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Ocaso del Caballero de la Noche por JessJe

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Notas del capitulo:

Los ex miembros de la Liga corren un gran peligro, y algunos héroes deciden dar la lucha.

Ocaso del Caballero de la Noche

Capítulo 40: La Brigada

 

Treinta y dos años en el futuro

-Hola, yo… bien, es muy difícil para mí decirle, es que son tantas cosas. Estoy nervioso por lo que debo hacer. Pero es la única forma de salvar a todos. Sabes, a pesar de que todo siempre estuvo de cabeza, siempre procuraste que nos sintieramos en familia, en un hogar, aunque en realidad, no éramos familia de sangre, y mucho menos se podría llamar hogar a los huecos en los que nos escondimos desde que tengo memoria. Pero siempre intentaste que todo fuera bueno para nosotros. Ahora que solo quedo yo, y sé lo que debo hacer, me siento con una gran responsabilidad, porque todos nosotros merecemos otra vida. Tú, en especial, te lo mereces. El tiempo se acorta cada vez más. Pronto, no habrá más allá, solo tenemos esta oportunidad. Hemos pagado caro los errores del pasado, pero tal vez, como tu decías, un milagro puede hacer que todo siga un curso diferente. Es lo que más quiero.

 

En la Actualidad

La oscuridad era absoluta, ya que el brillo de las estrellas no lograba atravesar las copas de los árboles. Tim recorría con toda la rapidez que le permitía su pierna enyesada, los diferentes obstáculos que había a su paso. Hasta llegar a divisar un claro. Fue hacia él y vio a unos metros la bandera. Fue hacia ella y la tomó. Se detuvo por unos segundos, y tomó un poco de aire. La pierna lo estaba matando, así como su espalda. Se sentía exhausto por el esfuerzo, pero no iba a ceder. Casi de inmediato tomó el mismo camino de regreso.

Pasaron los minutos. Había recorrido la mitad del trayecto, cuando tropezó y cayó unos metros. Sintió un par de lágrimas, mientras sentía un agudo dolor en su espalda. Se puso de pie y se apoyó en un tronco cerca. Miró arriba. Conner le había dicho que lo estaría observando, así que siguió, esta vez, corriendo más despacio. Ya faltaban algunos metros para salir. No podía correr más. Su yeso era un peso difícil de llevar en ese momento. Finalmente, llega al punto de partida, y cae rendido en el suelo, con la banderola en su mano.

Conner que había estado viéndolo desde los aires bajó, con su cronómetro en la mano, -Duraste 46 minutos. Te dije que tenías 30.

El chico no le respondió, estaba concentrado en conseguir algo de aire para sus pulmones.

-Bien, creo que será todo por ahora. Quiero que mañana estés listo, a la misma hora.

Se va hacia la base, pero se detiene al oírlo, - ¿Cuál es el punto?

- ¿Qué dices? –le responde molesto.

-Quiero decir… ¿cuál es el punto de todo esto? Sabes… que no estoy en condiciones de correr.

Conner caminó hacia él y lo levantó de la chaqueta con rudeza. –Eres el compañero de Batman, ¿no? Él ha luchado herido, supongo que tú puedes hacerlo también.

-Pero… esto es diferente… yo no puedo…

- ¿No puedes? Si no eres capaz de un simple ejercicio, no tienes nada que hacer entre los Titanes. Hablaré con Dick mañana, para que venga por ti.

Lo suelta y se vuelve a ir, pero Tim lo hace parar. - ¡No tienes derecho! ¡No es tu decisión!

- ¡Soy tu líder Alfa!

- ¡Ahora no actúas como un líder! ¡Sino como un chico cruel!

Conner se abalanzó hacia él y lo levantó de la chaqueta, dejando sus piernas en el aire. - ¡Tengo todas las razones de ser cruel contigo! ¿¡Lo olvidaste!? ¡Dime, ¿por qué insististe tanto en quedarte, si sabías lo que iba a pasar?! ¿Esperabas que te tratara como un niñito víctima de las circunstancias? ¡Eres un asesino, Drake! ¡Y nunca dejarás de serlo!

En ese momento, Conner deseaba que le gritara, que lo ofendiera. Tenía tantos deseos de odiarle más, que le diese una excusa para hacerle algún daño, una sola provocación, lo que fuese. Pero, en cambio, las manos de Tim se posaron suavemente en la suyas, y apenas le susurró –Lo sé, Conner. Perdóname.

Conner no sabía que sentir. Su mente estaba confusa y su corazón empezó a bombear con fuerza, pero la imagen de Clark con el pecho ensangrentado pudo más. Lo dejó caer, haciendo que Tim cayera pesadamente sobre su pierna lastimada. Se quejó, mientras dejó que su cuerpo se fuera al suelo. Desde ahí, lo vio caminar algunos metros. Empezó a agarrarse su rodilla, tratando de ahogar el dolor físico que sentía.

-¿Puedes caminar? –le pregunta Conner, quien se había detenido. Su voz no se escuchaba hostil, pero no era tampoco amistosa.

-Eso creo, solo necesito descansar un poco –le dice Tim, sabiendo que era mentira.

-Bien. Ve a dormir. Y hoy te acuestas temprano. No te quiero ver deambulando o con esa maldita máquina. Mañana seguimos a la misma hora –simplemente le dijo, dio media vuelta y entró.

Mientras tanto, a unos pocos kilómetros de ahí, John vigilaba, mientras Shayera y Alcor descansaban. Había decidido irse con Alcor y Balack, a una casa de un familiar, alejados de los fisgones. Ahí, Balack se recuperó de sus heridas, aunque no había hecho comentario alguno de su experiencia con el Joker. Miraba por la ventana de vez en cuando, y luego a los monitores de las cámaras de seguridad. Escuchó pasos que venían y se inquietó.

-Soy yo –le dice Balack, quien toma asiento a su lado, trayendo dos tazas de café. El Linterna agradece y toma la suya.

- ¿Tan rápido es tu turno?

-Aún faltan 10 minutos, pero no pude dormir más. ¿Todo está tranquilo?

-Así es, por suerte.

John observa a su compañero un momento y se decide preguntarle, -Sobre lo que te pasó con el Joker, no has hablando con nadie.

-No. Es algo que prefiero olvidar.

-Dirás ignorar, pero te recomiendo que compartas con alguien, ese tipo de eventos crean traumas Balack.

-Lo sé. He visto lo que el asesinato de sus padres hizo a Bruce, pero es algo que… al menos por ahora, prefiero guardarme.

John asintió, pero entonces escuchó su celular. Se quedó indeciso si responder o no.

- ¿Qué pasa?

-Solo me quedé con esta línea para evitar ser rastreados, está bajo otro nombre y muy pocos la conocen.

-Mira entonces, puede ser importante.

John abre el mensaje y en un instante abre los ojos con sorpresa. - ¡Rápido, ve por tu padre y Shayera, debemos irnos de aquí, ahora!

El clon obedece, mientras John revisa las cámaras. Por algunos minutos no hay movimiento, pero entonces ve en el ala sureste de la propiedad, hombres que intentan forzar la entrada.

-¿Qué pasa John? –le dice Shayera aún somnolienta.

-¿Qué sucede? –reclama Alcor -¿Por qué tanto alboroto?

-Debemos salir de aquí, ¡ahora!

-¿Por qué?

-Vienen por nosotros, Shay –le responde mientras le enseña a los agentes entrando ya a la propiedad.

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En Laboratorios Star, de San Francisco, Hamilton iba a recostarse cuando ve una burbuja verde entra al edificio.

Al momento, John, Shayera, Alcor y Balack aparecen frente a él.

El anciano ríe, -Bien, no me extraña que vengan más visitas, acompáñenme.

Los cuatro se miran desconcertados y luego lo siguen.

-¿Qué quiere decir con eso, Hamilton? –le preguntan Shayera.

-Véanlo por ustedes mismos.

Al entrar a un salón amplio del edificio, se quedan asombrados al ver una veintena de héroes, con sus familias, refugiándose ahí.

-Ellos han estado llegando en las últimas horas, huyendo.

- ¿De quiénes?

- ¿No vieron las noticias hace unas horas? Crearon un grupo paramilitar para perseguir metahumanos. Los que ve aquí, tuvieron la suerte de escaparse, pero han ocurrido varios golpes simultáneos y algunos han caído. Me temo que encontraron la forma de hallarlos a todos.

-¿John? ¿Shayera?

Ambos vuelven a ver. De inmediato, Wally va hacia John y lo abraza con fuerza. –Me da gusto verlos y saber que están bien.

Luego va hacia Shayera y la abraza de igual forma.

-¿Qué haces aquí, Wally?

-Llegaron hace un par de horas a nuestra casa –les dice mientras les señala a Iris, que dormía con los gemelos en una cama de aire. –Apenas tuve tiempo de sacarlos de ahí uno por uno. No se imaginan, chicos. Tenían armas como las del Captain Cold, tiraba hielo e intentaron detenerme. Viejo, saben quién soy, saben de mi familia. –les dice con terror.

Balack se acerca a ellos y escucha, impresionado. –Igual pasó con nosotros. Solo me dio tiempo de salir con ellos, dejamos el equipo de Alcor, nuestras pertenencias, todo.

-De nada sirvió todo el trabajo que hicimos por mantener a los miembros de la Liga y los técnicos a salvo –exclama Wally. -De alguna manera, han podido localizarnos.

-Y solo es cuestión de tiempo para que también nos hallen aquí –dice Balack finalmente.

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A primera hora, Vixen bajó del taxi. Odiaba la atmósfera que se respiraba en Gótica o Ciudad Maldita como algunos la llamaban. Siempre le pareció tan frío. Un submundo dentro del mundo real, donde la corrupción, el delito y la oscuridad reinaban. Muy pocos se aventuraban a hacer justicia ahí, entre ellos, el mismo Batman y su equipo. No podía imaginar vivir en un lugar como este. Pero a ese evento debía asistir. Caminó hacia la entrada de la capilla. Junto a la puerta, estaba el Libro de Memorias, donde los que se habían presentado para dar los respetos a los dolientes firmaban. Escribió una frase de su autora favorita, un “Te extrañaremos” y su firma. Observó la cantidad de firmas, muy pocos habían asistido, lo cual era normal, por la su historia y por cómo murió. Los medios se habían encargado de dar a conocer una biografía fantasma de Helena Bertileni, aka Cazadora. Algunas ciertas, la mayoría llenas de falsedad. Solo daban por un hecho que había sido Superman su asesino, por la autopsia que le fue hecha.

Luego, entró en silencio. Aunque no había muchos, eran más de los que imaginó que llegarían. Caminó entre los asientos, hasta encontrarse con el primer rostro conocido. –Hola amiga –le dice mientras la abraza con cariño.

-Es bueno verte Mari –le responde Zatanna.

Alrededor de doce personas estaban esperando las palabras del sacerdote, para luego despedirla. Los que llegaron ahí, todos involucrados con el mismo estilo de vida, dejaron guardados sus trajes, y simplemente fueron como civiles. El ataúd donde estaba el cuerpo de Helena estaba al fondo, con una fotografía de ella. Vixen sonrió para sus adentros. Habían escogido la imagen perfecta. En el fondo, se veía Gótica de noche, ella sin su traje, maquillada y con una sonrisa. –No parece la misma que me pateó el trasero hace una semana.

-Ja, es cierto. Pocas veces la vi sin su máscara. Es extraño, hasta ahora noto lo bella que era.

-Es irreal, ¿sabes? Aún no puedo creer que haya muerto, al igual que Superman.

-Y que ahora todos estemos escondidos. Parece que todo el trabajo que realizamos por tantos años ahora no vale nada.

-No es así, brujita –se escucha una voz varonil -, te aseguro que hay más apoyándonos que los que nos atacan.

- ¡Oliver! ¿Qué haces aquí?

Oiver Quinn estaba frente a ella, con un clásico traje, sin corbata, maletín en mano, tal y como lo que era, un playboy millonario. -Lo mismo que ustedes, dándole la despedida que se merece a Helena, es bueno verlas.

- ¿Y Canario?

-No pudo venir, está ahora muy enfocada con los más chicos del grupo.

-Me da gusto que Dinah se esté encargando de ello –le dice la hechicera –Ahora más que nunca ellos deben estar protegidos, no quiero imaginarme el golpe que sería si son atrapados también.

- ¿Qué quieres decir?

- ¿No has escuchado de la Brigada, Mari?

- ¿La Brigada?

-Le llaman Brigada de Contención Metahumano. Fue creada, ¿adivinen por quién? –les pregunta el rubio.

-Wells, ese maldito.

-Así es Mari, solo esta noche me llegaron informes de 3 ex miembros de la Liga y 4 de nuestros antiguos técnicos capturados, llevados con sus familias. Algunos están desaparecidos, pero otros se están ocultando con Hamilton en San Francisco.

-No entiendo, ¿tan rápido? Solo han pasado 48 horas.

-Por eso estoy seguro que todo esto ha sido planificado cuidadosamente, sin importar en que iba a terminar el ataque de Clark, tenían todo provisto para no dejar a ninguno de nosotros para hacerle frente a Savage.

-Pero, ¿cómo obtuvieron información? ¿Y de forma tan precisa?

-Lo ignoro –le responde Oliver, mientras observa a Vic Sage en la primera fila, -Disculpen chicas.

Va hacia él y se sienta a su lado. Vic no dejaba de ver la fotografía de Helena con tristeza.

-¿Cómo lo has llevado amigo? –le pregunta al alter ego de Pregunta.

-Mal –le dice simplemente. Baja la mirada y luego lo alza a ver. –Muchas gracias por arreglar la entrega de su cuerpo y el funeral, Quinn. No tenía cabeza para nada.

-Descuida, viejo. Era lo menos que podía hacer. Sabes que ella colaboró con mi fundación, siempre quiso limpiar el apellido de su familia, y nunca dijo no a cualquier evento.

-Sí, decía que, si de algo iba a servir su apellido, sería para evitar que más niños cayeran en las drogas. Claro, habiendo estado su difunto padre en ese mundo, Helena quería hacer algo por redimir sus pecados.

-Pero lo que más admiré de ella, fue su buen gancho derecho.

Vic se ríe, siendo la primera vez en dos días que lo hacía.

-No te burles viejo. La última vez que Helena hizo dotes de sus habilidades, me impactó en la cara.

-¿En serio? ¿Cuándo?

-En la Atalaya, cuando se peleó con Mari. Al día siguiente, llego a mi apartamento con una botella de whisky y me dijo al abrir la puerta, “Bueno Quinn, tú sabes cómo es, ¿por qué demonios metiste tu nariz?” Y luego nos tomamos un trago.

-Ja, debes sentirte privilegiado. Es lo más cercano a un “Disculpa” que ella era capaz de dar.

-Sí, ella tenía sus manías. Pero a pesar de su terquedad y modo poco amable de trato, tenía buen corazón.

-Hasta el punto de hacer lo imperdonable por salvarnos a todos –dijo Pregunta con tristeza. –Ella estaba consciente a lo que se exponía con eso, pero estaba decidida… nunca tambaleó.

Ambos se quedaron en silencio unos minutos. Oliver sacó de su maletín una botella de whisky y un par de vasos.

-Vamos a despedirla como ella hubiera querido, Vic.

Él sonrió y tomó un vaso. Oliver sirvió los dos tragos y luego los levantaron, -Por la más dura de todas.

-Por Helena.

Luego, Oliver palmeó el hombro de Pregunta, y fue hacia el féretro. Se quedó unos segundos contemplándola. –Fuiste grande, mi amiga. Te voy a extrañar.

A las afueras de la capilla, Roy esperaba oculto al otro lado de la calle a que Jason dejara el auto. Éste llegó con él, - ¿Por qué no has entrado?

-No lo haré. Ve tú.

Jason de inmediato saltó, - ¡Ah no! Yo no quería venir, Dick me obligó para que representara a la familia, y tú lo apoyaste, ¿ahora me vas a dejar solo?

-Acabo de ver a Quinn entrar.

- ¿Y?

- ¿Y? ¡Que no quiero toparme con él!

-Sabes Harper, ya es hora que vayas superando lo que sea que haya pasado entre ustedes.

- ¿Lo dice el hombre que quiso matar a Bruce hace un año?

-Mira, no te contesto porque… ¡puta, tienes razón! Pero por eso, creo que deberías ya darle vuelta a la hoja.

-Lo dices porque quieres que vaya contigo, y responda todas las preguntas incómodas que tú deseas evitar.

-Bien, algo de eso hay.

En ese momento, extraños movimientos empiezan a darse en la cuadra. Varias patrullas se empiezan a acercar, y de lejos se ve camiones llegando.

-¿Pero qué demonios pasa?

De inmediato y sin pensarlo Roy empieza a marcar. Oliver seguía con Helena, cuando su celular sonó.

-Aquí Quinn.

-¡Todos tienen que salir de ahí, ahora!

-¿Roy?

-No me escuchas, ¡la Brigada está llegando a la capilla!

De inmediato, Oliver corre y ve por la ventana que daba a la calle. Las camionetas que traían a los miembros de la Brigada se estaban estacionando al frente, y la policía acordonaba el lugar.

- ¡Escuchen todos, reúnanse rápido!

Los trece presentes, sin entender que sucedía, hicieron caso.

- ¿Qué pasa?

-La Brigada está afuera, vienen por nosotros. Vic, asegúrate que atrás esté cerrado amigo.

De inmediato él va, mientras todos empiezan a hablar nerviosos.

- ¿Qué vamos a hacer? –dice una chica nerviosa.

-¡Luchar, por supuesto! –les dice Vixen decidida.

-No Mari, no podemos enfrascarnos en una pelea con ellos, no por ahora. La prensa también está rodeando el lugar. No podemos confirmar en público nuestras identidades.

-Yo puedo encargarme de sacarlos a todos –les dice Zatanna con seguridad.

-Está cerrado –le dice Vic. –Pero yo no iré. No dejaré a Helena.

-Ni yo tampoco –les asegura Oliver –Sí están aquí, es porque rastrearon el pago de los servicios de Helena y me siguieron hasta aquí, soy su objetivo. Sino estoy, harán una cacería que afectará mi compañía, la fundación y a Dinah. Es mejor que dé la cara y acabe con esta payasada. No tienen como relacionarme con Arrow, pero si puedo demostrar las razones de mi presencia aquí.

-Bien –le responde la hechicera –entonces déjenme hacer algo por ustedes.

Saca de su traje su varita, dice algunas palabras en otro lenguaje y rodea a Vic y Oliver con un aura.

- ¿Qué nos hiciste, brujita?

-Un conjuro que los protegerá. Cuídense chicos. Los demás, tómense de las manos.

-Bien, toma. –le entrega Oliver una tarjeta con una dirección. –Llévalos a San Francisco. Y ustedes comuníquense con sus familias lo más pronto posible, que lleguen allá. Todos son vulnerables en este momento, deben salir de sus hogares.

El grupo hace caso, siendo Mari quien tomaba la mano de Zatanna. Ésta levanta su varita y hace un conjuro, haciendo que todos desaparezcan.

Al materializarse el grupo nuevamente, aparecen en un callejón de la populosa y calurosa ciudad. -¿Estamos en San Francisco? –pregunta Vixen. -¿Dónde quiere Oliver que nos escondamos?

Zatanna va hacia la calle y ve el enorme edificio al frente, -Ahí –responde señalando el enorme rótulo de Laboratorios Star.

Desde las afueras de la capilla, Jason y Roy observan cómo echan a bajo la puerta y la Brigada entra. Pasan varios minutos. La prensa se acerca a la entrada, e inician la transmisión en vivo.

Alfred tenía el televisor puesto, mientras Dick revisaba las noticias por internet. –Se llama Brigada de Contención de Metahumanos. Wells la dio a conocer anoche en rueda prensa –le resume Dick.

-Supongo que el Presidente es quien la está dirigiendo.

-No, por lo que dice aquí es un grupo sujeto a las órdenes de la Oficina Federal.

Alfred observa algo extraño en la pantalla y sube el volumen.

-¿Quieres que le lleve el desayuno a Bruce? –le pregunta a Alfred, ensimismado con la lectura.

-Joven Richard, ¡mire!

Dick vuelve a ver y si pone de pie de inmediato al ver la imagen.

-¿Ya se fueron Roy y Jason?

-Hace una hora. Deben estar ahí.

En el Monte Justicia, todos excepto Tim, desayunaban. Dinah que había pasado la noche con Oliver y desayunado con él, solo los observaba. -¿Dónde está Tim?

-Ya viene, está duchándose –le responde Gar, sin levantar la mirada de su plato.

Conner seguía desayunando. Con todo lo que había pasado, casi no compartía palabra con alguno, solo para discutir o para recibir un reclamo, así que prefería que lo ignoraran.

A los minutos, Tim llega al comedor. Al verlo cojear Dinah de inmediato se preocupa, - ¿Qué te pasó? Ayer caminabas bien.

El comentario puso nervioso a Conner, que no levantó la mirada. “Si abre la boca, estoy fuera de los Titanes”.

El chico fue a su silla y contestó tranquilo, -Me acabo de caer en la ducha.

Hubo un silencio en el comedor, hasta que Bart habló, -Un momento, hombre. ¿Te caíste en la ducha? Eres el compañero de Batman, brincas de un edificio a otro, ¿y te caes en la ducha?

Todos empiezan a reír ante el comentario. Incluso Conner levanta la vista y lo vuelve a ver curioso. “¿En serio esa fue la mejor excusa que se le ocurrió?”

Tim sonríe mientras toma asiento. –Yo no los brinco, uso un garfio para trasladarme de un edificio a otro. Además, no es la gran cosa.

-Lo es si eres Robin –le dice Rose –Jamás escuché a Jason decir que se había caído en la ducha.

-Ni a Dick –le secunde Kori –Con lo orgulloso que era entonces, eso habría hecho desastres con su ego.

-Bueno –le dice apesadumbrado –Ya no es necesario que me comparen con ellos, porque no volveré a usar el traje de Robin de todas formas.

Todos lo miran, sin saber que decir, excepto uno, -Jajajajaja, estás bromeando ¿cierto? –le dice Gar.

Tim no lo responde, y toma un par de tostadas.

-¿Cierto? –le repite Gar rogándole una respuesta, justo cuando Artemisa recibe un mensaje de texto.

-Deja mejor, Garfiel –le pide Dinah. -Aún es muy pronto para…

-¡Rápido! Alguien encienda la televisión y ponga un canal de noticias.

Bart toma el control. -¿Cuál?

-¡Cualquiera!

-¿Qué sucede Artemisa?

-Roy me mandó un mensaje. Es… ahí está.

Al ver la imagen, Dinah se pone de pie de inmediato. –No puede ser…

Las cámaras seguían con atención a Oliver y Vic, mientras eran sacado de la capilla esposados. Al ver de quien se trataba, la prensa se abalanzó desesperada, esperando una reacción.

-Señor, señor Quinn. ¿Puede darnos detalles de su arrestro?

-¿Tiene alguna relación con los eventos en Metrópolis de hace dos días?

-¿Quién es el hombre que está con usted?

Oliver se detiene para responder, pero uno de los agentes lo detiene. -¡Siga Quinn!

-¿En serio quiere arrastrarme y no decir nada a la prensa? Eso se le daría muy mala imagen a la Brigada –le dice tranquilamente.

El hombre gruñe, -Bien, tiene dos minutos, recuerde que lo que diga, será en su contra después.

Oliver se acerca a los periodistas, aún esposado y sujetado por un agente.

-Buenos días a todos. Señorita –le dice a una reportera frente a él de forma coqueta.

-Señor Quinn, señor Quinn, ¿qué relación tenía usted con la señorita Bertileni?

-¿¡Es cierto que Helena Bertileni era la famosa vigilante Cazadora?!

-Bien, bien, muchachos, déjenme hablar… Uno por uno. Como muchos sabrán, además de mi compañía, manejo la Fundación A World for children con sede en Gótica, en la que están involucrados varios personajes de la élite de Gótica. Uno de ellos era precisamente Helena Bertileni.

-¿Sabía usted del pasado criminal de su familia?

-Por supuesto joven, pero déjeme recordarle que los padres de Helena fueron asesinados cuando ella tenía 8 años. En toda su vida, ella fue una mujer intachable, incluso, fuerte activista en la lucha contra el consumo de drogas en los jóvenes, fue así como la conocí.

-¿Y qué hace usted aquí?

-No es obvio, vine a despedir a una querida amiga.

-¿Qué relación tiene Bertileni con la muerte de Superman?

-Joven, lo ignoro por completo, así como puedo casi estar seguro que las declaraciones del Senador Wells sobre que ella es la Cazadora son completamente falsos. Y yo siendo Wells, me limitaría solo a cumplir con mis funciones, porque existen más pruebas de que Helena era inocente de las que puede tener él de lo contrario.

-¿Por qué cree que el Senador Wells ha hecho esas declaraciones?

-Eso tendría que preguntárselo a él, señorita. Por lo pronto, quiero dar mi palabra, tanto a los ciudadanos de Star City, como al resto de ustedes, que mis acciones aquí fueron por demás humanitarias. Con el deceso de Helena y la sarta de chismes que se publicaron a raíz de ello, muchos le han dado la espalda. Cumplí con mi deber como amigo al facilitar todo para que su cuerpo pudiese recibir santa sepultura, ¿acaso eso es un crimen?

-Señor Quinn, ¿esto da al traste en sus planes para ser nuevamente elegido como alcalde de Star City?

-Joven, no sé qué pasara a partir de ahora, lo que sí le puedo asegurar, es que mi grupo de abogados está en este momento movilizándose tanto para sacarme de esto, como para sentar responsabilidades civiles y penales por este atropello. A mis empleados, y sobre todo, a mis más allegados, les garantizo que todo saldrá bien, no hay de qué alarmarse… -les dice, mientras era empujado por los agentes. Vic ya esperaba en la perrera

En la casa del lago, Dick no dejaba de marcar a Jason, mientras veía las declaraciones de Oliver. –Vamos… vamos… contesta… ¡Jason! –exclama cuando por fin es respondida su llamada.

-Estamos bien –le dice mientras veía todo con Harper. –Cuando la Brigada llegó, aún no habíamos entrado.

-Bien, quiero que regresen de inmediato, es peligroso que…

-No lo haremos.

-No, Jason no les estoy preguntando.

-Roy está decidido a liberar a Oliver y Vic, y no lo voy a dejarlo solo con esto.

-Espera… ¡Jason!... ¡Maldita sea me colgó!... Alfred, que Bruce no se entere de lo que está pasando –le dice mientras se pone de pie, decidido a ir por ellos.

-Joven Richard, tal vez debería esperar, aún no está completamente recuperado.

-No voy a esperar a que a esos dos idiotas los atrapen.

Alfred se preocupa, y en un tono angustiado le habla, -Joven Dick, poco le he pedido en todos estos años, ahora le suplico que no se vaya. Estando el amo Bruce en ese estado, sin Tim y Jason, usted es el único apoyo que tengo. En esta casa no hay una baticueva ni medidas de seguridad para protegernos si esa Brigada nos encuentra. No temo por mí, sino por él.

Al escucharlo, Dick suspira, entendiendo su punto. –De acuerdo Alfred. Me quedo.

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En el Monte Justicia, todos comentaban lo que había pasado, mientras Dinah hablaba por teléfono con los abogados de Oliver, acompañada por Artemisa, que estaba preocupada.

-Deberíamos ir y rescatar a Green Arrow –dice Grant –Ha sido nuestro maestro mucho tiempo, no podemos dejarlo solo.

-Ya lo oíste, grandote, sus abogados se encargarán de todo.

-Pero, Cassie, no sabemos que podrían estarle haciendo, además, si Harper estaba con ellos, seguro se meterá en problemas por rescatarlo –le responde Rose.

-Y con Roy, estará también Jason –murmura Tim.

Dinah termina de hablar, y se acerca a ellos. –Bien, chicos. Me tengo que ausentar. El equipo Alfa queda al mando, y no hay autorización para que alguno salga de aquí.

-Yo iré contigo.

-No Artemisa, es mejor que te quedes. Cuídense todos.

Luego que Dinah es transportada, Artemisa se va decidida a su habitación, -Artemisa, ¿a dónde vas?

-¿Dónde crees Starfire? Iré a rescatar a Arrow –le responde sin dejar de caminar.

Los tres alfas se vuelven a ver y de inmediato van tras ella.

Al llegar a su habitación, la rubia saca su mochila y guarda varios juegos de flechas y su arco. Raven, Conner y Kori entran, -Escuchaste a Canario, no podemos…

-¡No me importa lo que haya dicho, Starfire! No me quedaré inmóvil aquí. Nos han preparado para enfrentar este tipo de eventos.

-Debemos seguir órdenes.

-¡¿Cómo autómatas, Raven?! Yo paso.

-Yo igual –les dice Rose al entrar. –Si Artemisa va, voy con ella.

-¡Ustedes dos no se mandan solas, chicas! –replica Kori -Además, no pueden ir sin uno de nosotros.

-Yo iré –responde Conner, después de haberlas escuchado. –Estoy de acuerdo con ellas, es nuestra obligación ir.

-¡No las alientes, Conner!

-No las aliento, Kori, de todas formas, ellas están convencidas, y ya a estas alturas, deberías saber que Artemisa y Rose harán lo que ellas crean que es correcto sin importar las imposiciones de otros… igual que yo.

Starfire se va molesta de la habitación, y Raven los observa. –Si van a hacer esto, tengan cuidado chicos.

-Lo tendremos –le responde Conner.

Ella se va, dejándolos solos. –Bien chicas, lo primero es saber dónde los llevarán.

-Yo puedo ayudar con eso –les dice Tim desde la puerta, tras haber escuchado toda la discusión.

De inmediato, Conner va hacia él molesto, -No te hemos pedido…

-Antes que digas nada, necesitan saber exactamente a donde ir o estarán dando tumbos. Puedo hackear el sistema de la Brigada para saber la ubicación dónde tienen a los capturados.

- ¿Puedes hacerlo… en serio?

-Sí, Artemisa.

Conner se queda dudoso por unos instantes, -Bien, hazlo, pero rápido. Ustedes, prepárense. Vamos de civiles, no podemos levantar sospechas.

Tim de inmediato va hacia su habitación, toma su laptop y va a la sala de vigilancia. A través de la computadora de los Titanes, inicia su búsqueda en la Deep Zone, hasta hallar lo que busca.

Pasan varios minutos, y Conner lo busca. Al encontrarlo, se acerca en silencio. Conner estaba en una silla, frente a la gran pantalla, en la que se exhibían varios códigos sin sentido para Conner. Al ver la laptop del chico, vio imágenes de un edificio.

-¿Los encontraste?

-Creo que sí –le dice mientras transfiere la imagen a la pantalla.

Rose y Artemisa llegan con ellos. Cada una con sus respectivas armas bien resguardadas.

-¿Qué es ese lugar?

-Es un edificio perteneciente al grupo Earth Inc. El conglomerado que maneja Vandal Savage.

Al oír su nombre, de inmediato Conner cierra los puños con ira. –Pensé que los llevarían a una oficina de gobierno.

-Yo también lo pensé, Rose. Pero los movimientos de la Brigada van hacia esa dirección. Todo indica que están llevando a los que han sido capturados ahí, en Chicago.

-Entonces, ¿el gobierno no es parte de esto?

-El Presidente está atado de manos, porque al inicio apoyo a Superman –explica Tim. -Su imagen está siendo cuestionada ahora, y no tiene más opción que hacerse a un lado. Wells se está aprovechando de eso, y que la mayoría del Gabinete lo apoya.

-¿Crees que ahí esté el resto? ¿Wonder Woman y Linterna?

-No lo sé, Conner. Pero es lo mejor que tengo. El edificio tiene un sistema de seguridad casi impenetrable.

- ¿Casi?

-Podría conectarme e invalidarlo, pero tendría que estar cerca. Deben dejarme ir con ustedes.

- ¡No! ¡Ni pensarlo! –le dice Conner decidido.

Tim se molesta, -Te mostré lo que soy capaz de hacer, ¿por qué no permites que los ayude?

- ¡No estás en condiciones para ir! ¡Y aunque las tuvieras, no confío en ti!

- ¡No tienes razones de dudar! ¡Me viste cuando fuimos por el Comisionado Gordon! ¡Y he ido a misiones mucho más peligrosas con Batman! ¡Tengo experiencia suficiente para ir al campo!

- ¡Sí, pero en ese tiempo eras Robin, ahora te niegas a asumir ese puesto! ¿¡Qué reclamas ahora!?

- ¡No reclamo nada, pero Jason seguro irá hacia allá, y no pienso dejar que peligre su vida por tu obstinación!

-¡Cuida como me hablas, Drake!

- ¡Oigan ustedes dos! Es suficiente –les dice Rose.

-No niego que se ven muy sexis peleando –les dice Artemisa-, pero debemos actuar ya. Conner, estoy de acuerdo con Tim, lo necesitamos.

-Igual yo. Así que hazte a la idea que seremos un cuarteto.

-¡Bien! –levanta la voz Conner. –Pero escúchame, Drake, no saldrás de la camioneta.

-Pero puedo…

- ¡Tú no puedes nada! Ni siquiera puedes caminar sin cojear. ¡Lo tomas o te quedas!

-Bien –le dice molesto.

-En cinco minutos nos vamos, los espero afuera a los tres –dice finalmente y se va molesto.

Tim arruga la frente, toma su laptop y se va, murmurando -Estúpido.

Rose y Artemisa ven a cada uno irse. - ¿Estás pensando lo mismo que yo? –le dice Artemisa con una sonrisa.

-¿Qué esos dos son un completo fastidio cuando están juntos? No tengo duda de ellos.

-No me refiero a eso… es… tu sabes, esa energía…

Rose la vuelve a ver incrédula. - ¡¿Qué demonios estás pensando?!

-Admítelo –le dice mientras la sigue al garaje –Ahí hubo tensión sexual.

- ¡Oh, por favor, Artemisa! Tim tiene 14 y Conner… como 8 ¿no?

-Para el amor no hay edad.

-Sabes que, deberías dejar de ver tantos videos yaoi, amiga, te está haciendo alucinar.

-¡Oh! ¡Ahora vas a decir que soy la única que los ve!

-Ay, ya cállate.

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En horas de la tarde. Dinah esperaba con los abogados de Oliver, pero era inútil. Hasta el momento, nadie de la Oficina General había dado razones de él o de Sage. Bajó, descorazonada, las escaleras que llevaban del edificio a la acera, cuando se encontró con Steve Trevor, a quien meses antes había conocido a través de Diana y a otro hombre que desconocía, pero le era familiar.

-¿Dinah Lance?

-Claro, soy yo. ¿Qué has sabido de Diana?

-Aún nada. No nos han permitido verla ni a Jordan. Por cierto, no sé si lo conoces, él es Jack, el hermano de Hal. Es abogado y está manejando junto con mis abogados el caso de Hal y Diana.

Ambos se saludan. –Yo vengo por razones similares a las suyas.

-Si, escuché que Quinn fue capturado –le dice Steve.

-Así es, los abogados están en eso, lo extraño es que no dan razón de dónde lo tienen.

-Ni tampoco saben de Diana y Hal –le dice Steve preocupado.

-Escuchen, será mejor que no hablemos aquí –les advierte Jack. -Retirémonos a otro sitio. Les invito a un café. Así comparamos notas.

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-¿Y qué sucedió con el servicio de Helena? Si todos se fueron –pregunta Wally.

Mari y Zatanna se quedan en silencio, hasta que la segunda habló, -Lo ignoro por completo.

-¡Demonios! –increpa John molesto –¡No puede ser que esto esté pasando!

-Es por eso que Quinn ordenó que nos fuéramos cuanto antes. Todos los que estaban con nosotros están haciendo todo por comunicarse con sus familias.

-Pero este no es un lugar seguro –les dice Shayera, mientras acaricia nerviosa su vientre. –Es cuestión de tiempo para que den con este lugar.

John observa a su pareja preocupado, -Tienes razón, debemos buscar un sitio seguro, al menos para nuestras familias. Y creo saber quién nos puede ayudar.

Entre tanto, en una cafetería, Dina, Steve y Jack hablaban de los casos que tenían en sus manos. –Hasta el momento, no hay causa que justifique la detención de Hal y Diana, sin embargo, por ley, pueden mantenerlo hasta 72 horas en custodia.

-Esto es ridículo –le dice Dinah –Entonces, ¿pueden mantener a Oliver tres días en prisión?

-Así es, y aún le quedan 48 a Hal y Diana, estamos atados de manos.

-No necesariamente Steve –le responde Jack. –Ellos tienen derecho tanto a una llamada como a reunirse con su abogado, y hasta el momento no han disfrutado ninguno de esos derechos. Por eso vamos a presentar un recurso para poder liberarlos.

-Hablaré con mis abogados para hacer lo mismo, aunque a estas alturas, no creo que funcione de algo. Es claro que no les importa romper con la ley con tal de tenerlos en custodia.

-¿Pero, cuál es el punto de eso? –pregunta Steve.

Dinah vuelve a ver a Jack de inmediato, quien piensa igual que ella. –No tienen razón de cumplir con la Ley, quieren obtener algo de ellos.

-Una confesión –les dice Dinah. –Y solo podrían obtenerla torturándolos. Hay que sacarlos ya –exclama mientras se pone de pie.

-Si vas a intentar algo, cuenta conmigo –le dice Steve mientras pone el dinero del café en la mesa.

Jack se queda pensativo, -Bien, no me digan que van a hacer, solo procuren sacar a mi hermano. Seguiré con el trámite junto a sus abogados.

Ambos asienten y salen de la cafetería. En la calle, Dinah llama por teléfono. - ¿Con quién te comunicas?

-Con los únicos que nos pueden ayudar ahora.

En los Laboratorios, Linterna y Flash reunían a todos los que se refugiaban. Iris se acercó a su sobrino temerosa, -¿A dónde iremos ahora, Wally? No entiendo…

-Descuida tía, a ti y a los niños no les pasará nada. Estarán en un sitio donde la Brigada no los podrá alcanzar.

La mujer se queda preocupada, -Iris, sé que es difícil…

- ¡No tienes idea, Wally! –le dice desesperada. Luego, trata de calmarse. –Mira, amor. Ya perdí a Barry por esta locura de ser super héroe. He vivido con terror los últimos 10 años pensando que algo te podría ocurrir, y ahora, nos obligan a huir de nuestra casa. Nuestra vida hecha, nuestros amigos… dejarlo todo atrás. Es… demasiado ya.

Wally la abraza, entendiendo su sentir. Ella no había pedido esa vida, no formaba parte de ella, y aun así, era la principal víctima siempre de todo lo que pasaba. Wally se acercó a sus primos, que terminaban de recoger sus cosas. La pequeña Dawn, sin malicia, estaba fascinada pensando que era una aventura como las muchas que su primo le había contado sobre su papá, pero Don era diferente. Más cauteloso y desconfiado. –Ey chicos. Ustedes y su mami van a hacer un viaje a un lugar increíble.

Dawn abrió los ojos sorprendida y sonrió, -¿A dónde Wally? ¡Iremos al espacio!

-No, Dawn –le responde con una sonrisa –No tan lejos, pero si es un lugar muy diferente al que han ido nunca. Creo que ni siquiera papá fue alguna vez ahí.

-¿Y cuándo regresaremos? –le pregunta Don triste. –Estamos perdiendo clases, y el fin de semana mi equipo juega la semifinal.

-Yo… no sé por cuanto tiempo será, Donny, pero te juro que apenas sea seguro, iré por ustedes.

 

-¡No, John! ¡No puedes dejarme fuera de esto! ¡Soy parte de la Liga, una Fundadora! –le increpa Shayera molesta.

-Ya lo hablamos Shay –le responde con calma –Con tu embarazo…

-¡Soy fuerte, una guerrera thanagariana!

-¡Shayera Hol! –le llama la atención Alcor –Tu pareja tiene razón, no estás en condiciones de arriesgarte. Debes guardar reposo.

-¡Pero maestro Alcor!

-¡No voy a discutir! John Stewart, no se preocupe, cuidaré de ese crío y su terca madre por usted.

-Le agradezco Alcor.

-John –le llama Mari –Ya están aquí –le avisa desde la puerta.

Con Vixen, entran Aquaman y Aqualad. John va hacia el atlante y le da la mano, -Gracias por su ayuda, su Alteza.

-Para mi pueblo es un placer ayudar a nuestros más allegados aliados. Junto a Cyborg, hemos preparado el sitio donde sus familias estarán protegidas. Si Savage quiere llegar a ellos, tendrán que pasar sobre mí y los millones que forman el ejército de la Atlántida. Pero, debo insistirles, John. Es peligroso que ustedes sigan aquí.

-No podemos irnos y dejar que Savage logre el control de todo el mundo. Aun en las sombras, lucharemos contra él.

El monarca del mar se queda pensativo, -Bien, en ese caso, dejaré a Aqualad con ustedes, ya que el mismo se ofreció. Sus habilidades les será de utilidad.

-Eso no lo dudo, Aquaman –dice Wally al acercarse. Aqualad sonríe y le da un fuerte abrazo a su amigo y ex compañero de equipo. –Es bueno verte Flash.

Al ver que era un hecho su ida, Shayera fue por los pasillos hasta llegar al lugar que buscaba. Entró a la habitación y encontró a J’onn. Su piel se había recuperado casi por completo, pero aún los órganos internos estaban afectados. La thanagariana se acercó a él, y acarició su mano. En ese instante, J’onn abrió los ojos y le sonrió. –Es bueno verte HawkGirl. Algo ha pasado.

-¿Qué quieres decir?

-Algo… grave.

En la sala, todos los que serían transportados, estaban echos un solo grupo en el centro de la sala.

Wally terminaba de despedirse, -Todo saldrá bien, lo prometo.

-¡Wally! Es hora –le dice John.

Éste se separa de ellos. Aquaman va hacia el grupo y utiliza el comunicador entregado por Cyborg.

-Cuando quiera, Victor.

En ese instante, todos se desvanecen. Solo habían decidido quedarse Zatanna, Vixen, Flash y Linterna, junto con Aqualad.

-¡John! –le llama Shayera desde la puerta.

El Linterna se preocupa al verla, -Shayera, no te habías ido con el primer grupo…

-Rápido chicos, tienen que escuchar a J’onn.

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Mientras Roy conducía, Jason hablaba por teléfono con Dick. -¿Están seguros que es en Chicago?

-Roy le puso un rastreador a uno de los camiones sin ser detectado. Estamos siguiéndoles.

-No se dejen ver chicos.

-Tranquilo, Grayson, este no es nuestro primer rodeo. ¿Cómo está el viejo?

-Ha dormido casi todo el día, solo ha despertado para comer.

Jason gruñe, -Esto no es bueno para él, Dick. Necesita estar más activo joder.

-Lo sé, pero está muy debilitado, y aunque no lo dice, también preocupado. Sé que aún sigue pensando en Tim.

-Ese mocoso. Cuando lo vea me va a oír.

-No se separen, y si ven que la situación los sobrepasa, no actúen, es mejor esperar a estar preparados. Al menos ya sabremos donde los tienen.

-Sería una suerte te pura madre si donde los llevan también estuvieran Linterna, Wonder Woman y los otros capturados.

-No creo que nos vaya a ir también. Me informan cualquier cosa.

-Como digas, Baby Boy, nos hablamos luego.

Después de colgar, el silencio entre Roy y Jason se volvió a prolongar, hasta que el más joven habló, -Oye bro, no quiero… tu sabes… meterme pero…

-Pregunta, Jay.

-Nunca me dijiste… con detalle… ese problema con Quinn… ¿por qué fue?

Roy suspiró, -Supongo que tienes razón. Mira, todo fue a raíz de tu “muerte”. Yo… no lo tomé muy bien. Estuve… haciendo y deshaciendo… fueron cosas que ahora no me enorgullecen mencionar.

-Está bien, viejo. No me tienes que decir.

-No te preocupes… yo… llegué a consumir, un tiempo.

-¡Maldición, Haper! –exclama, no tanto como un reclamo, sino con dolor.

-Lo sé. Abandone a los Titanes… de muy mala manera. Y seguía patrullando… solo. Hasta que hubo un caso… ambos llegamos al mismo tiempo. Una chica había sido secuestrada por un grupo mafioso. Estaba… un borracho, debo admitir. Cometí errores, casi matan a la muchacha. Cuando todo terminó, Oliver me confrontó. Discutimos. Dijo cosas… que aun ahora me duelen. Me recordó quien era, del hueco del que me sacó. Y al final, me dejó solo.

-¿Cómo que te dejó solo?

-Me quitó su ayuda. No contaba con su dinero. Me quitó el apartamento. Al verme sin dinero, me fui de Star City, y… empecé conseguir dinero de una forma inadecuada. Pararon… no sé cuantos meses, estaba deambulando en las calles de Bludhaven, hasta que tu hermano me encontró.

-¿Dick?

-Si. Intentó hablarme, pero no lo permití. Varios días después, estaba… muy tomado, y aparecí en la Mansión Wayne.

-¿Dick te llevó?

-No. El mismo Bruce Wayne fue por mí, después de hablar con Dick. Conversamos. Él… siempre estuvo consciente de… -se queda dudoso al observar la expresión de Jason, luego sonríe. -… bueno, de lo que significabas para mí y me ofreció su ayuda. Fue… tan diferente a tratar con Oliver. Sus ojos… en ellos había preocupación, pero al mismo tiempo, no me acuso, solo… me ofreció ayuda. El mismo estaba… en el proceso de superar tu pérdida y no quería que yo siguiera autodestruyéndome. Yo… ya había tocado fondo, no podía caer más abajo. Así que acepté. Me llevó a un Centro de Rehabilitación, pagado por él. Estuve algunos meses, y cuando salí recuperado, estaba esperándome. El único que me esperó. Hasta me ofreció quedarme con él, pero… Jay, no podía vivir en la casa que fue tuya. Era aún muy fresco todo. Así que me dio algo de dinero, un apartamento y me dejo ir. Desde entonces, no volví a caer en vicios, me he mantenido limpio, y seguí luchando en las calles, lo más lejos que he podido de Star City.

Jason no podía mirarlo. Su vista estaba en la ventana, pero su corazón latía con fuerza. –Otra mierda más que tendré que agradecerle al viejo entonces –le dijo con voz entrecortada.

Roy sonrió, -Sí. Aun no lo he reclamado por no avisarme que estabas vivo –le dice con una sonrisa -, pero supongo que la situación era muy bizarra en ese momento. Tú, hecho un demonio tratando de matarlo a él y a Dick.

-Y luego de un año…ni siquiera estaba seguro si yo iba a sobrevivir. Seguro… pensó para qué…

-¿Para qué hacerme pasar por lo mismo? Tal vez. Bruce Wayner un mulo de carga.

Jason lo vuelve a ver intrigado. –De todos los apodos que se me han ocurrido, nunca pensé decirle algo así

-Tu sabes… carga con todo. En este caso, prefiere pasar las mierdas duras solo.

-Sí… pero, Harper. Si sabes que… bueno, estabas mal… ¿por qué no perdonas a Oliver?

-Por una simple razón: él me gritó, me ofendió, pero nunca… nunca me ofreció ayuda. Eso lo hizo Bruce, sólo él. Si un desconocido fue capaz de creer que podía recuperarme y tuve fe en mí… ¿por qué el hombre que estuvo conmigo por 9 años no pudo? La verdad… no dudo que Quinn sea un buen tipo pero… conmigo se equivocó. Y no quiero estar cerca de él.

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Desde una vieja camioneta, a tres cuadras del edificio objetivo, los tres Titanes esperaban que Tim les dijera algo. Éste seguía tecleando sin parar, hasta que un movimiento de sus ojos capto la atención de Ravager, -¿Encontraste algo? –le pregunta con interés. Artemisa se sentó al lado de Tim, en el piso de la camioneta, mientras Conner escuchaba desde el asiento del conductor, vigilando alrededor para no ser descubiertos.

-Tengo el plano del edificio. Hay un piso, el décimo octavo, la información está completamente cifrado, y por las dimensiones de sus divisiones, diría que pueden ser celdas de aislamiento. Pude entrar al sistema de seguridad. Puedo ayudarles desde aquí, desactivando cámaras y sensores, pero el sistema se reinicia cada 5 minutos, ese el tiempo que tienen para pasar de un salón a otro.

-Es suficiente para nosotros, ¿no creen? –pregunta Ravager, mientras limpiaba una de sus espadas.

Artemisa observaba curiosa los símbolos que tenía Tim en su computador, -Que raro, parece que no estás usando Windows –le dice ocn una sonrisa.

-Oh, ¿esto? Bueno… es que toda esta información no aparece necesariamente en una página de internet.

-¿Qué quieres decir?

-Tuve que entrar a la Deep Web para poder hackear su sistema de seguridad.

Ambos se vuelven a ver confundidas, -¿Qué es la Deep Web?

-Es la información que está en la red, pero no puede ser indexado.

Ambas se vuelven a ver, igual de confundidas. Incluso Conner, que no había perdido detalle lo volvió a ver curioso.

Tim suspira y sonríe, -A ver, ¿han usado Google?

Los tres asienten. –Bien, Google, otros buscadores y millones de páginas web tienen servidores fijos, y todo su contenido puede ser fácilmente hallados. Pero hay otras bases de datos y sitios web que son más bien dinámicos, y solo pueden ser accesados por ciertos usuarios, con un código binario específico. Se cree que el 95% de todo el contenido de la red forma parte de la Deep Web.

-Entonces –le interrumpe Rose -, toda esa información, ¿está oculta?

-Así es. Solo algunos hackers tienen la capacidad de entrar sin ser detectados. Ahí puedes encontrar desde información inofensiva hasta lo más turbio. La mayoría de esas bases de datos son utilizadas por la CIA, pero también por grupos paramilitares, terroristas, organizaciones dedicadas al comercio de ilegal de personas u órganos, pornografía ilegal, tráfico de armas… su uso es ilimitado.

-¿Y cómo tú sabes todo eso? Se supone que solo un hacker puede hacerlo.

Tim sintió en ese momento que no debía hablar tanto, pero estaba entre amigos, así que se explicó. –Porque Batman fue quien integró el sistema que manejaba la Liga de la Justicia y los Titanes a través de la Deep Web. Tenía 4 servidores principales, estaban en la Atalaya, El Monte Justicia, El Salón de la Justicia y la Baticueva. Tres de ellos cayeron, ya solo queda el del Monte Justicia. Pero con la desactivación de la Atalaya, toda la información fue transferida a una memoria externa, y hace unas horas, puesta nuevamente en un servidor independiente que Batman llama Red Oculta. según un protocolo de emergencia que debía seguirse en caso de que la Liga fuera atacada o disuelta. Yo… lo he estado buscando desde entonces.

-Por eso decidiste quedarte con los Titanes –le interrumpe Conner –Sabías que solo así podrías acceder a ella mediante nuestro computador.

-En realidad… sí. Batman no está en condiciones de hacerlo, y él me enseñó todo lo que debía saber sobre la Deep Zone, así que… me toca hacerlo.

-¿Por qué es tan importante, Tim?

-Porque es ahí donde está toda la información que podría inculpar a Savage del ataque a Superman.

Conner ve movimientos. –Están entrando más camiones.

-El lugar está plagado de agentes, no podemos hacer nada a esta hora –les dice Artemisa.

-Sí, tendremos que esperar hasta la noche –le responde Conner.

 

-Tendremos que esperar hasta la noche –suspira Roy al llegar al sitio donde entran los camiones, a unas cuadras de donde se escondían Conner y los demás, sin saberlo.

-Que mierda, iré por una cerveza, ¿tú quieres algo?

-Algo de comer ligero, un par de hamburguesas, una pizza…

-Elige cual.

-¿Elegir? Quiero todo eso.

Jay lo miró molesto y cerró la puerta de la camioneta, haciendo que Roy riera. Luego, se quedó serio, recordando con dolor…

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Seis años antes

Con dificultad, Roy subió hasta la azotea de un edificio cercano. Desde ahí, miró el movimiento, “Mierda”, pensó, recordando como estuvo a punto de perder a la chica. “Sé que me patearías el culo por ser tan idiota, Jay”, se dijo con tristeza.

En ese instante, Green Arrow llegó con él. Roy se puso de pie, casi tambaleando, -Sé que… pudo ser peor, pero…

Pero Oliver no lo dejó terminar. De una le propinó un golpe en la cara, haciendo que este cayera en el suelo, - ¡Eres un idiota, Roy! ¡Casi perdemos a la niña por tu estupidez!

- ¡Ey, ey, ey! ¡Calma ahí, Oliver! Todo… todo iba bien.

-Iba bien hasta que llegaste completamente borracho y seguro drogado, ¿en qué demonios pensabas Roy?

- ¡Yo no pensaba nada! Había… había que rescatarla… ¡me tienes que agradecer que al menos levanté el culo para ayudarte, viejo!

- ¿Ayudarme? ¡Casi arruinas todo, Roy! Sabes que, se acabó. Has dilapidado toda una fortuna, mi fortuna, en drogas, alcohol y prostitutos. No tomas en serio las misiones. Esto tiene que acabar.

- ¡Bien! –le grita molesto -. ¿¡Qué vas a hacer, desheredarme, cabrón?! Eso es lo único que te importa, ¡tú maldito dinero!

- ¡No me vengas con mierdas, Harper! ¡Sabes que es lo último que me importa! ¡Te di todo! ¡Te saqué de la cloaca donde estabas! ¡Te convertí en un hombre de provecho! Y ahora, ¡mírate!

-¡Tu no hiciste nada! ¡Todo lo hice yo!

-¡Lo único que hiciste fue caer más bajo de lo que nunca estuviste! Mientras lo único que he hecho es preocuparme por tí, no por mi dinero.

-Pues… no parece. Porque fue lo primero que mencionas. No tienes idea… no sabes… cómo me estoy sintiendo ahora –le dice casi rogándole. Un poco más, y le hubiese dicho el dolor que sentía por haber perdido a Jason, pero Oliver no le dio tiempo a hacerlo.

-De algo estoy seguro, y es que no puedo seguir costeando tu estilo de vida, hacerlo solo empeorará tu situación.

Fue hacia él. Roy aún seguía en el suelo. Oliver tomó su arco y lo quebró en su pierna. –A partir de ahora, ya no serás mi compañero, y olvídate de mi dinero. Si quieres seguir llevando tu vida a un precipicio, es tu problema Harper.

Dio media vuelta y se fue. Roy solo lo miró sin mover un músculo. “Ahora si Jay. Oficialmente, me he quedado solo”.

Fin del Flashback

Roy observó a Jason alejarse por el retrovisor. “Nunca sabrás lo feliz que me hizo verte de nuevo, cabrón”. Luego miró el edificio donde se encontraba su antiguo mentor. Estaba decidido a salvarlo, aunque probablemente luego le golpearía la cara. El solo pensarlo hizo que sonriera, “Que diablos, de alguna forma me tengo que desquitar”.

Entre tanto, Wally, John, Zatanna y Shayera, se reunieron con J’onn en su habitación. Después de saludarlo con cariño, los cuatro esperaron. –He podido monitorear las ondas psíquicas de Diana y Hal desde que fueron puestos en custodia.

-¿Y? ¿Qué sucede?

-Me temo que ambos han sido atacados por un psíquico muy poderoso. En las últimas horas, sus conexiones cerebrales han sido descontroladas. Intenté poder contrarrestrar el ataque, pero por mi estado y la lejanía, fue imposible. Hace tres horas, perdí las ondas cerebrales de Hal.

Los cuatro se vuelven a ver preocupados, -¿Eso qué significa J’onn?

-Significa, Zatanna, que, en el mejor de los casos, la mente de Hal quedó en blanco.

-¿El mejor de los casos?

-También puede significar que murió. No podría confirmarlo con certeza.

Wally da un paso atrás. De inmediato, John pone la mano en su hombro para tratar de calmarlo. -¿Y qué sucede con Diana? –le pregunta Shayera.

-Aún la logró sentir, pero se encuentra ya sin fuerzas. Lo que les puedo asegurar, es que toda la información que ha utilizado la Brigada para atrapar a los miembros de la Liga, ha sido obtenida por el ataque psíquico a Diana y Hal.

-Tenemos que encontrar a Diana –interrumpe John –Sino la perderemos a ella también.

-¿Pero cómo?

-Yo puedo ayudarlos, Zatanna, por eso los hice llamar. Se donde los tienen.

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Mientras los tres equipos, se preparaban para un asalto en el edificio de la Brigada, en el Asilo de Arkham, un nuevo paciente era recibido por el nuevo director.

-Así que… este es mi nuevo paciente –le dice al enfermero, temeroso. –Aaaa… sí es, Dr. Joker.

El Joker, completamente vestido de blanco sonreía, -Bien, llévalo a la habitación 33, lo iré a ver cuando termine con mis otros pendientes.

El enfermero llevó la silla, donde iba, con una camisa de fuerza, y su mirada perdida, Hal Jordan. Su mente, no era una página en blanco, solo tenía una imagen, que hacía que en su rostro brillaba una pequeña sonrisa, “Barry”.

Y en medio de los gritos de los internos que eran torturados por los cómplices del Joker, el Linterna Verde fue llevado a la que sería su celda.

 

Notas finales:

Hola a todos. Aquí está el nuevo capítulo. Espero que les haya gustado. Cualquier comentario, crítica o sugerencia, con gusto las recibo, e intentaré complacerles en lo que me pidan. Un abrazo, nos leeremos pronto.


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