó un suave gemido como respuesta.
No supo ni cuándo ni cómo, pero llegaron a su cuarto. Lanzo a Kyungsoo a la cama y se quitó los molestos pantalones antes de lanzarse de nuevo contra él. Beso sus suaves labios y fue bajando a su cuello, dejando marcas rojizas que se dé seguro se notarían al día siguiente. Se detuvo en sus pezones, tomo uno de ellos entre sus labios, delineándolo con su lengua para luego chuparlo, haciendo gemir a Soo. Ahora bajo y termino de quitar la última prenda que el otro aún tenía, sus boxers –porque no recuerda ni cuando le quito sus pantalones-.
Tomo entre sus manos el miembro de Soo y con uno de sus dedos jugo con el prepucio, pudo sentir como el otro se estremecía ante su toque, que hiciera aquello solo hacían que le dieran ganas de molestarlo más, y así lo hizo.
-A-Ah s-si vas a m-mamármela hazlo d-de una vez.
-¿Por qué tengo que hacerte caso?
-Porque K-Kai t-te puede ir muy mal si n-no lo h-haces.
-Ja, ja Bueno, si tú lo dices.
¿Qué podía hacerle Kyungsoo a él? Era obvio que lo decía porque estaba desesperado en la situación en la que se encontraba. Pero aun así, obedeció a lo que el otro dijo. Le dio una lamida al miembro de Soo y como pudo se lo metió a la boca de una sola vez.
-Ahh Sí, así K-Kai !
Momento. ¿Cómo sabía que le decían Kai? Nunca se lo dijo ¿O sí?
Kyungsoo tomo su cabello entre sus manos y le marco el ritmo que quería que siguiera. Al cabo de unos minutos se corrió, sin avisarle antes, logrando que se atorara.
-Eso no es gracioso Kyungsoo, debiste avisarme antes.
-¿Ya no importa no?
-Supongo que no…
Se sentía como una mansa paloma cuando Kyungsoo lo callaba de esa manera…
Soo se levantó de donde estaba recostado y lo miro fijamente a los ojos por unos minutos que le parecieron eternos…
-¿Q-Qué i-intentas hacer?
-Nada realmente.
Y tras decir aquello, lo empujo a la cama, posicionándose encima de él ¿Ahora que intentaba? Aquel chico no dejaba de sorprenderlo…
-Bien, aquí voy…
Ahora sabía que intentaba hacer…tomo su miembro y estaba auto-penetrándose, y aquello le parecía realmente sexy ¿Pero no se lastimaría de esa manera? Ni siquiera lo había preparado.
-A-Ahh Soo espera, vas a lastimarte…
-Estoy bien.
Y así lo parecía, pues empezó un vaivén rápido y constante, logrando dar con su próstata en cada ocasión. ¿Había algo más sexy que la vista que tenía ante él? No lo creía posible.
Tomo a Soo de las caderas y lo ayudo, para que pudiera venirse más rápido, y así lo hizo, el entre sus estómagos y Kai dentro de él.
Kyungsoo estaba recostado sobre él y nuevamente levanto la mirada, observándolo detenidamente. ¿Algo había salido mal? ¿Después de todo si lo había lastimado?
-Soo ¿Estás bien? ¿No te lastime?
Y tras decir esto, salió lentamente del interior de Soo, dejando que se quedara recostado sobre él.
-Estoy bien, ya te lo dije. Y si realmente te sientes culpable por ello…hay algo que puedes hacer por mí.
-¿Qué?
-Acércate.
Aún con Soo sobre él, acerco su rostro lo más que pudo y susurro contra sus labios.
-¿Así está bien?
-Perfecto.
En un rápido movimiento Kyungsoo tomo su rostro e hizo que ladeara la cabeza. ¿Por qué quería que hiciera eso? Quizás quería dejar tantas marcas como pudiera, quien diría que Soo era así de posesivo…pero aquello no le molestaba.
Y como pensó, Soo empezó a besar su cuello dejándole una marca, pero lo que sucedió después lo desconcertó por completo. Kyungsoo lo había mordido, pudo sentir como estaba bebiendo su sangre lentamente y aquello lo aterro.
Si Soo era un vampiro…eso quería decir que el nombre del bar…no era solo por excentricidad. Estuvo rodeado de vampiros y ni siquiera lo había notado, es más en este momento tenía a uno sobre él.
Finalmente Kyungsoo saco los colmillos de su cuello y nuevamente lo miro a los ojos, quitándose el rastro de sangre que aún caía de sus labios.
-Simplemente deliciosa. Tu sangre es perfecta Kai.
-…..
-Oh vamos ¿No me vas a decir que estás asustado verdad? Pensé que lo sabías y que por eso entraste al bar.
-….
-Jongin…
Y al ver que no respondía, Kyungsoo acerco su rostro nuevamente al cuello de Kai, justo donde acababa de morderlo y del susto… este lo empujo y se levantó de la cama, retrocediendo lentamente hasta la puerta de salida.
-¿En verdad crees que puedes escapar?
Pero lo dicho solo logro que el otro se asustara más…y cuando estaba por echar a correr, Soo se paró frente a él, bloqueándole el paso y obligándolo a entrar nuevamente en la habitación.
-Ok, mala elección de palabras. No pienso matarte Kai, no tienes por qué asustarte.
Jongin aún estaba pálido, pero esta vez pareció tranquilizarse.
-Me gustas Kai, no podría hacerte daño. Bueno, es verdad que acabo de conocerte, pero llamaste mi atención y espero que podamos seguir viéndonos. Eso claro, sí dejas de asustarte como una niñita cada vez que me acerco a tu cuello.
-¿Y puedes culparme por ello?
Si bueno… Quizás exagero un poquito. Soo no daba miedo después de todo ¿Y qué si era un vampiro? Desde el momento en el que lo conoció, supo que no podría alejarse de él.
-Bueno, realmente no.
-Tú también me gustas Kyungsoo, ya no me importa si eres un vampiro o no, no me alejare de tu lado.
-¿Aunque hace un rato estuvieras asustado?
-Sí…
Se acercaron el uno al otro y compartieron un último beso, antes de recostarse en la cama e ir a los brazos de Morfeo.
-Kai.. ¿Sigues despierto?
-¿Hmh?
-Hay algo que quiero saber… Tú, tienes un poco del olor de nuestro líder ¿Sabes dónde está?
-¿Dónde está quién?
-Suho.