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Sonámbulo por Kantona Park

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Notas del fanfic:

Este oneshot lo escribí para mi amiga Ichy, la cual me dio la idea. Quiero darle las gracias especialmente a ella por inspirarme siempre que quiero escribir sobre Suga. Espero que todos podáis disfrutarlo al igual que yo al escribirlo ^^

 

He puesto lemon en las advertencias, cuando en realidad es lime. No es demasiado fuerte pero no aparece esa opción ^^u

Le despertó un calor sofocante. Yoongi se sentía incómodo, al contrario que la mayoría de las noches. Él disfrutaba de la comodidad de su cama con puro gozo. Más esa noche, había algo diferente. Sintió una opresión en la cintura que no le dejaba moverse. Era incómodo y le producía mucho calor. Pero al estar aún adormilado no tenía claro qué sucedía.

En un inicio, pensó que se había enredado con las sábanas por haberse movido demasiado. Pero podía sentir sus hombros cubiertos, por lo que descartó esa posibilidad. A pesar de la resistencia que ejercía lo que fuera que le tenía sujeto, pudo girarse para ver el problema. Un cuerpo. Un cuerpo aferrado a su cintura como un cinturón de seguridad. Ajustado y firme.

Suga ni siquiera se sorprendió. Hacía varias semanas que J-Hope aparecía en su cama apretándolo con fuerza. La primera vez, quiso comentarle algo, pero al ver que el menor seguía como si nada no le dio la mayor importancia.

 

No era algo que sucediera todos los días. Cada cierto tiempo, Hobi estaba en su cama sin motivo alguno. Y él, como buen hyung, lo levantaba en peso para llevarlo de vuelta a la suya.

Todos eran conocedores de que J-Hope era sonámbulo. Es un hecho que desde el inicio el bailarín confesó. Más de una vez lo habían visto a altas horas de la madrugada intentando salir a la calle. Por ese motivo, debían cerrar la puerta con llave antes de irse a dormir. Sin embargo, aparte de ese leve incidente, no existía mayor problema.

Yoongi intentó alejarse un poco de su cuerpo. Estaban tan apretados, que podía sentir cada milímetro del menor pegado a su anatomía. De hecho, repasaba mentalmente cada resquicio de la piel ajena que estaba en contacto con la propia.

Y Suga, por primera vez, se asustó. Se asustó por imaginar la piel de su donsaeng. Porque en su mente, esa piel estaba desnuda. Y le daba aún más calor.

No pudo aguantar la presión moral que tenía ante esos pensamientos. Era Hoseok. El loco, agradable, divertido y perfecto Hoseok. El buen amigo y compañero para todos. El dulce Hoseok.

Con una pierna comenzó a empujar suavemente, intentando alejarlo lo suficiente para poder levantarse y llevarle de vuelta a su cama. Pero el movimiento de su pierna hacía efecto rebote. Cuanto más empujaba, con más fuerza se volvían a unir. Le dieron ganas de llorar por la desesperación. Ahí tumbado, mirando hacia el techo mientras Hobi lo atrapaba, no sabía qué hacer para alejarle.

De repente, el menor se removió entre sueños, por lo que apareció en su pecho un aire de esperanza. Quizá el menor volvería solo a su cama. Pero se equivocaba. J-Hope se movió hasta casi colocarse sobre su cuerpo. La pierna del menor se colocó sobre la suya, situándose entre ambas y rozando su entrepierna. Situó la cabeza entre su cuello y hombro, depositando el aliento en esa zona. Mientras se acomodaba, Hoseok exhaló húmedo bajo su oreja. Restregaba el rostro con suavidad mientras murmuraba, sobresaliendo una frase sobre las demás inteligibles.



— Uhmmm….Yoongi - gimió suave.



Si ya se encontraba nervioso, esto lo acababa de superar. Hecho un energúmeno empujó con todas sus fuerzas al menor, haciendo que cayera al suelo.



— Fuera de mi cama. ¡¡FUERA DE MI CAMA!!



El bailarín lo miraba confuso desde el suelo. Se había dado un golpe considerable al caer desde el mueble. Sin decir ni una palabra, bastante confuso y triste, se levantó volviendo de nuevo a su lugar. Dándole la espalda al mayor.

Suga se sentía mal por haberlo tratado de esa manera. Pero esa situación se le estaba escapando de las manos. Podía tolerar que lo atosigara en un abrazo firme, pero era imposible poder estar con él en la misma cama si gemía en su cuello. Era una zona demasiado sensible.



Pasaron un par de noches dónde Yoongi volvía a descansar como un bebé. Sin interrupciones ni calor. Por lo que en cuanto se hizo de noche fue a acostarse deseoso de su profundo descanso.

Una vez más, entre sueños, notaba el agarre en su cintura. Despertó con un suspiro. Conocía a la perfección el motivo de que su descanso fuera interrumpido. Giró el rostro levemente, pues la cara del menor instalada en su cuello no le permitía moverse demasiado.

De nuevo, se encontró disfrutando del calor de la anatomía ajena. Cómo cada vez que se removía con sutileza, rozaba su entrepierna, notando un suave cosquilleo que emanaba de su bajo vientre. Sin saber por qué, su mano viajó a la cintura contraria, acariciándola lentamente. La respiración de Hobi cesó por unos momentos, volviendo a impactar contra su cuello en un suave jadeo.

No podía aguantar más ni un segundo. Sabía que Hoseok no era consciente de lo que estaba haciendo, pero no podía soportarlo. Movió levemente la cadera contra el muslo del menor, mordiéndose el labio ante la gustosa sensación que producía el sutil roce. Intentó girarse un poco para quedar de cara a él, más sólo consiguió trasladar la parte inferior de su cuerpo completamente, quedando medio recostado. El menor seguía enganchado de su cintura mientras se enterraba en la piel blanquecina que había debajo de su mentón.


Una locura atravesó su mente. No le importaban las consecuencias que pudieran tener sus actos. Necesitaba rozarse contra Hoseok tanto como respirar. Deslizó una mano entre ambos cuerpos. Al estar tan pegados, la extremidad rozaba ambas entrepiernas, y la sola idea le hacía morderse el labio inferior por el morbo. Abrió la mano para tomar el miembro ajeno por completo sobre la ropa, moviéndola suavemente en un movimiento constante.

De los labios del bailarín surgió un suave gemido. Aún entre sueños, se removía levemente por el gusto que la mano de Yoongi le estaba produciendo. Esto animó a Suga a continuar. A pesar de que con el dorso se estaba rozando a sí mismo creía que no era suficiente. Necesitaba un poco más de Hoseok.

Estando cubiertos con las sábanas, se sentía seguro. Si alguien despertaba y les miraba, no vería absolutamente nada. Eso lo alentaba a continuar. Tomó la cintura del pantalón elástico del menor y lo deslizó por la parte frontal lo justo para sacar su miembro semi despierto. Después, hizo lo mismo con el propio, pegándose de inmediato al cuerpo contrario para notar su anatomía.

La sensación le hizo apretar los ojos. Debía esforzarse al máximo para no gemir a causa de la excitación. Con decisión, tomó ambos miembros con la mano, comenzando a masturbarlos con lentitud.

Sentía que quería explotar. Subirse sobre Hobi y restregarse contra él como un animal en celo. Necesitaba mover la cadera para tener todo el contacto posible con ese miembro que iba creciendo con el paso del tiempo. A la vez, tenía miedo. Si el menor se despertaba estaba perdido. No podría explicarle lo que estaba sucediendo en su cama. Y sin embargo, ese miedo le daba aún más morbo. El sentirse descubierto le producía una excitación que no se comparaba con otra que hubiera sentido nunca.

El movimiento lo llevaba al cielo. No entendía como el menor no podía despertarse ante los movimientos bruscos que tiraban de ambos miembros. Llevó la mano libre al trasero del menor, apretándolo con fuerza para pegar su cadera más a la propia. A causa del placer, el pijama se le pegaba al cuerpo. Estaba sudoroso y acalorado.

Por un momento había ignorado al menor, pero al poner atención de nuevo, se dio cuenta de que emitía gemidos demasiado sonoros. Giró el rostro con rapidez para tapar la boca ajena con la suya. Ya que estaba, aprovechó para besarle. Era todo demasiado surrealista. Estaba devorando la boca de J-Hope, masturbando a ambos mientras el menor dormía.

Un nudo se apoderó de su garganta, obligándolo a dejar de besarlo. Estaba cerca del orgasmo, necesitando sólo un poco más para alcanzar su tan deseada liberación. Perdió la razón. No le importaba si el menor se despertaba. Apretó más el agarre en su trasero y comenzó a restregarse como si la vida le fuera en ello. Los gemidos de Hobi se acrecentaron, sumados a los propios sonidos que él había comenzado a emitir de manera sonora. Hasta que ambos llegaron al culmen.

Las respiraciones agitadas era lo único que podía escucharse en la habitación. Suga, de manera sigilosa, pudo librarse del agarre del menor para ir al baño. Tras limpiarse, volvió a la cama con una toalla húmeda, aseando al menor que aún seguía sumido en su sueño. Metió la prueba del delito en el armario, colocó a Hobi en su cama y volvió a acostarse para ahora sí, dormir.

 

La mañana llegó demasiado pronto para el gusto de Yoongi. El despertador no dejaba de sonar, taladrándole la cabeza. Se incorporó perezoso, viendo como Hoseok también se levantaba. Sentía arrepentimiento. En algún momento debería contarle al menor lo que había sucedido la noche anterior. Pero era un tema que prefería tratar más tarde que pronto.

— Hyung...tengo que contarte algo... — el vello de la nuca de Suga se erizó. — Anoche...anoche...

Las manos de Yoongi comenzaron a sudar. El menor no podía recriminarle el haberle tocado. Si hubiera estado despierto, se habría negado. Y si había estado despierto y no se negó, era porque el también deseaba ser tocado. Notaba la cabeza sobrecargada de pensamientos y suposiciones mientras el menor balbuceaba nervioso. Fuera lo que fuera necesitaba escuchar su explicación.

— Yoongi hyung, lo siento mucho. Anoche tuve un sueño erótico contigo y ahora mismo siento mucha vergüenza al mirarte.

La confesión de Hoseok le pilló desprevenido. El menor pensaba que había sido todo un sueño, cosa que le produjo un gran alivio. Con una sonrisa socarrona comenzó a bromear.

— No pasa nada Hobi. Sé que soy irresistible.


Ambos rieron teniendo de nuevo un ambiente relajado. El mayor sentía que había escapado de una de las vergüenzas más grandes que podía sentir con un compañero. Tras un par de bromas más y dejar en claro que no había motivo para estar raros entre ellos, Suga fue al baño para asearse antes de ir a desayunar.


Hobi se quedó en la habitación con una media sonrisa traviesa. Por fin, hacerse el sonámbulo para ir a la cama de Yoongi, había dado sus frutos.


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