Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Imp of the Perverse por CHANSOONOTAS

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 


 


 


 

 


“Los mostruos también se enamoran


Anónimo


La mente humana es todo un conjunto de mecanismos perfectamente diseñados para poder actuar, sentir y pensar correctamente. El cuerpo humano es una maravilla.


Fuimos creados para pensar correctamente, actuar correctamente y ser productivos. Sin embargo nunca es suficiente para el ser humano, así que creamos la tecnología que hace todo por nosotros y nos aferramos a la idea de que existe algo más que mueve el universo; llámese Dios, destino o casualidad. Tal vez por la necesidad de encontrar un inicio o simplemente para no tener que cargar con toda la culpa de nuestros errores y nuestras decisiones erróneas.


Y tal vez se pregunten; acaso esto es una anécdota reflexiva o una forma de ver la inexistencia de una divinidad. No, no lo es.


Recuerdo que siempre mamá decía que las cosas suceden por una razón, que hay algo más que mueve el tiempo y el universo. Para mí eso siempre fue algo estúpido e incomprobable, ¿acaso uno no es dueño de su tiempo? Puede que solo tengamos un minuto, pero nosotros podemos usar ese minuto en lo que se nos plazca; comer, amar e incluso orinar. Nosotros somos dueños de nuestras vidas.


Esto era tan lógico para mí que definitivamente no creía en el destino o en la existencia de un Dios. Creía en el karma, ya que es una ley de la gravedad y está a diferencia de las mencionadas anteriormente sí tenía bases teóricas.


Sin embargo lo que sentí esa tarde de verano mientras admiraba la imperfección  humana no tenía ninguna base teórica o comprobación…solo se sentía. Era como el aire, solo que este sí tiene una función en nuestras vidas, como el respirar.


Pero estaba seguro que si un día dejaba de ver esos ojos castaños y esas peculiares orejas no iba dejar de vivir, aunque la simple idea de que eso pasara me hacía sentir un poco muerto. Algo totalmente imposible por dos simples razones:


1) No puedes morir por no ver a una persona.


2)No puedes morir si ya estás muerto.


La señora Lee decía que el humano al no ser capaz de aceptar cometer errores busca un culpable de dichas acciones, como había mencionado anteriormente suelen ponerle varios nombres. La señora Lee solía llamarle perversión.


La palabra perversión viene  del latín pervertĕre (volcar, invertir o dar vuelta), es la acción y las consecuencias o los resultados de pervertir. Dicho verbo, a su vez, se refiere a alterar el buen gusto o las costumbres que son consideradas como sanas o normales, a partir de desviaciones y conductas que resultan extrañas.


En pocas palabras la perversión es la inclinación antinatural en los instintos o el comportamiento.


Entonces una noche me encontré pensando si la perversión podría llegar a afectar a alguien como yo, o tal vez yo mismo era lo que la señora Lee llamaba perversión. Podría ser uno de los tantos nombres que se nos han ido adjudicando a lo largo del tiempo.


Tal vez lo fuera, tal vez no, a decir verdad no había a muchas personas a las cuales acercarme a resolver mis dudas existenciales.


Cada vez que lo observaba a la distancia sentía esa pequeña chispa que me hacía desear lanzarme de un acantilado y romperme todos los huesos. Era como estar a mil pies de distancia del suelo y querer quedarte ahí; vértigo, adrenalina y ese calor abrazador que llegaba a asfixiarme.


A pesar de que nunca quise excusarme diciendo que el destino había puesto ese hombre en mi camino, llegue a pensar que el karma me estaba jodiendo y lo seguí pensando mientras ese chico me jodía literalmente en mis sucias fantasías.


Su nombre era Chanyeol, Park Chanyeol. Al mirarlo dirías: “Vale, pero es un simple humano”. Y lo era, no había nada de especial en él. Tenía una altura ridícula que me irritaba, su voz era gruesa y seductora, sus orejas puntiagudas como las de un elfo, era torpe, estúpido y con una risa que te invita a arrancarte los tímpanos. Lo odiaba, realmente solo quería arrancarle la cabeza y probar un poco de su sangre. Pero sus ojos…sus ojos eran tan brillantes, llenos de vida y puros. Los odiaba, porque me hacía desear perderme en ellos. Nadar el universo de sus ojos, joder, suena repugnantemente romántico. Pero era lo que él causaba en mí.


No usé excusas para lo que hice esa tarde de enero cuando me acerqué a él.


—Do Kyungsoo—.Dije mientras lo miré directamente a los ojos. Él sonrío dejándome ver su extraña sonrisa.


—Park Chanyeol.


Quería decirle que lo sabía pero me limité a asentir. Esa tarde entablamos una conversación sobre cosas mundanas que realmente nunca me importaron, sin embargo terminé fascinado por cada detalle de la vida de Park Chanyeol.


Las semanas trascurrieron igual. Yo escapaba para ir a verlo y después regresaba a mi porquería de vida, si es que así se le puede llamar.


No había día en que no necesitara saber de él, escuchar su voz, oler su aroma y perderme en sus ojos.


Poco a poco Chanyeol se volvió mi principio y mi fin.


A finales de diciembre Chanyeol me beso; fue torpe, baboso y un poco extraño. Sin embargo fue único. Era cálido, suave y húmedo. Descubrí que deseaba más, quería que Chanyeol me besara hasta que el mundo se acabara, quería que me besara por el resto de la eternidad.


 Patético pensamiento, ¿cierto?


Pronto Chanyeol ya no era Chanyeol para mí, se convirtió en mi perversión. Ridículo que un humano sea la perversión de un demonio, pero lo era.


Se supone que los demonios no desean amor, se supone que los demonios no aman. Y yo lo amaba…yo lo amo.


Cuando sus manos tocaban cada parte de mi piel, cuando sus labios besaban cada centímetro de mi cuerpo y cuando sus ojos me miraban como si yo fuera el universo entero. Como si yo fuese su mundo. Creía en la existencia de Dios, que me castigaba por ser lo que soy, por elegir esta vida.


Pero era solo era él. 


Todo mi sufrimiento era por él. Las noches en que deseé no ser lo que era, volver a ser humano o dejar de sentir fueron por él.


La frustración, la ira y el incontrolable impulso por la destrucción propia se adueñaban de mí día a día. Por mi cabeza solo había pensamiento de muerte y de dejar todo atrás.


Quería ser una mejor persona para él, lo cual era ridículo ya que yo no era una persona. Había hecho cosas atroces en toda mi vida inmortal y algunas en mi vida mortal; asesinatos, estafas, comprar y vender almas. Así era la vida en el inframundo, en ese lado oscuro del submundo en donde es necesario perder toda tu humanidad para sobrevivir.


Pero yo no la había perdido, porque lo que sentía por Chanyeol era lo más humano que jamás había sentido. Quería una vida con él, tal vez vivir en una pequeña casa en algún pueblo pequeño, tener quizás uno o dos niños y un labrador como mascota. Quería envejecer con él.


Sabía que era ridículo, que nunca pasarías por varias razones. Sin embargo el saberlo no detenía mis deseos, pero debía detenerme.


Y supe que tenía que dejar a Chanyeol.


Luhan una tarde me miró y al parecer pudo ver lo que yo ocultaba. Sonrió con suficiencia y dejó escapar un suspiro tranquilo y pausado.


—Va a terminar contigo. Vas a ser castigado por desear lo indeseable.


Yo asentí y sonreí.


Los dados estaban lanzados en el aire, solo debía esperar que todo cayera en su lugar y pasara lo que tenía que pasar.


Esa misma tarde dejé a Chanyeol.


Fue la cosa más difícil; él lloró, yo solo sonreí. Dije cosas que nunca voy a olvidar. Destrocé su corazón, lo pisoteé y no miré atrás.


Seguí frecuentando la casa de Chanyeol, lo observaba desde la ventana, a la distancia deseando estar junto a él.


Me castigue a mí mismo viendo a Chanyeol sonreír con alguien más, abrazar a alguien más. Pero en las noches Chanyeol dejaba esa aura alegre y miraba hacia el cielo, las lágrimas brotaban de sus ojos. Y yo me rompía cada día un poco más.


Dos meses después no pude soportarlo y volví a sus brazos. El no cuestionó mi presencia en su recámara, sólo me tomo entre sus brazos y terminó por destruirme.


Sus manos recorrieron con deleite mi piel pálida, sus ojos nublados por el llanto me miraron con tanto amor que dolía, su aliento impregnándose en todo mi ser y de sus labios salía un cántico en donde solo existía mi nombre.


~Kyungsoo~


Su lengua saboreando mi existencia en su paladar y convirtiéndola en gemidos y murmullos incomprensibles.


La luna iluminó su rostro en medio de la oscura habitación. Sus dedos deslizándose con delicadeza por mis caderas, formando figuras abstractas e inexistentes. Sus ojos grandes y profundos me miraron. De sus labios brotaron las palabras que nunca significaron nada para mí, pero ahora fueron mi sentencia de muerte.


—Te amo.


Mis ojos parpadearon en la oscuridad y sin poder comprender cómo, la respuesta salió inmediatamente de mi boca. Dejando un gusto dulce en el paladar.


—También te amo.


 


♦∞♦


 


Sehun nunca fue una persona misericordiosa, era un demonio así que sería estúpido pensar que podría serlo.


Por eso cuando apareció ante mí una noche después de haber visto a Chanyeol supe que no era nada bueno.


—Haz sido un chico travieso, Kyungsoo.


Lo había sido.


—Lo sé.


Sehun se acercó lentamente a mí, tomó mi rostro entre sus manos y me beso con fiereza. Cerré mis ojos y deje que lo hiciera, no es como si pudiera negarme realmente.


—Si tan solo te hubieses quedado conmigo, no tendría que pasar esto.


Dejé salir el aire que se arremolinó en mi pecho cuando abrí los ojos y me encontré en la misma recámara en la que había estado la noche pasada.


Chanyeol se encontraba recostado sobre su cama, pálido.


Mi pecho se contrajo.


—¿Chanyeol?


Dije mientras corría hacía él.  Al tocarlo lo supe…estaba muerto.


—A Padre no le ha gustado lo que hiciste. Tú no eres dueño de ti, no puedes amar. Amar es para débiles humanos.


Mi vista estaba nublada por las lágrimas que amenazaban por salir, pero las detuve y enfrente a Sehun.


—Tal vez aun soy un débil humano.


La risa fría de Sehun se extendió por toda la habitación.


—No eres humano, Kyungsoo. Nunca lo serás, aún tienes una deuda que pagar. No tienes alma, esa le pertenece a Padre.


Cerré los ojos con fuerza. Conocía mi deuda, se por qué había hecho ese trato con Padre. Enamorarme de Chanyeol no estaba en mis planes.


—Déjalo vivir.


Sehun me miró detenidamente.


—¿Qué me darás a cambio? No tienes nada.


Pero si tenía algo. Algo que los demonios amamos arrebatar.


—Mis recuerdos.


Sehun lo meditó por un momento. Cuando sus ojos brillaron con avidez me sentí ligeramente aliviado.


—Sus recuerdos…tú sufrimiento.


Miré a Chanyeol por última vez y sentí. Lo valía, Chanyeol valía el sufriendo.


 


Nunca pude volver a la tierra. Nunca más volví a ver a Chanyeol. Nunca pude olvidarme de él.


Hoy se cumple el término de mi contrato. Han pasado horas, días, meses, años y siglos desde que vendí mi alma.


Ahora que seré libre, realmente no sé como seguir.


Miro la foto de mi madre arrugada entre mis manos, no me arrepiento de haber hecho esto por ella. Lo volvería a hacer una y otra vez.


—Padre no parece muy feliz hoy.—Luhan comenta mientras entra a la habitación.


—Lo sé. No es como si me fuese a ir de todos modos. Sigo siendo un demonio, no tengo alma, no tengo a nadie. Todos mis seres queridos ya han muerto, yo los he visto morir.


Luhan sonríe.


—Déjame darte un regalo de despedida.


Frunzo el ceño.


—¿Un regalo?


Luhan asiente mientras deposita un deseo sobre mi mano.


—Hyung, ¿Qué ha dado a cambio?


—Mi amor por ti.


Entonces Luhan rompe el deseo y todo a mí alrededor desaparece.


 


♦∞♦


 


El reloj marca las seis en punto. Los destellos naranjas se asoman en el horizonte. Parpadeo al sentir la luz cálida y cegadora envolver mi cuerpo, es agradable.


Había olvidado lo que es sentirse de esta forma. Vivo.


A lo lejos se escucha una guitarra armonizando con una voz gruesa y ronca. Miro hacia aquel lugar encontrando frente a mí la sonrisa que nunca logre olvidar.


Cuando las últimas notas vuelan con la brisa de otoño, el chico de la guitarra se levanta y se acerca lentamente hasta al lugar donde me encuentro.


Mi estómago se contrae y mis manos comienzan a sudar. Tal vez ser humano no sea tan bueno después de todo.


—Mmmh…Hola…Yo.


Él chico sonríe con nerviosismo, haciendo que las viejas memorias se agolpen en mi mente.


—Hola.


Una sonrisa aún más grande se forma en su rostro. Realmente la extrañaba.


—Soy Park Chanyeol.


Sonrio al ver su mano extendida. Es lindo que conserve el mismo nombre.


—Do Kyungsoo.


Digo mientras estrecho su mano. La sensación es la misma de hace algunos siglos sin embargo, ahora se siente más real.


—Sé que sonara raro y tal vez como un cliché de ligue súper malo pero… ¿Nos conocemos?


Rio fuerte ante lo absurdo del momento. Chanyeol simplemente ríe conmigo y me mira con sus ojos brillantes.


—Tal vez en otra vida. Pero podemos intentar conocernos en esta.


Chanyeol parpadea con confusión, minutos después sonríe con esa espeluznante y dulce sonrisa.


—¿Café?


Solo asiento y comienzo a caminar junto a él.


Dios, destino, casualidad o perversión, realmente no importa. A veces simplemente lo incorrecto para el mundo es correcto para uno mismo.


 

Notas finales:

¡Gracias por participar!

 

Lectoras, dejen sus comentarios ;D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).