Suho recordó entonces, que le había dicho a Lay que huyera lo más lejos posible y se apresuró en ir a buscarlo, pero por más que lo busco no lo encontró por los alrededores. En su mente se formaron miles de ideas de lo que podría haberle pasado, pero decidió mantener la calma e ir a casa, en el interior rogaba porque realmente estuviera allí.
Y al parecer sus suplicas fueron escuchadas, porque al llegar a casa, lo encontró durmiendo en el sofá. Las noches solían ser demasiado frías en esa época del año, así que lo cargo en sus brazos, lo llevo a su habitación y lo arropo en la cama.
Normalmente dormían juntos, por lo que, cuando acostó a Lay en la cama, este parecía estar buscándolo. Pero él necesitaba pensar, pensar en que debía hacer para que dejaran de perseguirlo, y sobre todo, para que Yixing no se viera afectado por ello, le quería demasiado como para permitir algo así.
No paso ni una hora desde que estaba recostado en la cama, y Lay ya estaba despierto, busco con la mirada a Suho por toda la habitación, al no hallarlo, se levantó, fue escaleras abajo y finalmente lo encontró. Su mirada parecía vagar en algún lugar fuera de la vista que las ventanas mostraban, tenía muchas dudas y realmente quería preguntarle el porqué de tanta preocupación; pero tampoco quería incomodarlo, quizás no quería hablar del tema.
Antes de que pudiera decidir si era correcto o no acercarse a preguntarle, Suho pareció sentir su presencia y volteo a mirar en su dirección, cruzándose así sus miradas.
-¿Está todo bien?
-Sí, lamento haberte asustado. ¿Sabes? Lo he estado pensando y creo que lo mejor es que me vaya, es peligroso que te quedes junto a mí, es posible que más personas como aquel sujeto vengan a buscarme.
En realidad no se había asustado con aquello, solo estaba confundido por lo que había escuchado, quería respuestas y…aunque aún existía la posibilidad de que Jun Myeong no quisiera responderlas, igualmente ya no dudaría en preguntarle.
No le importaba que vinieran más personas a buscarle, él no quería separarse de Suho, no se imaginaba una vida sin él. Y…sincerándose, a lo que realmente le tenía miedo, era a la idea de alejarse de él.
-¿Por qué te buscan? ¿Hiciste algo que causara esto? Y no, ni siquiera pienses en irte, porque no te dejare hacerlo.
-Realmente me gustaría decirte que está pasando, pero si sabes más…estarás en peligro, y no quiero que nada te pase, eres importante para mí.
Tal y como había pensado, no respondió a sus preguntas, aún quería respuestas, pero no lo presionaría más. En su lugar, haría que olvidara los problemas que tenía.
Se acercó a él y lo beso.
Al parecer lo tomo por sorpresa, porque Suho se sonrojo y segundos después sonrió.
-Lay…
-¿Sí?
-Te amo
Esas dos palabras, que tanto había querido oírle decir, finalmente habían sido dichas y Lay no podía estar más feliz.
-Te amo Suho, y así será por siempre, así que no vuelvas a pensar que el alejarte de mí, es una opción.
No diría ‘‘Yo también te amo’’, porque nunca tendría el mismo significado, decir ‘‘yo también’’, era solo corresponder a las palabras del otro, no a sus sentimientos.
Suho acorto la distancia entre sus cuerpos, le devolvió el beso y él gustoso le correspondió.
-Lay, tengo que salir…regresare al antes del amanecer.
-Iré contigo.
-No puedo permitir que te expongas al peligro, si realmente confías en mí, te quedaras aquí.
Claro que confiaba en él, pero aún existía la posibilidad de que algo pudiera sucederle y esa idea no terminaba de gustarle.
-Está bien, pero asegúrate de cumplir tu palabra, definitivamente tienes que regresar.
-Así será.
Y sin decir nada más, salto por la ventana y desapareció en la oscuridad de la noche.
Dio vueltas y vueltas por toda la casa, sin lograr conciliar el sueño, la espera lo mataba y ya no sabía si estaba alucinando o no, pero podría jurar que había escuchado ruido en la cocina.
Pensando que quizás Suho había regresado, se dirigió a la cocina, pero se llevó una gran sorpresa al ver que unos tipos entraban a su casa por la ventana y en sus manos sostenían una foto suya.
Por muy despistado que fuera no se quedaría allí sabiendo que venían a llevárselo, se escondió lo más rápido que pudo, buscando una oportunidad en la que pudiera huir de allí.
Pero sus esfuerzos fueron en vano, igualmente lo encontraron, y aunque quizás fuera inútil, trató de negociar con ellos.
-¿Qué es lo que quieren? Pueden llevarse todo lo que quieran, pero a mi déjenme en paz.
-¿Tratas de negociar en una situación así cuando es obvio que vinimos por ti?
-Al menos tenía que hacer el intento…
-Atrápenlo.
Trato de correr, pero eran más rápidos que él. Trato de pelear, pero eran más que él.
Y por último…trato de zafarse de su fuerte agarre, pero eran más fuertes, y de un golpe en el estómago lo dejaron inconsciente y se lo llevaron de allí.
Horas más tarde, exactamente a las 4:30 am, Suho entro por la ventana de la casa y…lo que vio no le gustó nada. Toda la casa estaba destruida…retratos, platos, libros, ollas, papeles y hasta los muebles estaban completamente destruidos.
Pero no vio a Lay por ningún lado, no podía ser…no podían habérselo llevado, eso quería creer; pero al subir las escaleras y no encontrarle, se dio cuenta de que…si lo habían hecho.
Se dijo a si mismo que lo protegería ¿Qué se supone que hacía entonces cuando lo secuestraron? …vaya manera de cuidarlo. Aunque sabía que no ganaba nada culpándose y lamentándose, no podía evitar sentirse enojado consigo mismo por no haberlo visto venir, incluso le habían advertido que no lo dejarían en paz ¿Por qué no se quedó a su lado?
De pronto diviso un papel sobre la mesa, era lo único que no estaba destruido, se acercó a mirar lo escrito allí.
‘‘Sí quieres a Lay de vuelta, ven aquí por él’’
Aún sin lo escrito en ese papel, él hubiera ido por Lay y algo era seguro, mataría a aquellos que osaron llevárselo de su lado.