Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi otro yo. [ XiuHan || LuMin ] por Geli

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Hola! Bueno, este es el primer fanfic que publico y espero que les guste. 

 

– Dialogos normales.

– Dialogos internos de LuHan (Su otra personalidad)

Notas del capitulo:

Espero les guste.~

''El trastorno de identidad disociativo es un diagnóstico controvertido descrito como la existencia de dos o más identidades o personalidades en un individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente.''

 

Piso tres, segundo pasillo a la derecha, habitación 799. Paciente: Lu Han, Trastorno de doble personalidad.

 

______________________________________________________________________________________________________

 

 

Una, dos, tres pastillas, cada una entrando a su boca; Lo mismo de siempre, día tras día, lo mismo de hace ocho años, ochos años en el mismo lugar, la misma habitación celeste, techo blanco, alfombra crema, cama a la derecha, manta azul, almohadas blancas y manchas carmín.

La luz se colaba entre las blancas cortinas, dos mantos demasiados delgados para el gusto de cualquiera, demasiado gruesas para el gusto de LuHan.

Uno, dos, tres golpes, cuatro golpes, cinco golpes  en la puerta que lo obligaron a levantarse; Suspiró, oxigeno entrando por sus fosas nasales, saliendo por sus labios; Oxigeno malgastado, inservible para un muerto viviente.

Y allí estaba, la bonita enfermera, la que cada día llegaba a entregar sus pastillas tres pastillas, uno dos tres. La bonita enfermera, la zorra de siempre. . .  la bonita enfermera.

—Gracias.—sonrió, lo más amplio que pudo, sonrió para que viera que él también podía ser normal, sonrió para que ya no lo mirara con asco, das asco.

Una, dos, tres pastillas bajando por su garganta, reuniéndose con las otras tres pastillas del día anterior, del lunes pasado, de hace dos semanas, de hace tres meses, de hace 8 años.

Volvió a su cama, dejándose caer entre las mantas azules, las mantas con nubes, aves, aves volando, siendo libre, libre como él soñaba, como su alma deseaba.

Eres débil, eres débil, eres débil.

Uno, dos, tres azotes de su cabeza contra la pares, la pared celeste, la pared teñida con sangre, la pared.

Uno, dos, tres horas en la camilla, tres horas sedado, tres horas para que él por fin se fuera, para que él  volviera a su lugar, en lo más profundo de su mente.

Él se fue, él volvió, él se fue, él  volvió.

Déjate vencer.

Él nunca se irá.

 

______________________________________________________________________________________________________  

 

— ¿Todo bien? —El hombre mayor soltó con voz suave, sin levantar la mirada de aquel trozo de papel recargado en su regazo, repleto de letras deformes, oraciones, números y caligrafía difícil de descifrar.

—Supongo. —Siente la mirada, la mirada del hombre nuevamente puesta en él; Odia que lo miren, que le interroguen.

—¿Cuánto ha pasado? ¿2 años?

—Dos años, 7 meses, 957 días. —responde, mirando el suelo, el suelo color café, el mismo de hace 10 años. Porque aquí nada cambia, porque el tiempo pareciera avanzar, todos se hacen más viejos, unos llegan, otros se van; Pero allí está él, viendo como solo pasan los días y todo sigue igual en su vida. Duele, duele cada vez más y se lamenta por no haber disfrutado mejor aunque sea un poco aquellos años en que al menos podía dormir sin miedo a que aquel demonio  dominara  sus sentidos.

Cierra la puerta y avanza por el pasillo. 957 días, los cuenta, los recuerda, LuHan cuenta, nunca deja de contar. Casi dos años desde la última crisis, dos años sin él haciendo acto de presencia, arruinando su vida, arruinando lo que le queda de vida, se corrige.

Regresa a su cuarto, el mismo de siempre, la misma habitación celeste, techo blanco, alfombra crema, cama a la derecha, manta azul, almohadas blancas y manchas carmín. 

 

 

En los días como ese se pregunta que hizo mal, cual es la razón de su castigo, porque le tocó una vida como esa. ¿Por qué no acaba su agonía? ¿Qué clase de broma de mal gusto era todo eso? 10 años mirando las mismas personas, 10 años tomando las mismas tres pastillas blancas, 10 años de la misma mierda.

Aquel que descansaba en su interior era más que una pesadilla, más que un demonio. Era el monstruo que aguardaba bajo su cama cada noche de pequeño, viviendo en su propio interior. Esperando el momento perfecto para salir, para apoderarse de él, para llevarlo a lo más recóndito de su conciencia sin poder hacer nada, solo ver como aquel se apoderaba de sus acciones y provocaba un nuevo caos, uno tras otro, error tras error; Y él sin hacer nada, porque era débil eres débil y no tenía la fuerza para detenerlo, no cuando ya no quedaba nadie, nadie por quien luchar, por quien desear un futuro mejor. Solo él, solo nosotros.

Fue ingenuo, creyó que podría tener la vida perfecta, que nada lo haría caer, pero de un segundo a otro todo se vino abajo, su mundo por completo, siendo solo un niño sin conciencia de todo lo malo que vendría a su vida. Él no tenía la culpa, solo le tocó estar en el lugar y momento equivocado, presenciando algo tan horrendo, algo que lo perseguiría hasta el final; La causa de que su cabeza estuviera mal, él estaba mal, o quizás siempre lo estuvo, siempre un defecto de fabrica.

Cada noche antes de caer en brazos de Morfeo deseaba no despertar al amanecer siguiente, desaparecer de su realidad, eres débil LuHan. Pero a veces llegaba ese momento donde creía merecer algo mejor, tener su final feliz como en los libros que leía tardes enteras bajo las mantas de su cama, aquellas donde el protagonista tiene el hogar perfecto, la familia perfecta y conoces al amor de tu vida en la situación más patética y cliché que puede existir; Pero sabía que no era su caso, no lo merecía, no era el protagonista de su historia, era un monstruo, era una mentira, el antagonista de toda la trama, la oscuridad tras una falsa sonrisa.

Uno, dos, tres pastillas.

Dos años desde que él no aparecía. Una sonrisa pasó por sus belfos un par de segundos, después de mucho tiempo sentía algo de alivio, había pasado bastante tiempo. Quizás no volvería, quizás solo quizás... podía acercarse a lo normal.

Normal, no me hagas reír.

Pero el dominio nunca te deja, nunca te abandona, se alimenta de ti, disfruta tu sufrimiento, se ríe en tu cara, tu caída es su placer;  Destruye tus alas, tus sueños, tus anhelos y allí estás sin poder hacer nada, nunca puedes hacer nada. Nada.

 

 

LuHan miró por su ventana, por tercera, cuarta, posiblemente quinta vez en el día. Observó las gotas que se deslizaban por el cristal, observó la brisa mover las ramas de los árboles, observó los rosales tan rojos como la sangre que hace un tiempo cubría la pared celeste; LuHan nunca deja de observar. Pero ese día es diferente, esa tarde de primavera todo cambia, su estomago se retuerce, su respiración se agita y su corazón se acelera de una manera que nunca antes pudo sentir.

Ojos brillantes observan fijamente un niño, un pequeño que nunca antes sus pupilas tuvieron el gozo de contemplar. Aquel niño que acariciaba con delicados movimientos aquellos mismos rosales que se encontraban frente a su ventanal, rosando cada pétalo como si al más mínimo respiro se pudieran deshacer entre sus dedos.

Miradas tímidas haciendo contacto por primera vez a través del vidrio, miradas que se encontraron el algún momento como dos imanes.

 

LuHan sintió, sintió emociones aflorar en alguna parte, sintió después de mucho tiempo, sintió el miedo, sintió el pánico cuando la oscuridad se iba haciendo paso. Porque él igual siente, el demonio también desea y anhela, porque él volvió, él quería lo mismo. No podía negarse, no podía detenerle, él nunca se va, él siempre estará, ambos son uno, él es su otro yo.

Notas finales:

Prometo que los otros capítulos serán más largos. Y aviso que puede que actualice una vez por semana, es fin de año y tengo los exámenes finales hasta Diciembre ;u; así que eso. 

 

También subí la historia a Wattpad: https://www.wattpad.com/myworks/52703856-mi-otro-yo-xiuhan-lumin


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).