Me enamoré de ti
Aún no entiendo como algo tan simple como una mirada pueda hacer que miles de emociones llenen mi cuerpo, el solo roce con su piel hace que me sonroje a más no poder, el escucharlo hablar es otra cosa por la cual me pongo nervioso. A pesar de ser “amigos”, bien no somos amigos, pero casi lo somos, bien no, no somos ni casi amigos, solo compañeros de clases, vecinos y ya no hay más. Aunque deseo que eso cambie…
-“¡Alex levántate ya!”- se escuchó el grito de un hombre, el era su padre, Carl. Si bien quizás no era el mejor padre del mundo pero hacia su esfuerzo.
El muchacho se levantó perezosamente, caminaba arrastrando los pies y con una lentitud similar a la de una tortuga, si bien Alexandre, ese era su nombre, no era la clase de chico que se preocupaba por obtener buenas notas ya que las obtenía sin esfuerzo alguno, era totalmente despreocupado, cuando lo insultaban o lo trataban mal parecía que antes de salir de casa se hubiese bañado en mantequilla, todo se le resbalaba, con respecto a las opiniones negativas, excepto por una sola opinión, la de su compañero de clases y vecino, Cesar Coulter.
-“¡dale hijo que vas tarde!” - volvió a gritar su padre
-“¡ya voy!”- contestó y se apresuró a cambiarse, una vez listo bajo, encontrando se con su padre y el desayuno listo. Comió normalmente y sin preocupaciones a pesar de que su padre le insistía constantemente que se apresurara. Terminó su desayuno, levantó los platos que había ensuciado, los lavó con calma para después despedirse de su padre e irse al instituto.
En su trayecto iba pensativo, perdido en sus pensamientos hasta que un bocinazo le devolvió a la realidad
-“¡con ese paso llegaras más tarde!”- le dijo su amiga Lizzy ella era en quien más confiaba, aparte de Susana, Laura, Margaret y Rosa. Lizzy se llevaba el primer lugar.
-“espero que me des un aventón”-
-“bueno ¿que esperas para subirte al auto?”- Alex dio una sonrisa y se subió en el asiento del copiloto, no tardaron mucho en llegar al instituto. Todos los presentes fijaron su vista en Lizzy y como no hacerlo si ella era bella aunque ella lo negara con todo su ser: cabello castaño claro, ojos verdes, piel canela clara y un cuerpo definido, estatura normal y de un carácter dulce, era eso o bien el auto nuevo.
-“no me agrada cuando me ven así”- dijo con los ojos cerrados y cruzada de brazos
-“pues a mi me gusta”- se escucho a sus espaldas y ahí se encontraba Rosa una de sus amigas, pelinegra, ojos castaños, llenita y piel morena.
-“tu cállate Rosita”- le respondieron Alex y Lizzy imitando a la Rosa de Alicia en el país de las maravillas y es que a su amiga le quedaba tan bien esa frase. Rosa solo atino a pujar. Cada quien se dirigió a su respectiva aula, pues estaban en salones distintos. Alex se dirigió a su lugar hasta el final en una esquina, desde ahí podía observar a Cesar, quien se sentaba en la fila de al lado en el segundo pupitre, sin que él lo notara o al menos eso creía.
-“bien jóvenes, acomódense por favor hay examen”- dijo en cuanto entró el profesor
-“¡¿Qué?! ¡¡NO PROFE!!”- se oyeron los gritos de inconformidad por parte de todos sus compañeros, incluyendo a cesar, Alex solo se limito a dormirse. El sabia que el profesor lo regañaría pero no más, solo por ser el mejor en su clase, es decir, ser el mejor en matemáticas.
El tiempo transcurrió rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos ya era descanso, lo que sorprendió a Alex fue que frente a él estaba parado su amor platónico, Cesar, observándolo con sus hermosos ojos verdes con una mezcla de azul y amarillo.
-“Alex ¿no es así?”- Preguntó ¿acaso no lo conocía?
-“si”- respondió, aun no creía que no supiera de su existencia y ¡mas si eran vecinos!, si fuese otra persona le importaría un reverendo pepino si le conocía o no, pero cesar era diferente, totalmente diferente. y que no conociera ni siquiera su insignificante nombre ese ya era el colmo de los colmos, pero por ser CESAR COULTER su amor PLATONICO lo perdonaría
-“Bueno...soy Cesar Coulter”-
<<Como si no lo supiera>> pensó - “¿a que se debe tu repentina e inesperada visita?”-
-“Bueno yo...yo quería saber si tu...podrías...”-
<< ¿Si yo podría violarte? Claro >> lo interrumpió mentalmente
-“Ayudarme en esta materia, pues no soy muy bueno en esto y ¡por favor ayúdame!”-
<<Puedo aprovecharme... ¡NO! Alex calma tu solo di que si y lo tendrás cerca>> pensó y después de unos segundo respondió -“bien te ayudare”-
-“¡gracias!”- dijo y se retiro del lugar
-“y se fue así nada más”-
-“Alex”- llamo cesar -“se me olvido preguntarte... ¿cómo puedo pagar este favor?”-