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Ocaso del Caballero de la Noche por JessJe

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Notas del capitulo:

Un hallazgo escalofriante destroza a Batman y su familia, y junto a sus amigos, deben enfrentar al némesis del Caballero de la Noche, mientras este sigue luchando por su vida ante un enemigo silencioso.

Capítulo 30: La Broma Asesina Parte I

Basada en la obra maestra de Allan Moore y Brian Boland

 

Coleen sube las escaleras hacia el apartamento de los Gordon. Al llegar al sexto piso, ve la puerta abierta de par en par. Se acerca y saluda, pero pega un grito al ver adentro.

Mientras Superman, Lois y el resto iban hacia el general, Jimmy salió apresuradamente. Quería una foto cercana de los 7 encaminándose hacia los militares. Conforme iban alejándose, Bruce sentía una opresión en el pecho. Debía ser así, tenía que entregarse, era la única opción. La gente no podía dejar de creer en él, era la única manera que saliera airoso. El dolor de cabeza, su tortuosa compañía desde hacía tiempo, se incrementaba más. Dio vuelta a su silla, necesitaba salir de ahí, pero se detuvo en seco al ver a Jason frente a él.

-¿Qué haces fuera de tu habitación Jason? –le reclama serio, mientras encamina su silla hacia él. –No puedes andar por los pasillos, ve, obedece.

Al ver que el joven no reacciona y lo observa con atención, insiste, -¿Jason? Te estoy hablando…

El chico arruga la frente y da dos pasos hacia él, -¿Por qué sigues en esa silla de ruedas? ¿Por qué otro hombre está con el traje de Batman? Y tu rostro… ¿qué te sucede? Te ves mal.

“Él no puede saberlo… aún no”, se dice Bruce. Sin mostrar gesto alguno se dirige secamente, -No pasa absolutamente nada, ve con Hamilton… ahora. –Le ordena levantando la voz al final, pero Jason no se inmute. -¡Ni creas que me vas a mandar como si fuera un crío! ¡¿Qué diablos te sucede?!

-No me pasa nada, Jason.

-Que haya estado encerrado tanto tiempo, no significa que no mé de cuenta de lo que sucede a mi alrededor. –Le increpa. –He escuchado a los enfermeros, sé que estuviste aquí, bajo los cuidados de Alcor.

Poco a poco su molestia se torna preocupación, y su voz se suaviza, -¿Qué te pasa viejo? Merezco saberlo. ¿Alguien te hirió? O… ¿estás enfermo?

-Ni una cosa ni la otra Jason, ve a tu habitación, es la última vez que te lo ordeno –le habla duramente, sin dejar que sus emociones lo controlen. Era la primera vez que Jason se dirigía a él de esa forma, y no podía sucumbir a eso.

El chico arrugó la frente nuevamente y da media vuelta, pero antes de irse lo vuelve a ver, -Sabes que no puedes tenerme encerrado por siempre aquí, Bruce. Hazte a la idea que sabré que ocurre, y entonces, no podrás detenerme.

El mayor se endereza en su silla y lo vuelve a ver molesto, -¿Me estás amenazando?

-Tómalo como quieras viejo. Nos vemos después.

Ignorando lo que podría estar pasando por la mente de Bruce en ese momento, Jason va por los pasillos, pero no  a su habitación. Aprovechando que ninguno de los heroes está, va hacia la sala de control del Salón de la Justicia. Se aproxima al panel, y trata de activar el comunicador, pero es inútil. Da vueltas por toda la sala, pero no encuentra un teléfono. Gruñendo se deja caer en una de las sillas y suspira. “Tiene que haber una forma”, se dice. Entonces ve la pantalla nuevamente. Camina hacia ella y la enciende. Busca entre diferentes links uno de noticias. “Si algo sucedió con Batman, debe estar ahí, en alguna parte… Otra persona, haciéndose pasar por el viejo… si no es Dick, entonces algo malo debe estar pasando”.

 

Los periodistas rodearon a los heroes y a Lois Lane, pero ninguno dijo media palabra. Mientras caminaban hacia el Salón de la Justicia, el más incómodo era Balack. Podía sentir el hedor de las decenas de personas que se amotinaban alrededor de ellos, sus incesantes preguntas, alguno que otro empujón, pero mientras caminaba sintió un mano que tomó suavemente la suya y volvió a ver. Diana le hizo una seña para que no se quedara atrás y siguiera con ellos, así que caminó más calmado.

Al entrar, Jimmy se reunió con ellos, extasiado. –Vaya, que buenas fotos tomé, Lois.

-Si, serán de primera plana, estoy segura… ¿Y… Batman? –pregunta al no ver al encapuchado en silla de ruedas.

-Seguro fue a descansar, muchas gracias por su ayuda, Señorita Lane, Señor Olsen. –les dice J’onn al ofrecerle la mano. La reportera le responde con una sonrisa, -No fue nada. Espero que con esto mis conexiones con la Liga sean más cercanas y eso me facilite algunas exclusivas.

-No habrá problema con eso, Lois. Gracias por todo. Pero te recomiendo que te vayas por detrás, así evitarás a tus colegas. –le responde Diana muy amablemente.

-Si, me parece bien, gracias Wonder Woman. Vamos Jimmy.

Al ver que Lois y Jimmy se alejaban, los cinco que quedaron sintieron un poco de alivio. –Bueno, espero que esto aminore un poco la presión sobre Superman –les dice Shayera.

-Lo hará, estoy seguro. Pero ahora hay que volver a lo nuestro. Debemos seguir con la investigación sobre el ataque a Superman –le responde J’onn.

-Bien, aun debo quedarme algunas horas aquí, pero luego me iré a casa. Cualquier cosa urgente, no duden en llamarme –les dice Hal mientras se acaricia el abdomen.

-¿Te duele?

-Solo cuando me rio Shayera, no es nada…

Balack se sentía cohibido, así que empezó a alejarse pero Hal lo volvió a ver y se acercó. –Oye Balack… Gracias… por lo que hiciste estos días.

-No es nada…

-No, no lo minimeces. No tenías por qué ayudarnos, y aun así lo hiciste. Además… creo que no he sido  el más amistoso contigo… lo que intento decir… bueno, no lo merecías. Espero que aceptes mis disculpas –le dice mientras le extiende la mano.

El clon, aun extrañado por ese gesto tan humano y comun entre ellos, le acepta el apretón de manos. Hal le sonríe y vuelve a ver a sus amigos. –Bien… yo iré a acostarme, nos vemos chicos.

-Descansa Jordan.

 

-¡Pero, ¿cómo está?! ¡Por Dios, díganme algo! –Suplicaba Coleen mientras seguía a los paramédicos que llevaban a Bárbara en camilla hacia la ambulancia.

-Está en condición crítica… perdió mucha sangre… Es mejor que llame a la familia. Es seguro que tendrá que ir a cirugía.

Ambos hombres introducen a la pelirroja a la ambulancia y se van del lugar. La castaña no sabe que hacer, así que sube nuevamente al apartamento, mientras escucha el sonido de las patrullas acercarse al lugar. Busca desesperadamente el teléfono de Bárbara. Al hallarlo, llama al de James, pero lo escucha en el apartamento. La chica se deja caer en la silla, sin saber que hacer. Sigue buscando y finalmente encuentra el número de un antiguo amigo de ambas de la universidad, así que marca de inmediato.

 

En la mansión Wayne, Dick y Tim terminan de desayunar. Mientras el más chico recoge sus platos, Dick no deja de verlo con cuidado. El chico da vuelta y lo ve fíjamente, -¿Qué?

-¿Qué? No entiendo…

-Hace rato estás viendome. Me quieres decir alguna cosa, lo sé. ¿Qué pasa?

Dick señala la silla frente, -Siéntate Timy, debemos hablar.

El muchacho obedece dudoso. Dick suspira, -Mira, sé que hemos estado muy ocupados estos días, pero aun así… sabes que puedes confiar en mi, ¿no?

-Si… lo sé, pero…

-¿Quién te golpeó? Y no me digas que fue en una batalla, ayer no patrullaste. Regresaste del colegio con esos golpes.

Tim suspira al ver que no puede salirse del tema, pero antes de hablar, suena el celular de Dick. El mayor ve el número, pero no responde, así que Tim empieza. –Son… unos chicos en la escuela. Creo que no les caigo muy bien.

-¿Te defendiste?

-No… en serio no lo hice –le responde agitado, pero Dick le sonríe. –Oye, oye… no creas que debes justificarte conmigo, si hubieses respondido a sus agresiones, no te culparía. Es más, me sorprende que no lo hayas hecho. Podrías haberles ganado sin dificultad con todo lo que Bruce y yo te hemos enseñado.

-Lo sé, pero… es peligroso. En el colegio soy un nerd para todos, y quiero que sigan pensandolo así. Sino harán preguntas que no podría responder y…

Nuevamente el celular suena. Dick suspira al ver el número nuevamente.

-Deberías responder, parece grave –le dice Tim.

-Bien, dame un minuto. Dime Bárbara…

-¿Richard Grayson?

-Emmm… sí. ¿Quién es?

-Soy Coleen Reese, ¿me recuerdas? Estuvimos en la universidad, soy amiga de Bárbara.

-Claro, claro… Coleen, si… Barb me habla mucho de ti, ¿por qué estás llamando por su celular?

-Dick yo… algo grave pasó, y no sé a quien llamar. No conozco a la familia de Bárbara y…

En ese momento, el pelinegro se pone de pie nervioso, -¿Algo le sucedió?

 

Jason sigue revisando las noticias, cuando una nota de última hora aparece en la pantalla. La abre y al leerla, sus ojos se abren completamente. “Maldita sea”. De inmediato sale de la sala y corre, decidido a salir de ahí.

Tim y Alfred llegan al hospital, esperando saber alguna cosa de Bárbara. Varios oficiales estaban presentes, así como la detective Bullock, que se acerca a ellos, -Disculpen, no pueden pasar después de aquí, las visitas están restringidas por asuntos de seguridad.

-Por favor, necesitamos saber cómo está Bárbara –le insiste el jovencito.

-Detective, no vamos a interferir, pero la señorita Gordon es amiga de la familia Wayne, por favor, diganos cómo se encuentra.

-Bueno… solo sé que recibió un disparo, y ahora está en cirugía.

-¿Y el comisionado Gordon?

El hombre baja la mirada, -Él… desapareció.

Uno de sus oficiales se acerca a Bullock y le habla al oído. –Debo dejarlos, disculpen.

El viejo detective va hacia la habitación, donde descansaba Bárbara después de la cirugía. Ahí estaba el médico que la había atendido, y en una esquina, Batman.

-Batman insistió en escuchar los detalles de la condición de la señorita Gordon.

-Descuide Doc, sé lo fastidioso que puede llegar a ser el murciélago. Puede hablar.

El médico se acerca a Bárbará, que seguía anestesiada, toca suavemente sus piernas y suspira. –Pudimos corregir el daño en los órganos internos. Lamentablemente, la bala pasó a través de su columna. Me temo que sus piernas están completamente inútiles… Diciéndolo sin rodeos, ella tal vez quede en una silla de ruedas por el resto de su vida.

Balack sintió en ese momento una gran ira. Volvió a ver a Bárbara. Era difícil creer que era la misma joven que horas antes le había acompañado en el patrullaje. No la conocía, solo la había tratado una vez, pero le hacía sentir familiar.

-Una mujer en la misma clase de yoga la encontró –le dice Bullock –Su nombre es Coleen Reese. Encontró… bueno, a la víctima, en una situación de desnudez, pero aparte de eso, el lugar estaba vacio, sin señales del comisionado…

-¿Desnudez? –le pregunta Balack sin entender.

-¿No te lo dijeron? Le quitó la ropa después de dispararle… nosotros, bueno, encontramos la tapa de un rollo de fotografía en el suelo, de aquellas cámaras antiguas, ¿sabes? No hay nada que encaje en el lugar, así que presumimos, bueno…

-Tomó fotografías de ella… desnuda.

-Mira viejo, en serio lo lamento, pensé que lo sabías…

-Quién hizo esto es un enfermo.

-Y no tienes idea de que tanto–le dice mientras le entrega un naipe en la mano. –Estaba junto a su cuerpo.

Batman arruga con fuerza el naipe del comodín y sin ver a Bullock le ordena, -Por favor, déjanos solos por un momento.

Bullock se queda dudoso, pero algo en la apariencia de Batman, siempre fría y distante, le pareció diferente, así que sin decir nada salió de la habitación.

Balack se acercó a la cama. La pelirroja tenía una venda en la cabeza. Su rostro estaba pálido. Balack acercó su mano a su mejilla, -¿Bárbara? Bárbara, ¿puedes oírme. Soy yo…

En ese momento, la joven abrió los ojos y levantó su mano. -¿Bruce…?

Inmediatamente, se enderezó y lo abrazó con desesperación. –Bruce… fue él… él tomó a papá… él.

-Bárbara, tranquízate, está bien…

-¡No! ¡No está bien! Lo… lo llevó al límite esta vez… No lo viste, Bruce… Sus ojos… no viste sus ojos… D… dijo que quería pro… probar un punto… dijo… que papá era el evento principal… ¿Qué le está haciendo Bruce? ¿Qué le está haciendo a mi padre?

La mujer temblaba en sus brazos. Balack podía sentir los latidos de su pecho pegado al suyo. La abrazó con fuerza, tratando de tranquilizarla. –Todo saldrá bien, te prometo que no descansaré hasta hallarlo… Te lo prometo.

 

 

 

Entre tanto, Montoya esperaba que los CSI terminaran su trabajo, pero observó una sombra desde el balcón del apartamento, así que fue hacia la ventana y salió. –Pensé que el Murciélago vendría.

-Está con la señorita Gordon en este momento –le dice Nightwing. -¿Qué han encontrado?

La mujer se abraza a sí misma, -Está haciendo frío, entra, y verás la escena por ti mismo.

Montoya entra por la ventana, seguida por el encapuchado, que se gana la atención de los oficiales y los CSI.

La detective los vuelve a ver molesta, -¿Qué sucede? El Comisionado Gordon desapareció y su hija está entre la vida y la muerte, creo que un poco de ayuda extra no nos vendría mal. ¡Ahora sigan en lo suyo! –les ordena, haciendo que todos quiten su atención y prosigan en sus labores.

Ambos se acercan al centro de la sala. En medio de las etiquetas de los forenses, estaba una mesa de vidrio completamente rota. Los escombros tenían sangre, y rastros de ropa femenina estaban tiradas sin cuidado en el suelo.

-¿Esa ropa…?

-La desnudó, después de dispararle… al parecer Bárbara abrió la puerta, y sin tener oportunidad de escapar, recibió un disparo en el abdomen. El impacto hizo que cayera sobre la mesa, teniendo, aparte del disparo, cortes en sus piernas, brazos y una fuerte contusión.

-¿Encontraron algo que pueda servirnos para hallar a los culpables?

-Sí, Bullock se lo llevó… era un comodín.

Nightwing gruñe al escucharlo. Extiende la pequeña pantalla en su computador de muñeca y toma una imagen de la mesa. –Que moderno –le dice Montoya. –Nunca vi a Batman usando un equipo así.

-Cada quien tiene su propio estilo, detective… ¿Están seguros que Gordon estaba aquí?

-Encontramos su billetera, celular y arma de reglamento en la cocina. Aparentemente estaban desayunando cuando fueron atacados. Así que presumimos que Gordon fue secuestrado por el Joker. También encontramos esto… -le dice mientras camina hacia una esquina y señala una jeringa usada, ya etiquetada por los forenses. –Haremos pruebas de ADN, pero estoy casi segura que lo usaron para drogarlo.

Nightwing observa la escena y toma capturas de cada rincón. Va hacia la puerta y desde ahí ve las pisadas enmarcadas con la sangre de Bárbara. –Eran al menos tres hombres.

-¿Estás seguro?

-Hay al menos cuatro tipos de huellas distintas. Presumo que una era de Gordon, y el resto de quienes los atacaron. Lo sabré con seguridad cuando termine de estudiar las capturas digitales, pero estoy de acuerdo con usted, solo Joker podría atreverse a algo así, a plena luz del día.

Al terminar de leer la escena, Nightwing va hacia la ventana –Espera Nightwing…

La mujer se acerca a él. Sus ojos reflejaban las emociones que el mismo Dick sentía en ese momento. -Conozco a Bárbara desde que era una niña… Has que ese hijo de perra pague por esto.

El joven asiente y sale rápidamente del lugar. Extiende su garra hacia la azotea y vuela hacia ella. Al llegar camina unos cuantos pasos. Se sostiene de una pared e inclina la cabeza. Sentía grandes deseos de vomitar en ese momento. La imagen del piso lleno manchado de la sangre de su amiga le hizo recordar los cadáveres de sus padres, inertes, en el piso frío del circo. Pero se controló cuando escuchó un zumbido familiar acercándose.

-Nightwing, estoy afuera del apartamento de Bárbara, ¿dónde estás? –le pregunta el velocista inquieto por el comunicador.

-Edificio del frente, azotea.

En cuestión de segundos, Flash corre por la pared y llega al sitio, quedando frente a frente de Nightwing. -¿Qué pasó? ¿Quién le hizo esto? –le pregunta ansioso. Pero el rostro de Nightwing se veía extraño.

-Nosotros nos encargaremos de esto, Flash. Vuelve a la Atalaya.

El pelirrojo no sabe cómo reaccionar por unos segundos pero luego se pone frente a su compañero, que ya se iba del lugar. –Oh, no, Dick. No pienses que…

-Nightwing –le interrumpe secamente –Soy Nightwing, y ahora estoy en un caso, vuelve a la Atalaya.

-Escucha Dick –le dice mientras le toma del brazo, pero este se lo quita, -Nightwing –le repite con molestia.

-Bien, bien… Nightwing… oye, Bárbara es mi amiga también.

-Esto es Gótica, Flash. Nos compete solo a nosotros.

El pelirrojo sonríe con sarcasmo, -Así… olvidaba que la Bati-familia es un grupo completamente cerrado… oye Dick, este asunto nos compete a todos nosotros…

-¡No es así! Batgirl no es de la Liga, ni tampoco Robin…

-Pero tú sí, y Batman también…

-No me hagas perder la paciencia, Flash.

-Ey, solo quiero ayudar…

-Ayudarás más si no te entrometes –le dice finalmente mientras camina.

-Lo matarás, ¿no es así?... Quien le hizo esto a Bárbara. Lo asesinarás, por eso no nos quieres cerca, para que nadie de detenga.

Dick no volvió a ver, siguió hasta el filo de la azotea. Flash se acercó molesto, -Cruzarás la línea si lo haces Dick. Harás aquello que tanto criticaste de Jason…

-¡No te atrevas a compararme con él, Wally! Esto… es diferente –le dice con la voz angustiada.

-No lo es amigo. Estás lleno de odio, lo puedo sentir. Pero esta vez no es por la influencia de un pozo mágico, viene de ti mismo.

Se acerca a él, hasta casi rosarlo. –Déjame ayudarte, por favor.

-No necesito tu ayuda, se lo que tengo que hacer. Y te prohíbo que vuelvas a poner un pie en mi territorio.

-No es tu territorio, Dick. Gótica es de Batman. Y no creo que Bruce quiera que cometas la estupidez que planeas.

-Bruce está incapacitado… así que quien decide soy yo. Fuera de Gótica, es la última vez que te lo pido.

Nightwing se sube al barandal. –Y dile lo mismo a los demás: ningún miembro de la Liga está autorizado a poner un pie en Gótica hasta que lo encontremos.

-Al menos dime quien hizo esto…

El pelinegro no le responde. Iza su garra nuevamente y deja a su pareja con un pésimo presentimiento. Al ver a Dick alejarse, Wally intenta activar su comunicador, pero se detiene. “Necesitaré más ayuda de la que puede brindarme la Liga”. Saca de su bolsillo su celular y marca rápidamente. –Ey… tenemos problemas, los necesito a todos.

 

A varios kilómetros de ahí, Gordon siente pequeñas manos alrededor de su cuerpo. Empieza a recobrar el conocimiento, y escucha las agudas voces que le ordenan.

-¡Arriba! ¡Vamos!

Los pequeños enanos empiezan a quitarle la ropa, aprovechando su estado semi inconsciente. -¿Qué? ¿Qué sucede? ... ¿Qué están haciendo?... ¡No pueden hacer eso! Paren…

Los hombrecitos lo ignoran completamente. Le ponen un collar de perro en su cuello, y lo golpean con una chuza eléctrica, haciendo que el anciano gime de dolor.

Finalmente, terminan de arrebatarle su ropa interior, dejándolo completamente desnudo. Por fin, Gordon vuelve a ver a los extraños hombres. Eran calvos, vestidos como cadenas, pantimedias… y estaban dentro de una jaula de circo. Intentó zafarse, pero los enanos lo arrastraron del collar, mientras el otro lo chuseaba constantemente. –No… por favor basta –les pedía, aún débil por la droga que le habían puesto horas antes.

Lo sacaron de la jaula a rastras. Lo obligaron a ponerse de pie y caminaron por el antiguo circo. Las luces de los juegos estaban encendidas, como en cualquier feria, solo que no se escuchaban las risas de los niños, sino los lamentos de Gordon que caminaba con dificultad, obligado por los pequeños seres que no sentían compasión de él.

-Por favor… qué es esto… ¿A dónde me llevan ustedes? Yo… ¡ahhh! –grita al sentir una nueva corriente electrica en su cuerpo.

Pasan cerca del carrusel, y el anciano ve a un hombre sentado en un juego, inmóvil, con una sonrisa macabra en sus ojos, los ojos desorbitados y sangre corriendo por su boca. En ese momento, el comisionado empieza a recordar, -No… no puede ser.

Encuentra en su camino otros miembros del circo. Lo observan con lástima, queriendo hacer muchas cosas, pero aterrorizados por lo que les podría pasar. Les ruega por ayuda, pero sin recibir respuesta. Finalmente, entran a la lona principal del circo. Los personajes entran detrás de ellos toman sus lugares en las gradas. El enano que lo está jalando lo hace caer de rodillas, mientras su compañero le grita palabras soeces al anciano mientras le da otro shock eléctrico. Gordon siente como sus lágrimas de desesperación caen por su rostro. Jadea sin control, sin más fuerzas.

-Ahhh… alguien… por favor… díganme ¿qué estoy haciendo aquí?

-Te estás volviendo loco –le responde una voz siniestra desde lo alto de un pedestal. Vestido con su clásico traje de gala, el vil payaso lo observa con cuidado.

El sudor hace que el cabello de Gordon se pegue a su aterrorizado rostro. Abre sus ojos verdes, dándose cuenta de lo que está pasando. –Tú… Oh no. Ya… ya recuerdo.

La mirada escalofriante del Joker hacen duo con una sádica sonrisa que sobresale en su piel planca. -¿Recuerdas? Ohh.. ¡Yo no haría eso! Recordar es peligroso, encuentro el pasado un lugar tan aburrido y ansioso… “El tiempo pasado”, supongo que lo llamarías… Ja… Jajajajajaja –se ríe finalmente, al pasar por su mente enferma las torturas que podía hacerle al anciano en ese momento. –La memoria es tan traidora, en un momento estas´perdido en un carnaval de delicias, con conmovedores aromas de la infancia, el centellante neón de la pubertad, todo ese sentimental algodón de azucar… al siguiente, te conduce a algún lugar no quieres ir…

Mientras el loco sigue con su monólogo, los enanos arrastran a Gordon hacia un carro de atracciones en una vía.

-… Algùn lugar oscuro y frío, lleno de humedad, ambiguas formas de cosas que esperarías fueran olvidadas. Los recuerdos pueden ser viles, repulsivos, pequeños brutos… como los niños, supongo… Jajajajajaja…

-¿Bárbara? Oh no… oh no…

Los hombrecillos encadenan al hombre al carro, seguido por Joker, que sigue vociferando sin sentido… -Pero, ¿podemos vivir sin ellos? Los recuerdos es sobre lo que nuestra razón está basada, si no podemos enfrentarlos, negamos la razón misma… aunque, ¿Por qué no? ¡No estamos por contrato atados a la racionalidad? ¡No hay una cláusula de cordura!

-Maldito… maldito enfermo…

Los enanos enciendes el interruptor y el carrito se activa, entrando por una puerta, donde la voz de Joker se sigue escuchando, - Así que cuando te encuentres trabado en un desgradable tren de pensamiento, dirigiéndote a lugares en tu pasado donde el gritar es inaguantable, recuerda que siempre está la locura… la locura es la salida de emergencia… solo tienes que caminar hacia afuera y dejar con cerrojo esas horribles cosas que te pasaron… para siempre.

 

 

Superman iba custodiado por varios militares, siendo observado por los curiosos funcionarios de la Casa Blanca mientras caminaba por el pasillo principal del Ala Oeste. Finalmente llegan a la puerta noroeste del Despacho Oval, y espera unos minutos a que el General ingrese. En silencio espera, cuando ve a varios hombres, vestidos con traje entero pasar a cerca. Los reconoce, por su labor como reportero. Al menos están tres senadores, un congresista y la Secretaria de Defensa. Los cinco lo observan, sin decir una palabra. Luego, se une a ellos una cara ya conocida. El senador Wells va hacia ellos. Vuelve a ver al kriptoniano, sin ocultar su desprecio. Finalmente, una joven sale del Despacho y se dirige al grupo de 6, -Señores, el Presidente los espera en la Sala de Situaciones.

El grupo pasa tranquilamente al otro pasillo, ignorando al Hombre de Acero, que espera pacientemente. La mujer se acerca a Superman con un rostro amable. –El Señor Presidente necesita unos minutos, pero me pidió que lo llevara al Despacho, para que lo espere ahí. Si gusta, puede acompañarme.

Clark agradece el gesto y la sigue. No era la primera vez que estaba en ese lugar. Pero cada vez que entraba, el lugar era diferente. Cada mandatario le daba un aspecto único a la decoración, que tenía a la vez, aquellos elementos históricos y tradicionales. El imponente escritorio Resolute en el fondo, captando la atención de los visitantes al entrar, la pintura de George Washington en la pared sur, la cálida chimenea echa de marmol, que, con la cercania del invierno, pronto estaría nuevamente en uso, hacían contraste con las cortinas color caoba elegidas por la Primera Dama y el juego de sillones blanco marfil que el mismo Presidente había escogido en su primera administración. Las paredes, con un tierno amarillo hacian que cada elemento tuviera realce, así como las cuatro puertas hechas de madera final, orientadas a los 4 puntos cardinales.

-¿Desea tomar algo, señor? –le pregunta la mujer amablemente.

-Emmm… no gracias, señorita.

La mujer se retira, dejando a Superman solo. Era extraño. Tanta confianza al dejarlo solo en el mismísimo Despacho Oval, cuando una hora antes estaba rodeado por militares, siendo llevado en un camión custodio.

Mientras Superman esperaba, los ánimos se caldeaban en el Salón de Situaciones, vieja sala donde se trataban los estados de emergencia.

-Pero señor Presidente, entienda que ese ser ha demostrado ser peligroso…

-¿Peligroso? He visto a un hombre que fue drogado sin su consentimiento y aun asi, está dispuesto a responder por sus acciones. No veo el peligro en eso…

-Eso es lo que dice él –interrumpe la Secretaria de Defensa –No tenemos idea de sus verdaderas intenciones. Señor Presidente, su vida puede correr peligro en manos de ese hombre…

-General Powel –se vuelve el presidente al viejo militar, que escuchaba en silencio toda la discusión hasta ese momento. –Usted se encargó de custodiar a Superman desde el Salón de la Justicia hasta aquí. ¿En algún momento mostró algún signo de agresividad?

-No señor… Es más, se comportó muy tranquilo y dispuesto a seguir las instrucciones.

El Presidente lo observa con cuidado y se pone de pie, -Bien, eso es suficiente para mí. Si me permiten señores.

-¡Espere! Usted no puede recibirlo…

-¿Qué yo no puedo qué? Wells, le recuerdo que esta no es su oficina, y que yo no soy su subordinado. Les agradazco sus advertencias señores, pero creo que haré caso a mi instinto. Si me disculpan, tengo una visita que espera por mí. Buenas tardes.

 

Bruce se enderezó con cuidado de su silla y se acercó a su cama. A pesar que los movimientos de sus piernas eran casi nulos, hacía un esfuerzo sobrehumano para no pedir ayuda. No podía darse ese lujo, no ahora que Superman estaba en custodia de los militares. Debía levantarse, tenía que salir de ahí cuanto antes…

La puerta se abrió de un golpe. El mayor se sorprendió al ver a Jason entrando, vestido con una mezclilla azul oscuro, botas, una camisa cuello de tortuga roja y una jacket negra, con un semblante serio y decidido.

Bruce estaba apenas inclinado, sosteniéndose de la cama, pero con todas sus fuerzas se irguió. -¿Qué haces aquí? Te dije que…

-Le dispararon a a Bárbara en su apartamento, está grave. Y Gordon fue secuestrado –le dice sin mostrar alguna expresión.

En ese momento, Bruce hace un movimiento y pierde el equilibrio, trata de sostenerse de la silla que está a su lado, pero esta rueda y cae al suelo bruscamente. Trata de ponerse de pie, pero se sorprende al ver las manos de Jason ayudándole a levantarse. El muchacho lo acerca a la cama y este se sienta con dificultad, mientras Bruce siente que ha perdido el aire.

-Tu… ¿cómo lo supiste?

-Lo vi en el panel de la sala de control. No hay indicios de quien pudo ser el causante, así que viajo a Gótica de inmediato.

-No… Jason… no puedes.

- Piensa, ¿quién es el único hijo de puta lo suficientemente demente para ir al apartamento de un policía y dispararle a su hija a sangre fría?

Bruce lo vuelve a ver angustiado, -No… Jason, olvida tu venganza.

-Esto no se trata de mi venganza, viejo. Ese monstruo no parará hasta destruirte, y lo hará matando a cada uno de nosotros. ¿Quieres que el próximo ataud que lleves sobre tus hombros sea el de Alfred, Dick o Tim?... De todos nosotros, el único que puede detenerlo soy yo, porque no tengo una consciencia que me ate ni principios que me detengan. Le patearé el culo a ese enfermo mental y le haré pagar por lo que le hizo a Barb. Igual… si iré a prisión, que sea por algo que haya valido la pena.

-¿Por qué me dices esto ahora? ¿Por qué no te fuiste simplemente?

-Porque mereces saber la verdad, y no seré quien te la oculte… yo… lamento lo que te hice hace un año, pero no pediré perdón por ser quien soy, eso no. Así que… tendrás que aceptarme de esta forma. No soy el buen y optimista Dick, ni el dulce e inteligente Tim. Soy Jason, cabeza dura, mal hablado, sin pelos en la lengua… un verdadero hijo de puta, ja… Así me recibiste, y así quiero que me aceptes.

Bruce sonrió, -Hace mucho que te acepté como eras. Solo… cuídate… y cuídalos a ellos.

-Lo haré. Descuida viejo.

 

Balack llegó a la baticueva, después de varias horas buscando a plena luz del día… Se quitó la máscara y encendió la pantalla. Abrió el archivo del Joker. Fotografías del demente aparecieron, así como un archivo con datos,

“NOMBRE:     D E S C O N O C I D O

  ALIAS:           J O K E R

  EDAD:           D E S C O N O C I D O

  PARIENTES: D E S C O N O C I D O”

Alfred se acercó con una bandeja y la puso a su lado. –Aquí está su refrigerio, joven Balack… ¿Necesita que lo asista en otra cosa?

-No, gracias Alfred. No hay información personal de este hombre.

-El amo Bruce tiene un archivo personal donde guarda su perfil criminal, si gusta se lo abro. Así tendrá una idea más clara contra quien se enfrenta.

-Hazlo, Alfred. En un par de horas saldré nuevamente.

El anciano abre una carpeta con contraseña en la computadora y saca el archivo sobre el Joker. –Aquí está todo.

El anciano se retira, pero Balack lo llama antes, -¿Y Tim?

-El joven Tim insistió en quedarse en el hospital. No quiere separarse de la señorita Gordon hasta que llegue algún familiar. En unos minutos volveré para acompañarlo.

-Gracias Alfred.

 

Diana camina por el pasillo, rumbo a la habitación de Bruce pero se asusta al llegar a la puerta y ver a su amigo, con su traje puesto, caminando con dificultad.

-¡Bruce! ¡Estás caminando!... pero… ¿A dónde vas?

-Gótica…, le dice sin aire.

-Espera… no puedes…

-Le dispararon a Bárbara Gordon, y el comisionado está desaparecido.

La mujer baja la mirada, -Pero ya lo sabías… todos… todos lo sabían, y no me dijeron.

-Lo siento Bruce, pero Balack se está encargando, con ayuda de Nightwing. Y ambos insistieron que la Liga no debía inmiscuirse.

-No es suficiente… Joker es mío…

-No, escucha… tú no puedes, salir en ese estado, Bruce.

El encapuchado hace caso omiso. Se pone de pie por sus propios medios y da un paso, pero flaquean sus piernas y antes de caer por segunda vez ese día, es apañado en el aire por su amiga.

-¿Ves? No puedes siquiera dar un paso. Por favor, Bruce. Hazme caso.

-¡No entiendes, princesa!... Todos están en peligro… el Joker me quiere… me quiere a mi…

-Sí, pero no creo que llegues si quiera al garaje así.

Lo encamina a la cama, y lo recuesta. Ya exhausto por el esfuerzo, se deja caer en la almohada. Diana le quita la máscara y siente pena al ver su mirada llena de preocupación.

-Has preparado a Richard por años para esto. Confía en que hará un buen trabajo. Y no estará solo.

-No entiendes… nadie entiende… Joker no es como el resto… sus motivaciones… su… mente… solo yo podría entenderlo… ¡Demonios! ¿Qué estoy diciendo?

-¿Qué quieres decir?

Bruce suspira, -No me puedo engañar, Diana… he intentado pensar… que pretende hacer… pero es casi imposible. Yo… no lo conozco, Diana. Todos estos años… y no sé quién es más de lo que él sabe de mi… ¿Cómo dos personas se pueden odiar tanto sin conocerse?... Aborrezco esto… Cada vez que lo encerramos, pienso… “Por favor, Dios, mantenlo allí”… después se escapa y todos nos sentamos esperando que no haga nada muy horrible esta vez… pero siempre encuentra como superar lo anterior… Lo odio tanto… Quisiera decir que me nunca me he sentido tan inútil como ahora, pero… el hecho es que… siempre ha jugado conmigo… Ellos no tienen oportunidad contra él, Diana, no la tienen.

 

El Presidente se sienta frente a Superman, se acomoda su saco y le sonríe. –Bien, debo admitir que nunca pensé verlo custodiado por el ejercito.

-Lo lamento, señor presidente.

-No tiene nada de qué disculparse… al menos, ya lo hizo muchas veces estas horas, creo yo. No lo llamé para cuestionarlo o… recriminarle por lo que pasó. Creo que usted fue más víctima que nosotros de lo sucedido.

-Yo… siento que defraude a todos.

-No lo hizo, y no se sienta mal por los hombres que vio hace un rato. Son buitres tratando de cazar una presa por sus propias ambiciones, eso lo tengo claro. Ahora, me preocupa usted. Dígame, ¿qué puede hacer mi gobierno para ayudarles?

-La Liga está investigando, pero desconozco sus adelantos. Le pido por favor que les permita seguir.

-Así lo haré, pero debe entender que necesito estar informado sobre los avances de esa investigación. Quiero enviar un representante del gobierno que sirva como interlace entre la Liga y nosotros. Y puede estar seguro, que será de toda mi confianza.

-Me parece bien. Señor presidente, ¿qué pasara conmigo a partir de ahora?

-Bueno, debo admitir que mi gente ya tenía un encierro preparado para usted hace tiempo, pero he ordenado que no sea utilizado. Lo llevarán a una base secreta en Nuevo México. Estará aislado de la prensa y el resto del público, ya que es necesario bajar la histeria colectiva. Conocí las instalaciones hace tiempo, son cómodas, se sentirá como en casa. Estará ahí hasta que concluya la investigación. Y solo podrá tener contacto directo conmigo y con el general Powel, que se ofreció a acompañarlo.

-Gracias, señor.

-Gracias a usted, Superman. No me interesa lo que diga la prensa o algunos politicos, lo he visto luchar por la gente muchos años, y tenga por seguro, que no pienso dejarlo solo con esto.

 

Finalmente, llegan unos familiares de los Gordon al hospital, así que Tim llama a Alfred y le avisa que llegará a casa por sus propios medios. Se sienta en uno de los sillones de recepción, saca su IPad y busca los clasificados de ese día. Con rapidez, ve los anuncios, hasta que uno le llama su atención. Finalmente, el chico va hacia el baño, se cierra y abre su maletín, donde llevaba guardado su traje de Robin.

 

Ya estaba por anochecer. No había comido, ni bebido. Llevaba horas buscando alguna pista, pero era inútil. Finalmente, Nightwing estaba en una de las torres de Gótica, revisando su computador, cuando lo escuchó nuevamente. Frustrado, lo cerró y se volvió, cuando apareció frente a él Wally.

-Te dije que te largaras, West.

-¿En serio piensas que voy a dejarte solo con esto?

-¡Te dije que no quiero a la Liga inmiscuida en esto!

-Eso es un alivio, ya que no son ellos los que vienen a ayudarte –dice una voz femenina conocida por ambos. Dick vuelve a ver molesto. Frente a él, desciende Raven y Supergirl. -¡Maldita sea West! ¿Los llamaste?

-¿Qué esperabas Grayson? –dice Red Arrow mientras desciende hasta la torre con ayuda de Cyborg. –Puede que ahora formes parte de las Grandes Ligas, pero seguimos siendo equipo.

-Escuchen, puedo con esto, no necesito a apoyo…

-Déjame contradecirte Nightwing –responde Aqualad, con Superboy y Starfire a su lado. –Estas por enfrentar a uno de los peores enemigos de Batman tu solo.

-¿Y eso qué?

-¿Eso qué? ¡Dick, alucinas! Estas hecho un lío, y lo entiendo sabes –le interrumpe Kara. –Yo… aun no puedo creer que esto le esté pasando a Bárbara, pero estás pensando con el hígado.

-¡Bueno, ya basta todos! ¡No soy un niño! ¡Y tampoco somos un equipo! ¡Dejamos de serlo hace tiempo!

Connor se acerca a él con la mirada fría, -Que tu hayas abandonado al equipo, no significa que no seas parte de él, al menos no para nosotros.

-Escucha Dick –toma la palabra Harper –te entiendo, ¿sabes? Después de lo de Jason, he querido retorcerle el cuello a ese miserable payaso. Y ahora lo de BG lo empeora más, pero vas a echar tu vida por la borda si sales dispuesto a matarlo.

-¿Y qué piensan hacer? ¿Detenerme?

Starfire se acerca a él y pone sus manos en sus hombros, -No detenerte, ayudarte. Recuerdas, ¿no? ¡Go, go, Titanes! –le dice sonriendoy levantando su mano al aire, haciendo que Dick se le escape una sonrisa también. Pero luego se cambia su expresión nuevamente.

-Ustedes no entiende… Joker ya nos ha hecho mucho daño. Atraparlo no será suficiente.

-Hace mucho me dijiste que no podemos evitar los pensamientos malignos en nuestro rivales –le dice Raven – Pero nuestra responsabilidad es detener y entregar a los criminales a la justicia, no ejecutarla.

-Raven tiene razón –concluye Cyborg –pero no creas que si estamos aquí, no es porque no confiamos en ti… nos preocupas, somos amigos, lo sabes.

Wally se siente aliviado al ver que Dick baja poco a poco sus defensas ante las palabras de sus amigos, pero el comunicador lo interrumpe, -Disculpen chicos… Aquí Flash.

-Soy Diana, escucha, hay un problema.

Todos vuelven a ver al pelirrojo, y se asustan al ver como cambia su expresión, -¿Pero dónde diablos se fue?

-No sabemos. Desapareció del Salón de la Justicia. Shayera y yo lo buscaremos en Metrópolis, aunque estoy casi segura que irá a Gótica.

-Descuida, estoy con amigos, donde sea que esté, lo encontraremos, Flash fuera.

-¿Qué sucede Wally? –le pregunta Kori.

West suspira, al ver que no podía ocultarles más, -Jason escapó.

Todos se quedan extrañados, a excepción de Cyborg, Kara y Dick, -¿Cuándo? ¿cómo?

-Nadie lo sabe, Dick. Solo desapareció. Le robó el arma de reglamento al guarda, y salió huyendo en la motocicleta de uno de los asistentes de Hamilton. No tienen idea de dónde está.

-Un momento chicos –interrumpe Kaldur -¿Jason? No estamos hablando de Jason Todd. ¿O sí?

-Pero él murió… nosotros lo enterramos –dice Kori sin entender.

-Chicos, escuchen –interrumpe Nightwing –Está vivo… Jason está vivo, y huyó. Debemos encontrarlo.

-¿La misión ya no será Joker entonces? –pregunta Kara

-Te aseguro que sé donde encontrar a ese mal nacido, blondie –le responde Roy. –Yo me encargo de Jason. Ustedes busquen a Joker.

-¿Estás seguro que podrás con él? –pregunta Wally –Jason no es el mismo chico con el traje multicolor que conocimos.

-Descuida, yo puedo manejarlo. Y tengo asuntos pendientes que arreglar con ese infeliz.

El resto se queda confundido por la noticia de la resurreción de su antiguo compañero, pero entendiendo que había mucho que hacer, deciden no preguntar más.

-Bien, entonces Red irá por Jason, y ¿el resto?

-Tengo por dónde empezar –le responde Nightwing mientras saca su pantalla y proyecta un mapa de la ciudad. –He investigado posibles lugares donde Joker pudo llevar a Gordon, según su perfil criminal. Buscará un lugar grande, espacioso, donde pueda torturarlo y esperar que Batman o cualquier otro aparezca y tenderle una trampa. Estos lugares son las mejores opciones –explica mientras señala cuatro puntos en rojo.

Kaldur ve el mapa con atención –Bien, nos separaremos entonces. Flash, tu y Nightwing irán a Bahía Gótica, Connor y Raven al Centro de Atracciones Hans, Cyborg y Starfire, las bodegas del antiguo complejo Gótico serán suyas, Kara, tu y yo iremos al sector sur, ahí hay varios almacenes vacíos. Si alguno encuentra indicios de Joker, le informa al resto de inmediato.

-Recuerden –interrumpe  Dick –la prioridad es salvar al comisionado Gordon.

Todos toman sus respectivas direcciones, pero Starfire se vuelve hacia ellos, -Entonces, ¿no lo diremos?

-¿No crees que ya estamos muy mayores para ese gritillo de guerra? –pregunta Raven seria.

-Habla por ti, linda –le dice Kara, mientras sujeta a Kaldur/Aqualad por los hombros -¡Go, go, Titanes!

Ambos se van volando, al igual que el resto de sus compañeros, dejando a Roy, Dick y Wally en la torre.

-Oye, Harper. Ten cuidado con Jason –le previene Dick.

-Descuida, Grayson. Tengos mis propios métodos para someter a tu tonto hermanito. Ustedes dos cuídense.

-Espera… si lo encuentras, dale esto –le dice mientras le da un artefacto. Roy lo guarda en su traje y se despide.

Al ver a Red Arrow irse, Nightwing gira hacia Flash, que no puede ocultar su sonrisa. Camina a su lado molesto, -No digas nada.

-¿Yo? No pensaba decir nada… Aunque tienes que admitir que siempre tuve razón.

-Wally…

-Y pude notar que realmente estás preocupado por Jason…

-¡A mi no me preocupa él!

-¿A no? Entonces, ¿te da igual que encuentre a Joker, y que ese maniático le haga algo? Por eso le diste a Roy…

-West… cierra la boca de una buena vez.

-Ok, ok… ¿te llevo en mi espalda?

-¡Wally!

 

La Batiseñal ilumina el cielo recien oscuro, así que Batman llega al techo de la comisaría, donde lo espera Bullock. –Enviaron esto hace menos de una hora al apartamento de los Gordon –le dice mientras le extiende un boleto de circo, junto a un comodín. –Centro de Atracciones Hans. Iré hacia allá.

-Mi gente está lista para…

-Que no entren al centro hasta que les de la señal. Es peligroso para cualquiera que se acerque.

-Como digas, Batman.

El uraño detective observa como el Caballero de la Noche se va, y gruñe, “Maniaco… pero al menos está de nuestro lado.”

 

Al sur de la ciudad, en un callejón oscuro, un traficante terminaba una venta.

-Aquí tienes chico… justo lo que pediste. Dos Glock y una FN Scar, con tres equipamientos.

Le entrega el maletín a Jason, quien lo abre y revisa cada una de las armas. Finalmente, cuando queda satisfecho, le entrega el dinero, cierra el maletín y va hacia la salida.

-Sabía que te encontraría aquí, Todd. Eres animal de viejas costumbres –le dice Red mientras baja de las escaleras de emergencia del edificio contiguo.

Jason saca el arma que lleva en su cinturón y le apunta sin titubear. -¿Qué putas haces aquí, Harper?

-Quise comprobar por mi mismo si el rumor era cierto…

-Pues ya me viste, ahora largo –le responde mientras guarda su arma y sigue su camino, pero Harper lo toma del brazo. –No creas que te podrás ir así de fácil.

Jason en un movimiento rápido, le dobla el brazo y lo pone contra la pared, haciendo que el maletín caiga al suelo. -¿Qué te piensas que soy, arquero?

Pero Roy no se queda mucho tiempo en esa posición. Le hace una tijerilla con la pierna, haciendo que Jason pierda el equilibrio, y caiga en el suelo, esta vez con Roy sujetándolo.

-¿Y crees que con un movimiento tan simple puedes someterme? ¿Olvidas la cantidad de veces que te gané en lucha?

-¡Déjame Harper! –le grita tratando de soltarse inúltimente -¡Quítate!

-Oh no, no lo haré. Sabes que esta siempre ha sido tu posición natural, Jay… debajo de mí.

-Eso quisieras, hijo de puta.

Harper se ríe. Acerca su rostro al de él, y le susurra, -No puedes negar que me extrañabas, pajarito.

La respiración del más joven se acorta, al sentir la proximidad de su piel. Harper finalmente besa sus labios con fuerza, mientras lo tiene sujeto en el suelo. El pelinegro no hace más intentos, y abre su boca para sentir la lengua de Roy partiendole su cavidad.

Pasa un par de minutos, cuando Jason se separa de él, ya casi sin aire, -Sal… por favor… levántante, ¿quieres?

Harper le obedece y se pone de pie, mientras le tiene la mano. Jason no se la recibe y se para por sus propios medios, haciendo que su rival sonría. –Nunca cambiarás, Todd.

-Y tu nunca dejarás de ser un pelmazo estúpido. Mira… tengo cosas que hacer ahora…

-¿Cómo buscar a Joker?... Si, lo sé. Por eso estoy aquí…

-Yo puedo con esto Harper –le responde mientras intenta irse, pero Roy lo detiene. -¿Cómo lo hiciste la última vez? No, Jay, esta vez será diferente, porque no voy a dejarte solo con esto.

El chico lo vuelve a ver. –Soy un asesino, Roy. Lo correcto es que me entregues.

-Cuando detengamos al Joker, tu te encargarás. Por ahora, me quedaré a tu lado. Como siempre debió haber sido.

 

En el Salòn de la Justicia, los médicos, junto a Alcor se apresuran a ir a la habitación de Batman.

-¿Qué sucedió? –pregunta el thanagariano al enfermero.

-Colapso hace un momento. Sus signos vitales decendieron de un golpe –le responde el joven.

Mientras las máquinas suenan, el cuerpo de Bruce Wayne queda frío e inerte en su cama, sin mayor reacción.

Notas finales:

Ufff... ahora sí. Como tarde esta vez. Lamento mucho el tiempo que ha pasado sin actualizar. He tenido algunos contratiempos, aparte que estuve mejorando la historia. Espero que les haya gustado el giro que tiene.

Tuve que cortarlo, porque originalmente este capítulo eran de más de 14 mil palabras, así que le hice un ajuste para que no se cansen de leer.

Algunos cambios se irán introduciendo paulatinamente a la trama. El principal, creo yo, lo sufrirán los miembros de la BatFamily.

Cualquier comentario, sugerencia o crítica será bienvenida, y espero publicar el próximo capítulo en estos días, ya que lo tengo listo.

¿Qué les pareció la nueva pareja? Era hora, no puede ser que le vaya siempre tan mal a Jason, ¿no creen? Y le busque una pareja acorde a su personalidad.

Un abrazo a todos, y espero que hayan disfrutado la lectura.

 


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