Capítulo 31: La Broma Asesina Parte II
Bruce caminaba por los pasillos de la mansión. Estaba solo. Entró a su cuarto y se sentó en la cama. Suspiró, y se perdió en sus pensamientos…
-El silencio de la mansión es abrumador. Siempre lo había sido. Incluso cuando papá y mamá vivían. Recuerdo cuando me escondía por las noches en mi closet atemorizado por que el viento movía las ramas de los árboles. Siempre papá pasaba antes de dormir, y me sacaba con cariño de mi escondite. Se quedaba conmigo hasta que finalmente me rendía por el cansancio. Nunca pensé que esta mansión tan fría podría llegar a tener vida alguna vez… hasta que llegó Dick. Luego Jason. Era aún más bullicioso que Dick. Y luego Tim, el más callado, pero el más dulce y entregado. Sin embargo, ahora, nuevamente la mansión está en silencio. Ellos están solos, enfrentando al demonio que no he podido derrotar, realizando la misión para la cual los preparé, sin embargo… estoy asustado, como a los 5 años cuando me escondía en el closet, esperando que alguien pase por esa puerta y se me saque de ahí. Solo que esta vez, quiero que sean ellos tres los que entren a mi habitación. Necesito verlos… los necesito a los tres.
El silencio común en los pasillos del Salón de la Justicia se detuvo con el golpeteo de tacones que apresuradamente iban a la habitación donde Bruce Wayne, aka Batman, estaba siendo atendido ya 5 días. Diana entró apresuradamente, pero quedó en shock cuando vio el cuerpo de su amigo siendo golpeado por el desfibrilador. El monitor cardiaco emitía el mismo sonido diabólico. –Nuevamente, carga a 200… listos… ¡despejen!
Un nuevo golpe y no había reacción. Alcor se movía de un lado a otro desesperado, mientras los médicos, junto a Leslie trataban inútilmente de hacer reaccionar al enmascarado.
-¡Les digo que me den espacio!, yo podría…
-¿Su máquina hace que un corazón late nuevamente? –le pregunta la mujer molesta.
El thaganariano no responde, -Eso pensé… ¡déjenos trabajar, Alcor!
-Carga a 300… listos… ¡despejen!
Finalmente, un alivio se siente en la habitación, al escuchar el cambio en el monitor.
-¿Respiración?
-Se ha normalizado, aunque su frecuencia cardiaca sigue baja –le responde uno de los enfermeros. La mujer sale apresuradamente, haciéndole una señal al médico que la acompañaba en la sala. Mientras el galeno da instrucciones a los dos enfermeros en la habitación, Diana sale y se acerca a Leslie, -¿Qué fue lo que le ocurrió?
-¿Qué crees tú? ¡Su estupidez, que más! –le responde la mujer.
-¿No entiendo, doctora?
El médico sale con Alcor y se reúne con ambas mujeres, preocupado. –Me temía que algo así iba a pasar –les dice contrariado.
-¿Qué sucede doctor? ¿Por qué ese paro tan de repente?
-No fue repentino, Wonder Woman –le responde Leslie un poco más tranquila. –Desde hace varios meses le detecté, además del tumor, una bradiarritmia.
-Disculpe, ¿una qué?
-Frecuencia cardiaca por debajo de lo normal -interrumpe el médico. –Las personas por lo general presentamos una frecuencia de 70 latidos por minuto o más. Pero en el caso del paciente, ha estado muy por debajo, incluso ha llegado a menos de 35 latidos por minuto.
-Es por eso que siempre ha presentado una presión muy baja. Y por su profunda terquedad, él ha hecho caso omiso a las advertencias médicas. Normalmente se puede controlar con tratamiento, pero su estado médico actual hace que su situación empeore.
-Eso y que no hacen caso a lo que le indique con anterioridad –exclama Alcor molesto. –Les advertí que era necesario que Batman se mantuviera al margen de cualquier molestia. El estrés continuo al que ha estado sometido lo está matando. El abrupto de Superman ayer y lo de hoy con ese chico lo dejaron conmocionado.
-Hemos intentado por todos los medios… -empieza a justificarse la joven, aunque sabía perfectamente que las palabras de ellos tres eran más que ciertas.
-Alcor –se vuelve Leslie, sin dejar que Diana termine –Sé que habías dicho que trasladarías a Batman a otro lugar cuando físicamente estuviera recuperado de su colapso, pero dadas las circunstancias, creo que debe ser llevado cuanto antes.
-Estoy de acuerdo con usted, colega. Lo mejor es sacarlo de aquí, y aislarlo por completo.
-Y también me permitirá iniciar el tratamiento para reducir el tumor, tienen razón.
-Llamaré a Alfred para que haga los preparativos. Wonder Woman, ¿nos podría ayudar la Liga con el traslado?
-Por supuesto, puede contar con eso, doctora.
A varios kilómetros de distancia, los antiguos Titanes llegaban a sus respectivos objetivos. Mientras tanto, Todd y Arrow estaban en un viejo barrio, de los más bajos de Gótica. -¿Qué se supone que hacemos aquí?
Jason no le responde. Va hacia un edificio en mal estado y entra, seguido por Harper. El lugar, aunque por fuera se veía deprimente, por dentro estaba limpio, algo extraño para un edificio abandonado. Jason subió las escaleras hasta el tercer pido. Caminaron por un largo pasillo hasta llegar a una puerta. Él tocó y esperó unos minutos.
-Maldita sea, Jay, ¿qué estamos haciendo?
-Solo calla. Cuando entremos, no importa lo que veas, no hagas ni digas nada, ¿entiendes? –le responde fríamente.
-Ok, ok, como digas.
La puerta se abre y los recibe un hombre mayor. -¿Qué putas haces aquí, niño? –le responde agresivamente.
-Dile a Dingo que Todd lo viene a buscar.
-Dingo Wright no atiende mocosos…
Jason lo toma del cuello y lo estrella contra el marco de la puerta, mientras le apunta directamente en el rostro. –No me hagas perder mi tiempo…
-Déjalo pasar Morris, yo me encargo de ese malcriado –se escucha una voz femenina.
Jason suelta al hombre y este entra rápidamente. Jason se encamina a la habitación, sin soltar su arma cargada, seguido por Roy. Una mujer, de unos 30 años o más, pelo rubio por los hombros, con un vestido negro al cuerpo va hacia ellos, -Nunca pensé volver a verte Todd.
-¿Cómo estas Irina?
-Muy bien, como puedes ver –le dice la acercarse seductoramente. –Has crecido, te ves bien.
-Llévame con Dingo.
-Mmm… que frío, ¿ni siquiera me vas a saludar como delicadeza, Jay Jay?
-Por última vez, Irina, llévame con tu jefe.
La mujer hace una mueca y camina hacia el fondo del lugar. –Sígueme.
Llegan a otra habitación, donde hay una puerta con una mirilla. Ésta se abre, y solo se ve un ojo asomándose, -Soy yo. Llevo dos invitados.
La mirilla se cierra, y después de unos segundos, el extraño abre la puerta. Mientras Jason y la mujer bajan despreocupados las escaleras, Roy se queda pasmado al ver el interior que escondía el edificio: un casino clandestino. El humo del tabaco, el alcohol y el olor a sexo se sentía con fuerza. Las mujeres en poca ropa y uno que otro joven de buen ver jugaban con los “padrotes” que gastaban su dinero en apuestas. El lugar era esplendoroso, las luces eran llamativas, y el tul y el hilo dorado caían como adornos en las paredes.
Pasaron por una puerta que llevaba a un pasillo oscuro. No pudo ver a nadie, pero el buen oído de Harper escuchó gemidos, éxtasis desenfrenados, voces de hombres y mujeres. El lugar era Sodoma del Siglo XXI, el símbolo de toda la decadencia de Gótica en un solo edificio.
Finalmente, los tres llegaron a una puerta alejada del frenesí del casino y entraron. En el fondo, estaba un hombre alto, moreno, de unos 40 años, vestido de un traje blanco impecable y con varios fajos de dinero en el escritorio, que con esmero contaba. Al ver a Jason, sonrió, dejando ver una luz dorada en uno de sus dientes. Se puso de pie y fue hacia Todd. Era mucho más alto que Roy y Jason, es más, tan alto como el mismo Superman.
-Esto es una agradable sorpresa. Había perdido las esperanzas de volver a ver tu rostro, Jay.
-No sé a qué te refieres Dingo.
-Oh, vamos Jason. Vi las noticias. Conozco tu forma de pelear. Supe desde el primer momento que el misterioso Red Hood no era más que mí querido sobrino. ¿Qué te trae por aquí? ¿Quieres recordar viejos tiempos? –le dice mientras toma su brazo con fuerza. Jason lo golpea y saca su arma, apuntándole directamente en el rostro. Harper camina hacia él para detener a su amigo, pero vuelve a ver al tipo frente a él cuando escucha su risa.
-Oh, Jay, no has cambiado, sigues siendo un niño muy rebelde.
-Necesito información.
-¿Y qué te hace pensar que te la daré?
-Porque si no lo haces, dejaré tu cerebro hecho pedazos sobre el piso.
El hombre se endereza y se acaricia el rostro, -¿Me matarás? Ja, no lo hiciste antes, y no lo harás ahora. Nos une más que una relación de tío y sobrino, ¿quieres que te lo recuerde?
-¡Me la debes Dingo! –le grita el joven pero este se vuelve hacia él con ira, -¡No te debo nada, hijo de puta! Al contrario –le dice suavemente – eres tu quien tiene una deuda conmigo. Por ti me enviaron a prisión 3 años.
-De donde nunca debiste haber salido.
-Tal vez, pero te sorprenderías lo rápida y “eficiente” que es la justicia en Gótica.
-Sobre todo cuando de encarcelar pedófilos se refiere –le responde con una cólera que estaba a punto de desbordarse.
-Mira Jay, yo no te obligué a nada.
-¡Me violaste, grandísimo hijo de puta!
-¿Lo hice? No será que tú también lo deseabas –le dice mientras se acerca a él. El cañón de la pistola estaba en su pecho pero a Dingo no le importó. Jason sentía que su mano temblaba sin control.
-¿Lo recuerdas, mi niño? ¿Nuestra primera vez? Aún recuerdo lo cálida que estaba tu tierna boca cuando tragaste mi polla por completo. Y ni que decir cuando sentí el interior de tu culo… tan apretado –le decía mientras se pasaba su lengua por los labios.
-¡Es suficiente! –grita Roy mientras saca el arco y le apunta a Dingo a su cabeza. –Jason, pregunta lo que sea y vámonos antes que mate a este imbécil.
La agitada respiración de Jason se calma y baja el arma. –El Joker está en Gótica. Necesito saber dónde.
-¿Por qué piensas que yo lo sé?
-¡Porque lo sabes todo, Dingo! Debo atraparlo.
-¡Vaya! Así que hay un hombre que odias más que a mí, debería resentirme por ello… pero bueno, creo que podría vivir con eso. Si quieres esa información tendrás que darme algo a cambio.
-¿Qué te parece seguir con tu cabeza ilesa? –le responde Harper, que aún no había bajado su arco.
El moreno sonríe, -Sería un buen comienzo, pero yo espero algo más… jugoso.
-No volverás a tocarme –le responde Jason con firmeza, pero éste sonríe.
-Oh, no. No me malentiendas Jay. Sigues siendo una delicia, pero sabes que mis gustos son… especiales. Pensaba en el chico.
-¿Qué chico?
-Tu hermanito… bueno, el menor que adoptó Bruce Wayne… Tim creo que se llama… ¿Por qué no me lo traes? Sabes por experiencia lo bien que trato a los niños, más si son vírgenes.
El chico no pudo controlarse más, y lo golpeó, haciendo que este cayera al suelo. Lo arrinconó y lo golpeó una y otra vez. Roy bajó el arco, pero esta vez no hizo un movimiento para detenerlo. El segundo de los Wayne descargó toda su ira en el rostro de aquel hombre que había destruido su inocencia, hasta que sus manos estaban manchadas con su sangre. Finalmente se detuvo y se puso de pie. El hombre, con gemidos se enderezó. Su rostro ensangrentado, ya empezaba a hincharse, pero igual, sonreía, -Ja, bueno, supongo que no hay trato.
-Dame la información Dingo, si no me sirves para eso, entonces te mataré aquí mismo –le dice todavía agitado.
El hombre asiente, -Bien, bien. Sabes que no hay movimiento que no pueda detectar. Hace dos días alquilaron las instalaciones de Han’s.
-¿El centro de atracciones?
-Sí, ha estado abandonado más de 3 años, así que fue noticia cuando su propietario lo puso a la venta. Estuvo en los clasificados solo un día, y luego, lo sacaron de venta, sin embargo, sé que ha habido movimientos extraños. Además, varios hombres del norte fueron contratados el mismo día para una tal Harleen Quinn.
-¿Harley? ¿La cómplice del Joker? No entiendo, ¿por qué hacerlo tan fácil? –pregunta Harper.
-Para tenderle una trampa a Batman, vamos Red.
-Oye, oye… -le llama Dingo -¿No me darás un beso de despedida, primor? –le dice con una sonrisa, pero pronto esta iba a desaparecer.
Jason levantó su arma y le disparó en su entrepierna. El hombre gritó desesperado y se agarró, mientras se lamentaba y gritaba palabras altisonantes contra el más chico.
-Sin verga no podrás joder a ningún niño, perro infeliz.
-Atención, informen su posición –dice Kaldur por el intercomunicador. Él y Kara estaban en posición en unas bodegas al norte de Gótica.
-Aquí Raven. Sin contratiempos. No se ve movimiento a las afueras del centro de atracciones.
-Cyborg y Starfire… todo tranquilo en el Complejo Gótico.
-Flash y Nightwing en Bahía Gótica… todo normal.
-Bien, escuchen. Vamos a ingresar. Mantengan los intercomunicadores encendidos, si ven algo, informan de inmediato.
-No se confíen de Joker –interrumpe Nightwing –No importa lo fuertes que ustedes sean, él siempre va un paso adelante.
-Y no se separen. Manténganse juntos. Kaldur fuera.
Las parejas entraron a los sitios respectivos. Raven y Conner llegaron a una torre alta del centro de atracciones.
-¿Tu super oído detecta algo?
-Nada aún… espera –le responde Conner, al sentir movimiento. Ven a la entrada una motocicleta que se estaciona. Pero al agudizar su vista, Superboy se sorprende al ver quién es.
-Espera aquí.
-Un momento, ¿desde cuándo me das órdenes?
-Raven, apóyame, ¿quieres? Es importante –le insiste y baja.
A unos cuantos metros de la torre, Robin va en silencio observando el lugar. Presiona un pequeño botón en su antifaz para tener visión infrarroja. Busca alguna señal de calor, cuando ve una gran figura caer al frente suyo. Apaga el visor y hace una mueca al ver a Conner frente a él.
-¿Qué haces aquí solo, Robin?
El chico no le responde y sigue caminando. Conner gruñe con impaciencia y se pone frente a él con rapidez. –Te hice una pregunta niño, ¿qué haces aquí? ¿Dónde está Batman?
-En primer lugar, hasta donde sé soy mayor que tú. ¿Cuántos años tienes, clon? ¿9?
Conner arruga la frente y se rasca la nariz. –Ammm… 7.
Por el auricular escucha la risilla de Raven, lo que hace que se moleste. –Ese no es el punto, chico. ¿Por qué viniste?
-Yo soy quien debería preguntarte eso. La Liga no puede entrar a Gótica.
-No soy de la Liga de la Justicia. No me hagas perder mí tiempo, Robin. ¿Qué diablos viniste a hacer?
-Lo mismo que tú, supongo. Atrapar a Joker y salvar al comisionado Gordon.
El chico camino frente a él sin darle mayor importancia. Tim apenas le llega por los hombres al super chico, pero no le intimida su poder o su fuerza
-¿Y cómo sabes que podrían estar aquí?
-Los clasificados…
Conner hace una mueca, sin entender que quiere decir, -¿Los clasificados? Acaso Joker puso un anuncio diciendo, “Ey, tontos, estoy aquí, atrápenme”.
-No, pero Batman le hizo un perfil criminal al Joker hace tiempo, y yo me lo aprendí. Solo tenía que buscar un lugar con las condiciones que normalmente elige. Es minucioso en lo que hace, pero siempre escoge escondites acordes a su estado demencial. Este lugar, a pesar de su color, es tétrico si te fijas bien, al igual que ese lunático que oculta su locura con una sádica sonrisa y trajes de circo.
-Conner, tu cita podría tener razón –le interrumpe Raven por el intercomunicador.
-¿Por qué?
-Porque estoy viendo a un enano vestido de payaso a 300 metros de donde están ustedes al este. Y va con prisa.
Conner agudiza su vista y ve al hombrecillo que corre hacia un edificio de dos pisos dentro del complejo.
-Creo que no estás equivocado después de todo Robin. Raven, avísale al resto. Voy con Robin. Vigila hasta que todos lleguen.
El Joven Maravilla no espera y corre hacia el lugar seguido por Conner, que está decidido a no perderlo de vista.
-Atención chicos, encontramos algo en nuestro punto –avisa Raven.
-Bien, Raven. Titanes, movilícense.
-Emm… Nightwing. Robin está aquí –le dice la oscura.
-¿Cómo que está ahí? ¿Solo?
-Vino solo, Conner está ahora con él.
-¡Que no lo pierda de vista!
Wally, que estaba a su lado, con el intercomunicador abierto, va hacia él. –Oye Nightwing, tranquilo, Robin tiene experiencia…
-¿¡Te olvidas lo que pasó la última vez que Joker estuvo a solas con un Robin?! ¡Conner si me escuchas, no lo dejes solo, voy en camino!
El resto escuchó la voz angustiada de su compañero, sin decir palabra. –Descuida, Richard, no nos despegaremos de él. Raven fuera.
Conner escuchó sin decir nada todo lo dicho, y por alguna razón, lo puso nervioso, algo extraño en él. Finalmente ambos llegan a la puerta, Robin intenta abrir la puerta, pero estaba con cerrojo.
-Yo me encargo –le dice Conner dispuesto a darle un golpe.
-¡Espera! –le dice apenas susurrando. –Pondrás a todos sobre aviso de nuestra presencia, déjame a mí.
El chico saca una pinza de su cinturón y comienza a forzar la cerradura, hasta que esta se abre en cuestión de segundos. Conner lo empuja suavemente para que quede detrás de él y abre la puerta. El lugar estaba oscuro, pero podía verse una luz que se asomaba por una puerta. –Escucha Robin, haremos esto juntos, pero no te separes de mí, ¿de acuerdo?
El chico asintió y ambos entraron al espeluznante lugar, sin saber lo que encontrarían ahí adentro.
Al otro lado del complejo, Harper y Jason entraban al lugar.
Jason estaba en ese momento ido en sus pensamientos. Sacó del bolsillo de su chaqueta un antifaz y se lo puso. –Hubo un momento en que pensé que nunca volvería a portar una de estas –le dice con tristeza.
-Oye, Jay, lo que pasó allá con ese hombre…
-Roy, olvídalo. Yo lo hice hace tiempo.
El castaño asiente y ambos entran al lugar. -Este sitio está vacío, Jay. ¿Estás seguro que es aquí?
Todd caminó unos cuantos metros, y diviso un hombre sentado en un elefante rosa mecánico. Caminó hacia él y se puso enfrente. Vio su rostro pero no se inmutó. –Estoy seguro que es aquí.
Harper camino hacia él, y vio el rostro desfigurado del hombre por una sonrisa diabólica, mientras sangre corría por su boca. Jason tocó su piel, luego su mano.
-¿Qué haces?
-Por su entumecimiento diría que lleva muerto más de 24 horas.
-Joker es un maldito enfermo –responde Roy haciendo una mueca mientras se tapa la nariz. -¿Quién crees que sea?
-Un pobre infeliz que se topó con el mismo demonio. Hay que movernos.
-Espera –le dice Roy mientras se sujeta el oído. Se queda algunos segundos sin mover un músculo hasta que suspira.
-¿Qué sucede Harper? No tenemos tiempo para…
-Robin está aquí con Superboy y Raven. El resto de los Titanes vienen en camino.
El rostro de Jason cambia por completo, y refleja ira pura. –Hay que ir, ahora.
Al entrar a la habitación, se encontraron con un estudio de grabación.
-¿Qué demonios es este lugar? –pregunta Conner sin entender. Se acerca al panel y ve varios botones. Presiona uno, y en la pantalla se proyecta una grabación que ambos los deja la piel helada. De inmediato Robin va al panel y detiene las imágenes.
Conner aprieta los puños con ira y vuelve al ver a Tim. El chico tenía la cabeza baja. Apenas jadeaba con suavidad, completamente en shock por lo que había visto.
-¿Estás bien Robin?
El chico no levanta la vista, y apenas susurra -No están aquí, salgamos.
El muchacho sale a toda velocidad. Abre la puerta que da al exterior y se encuentra con Raven. -¿Encontraron algo?
El muchacho no le responde. Sale, dejando a Raven atrás, toma una bocanada grande de aire y trata de reponerse de lo que había visto. Conner los alcanza y ve con tristeza al menor. –No encontramos a ninguno.
-¡Debemos peinar el lugar! ¡Debemos encontrarlos!
-¿Están seguros que…? –intenta preguntar Raven, pero Conner toma su brazo y asiente sin pronunciar palabra.
-Separémonos…
-No, eso no lo haremos –le responde Conner con decisión.
-Así duraremos más.
-Tú decides Robin, o vamos juntos o no nos movemos. Pero ninguno irá por su lado.
El chico acepta a regañadientes y siguen buscando, mientras Harper y Jason llegan a la carpa principal.
-¿Escuchas?
Ambos oyen jadeos y lamentos. Por un segundo, Jason siente que su corazón se paraliza. –Maldita sea… Bárbara –apenas susurra. Saca su arma y entra a la carpa, seguido por su compañero.
Los dos se congelan al ver una pantalla inmensa en el centro del lugar con fotografías de su amiga, completamente desnuda. Las imágenes pasan una detrás de la otra, mientras que por el megáfono se escucha la chica gemir por ayuda. Una de las fotografías, la más cruda, presenta la mano del Joker introduciéndose en la herida de bala de la pelirroja, y se ve el rostro lleno de dolor de su amiga. Jason corre hacia el centro, y ve al comisionado Gordon, encadenado en el piso, tapándose los oídos con desesperación.
Jason saca sus dos armas y dispara contra la pantalla, rompiéndola en mil pedazos, mientras Harper hace lo mismo con su flecha impactando en el megáfono para no escuchar más.
A varios metros, Raven, Conner y Robin escuchan las detonaciones y corren hacia la carpa. Todd corre hacia el comisionado, se quita su chaqueta y lo cubre. –Comisionado Gordon. ¿Se encuentra bien?
El hombre seguía murmurando para sí mismo, intentando no escuchar los lamentos de su hija. Jason insiste, hasta que finalmente logra su atención.
-¿Quién?... ¿quién eres?
-Un amigo, lo sacaremos de aquí.
Conner, Raven y Robin entran a la carpa y ven el destrozo en el centro. Pero el chico, al ver al comisionado con Jason, corre hacia ellos.
-¿Qué estás haciendo aquí? –le pregunta Tim a su hermano.
-¿TÚ que estás haciendo aquí? ¿Y Batman? –le pregunta mientras ayuda a Gordon a ponerse de pie.
-No sé, no lo he visto.
Conner y Raven van hacia Jason sin decir nada. Él y Tim sostienen al comisionado, que estaba débil.
-¿Ni un hola? –les pregunta Jason con una sonrisa.
-No esperes un abrazo de mi parte Todd –le responde Raven con su expresión fría y cuasi normal. Pero Conner era diferente. –Después de lo que hiciste, tienes suerte de que no te parte la cara.
-Pues, ¿qué te detiene?... Compañero…
-¡Basta los dos! –les dice Harper –Esto no es el momento ni el lugar. Hay que sacar a Gordon de aquí cuanto antes.
-Ohh… pero que hermosa reunión. – Se escucha la voz de Joker. Gordon se vuelve a tapar los oídos con desesperación.
-Nunca ni en mis mejores sueños, pensé ver a dos Robin juntos.
-¡Sal de donde estés payaso! –le grita Conner.
-¡Tú cállate! ¿Quién eres! ¿El hermanito perdido del Super Mamón?
-Ven y de demostraré quien soy –le dice con furia.
-Será en otra ocasión, lamentablemente estoy ahora ocupado con el comisionado Gordon. ¿No es así, amigo mío?
El anciano tapa sus oídos con más fuerza, mientras sigue murmurando.
-Ahora, vamos a poner orden en la casa, y para eso, he traído compañeros de baile para ustedes.
En ese momento, aparecen más de veinte hombres vestidos de negro y armados hasta los dientes, que los rodean. –Espero que bailen buen son, sino mis chicos les enseñarán los pasos. A ellos.
-Bien, esto será fácil –exclama Conner apretando sus puños, pero Raven lo detiene.
-Espera Conner, recuerda lo que te pidió Nightwing.
Superchico vuelve a ver a Robin, que aún sostenía a Gordon.
-Tienes razón, encárguense de ellos.
-Descuida Kon… sus nombres están escritos en cada una de mis flechas –le dice Harper, listo para luchar.
Conner va hacia Jason, Robin y Gordon. –Yo lo llevaré en mi espalda, ustedes me siguen.
-Yo no –le responde Jason. –Es mi pelea. Quédate con ellos.
Conner asiente. Antes que Jason vaya con Raven y Harper, se detiene al sentir la mano de Conner en su brazo. –Lo diré ahora y no lo repetiré más… es bueno haberte visto Jason… y que estés de nuestro lado.
Jason asiente con una sonrisa, -Cuídense los dos.
Los encapuchados van hacia los seis para atacar. El primero en asestar un golpe es Raven, que con su magia arrastra a varios de ellos hacia la oscuridad, dejando el camino libre para que Conner y Robin saquen a Gordon de la carpa. Mientras Jason y Harper sacan sus armas y cada uno se pone detrás del otro.
-Oye Jay… trata de no morirte esta vez, ¿quieres?
-Y tú, por lo que más quieras, mejora tu puntería o tendrás que regresar a que Quinn te dé más clases.
Harper arruga la frente, carga dos flechas, apunta y le da a dos en la cabeza.
-¿Así o mejor? –le pregunta a su compañero.
-Deja de parlotear, y terminemos con ellos.
Los dos corren hacia sus atacantes, disparando sus proyectiles, mientras Raven se acerca a otro grupo, al mismo tiempo que Conner y Robin corren varios metros del lugar. Conner sienta al comisionado con cuidado en una banqueta.
-¿Qué estamos haciendo aquí? ¡Tenemos que ir por el Joker!
-No Robin, esperaremos a los demás, y es una decisión que no pienso discutir contigo.
En ese momento, Flash llega con ellos.
-¿Por qué tardaste tanto? –le pregunta Conner molesto.
-No conoces el tráfico de Gótica en las horas pico. Además, estaba al otro lado de la ciudad.
-Te has vuelto tan lento como un caracol, te queda pesado el rojo, eras más útil de amarillo.
-¿Dónde están los otros?
-En la carpa, peleando con los secuaces del Joker.
-¡Voy! –grita Wally mientras corre al lugar, pero en ese momento, una explosión ocurre, haciendo que la carpa vuele en mil pedazos. Flash vuela por los aires y cae pesadamente al suelo, mientras Conner cubre a Robin y Gordon, protegiéndolos de los escombros.
Los dos vuelven a ver asustados. Flash apenas se puede reponer del impacto. Se endereza y vuelve a ver el lugar que empieza a arder.
-¡Flash, quédate con ellos! –le grita Conner que corre de inmediato para socorrer a sus amigos. Flash se pone de pie, frotándose el brazo que estaba mallugado.
-Ellos… ¿murieron?
-No lo creo chico.
Conner empieza a buscar entre los escombros, cuando ve una sombra negra a unos metros de él. Se empieza a difuminar y ve a Raven flotando en el aire, junto a Jason y Harper, que estaban inconscientes en el suelo. La luz oscura de Raven se empieza a apagar lentamente. –Hice… lo que pude… -susurra y cae, pero es sostenida por Conner antes que toque el suelo.
-¿Qué pasó?
-Joker… explosivos… hice lo que pude para protegerlos… ellos… ¿viven?
Conner la recuesta en un madero, mientras revisa los signos vitales de los dos. –Descuida, ambos respiran, solo están desmayados.
Flash y Robin esperan alguna señal, cuando un carrusel, a 500 metros de ellos se enciende solo. Los dos vuelven a ver las luces y escuchan el sonido.
Wally vuelve a ver a Robin, que no pierde detalle. –Es una trampa, Flash.
-Lo sé amigo. Conner, ¿me captas?
-Sí, los tres están vivos, pero golpeados.
-Bien, el Joker sigue jugando con nosotros. Tengo que ir.
-¡Espera! Robin…
-Oye Tim –se vuelve Wally hacia él. –Quiero que te quedes y no te muevas de aquí.
-¿Por qué todos están empecinados en protegerme? ¡Puedo hacerlo solo! ¡Soy Robin!
-Sí… sí, lo sé –le responde con una sonrisa. –Pero ahora tienes una misión importante: te toca cuidar de Gordon de acuerdo.
-No quieras usar psicología conmigo, Wallace –le dice el más joven cruzando los brazos.
-Piensa en lo que sería de Barbara si algo… peor a esto le pasa a su padre. Quédate con él, el resto ya viene en camino.
-¿El resto? ¿La Liga viene?
Flash sonríe y se encamina al lugar.
-Ve con Robin –le dice Raven a Conner, que recostaba a Harper al lado de ella –Joker cree que morimos, no hará nada contra nosotros.
-¿Estás segura?
-No me obligues a hechizarte, ve Superboy.
Flash llegó al carrusel. La música infantil era empalagosa para su gusto. Camino alrededor del artefacto sin ver señales del Joker por ningún sitio.
-Oh, pero si es el Hombre más rápido del mundo –se escuchaba por el altavoz del centro.
-Sal de tu escondite Joker.
-Oh, que aburrido eres, mi querido Flash. Es hora de ponerle un poco de entusiasmo a tu vida. Les dejé diez obsequios en el centro. Uno de ellos ya fue recibido por tus dos amigos y mi querido resucitado.
-¿Bombas?
-¡Oh, vaya que eres brillante manzanita! Detonan cada 5 minutos, y creo que la próxima lo hará en cuestión de segundos… ¿dónde es que estaba? A ver… ¡lo tengo! ¿Te gusta el algodón de azúcar?
Flash vuelve a ver en dirección de Tim y Gordon, justo a su lado, estaba una vieja caseta expendedora de algodones de azúcar. Sin pensarlo dos veces, corre, entra y ve la bomba que aún le faltaba 10 segundos. La tome y corre aprisa del lugar.
Conner regresa y ve la prisa de Flash. -¿Qué sucedió?
-No sé.
En ese momento se escucha una nueva detonación, esta vez a algunas cuadras del centro de atracciones.
-Oh Dios…
-Wally… respóndeme de inmediato… ¡Flash! –Conner insiste, pero sin respuesta. -¡Mierda! ¡Ese maldito loco!
-No no no no… Superman nunca ha sido tan grosero. Realmente mereces un castigo por tu insolencia, muchachito.
-¡Da la cara de una vez! –le grita Conner enfurecido.
-Espera Conner –le llama Tim -¿Cómo sabe lo que hablamos? ¿Cómo nos escucha?
Conner revisa con su visión alrededor. –Ese estúpido tiene micrófonos y cámaras en todos lados.
Tim se queda pensativo. –Así que debe tener un puesto donde ve y escucha todo con lujo de detalles…
Los dos se vuelven a ver y dicen al unísono. -¡El edificio con el panel!
-Yo iré, Robin…
-Sí, ya sé… Robin quédate aquí.
Superboy sonríe y va a toda velocidad al lugar, mientras Tim escucha un vehículo acercarse.
Conner entra al edificio que habían visto la primera vez y entra. Va hacia la puerta y ve nuevamente la pantalla apagada. “Diablos, nos equivocamos”, en ese momento la puerta se cierra, dejándolo encerrado. Conner le da golpes a la puerta, pero empieza a sentirse débil.
-Mi buen Lexi siempre me dijo “Joker, no olvides la kriptonita en casa, nunca se sabe cuándo te puede servir”… Oh, como lo extraño… espero que aproveches este rato para descansar, ya que no estarás consciente en mucho tiempo.
Conner empieza a perder fuerzas y se deja caer de rodillas. Vuelve a ver la pantalla, y ve un aura verde que la rodea, mientras su vista empieza a fallar.
-Conner, estoy llegando al sitio, ¿cómo está Robin? –pregunta Nightwing por el altavoz, mientras estaciona su motocicleta afuera del centro. Starfire y Cyborg lo alcanzan también. Mientras que ven a lo lejos a Kara con Kaldur.
-Dick… no puedo… -le dice con dificultad, ya a punto de perder la consciencia.
-¿Conner dónde estás?
-Kripto… nita…
-Starfire, Cyborg, rápido, Conner está en problemas.
Ambos vuelan de inmediato, pero la alienígena ve a Robin con Gordon y va hacia ellos. –¡Robin! ¿Viste hacia dónde se fue Superboy?
-Fue al edificio de control, es el que está allá –le dice mientras señala el lugar. La chica vuela a toda velocidad. –Tranquilo, Kon-El, ya estoy ahí.
Ella entra destruyendo ambas puertas. Inmediatamente toma a Conner que estaba semi inconsciente y vuela hacia afuera con él en brazos. Nightwing y Cyborg llegan con Robin y observan a Starfire que llevaba a Conner.
-¿Qué le pasó? –pregunta Robin asustado.
-Kriptonita.
En ese momento, se reúnen con ellos Supergirl y Kaldur. La rubia va con su primo, -Conner, despierta.
-Estoy… bien, solo…necesito aire.
Raven va hacia ellos volando con Jason y Harper. Los pone con cuidado en el suelo. Harper se apoya en un muro con dificultad, pues era el más golpeado de los tres. Jason vuelve a ver a todos, pero luego su vista se fija en Nightwing, que lo ve serio.
-Una hermosa reunión familiar sin duda, aquí están los tres pichones del Murciélago, que por cierto, ¿por qué no ha aparecido?
-¡Sal de tu escondite Joker! ¡Esto es entre tú y yo!
-Lamento decepcionarlo, Alitas, pero yo no juego con niños, te cagan si no tienes cuidado. A ustedes les tengo un juego divertido… Supongo que Flash no tuvo tiempo de decirles, antes que hiciera ¡boom!
-¿Dónde está Flash? –pregunta Nightwing.
-Hubo… una explosión. Él se llevó el artefacto, pero… no volvió –le dice Robin afectado.
Nightwing cierra los puños con fuerza, -¡Joker!
-No seas malcriado, ex Joven Maravilla, ¿Batman no te enseñó modales? Bien… como les iba diciendo antes de ser tan abruptamente interrumpido, hay 8 bombas cerca de dónde ustedes están. Y cada una explota cada 5 minutos, el tiempo corre chicos.
-Salgamos de aquí entonces, el lugar está vacío -dice Raven.
-No podemos –le responde Robin –Joker dijo que estaban cerca de nosotros, pero no especifico que todas estaban dentro del centro.
-¿Qué quieres decir?
-Detrás del muro oeste pasa la vía del tren que va hacia los barrios del sur, y el próximo cruzará en algunos minutos.
Cyborg se niega a creer, -¿Realmente piensas que ese loco sería capaz de…?
En ese momento se escucha una explosión lejos de donde estaban, justo cuando se escucha el pito del tren. –Esa… fue la vía, ¿verdad?
-Kara, encárgate de socorrer a la gente del tren, Raven, busca a Flash –dirige Aqualad –el resto busque los artefactos, si ven al Joker, informen al resto.
Nightwing va hacia Jason. –Tú irás conmigo, ¿entendido?
-Como los viejos tiempos… -le dice con una sonrisa.
-Nunca será como antes, te lo aseguro.
-Conner, sal con Robin y el comisionado del centro. Y llamen asistencia médica.
-Bien Aqualad –le responde Conner que se pone de pie con dificultad y toma a Gordon del brazo.
Todos toman direcciones diferentes, y en parejas. Cuando ve al resto alejarse, Dick toma a Jason del cuello de la camisa y lo pone contra la pared. –Cuando esto termine, regresarás con Hamilton y su gente, ¿ha quedado claro?
-Te pone nervioso mi presencia, hermano.
-No… me… llames… así –le dice molesto mientras fortalece su agarre.
-Pero que veo, rivalidad de hermanos… ¿no me digan? El Murciélago le dio un regalo de navidad más grande al resucitado que al joven Alitas Nocturnas.
-Joker, terminemos con esto. Sé que quieres terminar el trabajo que iniciaste conmigo. Ven y ajustemos cuentas –le dice Jason, esperando alguna reacción.
-No, mi niño, eso no va a suceder, más bien, tengo un presente para ustedes…
Las viejas pantallas que estaban alrededor del centro se encienden, y aparece una chica encadenada a una pared, con un explosivo a sus pies. Para el resto es una desconocida, pero Nightwing la reconoció, -Demonios, es Coleen.
-¿Coleen?
-La amiga de Barbara.
-Averigüe por ahí que ella fue la metiche que llamó al 911. Así que decidí darle una lección muy dura. La pregunta es, ¿dónde podrá estar?
-Debemos apresurarnos.
Los dos hermanos corren pero en un momento dado, Jason se detiene. -¿Qué pasa?
-¿Dónde está Batman?
-Buena pregunta –le responde Dick mientras activa su comunicador. –Batman, ¿me escuchas? ¡Maldita sea Balack, responde!
-¿Balack?
-Es una larga historia, debemos seguir buscando a Coleen, vamos.
En ese momento, Tim se decide a ir, así que se pone de pie y corre hacia la entrada, mientras Conner, aún debilitado, estaba sentado en una banqueta con Gordon.
-¿Qué sucede?
-Debo entrar, quédate con el comisionado.
-Espera… Robin… no puedes…
-Tú estás débil, y yo puedo hacer que el Joker salga de su escondite.
-¿Qué quieres decir? Robin… ¡Robin!
El chico hace caso omiso y entra nuevamente al centro. Mientras tanto, Nightwing y Todd entran a la sección de restaurantes. -¿Estás seguro que está aquí?
-Por la pantalla se vio el reflejo de un logo, creo yo que de McDonald’s. Tiene que estar aquí –le responde Nightwing. Ambos recorren con rapidez el lugar, hasta que escuchan los lamentos de Coleen.
-Es aquí, ¡Nightwing! –grita mientras entra a uno de los locales. Al llegar al fondo, ve a la joven en la misma posición que habían visto antes.
-¿Cuánto tiempo queda? –pregunta Dick al entrar.
-Un minuto con diez.
-¡Starfire! Estamos en restaurantes, ocupamos tu vuelo para sacar un explosivo, ¡rápido!
-En un minuto estoy con ustedes.
Bruce poco a poco abre los ojos. Ve a su alrededor. No estaba en un cuarto de hospital, pero le era familiar el lugar. Tenía intravenosos puestos y una cánula.
-Es un alivio que haya despertado, amo Bruce –le dice Alfred quien se acerca a la cama. Bruce acaricia su pecho. Siente un fuerte dolor. –Algo pasó… algo malo.
-Su corazón se detuvo por algunos minutos, pero pudieron revivirlo afortunadamente.
-Bárbara… y Jason.
-La señorita Gordon se está recuperando satisfactoriamente, y en este momento, el joven Jason está con Nightwing y Robin.
-Los tres… ¿están bien?
-Balack está con ellos, señor. Estarán bien, puede estar seguro.
Conner recupera algo de sus fuerzas, pero antes de siquiera correr a buscar a Robin, el batimovil se aparece frente a él. Batman sale con rapidez y llega directamente con Gordon.
-Llegas tarde –le dice Conner, pero este lo ignora. Balack se arrodilla frente al comisionado, quien por primera vez, reacciona con cordura.
-¿Jim? Jim… ¿estás bien?
El anciano intenta ponerse de pie, pero cae en brazos de Balack que intenta calmarlo.
-Oh Dios… ahhh… oh Dios…
-Está bien… despacio Jim.
Conner se queda extrañado. Nunca había visto una actitud así del Murciélago.
-Le… le disparó a Bárbara… me mostró fo… fotografías… intentó volverme loco.
-Escucha la policía viene justo detrás de mí… me quedaré aquí contigo hasta que lleguen.
-¡No! ¡Estoy bien! ¡Tienes que ir tras él!… los chicos… los chicos siguen adentro…
En ese momento, Gordon lo ve con una expresión seria y decidida. –Lo quiero de vuelta… y lo quiero de vuelta según las reglas.
Balack suspira y se pone de pie. –Haré todo lo posible.
Corre al lugar, dejando a Conner con Gordon, mientras que el anciano sigue insistiendo. -¡Según las reglas! ¿Oíste?... ¡Tenemos que mostrarle que nuestro modo funciona!
Tim corre al interior del centro, directamente a la Casa de la Risa, Entra y escucha su voz nuevamente por el altavoz
-Vaya, vaya, vaya. Pero que tenemos aquí… un pequeño ruiseñor ha entrado a la jaula del gato.
Al otro lado del centro, Starfire entra, toma el explosivo y vuela, mientras Jason y Dick quitan las cadenas a una nerviosa Coleen.
-¿Escuchaste? –pregunta Dick. -¿Ruiseñor?
Jason se queda pensativo, y abre los ojos. –Maldita sea, Tim.
Se pone de pie y corre. -¡Jason! ¡Espera!
-¡Sácala de aquí, rápido!
Lejos de los Titanes, y completamente solo, Robin espera pacientemente. Entonces escucha una voz siniestra tarareando una canción de niños. –Debiste hacerle caso a tus hermanos, Joven Mantequilla. Es peligroso que un lindo pajarito ande a estas horas de la noche solo –le dice mientras se acerca con un bate en la mano.
-¿Quién te dijo que vine solo? –le responde Robin con una sonrisa.
Joker abre los ojos, y no se percata, hasta que siente un golpe fuerte que lo tumba en el suelo. Jason camina hacia él, con una mirada gélida. –Es hora de ajustar cuentas, Joker.
El payaso sonríe, -Eso mismo pienso yo.
Le da una patada que hace caer a Jason. Este apunta con el arma, pero Joker le dispara ácido que cae directamente en su antifaz, quemándole parte del rostro también. El chico se queja mientras se quita la prenda, y recibe otro golpe.
-Te has vuelto lento con la edad, Red Hood.
En ese momento, recibe un golpe de Robin, quien va al auxilio de su hermano. -¡No te metas! Que esto es una conversación de adultos.
Robin no hace caso, y sigue luchando con el Joker, quien recibe y da golpes, hasta que finalmente toma a Tim del cuello y lo choca contra un espejo. –Eres un niño muy malo, pajarín.
Toma su bate, y se acerca a Tim, que sigue confundido por el golpe. –Ahora sabrás lo bien que se sintió el resucitado conmigo aquella noche.
Jason saca su arma y le apunta a Joker, pero sus ojos están maltratados por el ácido y no logra enfocar. Todo está nublado para él.
-… Oh mejor, voy contigo primero. Fuiste un terrible dolor de cabeza el año pasado –le dice al volverse a Jason. Joker le da un batazo a la mano, haciendo que el arma vuele y dejando al chico indefenso.
-Te voy a hacer gritar…
Entre tanto, Balack recorre el lugar con desesperación. Toda la conversación de Joker está puesta en el altavoz. Todos, incluyendo Dick, quien corre de inmediato para buscar a sus dos hermanos después de poner a salvo a Coleen, escuchan como Joker se mofa de lo que hará con Jason. “No te perderé… no otra vez.”, se dice Dick con desesperación.
Kara logra auxiliar a la gente del tren, cuando Raven desciende a su lado.
-¿Aún nada?
-No hay señales de él.
Pero en eso escuchan una voz conocida entre los arbustos. –Ey chicas, es bueno verlas –les dice Flash, golpeado, con cortes y su traje roto. -¡Flash! –grita Kara al verlo caer desmayado.
-Esto no es bueno, no es nada bueno –repite Cyborg al escuchar al Joker, mientras logra desactivar un dispositivo.
-Tengo que ir, debo ayudarlos –dice Harper que estaba en otra zona del complejo.
-No Red, debemos seguir buscando los explosivos, aún faltan 3 –le ordena Kaldur.
-Pero Jason…
-Ya va ayuda en camino–les dice Conner por el comunicador.
Una alarma en el bolsillo de Joker hace que vuelva a ver y sonríe. -Veo que recibiste la entrada gratis que te envié Batman. Me alegro, quería tanto que estuvieras aquí. Los niños son divertidos un rato, luego se vuelven aburridos… Verás, no importa si me atrapas y me envías de vuelta al Asilo… Gordon se ha vuelto loco… probé mi punto. He demostrado que no hay diferencia entre tú y alguien más. Todo lo que toma es un mal día para reducir al hombre más cuerdo a la locura, eso es cuán lejos el mundo está de donde estoy, solo un mal día… ¿Tú has tenido malos días alguna vez verdad? Yo sé que tú sí. Tuviste un muy mal día y todo cambió. ¿Por qué más te vestirías como una rata voladora?
Mientras el Joker sigue en su monólogo, Todd se acerca a Tim. Tenía un corte en la cabeza, pero reaccionaba. -¿Por qué entraste? ¿Por qué no obedeciste?
-No les iba a dejar toda la diversión a ustedes –le responde con una tímida sonrisa.
-Que tonto eres Drake.
-Tuviste un mal día –continua Joker, que se iba alejando de ellos -… y te volvió tan loco como todos los demás… ¡Solo que no lo admites! ¡Tienes que seguir pretendiendo que la vida tiene sentido, que hay algún punto para toda esta lucha! Dios, me haces querer vomitar…
-¡Alguien que haga callar a ese loco! –dice Starfire, mientras saca un nuevo explosivo y lo lanza al aire.
-Digo… ¿qué sucede contigo? ¿Qué te hizo lo que eres? ¿Una novia asesinada por la mafia, tal vez… un hermano atacado por algún atracador? Algo así… apuesto, algo así… Algo así me pasó, sabes. No… no estoy exactamente seguro que fue… a veces lo recuerdo de una forma, otra veces de otra… ¡Si voy a tener un pasado, prefiero que sea de múltiples opciones!
El Joker levanta el bate y camina hacia Jason y Tim, mientras sigue hablando. -Pero mi punto es que me volví loco. ¡Cuando vi que negra, horrible broma era el mundo, me volví loco como un bobo, lo admito! ¿Por qué tu no? ¡Digo, no eres tonto, debes ver la realidad de la situación. ¿Sabes cuántas veces hemos estado cerca de una Tercera Guerra Mundial por una bandada de gansos en una pantalla de computador? ¿Sabes que el gatillo de la última guerra mundial fue un argumento sobre cuantos postes Alemania debía a sus acreedores de la guerra. ¡Postes! Jajajajajaja ¡Todo es una broma! Todo lo que siempre hemos valorado o luchado por ello… es un monstruoso y demente chiste… ¿Así que por qué no puedes ver el lado cómico?...
En ese momento, el espejo detrás del Joker se quiebra en mil pedazos cuando Batman lo traspasa. Lo toma por el cuello y lo trae hacia él. –Porque no tiene nada cómico.
Inmediatamente lo lanza contra un espejo, quebrándola contra el cuerpo del Joker que cae pesadamente.
-Casualmente hablé con el comisionado Gordon antes de venir. Él está bien. A pesar de todos tus enfermos y crueles jueguitos está cuerdo. Así que quizás la gente promedio no siempre colapsa.
Joker se arrastra en el suelo y saca un punzón, pero Batman pisa su mano de inmediato, haciendo que éste se queje de dolor.
-Quizás no hay ninguna necesidad de arrastrarse bajo una roca con todas las otras repulsivas cosas cuando los problemas aparecen… Tal vez fuiste tú… todo el tiempo.
Jason lleva a Tim aun conmocionado, aunque su vista seguía borrosa y debía sostenerse de las paredes para no tropezar. A lo lejos escuchaban a Batman y Joker peleando, cuando se encuentran con Nightwing. El mayor se asusta al ver la condición de los dos. –Maldición, ¿por qué ninguno de los dos hace caso de los que se les pide?
-Yo estoy bien… lleva a Tim –le dice Jason mientras acerca al chico al mayor.
-No… Dick, a Jason le quemaron los ojos, debe ir cuanto antes a que lo atiendan.
-Descuiden, me encargaré que a los dos los vea un médico, y luego los encadenaré a la camilla. Vamos.
-¿Y Batman? –pregunta el más joven.
-Él podrá solo con Joker. Además, darle una tunda será una buena terapia de relajación para él.
Batman tenía sujeto al Joker por el cuello para golpearlo, pero el payaso mete sus dedos en sus ojos. Balack lo suelta y se queja de dolor, mientras Joker toma un madero y se lo revienta en la cabeza. Batman cae de rodillas sosteniéndose la cabeza, mientras su rival saca un cuchillo de su manga. Lo intenta penetrar, pero Balack lo toma de la muñeca y lo hace volar contra el suelo, luego lo levanta y lo vuelve a golpear, cayendo por una ventana hasta el suelo, que empezaba a mojarse por la lluvia que recién caía.
Joker empieza a arrastrarse, hasta tener a Batman y enfrente. Saca un arma y dispara, pero en vez de una bala, sale una banderita que decía ¡Bang! ¡Bang!
-Oh diablos, esta no era… ¿Bueno? ¿Qué estas esperando? Le disparé a una chica indefensa, aterroricé a un anciano, casi vuelvo a matar a tus pajarines… ¿por qué no me das una paliza y obtienes una ovación de pie del público?
-Porque lo estoy haciendo según las reglas… y porque no quiero.
-Eso quería escuchar –le responde mientras se sonríe.
Se escucha un disparo ensordecedor. Dick, Jason y Tim vuelven sus ojos hacia la Casa de la Risa, que estaba a varios metros de donde estaban ya, esperando alguna señal de Balack, una señal… que nunca llegó.