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Cavando Tumbas por Aneria

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Notas del capitulo:

Me ha costado un monton terminarlo, pero no podía fallar y auqnue no es exactamente como quisiera aquí está, y bueno no quiero mendigar Review pero intenten adivinar que pasara ahora.

—¿Seguro no quieres que te lleve a casa? —Sonriendo como todo un conquistador, lo que posiblemente era en su tiempo libre Lui me pregunto antes de que bajara del auto.


—Es mejor así. —De esa forma Ion no podrían verlo, sabía que Ion estaría esperando en mi casa, no había parado de llamarme durante el trayecto de regresos, el terrible numero de veintitrés llamadas no era agradable de ver.


—Cuídate, Alec. —No estaba seguro de en qué sentido debía interpretar aquello, ¿no dejar que me asesinen?, ¿comer frutas y verduras?, ¿usar un abrigo al salir a la calle?, todo ello junto quizá, realmente no indague en ello, para que hacerlo, yo siempre tenía cuidado, no era un niño irresponsable, aun así respondí con una sonrisa.


—Lo hare.


No debí sonreírle, nuestra relación era puramente profesional, yo solo trabajaba limpiando lo que me pedía.


—Alec...


Al oír mi nombre lo mire directo a los ojos, el negó dándome a entender que no diría más, baje del auto y me despedí con un movimiento de mi mano, me quede en el borde de la acerca hasta que el auto desaprecio al final de la calle


Estaba en el mismo parque en el que había comenzado mi sábado, era domingo por la tarde, estaba solo y todo se enfriaba progresivamente, al perderse el auto de Lui por la calle comencé mi camino a casa, no tenía otro lugar al que ir y no es como si quisiera ir a otro lugar.


Cuando llegue, el viejo local de la carnicería sobre el cual se ubicaba la casa estaba tan cerrado como siempre y en la puerta de las escaleras en el hueco había un chico de cabello rubio y ojos verdes mirándome de manera innatural.


—Alec, te extrañe, debiste contestarme.


Ese encantador rostro suyo, su tono de voz de seductor natural, su cabello rubio, yo era completamente ajeno a su atractivo por la costumbre de verlo casi a diario, lo ignore y de pie por un lado puse la llave en el cerrojo de la puerta.


—Estuviste trabajando mucho, aun tienes ese olor a jabón.


El que lo dijera me dio un escalofrió.


—Es mejor que tener el olor de la sangre pegado a la piel todo el día. —Le reclame sin emoción en la voz y el golpeo sus rodillas al tiempo que reía.


—Todo huele mejor empapado de sangre.


Una de sus azarosas frases que demostraban que era alguien peligroso, si en otra vida él hubiera nacido como un vampiro... solo el pensarlo era repulsivo, demasiado trabajo gratuito, yo sería obligado a desaparecer un montón de cuerpos.


—Hoy estas más silencioso de lo regular, acaso esperas escuchar mis opiniones todo el tiempo, esto es una conversación.


—Lo sé pero siempre terminamos hablando de lo que quieres, para que esforzarme.


—Que dócil estas hoy. ¿Qué vamos a cenar?


—Lo que haya en el refrigerador.


Se invitó por su cuenta en cuanto abrí la puerta, ni siquiera se me paso por la cabeza el cerrar antes de que el entrara, ya lo había intentado una vez y el había entrado por la ventana, aun no me explico cómo, pero con sus habilidades no me sorprendí.


—Me divertí mucho aunque no estuviste por aquí, pero me magino que también te divertiste con el tipo del Ferrari, que lujos te das cuando no te acompaño.


Mientras subía las escaleras restantes me sorprendí con lo que dijo tanto que me quede quieto por un momento.


—Es solo cosa de trabajo no comparto esos gustos caros. —Le corregí.


—Y no deberían de gustarte. —El tono bromista y animado con el que había estado hablando ya había desaparecido. –Alguien como t no tiene derecho ambicionar nada más allá de lo que tiene.


Alguien como yo, como siempre no entendía que intentaba decir.


—Por eso es que no me gusta que veas a las personas para las que trabajo, te pones a decirme cosas raras, además tu rara vez me pagas, necesito el dinero.


—¿Y eso?, no me gusta que trabajes para otros, que pasa si alguno decide matarte. Únicamente debes ser asesinado por la persona que ames.


Otra vez apareció esa lógica suya, dicho e forma tan seria que en verdad me desconcertaba, el concepto de amor era indiferente para mí, pasión, excitación... bueno ese último no era tan desconocido teniendo en cuenta lo que había pasado con Liviu, pero no lograba entender las palabras de Ion. No le di ninguna respuesta y deje mi maleta en la entrada de la casa, me quite los zapatos y los deje junto a la maleta e Ion que entro detrás de mí me imito, Ion conocía bien mis costumbres y mi pequeño problema respecto a mantener limpia la casa, supongo que era considerado al intentar no ensuciar la casa.


Se fue de inmediato al sofá blanco y subió los pies en la mesa de centro, pensándolo bien era posible que los zapatos lo incomodaran al hacer eso y por ello se los quitara al entrar.


—Sabes te quiero para mañana en la noche.


—¿Y eso para?


En lugar de ir a sentarme a su lado me fui por el pequeño pasillo en el que estaban las puertas de las habitaciones y entre ellas el baño, cuando me vio irme me siguió.


—Bueno pensaba ir a ver una película.


—Deja de estar bromeando, que no tenías tareas de la universidad o cosas así.


—Las termine.


—¿Qué película?


—Una de terror, ya sabes lo usual malos efectos especiales, guiones patéticos. —dijo eso como si el pudiera hacerlo mejor, aunque ciertamente tratándose del terror él era todo un experto, si se le hubiera ocurrido grabar una película snuff, el señor Sadao seguro seria el camarógrafo.


Deje abierta la puerta del baño y comencé a quitarme la ropa, mientras me abría el pantalón pensé en las manos de Liviu, al principio tan frías que hacían que mi piel se erizara y luego tan cálidas que pude haberme derretido ante su tacto, aunque no fue nada comparando cuando con una sonrisa maliciosa paso la punta de su lengua por la punta de mi pene, como había mordido mi piel delicadamente con su dientes y como había dejado que yo empujara su cabeza hasta que casi se atragantara , como había estado dentro de su boca caliente empujando mi cadera una y otra vez hasta eyacular en su boca, los restos de semen escapándose de las comisuras de sus labios, un hombre mayor nunca me había parecido tan obsceno dándole un buen sentido a la palabra.


Sin darme cuenta me había excitado con el recuerdo e Ion se regodeaba con la imagen.


—Ohhh, pequeño Alec ya creció, finalmente la carga hormonal despertó sus bajos muy bajos instintos.


No me agradaba la forma en la que lo decía. —No iré al cine contigo.


Le cerré la puerta y él sonrió, su radiante expresión desaprecio tras la puerta.


—Me daré un baño así que tráeme una toalla.


—Claro


En su calidad como mi único y mejor amigo el sabia donde guardaba todo, además no era la primera vez que el pedía aquello, me quite las ropas, me gustaba el baño, eran un lugar fácil de limpiar, de paredes en colores claros, con una ducha pequeña que solo tenía como separación del resto del lugar un pequeño desnivel que dejaba más baja la sección donde se ubicaba. Me gustaban las cosas limpias pues me recordaban a mi difunto padre, él era un hombre impecable, cuando comparaba su carnicería con las otras me daba cuenta de ello ni un poco de suciedad en la pared, ni una mancha de sangre en el suelo.


La excitación de un rato antes desaprecio mientras me duchaba, no le veía el problema a sentirme excitado por Liviu.


—Ion, mi toalla


Abrió la puerta y paso por la abertura el brazo con la toalla, el resto de su cuerpo se mantuvo fuera y con su mano libre tapo sus ojos.


—¿Te calmaste o debo saludar a la bandera usándote cómo asta?


Le arrebaté la toalla y me comencé a secar, como si no le hubiera importado desde un principio quito el brazo que cubría sus ojos y hablo como si nada.


—Te decía ya compre los boletos, si no vas conmigo, podrías meterte en problemas o quizá ese tal Lui que tanto te llama.


—Estuviste tocando mi celular. –No tenía contraseña, cualquiera podía ver la información, no era quien para regañarlo ni siquiera había obedecido a su madre cuando la mujer aun lo tenía a su cargo, si lo regañaba se burlaría de mí y jugaría conmigo en el peor sentido posible, incluso podría amarrarme y dejarme colgado como aquella vez que no puedo evitar recordar cada que se molesta por alguna tontería.


—Sabes me molesta que no tengas mi numero en ese celular.


—Tengo un celular exclusivo para ti, ¿no es suficiente?


—No. —Con el nada era suficiente.


—Si nada surge vamos al cine. —Al final termine cediendo y el dejo de insistir así pudimos cenar tranquilamente y se fue a casa sin quejarse por nada o amenazarme de nuevo, era muy capaz de matar a Lui, antes había arruinado vidas sin recurrir al asesinato y no era como si repentinamente me importara Liviu, solo que para tratarse de un asesino serial que ahora se dedicaba a hacer de asesino a sueldo no era tan malo, era simpático y no tenía inconvenientes en tratarme bien, hasta me trataba como un amigo, incluso como algo más, quizá solo me agrada por ser alguien mayor que yo.


Después de limpiar los platos el baño y la cocina me fui a dormir, tenía que llegar en la mañana a la escuela, eran los últimos días de clase y estaba por entregar el último trabajo de literatura, una clase menos y a la vez más cerca de las vacaciones. No tenía idea de que daría comienzo a un nuevo problema.


Mi mañana comenzó normal, llame a mamá en la mañana como cada lunes para escuchar cómo estaba y le mentí, haciéndole creer que todo estaba perfecto, sin meterme en problemas o llevarme con personas peligrosas y terminando al llamada con un.—Yo también te quiero mamá.


En la escuela, la profesora apilo los trabajos en su escritorio cuando llegamos y todos tomaron lugar mientras ella leía cada uno de esos trabajos, estaban por ser dos horas largas y tediosas y así transcurrían cuando mi celular comenzó a sonar, mi celular de negocios el que se suponía solo sonaba cuando no estaba en clase.


Todas las miradas de los presentes se giraron en mi dirección y mire a los lados incomodo, no debí poner como tono el lago de los cisnes.


—¿No contestaras? —Mi profesora una amable mujer que podría ser fácilmente confundida con una dulce y agradable abuelita, me pregunto con una sonrisa divertida.


—No lo hare.


—¿Y si fuera algo importante?


—Sí. —Me apresure a salir para contestar.


—Aquí el enterrador. —Respondí en voz baja junto a la puerta del aula, la profesora me miraba desde el interior por lo que fingí una expresión de confusión.


—Cariño, lamento llamarte a esta hora. —Una voz femenina que me era conocida sonó con fingida dulzura, ella le llamaba cariño a todos. —Te tengo un trabajo muy importante que solo te puedo dar a ti, ven esta tarde y te daré los detalles.


Colgó, sin que yo pudiera decir otra cosa, la profesora seguía mirándome.


—Parece que era un número equivocado, buscaban a un tal Emilio, es la primera vez que me pasa. —mentí con una sonrisa avergonzada y volví a entrar al aula para tomar asiento.


La mujer que había llamado era una prostituta, trabajaba en un lugar llamado la gota dorada, una casa de citas de alta clase al borde de la zona roja de la ciudad, en otras palabras un prostíbulo para ricos y en ocasiones famosos, había conocido el lugar cuando el alcalde me pidió deshacerme de unas fotos acusatorias que le habían costado un ojo de la cara, perdió la vida unas semanas después y fui yo quien se deshizo de su cuerpo y los cuadernos con el registro de sus negocios.


Katia era el nombre de la prostituta en cuestión, una mujer peligrosa que ya había asesinado a un par de sus amantes, sin incluir al alcalde, en ataques de ira, algo que yo hubiera preferido no saber, pero cuando limpiaba sus desastres la escuchaba parlotear sobre como la habían engañado, cosa que realmente no me interesaba sin mencionar que me llegaba a atemorizar.


"Un trabajo es un trabajo." Me dije mentalmente, la profesora seguía revisando los trabajos mientras a mi alrededor todos halaban con sus amigos.


Yo no podía tener algo como un amigo, no es que fuera un antisocial, a regla de no involucrarse solo aplica para el trabajo, tratándose de mi día a día no existía restricción alguna de convivencia, al menos no por mi parte, pero había decidido no esforzarme en hacer amigos desde que conocí la mara cala de Ion cuando tenía cinco años, él era demasiado celoso incluso cuando era niño y no es que hubiera mejorado, solo que lo ocultaba mejor.


Cuando yo tenía cinco años Ion era el líder de los niños del barrio, le había quitado el título a un chico tres años mayor. Como e todo grupo de amigos siempre debe de haber un líder un chico gordito y un chico tímido, en la pequeña "pandilla" del barrio a la que pertenecía cuando niño, Ion, Joseph y yo hacíamos esos papeles respectivamente, hubo un tiempo en que los tres fuimos mejores amigos, entonces me volví un poco más apegado a Joseph, Ion se puso celoso y maquino un plan demasiado maquiavélico para un niño.


Joseph era el orgulloso dueño de un pequeño cobayo blanco, animal peludo que todos los niños adorábamos, quizá por eso todos lo trataban bien, cuando jugábamos en el parque el solía llevar aquel roedor y dejarlo en su jaula cerca, todo muy encantador, y eso fue perfecto para Ion, cuando nadie miraba robo al animal y lo mato a pisotones. Ante la desaparición Joseph fue a llorar con su mamá, al mismo tiempo Ion se me apareció con el cadáver envuelto en un trozo de tela, me lo puso en las manos y dijo "Encárgate como lo hiciste con las canicas.", unos días antes para mantener la paz en el grupo yo escondí en la tierra un montón de canicas de colores por las que los otros chicos habían peleado, supongo que podría decirse que esa fue la primera vez que escondí algo, Ion me vio e hizo la vista gorda. El me miro enterrar el pequeño animal en la tierra usando mis manos, me obligo a modo de amenaza de advertencia, así supe que jamás podría dejar de ser su amigo, deje de hablarle a Joseph y a todos los demás, solo debía hablar con Ion, cada que quería hablar con alguien más recordaba al animal muerto, mis dedos arañándose para enterrarlo, la suciedad en mis uñas, tierra mezclada con sangre, la desagradable sensación de sentir el pequeño cuerpo vuelto amorfo en mis manos.

Notas finales:

 

Espero que hayan encontrado algo rescatabla en este capitulo  y que su lectura les resultara sencilla.

¿Quisieran ver algo mas en la historia?, ¿información adicional en las notas?

 

Por  cierto ya se imaginan como es el tercer pretendiente.

 


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