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PLAYBOY [ChanHun] por Shiza-chan

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Notas del fanfic:

Según yo no iba a subir esto, pero el documento me hacía ojitos desde la bodega y puej... ni modo. La locura pudo más :v

— Muy bien, veamos. La alacena está llena, los recibos pagados, ChanYeol estará a cargo del dinero y... Dios, ¿qué me falta?

SeHun miró divertido a su madre cuando ésta buscaba alguna cosa completamente desconocida para él dentro de su gran bolso azul, al tiempo que balbuceaba una serie de palabras que no pudo entender por la velocidad con la que salían de su boca.

— Tranquila, mamá, todo está bien. Te recuerdo que tengo diecisiete, no seis. — Dijo tomándola por los hombros para atraer su atención y que ésta volteara a verlo.

— Lo sé, cariño, pero...

— Todo estará bien. — Reiteró con tranquilidad, haciendo énfasis en cada palabra.

Su madre, rendida, suspiro al tiempo que dejaba de rebuscar en su bolso, (mismo que terminó por acomodarse correctamente en el hombro) y miró a su hijo con infinita ternura.

— Qué haría yo sin ti, Hunnie.

El chico rio entre dientes y terminó de romper la distancia que lo separaba de su progenitora a manera de un abrazo.

— Que disfruten de su aniversario — Dijo una vez que consiguió que su madre entrara al auto.

Su padrastro, del lado del piloto, le agradeció con la mirada que consiguiera subir a la mujer al vehículo, pese a que aun estando ahí no dejó de metrallear a SeHun con indicaciones y sugerencias que el chico ya conocía de memoria.

— Channie llegará en un rato de la Universidad. Pórtate bien y hazle caso, ¿sí?

El pelinegro asintió, a pesar de que aquello solamente logró retorcerle el estómago. Aun así trató de no demostrarlo.

— Te amo, cielo. Nos vemos dentro de dos semanas — Dijo la mujer luego de darle un último beso en la mejilla a su pequeño; seguidamente se acomodó correctamente en el asiento del copiloto y partió junto con su marido a unas vacacionales de dos semanas en el Caribe por su quinto aniversario.

Apenas el auto desaparecido de su vista, SeHun entró casi corriendo al interior de la casa, subiendo las escaleras de dos en dos para llegar a su habitación mientras rebuscaba su celular en los bolsillos de su pantalón.

Faltaba poco para que ChanYeol llegara y él tenía que alistar muchas cosas antes de que eso sucediera.

Sacó una maleta de debajo de su cama y la subió a ésta al tiempo que se apresuraba a abrir el cierre. Tenía el celular sujeto entre el hombro y su oído, escuchando los típicos «Bip», a la espera de que KyungSoo se dignara a contestar del otro lado de la línea. Casi suspiró de gusto cuando escuchó la voz adormilada del mayor.

 ¿Por qué tardaste tanto en contestar? — Preguntó con cierto tono de angustia mientras abría el armario y comenzaba tirar de la ropa colgada, llevándose algunos ganchos consigo en el proceso.

— Dormía. Agradece que siquiera te haya contestado.

El menor bufó, no teniendo argumento para eso. Tiró la ropa de manera desordenada en el interior de la maleta.

— Como sea, ¿sigue en pie lo de quedarme en tu casa?

SeHun escuchó un sonido de afirmación seguido de un bostezo del otro lado de la línea antes de seguir escuchando la voz de Do.

— Sabes que sí, por mis padres no hay problema, por mí menos; pero sigo sin comprender por qué huyes de tu hermano.

— Hermanastro — Corrigió.

 Lo que sea, no es como si te fuera a violar. Bien, te trae ganas, pero Yeol tiene suficiente cabeza como para discernir que no te interesa.

«Pff... sí supieras» Pensó, pero simplemente se limitó a decir que llegaría dentro de media hora con voz neutral.

KyungSoo no se molestó en decir ninguna palabra más, sabiendo de sobra lo terco que podía ser su amigo, así que simplemente aceptó y enseguida terminó la llamada para seguir con su tercera siesta del día, (y eso que apenas iban a dar las cuatro de la tarde).

SeHun tiró su celular sobre la cama sin importarle mucho en dónde cayó, y siguió acomodando su ropa dentro de la maleta; metiendo pantalones por aquí, camisas por acá y calzoncillos por allá. Planeaba estar las dos semanas que su madre y su padrastro estuviera fuera de la misma manera, sólo que para él, el Caribe era sinónimo de la casa de Do KyungSoo.

Al terminar de empacar la ropa que consideró suficiente, se decidió por acomodar un poco la misma (cosa que en realidad sólo consistió en doblar las prendas de mala manera para luego volverlas a meter dentro de la maleta).

Visto desde otra perspectiva, parecía que el menor estaba a punto de huir de casa, tal como en una de esas películas que el chico había visto alguna vez en compañía de KyungSoo y Tao; armarios semivacíos, habitación desordenada y una nota recién escrita y lista para ser colocada en la puerta del refrigerador con algún imán que su madre había conseguido en esas revistas de cocina que compraba semanalmente no daban otra impresión; misma que no se alejaba mucho de la realidad.

SeHun estaba a punto de "huir". No de sus padres. No por la escuela. No para irse con alguien... sino de alguien, que, si no se equivocaba, no tardaría mucho en llegar.

Con apuro, forcejeó con el cierre de la maleta por la cantidad de cosas que había metido dentro de ella y apenas logró cerrarla tiró de la agarradera para ponerla de pie sobre el piso y comenzar a arrastrarla fuera de la habitación, a la primera planta. Al llegar a ésta dejó el equipaje a un lado de la puerta y palpó los bolsillos de su pantalón para asegurarse de llevaba todo; su cartera estaba ahí en uno de los bolsillos traseros, pero no logró hallar ningún rastro del pequeño aparato electrónico. Lo había dejado en la cama y no lo había tomado antes de bajar.
Masculló un par de maldiciones antes de dar la vuelta sobre sus talones y regresar a su habitación.

Al llegar lo buscó con la mirada por encima de la cama, frunciendo el ceño ligeramente al no localizarlo. Se acercó y revolvió el cobertor (más de lo que ya estaba) y al no encontrar nada de nueva cuenta, soltó un bufido de frustración.
Se arrodilló sobre el suelo y levantó la caída de las sábanas para poder mirar por debajo del mueble. Tampoco estaba ahí.

Para ese punto, el chico estaba por mandar el aparatito al demonio y salir de casa así, total, no era como si lo usara para algo más que realizar llamadas y mensajear, ¿qué era lo peor que le podía pasar sin él?

Se puso de pie y sacudió el inexistente polvo en sus rodillas antes de girarse a la puerta de nueva cuenta.

Entonces el tono pre-programado con el que contaba su celular sonó de manera estruendosa, provocándole un pequeño susto. 
Regresó sobre sus pasos hasta la cama y rodeó la misma, siendo guiado por la melodía, hasta hallar la causa de su desesperación escondida debajo dentro de uno de sus zapatos. Ni siquiera se explicaba cómo había acabado ahí.
Lo sacó del calzado y deslizó el dedo por la pantalla táctil para tomar la llamada de KyungSoo.

— Ya voy para allá, ¿qué ocurre?

— Suho llegó como hace diez minutos de la Universidad. No lo note porque seguía durmiendo.

«Carajo»

— Gracias, KyungSoo.

El chico de ojos grandes estaba por decir otra cosa del lado contrario de la línea, pero para cuando comenzó a hablar, SeHun ya había cortado la llamada y se había guardado el celular en el bolsillo del pantalón.

Suho (como solían llamarle), el hermano mayor de KyungSoo, y ChanYeol iban en el mismo curso de la Universidad. SeHun lo había descubierto cuando KyungSoo le había dado unas hojas llenas de jeroglíficos (a vista de SeHun), mismas que le había entregado Suho, para que él se las diera a Yeol. Como la casa de KyungSoo quedaba unas cuantas calles arriba de la suya, ChanYeol solía dejar a Suho antes de llegar a casa; SeHun entonces se aprovechó de aquello para predecir su llegada con las llamadas de Soo.
Para su mala suerte, éste tenía el sueño tan o más pesado que el de un mismo oso pardo; por lo que su estrategia solía no funcionar al 100% la mayoría del tiempo.

Se dirigió con apuro a la salida de su habitación pero al hacerlo terminó chocando con una de las patas de su cama, provocando un chirrido por parte de ésta al arrastrarla ligeramente y sacándole a él un quejido mezclando con un inmenso dolor en el pie. Se mordió el labio adolorido y contuvo el impulso de comenzar a maldecir al mueble en cuestión, convenciéndose de que sólo sería una pérdida de tiempo.

Tiempo que no tenía.

Tiempo que estaba gastando al seguir ahí parado mirando con odio a la cama.

Y tiempo que seguía corriendo.

Se obligó a sí mismo a recomponerse rápidamente del golpe y volvió a fijar su atención en salir del cuarto; esta vez intentando no tropezar con nada más.
Llegó a la primera planta y se dirigió rápidamente a la cocina, pegó la nota que había preparado al refrigerador con un imán en forma de fresa y salió de ahí, de nuevo a la entrada principal. Ahora sí, tenía la cartera y su celular en sus bolsillos, las llaves del auto en la mano y la maleta... ¿en dónde demonios había quedado su maleta? 
Dio alrededor de cuatro vueltas sobre sí mismo antes de mirar con total desconcierto el lugar en el que la había dejado (según él) momentos antes.
No la pudo haber olvidado en el piso superior, estaba muy seguro de haberla bajado consigo.
El ya haberla dejado afuera también quedaba descartado, ni siquiera la había abierto.
¿La cocina entonces? No era que estuviera del todo convencido, pero de momento sonaba como la opción más probable. Tal vez la había dejado en el lugar al momento de ir a pegar la nota y ni siquiera se hubiera dado cuenta de ello. 
Con esa idea en la cabeza regresó a la cocina, esperando que la maleta se encontrara en el sitio pero al entrar y no ver nada lo único que halló fueron unas enormes ganas de tirarse al suelo y gritar de la impotencia que sentía en aquel momento.

¿Por qué todo tenía que ser tan difícil?

Miró con añoranza el reloj de pared que estaba colgado en uno de los muros de la cocina, sorprendido de que Yeol no hubiera aparecido aún. Era lo suficientemente tarde como para que no llegara y, por un segundo, la esperanza de que se hubiera ido a follar con alguna de sus tantas zorras (como SeHun gustaba llamarles) se apoderó de sí al mismo tiempo que una sonrisa fugas se paseó por su rostro para luego convertirse en una mueca de desagrado e inconformidad.

¿Por qué demonios reaccionaba así si el único lazo entre ellos dos era el que se había creado gracias al matrimonio de sus respectivos padres?

Según pensaba SeHun, para ChanYeol, él no era más que otra posible conquista y un nuevo orificio en donde meter el pene. Y eso, aunque no lo pensara admitir ante alguien más que no fuera su almohada, le dolía...
Se sentía estúpido y furioso consigo mismo sólo porque eso pudiera siquiera afectarle, pero las cosas eran así. Y era que SeHun había quedado irremediablemente prendido a Yeol desde el día en que su madre contrajo nupcias por segunda vez, cuando vio por primera vez a aquel muchacho de orejas grandes y ojos juguetones (pues, a pesar de llevar dos años de relación, sus padres nunca los habían presentado por miedo a una mala reacción). Y no era el único que había tenido esa reacción. Al igual que él, el mayor había quedado fascinado por la apariencia de aquel pequeño de doce años que lo había cautivado con su mera inocencia; haciéndolo sentir un asco por fijarse en alguien menor que él. Ahora la diferencia de edades no era tan pesada, pero en aquel entonces, cuatro años eran un mundo.

Para cuando el menor cumplió los dieciséis años, Yeol ya había intentado hacerlo caer una buena porción de veces, muchas en las cuales casi lo había logrado de no ser por las interrupciones que parecían estar a la orden del día, justo en el momento menos oportuno.
Fue un fin de semana de junio a partir del cual, todos los intentos de posible conquista del más alto se fueron por el caño, cuando perdió por completo a SeHun.

Sus padres de nueva cuenta no se encontraban, pero SeHun en lugar de quedarse a cargo del mayor, (como ocurría siempre que sus padres salían) había ido a quedarse en casa de Soo puesto que los padres del mismo tampoco estaban y querían aprovechar ese hecho para ver películas demasiado violentas hasta tarde.
Por su parte, Yeol y Suho habían asistido a una de las tantas fiestas de la Universidad, seguros de que los chicos estarían bien juntos.

La catástrofe llegó al día siguiente.

A eso del mediodía, SeHun regresó a casa luego de que Suho se hubiera despabilado lo suficiente como para conducir y no chocar con un hidratante en el proceso.
Al parecer, el mayor había llegado a mitad de la noche pero los dos menores estaban tan sumidos en sus propios gritos que nunca lo notaron hasta que amaneció y lo encontraron tirado a mitad de la sala hablando dormido y abrazando un unicornio rosado de peluche (aún en día seguían preguntándose de dónde lo había sacado).
SeHun entró a su casa sin hacer ruido, y se dirigió al cuarto del mayor con una caja de ibuprofeno en una mano y un vaso de agua en la otra, suponiendo que ChanYeol tendría una cruda unas 10 veces mayor a la de su amigo y probablemente lo necesitaría.

Como le habría gustado que hubiese sido así.

La puerta de la habitación se encontraba entreabierta, por lo que lo único que tuvo que hacer el (en ese entonces) rubio, fue empujarla levemente con el pie para abrirla lo suficiente como para poder entrar. Lo primero que notó fueron las prendas del mayor tiradas por partes desiguales en la habitación. Vale, no era algo extraño. Yeol tenía la mala costumbre de dormir en ropa interior así que no era cosa del otro mundo; tal vez no había llegado tan ebrio si había podido desvestirse antes de entrar a la cama.

Miró fugazmente la espalda del otro en la cama cuando hubo dejado las cosas sobre el escritorio que había en la habitación y, por un segundo, la idea de acercarse a levantarlo con un "Beso de buenos días" cruzó por su cabeza de manera rápida y volátil.

« ¿Qué es lo peor que puede pasar?»

Se había acercado casi que caminando de puntitas hasta la cama del mayor y antes de que pudiera siquiera acercarse al rostro del alto, algo dentro de él se rompió de manera abrupta y seca.

A un lado de ChanYeol descansaba un chico de cabellos plateados, sus facciones eran finas y su piel era sumamente blanca; y, de no ser por su pecho plano, SeHun lo habría confundido con una chica. 
Ambos chicos reposaban plácidamente dormidos, ajenos a la revolución que se llevaba a cabo en la cabeza del rubio. Sentía que su pecho dolía cada vez más y sin querer las lágrimas ya estaban recorriendo sus pequeñas mejillas mientras que una serie de hipidos ahogados salían de su boca. No lo soportó mucho tiempo.

SeHun salió de esa habitación con el corazón roto mientras se reprendía internamente por haberse enamorado de quien no debía.

Al despertar, ChanYeol supo que su pequeño había estado ahí y lo había visto con Baek. La cagó. Y mira de qué manera...

Desde ese día SeHun no volvió a dirigirle la palabra a ChanYeol a menos de que fuera estrictamente necesario hacerlo y sólo cuando los padres de ambos estaban presentes. Evitaba quedarse a solas con el mayor siempre que podía y nunca le dedicó una sonrisa sincera. No más. La confianza murió de manera cruda al igual cualquier posible relación entre ellos; y era que, por mucho que en el fondo SeHun quisiera mandar al carajo todo y salir corriendo a los amplios brazos del más alto, su orgullo y su corazón se encontraban severamente heridos. Esa era la razón que lo había hecho huir tantas veces de él en el pasado y la que lo estaba haciendo huir de nueva cuenta en el presente.

— No sé por qué sigo pensando en idioteces... — Dijo en voz alta al tiempo que limpiaba de su rostro una lágrima traicionera, eliminando cualquier indicio de que estuvo ahí.

Ahora más que antes, las ganas de salir corriendo de ese lugar hicieron mella y, con ropa o sin ella, él se iba a largar a la de ya. Con decisión tomó el pomo de la puerta y giró el mismo hasta que ésta se abrió; mas sin embargo, una mano a sus espaldas cerró de golpe con la palma abierta lo poco que había logrado entreabrir la puerta, sobresaltándolo del susto en el proceso. Una voz gruesa sonó a sus espaldas, sacándole un temblor que no pasó desapercibido por el contrario.

— SeHun... — «Mierda» — ¿Me explicas a dónde planeas ir? — «Oh. Santísima. Mierda»

 

Notas finales:

El drama a la mexicana is coming *suena ending de novela* 

Ya saben, todo comentario es bien recibido, quejas, dudas y sugerencias también :v 

La segunda parte sha va por la mitad así que todo es cosa de ver que tanto les gusta (aunque igual lo voy a terminar subiendo shit)

¡BSL a lo chilango!


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