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Ocaso del Caballero de la Noche por JessJe

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Notas del capitulo:

La nostalgia inunda el corazón de Hal Jordan, mientras Wally inicia su travesía por detener a Joker

Ocaso del Caballero de la Noche

Capítulo 33:  Fiel a tí

 

Wally llegó a Gótica en cuestión de un minuto. Varias veces, Hal intentó comunicarse con él, pero no respondió. Se quitó el comunicador de su oreja. “Lo siento Hal”. Lo dejó caer en el suelo y lo piso. Se quedó observando desde un punto alto la bahía de Gótica. En cuestión de una hora iba a amanecer. Balack llevaba ya 2 horas en manos del Joker, y el velocista no tenía idea de donde comenzar, pero estaba decidido a encontrarlo. En ese momento, su celular sonó por vigésima vez. Lo sacó e iba a lanzarlo pero se detuvo al ver quien era. Linda. Ella le había pedido 24 horas antes hablar con él. Parecía urgente. Lo dudo, pero al ver la hora decidió que a lo mejor era necesario que respondiera.

-Aló.

-Mmm… por fin. Te he llamado varias veces desde ayer, te dije que necesitaba…

-Linda, disculpa, pero ahora no puedo. ¿Puedes ir al grano, por favor?

Wally se quedó inmóvil escuchándola. No dijo nada más, solo un simple, “Te veré más tarde, lo prometo”, y colgó. En ese momento, sentía muchas emociones extrañas. Pero ahora no podía echarse para atrás. Tiró el celular, como lo había hecho instantes antes con el comunicador, respiró profundo y fue hacia Gótica. Aunque tuviese que tocar cada puerta de la ciudad, estaba decidido a encontrar al Joker.

 

En la Atalaya, Hal lanzó el comunicador en la cama y se dejó caer rendido. Aunque el cuidado de Alcor salvó su vida, estaba aún resentido por sus heridas. Realmente necesitaba descansar. Pero la actitud de Wally lo tenía nervioso. No quiso preocupar a los demás, pero esa mirada llena de rabia y decisión, le inquietaba. Volvió a ver la fotografía de Barry. “¿Qué debo hacer amor?”. Sentía un temor grande, igual que la de aquella vez, cuando su vida se destruyó por completo en cuestión de unos segundos. Y sintió miedo que pudiera volver a pasar…

 

Metrópolis, 10 años antes

El golpe de Mongul hizo que Superman volara por los aires contra un edificio. Las personas huían despavoridas, mientras las criaturas del alien corrían tras ellas. Superman se sacudió el polvo del traje y voló hacia su enemigo. Mientras ambos seres estaban enfrascados en una batalla, Hal observaba a lo lejos, sentado en el borde de un edificio, comiendo un emparedado. Desde donde estaba, con su anillo, retiraba a los civiles del camino de las criaturas, mientras se entretenía de vez en cuando con la pelea entre Superman y Mongul. En ese momento, la ráfaga escarlata llegó. Hizo un torbellino alrededor de las criaturas haciendo que estas empezaran a flotar en el aire, y luego las lanzó en el vórtice por donde habían entrado, sin percatarse que otra estaba por atacarlo por detrás. Antes que lo hiriera, Hal lanzó un rayo sobre la criatura, haciendo que estaba volara hacia el vórtice. Flash observó y volvió su vista hacia el edificio, donde Hal simplemente le saludo. Arrugó el ceño y siguió en su labor de disminuir el daño colateral de la lucha.

En ese momento llega el batimovil. Batman sale de ahí con un arma. –Ey Murciélago –le saluda Flash. -¿Trajiste algo que nos pueda?

El Caballero de la Noche no le respondió. Colocó el arma frente al vórtice y volvió su vista al Hombre de Acero. –Listo, Superman.

Clark apenas sonrió y antes que Mongul lo golpeara nuevamente, lo tomó del cuello. –Es hora que hagas un largo viaje amigo.

Le golpeó con fuerza haciendo que este volara hacia el vórtice. Este se detuvo y corrió hacia Batman, que preparaba su rayo, pero antes que llegara, Flash le propino un golpe a toda velocidad, haciendo que este se acercara más. Sin embargo, la fuerza de la criatura era demasiada.

El monstruo fue hacia Flash, pero el rayo de Linterna lo impactó en el pecho, en ese momento Batman activó el rayo, haciendo que empezara a atraer a Mongul hacia el vórtice, y todo lo que estaba cerca, incluyendo a Flash y Batman.  Superman con rapidez agarró a Batman del brazo, mientras Hal hizo una cúpula alrededor de Flash y lo atrajo hacia él.

Finalmente, la criatura entró al vórtice y Batman apagó el rayo.

Linterna liberó a Flash de la cúpula, mientras Batman se soltaba con molestia del agarre de Superman. Éste solo sonrió, -De nada Bruce.

Fue hacia Flash y Linterna. –Muchas gracias por su ayuda –les dice mientras les extiende la mano.

-Fue un gusto Superman, aunque creo que todo lo tenían controlado tú y Batman.

-Estas equivocado Flash –le interrumpe Batman al caminar hacia ellos. –Como siempre, tu trabajo fue acertado. Protegiste a las personas inocentes y detuviste a Mongul cuando venía sobre el rayo. Gracias.

Flash le sonrió. Batman dio media vuelta, dejando a Jordan un poco confundido. –Oh claro, todo lo hizo Flash, pero el hombre de verde no merece una mención.

Batman se detuvo en seco y fue hacia Jordan. Se puso cara a cara frente a él, -Estuviste alrededor de 10 minutos sentado en el edificio del frente, comiendo un emparedado mientras todo era pánico en las calles

-Oye ayude a la gente.

-Eres un inconsciente e irresponsable Jordan. Crees que tu anillo lo hace todo, y te olvidas del compromiso que tienes para con las personas. En lo que a mí respecta, es una molestia trabajar contigo.

Antes de irse se volvió a Superman, -Y Clark, no me vuelvas a llamar Bruce en una escena, ¿quedó claro?

-Como digas Batman –le responde tranquilamente.

Es entonces que el Hombre Murciélago se va sin decir nada más.

-Amargado egocéntrico –dice Hal sin quitar la vista del batimovil que se alejaba.

La prensa empezó a acercarse. –Bueno, creo que este es un trabajo para Superman –dice Flash divertido –Nos veremos pronto.

-Claro, cuídate… cuídense los dos.

El Hombre de Acero los deja y se acerca a los reporteros. Flash se va dejando a Hal confundido.

 

Batman iba ya a varios kilómetros de la ciudad, rumbo a Gótica, cuando entró una llamada de la Mansión. –Dime Alfred.

-Le recuerdo señor que Lucius Fox le espera en la oficina. Tiene una reunión con los inversionistas chicos.

-Ammm… si, lo recuerdo. Estaré ahí en unos…

En ese momento un golpe sobre el batimóvil, hizo que Batman perdiera el control, diera varias vueltas y cayera sobre un sanjo. La comunicación se perdió. Batman soltó su cinturón para salir del auto, pero algo retiró con fuerza la puerta del vehículo. La luz del sol le dio directamente a los ojos de Bruce, pero después de unos segundos, pudo reconocer a su atacante.

-Zoom… -dijo segundos antes de recibir un golpe y quedar inconsciente.

 

El velocista ya había salido de Metrópolis e iba hacia Central City, cuando un muro verde se puso enfrente en medio de la carretera solitaria. Se detuvo en seco molesto. -¿Qué quieres ahora Hal?

-Oh vamos Barry, primero Batman y ¿ahora tú? ¿Qué hice?

-¿Te parece divertido lo que pasó hoy? Nunca tomas nada en serio Hal.

-Ey… para ahí, eso no es cierto. Cuando me llamaste, fui de inmediato.

-Sí, pero te vi… maldita sea, comiendo. ¿Qué te sucede?

-No había comido nada decente en 48 horas. Escucha… sabes que superviso todo un cuadrante estelar, tengo muchas responsabilidades que ustedes no se imaginan –le responde mientras se aproxima lentamente a Barry.

-Y no imagino como las cumples con tu actitud.

-Fácil, le doy a cada asunto su respectiva prioridad. Superman estaba conteniendo a Mongul, solo tenía que proteger a la gente mientras tú y el Murciélago se aparecían.

-Sí, pero lo hiciste mostrando una completa falta de compromiso. Eres… tan inmaduro.

-Y tu un ñoño… Mi ñoño –le dice con una voz suave y su rostro a pocos centímetros del rubio.

Flash se aleja un poco, pero Hal lo toma de la cintura –Oh no, no creas que me dejarás como la última vez.

-Tengo que… regresar a Central City.

-Barry, tú le das la vuelta al mundo en un minuto. No me vengas con esa excusa que debes irte ya –le dice casi rosando sus labios. -¿Me vas a decir ahora que no me extrañaste?

La respiración del rubio estaba agitada, y no esperó más. Beso sus labios con lujuria y deseo, mientras Hal lo apresionaba contra él. –Espera… Hal, nos pueden ver –le dice jadeando.

El castaño activa su anillo, y en un aurea verde que los rodea, se retiran a un lugar más alejado.

 

De regreso en Metrópolis, Clark Kent llega al Planet con todas las notas que había realizado de la lucha.

-Ey Smallville –le llama Lois, quien estaba en su computador –te estuve llamando, ¿dónde estabas?

-En el Centro, estuve presente en la batalla de Superman.

-¿En serio? No te vi –le dice la reportera, mientras imprime su escrito. -¿Tomaste nota?

-Sí, claro. Entrevisté a algunos civiles y… ¿Esa es tu artículo de la batalla?

-Así es, se la llevaré a Perry… pero tranquilo, has la tuya, seguro que la información que preparaste la podrán publicar también –le dice la mujer.

Mientras ella se va a la oficina de White, Clark cae en su silla. A pesar de sus esfuerzos, Lois siempre le llevaba la delantera con las notas. Pero al final, sonrió y encendió su computador, decidido a que publicaran su información.

 

A varios kilómetros de ahí, una sesión de entrenamiento era observada por Raven, Starfire y Aqualad. Por quinta vez, Wally caía al suelo, y sin muchos deseos de levantarse, cruzó los brazos. –Me niego a seguir.

Canario suspiró, -Vamos Wally, debes terminar.

-¡No es justo! No puedo usar mis poderes mientras que el pupilo de Batman me patea el trasero.

-¿Qué pasa, KF? ¿Te intimido? –le dice Robin divertido.

El pelirrojo gruñe y se vuelve a poner de pie. –Borraré esa sonrisa de modelo de tu cara Grayson.

Dick tomó postura defensiva y sonrió, -Veremos.

 

Mientras ambos amigos seguían con su pelea, en una colina a varios kilómetros de Metrópolis, se escuchaban los suspiros de Barry y Hal. Ya sin rompa, los dos estaban abrazados sobre el césped virgen, detrás de una roca que los cubría. Hal con impaciencia bajó sus manos y acaricio sus nalgas con deseo. Barry sentía su cuerpo siendo oprimido por el del castaño, mientras se ahogaba en sus besos, cada vez más ardientes. Hal lo volteó con cuidado, y fue besando su cuello, mientras bajaba lamiendo cada centímetro de su espalda, hasta llegar al punto donde Barry apenas gimió. Lubricó sus dedos y los introdujo, mientras seguía besando su espalda. Los gemidos del rubio fueron cada vez más fuertes, mientras sentía esos dedos invadiéndolo. Bajó su mano y empezó a frotarse su miembro con suavidad, mientras permitía que Hal disfrutara de su cuerpo como bien le parecía.

Ese cuerpo. Hal Jordan no sabía que le excitaba más, el pálido, estilizado y fibroso cuerpo de Barry, los gemidos que inútilmente trataba de ahogar, sus ojos azul profundo llenos de lujuria durante el sexo o simplemente su boca, que podía hacerlo viajar más lejos que su propio anillo.

-Ohh Dios… Hal, sigue… ammmm…

-¿Te gusta lo que hago?

-Siii… sigue… Hal…

Barry se enderezó después de unos minutos. Aún agitado, acostó a Hal sobre el zacate y tomó su pene, bajando y subiendo suavemente su mano, mientras lo besaba. Finalmente soltó sus labios y se acercó a su miembro. Hal cerró los ojos, mientras sentía los labios de Barry jugar tímidamente con su pene primero, luego introduciéndolo completamente en su boca. Con maestría, Barry hizo que saliera gemidos cada vez más fuertes de Hal, quien acariciaba su cabello rubio, completamente ido.

Pasaron varios minutos, cuando Barry dejó su miembro completamente erecto y listo. Hal se enderezó y lo besó. Con cariño lo puso boca abajo. Barry abrazó su traje, que estaba a unos centímetros de él y levantó su cuerpo. Hal, con calma, puso su pene en su entrada, y lo fue metiendo poco a poco para no hacerle daño. Con fuerza agarró sus nalgas, mientras escuchaba un gemido fuerte de su pareja, mientras su miembro habría paso. Cuando estuvo completamente dentro, recostó su cuerpo sobre Barry y besó su cuello. El rubio gemía suavemente. Se acercó a su oído y le susurró, -¿Lo sientes bien?

-Si… estoy bien… -le dice suavemente.

Hal se separa y empieza a embestirlo lentamente. Con cada cambio de movimiento, Barry sujetaba con fuerza su traje, mientras un suspiro fuerte se escuchaba. Poco a poco, Hal fue aumentando la velocidad, haciendo que los gemidos de Barry se fueran volviendo  pequeños gritos.

El vaivén de su cuerpo sobre el del rubio era cada vez más fuerte, hasta que poco a poco bajó la velocidad. Salió y se acercó a su oído. –Date vuelta, quiero verte.

Con completa sumisión, Barry se colocó boca arriba. Su pecho sudoroso tenía algunos restos de zacate pegados. Tenía los ojos entrecerrados y su boca semi abierta vibraba. Hal abrió sus piernas, pero antes de volver a follarle, besó su boca, jugando con su lengua, acariciando su rostro y su pecho. Acercó su miembro, y esta vez lo introdujo de una sola estocada, haciendo que Barry arqueara su espalda y soltara un grito fuerte. Lo tomó con fuerza de sus caderas, y lo embistió con fuerza Barry se agarró de los brazos de Hal y rodeó su cuerpo con las piernas.

Cada segundo, cada minuto en esa posición, se hacían eternos para ambos. Hal soltó las caderas del más joven y tomó su miembro erecto, cuando sintió que se acercaba su momento.

-¡Dios, Hal! Más… más fuerte… ¡Joder!

Lo volvió a besar sin dejar de golpearlo con su cuerpo. Los gritos de Barry se ahogaban en los labios de Hal. El castaño separó su boca de la suya y miraba con un deseo casi desesperado su rostro completamente enrojecido. –Te amo, Barry.

El rubio no le contestó, completamente borracho de las sensaciones que sentía, hasta que finalmente, con gruesos gemidos, llegó a su clímax, y segundos después Hal, al ver al hombre que amaba en su punto culminante.

Finalmente, Hal dejó caer su cuerpo sobre Barry, quién gemía aún, ahora suavemente. El castaño lo abrazó con dulzura.

-Te amo, Barry Allen.

El rubio recuperó el aliento, -Y yo a ti, Hal –sellándolo con un último beso, y quedando ambos rendidos sobre el pasto verde.

 

Clark finalmente terminó su artículo y fue con White. Éste lo revisó con cuidado y autorizó su publicación, junto al artículo de primera plana de Lois. El reportero quedó satisfecho y fue a su escritorio, recogió sus cosas y fue hacia el ascensor, al momento que fue alcanzado por su compañera. -¿Y? ¿Cómo te fue?

-Bien, Perry lo va a publicar con el tuyo.

-Excelente Smallville. ¿Ves? ¿Te lo dije?

La hermosa periodista, tocó el botón del elevador y bajaron en silencio. Finalmente, ambos se separaron y Clark siguió su camino al metro. A pesar de su capacidad de volar, disfrutaba esos minutos tranquilos, junto a las personas comunes. Pero un sonido hizo que se detuviera en seco. No entendió que podía ser, y agudizó su audición, hasta que finalmente lo detectó. Buscó un lugar para cambiarse, decidido a encontrar a Flash de inmediato.

 

Cuando Barry despertó, se asustó de verse completamente desnudo, con su traje cubriéndolo apenas, solo. Se enderezó, pero de inmediato sintió su estómago rugir. Esa era una de las maldiciones de ser velocista.

Pero se asombró de ver que Hal lo había dejado solo en ese lugar. “A veces no te entiendo Jordan”. Empezó a vestirse, cuando vio que se acercaba Hal.

-Hola dormilón.

-¿Dónde estabas?

-Te traje esto –le dice mientras le da en su mano una bolsa de papel grande.

-Sé que terminas siempre hambriento, y con la carrera de Central City hasta Metropolis y la batalla, necesitas comer o te desvanecerás de regreso. Anda… son 8 hamburguesas con sus respectivas papas fritas, y aquí ando los refrescos.

Barry sonrió y sacó la primera hamburguesa. Mientras comía se sintió un poco culpable por pensar que Hal lo dejaría solo.

Hal sacó una bolsa con un taco y se dispuso a comer junto con el rubio, que ya se había encargado de la primera. El castaño sonrió, -Me gusta verte comer. A diferencia de tu sobrino, ese si es un cerdo.

-¡Oye, no le digas así!

-Vamos Barry, tienes que darme la razón en esto. Wally se devora como un animal la comida. Está bien que tiene un metabolismo acelerado, pero debería tener más modales.

-Ja, trataré de hablar con él al respecto, pero no quiero presionarlo –le dice un poco apagado.

-¿Qué sucede?

Barry suspira, dejando de lado su hamburguesa, -Él no pidió tener super velocidad.

-Tú tampoco Barry.

-Pero es diferente Hal, obtuve mis poderes siendo un adulto. Wally tenía apenas 11 años. Es decir… sigue siendo un chico.

-Ya casi tiene 16 Barry. Debes dejarlo de ver como el bebé que criaste junto con Iris.

-Lo sé –le dice con un suspiro. –El mismo me lo ha dejado claro muchas veces. Pero… no puedo olvidarlo sabes, es difícil.

Hal le sonrió, tratando de fingir que entendía. La vida de ambos había sido muy diferente, aunque tuvieron sus poderes casi al mismo tiempo, sus experiencias eran muy distintas. Y sobre todo, él no tenía idea de lidiar con niños, mucho menos con adolescentes.

-Por cierto –le interrumpe Barry –quiero enseñarte algo.

Saca de su traje un sobre, con una fotografía y se la da. Hal suelta una carcajada. -¡Oh, por Dios, Barry, que lindos se ven! ¿Cuánto tienen ya?

-Cumplen el primer año el próximo mes.

-¿En serio? Es increíble –le dice mientras no deja de mirar la imagen de los gemelos, en brazos de Wally.

Don y Dawn eran los hijos de Barry con Iris. Él rubio como Barry y ella pelirroja como su madre. Fue difícil al principio para Barry lidiar con el sentimiento de responsabilidad hacia Iris y sus hijos y el amor que sentía por Hal, pero después de varios meses, fue la misma Iris, que lo convenció, ya que para ella lo más importante era su felicidad.

Hal le echó una mirada a Barry, quién seguía absorto en la fotografía. Él reconocía esa mirada, y no le gustaba. –No quiero que te sientas culpable, Bar.

-No es… es que… entre mi trabajo como forense y mis responsabilidades como Flash no paso mucho tiempo con los tres. Ya me está pasando factura con Wally, no quiero lo mismo con ellos.

-Y no pasará. Ni Iris ni yo lo permitiremos, ¿está claro? –le dice mientras levanta su barbilla.

Barry sonríe tímidamente, -Hal, quisiera pedirte algo… es solo que no quiero que te sientas obligado.

-¿Qué pasa?

-Bien… es que soy padre y… no dejo de pensar lo que pasará con ellos si alguna vez falto.

-Oh vamos, Barry, eso no pasará.

-Eso no lo podemos garantizar, Hal. Ni tu ni yo, ni siquiera Superman. Nuestro trabajo es muy peligroso… y… quería pedirte… si algo me pasa, quiero que estés lo más cerca que puedas de Wally y los gemelos. Es que… no podría pedirle esto a otra persona.

En ese momento, escuchan un zumbido acercándose. –Alguien viene -le dice Hal mientras se pone de pie.  Barry deja a un lado la comida y termina de vestirse.

Al ver quién es Hal suspira, -Tranquilo, es amigo.

Superman baja frente a Hal, un poco intrigado. –Linterna, disculpa pensé que Flash estaba aquí.

En ese momento, Barry sale ya vestido. –Estoy aquí… pero, ¿cómo supiste?

-Super oído –le dice- tus latidos cardiacos son los más rápidos del planeta. Escucha, tenemos un problema. ¿Recuerdas cuando enfrentamos a Zoom hace un año?

El rubio cambio completamente su semblante al oír ese nombre, -Sí, claro.

-Bueno, escuché hace unos minutos el mismo zumbido que hace cuando va de un lugar a otro.

-Significa que volvió a este tiempo.

-Así es.

-Esto no es bueno –les dice preocupado –Zoom está obsesionado conmigo, y siempre ataca a la gente que me es cercana. Tengo que ir con Iris y los niños… pero, Dios también está Wally.

-Él está entrenando en los Titanes junto a Canario Negro. Iré con él, no te preocupes –le dice Hal.

-Bien, yo iré contigo a Central City Flash. Debes tener un respaldo por si te ataca.

El rubio acepta, pero antes de irse, se vuelve a Jordan. –Debes tener cuidado.

-Lo sé, yo también soy un objetivo potencial, descuida.

El rubio se va a toda velocidad a Central City, pero Superman se queda rezagado mirando a Hal.

-¿Sucede algo?

-Es que…, Barry es un buen hombre, y… bueno, tiene una familia.

-¿Y a qué viene eso? –le pregunta molesto.

-Me preocupa. Por favor, no lo lastimes quieres. El que puede perder más si las cosas no funcionan entre ustedes es él –le dice sentido.

Hal baja su enojo, -No creas tanto eso, Clark.

El Hombre de Acero asiente y vuela para alcanzar a Flash, mientras Hal se va en dirección contraria a San Francisco.

 

Canario Negro se terminaba de poner su ropa de civil después del entrenamiento con los chicos, cuando recibió una llamada en su celular. Al ver el número sonrió y respondió, -¿Qué quieres ahora Quinn?

-Oye, que manera más fría de responder.

-Estoy ocupada ahora, así que lo que tengas que decirme, suéltalo rápido –le dice mientras saca su maquillaje.

-Oh vaya, Canarito, me encantas que seas tan ruda.

-Por última vez, Arrow, no me digas Canarito.

-Bien, bien, como diga señorita Lance. Tengo información sobre el cargamento que llega esta noche a Star City. ¿Te me unes?

La rubia suspiró, -¿En serio? Quinn tengo planes.

-¿Planes? ¿Acaso… saldrás con alguien?

-No es de tu incumbencia? –le responde mientras deja el teléfono en su hombro para ponerse sus zapatos.

-Oh vamos, dime, quién es el hombre que se ha robado tu corazón.

-Nadie me ha robado nada. Y deja de payasear. Pídele ayuda a Batman.

-¿Batman? Olvídalo, él no tiene tiempo con todos los líos de Gótica.

-Sabes, tal vez deberías llevar a Roy, ya es tiempo que ustedes hablen.

-Roy está muy bien con los Titanes. No pienso molestarlo

-Pero Quinn…

-Descuida Canarito… perdón, señorita Lance, cumpla con su compromiso, la mantendré informada.

-Espera… Oliver…

El rubio cuelga sin decir nada más. Dinah lanza el celular en la cama frustrada. Se pone de pie y se ve en el espejo. Pero luego suspira y vuelve su vista al móvil. –Maldito Quinn –dice mientras saca del armario su traje de lucha. Esa cita tendría que esperar.

 

En el comedor, Wally se tragaba el pirex con lasaña gustoso, mientras Robin lo observaba divertido. -¿Dónde demonios guardas toda esa comida?

-Oye… ya te expliqué… mi cuerpo… necesita… alimentarse –le trataba de explicar mientras seguía metiendo comida en su boca.

Starfire se une a ellos, sentándose al lado de Robin. –Tenemos la tarde libre, tal vez podríamos salir un rato, ¿qué dices Robin? –le dice la chica de 15, con gran emoción.

-¿Por qué no? –le responde Dick mientras se pone de pie. –¿Te nos unes KF?

El pelirrojo lo vuelve a ver y luego a Starfire, cuya mirada se puso triste al momento.

-No… vayan ustedes, yo me quedo jugando.

-Como quieras Wally, vamos Kori.

La chica le sonrió y se fue feliz con el más joven.

Cuando los dos salieron del comedor, Wally hizo a un lado el plato. De repente había perdido el apetito.

 

-¿Y dónde quieres ir? –le pregunta Robin sin malicia.

-Pues me hablaron que el puente de la bahía tiene…

En ese momento un retumbo se escucha en el centro y un rayo entra a toda velocidad, rozando a Starfire y Robin, dejándolos en el suelo. El chico maravilla vuelve a ver la figura enfrente suya.

-¿Dónde está Wallace West?

-¡Maldita sea! –dice Wally al ver a Zoom en la sala, junto a Kori y Robin. -¡Qué demonios haces aquí! Flash y Batman te enviaron al futuro hace un año.

-Sí, pero ya deberías saber que la única forma de detenerme es matándome, y tu tío nunca tendrá el valor de hacerlo. Ahora, sé un buen chico, y ven conmigo.

En ese momento, Robin se pone de pie, entre Wally y Zoom. –No lo tocarás.

-¡Vaya! Así que eres el sidekick de Batman, ¿no? Es bueno verte, porque tengo algo para ti.

De su cinturón saca la capucha ensangrentada de Batman y se la tira a Robin. Al verlo, el joven se llena de rabia, -¿Qué hiciste con él? ¿Dónde está?

-Por ahora, está vivo, pero no en una buena condición. Dile a Flash que esta vez vengo a ajustar cuentas con los dos hombres que me enviaron al infierno en la tierra, y para asegurar su presencia, le haré un poco de presión psicológica.

El velocista toma a una inconsciente Starfire y la pone en sus hombros. Wally va a toda velocidad contra él, pero Zoom lo golpea, lanzándolo por los aires.

-Tu poder no tiene comparación con el mío niño. Dile a Flash que sabe dónde encontrarme. Tiene 20 minutos… el tiempo es oro.

Finalmente se va, dejando a Robin completamente confundido. Este corre a auxiliar a Wally, que estaba reaccionando. -¿Dónde? ¿Dónde está?

-Se fue, con Starfire.

En ese momento, Hal llega y ve los destrozos que dejó Zoom a su pasó. –Kid Flash, ¿estás bien?

-¡No! ¡No lo estoy! ¡Zoom regresó y se llevó a Starfire!

-Y también tiene a Batman –le dice Robin al enseñarle la capucha.

-Dijo que Flash debía buscarlo donde ya sabía, y que tenía 20 minutos.

-Bien, lo buscaré. Ustedes se quedan aquí.

-¡Espera! –le grita Wally –Mi tío no podrá solo con él, yo debo ir también.

-Serás un blanco si vas, Wally. Te quedas, es una orden.

Sin más, Hal se va a toda velocidad. Wally va a su cuarto con rapidez y luego sale vestido. –No pienso quedarme, ¿y tú?

Robin le sonríe, -Pues yo ya estoy vestido para el baile. ¿Pero tienes idea de dónde es?

-Tiene que ser un lugar importante para Zoom y Barry. Y sus enfrentamientos ha sido siempre en Central City.

-Sí, pero debe ser un lugar significativo.

-La casa de los Allen –dice de inmediato Wally. –Fue ahí donde Zoom mató a Norah Allen e inculpó al padre de mi tío. Ahí empezó todo.

-Vamos entonces. ¿Me llevas?

Kid Flash sonríe y deja su espalda para que Robin se suba. –Tápate los oídos.

Robin se pone unos protectores de su cinturón. –Listo.

-Bien, sujétate.

 

Ambos llegan y entran a la casa de los West. Barry sube al segundo piso llamando a Iris, cuando Clark escucha un bebé. Va a la sala, y en un encierro, estaban los hijos de Barry. La niña estaba dormida, pero el pequeño Don estaba de pie, aferrádnose a la baranda, sin quitar la vista del Hombre de Acero. Este sonrió y acercó su dedo al pequeño, quien se aferró a él. –Eres muy fuerte, tanto como tu papá.

-¿Pero estás seguro? –le pregunta Iris angustiada mientras baja con él.

-No al 100% Iris, pero no podemos confiarnos. Necesito que tu y los niños vayan a un sitio seguro.

-Pero… y ¿Wally?

-Linterna Verde fue por él –le dice Superman desde la sala.

Iris se quedó sin aliento. Era la primera vez que lo tenía enfrente.

-Ammm… bien, tal vez, a casa de una de mis amigas.

-No… no Iris, ahí no es seguro.

-¿Qué dices de la baticueva? –le pregunta Superman –Estoy seguro que a Batman no le molestará, yo mismo puedo…

En ese momento, el celular de Barry suena y él contesta de inmediato. –Dime, ¿tienes a Wally?... ¿Qué?

La mirada de Barry asustó tanto a Iris como a Superman. –Si… sé dónde es… espera.

Deja el teléfono a un lado y va hacia Superman. –Necesito que te lleves a Iris y los niños lo más lejos que puedas de Central City.

-¿Qué sucede?

-Wally está bien, pero Zoom tiene secuestrados a Batman y Starfire. Debo encontrarme con él en menos de 15 minutos. Necesito que hagas eso por mí Superman.

-Descuida, yo me encargo de ellos.

Volvió a ver a Iris, y le dio un beso en la frente. –Estarán a salvo con Superman.

-Cuidate Barry.

El rubio le sonrió y volvió a ver a Superman. El simplemente asintió y el velocista se fue. Camina un par de cuadras y sigue con la llamada. –Escucha bien. Él me dijo la última vez que lo enfrenté que todo terminaría donde empezó. Es a unas cuantas calles de mi casa. Es… dónde asesinó a mi mamá. Superman se está llevando a Iris y mis hijos en estos momentos, ¿Wally está a salvo?

-Sí, descuida Barry, se quedó con Robin. Iré allá, no te muevas, estoy por llegar ahí.

-Bien.

Por unos segundos se quedaron en silencio. –Amor, todo saldrá bien.

-Sí… nunca me contestaste…

La llamada se cortó, justo cuando se escuchó un estallido en la dirección de la casa de los Allen. Barry observó y reconoció con terror lo que era. No podía esperar más, así que se fue a toda velocidad.

Al llegar, un enorme vórtice se abría en la entrada de la vieja casa de los Allen. Starfire estaba encadenada inconsciente, mientras que Batman, en muy mal estado, era sujetado del cuello por Zoom.

-¿Qué demonios hiciste, Zoom? ¿Estás demente?

-¿Por querer que la Tierra sufra la misma suerte que yo?

-Es un vórtice espacio-temporal Zoom, se tragará todo a su paso.

-Así es. Gracias a su intervención cerrando el vórtice, tuve una entrada segura a tu tiempo finalmetne.

-No entiendo Zoom, ¿por qué? ¿por qué yo?

-¿Por qué? ¿¡Todavía lo preguntas?! –le gritaba mientras el vórtice seguía expandiéndose. -¡Destruiste mi vida!

-No es cierto, Eboard. Tú te obsesionaste con mi leyenda y regresaste en el tiempo para destruir mi vida. Ahora piensas hacer lo mismo con nuestro mundo. ¡Estás enfermo de odio!

-¡Tú me enfermaste! ¡Ahora, destruiré todo lo que proteges, y empezaré con tu amigo encapuchado!

Levantó a Batman, haciendo que éste se quejara. –Tu lo ayudaste la última vez para enviarme a esa dimensión demoniaca, ahora te mandaré al infierno.

Antes que levante su mano para darle un golpe certero en el pecho, Flash va hacia él y lo embiste, dejando a Batman en el suelo. Hal, que de lejos vio el vórtice fue a toda velocidad, y con su anillo, alejó a Bruce de la contienda.

La velocidad era tanto que Hal no podía divisar los movimientos de ellos. Bruce abrió los ojos y miró el artefacto que había abierto el vórtice. –Debemos detenerlo, antes que consuma todo a su paso. ¿Dónde está Superman?

En ese momento el Hombre de Acero regresa de haber dejado a la familia de Barry segura, y ve a Starfire cerca peligrosamente del borde del vórtice, va hacia ella la libera y la acerca a Hal y Bruce.

-¿Estás bien? –le pregunta Clark

-De maravilla, hay que destruir el artefacto, ahora.

En ese momento, Flash vuela cae al suelo cerca de ellos, justo cuando Superman lanza un rayo con su vista y destruye el aparato que hacia funcionar el vórtice.

-¡No! –grita el rubio.

En ese momento el vórtice empieza a colapsar, y Zoom ríe. –Ohh… gracias por hacer el trabajo por mí Superman.

-El vórtice no tiene como cerrarse ahora… y volará en mil pedazos en cualquier momento, llevándose la mitad de la ciudad con él. Superman lleno de rabia va contra Zoom. Éste le recibe con un golpe certero. –Como ves Superman, sigo tanto o más fuerte que la última vez, y sobre todo, más rápido.

El Hombre de Acero limpia una gota de sangre que cae de su boca y va contra Zoom nuevamente. Mientras ambos pelean, el vórtice empieza a colapsar. Hal acerca a Barry detrás de un auto, junto a Batman y Starfire.

-Debemos hacer algo, y rápido.

-Tu anillo linterna –le dice Bruce –¿puede contener la explosión?

-Si, eso creo, pero tengo que alejar a Superman de ahí, o quedará atrapado en la lucha.

En ese momento, Wally y Robin llegan al sitio. Ambos observan escondidos la lucha entre Superman y Zoom, el vórtice y a los demás protegidos.

-Zoom le está dando la paliza de su vida a Superman –dice Robin sorprendido.

-Zoom tiene una gran fuerza, además de su velocidad, por eso siempre ha sido un rival tan duro para Barry. Pero me preocupa esa cosa –le dice mientras ve el vórtice. –Eso no está bien.

Justo en ese momento, el vórtice alcanza los escalones de la casa Allen y los succiona, haciendo que vibre peligrosamente. –Esa cosa está a punto de explotar Robin.

 

-Debo ir –le dice Barry –Debo detener a Zoom y alejar a Superman.

-Espera, si el vórtice explota.

No tengo otra opción.

 

-¿Estás seguro que es lo correcto? –le pregunta preocupado.

-Es la única forma, sino Superman quedará atrpado en la explosión.

-Pero si tu…

-Yo soy rápido Dick, podré liberarme, descuida. Listo, a la cuenta de uno, dos…

En ese momento Wally va a toda velocidad hacia la pelea de Superman y Zoom, mientras Robin corre hacia el resto.

-¿Qué haces aquí Robin? Te dije… ¿Y Wally?

En ese momento se escucha un golpe. Superman vuela una cuadra lejos. Cuando Barry gira su vista, ve a su sobrino, sujetado por zoom.

-Mira que inocencia Flash. Tu pupilo creyó ser lo suficientemente fuerte para enfrentrme.

-¡Déjalo Zoom!

-¿Qué sucede Barry? La solución es muy sencilla, y estoy seguro que ya la dedujiste. Linterna Verde puede contener la explosión, ¿pero a qué precio? ¿Estás dispuesto a perder a otro familiar en mis manos por salvar la ciudad?

El vórtice empezaba a desquebrajarse, en cuestión de segundos acabaría todo. -¡Tienes que tomar una decisión Barry Allen! ¡O tu sobrino o la ciudad! –le grita feliz.

Barry vuelve a ver a Hal. El castaño entiende sin palabras, y acepta. Ambos brincan por encima del auto. Barry va hacia Zoom y lucha con él. Éste deja caer a Wally y aprovecha Hal para alejarlo con su anillo y llevarlo detrás del auto, donde es atendido por Dick. Batman ve que Superman apenas se está reponiendo y ve hacia el vórtice que está perdiendo resistencia. Hal sin pensarlo dos veces abre una cúpula que rodea el vórtice, a Zoom y Barry. Su mano tiembla. Espera una señal, un instante para poder sacar a Barry. No puede divisarlos. Hasta que ve el cuerpo golpeado de Barry chocar contra la cúpula. Su máscara estaba rota. Tenía sangre en su frente y su boca. El rubio vuelve a ver a Hal y apenas moviendo los labios le dice “Te amo”.

Zoom choca su pierna contra su costado, haciendo que Barry grite de dolor. Hal cierra los ojos, pero mantiene la cúpula firme, hasta que oye la explosión. Vuelve a ver a Barry.

De sus ojos celestes, en los que Hal podía hundirse sin remedio, salen algunas lágrimas, mientras la llamarada de la explosión lo alcanza y desaparece.

La presión es mucha, con gran esfuerzo Hal sostiene su mano, hasta que este el fuego restante poco a poco va desvaneciéndose. El anillo pierde poder y Hal baja lentamente su mano. Superman, que segundos antes se había incorporado ya, se acerca. Batman se pone de pie, ayudado por Robin. Starfire, que había despertado, vio toda la escena, aún confundida, sin entender como había llegado ahí.

Hal estaba ahí, inmóvil. La casa de los Allen había desaparecido. Solo quedaba cenizas. Y no había rastros de Zoom o Barry. Por fin el villano había triunfado. En ese momento, se escuchó el grito de Wally, que corría hacia los pocos escombros, pero es detenido por Hal.

-¡Suéltame! ¡Tío! ¡Tío Barry!

Hal lo agarró con fuerza y lo acercó a él.

-Se ha ido Wally.

 

El pelirrojo gritaba con desesperación, con impotencia. Hal solo pudo abrazarlo, sin dejar de mirar el frío lugar donde por última vez lo había visto.

Varias horas después, Oliver Quinn recibe una llamada. Sonríe y responde, -Sabía que después de nuestra escaramuza de anoche, me hablarías, pero no imaginé que sería tan pronto.

-Quinn, escucha…

-¿Alguna vez has escuchado de las peleas callejeras en Goldstone? Son de lujo, especial para una mujer de tu temple…

-Oliver por favor –le dice Dinah casi suplicando. En ese momento, Oliver deja de bromear y se preocupa al escucharle decir su nombre.

-¿Qué sucede?

Se queda en silencio por unos segundos y finalmente le responde. –Perdimos a Barry Allen.

El rubio cierra los ojos y se deja caer en el sillón. Sentía un golpe certero al corazón por primera vez desde que vistió su traje. Sintió que le desgarraban. En su interior nació el deseo de no estar solo, el anhelo de estar con esa mujer, bella y ruda, y no soltarla nunca.

Hubo un silencio entre ambos por algunos segundos, él asimilando la noticia y ella procurando controlarse para no explotar,

-¿Sigues ahí? -le pregunta con la voz entrecortada.

-Emmm... si... ¿qué pasó?

Escucha a Dinah, hasta que finalmente se serena. -¿A qué hora?... Estaré ahí, gracias Dinah.

 

Los medios en la tarde enloquecieron con la noticia que Flash había muerto salvando a la ciudad. Aunque la alcaldía preparó un tributo en la mañana del día siguiente, un salón alejado en Metrópolis, alquilado por Bruce Wayne, sirvió para que los héroes se reunieran. Iris fue con sus hijos, acompañada de Hal y Wally.

Por respeto, todos llevaban su uniforme. En el fondo, rodeado de grandes arreglos, estaba una fotografía enorme de Barry Allen, sin traje, como la mayoría de los presentes lo conocieron.

Green Arrow llegó y se sorprendió. Era la primera vez que veía a tantos héroes juntos, la mayoría ni siquiera los conocía. Superman, Batman, los dos Linternas, Hal Jordan y John Stewart, Capitán Átomo Huntress, Pregunta, Zatanna, Atómo, Lince… muchos de ellos, de una forma o de otra, habían conocido a Flash y sentía sino cariño, mucha admiración. En el fondo pudo ver a los Titanes, los próximos héroes, reconfortando a un Kid Flash desecho. Entre ellos estaba Roy, quien lo observó y lo saludo de lejos. Caminó un poco, y vio a Superman, cabisbajo.

-Superman.

-Green Arrow –se saludan.

Ambos se quedan en silencio. –Nunca pensé que fuéramos tantos –le dice Arrow.

-Sí, es la primera vez que nos reunimos, es una pena que sea para un momento así.

.¿Qué fue lo que pasó?

Clark bajó la mirada, -No quisiera hablar de eso. Disculpa, debo prepararme –le responde, dejándolo solo.

A unos metros, estaba Canario, quien cargaba a una pequeña pelirroja. No ssabía quien era la niña, pero pudo ver a su madre con ella. A ella si la conocía. Recordó con nostalgia la vez que Flash le enseñó la fotografía de Iris, un par de años antes. “Pobre mujer”, pensó.

A unos metros de él, Hal no dejaba de mirar a todos. Fue a la cocina, se sirvió un trago, pero fue interrumpido.

-No es un buen momento Hal –le dice Bruce. Era el único que había ido sin su traje.

-No estoy para aguantarte Murciélago, hoy no –le responde acercando el vaso a su boca. Pero Bruce lo detiene, le quita el vaso y lo deja sobre el mostrador.

-¿Qué putas quieres, infeliz? –le dice volteándose, pero se detiene al ver su mirada.

-Siento tu pérdida –le dice afectado.

-Eso… deberías decírselo a su esposa –le responde incómodo.

Bruce pone la mano en su hombro –Se lo diré, pero ahora, tú lo necesitas más que nadie.

Hal se queda en silencio, trata de calmarse y con dificultad habla, -Yo… pude… podía sacarlo... pero…

-Hiciste lo que debías

-¡Lo dejé morir!

-No es así. Hasta el último momento esperaste la oportunidad de sacarlo. Pero… no estaba en tu control, ni en el de nadie.

Sus ojos empezaron a humedecerse, -Lo perdí… lo perdí a él también.

Bruce se acercó lentamente y lo abrazó. –Lo perdimos todos.

Hal fue respondiendo a su abrazo, dejó caer su cabeza en el hombro y lloró lo que no había podido llorar hasta ese momento.

Mientras dejaba salir todo su dolor en brazos de quien jamás imaginó, Clark observaba desde la puerta, inmóvil.

Minutos después, Superman estaba frente a todos.

-Una de las cosas que siempre admiré de Barry Allen fue su tenacidad. Nunca cedió en su esfuerzo por hacer el bien. Sus habilidades, aunque eran sorprendentes no lo convirtieron en un héroe, fue su fuerza de voluntad, su valor y su entrega lo que lo hicieron único, un ejemplo a seguir por todos. Hoy el mundo llora a un héroe, nosotros lloramos al amigo, al padre, al hermano, al compañero de vida. Nos dejó un legado. Nos unió más. Y ante esta pérdida, aunque dolorosa, nos deja un compromiso, que Barry sentía como suyo: defender los la justicia e integridad, y ayudar al inocente. Que sus ideales se mantenga vigentes en nosotros, así como su recuerdo.

 

El Presente

Hal observaba con nostalgia la fotografía de Barry y él juntos. Abrió su cómoda y sacó un álbum. Ahí estaban, no solo fotos con Barry, también otras de Hal con Don, Dawn y Wally. Incluso con la misma Iris.

-No tuve tiempo de prometértelo, pero aun así… he estado para ellos todos estos años, como tú lo querías… y seguiré con ellos, hasta el final.

Dejó el álbum, se limpió el rostro y salió, decidido a buscar a Wally.

 

En Gótica, Flash seguía buscando sin éxito, mientras Joker seguía con su juego perverso con Balack. Al mismo tiempo, John Stewart, Wonder Woman y Pregunta iban a buscar las respuestas necesarias para limpiar el nombre de su amigo, mientras el resto, iba hacia Gótica por el Joker.

Notas finales:

Hola.

No sé si ustedes ven The Flash, pero yo sí, y hoy vi el último episodio. Me dejó con un nudo en la garganta la verdad.

Hace tiempo tenia pensado este capítulo, pero ese episodio de la serie, me ánimo a adelantarlo. Me puso un poco triste escribirlo, pero bueno, cada cosa tiene un porqué.

Empecé y cuando me di cuenta, ya lo tenía terminado. Espero que les haya gustado.

El título está relacionado con la otra historia. Esa va un poco lento :D, tengo tantas ideas, que me cuesta acomodarlas en tan pocas palabras, pero como algunos saben es una precuela de esta historia, y cuenta como fueron nuestros heroes haciéndose su trayectoria heroica, pero en algun momento, se enfocará en la relación de Hal y Barry.

Espero que este capítulo no haya traído muchos spoilers jajajaja, en fin.

Gracias por sus lecturas, espero leernos muy pronto. Un abrazo


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