Eran casi media noche y Sasuke por fin aparecía en su casa, después de haber salido de la empresa se fue a tomar un par de copas en un vano intento de disminuir el dolor que lo invadía ante la idea de que posiblemente mañana fuese su último día con su rubio amado.
Ciertamente el moreno no se encontraba en buenas condiciones, estaba tambaleando y cada rato chocaba con algún objeto, sin embargo aún no estaba tan mal como para caer inconsciente.
Como pudo entro a su casa y encontró las luces apagadas, no le importó, no estaba en condiciones para ponerse a pensar en donde podría estar Sakura.
Se dirigió a su habitación, pero vaya sorpresa que se llevó al ver que esta se encontraba bellamente decorada con pétalos de rosas rojas tanto en la cama como en el piso, así como unas velas estratégicamente colocadas, dándole al lugar un aire romántico.
- pero que...
- ho...hola Sasuke-kun - si ya estaba impresionado, la nueva visión que tenía lo había dejado sin palabras, Sakura se encontraba con un top que dejaba a la vista su vientre plano, un mini short con una colita de conejo y unas medias largas que le llegaban hasta un poco más debajo de las rodillas, todo en un tono negro que resaltaban su piel, y de adorno unas orejas de conejo.
- Sakura ¿pero que es todo esto?
- na...nada especial yo... yo solo quería darte una sorpresa, ¿te gusta? - pregunto de manera coqueta mientras un gran sonrojo producto de la pena y nervios adornaba sus mejillas
Sasuke no dijo ni hizo nada, pareciera que estaba en shock
Sakura al notar el mutismo de Sasuke se felicitó mentalmente al poder impresionar a su esposo, decidida se acercó a Sasuke y bajo la atenta mirada ónix se arrodillo frente al moreno, llevo sus temblorosas manos hasta el cierre del pantalón del moreno para bajarlo.
Ante esto el moreno reacciono y de jalón se le paso el efecto del alcohol.
- ¿qué crees que haces? - pregunto ligeramente molesto mientras sujetaba las manos de la peli rosada
- ¿no es obvio amor? - pregunto en un tono meloso que no causo ningún efecto positivo en el moreno - ahora si me permites continuar
- no, no te permito - soltó von brusquedad a Sakura haciendo que esta cayera al piso y se alejó de ella para acomodarse los pantalones - ¡no sé porque hiciste esta estupidez, pero no lo vuelvas a hacer!
- yo... yo creí que te gustaría - comento débilmente sin ponerse de pie
- ¡pues creíste mal! - comento mientras apartaba la mirada, una parte de él le reclamaba por tratarla así, a pesar de todo aún tenía afecto hacia ella y no le gustaba verla humillarse de esa manera
- no... no lo entiendo - Sakura tenía la cabeza gacha por lo que no podía verle la cara, sin embargo su voz le permitía saber que estaba llorando - ¿por qué?... ¿Por qué ya no quieres tocarme? a...acaso ya no te gusta mi cuerpo
- no es eso Sakura - se acercó y le ofreció una mano para ayudarle a ponerse de pie, pero de un manotazo ella lo rechazo
- ¡¿entonces qué es?!
- Sakura entiende eres hermosa... - en eso no mentía, debía admitir que ella se veía realmente bien, sin embargo él ya no tenía ganas de estar con cualquier persona que no fuese su rubio, lo amaba demasiado y no se perdonaría el engañarlo con su esposa, por muy ridículo que eso sonase - pero esto... no puedo
- ¡cállate! ¡No lo entiendo! - sujeto sus piernas y escondía su cara entre ellas - ¡no lo entiendo! ¿Por qué eres así? ¿a...acaso no me amas?
- Sakura... lo siento - sin más dejo la habitación dejando a la peli rosa sola y destrozada
Sasuke salió de su casa y dio un gran suspiro, aun no terminaba de asimilar lo que acababa de pasar, solo podía notar que las cosas estaban realmente mal, lo mejor sería dejarla sola por esa noche, paro un taxi y le dio la dirección de su hermano, ya mañana trataría de arreglar la situación.
Era un nuevo día y Sasuke se encontraba en su oficina tratando de distraerse de todo lo que pasaba, pero simplemente no podía. Las ojeras que mostraba delataban que no había podido conciliar el sueño en toda la noche, se la había dándole vueltas y vueltas a toda la problemática situación. Por un lado lo que había pasado con Sakura, nunca pensó que la chica fuese a hacer algo similar, las cosas con ellas eran cada vez más complicadas por un lado pensaba que era lo mejor, tal vez así lograse que Sakura abriese los ojos y le pidiese el divorcio, por el otro se sentía fatal, aun a pesar de todo, la quería, no la amaba, pero le tenía afecto y no quería que las cosas siguiesen así no quería seguir viéndola triste por su culpa. Por el otro lado estaba con Naruto, la verdad es que su conciencia le regañaba constantemente por tener un amante, sin embargo realmente amaba a ese rubio, pero tal pareciese que su amado estaba llegando a un límite y en cualquier momento lo abandonaría.
Ante todo, pareciese que solo tuviese dos alternativas, pedirle el divorcio a Sakura o dejar a Naruto y seguir con su matrimonio.
La primera opción implicaba ser libre y poder estar con la persona que lo hace feliz, sin embargo también abarcaba perder todo: la empresa, terrenos, acciones, bienes, todo, no se quedaría ni con un solo centavo producto no solo de su esfuerzo, si no el de sus padres y sus abuelos. Naruto le había comentado que si el dinero era el problema, él lo solucionaría, no por nada la familia Namikaze-Uzumaki era una de las más poderosas del país, sin embargo él no quería estar como un mantenido, además que toda la fortuna Uchiha no era solo suya, la mitad le correspondía a Itachi, al menos en hechos porque no tenían ningún papel para demostrarlo.
Itachi no estaba consiente de todo lo que pasaba, siempre actuaba normal frente a él y aparentaba tener un feliz matrimonio, Itachi no se lo creía, pero tampoco llegaba a imaginar que tan serio era el problema. Fácil podía decirle a su hermano y sabía que este le apoyaría en su decisión de divorciarse, pero no quería afectarlo, no quería dejarlo sin nada, ya le había causado demasiados problemas a su hermano durante su adolescencia como para hacer eso.
La segunda opción tampoco era mejor, no estaba dispuesto a alejarse de su rubio mientras este no se lo pidiese. Sabía que era egoísta porque lo único que estaba logrando con todo eso era lastimar a las personas que lo querían, necesitaba tomar una decisión antes de que todo se saliese de control.
- Sasuke-sama – despego su mirada de su computadora y la dirigió hacia la puerta de su oficina donde estaba su rubio, aunque le extraño que le llamara de esa forma.
- pasa Naruto – apenas le dio la indicación, el rubio entro al despacho poniendo seguro a la puerta y Sasuke se puso de pie para abrazar a su rubio – ¿necesitas algo?
- no – dijo separándose – solo vine a confirmar si podía ir a tu casa hoy – hablo se forma seria haciendo que las sospechas del moreno aumentaran
- sí, solo me queda un ajunta y seré libre
- de acuerdo, te espero – tomo el pomo de la puerta para salir pero antes de eso Sasuke lo tomo del brazo y lo giro para verlo
- Naruto ¿puedo saber para qué quieres ir a mi casa?
- lo siento, pero no pudo decírtelo ahorita
- de acuerdo – con eso lo soltó y el rubio se giró para salir - te amo – pero el rubio no volteo a verle
- nos vemos luego – contesto saliendo de la oficina del azabache quien quedo triste porque el rubio no le respondió
Karin se encontraba en el hospital haciendo su labor cuando su teléfono comenzó a sonar
- moshi moshi – contesto
- Karin
- ¡ah! Naruto ya era hora creí que jamás recibiría tu llamada
- jaja lo siento digamos que tuve algunas dificultades
- ¿pero todo bien?
- si ya esto todo listo
- ¿ya hablaste con Sasuke?
- no lo hare hoy, después de “eso”
- entiendo, ¿entonces ya hago lo que me pediste?
- sí
- de acuerdo, yo te aviso cuando ya este
- gracias
- no tienes nada que agradecerme, bueno te dejo, luego me cuentas como te fue con Sasuke
- claro, nos vemos
- Nos vemos – sin más colgó para dar un sonoro suspiro, rogando mentalmente a que todo saliera bien.
Sasuke acababa de terminar con su última junta del día y se dirigía a la oficina de Naruto para poder irse, entro como si nada, como ya era costumbre y lo que vio lo hizo enojar, su pareja estaba muy feliz abrazando a un hombre de cabellos negros en un peinado de piña
- ¿interrumpo? - Naruto dio un brinco debido a la sorpresa, no había notado en que momento había llegado el Uchiha
- a Sasuke, no te vi entrar
- uhm - al notar el ceño fruncido de Sasuke supo que no estaba nada contento con lo que acababa de ver, así que lo mejor era retirarse antes de que buscase algún pleito
- Shikamaru, me tengo que ir, ¿seguro que puedes entregarle los papeles?
- que problemático, pero no te preocupes yo me encargo
- ¡gracias! Enserio te debo una
- me debes varias, pero luego hablamos de eso
- cierto - rio apenado - ¡nos vemos luego! - salió corriendo al ver que su pareja ya había comenzado a caminar sin él.
Ambos subieron al elevador para dirigirse al estacionamiento. Durante el viaje ninguno de los dos dijo nada provocando un silencio incómodo. Cuando llegaron se bajaron del auto y el moreno abrió la puerta de la casa, mejor dicho mansión y le dio el pase a su acompañante
- siéntete cómodo
- gracias
- bien ¿para que querías venir?
- necesito hablar contigo – ante esto el moreno dejo de lado su enojo y lo remplazo con preocupación al ser consciente de lo que eso significaba
- bien hablemos
- pero no aquí, ven – tomo la mano del oji-negro y lo dirigió hacia la habitación principal de la que ya sabía su ubicación de las pocas veces que había ido a la residencia del Uchiha
- Naruto… - el moreno se vio interrumpido por el teléfono del rubio al recibir un mensaje quien sonrió al leer el contenido – Naruto – esta vez se vio interrumpido por los labios ansiosos de su pareja – es…espera creí que… creí que querías hablar – logro articular entre el beso
- dejemos eso para después – le contesto mientras retiraba el saco del azabache y comenzaba a desabotonar su camisa
- pero…
- shhh solo déjate llevar – el moreno no dijo nada más temiendo que esa pudiese ser su ultima vez con Naruto.
Sakura se encontraba dentro de un taxi con rumbo a su casa, había ido a trabajar, pero tras la insistencia de una de sus compañeras que no dejaba de repetir lo mal que se veía, terminaron mandándola a descansar.
Tal vez eso había sido lo mejor, realmente le era imposible el poder concentrarse, a cada rato su mente le traicionaba haciéndole recordar lo que había pasado la noche de ayer. Sumado a eso tampoco podía concentrarse debido a que un mal presentimiento no dejaba de molestarla.
Seguía preguntándose qué es lo que había pasado, ella creía tener un matrimonio feliz, pero en fechas recientes no había dejado de cuestionárselo.
Era entonces que realmente tenía miedo, miedo de que Sasuke le hubiese cambiado, que se hubiese conseguido a otra mujer, tal vez alguien más joven, con más curvas, más divertida.
Ya varios se lo habían advertido, pero ella se negaba a aceptarlo, ella quería creer ciegamente en Sasuke, pero cada vez se hacía más difícil, y eso hacía que su corazón doliera, porque no podía imaginarse la vida sin su amado.
- llegamos - salió de sus pensamientos cuando el conductor le dio el aviso, le dio el dinero correspondiente y salió del taxi.
Se acercó hacia la entrada, pero con cada paso que daba ese mal presentimiento seguía creciendo. Entro a la casa y las luces estaban apagadas, no le sorprendió, a esas horas Sasuke suele estar en la empresa, con calma subió las escaleras para dirigirse a su habitación en el segundo piso.
Cuando estaba cerca se percató que la puerta se encontraba ligeramente abierta y podía escuchar algunos ruidos.
Con cuidado se acercó pero lo que escucho la dejo inmóvil
- aaahh Sasu...ke
- Na..naruto más ahhh mas rápido
- como ah gustes
- ah...dobe
Inmediatamente las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas, se llevó una mano a la boca para no hacer ruido con sus sollozos y otra a su pecho donde sentía un enorme dolor. No se atrevía a mirar, no lo necesitaba para comprender lo que estaba ocurriendo, ¡Sasuke! ¡Su amado! Su esposo le estaba engañando, y lo peor de todo era con un hombre.
Sin poder seguir escuchando, salio corriendo, llego hasta su auto donde golpeo el volante y entonces dejo salir todo ese dolor, lloro y grito hasta el punto de lastimar su garganta.
Se sentía triste, traicionada, dolorida, era un sin fin de emociones, jamás se le había pasado por la mente que Sasuke, ¡Su Sasuke! aquel hombre que amaba con todo el corazón pudiese hacerle esa canallada.
Aun con ese enorme dolor prendió el auto y lo puso en marcha hacia el mismo lugar que días anteriores, necesitaba desahogarse, pero sobre todo necesitaba olvidar lo que había pasado.
Sasuke y Naruto se encontraban recostados viendo hacia el techo, se encontraban vestidos y recuperados después de haber hecho el amor
- Y… - Sasuke interrumpió con el silencio que se había formado - ¿Qué era aquello que tenías que decirme? – pregunto temeroso de la respuesta, sin embargo prefería terminar de una vez con todas de su tormento
- Sasuke – dijo dudoso, empezaba a creer que no era buena idea decirle al Uchiha– ve...veras, sabes que te amo
- yo también te amo – comento interrumpiendo al rubio quien se acomodó de lado para poder ver a los ojos a su amado
- déjame continuar – tomo una gran bocanada de aire antes de seguir hablando – no se en que momento ni como paso, al principio me acerque a ti por la lujuria, por el deseo que despertaste en mi desde el primer momento en que te vi y el hecho de saber que estabas casado solo provoco que mi deseo fuese mayor, sin embargo en poco tiempo me enamore de ti, me enamore de verdad y lo único que quise fue estar a tu lado, por eso no me importo tener que ser tu amante, sin embargo…
- sin embargo ya no es suficiente ¿verdad? – siguió mientras acariciaba una de las mejillas del oji azul y lo veo con una mirada triste
- no, ya no es suficiente, te amo como nunca creí amar a nadie, quiero estar a tu lado, pero ya no puedo seguir con el dolor que me causa el ocultarme y mucho menos compartirte
- Naruto ya te lo dije no importa lo que diga un estúpido papel mientras tú seas el único dueño de mi corazón
- pero me di cuenta que no podemos seguir así, lo nuestro no tiene ningún futuro, así que tome una decisión y espero que la entiendas
- ¿y esa es?
- yo, veras desde hace unos días… - el rubio no pudo continuar porque su teléfono comenzó a sonar
- demonios – comentó molesto el azabache ante la interrupción
- moshi moshi – contesto ignorando el enojo de su acompañante - ¿estás seguro?... esas son buenas noticias – contesto alegre - si entiendo…no te preocupes voy para allá – colgó la llamada sin borrar su sonrisa
- ¿Cómo que te vas? ¿Qué paso con lo que estábamos hablando?
- Sasuke…- dudo un momento si debía de seguir con su charla con el moreno – lo siento, pero debo irme – se puso de pie para salir de la habitación
- ¡Naruto! – detuvo el rubio de un brazo, necesitaba saber de una buena vez por todas lo que su amado haría
- lo siento, hablaremos después lo prometo – le dio un pequeño beso y luego salió de la habitación dejando solo al oji negro que no sabía que creer de toda esa situación.
Hacía rato que había llegado y no había dejado de pedir una cerveza tras otra, igualmente en ese tiempo no había dejado de llorar, cualquiera que la viera podía notar que no se encontraba bien, pero nadie se acercaba a ver si podían ayudarla
- miren a quien me encuentro- levanto la cabeza para ver quien le hablaba, fue entonces vio, a pesar de que ya empezaba a ver borroso por efecto del alcohol, aun así logro distinguir quien era el que le llamaba.
- tu... yo a ti te conozco - hablo con la voz algo entrecortada
- ¿me recuerdas? – preguntó curiosos Sai
- si hip eres el idiota...el idiota del otro día
- ¿así que si me recuerdas?
- jajaja
- uhm ¿qué pasa? - pregunto curioso ante el repentino cambio
- es que jaja es que...no negaste que eres un idiota
- no veo para que hacerlo… ¿uhm? ¿Pasa algo? – pregunto al ver como la chica comenzaba a llorar a mares
- Sa...Sasuke… lo descubrí con...con alguien
- ya veo – comento sin mucho interés – y ¿Qué quieres hacer?
- yo..yo quiero olvidar
- en ese caso déjame ayudarte – le dijo mientras la tomaba del mentón para verla a los ojos
- ¿Qué?
- déjame ayudarte a olvidar– poco a poco comenzó a acotar la distancia que los separaba - ¿Qué dices? – sus bocas ahora se encontraban separados por una minúscula distancia
- yo…