Felizmente casados / tercera parte
Se encontraba haciendo buches en frente del lavabo, el día se había tornado muy extraño y por raro que fuera se sentía feliz, la había pasado muy bien, a pesar de los pequeñas escaramuzas entre esposos.
Escupió el agua y se limpio la boca con una toalla, ya era tarde mañana le esperaba el inicio de otra semana extenuante, tratando por todos los medios de salvar el año escolar.
Salió del baño encontrándose con su esposo recostado en la cama, se veía tan tranquilo y por fin pudo ver el rostro apacible del Ceo. Se acerco sigilosamente para no despertarlo y tratando por todos los medios de no causar tanto movimiento se introdujo en la cama, dándole la espalda y quedándose quieto como una estatua.
-¿Joey?-
Escucho a sus espaldas -Lo siento, no quería despertarte- volteándose para mirar al castaño,
-No estaba dormido- girándose para quedar de frente al rubio que inmediatamente se sonrojo con la cercanía del castaño.
-He estado pensando y lo mejor será que dejes la escuela-
Joey pestañeo varias veces, sorprendido por lo que acababa de escuchar -¡¿Qué?!-
-Aunque te esfuerces no lograras salvar el ciclo escolar-
-¿Cómo?- tratando de controlar la ira que comenzaba a sentir.
-Aunque Mokuba te este ayudando, pienso que será difícil para ti, no creo que en dos meses puedas aprender lo que no pudiste durante el año-
Suficiente, ya le parecía extraño que Kaiba se mostrara tan amable -Esa es tu opinión- dándole la espalda al castaño.
Kaiba tuvo que hacer un gran esfuerzo y no estallar en insultos hacia su rubio esposo, si que iba a costar llevarse bien con su cachorro, pero era un reto que no podía darse el lujo de perder.
-Creo que no me explique bien- inhalando y exhalado el aire con fuerza -No digo que no seas capaz, pero debido a que no has tenido tiempo para llevar una vida escolar normal, el retraso en tu aprendizaje es elevado -mirando la espalda del rubio en espera de una reacción -lo mejor será que comiences el próximo ciclo escolar con todos tus sentidos puestos en eso-
Joey se volteo lentamente, debía admitir que Kaiba tenia razón, ya sus profesores le habían dicho que si lograba salvar el año no sería con buenas calificaciones, mermando sus posibilidades de entrar a una buena universidad, ya le había costado bastante aprobar la educación secundaria.
Permanecieron por unos segundos mirándose, siendo el rubio el primero en romper el contacto mirando hacia otro lado.
-¿Estas preocupado por mi?- dijo en un murmullo
-En la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe-
Joey quedo asombrado por lo que acaba de escuchar volviendo a mirar al castaño que esta vez mostraba una mirada que Joey no supo descifrar, en un impulso se acerco al rostro del Ceo dándole un fugaz beso, para luego darle la espalda y cubrirse con las sábanas hasta la cabeza.
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[ Bajaron por la amplia escalera, Joey pensó que la boda seria sencilla y discreta pero cual fue su sorpresa al ver a toda esa gente en la mansión.
Todos tenia la mirada fija en la pareja que bajaba pausadamente cada escalón. Sentir todas esas miradas lo estaba poniendo incomodo, lo que no podría decir de Seto que mantenía su postura fría como siempre.
Joey buscaba a sus amigos entre todas las personas que se hallaban en la inmenso salón, pero no los veía por ningún lado, comenzó a pensar que ellos no habían venido, Tristan se había mostrado muy molesto con la noticia.
Kaiba lo presentaba con esa agente que lo miraban como si fuera un bicho raro, pero nadie se atrevió a hacerle un desaire al rubio, sino querían ser el blanco de la furia del Ceo.
Por su lado Joey se comportaba lo mejor que podía, nunca en su vida había estado rodeado de tanta gente rica y su nerviosismo no ayudaba mucho, estando a punto de tropezar con la alfombra.
-¿Qué sucede Joey?-
-Nada- contesto desanimado.
-Ven conmigo- y tomándolo de la mano se lo llevo rumbo a la biblioteca bajo la mirada de todos los presentes.
-Permanece aquí hasta que todo este listo-
-Pero... Kaiba-
-Haz lo que te digo- dejando al rubio frente a la puerta.
Joey suspiro con resignación y entro en la habitación, lo mas seguro era que Kaiba no quería arriesgarse a que cometiera una imprudencia.
-¿Joey hasta cuando ibas a tenernos esperando aquí?-
Frente a el se encontraba sus amigos.
-Chi... cos-
Kaiba los había llevado a la biblioteca para que ahí pudieran hablar con calma con Joey, Yami hablo con el contándole la manera en que el rubio y Tristan había discutido cuando este les comunico la noticia de la boda, era por eso que Joey se notaba triste y por ridículo que fuera eso también lo había puesto triste a el, recordándole momentos amargos vividos junto a su padrastro.
-En verdad agradezco que hayan venido- con una sonrisa de oreja a oreja.
-Somos amigos, no íbamos a dejarte solo en un momento como este- dijo sonriente Tea.
-Sabes que puedes contar con nosotros Joey- le dijo alegremente Yugi.
-¿Aun no entiendo como es que te vas a casar con Kaiba?- preguntaba un malhumorado Tristan.
-Tristan, quedamos en que apoyaríamos a Joey cualquiera que fuera su decisión- dijo Yami.
-Tienes razón, lo siento Joey, espero que seas muy feliz, en verdad te lo mereces y ahí de Kaiba si no te valora- acercándose al rubio dándole un fuerte abrazo.
Joey solo pudo mas que sonreír tenia los mejores amigos del mundo, gracias a eso no sentía tan mal la falta de su hermana Serenity.
-¿Pero qué hacen aquí, porque no están en el salón?-
-Nos sentíamos muy incómodos con toda esa gente estirada, así que Kaiba nos trajo aquí para que pudiéramos hablar a gusto contigo- contesto Yami
-A pesar de todo, Kaiba piensa en ti- dijo Tea.
Este comentario hizo encender la mejillas de Joey, a lo que sus amigos solo sonrieron ante la reacción de su rubio amigo.
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Por su parte el Ceo tenia que aguantar cuanta adulación le era expuesta, todas y cada una de las personas ahí presentes eran unas hipócritas, lo bueno es que esto terminaría pronto y sacaría a toda es gente de su casa.
El juez le indico que todo estaba listo y que podían comenzar con la ceremonia.
Mokuba fue por Joey y sus amigos, pronto se encontró junto al Ceo, había llegado la hora cero, ya no había marcha atrás.
Kaiba se acerco a Joey -Es hora- sujetándolo de la cintura lo encamino al centro de la habitación donde el juez los estaba esperando.
Joey estaba tan nervioso que sentía que el nudo de la corbata lo comenzaba a ahorcar.
El Juez recitaba la letanía de todas las bodas, prometer cuidar a tu pareja en la salud y enfermedad en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe. Estaba tan sumido en sus pensamientos y su nerviosismo que ante la pregunta hecha por el Juez se quedo mudo.
-¿Joshep Wheeler acepta a Seto Kaiba como su legitimo esposo?-
Tardo unos segundo en reaccionar al sentir como Kaiba sujetaba su mano esperando la respuesta. Volteo a mirar a toda esa gente extraña que comenzaban a murmurar por el retraso en su respuesta y después a sus amigos que se mostraban igualmente sorprendidos.
-¿Joven Wheeler acepta o no?- pregunto el Juez.
-Acepto- mirando al Ceo que colocaba el anillo en su mano con una mirada que decía ya veras mas tarde cuando estemos solos.
Llego el turno del Castaño que acepto de inmediato y después de firmar las actas quedaron unidos para siempre.
-Por el poder que me confiere la ley, quedan legalmente casados, pueden besarse-
El castaño sujeto a Joey de la cintura para después besarlo con brusquedad, ante los aplausos de los ahí presentes.
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Joey permanecía junto a Kaiba recibiendo las felicitaciones de los invitados, sus amigos lo había abrasado y Tea comento lo hermoso del anillo, muy Kaiba había dicho. Miro el anillo en su dedo, de oro con la figura del dragón blanco de ojos azules.
Miro la mano del Ceo que portaba el anillo con la figura del dragón de ojos rojos, con los nervios ni siquiera había reparado en ese detalle. Se sentía culpable, Kaiba estaba cumpliendo todo lo prometido y el...
Inconscientemente tomo la mano del Ceo entrelazando sus dedos, Kaiba al sentir esto volteo a mirar a Joey que repartía sonrisas a quienes los felicitaban, sonrisas falsas y se pregunto como sería la verdadera sonrisa del rubio.
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La boda llego a su fin, así como la fiesta, los amigos de Joey fueron los últimos en irse.
-Todo estuvo hermoso- comentaba Tea que llevaba en sus manos uno de los arreglos florales.
-Por un momento pensé que no aceptarías Joey- comento Tristan dándole un codazo al rubio.
-Yo...-
-Deja en paz a Joey Tristan, fue un día muy difícil para el- comento Yami
-No lo dije por molestarlo- replico Tristan
-Estaba muy nervioso- dijo Joey sacando la lengua y rascándose la cabeza.
-Cualquiera lo estaría- comento Yugi.
-Les agradezco que estuvieran presentes y Yami, que aceptarás ser testigo-
-No hay problema, Kaiba me lo pidió, así que no pude rehusarme- dijo guiñando el ojo.
-¡¿Kaiba te lo pidió?!- dijeron los cuatro a coro.
Yami solo sonrió.
-Hablas demasiado Atemu-
Todos voltearon a mirar al Ceo que se acercaba a ellos.
-Se acabo la fiesta, salgan de mi casa, a menos que vallan a hacer el servicio de limpieza, no tiene nada que hacer aquí -
-¡¡Kaiba!!- lo miro furioso Joey
-¿Quién demonios te crees para insultarnos así?- contesto Tristan dispuesto para arrojársele al castaño.
-Tranquilo Tristan- dijo Yami acercándose a Kaiba -Tiene un modo muy sutil para decir que quiere quedarse a solas con Joey-
Este comentario hizo encender por un momento las mejillas del Ceo -No digas estupideces-
-Vamonos chicos, felicidades Joey y buena suerte-
Saliendo de la mansión y dejando a la pareja sola.
-No tenias porque tratarlos así-
-Solo son una molestia-
-La única molestia eres tu, te crees superior a los demás, pero déjame decirte que si no fuera por el dinero de tu padrastro no serías nadie- Sintió su mejilla arder, Kaiba lo había abofeteado.
-Tu no sabes cuanto me ha costado llegar hasta donde estoy- escupió con rabia el castaño -Y si ahora tengo el dinero de mi padrastro, creo que bastante e hecho para ganármelo-
Joey no podía apartar la vista de los ojos del ceo, que parecían hechos de hielo.
-Tu solo me has servido para obtener lo que siempre he deseado y no pienso renunciar a nada, estoy dispuesto a hacer lo que sea para no dejar que nadie pase sobre mi, y la prueba de ello es que tuve que casarme con un perro callejero como tu-
Estas ultimas palabras retumbaron en los oídos del rubio haciéndolo sentir una rabia que no pudo controlar. -Nadie te obligo y yo puedo ser un perro callejero, pero al menos no he vendido mi alma al diablo por dinero- y quitándose el anillo se lo arrojo al castaño, el cual le reboto en el pecho cayendo al piso.
-¿Qué crees que haces?-
-La fiesta se acabo... Me voy y no te preocupes seguiré casado contigo como lo prometí- encaminándose a la salida -te regresaré el traje-
-Tu no iras a ninguna parte- sujetándolo del brazo.
-No me compraste, no soy de tu propiedad, además tu dijiste que era libre de hacer lo que quisiera, siempre y cuando no hiciera algo para romper el matrimonio- soltándose del agarre del castaño.
-Si te vas ahora, no obtendrás ningún apoyo económico de mi- dijo el castaño, creyendo que con esto evitaría que Joey se fuera.
-Adios Kaiba- caminado decidido hacia la salida.
-Tu no vas a ninguna parte- cogiendo el anillo del piso y tomando al rubio por los hombros golpeándolo contra la puerta.
-¡Ouch!-
-Tu formas parte de lo que deseo- dijo en un susurro abrazando al rubio y ocultando su rostro en su hombro.
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-Ya se durmió-
-Si que tu hermano tiene la mano pesada- sobando uno de sus hombros.
-Lo siento Joey, te duele mucho, talvez debería revisarte un médico-
-Estoy acostumbrado, esto no ha sido nada- dijo sonriendo para tranquilizar al pequeño.
-Se que sonare muy egoísta, pero... no abandones a mi hermano Joey, el ha sufrido mucho a causa de nuestro padrastro y le es muy difícil controlar sus emociones, pero es una buena persona créeme Joey-
-No voy a irme... No después de lo que me dijo- mirando hacia la habitación de Kaiba
-¿Eh?-
-Nada Mokuba, será mejor que tu también vayas a dormir, yo cuidare de mi esposo, es mi obligación- suspirando con resignación.
-Gracias Joey, buenas noches-
-Buenas noches Mokuba-
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Entro en la habitación, Kaiba se encontraba durmiendo en la cama. Se quito los zapatos y comenzó a desnudarse para quedarse solo con la camiseta y los boxers, rodeo la cama por unos segundos sentándose en una de las esquinas del colchón.
-Me deseas Kaiba- subiendo a la cama gateo para acercarse al castaño -Porque creo que yo también te deseo- acostándose junto al que ahora era su esposo.
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Kaiba despertó como era su costumbre 5 de la mañana en punto, sentía algo pesado en su pecho, se giro para encontrarse con una rubia cabellera y un cuerpo abrazado al suyo, acaricio los cabellos sintiendo el estremecimiento del cuerpo junto a el y una sonrisa se formo en su boca. Tomo el anillo que había colocado en el bolsillo del pijama, lo coloco de vuelta en su lugar, en el dedo de su esposo.
-No vuelvas a quitártelo- girándose para abrazarlo y volver a quedarse dormido.]
Continuara...
Siento que haya sido tan corto, pero ya saben siento que lo hecho a perder, créanme U.U