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Ocaso del Caballero de la Noche por JessJe

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Notas del capitulo:

Una advertencia muy seria le llega a Superman de quién jamás se imaginó, mientras que dos amigos se acercan  más de lo que jamás imaginaron.

Capítulo 21: Superman vs Robin

 

Balack se quedó cerca de la puerta, un poco oculto del resto. Escuchó con atención la discusión de Superman y Zatanna, y luego las palabras de Robin. Sintió un gran pesar. Entendía que la mitad de su material genético era de Batman, pero aún le confundía las emociones que llegaban a él. A pesar del exterior frío que pretendía mostrar, le perturbaba aquellos sentimientos que eran ajenos a él, o tal vez, ¿no lo eran tanto?

Al ver al Dr. Hamilton salir, se acercó un poco más, para escuchar. -¿Y bien? ¿Cómo está? –preguntó Superman al acercarse al anciano.

El médico suspiró, -Tal vez… podríamos hablarlo a solas…

-Ni se atreva, doc. –le dice Oliver desde atrás.

-Señor, entienda que…

-Entienda usted que todos los que estamos aquí somos cercanos a él, así que hable con confianza –le dice Zatanna sin titubear. Dick se puso de pie y apoyó lo dicho por la ilusionista.

-Bien, quiero aclararles que a pesar de ser llamado doctor, no soy un médico en todo el sentido de la palabra…

-Pero yo sí –dice una voz femenina.

Todos vuelven a ver hacia atrás. Alfred entra a la sala, junto con la Dra. Thompkins. –Soy la médico de cabecera de Batman, así que espero me dejen verlo a él y el tratamiento que le están practicando.

Hamilton vuelve a ver a Superman y el accede. –Bien, señora, con gusto le mostraré toda la información, pero si gusta puedo seguir dándole lo que encontramos.

-Prosiga entonces.

Alfred se acerca a Tim y pone una mano sobre su hombro. Nightwing se acerca a ellos un poco, esperando.

-Lo que le sucedió a Batman fue una convulsión, originado por un tumor en el área occipital. Su ubicación impide que pueda ser extraído de una forma convencional. Al no tener los estudios anteriores que se le practicó a Batman, no sabemos cuánto ha progresado hasta ahora. Alcor está estudiando la posibilidad de poder extraerlo, sin embargo, considera que hacerlo ahora es muy riesgoso, aun con su tecnología. Dice que no es un mal común entre los thaganarianos, por lo que su experiencia es nula, sin embargo, cree que podría reducir el tamaño del tumor para poder retirarlo quirúrgicamente después, sin embargo, necesitaría tener a Batman… como decirlo… enclaustrado.

-¿Qué quiere decir?

-Él tendría que estar en reposo absoluto mientras se procede con la reducción del tumor, aún no se sabe cuánto tiempo duraría, podría ser días o semanas, y si tuviésemos éxito, tendría que seguir en descansando por otro lapso de tiempo, así que estaría obligado a olvidarse de su capa por mucho tiempo.

Todos se vuelven a ver. –Aún más, y esto es importante. Estamos convencidos que la convulsión pudo deberse al estrés extremo que vivió las últimas horas. Por eso, recomendaríamos que, no solo dejara el patrullaje, que nada lo perturbara.

-Nosotros podemos encargarnos de eso, Dr. Hamilton –le responde Clark decidido.

-Superman, le seré honesto, no creo que alguno pueda hacer algo por convencerlo. Hace un momento despertó y quiso ponerse de pie, contra las indicaciones de todos. Tuvimos que sedarlo para que se quedara quieto y seguirle examinando. Ese hombre no tiene intenciones de dejar el traje, y en esa condición, será muy difícil que podamos tratarlo. Así que ustedes, como sus más cercanos, deberán tratar ese asunto con él. Por el momento, está dormido, y seguirá así por al menos un par de horas más. Doctora Thompkins, si gusta, puede acompañarme, será un gusto que pueda ayudarnos.

La mujer le agradece y lo sigue. El resto no se sorprendía de lo dicho por Hamilton. Se quedaron por unos segundos en silencio, hasta que uno reaccionó. –Bueno, hasta el viejo Hamilton sabe que con ese terco es duro tratar –dice Arrow mientras se sienta frustrado.

-Pues lo que quiera Bruce en esta ocasión no cuenta, tendrá que someterse a lo que digan los médicos, aunque tenga que esposarlo a la cama –responde Stewart.

-Sí, tendrías que estar con él las 24 horas para ver si hace caso.

Zatanna suspira, -Ese no es el punto Flash, él debe acatar si quiere seguir con vida. No hay porqué obligársele, no es una criatura.

-No, pero es terco como una cabra loca –responde Diana.

-¡Bueno es suficiente! –les llama la atención Alfred, que hasta ese momento, no había dicho nada. –Yo me encargaré del amo Bruce. Ustedes procuren hacer lo que mejor saben, proteger la Tierra. Eviten que cualquier cosa lo perturbe, yo lo cuidaré como lo hecho todos estos años.

Todos se quedan en silencio, Alfred se acerca a Clark. –Superman, necesito hablar con usted, a solas.

El asiente y se van a otra habitación apartada. -¿Qué sucede Alfred?

-Señor Kent, seré muy sincero con usted, y espero no lo tome a mal, pero espero que al menos por ahora, se mantenga alejado del señor Bruce.

-Pero… Alfred…

-No tengo nada en contra suya. Aunque no sé qué sucedió exactamente, sé que se interesa por él y lo aprecia, pero en este momento, temo que su presencia lo pueda angustiar… Ustedes… discuten siempre, sus personalidades chocan, y ahora él debe estar en reposo. Sé que le estoy pidiendo demasiado quizás, pero lo único que me interesa en este momento es la salud de mi hijo.

Clark se congeló al escuchar la última frase… -Y sí, sé que tal vez sea confuso para usted que lo llame de esa forma, pero prácticamente lo crie después de que sus padres murieron. He sido constante en su vida desde entonces. Para mí, él es eso, un hijo. Y no dudaré en enfrentarme a usted, aunque sea un Hombre de Acero por su bienestar.

Clark sonrió, -Descuide Alfred, haré lo que usted me pide. Solo… manténgame informado, y cuando considere que puedo verlo, dígamelo cuanto antes.

-Lo haré, señor Kent. Gracias.

Alfred sale de la habitación, dejando a Clark pensativo. Va hacia la sala, pero se encuentra de frente con Balack. Ambos hombres se quedan en silencio, sin hacer algún comentario. Para Alfred, había algo extrañamente familiar en ese hombre, pero Balack sentía una ola de emociones que no podía manejar.

-Usted… ¿quién es?

El más joven intenta decir algo pero se cohíbe. -¡Balack! –le llama Superman desde atrás. -¿Puedes venir un momento?

-Sí… claro.

Intenta caminar hacia Superman, pero Alfred lo detiene y le sonríe, -Así que su nombre es Balack, es un placer conocerlo, joven.

Le extiende la mano con total tranquilidad. Balack la estrecha, pero no puede evitar que su mano tiemble un poco.

-Bueno, con su permiso.

El anciano se va, dejando a Balack conmocionado. Superman se acerca a él inquieto, -¿Qué te sucede?

-Él… ese hombre…

-Es Alfred. Imagino que lo recuerdas… si se puede decir de esa forma.

El clon asiente. –Necesito… necesito tomar aire, ¿qué me quería decir?

-No es conveniente que andes por los pasillos de la Atalaya. Es cierto que no eres idéntico a Batman, pero aun así son parecidos, y no queremos más especulaciones de la cuenta, no hemos hablado con todos sobre ti. Ve a tu habitación.

-Sí, lo haré.

 

-Bien, por ahora no hay nada más que hacer. –les dice J’onn al resto.- Debemos seguir, el mundo no puede pensar que la Liga se está desplomando por esto.

-Es cierto, ninguno de los fundadores está activo en ese momento, y eso puede generar mayores dudas –interrumpe Hal.

Superman vuelve con ellos, y apoya a sus compañeros. –Bien, Hal, tu y J’onn encárguense de la prensa. Son los más aptos para poder manejarla con sutileza. Quiero que les digan que daré una declaración sobre las acusaciones que he recibido en las próximas horas.

-¿Hablarás con la prensa?

-Sí, Diana, pero en mis términos, no en los que pretenden ellos. Necesito que tú te encargues de los trabajos de rescate en Metrópolis.

-Iré contigo –le dice Nightwing.

-Y yo… necesitarán mis piernas rápidas para cualquier eventualidad.

El pelirrojo le sonríe a su compañero, pero éste quita la mirada.

-Cyborg está solo, así que iré a apoyarlo en la vigilancia.

-Como digas Shayera. Zatanna, ¿podrías ayudar a Diana?

La mujer acepta sin chistar.

-Bueno, Clark. No me has pedido ayuda, pero aceptaré con gusto ir con Wonder Woman también –le dice Stewart.

El kriptoniano sonríe, -Y te agradezco por eso, John. El resto, nos quedaremos aquí. En especial tú, Ollie. Hasta donde sé, deberías estar en cama, no mostrando tu anatomía con esa bata ligera.

El rubio sonríe, -Como digas, gran jefe, ya es hora que vaya a ver a mi señora de todas formas.

Todos van tomando su camino, dejando a Tim, Alfred y Clark en la sala de espera.

Pasan los minutos, sin ninguna otra noticia. Adentro, Balack se acerca a la habitación donde era atendido Batman. Lo mira de lejos. Sentía un poco de envidia, no podía negarlo. De alguna forma, no se le iba la idea de que él poseía lo que era suyo. Y ver a Alfred frente a frente, lo hizo aceptarlo.

-¿Estás bien, hijo? –le pregunta al verlo distraído.

-Sí… él… ¿va a estar bien, padre?

-Bueno, no estoy muy seguro.

El joven lo vuelve a ver, y recordó algo que lo perturbó, -Tú… ¿vas a usar el mismo procedimiento que intentaste con mi madre, no es así?

El thaganariano suspiró, -No se me ocurre otra cosa.

-Pero, padre, con ella no hubo resultado.

-Lo sé, pero todo me indica que es el paso correcto. Sé que con ella no funcionó pero… tal vez con él. Debo intentarlo. ¿No lo crees?

Balack se queda en silencio. No estaba seguro si lo que pretendía su padre era lo correcto, pero a pesar de sus sentimientos, no quería que la familia de Batman sufriera, así que le embargaba un sentimiento de duda en su interior.

 

-¿Y este Salón de la Justicia no tiene de casualidad una cocina para hacerse un café? –le pregunta Alfred a un pensativo Clark.

-Por supuesto, sigue directo y…

-Descuide, señor Kent, yo podré encontrarlo perfectamente. Joven Robin, ¿quiere alguna cosa?

-Yo… no, Alfred, gracias.

El anciano se retira, dejándolos solos. El más chico vuelve a ver a Clark indeciso si debía o no decir alguna cosa, pero al final, desistió. -¿Superman?

-Dime Robin.

El chico empezó a frotarse las manos con ansiedad, lo cual no pasó desapercibido en Clark. -¿Tim?

-Yo… quiero que me contestes con la verdad.

-Bien, lo intentaré, ¿qué necesitas saber?

-¿Tú… lo amas de verdad?

Clark se quedó frío. No esperaba esa pregunta, y temía pedir que le aclarara. –No te entiendo, Robin…

-Oh vamos, Superman. ¡No soy un niño! Además, mi generación es más abierta que la tuya, así que dímelo sin rodeos, ¿amas a Bruce? ¿Sí o no?

Clark no puede decir una palabra, lo intenta, pero nunca imaginó tener una conversación así con el menor de los herederos Wayne.

-Bien, ya que no me vas a responder, te voy a dejar algo muy en claro: sé que no le hiciste nada en esa supuesta discusión, pero no creas que voy a permitir que le hagas daño. Recuerda una cosa Superman… no eres invencible.

El comentario final, hizo que una pequeña sonrisa se escapara del rostro de Superman. –Bruce es un poco… inexperto en ciertos temas. Como ha dedicado toda su vida a detener criminales, no ha tenido una extensa vida social, no importa lo que digan los medios. Y te he visto coqueteando en televisión con esa reportera, así que no te perdonaré si juegas a doble punta con él.

-Tim… te juro que…

-No me jures nada, solo ten presente lo que te estoy diciendo. No le diré nada a Dick, Jason y Alfred, porque eso le toca a Bruce, pero te advierto que voy a estar vigilándote.

El más joven se pone de pie y se va serio, dejando a Clark en un extraño y divertido estado de shock.

 

Ya era pasada la noche, cuando los miembros de la Liga que habían ayudado en el rescate de víctimas y heridos se empezaban a despedir. Después de hablar con Alfred, decidió ir a Bludhaven. Se sentía exhausto. No había dormido por 48 horas casi, y necesitaba descansar. Llegó casi a media noche a su apartamento. Al encender la luz, se sorprendió al ver a Wally sentado en el sofá.

-¿Qué haces aquí? –le responde con dureza.

-¿Tú que crees? Has estado distante… no, esa no es la palabra. Has sido cortante conmigo, ¿qué pasa? ¿Hice algo que te molestara?

-No, en lo absoluto.

-¿Entonces?

Dick saca su pantalón para dormir. Iba a empezar a desvestirse, pero se detuvo. -¿Qué sucede? ¿Ahora te avergüenza quitarte la ropa frente a mí?

Dick no le hace caso, se mete al baño y se viste. Cuando termina, se pone contra la puerta. “Esto es ridículo”, pensó. Salió, esperando que él se hubiese ido, pero seguía en la habitación, ojeando una revista.

-¿Te puedes ir? Estoy cansado.

-No… hasta que hablemos.

-No tenemos nada de qué hablar.

-Escucha, viejo. Eres mi amigo, te conozco. No estás loco, ni eres bipolar. Algo sucedió para que tengas esa actitud, dímelo… soy yo, Wally, bro.

El pelinegro suspira y se deja caer en la cama. –Por favor, Dick. Lo que sea, tenme confianza.

-Es… sobre tu clon.

El pelirrojo se queda dudoso. -¿Mi clon?

-Sí… él… hizo cosas.

-¿Qué cosas? No te entiendo.

Dick se frotó el rostro con fuerza. –Nada, nada. Olvídalo.

Se puso de pie molesto, pero Wally lo detuvo.

-Espera Dick.

-Vete de una buena vez, Flash.

-No me iré, menos ahora que mencionas a ese hijo de perra. ¿Qué te hizo Dick?

Baja la mirada, con nerviosismo. No podía decirlo, no sin exponer sus propios sentimientos. Temía su reacción, su rechazo o peor, perder a su mejor amigo. –Me atacó.

-¿Te golpeó?

-Sí, pero… hizo más que eso. Él…

Wally sintió un escalofrío al presentir lo que venía.

-Wally, él me tocó. Me… me besó. E hizo cosas…

Flash lo tomó de los brazos con fuerza. Dick se puso nervioso al ver sus ojos llenos de ira. -¿Qué te hizo? ¿Él… se atrevió a…?

-¿Qué si me violó? No… él no llegó tan lejos… pero… sí hubo… cosas que no quiero recordar ahora.

Dick se suelta y va hacia la cama. –Wally, Balack nos dijo que los clones tenían los recuerdos y las emociones de sus originales. Entonces, tengo dudas…

-Escúchame bien, Richard. Nunca… jamás haría algo que te dañara. Lo sabes, ¿no?

-¡Yo sé que mi amigo Wally no lo haría, pero…!

-¡¿Entonces porque dudas?!

-¡Porque me confunde! Es decir… Wally, lo que ese clon sintió cuando me vio, lo que me dijo y lo que me hizo, eso… alguna vez, tu…

-Ahora… estas delirando –le dice el pelirrojo mientras se vuelve, pero Dick lo toma del brazo y no lo deja ir. –Me pedías franqueza y te la doy. Ahora te exijo lo mismo, Wally ¿Qué sientes por mí?

-¿Qué… qué siento? Eres mi amigo, Dick…

-¿Sólo eso?

-¿¡Qué más quieres que te diga?!

-Yo… no sé Wally, pero no puedo dejar de pensar en esa criatura, con tu rostro sobre mí…

-¡Pues no lo hagas! ¡Olvídalo!

-¿Cómo quieres que lo haga? Yo… ¿crees que me siento feliz y dichoso por eso? Sabes… no puedo ni verme a la cara, me siento sucio y rastrero.

-Pero, no fue tu culpa…

-¿¡Y cómo saberlo?! Tal vez… lo provoqué…

-¿Pero qué dices?

-Es que… no sé qué pensar, no que sentir, me siento perdido. Bruce y Jason están muriendo, no tengo idea de cómo apoyar a Tim y a Alfred, y ahora no puedo ver la cara de mi mejor amigo porque siento que soy un monstruo.

Wally va hacia él y lo vuelve a sujetar, -Ok… ok, ya basta con eso. Tu no tuviste la culpa de lo que pasó, fue ese maldito, no tú. Estas así porque… todo se ha juntado. Estás… nervioso, eso es todo.

Dick intenta soltarse, pero Wally no lo deja. -¡Déjame por favor!

-No lo haré. No te voy a dejar solo con esto. Y si tengo que abrir mi boca para que dejes de sentirte de esa forma, lo haré. Querías franqueza, te la voy a dar. Lo que esa… cosa sintió, no fue fortuito. Yo…

La respiración de Wally se intensificó. No sabía cómo contener su corazón, que latía cada vez más rápido. No sabía que más decirle. Los ojos de su amigo reflejaban confusión y dolor, y lo único que atinó a hacer, era seguir sus impulsos, sin pensar en las consecuencias. Lo besó, tan pasionalmente como pudo. Dick intentó zafarse, pero no pudo. Su cuerpo reaccionó distinto que con el clon. Separó sus labios, y respiró profundo. Quiso apartarse, pero Wally tomó su rostro con sus manos. Dick no se atrevía a mirarlo a los ojos, pero Wally insistió. Cuando ambas miradas se encontraron, Dick no pudo negar más lo que sentía. Se acercó a él y lo besó lentamente, mientras su amigo soltaba su rostro y bajaba sus manos hacia su cintura. Ambos se quedaron así, en la penumbra, sin imaginar que ojos enemigos los observaba no muy lejos de ahí.


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