Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

PLAYBOY [ChanHun] por Shiza-chan

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Con el corazón en la garganta, SeHun se dio la media vuelta con una lentitud casi dramática para ver a ChanYeol frente a él.

Como la mayor parte del tiempo, el mayor llevaba puesta una camiseta con cuello "V" blanca igual de ceñida al cuerpo que los pantalones de mezclilla gris que traía. Calzaba sus habituales botas militares y como no podía faltarle nunca, una chaqueta negra de piel; el único cambio que había logrado notar era que ahora llevaba el pelo de un castaño más claro, casi rubio y arreglado desordenadamente con los rizos cayéndole sobre la frente.

ChanYeol era lo que todos conocían como un playboy. Era el chico más deseado de la Universidad tanto por sus capacidades en la cama como por su rendimiento académico y habilidad en la cancha de basquetbol. Divertido y amable con el toque sutil de un gilipollas de novela... El partido perfecto, sin duda. Muchas y muchos matarían por tener a ChanYeol como él en ese momento: acorralándolo entre su cuerpo y la puerta tras de sí. Aunque lo único que SeHun quería era tener al chico lo más lejos posible.

— No has contestado mi pregunta, Hunnie. ¿A dónde pensabas ir? — La voz del mayor sonó tan grave y sería que a SeHun se le pusieron todos los pelos de punta. Tragó pesado antes de intentar empujar lejos de sí al más alto, cosa que acabó peor ya que ChanYeol tomó eso como un incentivo para pegarse más al cuerpo ajeno, provocando que la espalda de éste chocara con la puerta al intentar alejarse y sus manos quedaran aprisionadas entre su cuerpo y el del más alto — SeHun...

— Eso no te importa. — Tenía la mirada baja, pero su tono era firme. Tal vez por no ver al mayor, precisamente. — Ahora quítate.

— No.

— Park...

— He dicho que no. — SeHun se estremeció y como mero reflejo, levantó la mirada. Mala idea. Los ojos oscuros de ChanYeol reflejaban mil y un emociones diferentes, volviéndose imposible para el menor identificarlas a cada una de ellas pero, en alguna parte, logró percibir algo parecido a la... ¿tristeza? No. Eso no podía ser pero... ¿Entonces por qué sentía el sentimiento tan verdadero? — Tenemos que hablar. Ahora.

Aquella voz tan demandante sólo mató el hilo que sus pensamientos llevaban y provocó que una risa carente de gracia saliera de su boca, desconcertando al mayor. Su mirada reflejaba repentino aborrecimiento que no pasó desapercibido por el castaño.

— Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. — Dijo enfatizando el "nada" con un tono mordaz.

Hizo el intento de empujarlo de nuevo, golpeando su pecho con ambas manos y logrando moverlo apenas una nada antes de que el mayor reaccionara y tomara sus muñecas con una sola mano para dejarlas atrapadas por encima de su cabeza. Un chillido de frustración pugnaba por salir de su garganta, pero lo único que atinó a hacer fue retorcerse como un animalito asustado en un intento de liberar sus muñecas del agarre de ChanYeol mientras lanzaba maldiciones al aire.

— ¡Carajo, ChanYeol! ¡Quiero que me sueltes de una puta vez!

— ¡NO! ¡No hasta que escuches lo que tengo que decir!

SeHun cerró los ojos tembloroso cuando ChanYeol golpeó con la palma abierta la puerta, a unos cuantos centímetros de su rostro. Apretó los labios sin abrir los ojos cuando a los segundos escuchó al mayor suspirar pesado cerca de su cuello al momento de deshacer el agarre que ejercía en sus muñecas.

Sus manos cayeron inertes a los costados de su cuerpo y su cabeza golpeó sin fuerza la puerta detrás, quedando ligeramente sobre su hombro derecho, erizándosele la piel alrededor gracias al choque caliente de su respiración.

Era su oportunidad. Bien podría empujar al mayor y salir corriendo de ahí en el tiempo que tardaría éste en recomponerse, pero había algo que le impedía siquiera mover un solo dedo del cuerpo. Algo que le estaba entumiendo los músculos del cuerpo entero de una manera jodidamente desagradable y por ende, le hacía permanecer ahí de pie con su patético intento de hermano, casi amante, o como mierda se le pudiera denominar pegado al cuerpo; con la cabeza completamente revuelta y un nudo formándosele en la boca del estómago.

La cabeza de ChanYeol terminó de recargarse completamente sobre su hombro; con la frente como apoyo y sin dar señales de vida más allá del sonido pesado que provocaba su respiración. SeHun no le dijo nada y permaneció quieto ahí el tiempo que le llevó calmarse a él mismo. El silencio no era precisamente cómodo, pero tampoco llegaba a caer en lo insoportable.

Luego de lo que el pelinegro consideró había sido suficiente tiempo (todo lo que pudo tolerar en aquella posición), hizo el intento de alejar con cuidado al mayor de su cuerpo; posando sus manos sobre sus hombros y empujando suavemente para atrás. Para sorpresa del chico, ChanYeol se separó por su propia voluntad sin necesidad de decirle nada, pero ahora el castaño claro era el que tenía la mirada perdida en algún punto aparentemente interesante del suelo. No supo por qué, pero el ver al más alto actuando de manera tan dócil le revolvió el estómago.

— SeHun, en verdad necesito hablar contigo — ChanYeol levantó la cabeza, mirando con sus grandes ojos marrones que ahora parecían los de un cachorrito asustado, al chico frente a sí.

Ya no estaba el tono de dictador toca cojones que había empleado antes. Tampoco lo estaba exigiendo y ciertamente ya no se comportaba como un verdadero imbécil. Había hablado casi que con temor a recibir una negativa de su parte y ahora, por alguna putera razón, él se sentía como el malo de la historia.

SeHun frunció los labios en un gesto indeciso. Miraba a los lados intentando decidir qué hacer a continuación, pero parecía ser que su cerebro hacía de todo menos pensar con claridad. Dos partes de sí discutían a punta de puñetazos entre la opción de patearle la entrepierna al mayor y mandarlo al carajo o... darle la oportunidad de hablar que le había negado hace casi un año.

Vaya que debía ser un masoquista de closet siendo que la segunda parte fue la ganadora. Tal vez en serio necesitaba una cita con el psicólogo (cosa que se vendría traduciendo como una tarde de muchísima comida chatarra y películas al lado de su hyung de ojos grandes).

Completamente rendido a los deseos de su subconsciente, SeHun miró a ChanYeol y suspiró con algo de resignación.

— Bien. Pero hazlo rápido. — No tuvo que decir nada más. La mirada del mayor brilló apenas escuchó esas palabras y sin esperar nada, tomó al pelinegro de la muñeca y lo arrastró con él a la sala principal, en donde extrañamente, también se encontraba la maleta que hace momentos estaba buscando como un verdadero idiota.

«Hijo de la gran... »

— ¿Por dónde entraste?

— La puerta trasera. — Respondió con simpleza al tiempo que dejaba sentado al menor en el sofá más grande, mientras él se colocaba al otro extremo del mismo, sólo para no tensar las cosas. Estaba seguro de que si metía la pata de nueva cuenta, ni rogándoles a todos los dioses del mundo tendría una nueva oportunidad. Menos tratándose de SeHun.

El más chico se acomodó con la espalda apoyada en el recarga brazos del mueble y cruzó los brazos sobre su estómago, escudriñando al otro con la mirada.

Se suponía que ChanYeol (según SeHun) era quien debía de iniciar la supuesta conversación para aclarar el supuesto malentendido de aquella vez, pero la pregunta que le carcomía el pensamiento desde hace ya bastante tiempo estaba ahí, en su cabeza; la lengua casi que le picaba por soltarla pero los músculos del habla se resistían a funcionar como se supone que deberían. Quizás porque en el fondo no quería escuchar la respuesta. Quizás porque temía que fuera la respuesta que se imaginaba.

ChanYeol notó la tensión en el cuerpo de SeHun y carraspeó de manera automática para llamar la atención del chico. Sabía (o bueno, tenía el presentimiento de saber) qué pensamiento era el que se arremolinaba en la cabeza del azabache. Si tenía razón, estaba seguro de saber darle respuesta; el problema de todo era decirlo sin que sonara como dialogo de novela barata y por ende quedara mal de nueva cuenta.

«Oh, Dios. ¡Hazlo ya, pedazo de imbécil! Tú fuiste quien lo orilló a tener esta conversación en primer lugar. ¡Arréglatelas ahora!»

— Ese día... — Comenzó a decir el menor. Al instante ChanYeol dejó de pelear con su subconsciente y le puso toda su atención — ¿Qué ocurrió...exactamente?

Bueno, tal parecía que había dado justo en el blanco. El castaño lo miró con indecisión, maltratando su labio inferior con los dientes y se despeinó los rizos con una mano al tiempo que se acomodaba de mejor manera sobre el sofá.

— Bueno... pues, luego de llegar a la fiesta de Kai comenzamos a ir de un lugar a otro por la casa. Por momentos nos deteníamos a bailar o charlar con alguien o igual, simplemente bebíamos. Suho se separó de mí cuando su platónico hizo acto de presencia; un rato y muchas copas después, BaekHyun llegó a la fiesta. — Hizo una pequeña pausa para analizar las expresiones de SeHun, pero éste no dijo nada. Tenía la cabeza gacha, por lo que apenas y le hizo un ademán con ésta para que continuara y así fue. — Comenzamos a charlar, beber (para variar) y en algún punto acabé con él sobre mis piernas comiéndome la boca y yo siguiéndole el juego.

De una manera u otra, eso se escuchaba realmente pésimo. Ya lo sabía, pero le terminó de quedar claro cuando SeHun lo miró con los ojos entrecerrados un segundo antes de soltar un bufido de incredulidad.

— Ya. Luego lo trajiste a la casa y cogieron. ¡Fabuloso! Nada que no supiera ya. Gracias por hacerme perder el tiempo, ChanYeol.

El veneno con que decía cada palabra era palpable. Demasiado. Se sentía enojado con el más alto por jugar así con él pero, sobre todo, también se sentía herido; como si el chico hubiera abierto una herida que apenas estaba terminando de sanar y se mofara del dolor que le hacía pasar. No necesitaba saber los detalles de cómo se había follado a la zorra de BaekHyun luego de haberle dicho a él palabras de amor que resultaron siendo sólo mentiras, tampoco era ese tipo de masoquista.

Le dedicó entonces una mirada de desprecio, de esas que nunca son del todo verdaderas porque las profesa un corazón roto y que sin embargo, guardan en su ser un poco de verdad.

Para ese punto ya tenía los ojos empapados de lágrimas que por pura suerte aún no le rodaban por las mejillas; y ChanYeol lo vio tan roto que lo único que sintió en ese momento fue un odio enorme por sí mismo. El patán más grande del mundo.

— SeHun.

— Cállate. Cállate, ChanYeol, no quiero escuchar ni una miserable palabra más de ti, ¿me oíste? — Se puso de pie, siendo seguido inmediatamente por el otro pero lejos de intimidarse, la ira creció en él al verlo con intenciones acercarse. — ¡No me toques!

— SeHun, por favor. Tienes que escucharme, yo-

— ¿Tú qué? ¡¿Tú qué, Park?! Te acostaste con él horas después de haberme dicho que me amabas, ¿qué con esa mierda? ¡Ah! Ya sé, lo que pasa es que quieres “enmendar tus errores” para así tener la conciencia limpia, ¿o me equivoco? — Hizo una breve pausa, sólo lo suficientemente larga como para coger aire pero no lo suficiente como para permitirle al mayor hablar. No quería que hablara. — ¡Pero por supuesto que no! Eso es todo, eres un maldito egoísta, Park ChanYeol, ¡maldigo el jodido día en el que me enamore de ti! — Todo su miedo, todo su resentimiento, todo el peso que cargaba su corazón se le estaba escapando palabra a palabra por la boca, al igual que las grandes gotas de agua salada se le iban de los ojos con furia.

Se lo merecía, estaba consciente de ello. ChanYeol estaba dispuesto a recibir todas y cada una de las injurias que le estaba dedicando el pelinegro si con eso se ganaba cuando menos la más pequeña oportunidad de recuperarlo, pero por cada insulto que SeHun soltaba sentía que lo único que estaba logrando era que éste lo odiara un poco más.

Pero claro que todas las cosas tienen su límite, y al suyo lo sobrepasaron las acusaciones del menor.

— Solamente fui un vil juego para ti, ¿verdad? Tu distracción, tu títere, ¡pero por supuesto! Y al no conseguir lo que querías te fuiste por el agujero de otro, ¡¿verdad?! ¡Admítelo de una buena vez! ¡Yo nunca fui nada para ti, nada más que otro hueco en donde meter tu puto pen-

— ¡Cállate ya! ¡Deja de decir tantas malditas estupideces y escúchame de una putera vez, carajo! — Soltó fúrico.

Terminó de avanzar hacia SeHun pese a que éste intentó impedirlo retrocediendo los pasos que él daba y lo tomó de los hombros para tirarlo en el sofá. SeHun gritaba sandeces sin ton ni son al tiempo que se agitaba con fuerza para quitarse de encima a ChanYeol, pero no lo consiguió. El tipo era muchísimo más fuerte que él y lo tenía en una posición ciertamente vulnerable: sentado con el encima y los brazos a los costados, siendo apresados por sus largas piernas contra su propio cuerpo. Las lágrimas seguían bajando amargamente por sus mejillas acompañadas por sollozos lastimeros, pero ChanYeol pareció ignorar todo aquello cuando le tomó el rostro con una sola mano y chocó sus labios en un beso brusco y desesperado. Le mordió los labios sin delicadeza alguna y lo obligó a abrir la boca para poder ingresar la lengua para así comenzar a explorar con gula toda esa cavidad. No se detuvo hasta que SeHun comenzó a removerse en busca del aire que le estaba robando.

— ¿Vas a escucharme ahora?

— Vete al mismísimo infie- — Lo volvió a besar; esta vez, tironeando de su labio inferior hasta sentir sutilmente el gusto metálico de la sangre.

— ¿Y ahora?

— Hijo de p- — Y otra vez. La diferencia radicaba en el hecho de que en esa ocasión fue más lento, más tierno en sus movimientos.

— ¿Ya?

— N-no… — Uno más. Entonces el roce entre sus labios se volvió casi superficial. ChanYeol dejaba pequeños besitos en el belfo inferior de SeHun antes de volver a tomar posesión de su boca. Sólo entonces el pelinegro le correspondió, moviendo sus labios a la par.

ChanYeol recorrió con la yema de sus dedos las finas facciones del rostro ajeno, acariciando con el índice el puente de su nariz, sus labios, retirando los restos de lágrimas… No se atrevió a mirarlo. Simplemente aflojó el agarre que mantenían sus piernas para liberar sus manos y dejó caer el peso de su cuerpo en los muslos ajenos, quedando sentado encima de él.

Tomó como una buena señal el que SeHun no lo apartara de un empujón y, con más cuidado, llevó ambas manos al cuello de SeHun para acercarlo a él hasta tener sus frentes juntas y sus narices rozándose.

— Nunca me acosté con BaekHyun. Jamás. Yo… no pude. — Susurró despacio, como temiendo meter la pata otra vez. — Los dos estábamos extremadamente borrachos cuando llegamos aquí, lo admito. Lo besé varias veces más y lo llevé a la habitación, — sintió el cuerpo de SeHun tensarse, pero continuo antes de perder las agallas — sí, iba a tener sexo con él pero…

— ¿Pero?

ChanYeol se humedeció los labios y se separó lo suficiente para conectar miradas con el otro. Quería que le creyera lo que estaba por decir, necesitaba que fuera así. No por redención. No por “limpiar su conciencia”. No era eso. Sólo necesitaba que el menor lo supiera, que se enterara de una buena vez.

— ¿Pero qué, ChanYeol?

Inspiró fuerte.

— Porque, en medio de toda la bruma de la borrachera, recordé a un pequeño de ojos hermosos y cabellos dorados que me había robado el corazón.

Luego… silencio.

SeHun no desviaba su mirada pero tampoco mostraba algo que pudiera sugerir qué era lo que pasaba por su cabeza, en qué pensaba, cuándo le iba a golpear en el rostro para salir huyendo de ahí. Esperó y esperó, pero nada de eso llegó.

Tres minutos y cuarenta y ocho segundos después, SeHun sonrió antes de poner sus manos sobre su nuca y acercarlo para tomar sus labios con los propios.

De haber sido físicamente posible, a ChanYeol se le hubiera salido el corazón del pecho y se hubiera puesto a bailar vals sobre la mesada de la sala.

— Eres el mayor imbécil que he conocido en toda mi vida, ¿sabías?

ChanYeol mostró una de esas sonrisas de tiburón antes de darle un pico en los labios y en la punta de la nariz.

— Y lo que te falta por descubrir, pequeño. — Dijo un segundo antes de tomarlo de los muslos y llevarlo cargando al piso de arriba.

Notas finales:

¿Qué mejor manera de estudiar para un examen de ortografía que escribiendo? 

Pues al fin, luego de muchos varios de bastante (what) le traigo este último capítulo uvu Tenía la intención de escribir lemon pero al final no lo vi necesario. No sé ustedes, pero a mí me gustó el resultado final, ¿o qué les parece?

¡Muchísimas gracias a todas las criaturitas que comentaron en la parte pasada!  d84; En verdad, muchas gracias. Aunque muchas veces no respondo, créanme que siempre leo lo que me dejan y se me estruja el corazón bonito cuando veo que les gusta.

 

De momento eso es tudu. Que tengan un lindo día/noche... I don't know.

¡BSL, Dollys! 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).