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Ocaso del Caballero de la Noche por JessJe

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Notas del capitulo:

Decisiones que se toman, en medio de un sufrido adiós a un buen amigo.

Ocaso del Caballero de la Noche

Capítulo 36:  Una dolorosa despedida

 Tim cerró los ojos y tapó sus oídos, al escuchar los gritos de J’onn Jonz. Intentó poner su mente en blanco, y pero era imposible. En su bata de hospital, con su pierna enyesada, y el terrible dolor que sentía en su espalda, se sentía impotente ante la fuerza y la ira de Superman. El héroe que más admiraba. De todos… después de Bruce, era el mejor.

Desde el principio, cuando llegó a la Mansión Wayne, el Último Hijo de Kriptón lo trato igual que como a Dick, sin ninguna diferencia. Su gran sonrisa, tan genuina, sin ningún tipo de maldad, no podía ser el mismo hombre que había destruido el Salón de la Jsuticia, había herido a sus amigos y ahora, le propinaba tal sufrimiento a J’onn.

En ese instante, deja de escuchar los gritos del marciano. Ahí escondido donde está, ve a Oliver Quinn. Le grita, pero no lo entiende. No puede reaccionar. Los gritos de J’onn siguen en su cabeza. Escucha golpes. Está golpeando a alguien. No se atreve a mirar. Sentía un terror indescriptible a ver el rostro de Superman. Gira y ve a Cazadora. Está a unos metros de él. Está con un revolver, y ve que espera el mejor momento. Es ahí que piensa en la bala de kriptonita. Bruce se la entregó a Cazadora. Era lógico. Helena Bertileni era, según el perfil de Batman, una mujer fuerte, decidida, sin limitaciones morales, capaz de llegar a las últimas consecuencias por cumplir lo que a su concepción, era lo correcto. Una antiheroína. Y la única que tomaría la decisión que nadie más haría. Se pone de pie y apunta hacia Superman. Tim sabe lo que viene, y le duele. Pero en cuestión de segundos, una pequeña explosión se escucha. Un leve titubeo, algo que Cazadora jamás había hecho, ocurre, y el chico solo ve un rayo que atraviesa su pecho. -¡Noooo! –grita angustiado.

La mujer cae de rodillas y muere a unos cuantos metros de él. Tim quiere llorar, gritar, pero algo se lo impide. Un deseo vehemente de hacer lo correcto, lo que es justo, aunque sea lo más duro y difícil, porque así se lo había enseñado Bruce, que la justicia no siempre es lo más cómodo, pero es lo más necesario. Se acerca al cuerpo de Cazadora, y toma el arma, en ese momento recuerda aquella conversación con Superman, cuando le pidió que no lastimara a Bruce, y sonrió levemente. Bruce, se dijo así mismo, mientras levantaba el arma hacia el hombre que amaba su padre, Tal vez no me perdone por esto, ser precisamente yo que jale del gatillo, pensó con gran tristeza. Vio a Superman levantar de la camiseta a Conner para golpearlo. Pudo escuchar el grito de Canario Negro rogándole que se detuviera, pero Tim lo ignoró. Por el bien de todos, de la Liga, de Metrópolis, de su padre y del mismo Superman, debía hacerlo, y disparó.

En ese instante, al ver la sangre que emanaba de su pecho, fue consciente de lo que había hecho. Tomó un arma y le disparó a Superman. Vio su sonrisa, y juró que una lágrima recorrió su mejilla cuando él simplemente dijo “Gracias”. Fue bajando el revólver, en estado de shock, mientras veía a Superman cayendo al suelo. Sintió que era todo en cámara lenta. Connor fue hacia su hermano y le hablaba. Jordan también se acercó a Clark y tomó su mano. Tim no reaccionaba, en ese momento, solo tenía en su mente a Superman agradeciéndole. Dinah tomó el arma de su mano, y lo acercó a ella suavemente hasta abrazarlo.

Los ojos de Clark se movían de un lado a otro, sin enfocar.

-Clark, tranquilo, te llevaremos a la Atalaya –le decía Hal, tratando de tranquilizarlo.

Connor vuelve a ver a Tim, con lágrimas en los ojos, y se enfurece. -¡Maldito! Acabaré contigo –grita al intentar llegar al más chico, pero es detenido por Karah, que lo sostiene sin vacilación. –Kon-El, por favor, razona, es un chico.

-¡Asesinó a mi hermano! ¡Mató a Clark!

-El aún no ha muerto, Connor –le dice Hal quien se queda con él, sujetándole la mano. –Atalaya, transporta a Superman a la enfermería ahora.

-¡Estás loco! –le grita Shayera, que estaba mal herida a unos metros de él, -Tenemos al personal ahí, los heridos, si se recupera  sería un peligro para todos.

-¡No voy a dejarlo morir aquí HawkGirl! ¡Atalaya! ¡Transporta a Clark, ahora!

-Bruce –susurró el kriptoniano con lágrimas en los ojos.

Hal se acercó a él, -¿Qué dijiste?

-Bruce… dile… perdón –le dice mientras se desvanece por completo.

En ese momento, Clark desaparece.

Poco a poco se fueron reuniendo los que ya estaban consicientes. Oliver fue hacia Dinah, que abrazaba a un Tim completamente ido. –Tenemos que sacarlo de aquí Ollie, él no está bien.

El rubio sin entender qué pasaba, observa el lugar. -¿Dónde está Clark?

-Lo mate –susurró Tim haciendo que el rubio lo miré asustado. –Yo le disparé.

-Hal pidió que le enviaran a la Atalaya para intentar salvar su vida, pero la bala de kriptonita impactó en su pecho Ollie, no creo…

-Si Clark muere –exclama Connor, mirando fijamente a Tim –te juro que te mataré.

-¡Tu no harás nada! –le Shayera directamente –¡Y no pienso tolerar que lo amenaces!

-Kon-El –le susurra Karah –Por favor, vámonos de aquí, necesitas despejarte.

El clon vuelve a ver con gran furia al muchacho que seguía inmóvil, viendo la sangre que había dejado Clark en el suelo. -Vámonos Karah.

Los dos chicos se van, dejando a todos atrás. Pasaron algunos minutos, y los miembros de la Liga heridos, incluyendo a un casi moribundo J’onn, fueron llevados a la Atalaya, quedando solamente los fundadores, Dinah y Oliver, con Tim.

Estaban en silencio, tratando de procesar lo que había pasado. El ejército había acordonado el lugar. Después de hablar con el presidente, Diana logró que les dieran un par de horas para atender todo y luego responder ante el gobierno y la prensa.

Algunos miraban al chico de 14 años, que aún no reaccionaba, sin saber que hacer.

-Ok –termina Stewart el silencio –Al menos Superman no ha muerto, eso es bueno.

-¿Lo crees realmente? –le dice Shayera completamente desecha.

Todos la miran desconcertados, -Chicos, alguno se ha puesto a pensar lo que será para Clark saber que mató a sangre fría a Cazadora y que le hizo ese daño a J’onn.

-No solo a Cazadora–le interrumpe Flash –me confirmaron que perdimos a dos miembros más que intentaban salvar a unos civiles.

-¿Quiénes? -`pregunta de inmediato John.

-Hielo y Starman.

El ánimo cae aún más al escuchar esa noticia. –Si Clark sobrevive, esto… será un golpe terrible para él –dice Diana con los ojos rojos.

-¿Y nosotros? La Liga tiene que responder de alguna forma –exclama Hal.

-Lo haremos, pero ahora hay mucho que hacer –dice Wally mientras ve a unos metros a Tim con Dinah y Oliver.

-¿Cómo obtuvo Cazadora esa bala? Pensé que la tenía Batman –pregunta Wally. De inmediato, Shayera y John se vuelven a ver. –Bruce… él pidió hablar con Cazadora cuando estábamos en la Mansión –les dice la pelirroja

En ese instante, Diana se pone de pie molesta, -¿Me están diciendo que Bruce le entregó a Cazadora una bala de kriptonita para asesinar a nuestro amigo?

-No asesinarlo –le dice Wally tratando de calmarla –Supongo que quería contenerlo.

-Hizo bien –interrumpe Shayera –De no hacerlo, estaríamos lamentando más muertes.

-Sí, pero al final fue Tim quien disparó, es… solo mírenlo, está completamente ido por el trauma –dice Diana al mirar al chico.

-Estoy seguro que eso no lo esperaba Bruce, por eso se lo pidió a Cazadora.

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-Bien, gracias Tornado –dice Arrow por el comunicador, y luego se acerca a Tim. –Ey, chico, te llevaremos a la Atalaya, ahí te espera Alfred y Bruce.

-No –le responde afectado y con angustia en sus ojos.

La pareja se vuelve a ver desconcertada –Tim, debes estar con tu familia ahora.

-No puedo… no puedo ver a Bruce después de que… no puedo, por favor, no me lleven con ellos –les suplica.

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-Aquí Wonder Woman –atiende un llamado por el comunicador. Con ella, ambos Linternas, HawkGirl y Flash, esperaban una respuesta en medio de los escombros del Salón de la Justicia. Oliver caminó hacia ellos, dejando a Dinah junto a Tim.

-Gracias Tornado –dice simplemente Diana.

-¿Y bien? ¿Cómo está Clark? –pregunta la pelirroja.

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Pasó alrededor de una hora después del ataque. La prensa esperaba ansiosa alguna noticia de la Liga. La mayoría estaba indecisa sobre quién o qué había atacado el Salón de la Justicia, aunque algunos responsabilizaban a Superman. Incluso salieron por redes sociales videos cortos pero de baja calidad de los héroes luchando contra la mancha roja y azul. La rapidez tal que no se podía distinguir al Hombre de Acero, aunque ya muchas voces en contra de él y de todos los metahumanos aparecían nuevamente.

En la Atalaya, el ambiente era triste y desolador. Rostros cabizbajos, algunos gemidos. Uno que otro lloraba al recordar a sus compañeros caídos. El más afectado, era sin duda Pregunta. John se acercó a él. Estaba sentado en una camilla, con el brazo enyesado. Se quedaron en silencio algunos minutos. –Supe que eran muy unidos… tú y Cazadora –le pregunta el moreno.

-Ella es… fue alguien importante en mi vida. Murió como hubiese querido, en batalla.

El moreno asiente y se pone de pie, pero antes de irse, Pregunta se vuelve hacia él, -Creo… creo que me haré un lado en la investigación de Savage… no creo que pueda… –le dice contra la voz entre cortada.

-Descuida Vic, entiendo. Tómate el tiempo que necesites. Y nuevamente… lamento tu pérdida.

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En una habitación apartada, Dick empezaba a reaccionar, aunque adolorido. Al volver a ver a su lado, se encontró con un Wally dormido en una silla a su lado.

-Ya era hora que despertaras Grayson.

Vuelve su vista al otro lado. Jason, ya sin las vendas estaba a su lado. –Mmm… ¿qué?... ¿qué paso?

-Una explosión… tuvimos mucha suerte.

-¿Dónde está Tim?

-Roy me dijo que con Canario y Arrow. Seguro está en mejores condiciones. Bruce también está aquí –le dice un poco apesadumbrado.

Dick vuelve a ver el sitio, y lo reconoce a la perfección. –No entiendo, ¿estamos en la Atalaya? –pregunta intrigado. -¿Por qué no estamos en el Salón de la Justicia?

-Mira viejo, nos evacuaron, para ser que Superman se enloqueció. No sé nada más.

El pelirrojo se fue despertando al escuchar las voces y sonrió con alivio al ver a Dick consciente. –Ey, amigo. ¿Estás bien?

Este le sonríe, y Jason suspira, -Oigan, no me ignoren quieren. Si quieren estar a solas, búsquense un hotel

Los dos lo vuelven a ver intrigados y él se ríe, -¿Qué? ¿Acaso era un secreto? No me digan… ¡todavía no se han dicho lo que sienten! ¿Qué lentos?

-¿Acaso tu lo has hecho conmigo, Jay? –le interrumpe Ray al entrar  la habitación. Dick se queda intrigado y vuelve a ver a Wally, quien solo se ríe de la situación. Jason le gruñé a Harper, -¡Vete al demonio Roy!

Mientras Jason y Roy discuten, Wally se queda ido. Dick lo vuelve a ver y toma su mano inquieto, -¿Todo bien?

El pelirrojo no sabe que decir, simplemente aprieta su mano, con una gran tristeza.

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Había tal cantidad de heridos, algunos de gravedad, que Shayera aceptó ser suturada en vez de ser atendida por Alcor. Sentía un gran dolor, por un lado, y también estaba algo aturdida, cansada. Vio a John que venía hacia ella. Se levantó de la camilla, para ir con él. Después de todo lo sucedido, no habían hablado. Pero sintió un escalofrío en todo su cuerpo. Poco a poco, la imagen de Stewart se fue distorsionando, hasta que todo se puso negro. Antes de caer en la inconciencia, escuchó su voz, llamándola con insistencia y desesperación.

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Al mismo tiempo, en una sala privada y alejada de todo, por una ventana, Hal y Diana observaban el cuerpo inerte de su compañero. La amazona, con lágrimas en los ojos, él con un fuerte dolor e ira. Escuchan la puerta abrirse, y ven a Bruce entrando, llevado en su silla de ruedas por Oliver. Diana va hacia él con un enojo incontrolable, -¡Eres un maldito! –le grita, mientras es sostenida por Hal.

-Diana, cálmate –le pide Jordan. Bruce no se inmute, simplemente la observa tranquilo.

-¿Cómo… cómo pudiste Bruce? El confío en ti… ¡todos confiábamos en ti!

-Era necesario Diana. Debía procederse de manera que menos gente saliera herida. No esperaba que lo entendieras, que alguno comprendiera, por eso le pedí a Helena que lo hiciera.

-¿Era necesario? ¡Está muerto, maldito arrogante!

-Bueno, Diana, cálmate, por favor –le pide Oliver, quien se pone entre Bruce y ella.

-¡Tu no me digas nada Quinn! No ahora… Nunca pensé… ¡Dios, Bruce! Aún no puedo creer lo que voy a decir, pero maldigo la hora en que te conocí y confíe en ti como mi más querido amigo.

El millonario se quedó en silencio, sin mostrar emoción alguna. Hal seguía sosteniendo de los brazos a la Amazona, mientras Oliver se quedaba inmóvil, aún en shock por todo lo que estaba pasando.

-¿Y a qué vienes? ¿A ver el éxito de tu obra?

-Yo no quería esto Diana, si hubiese existido otra forma…

-Eso ya no lo sabremos, ¿no Batman?

Hace a un lado a Jordan y va hacia la puerta, pero antes de irse, se vuelve hacia Bruce. –Debes sentirte muy orgulloso de Tim, ya que al final el pobre chico hizo tu trabajo sucio. Supongo que el shock emocional de ese niño tampoco te preocupa, ¿no?

El encapuchado no le responde. Ella se va frustrada, convencida que ese día había perdido no uno, sino dos entrañables amigos.

Al irse la mujer, Oliver toma la silla y acerca a Bruce al vidrio. Hal observaba en silencio a su compañero. Aunque no tenía ninguna expresión en su rostro, podía ver una palidez extrema en su rostro, y con fuerza sujetaba el apoyo de su silla, como buscando controlar sus emociones.

Oliver, por primera vez en mucho tiempo, estaba en silencio. Frente a ellos, en una sala médica vacía. Sin más puesto que una bata de hospital, con el pecho expuesto y una sutura de al menos 8 centímetros, yacía el cuerpo de Clark Kent, inerte.

-Hicieron lo que pudieron por él… pero la kriptonita había hecho un daño irreversible a su corazón, y no pudieron despertarlo más –les resumen Hal.

-Quinn, llévame con él –le pide Bruce tranquilamente. El rubio asiente y lo lleva hasta la puerta. Abre y aambos entras mientras son vigilados por Hal.

Oliver deja su silla frente a Clark. –Estaré afuera amigo –le dice después de palmear suavemente su hombro.

Al salir se acerca a Hal con tristeza, -Iré con Dinah un momento, está a dos habitaciones de distancia con Tim. Estamos viendo si podemos convencerlo de ver a Bruce.

-¿No quiere verlo?

El rubio niega con tristeza y sale de la habitación. Hal observa a su amigo, y entra.

Bruce solo miraba el cuerpo inmóvil de Clark, sin reaccionar alguna. Pero su mente no estaba ahí. Sus pensamientos estaban ahogados en recuerdos de ambos dormidos en la cama, de sus labios robándole los suspiros y su piel tersa tocando la suya. Ahora esa piel tan perfecta, tan suya, era fría.

Se asustó cuando sintió la mano de Hal en su hombro, y quiso de inmediato enfocarse, pero la impresión fue tanta, que soltó un par de lágrimas sin intención. El castaño se quedó unos segundos sin decir una palabra. Tenía mucho que decir, que preguntar, pero lo único que atinó fue decir simplemente, -Siento tu pérdida.

Empezó a sentir que su cuerpo flaqueaba, pero se mantuvo firme, -Es una pérdida para todos.

El castaño, con una sonrisa triste le habla, -Para todo es un gran dolor, pero decidir por el bien la mayoría, al traste de la persona que… que amamos es… el mayor sacrificio que alguno puede hacer –le dice pausadamente. –Y no tienes que hacerte el rudo conmigo, gran tonto. Creo que ya superamos esa etapa hace años.

Bruce no se dio cuenta, cuando no pudo controlar más las lágrimas. -¿Cómo pude… Hal? Yo… lo maté.

-No es así Bruce…

-Tal vez no jalé el gatillo, pero yo le di el arma a Helena, ella la cargó y Tim… ¡Dios!

-Dime algo, y piensa fríamente, tal y como Batman. ¿Había alguna forma de evitar que Superman nos matara a todos, que no fuera con kriptonita?

El millonario se queda en silencio, mientras deja caer su rostro. –No la había Bruce, lo sabes. Todos lo sabíamos. Pero nadie quería aceptarlo… no podíamos, porque se trataba de Clark. Hiciste lo que tenías que hacer, y el mismo Clark lo entendió así, yo lo sé, estuve con él.

-¿Cómo… qué te dijo? –le preguntó con la voz entrecortada.

-Solo dijo una palabra dos veces. Te llamó a ti. Fuiste su último pensamiento, Bruce.

En ese instante, todo su cimiento emocional se hizo pedazos. Tomó la mano de Clark con fuerza y se inclinó sin fuerzas para seguir siendo frío. Hal lo tomó de los brazos, mientras escuchaba por primera vez, a su amigo destrozado por completo.

-Lo lamento Clark… por favor… perdóname… ¡Dios Hal! Esto… duele… no puedo… no podré…

-Podrás Bruce. Y si, será el peor sufrimiento que jamás experimentarás –le decía afectado –Querrás a veces huir de todo, abandonar a todos, pero no podrás. Entonces… entonces necesitarás odiar a algo o alguien, odiarás a su asesino, a nosotros por no salvarlo, a ti por tomar esa decisión, y al final, lo odiarás a él por haberte dejado. Pero llegado el momento… te perdonarás y lo perdonarás a él. Y podrás reír otra vez, aunque… bueno, en tu caso, verte reír si es sacarse el mayor, viejo amargado.

A Bruce se le escapa una pequeña sonrisa ante el comentario, en medio de su rostro afligido,

 -Podrás recordarlo con dolor, más no con sufrimiento. Y en algún momento, lograrás seguir adelante, cuando ese dolor al recordarlo, se convierta en nostalgia, y luego… otra vez, se vuelva amor.

El millonario temblaba, pero aun así, se mantenía aferrado a su mano, como si su vida dependiera de ello. Hal volvió a ver, cuando escuchó que la puerta se abría. Al ver a Oliver, se decidió a irse. –Arrow se quedará contigo, cualquier cosa que necesites, puedes llamarme, lo sabes Murciélago.

Antes de irse, Bruce posa su mano en su hombro y la toma con fuerza, -Gracias amigo.

El Linterna asiente y sale del lugar, encontrándose con su compañero. -¿Cómo está el chico?

-Muy mal. Dinah lo llevará a nuestro apartamento. En este momento es mejor alejarlo del resto, no quiero pensar que alguno actúe como lo hizo Superboy… ¿cómo está?

El castaño no le responde, solo palmea su espalda y se retira con suma tristeza. Oliver se acerca, y enciende el dispositivo para escuchar lo que Bruce hablaba.

-Es increíble lo que te voy a decir Clark. Pero de todo lo que he hecho en mi vida, la mayoría de las cosas de las que me he arrepentido, tienen que ver contigo. De haber negado lo que sentía por tantos años, de las tantas veces que te trate con dureza, para ocultar lo frágil que en realidad soy y no haber sido el compañero que necesitabas y merecías.

Se quedó unos segundos, como esperando una respuesta de ese cuerpo inmóvil. –Mi mente me dice que era lo que tenía que hacerse, pero no por la Liga… por ti, para que no te vieras convertido en un arma. Mi mayor dolor, es no haber sido yo, porque perdí a una buena amiga, y mi hijo está sufriendo por hacer algo que no le correspondía. Debí ser yo quien muriera, no Helena, debí ser quien terminara con tu sufrimiento, y no dejar que Tim se viera expuesto a eso.  

Se limpió el rostro, respiró profundo, tratando de aflorar todo lo que sentía y tuvo atorado tanto tiempo, -Siento que soy un egoísta por decir todo esto ahora que te has ido, pero…

En ese momento, mientras sostenía su mano, se quedó mudo. Se retiró y fue hacia la puerta. Oliver apagó el sonido y se acercó a la puerta. Al salir, vio a su amigo con un rostro inexpresivo. –Necesito hablar con los fundadores, Quinn, llámalos.

Después de arreglar una habitación para Tim, lo ayudó a recostarse. El chico no había dicho nada más, aparte de pedir que no lo llevaran con Bruce. Le ofreció comida, pero se negó. De todas formas, dejó algo ligero en una bandeja, cerca de la cama. Ya para ese momento, el muchacho estaba dormido. La rubia suspiró y salió de la habitación. En ese momento, Oliver fue transportado a su sala. Su rostro se veía tan afligido, igual que hacía unas semanas cuando había hablado con Bruce en su habitación de la Atalaya.

Dinah se acercó a él, y sin decir nada más lo abrazó, porque sabía que era lo que en ese momento necesitaba. El rubio no dijo nada. Por primera vez, no había broma o frase cómica que pudiese sobrellevar el dolor que sentía en ese momento. Lo único que podía reconfortarlo un poco, era sentir el calor de la mujer que amaba.

Diana, Wally, John y Hal esperaban impacientes. -¿Qué hacemos aquí? –pregunta John molesto. –Tengo que ir con Shayera.

-¿Han dicho algo, del porqué de su desmayo?

-Nada Hal, me tiene angustiado eso.

-¿Y cómo está J’onn? –pregunta Wally.

-Sigue igual, en un estado similar al coma –explica Diana –pero su cuerpo poco a poco se está recuperando. Hay que esperar a que…

En ese momento, deja de hablar cuando Bruce entra al Salón de Reunión. -¿Qué haces aquí? –le pregunta la amazona fríamente.

-Es importante, se trata del cuerpo de Clark.

-¡No tienes nada que decir al respecto! –le dice disgustada mientras se pone de pie.

-Diana, por favor –le ruega Hal, pero ella lo ignora.

-¿¡Qué pretendes ahora?! Después de lo que hiciste, ¿quieres terminar con tu gran obra?

-No voy a darte explicaciones ni a ti ni a nadie sobre mis actos Diana. Tomé una decisión que era necesaria en su momento.

-¡Mataste a Clark!

-¡Es suficiente Diana! –levanta la voz John. Pero suspira y trata de guardar la calma. –Escucha Bruce, no voy a juzgarte ahora, simplemente porque tengo mi cabeza en otro lado. ¿Para qué nos llamaste?

-Es necesario disponer del cuerpo de Kal El antes que el gobierno exija por él.

-¿Exigir? No entiendo –pregunta Wally, pero Hal le explica. –Es seguro que ante el caos vivido, querrán hacer una autopsia para asegurarse que él está muerto.

-Y querrán un responsable de la muerte de los tres miembros de la Liga. Así que hay que actuar –les dice Bruce.

Diana sonríe, -Por supuesto, siempre vas delante de todos en tus maquinaciones, y dime Bruce, ¿qué sugieres?

Dos Horas Después

-Wonder Woman, ya están aquí –le dice Tornado por el comunicador.

-Llévalos a la Sala de Reunión, ahí estaremos.

La mujer cerró la comunicación y se acercó a sus compañeros. Solo estaban los cinco que quedaban de los fundadores. –Los representantes de la Casa Blanca están aquí. Tenías razón Bruce, vienen por el cuerpo de Clark.

El millonario no le responde. Veía fijamente la caja donde yacía Clark, negra, con el logo de Superman labrado en su pecho.

-Bien, tendremos unos cuantos minutos antes de lanzarlo, ¿alguno quisiera decir algo? –pregunta John.

Todos se quedan en silencio. Tenían tanto que decir, pero no podían, simplemente no tenían más fuerzas. Finalmente, los cinco salen del hangar. Hal se acerca al panel, y antes de presionar el interruptor, ve el ataúd de su amigo con tristeza, -Descansa Clark.

Al activarse, el ataúd es lanzado al espacio, con dirección al Sol. Diana no puede evitar llorar, así como el mismo Wally, que sentía que las cosas no serían igual sin la presencia de su amigo.

Cuando la caja se pierde de vista, Diana se limpia el rostro y se dirige a ellos, -Bien, haremos las cosas como las hemos planeado. Fue un gusto trabajar con ustedes tanto tiempo, chicos –les dice con tristeza, pero se vuelve a Bruce.

-En cuanto a ti, no quiero tener más contacto ni con Bruce Wayne ni con Batman en lo que me resta de vida –le dice fríamente, mientras se va.

Wally se queda sumido en una profunda tristeza. Mira a su compañero, completamente ido, viendo hacia el punto que es el ataúd. –Yo… bueno, espero verlos pronto chicos.

-Cuídate Wally –le dice Hal tranquilo. El pelirrojo va hacia él y lo abraza con cariño. Luego va hacia John y hace lo mismo, pero no sin antes susurrarle al oído, -Felicidades.

El moreno sonríe y le responde, -Igual a ti Flash.

John va hacia Bruce, suspira y pone su mano en el hombro, -Tranquilo amigo. Cualquier cosa que necesites…

-Descuida Stewart. Cuídense mucho y dale un abrazo a Shayera de mi parte.

-Claro… Jordan… suerte amigo –le dice mientras le ofrece la mano. El castaño le responde –Cuida del cuadrante.

-Lo haré colega. Tornado, transpórtanos a Flash a Keystone City y a mí a Queens.

-Como diga John Stewart.

Hal observa como los dos se desvanecen y suspira. - ¿Quieres que te lleve a tu habitación?

Bruce asiente y en silencio se lo lleva. Después de algunos minutos, llegan a la habitación, -Te dejo aquí.

-Hal –se dirige a él directamente por primera vez –Lamento que tengas que responder…

-Descuida amigo, lo hablamos ya. Es lo mejor para todos. Estaremos bien, y tú, recupérate pronto, ¿de acuerdo?

El millonario asiente, no sin antes ofrecerle la mano. El castaño le responde y se va.

Bruce entra a su habitación, fatigado después de todo el esfuerzo. Alfred, que lo esperaba, como siempre, fiel, va hacia él. –Todo está listo, señor. Los jóvenes Jason y Dick ya están en la casa esperándolo.

-¿Y Tim?

El anciano baja la mirada, -El joven Tim se negó nuevamente.

-Está bien –dice afectado –Dinah y Oliver cuidarán de él por ahora. Es hora de irnos… Tornado, puedes mandarnos ya a Gótica.

En ese momento, Alfred y Bruce se desvanecen.

En la Sala de Reunión, una comitiva, dirigida por el Senador Wells, esperaba noticias. Diana estaba afuera, hasta que Hal se reunió con ellos. -¿Listo? –le pregunta.

-No, pero hay que hacerlo Di –le dice decidido.

En algún lugar de Gótica

Un Mes Después

-El joven Dick llamó hace rato, amo Bruce –le dice Alfred mientras pone la tetera. –Le mando un abrazo y espera poder venir el fin de semana.

-Me alegro Alfred –le responde algo cansado.

El anciano lo vuelve a ver preocupado. –Tal vez debería tomarse una siesta, mi señor. El tratamiento lo tiene más fatigado últimamente.

El millonario asiente y va sin decir más.

Al llegar a su habitación, se levanta de su silla y se acerca a la puerta de vidrio que daba al lado de su propiedad. Vio su reflejo con frustración. Se veía demacrado. Su cabello se había ido cayendo, así que decidió raparse finalmente. Aún estaba muy delgado y pálido, pero algo positivo había ocurrido, y es que los dolores de cabeza habían cesado. Podía moverse con mayor agilidad. Los exámenes de Leslie lo habían confirmado, el tumor había cedido en tamaño, y en cuestión de unas semanas, podría ser eliminado de su cuerpo permanentemente. Alcor lo había hecho, pero, ¿a qué precio?

Balack sobrevivió a la tortura del Joker, pero las secuelas emocionales eran más profundas que las físicas. Aunque estaba recuperado, se negó a usar más el traje de Batman, y Bruce no lo podía culpar. Además, lo mejor era que siguiera de esa forma, ajeno al mundo que ahora odiaba a los super héroes.

Wells y su grupo vio como un crimen que el cuerpo de Superman hubiese desaparecido. Como se había hablado, del grupo, tenía que quedar algunos respondiendo. Diana se ofreció, al igual que Hal, porque el resto tenía razones de no hacerlo.

El desmayo de Shayera no fue sino el aviso de una noticia que llenó de alegría el pecho de John: esperaban un hijo. El Rex que había conocido en un futuro alterno, probablemente llegaría al mundo en unos meses. Hal le rogó que se quedara con ella, que él podría responder, y, además, que cumpliera su función como Linterna Verde, y así lo hizo.

Flash, por su parte, tenía otra preocupación: Linda Park esperaba un hijo suyo. Y fue una noticia que lo impactó tanto a él, como ha Dick. Pero había que hacerle frente a la realidad, y el pelinegro le dio todo su apoyo.

Con el tumor de Bruce y el mal estado en que se encontraba J’onn, era de esperar que ninguno respondiera. Diana y Hal fueron procesados por la desaparición del cuerpo de Superman, y aunque tenían videos e informes médicos que confirmaban su muerte, el gobierno puso en custodia a Wonder Woman y Linterna Verde. Desde entonces, nadie más supo de ellos. J’onn fue trasladado a Laboratorios Star en secreto, donde se ha ido recuperando de sus heridas lentamente.

Al estar la Liga desmantelada, Bruce decidió que no había lógica en dar a conocer públicamente que Jason estaba vivo, como bien había dicho Leslie, solo era provocar otra situación problemática, y no era el momento para eso. Un par de semanas después de la catástrofe en Metrópolils, Jason desapareció. No sabía a dónde, pero Bruce intuyó que estaba con Roy, lo que, en cierta forma, lo tranquilizó.

Pero lo que llenaba de dolor el corazón de Bruce, era haber perdido a Tim. Después de tanto tiempo, el chico no se atrevió a presentarse frente suyo. Y después de hablar con Dinah, Bruce accedió a que Tim fuera con los Titanes, grupo que seguía activo en la clandestinidad y a cargo de Canario Negro y Starfire.

Los medios siguieron especulando sobre la suerte de los miembros fundadores, desaparecidos del radar. Ni Flash, Batman o HawkGirl volvieron a aparecer. Y John solo se limitaba a asuntos fuera de Tierra. Con el paso de las semanas, la delincuencia en las principales ciudades, aumento con la desaparición de sus héroes.

Mientras tanto, la investigación sobre Vandal Savage quedó en el limbo, gracias a la participación de uno de sus secuaces, el Senador Wells directamente en todo el proceso. Al final, quedó en meras especulaciones el ataque de Savage hacia Superman, ya que sin cuerpo, no había como probarlo.

Pero Bruce no se arrepentía de esa decisión. Como todas las que había tomado hasta ese día, eran necesarias. Salió al balcón y sintió como la brisa alivianaba el peso que sentía. Escuchó que el auto de Alfred salía, seguro para ir de compras. O simplemente quiso darle el espacio que necesitaba.

En vez de una enorme mansión, ahora vivían en una hermosa casa al pie de un lago, propiedad de su amigo, Dan Foster. Con la destrucción de la mansión Wayne, muchos especularon sobre si Bruce vivía, hasta que el pelinegro decidió salir a la luz pública y dar a conocer su estado médico.

Al estar seguro que Alfred se había ido, el ojiazul respiró profundo y luego miró hacia el cielo.

-¿Clark? –llamó. Esperó unos segundos, hasta que una silueta bajó lentamente desde las nubes hacia él.

Dio unos pasos hacia atrás, hasta que el Hombre de Acero descendió. Clark fue hacia él y se abrazaron tiernamente. Bruce se refugió en sus brazos, dejando, por unos minutos, que todo el desconsuelo que había vivido ese tiempo, se desvaneciera con la brisa.

Notas finales:

Emmm... Ok, espero que les haya gustado... emmm... espero también que no me maten por este capítulo... ammm... que los nublados del día se aclaran en el próximo... y... que no dejen de leer mis fics :D, un abrazo y nos leeremos pronto.


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