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Real Sweet -Traducción- por HanYongMi

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Notas del fanfic:

Sugar Daddy: Hombres y mujeres exitosos que saben lo que quieren. El dinero no es problema, porque son generosos cuando se trata de apoyar a su Sugar Baby.

 

Notas del capitulo:

Hello hello!~

Regreso... Pero no con un FIC  de mi autoria.. ES MI PRIMERA TRADUCCION!!! YEEEEEEEEI YEEEEEEEEI

Si.. entiendo el ingles aunque ustedes no lo crean, lo leo, escucho y escribo (un poco) pero hablarlo es OTRO NIVEL que aun no eh pasado hahahaha .. Aunque en los constantes viajes familiares a EEUU yo soy la que traduce y me veo obligada a hablar.. EN FIN

 

Este es un fic que estoy leyendo en ASIANFANFIC y es totalmente interesante, asi que vengo como un fan mas.. Contacte a la escritora y le pedi permiso para traducilo pensando en todas las personas que no son capaces de leer en ingles! Tienen que leerlo (: 

La escritora es daddy-jjong y aqui esta el link original: http://www.asianfanfics.com/story/view/1013784/real-sweet-angst-fluff-jongkey-shinee-slightminkey

 

so .. this is for the writer: Thank you very much again, I will do my best to translate your beautiful fic and I know many people will love it as much as me <3 

 

Asi que a leer y por favor DEJEN TODO SU DAUN DAUN AL VIU! 

 

Respiraciones pesadas hacían eco a través de la habitación junto con el sonido de piel contra piel, el aire se sentía caliente a pesar del viento que pasaba a través de la ventana abierta.

“Nng..”

El erótico sonido había salido de los labios que se encontraban formando una perfecta “o”, la fuente del sonido era un chico de veintidós años con unos ojos cautivadores y cabello negro, que ahora se encontraba totalmente desordenado y rebotaba cada vez que el joven se movía. El chico se mordía el labio inferior en un intento de mantener la calma, sus uñas sin piedad cavaban en los hombros de la persona debajo de el.

 “Shh.” Susurro el otro hombre, silenciando al azabache con un beso, amortiguando con éxito sus sonidos. Sus bronceadas manos se encontraron con las caderas de su amante, manteniéndolo estable en una posición para después acercarlo a él. Al abrir su boca, un tembloroso suspiro se le escapo, quemando la pálida piel del delgado chico sobre él, volviéndolo absolutamente loco.

El hombre que se encontraba admirando la hermosa vista, dejaba besos con su boca abierta en la clavícula del chico de cabello negro, sintiéndose demasiado cansado como para crear mas mordeduras de amor en la piel de porcelana.

Las respiraciones calientes se mezclaron juntas cuando el pelinegro rodo sus caderas con la polla del otro dentro, enviando pequeñas descargas de placer a ambos.

“Me encanta.. cuando haces eso.” El peliblanco murmuro, provocando que el pelinegro ganara confianza y repitiera el movimiento de rodar sus caderas de una manera experta, a veces inclinándose para besar en el cuello bronceado del hombre bajo el, sonidos de placer siendo liberados al mismo tiempo por los dos.

Una mano bronceada envolvió la dura y descuidada polla del menor, bombeándola descaradamente con vigor, provocando gemidos en el azabache  y haciendo que este arqueara su espalda de una manera sensual. Un gruñido erótico dejo los labios gruesos del mayor ante la vista que tiene frente a el, frunciendo las cejar al ver perversamente el débil cuerpo de su pareja, su mano nunca deteniéndose al acariciar el miembro del pelinegro.

“Silencio.” Recordó al notar que el chico encima suyo estaba siendo demasiado ruidoso.

Aunque no era asunto suyo, todavía no quería que su hermana supiera lo que le estaba haciendo al chico tras la puerta cerrada. Aunque el peli plata sabia que ella tenia una vaga idea.

Y además, esos magníficos gemidos eran solo para el, nadie mas debía escucharlos.

El sofá blanco protestaba con cada movimiento que los dos hombres hacían, pero lo único que ellos podían escuchar era el sonido sucio que la polla del mayor creaba al embestir despiadadamente el culo pálido del menor, golpeando ese lugar que hacia que el azabache mirara estrellas, soles y galaxias cada vez que cerraba los ojos. El peli plata tuvo que estampar una mano contra la boca del menor para ahogar los eróticos gemidos que escapaban de ella, por el golpe la cabeza del pelinegro se inclino hacia atrás dándole al otro una perfecta vista de su largo y pálido cuello que ahora se encontraba cubierto de chupetones.

“Vamos, vente para mi ya.”

El mayor mantuvo su mano bombeando la polla del azabache y abusaba de su próstata al mismo tiempo, sintiendo su propia liberación acumulándose en su vientre. “Se un niño bueno y córrete para papi ¿esta bien?”

Las lagrimas picaban en las esquinas de los ojos del menor, el calor arrastrándose desde sus orejas hasta sus mejillas, pintándolas de un rojo furioso. Lo sentía, esa cálida y familiar sensación en el abdomen, estaba cada vez mas y mas cerca con la atención que recibía su miembro, con cada golpe a su próstata y con cada maldita palabra que dejaban los labios del otro hombre, con su voz oh-tan-pecaminosa. Abrió la boca en un grito silencioso ante el placer que sintió con todo lo que estaba sucediendo al mismo tiempo.

Todo su cuerpo sufrió un espasmo de placer al mismo tiempo que el soltaba todos esos hilos blancos en su abdomen, un gemido prolongado dejo sus labios mientras colocaba su frente en el pecho tonificado del hombre peliblanco. El agotamiento invadió todo su ser, su cuerpo estaba excesivamente sensible mientras su compañero seguía meciendo sus caderas, aun follandolo sin descanso.

“Eso es.” Al hablar, la voz del mayor era entrecortada y temblorosa, pero aquel tono de dominio que siempre parecía poseer nunca desapareció. “No fue tan difícil, ¿no es así bebé?”

Afortunadamente, el mayor se vino después de solo algunos empujones, sus manos temblorosas sostenían de las caderas al azabache; un gruñido bajo dejo sus labios mientras llenaba al menor, manchando sus paredes con su semilla. El pelinegro encontró fuerzas para gemir ante la cálida sensación de ser llenado –algo de lo que nunca se cansaba-

“Kibum, ¿estás bien?” El mayor pregunto después de que salió de el. Se limpió él y después al menor, dejando que este descansara en el sofá, una fina manta cubría su cuerpo pálido.

El ligero olor a humo se hizo presente en la habitación cuando el peliblanco encendió un cigarrillo y después exhalo, colocándolo en un cenicero cercano.

El menor se quejó en voz baja ocultando su nariz con la manta para no tener que percibir ese olor asqueroso que ambos sabían odiaba tanto.

“Jonghyun”. Dijo en voz baja. “¿Puedes llevarme a la habitación?”. Su tono de voz era indeciso y vacilante, como si tuviera miedo de algún rechazo.

Jonghyun asintió, lamiéndose los labios antes de pararse con un resoplido y ponerse sus bóxers que habían sido desechados en el suelo; hizo crujir sus nudillos antes de inclinarse hacia abajo y poner una mano en la nunca de Kibum y otra detrás de sus rodillas, levantándolo al estilo “princesa” sin esfuerzo, la manta aun cubría el cuerpo desnudo de Kibum.

A pesar de que el pasillo se encontraba a oscuras, Jonghyun fácilmente atravesó su departamento (“Quieres decir penthouse”. Kibum recordó) abriendo la puerta del dormitorio de la manera mas silenciosa posible. Durante su pequeño paseo, Jonghyun noto que Kibum había logrado conciliar el sueno, roncaba de una manera suave y su respiración era constante, relajada.

El peli plata se tomo un momento para apreciar las características del niño, dejando que una sonrisa cariñosa apareciera en su rostro. Lo coloco suavemente sobre la cama ridículamente grande, haciendo su mejor esfuerzo para no agitar a Kibum mientras pasaba las mantas sobre el delicado cuerpo. No pudo contenerse de acariciar la cabeza de Kibum antes de regresar a la sala de estar con un suspiro tomando su laptop con el.

A pesar de que le encantaría quedarse dormido junto a Kibum y mantener al niño en sus brazos, había un montón de trabajo por hacer, incluso si el reloj de su ordenador portátil marcaba las tres treinta de la mañana.

A medida de que se sumergía en su trabajo, el sonido de sus dedos tecleando contra el teclado de alguna manera se sentía relajante, el cigarrillo en el cenicero fue olvidado totalmente.

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Kibum despertó aturdido.

Sus parpados estaban todavía de alguna manera pesados, el horrible aliento mañanero en su boca lo hacia temblar por dentro, tenia que ocuparse de el inmediatamente.  Pero simplemente no podía levantarse, el familiar techo lujoso que se extendía ante el le daba un extraño sentimiento de comodidad, casi como si fuera normal que el estuviera ahí, acostado en esa gran cama.

El sabia que no debía ser así.

Con un suspiro trato de deshacerse de los pensamientos negativos que lo invadían tan temprano por la mañana, se puso de pie y froto sus ojos de una manera adormilada mientras ahogaba un bostezo. Una mirada hacia el reloj que colgaba elegantemente en la pared le dijo que eran solo diez minutos después de las siete de la mañana, y se pregunto porque estaba despierto tan temprano en domingo, sin mencionar que Jonghyun lo mantuvo despierto hasta tarde en la noche.

 

Los recuerdos de la noche anterior barrían su mente como si fueran las olas del mar, el dolor punzante en la parte baja de su espalda le recordaba cuan rudo había sido Jonghyun durante su sesión.

Tal vez tuvo una semana estresante. Pensó Kibum brevemente mientras salía de la habitación y caminaba hacia el armario del peli plata, tomando unos calzoncillos y pantalones de chándal grises, mirando brevemente la cantidad de trajes colgados en el armario antes de salir.

Entro a la sala de estar solo después de haber terminado su rutina de la mañana y deshacerse de ese horrible aliento que lo atacaba cada mañana, silenciosamente, Kibum agradeció haber tomado la decisión de traer su propio cepillo de dientes un par de semanas después de que todo el asunto con Jonghyun comenzara.

Kibum no se sorprendió al ver a Jonghyun allí, cómodamente sentado en el mismo sofá en donde habían tenido sexo la noche anterior, sostenía una taza de café en la mano y sus ojos estaban pegados al televisor.

“Te has despertado temprano.” Jonghyun comento, cálidos ojos marrones viendo la pantalla. Kibum miro de reojo la TV y levanto una ceja cuando vio que se trataba de algún programa de cocina, se pregunto porque Jonghyun miraba eso cuando no tenia ningún interés en cocinar algo. Kibum sabia que Jonghyun apenas podía hacer huevos.

Kibum simplemente asintió con la cabeza, tomo su propia taza de café y se sentó en el sofá mas pequeño, frente a Jonghyun. “Voy a tomar el desayuno y después cocinare algo para ti antes de irme.”

Era una rutina por ahora, un habito inquebrantable del cual Kibum no podía deshacerse incluso aunque quisiera.

El iba al apartamento de Jonghyun cada vez que este se lo pedía, después follaban –en la habitación del peli plata, en el closet, en el baño, en la cocina o en la sala- en cualquier lugar a donde eran capaces de llegar durante el frenesí.

Su relación era demasiado simple, pero increíblemente complicada a la vez.

Kibum complacía a Jonghyun y este se lo pagaba con dinero. Eso sonaba como si el rubio fuera una puta. Bueno el pensaba que era algo similar, pero Kibum era un estudiante universitario tratando de salir adelante, y Jonghyun lo follaba, así que era una situación de ganar-ganar.

Ambos se conocieron cuando Kibum aun trabajaba en una cafetería (fue despedido después de que su jefe se enterara acerca de su sexualidad). En ese entonces para Kibum, Jonghyun era solo un cliente regular y atractivo..

Con un suspiro, no pudo evitar desear poder viajar atrás en el tiempo cuando las cosas eran mas simples.

No sabia exactamente cuando las cosas dieron un giro inesperado y se convirtieron en lo que era ahora. Tal vez había sido la tensión sexual innegable que había entre ellos cada vez que hablaban, porque un día todo cambio.

Cuando estaban a punto de cerrar la pequeña cafetería y esta estaba vacía salvo por dos personas, todo sucedió bruscamente. Habían besos, una lengua que buscaba a tientas la otra desesperadamente, y antes de que Kibum siquiera procesara todo lo que estaba sucediendo, ellos ya estaban en la trastienda y Jonghyun lo había inclinado sobre una de las mesas.

 

Al principio eran amigos normales con beneficios, pero un día Jonghyun decidió llevarle un café a Kibum, y una simple taza de café se convirtió en algo cotidiano, y después Jonghyun lo estaba llenando de lujos, comprándole a Kibum todo lo que le parecía bonito o algo que sabia le quedaría perfectamente al pelinegro. Todo se convirtió en algo peor cuando Kibum fue despedido de la cafetería, le tomo al azabache un par de horas convencer a Jonghyun que no necesitaba un apartamento para sentirse mejor.

Y ahora estaban ahí, siete meses mas tarde enredados en el desastre que era su relación.

 

Aunque Jonghyun tuviera tan solo 26 años, era un hombre de negocios increíblemente exitoso, con demasiado tiempo en sus manos y demasiado dinero en su billetera. Por eso a el no le importaba la cantidad de dinero que derrochaba en Kibum, sobre todo cuando el menor le pagaba con sexo alucinante.

El sonido de la taza de Jonghyun golpeando contra la mesa hizo a Kibum despertar de su ensoñación dándose cuenta de que su propia taza se encontraba vacía. Se puso de pie y tomo el recipiente de Jonghyun con una mano antes de caminar hacia la cocina, de la cual estaba absolutamente enamorado por ser tan grande, iluminada y espaciosa.

Kibum lavo los platos en piloto-automático, mirando distraídamente como el agua clara corría fuera del grifo, sus ojos desenfocados como si estuviera hipnotizado. Cuando termino estaba a punto de dar la vuelta, pero el repentino calor alrededor de su cintura desnuda lo sobresalto, casi haciendo que una taza escapara de su mano y cayera al fregadero.

Solo le tomo un momento para calmarse y empezar a apreciar los pequeños besos inocentes que Jonghyun colocaba en la parte posterior de su cuello, un suspiro contento escapando de sus labios ante el sentimiento. Sus parpados cerrándose por si mismos y Kibum echo la cabeza hacia atrás, dejándola reposar en el hombro de Jonghyun.

“¿Dónde esta Sodam?” Pregunto suavemente, refiriéndose a la hermana de Jonghyun que a veces le hacia visitas al mayor, así como lo había hecho el día anterior. Esa fue la razón de porque Kibum tuvo que permanecer callado durante la sesión.

“Se fue temprano, tenia que tomar un avión hoy”. Respondió Jonghyun, pero el estaba obviamente distraído, a juzgar por el camino que sus labios seguían por la piel desnuda de Kibum y por como comenzaba a mordisquear el hombro expuesto, ganándose bastantes risas de parte del mas joven.

“Basta, tengo que cocinarte algo..” Kibum se quejo por el repentino ataque cariñoso de Jonghyun, retorciéndose ante su tacto, poniendo sus manos sobre las de Jonghyun que se encontraban en su estrecha cintura. “Hyung”. Dijo, usando la palabra que el sabia lo ayudaría a quitarse a Jonghyun de encima, puesto que el no utilizaba el lenguaje formal con el.

Y efectivamente, Jonghyun deshizo su abrazo unos momentos mas tarde, camino al otro lado de la barra de la cocina y se sentó en uno de los taburetes blancos que había allí. “¿Qué vas a cocinar?

Kibum se encogió de hombros mientras abría la nevera y hurgaba en ella. “Oh, hay pasta de sobra” señalo, mas para si mismo que para Jonghyun. “ ¿Qué dices si hago unos huevos para mi, y cocino un poco de gimjang kimchi para ti, para toda la semana?.”

Jonghyun asintió con la cabeza mientras apoyaba el codo en la barra, su barbilla descansando en la palma de su mano.

Intentaba concentrarse en lo que Kibum estaba haciendo, lo intento realmente, pero el aspecto del mas joven era demasiado distractor… El pantalón que portaba el menor estaba colgando bajo de sus caderas y no ocultaba la forma espectacular del culo de Kibum, sin mencionar que el chico estaba sin nada de ropa en la parte superior de su cuerpo, dejaba a la vista su vientre plano y esos pezones color rosa; además de todas las marcas con las que Jonghyun había decorado su piel la noche anterior.

¿No tienes frio?.” Jonghyun decidió preguntar, mordiendo su labio inferior, intentando (y fallando) quitar su mirada de Kibum, quien estaba a punto de agrietar un huevo con el borde de un plato.

Después de todo, ya era octubre, y aunque el lugar de Jonghyun estaba cálido, Kibum debía sentir frio con un traje como el que portaba, ¿cierto?..

Kibum sacudió su cabeza en modo de respuesta, y fue entonces cuando Jonghyun noto el pelo absolutamente adorable y despeinado que Kibum portaba y que aun no se había encargado de peinar.

“¿Trabajaras hoy?”. Pregunto el azabache después de unos minutos de cómodo silencio, mientras el mezclaba los huevos en un plato de una manera experta.

“No, a menos de que haya una emergencia.”

Ambos sabían eso muy bien; los fines de semana Jonghyun generalmente trabajaba desde casa y no asistía a la empresa a menos de que hubiese una emergencia o necesitaran su ayuda. A pesar de saberlo, Kibum quería charlar.

“Ah..”

El sonido que Kibum escucho hizo que levantara su vista hacia Jonghyun, mirándolo con un signo de interrogación en la cara, hasta que se percató del porque  Jonghyun lucia sorprendido.

“Esta nevando”. Sentenció.

Kibum coloco los utensilios en la barra de la cocina y camino hacia una de las ventanas, colocando la palma de su mano en el cristal.

Observo, como pequeños puntos de color blanco caían desde el cielo, comenzando a pintar el escenario de Seúl de un blanco puro.

Mientras Kibum sonreía debido a la nieve, la razón de la sonrisa de Jonghyun era la mirada ilusionada que Kibum tenia en su rostro.

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Kibum se fue a su casa unas horas después, miraba la puerta de su departamento con el ceño fruncido.

Odiaba vivir solo.

A pesar de que sus amigos, junto con Jonghyun, trataban de distraerlo de su propia soledad la mayoría del tiempo, el no podía evitarlo, cada vez que dejaba el enorme y acogedor penthouse de Jonghyun y regresaba a su apartamento pequeño y vacío.

Ingreso con un suspiro, trabando la puerta detrás de el e inmediatamente camino hacia su dormitorio, tirándose en la cama pequeña e incómoda. El gemido que escapo de sus labios fue amortiguado por la almohada.

Extrañaba a sus padres. Prácticamente estaban viviendo su vida sin el, divirtiéndose en América mientras el estaba atrapado ahí. El amaba Seúl, estaba seguro de eso, pero amaba a sus padres mas. Tenían con frecuencia llamadas telefónicas y trataban en Skype de vez en cuando, pero las llamadas internacionales eran realmente costosas y la conexión a internet era terrible cada vez que trataban de comunicarse a través de video-chat.

Pero realmente no podía quejarse, puesto que le enviaban una cantidad razonable de dinero cada mes (que usaba solo para pagar el alquiler y las facturas. Todos sus otros gastos, aunque odiaba admitirlo, estaban cubiertos por Jonghyun). Pero en tiempos como esos, en donde lo único que podía escuchar era el molesto TIC-TAC del reloj de pared.. No podía hacer otra cosa mas que sentirse solo.

Tal vez debería encontrar un novio…

Kibum fingió que no entendía porque su corazón martillaba fuerte, sentía que alguien apretaba el órgano por el simple pensamiento.

Fingió que no pensaba en Jonghyun justo después de que la palabra “novio” cruzaba su mente.

 

 

Notas finales:

POR FAVOR COMENTEN SI LES HA GUSTADO AUNQUE YO SE QUE SI :)

 

Ademas le dije a daddy-jjong que le pasaria comentarios que ustedes dejaran aqui! SIIIIIIIIIIIIIIIII? ♥

 

Lo merezco por la traduccion?.. Lo merece ella por su fic? ♥


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