<< Soñar despiertos, es fácil, es emocionante, es tétrico y muchas veces lo hacemos porque sabemos que lo que soñamos nunca se cumplirá>>
-Me gustas- dijo precipitadamente tratando de regular su respiración y calmar sus nervios. Seungkwan esperaba una respuesta con el corazón a mil, pero, los minutos pasaban y no recibía afirmación o negación. Juntando todo el valor que aún le quedaba lentamente subió la mirada, encontrándose con un chico que no era Mingyu, sino uno de sus amigos (mierda) Seungkwan se golpeó mentalmente queriendo morir de la desilusión, pues todo se había ido a la basura, había estado preparándose, reuniendo valor para confesar su amor unilateral al chico del cual estaba enamorado, rodó los ojos queriendo pensar en qué hizo mal para merecer tal castigo del cielo.
La primera vez que lo vio fue la biblioteca, Seungkwan había ido a buscar uno de los muchos libros que su profesor de lengua y literatura les encargó leer, pero, el libro que él quería se encontraba en la repisa más alta, él se mantuvo alrededor de 15 minutos tratando de ingeniar un plan para alcanzarlo pero no lo logró.
Bufando no le quedo de otra que ir a buscar una silla para subirse, maldiciendo su estatura se encaminó a buscar al encargado de la biblioteca, para su sorpresa no estaba. Resignado volvió a la sección donde se encontraba el libro, se sobresaltó al ver que un extraño muy guapo tenía el libro que él quería. Dudando se acerco lentamente y llamó la atención del extraño.
-Disculpa, yo quiero ese libro- genial su voz le salió chillona y se sintió tonto por lo que dijo.
-oh, está bien- cerró el libro y se le entregó- pero recuerda regresarlo, no es presión pero yo también lo quiero leer.- Lanzó una sonrisa ladina y se fue, dejando a Seungkwan un poco feliz, se alegró de que fuera un alguien amable.
Al inicio pensó que solo sería una atracción pasajera pero con el paso de los meses de observarlo se dio cuenta de que su primer amor estaba surgiendo.
Mingyu era un chico frío y callado pero cuando sonreía podía matar a cualquiera. No era muy bueno en los estudios, pero en los deportes era alguien nato. Comenzó a verlo durante los recesos porque Mingyu estaba en una clase superior, noto quienes eran su amigos íntimos, notaba las muecas que hacía y por azares de la vida también se enteraba si estaba en un relación, siempre le decepcionaba eso pero no dejaba de gustarle, por fortuna Mingyu nunca duraba más de una semana con sus amantes. Le gustaba mucho, siempre trataba de llamar su atención yendo a sus juegos, los fines de semana Mingyu salía a correr y jugar basquetbol con sus compañeros en un parque cercano a su cas así que Seungkwan salía a pasar a el perro de su vecina con la esperanza de toparse, había hecho tantas cosas para que lo notara y todo era fallido.
Y ahora había errado de nuevo, frente a él estaba Hansol amigo de Mingyu era del mismo grado que Seungkwan pero de la clase al lado, no sabía mucho de él más que le llamaban Vernon y que también era parte del equipo de basquetbol.
-Podrías olvidar lo que dije- dijo de la manera más fría que pudo. – lo que escuchaste hace un momento no era para ti, te confundí con alguien.- Hansol solo la miraba detenidamente sin decir una solo palabra o un murmullo. Seungkwan inspiró hondo y le brindo una sonrisa cansada. Bueno, al fin y al cabo no planeaba rendirse, solo era otro plan fallido de los tantos que había tenido.
-y si yo no quiero olvidarlo- Hansol se acercó invadiendo el espacio personal de Seungkwan, se sorprendió un instante, pero no duro mucho, era más fuerte la sensación de desilusión.
- será tu problema. Por si no lo notaste a mí me gusta alguien más, esto solo fue un error- comenzó a empujarlo para que le diera espacio. Se despidió rápido y comenzó a caminar, ¡vaya se sentía triste!, esto le había bajado el ánimo, una pregunta rondó en su cabeza ¿Dónde diablos se había metido Mingyu? Se supone que saldría del entreno por la puerta principal, Seungkwan se regañó por precipitarse y confesar su amor a la primera cosa que saliera de esa puerta.
“Bien, todo está bien, no pasó nada” se consoló y emprendió su camino hacia la parada, debía preocuparse más por lo que tenía que hacer mañana. “bien primero recoger el reporte junto con la autorización para el viaje, luego tengo que ir con Seokmin a costear la comida, ¡oh! Cierto tengo que ir a ver a Mingyu al entreno” un escalofrió le recorrió el cuerpo al sentir una mano intrusa, tocarle el hombro, dio un pequeño salto del susto.
-ya es tarde, te voy acompañar- era el maldito de hace un momento.
¿Qué estás haciendo?- Preguntó, frunciendo el ceño y alejándose lo más que podía
-No deberías estar solo y menos a esta hora- una sonrisa burlona se posó en sus labios.- puede ser peligroso.
-¿Qué te pasa, porqué me sigues?- Preguntó no sabía si sentirse alagado porque alguien se preocupaba por él o asustado por lo que hacia ese extraño al seguirlo - Sabes no soy una niña, me puedo cuidar solo.
-No quería que te pasara nada- bajó las manos y se encogió de hombros, durante un tramo caminaron el completo silencio. Seungkwan miraba de reojo para confirmar si Hansol le seguía, estaban por llegar a la parada cuando Hansol habló
-Solo tengo una duda- dejo un tiempo en silencio- la persona que te gusta es Mingyu ¿verdad?- A Seungkwan se le abrieron los ojos como platos y palideció.
-yo… bueno… eso, es que-balbuceaba- eso no te importa.- poco a poco sentía que sus mejillas enrojecían.
-Claro que me importa- su mirada cambió y se volvió alegre - hace un momento te me declaraste, será que solo querías parecer desinteresado para llamar mi atención.- Seungkwan se quedó callado, se comenzaba a enojar, ¿Quién se creía este bastardo?
-Como te dije hace poco, NO me gustas- enfatizó en la negación- ni siquiera sabes mi nombre.
-Apuesto a que Mingyu tampoco, entonces por qué te gusta alguien que esta tan fuera de tu alcance… solo mírate- Seungkwan sintió un balde de agua fría, lo sabía, sabía que Mingyu no lo conocía, pero Hansol lo dijo de una manera tan despectiva que le hizo sentirse cohibido e inferior, como si fuera insignificante. Sus ojos comenzaron a aguadarse pero no iba a llorar, no enfrente de él, no, él tenía orgullo y dignidad, su mirada cambio de triste a una de odio.
-Sí, tienes razón- respiró hondo.- él no sabe mi nombre, tal vez no sepa que existo, pero tú no tienes derecho a venir y querer menospreciarme, creyendo que mis sentimientos están dirigidos a ti, ja- soltó con mucha ironía- no puede haber nada más ridículo que yo declarándome a alguien como tú, tienes el ego tan grande que ya no te cabe, a ti no debería de interesarte que me guste Mingyu ni siquiera te conozco Así que por mí, puedes irte mucho a la mierda- le sonrió levantando su dedo corazón, para su suerte el autobús no llegaba. Se quedaron viendo por un buen rato, Seungkwan más incómodo que nunca “esto solo me pasa a mí” meditó, se giró para poder alejarse y llegar a la parada, caminó con la frente en alto y subió con todo el orgullo encima, notaba que Hansol seguía a su espalda pero más separados. ¡Por fin! Llego el autobús, Seungkwan subió sin voltear, pero noto que Hansol no subió, desde fuera le observaba serio. Seungkwan al sentir que estaba ya dentro y seguro pudo respirar y comenzar a experimentar una serie de emociones que terminaron en pánico y si Hansol le decía algo a Mingyu y si se burlaban de él, Seungkwan era un manojo de nervios “¿Qué voy hacer?”.